Disclaimer: Crepúsculo es de Stephenie Meyer, la historia de Silque, la traducción es mía con el debido permiso de la autora.
Disclaimer: Twilight belongs to Stephenie Meyer, this story is from Silque, I'm just translating with the permission of the author.
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Carlisle POV
Sería bueno tener a todos nuestros hijos en casa nuevamente.
Sí, los veíamos como a nuestros hijos y los amábamos a cada uno de ellos como si hubieran nacido de nosotros. Alice y Jasper llegaron a casa ayer, y Edward traería a su nueva compañera a casa hoy. Esme estaba encantada. Había ido al supermercado de la ciudad y ahora nuestra encimera estaba a reventar.
―No sabemos qué le gusta comer, cariño. Quiero estar preparada y ha pasado mucho tiempo desde que comía comida humana ―explicó Esme con una dulce sonrisa―, no tendré a nuestra nueva hija hambrienta.
―¡Estarán aquí en cinco minutos! ―Alice chilló, saltando hacia la cocina―. ¡Estoy tan emocionada!
Esme se rio.
―Pensarías que por aquí es Navidad. ―Ella tomó mi mano, tan emocionada como Alice, jalándome hacia la puerta principal.
Emmett, Jasper y Rosalie ya estaban en el porche, todos tratando de parecer indiferentes y sin engañar a nadie.
Bueno, excepto por Rose. Sólo parecía aburrida y un poco enfadada. Nada nuevo ahí.
Emmett, sin embargo, lucía una enorme sonrisa.
―Esto es increíble. Nuestro pequeño Eddie finalmente se consiguió una chica. Tiene que ser una verdadera hermosura, ¿no? Quiero decir, si alguien tan hermosa como Tanya no lo hizo girar la cabeza, esta Bella tiene que ser algo especial para atraer su atención, ese pequeño y quisquilloso.
Alice le golpeó la nuca.
―Ella es maravillosa, dulce y amable. Aceptó completamente que éramos vampiros sin pestañear. Y es su compañera. Todos ustedes saben cómo funciona eso. Y ella lo ama. ―Su rostro casi se partió con su sonrisa.
―Es cierto ―reflexionó Jasper―, no puedes controlar quién es tu pareja. Quiero decir, mira con qué terminó Rosie. ―Se agachó para evitar el puño de Emmett.
―¡Chicos! Quiero su mejor comportamiento. Lo digo en serio. No me avergonzarán frente a nuestro nuevo miembro de la familia ―ordenó Esme severamente.
Los chicos siempre escuchaban a Esme cuando usaba ese tono. Nunca me funcionaba y a menudo me preguntaba cómo lo conseguía ella. Debe ser cosa de madres. Deslicé mi brazo alrededor de su cintura.
En ese momento, todos escuchamos los neumáticos de un auto al final del camino de tierra.
―Aquí viene la humana ―masculló Rosalie sarcásticamente. Unos minutos más tarde, un Mercedes con ventanas oscuras se detuvo al pie de los escalones de entrada y Edward salió del lado del conductor.
―¡Hola familia! ¡Estamos en casa! ―Cielos, no había visto a Edward tan feliz desde, bueno, nunca. Se dirigió hacia el lado del pasajero y abrió la puerta como si estuviera revelando el tesoro más grande del mundo. Supongo que para él ella era un tesoro. Una pequeña castaña salió del auto, con los ojos muy abiertos, observando a la familia.
―Hola ―saludó en voz baja y sonrió. Mm, no tenía miedo. Asombroso.
Esme fue la primera en avanzar. Tomando ambas manos de Bella, dijo:
―¡Bienvenida, bienvenida! ¡Qué bueno conocerte! No puedo expresar lo felices que estamos de tenerte aquí. Soy Esme, la madre de Edward, y este es Carlisle, su padre. ―Me hizo un gesto para que avanzara.
―Hola, Bella. Es un placer tenerte aquí ―dije cálidamente.
Antes de que pudiera decir algo más, Alice se lanzó hacia adelante.
―¡Hola de nuevo, Bella! ―Rodeó a Bella con sus brazos, abrazándola suavemente.
―Hola, Alice. Hola, Jasper. Es genial estar aquí. Gracias a todos por tenerme... Quiero decir, no por tenerme. Quiero decir... mierda.
Todos nos reímos. Alice tenía razón, era maravillosa.
Noté que Edward había mantenido su mano sobre Bella continuamente desde que la ayudó a salir del auto. Alice también tenía razón en eso; ella era, de hecho, la compañera de Edward. Ya estaba planeando una llamada telefónica a Eleazar en Alaska. Estaría fascinado con este desarrollo, y tal vez sus hijas tuvieran alguna idea, debido a su historia de relaciones con hombres humanos.
Esme habló de nuevo.
―Conoces a Jasper, por supuesto. Esta es nuestra otra hija, Rosalie, y su esposo Emmett. ―Hizo un gesto al resto de los chicos para que avanzaran. Rosalie solo asintió brevemente, pero Emmett no perdió el tiempo.
―¡Encantado de conocerte, Bella! ―La abrazó y la hizo girar. Parecía solo un poco incómoda. Tomaba un poco de tiempo acostumbrarse a Emmett―. ¡Es bueno conocer finalmente a la mujer que pudo atrapar a Eddie!
Bella se sonrojó y Edward la sacó de los brazos de Emmett y la tomó con un gruñido.
―No estoy segura de quién atrapó a quién, él es bastante sorprendente. ―Miró a Edward a los ojos con tanto amor que casi me quedé estupefacto. Esta chica humana estaba realmente enamorada de mi hijo vampiro. Fascinante. De pie allí, envuelta en los brazos de un superdepredador, con total falta de miedo. A primera vista, era una niña humana completamente normal, pero cuando miraba a mi hijo así, se transformaba, prácticamente resplandeciente y dolorosamente hermosa. Sería una vampira deslumbrante.
―Bueno, entremos a la casa, ¿de acuerdo? ―Esme irrumpió en mis pensamientos―. Estoy segura de que a Bella le gustaría comer algún refrigerio y tal vez acomodarse y refrescarse después de su viaje. Jasper, Emmett, sus maletas, ¿por favor? Llévenlas a la habitación de Edward.
Bella miró a Edward sorprendida.
―¿Voy a compartir habitación contigo?
Él le sonrió.
―No duermo, amor, ¿recuerdas? Estarás perfectamente a salvo.
Ella se sonrojó de nuevo. Chica encantadora. Obviamente, su relación no era física. Todavía.
―Alice ordenó una cama para tu habitación, Edward. Deberían entregarla esta tarde ―aseguré.
Mientras Jasper y Emmett llevaban el equipaje arriba, con Alice acompañándolos, el resto de nosotros nos acomodamos en la sala de estar, mientras Esme corría hacia la cocina. Regresó minutos más tarde con un servicio de té de Limoges en una bandeja de plata. Sabía que estaba encantada con la oportunidad de usarlo.
Edward se aseguró de que Bella estuviera sentada en el sofá con Esme, quien comenzó a servir té y una especie de pastel de crema que había comprado en la pastelería local antes de que él pidiera hablar conmigo en mi estudio.
Una vez que estuvimos sentados, con la puerta cerrada, Edward no perdió el tiempo.
―¿Qué encontraste sobre la condición de Bella?
―Hijo, lamento decirte que, de hecho, es incurable. Como dijiste anoche por teléfono, si ella ya está experimentando pérdida de audición, entonces no le queda mucho tiempo. Su audición se deteriorará hasta que está completamente sorda. No puedo decir nada sobre su pérdida de visión sin un examen y una serie de pruebas, pero eso también parece probable. La pérdida del equilibrio es otro síntoma inevitable de Usher tipo III, relacionado con el deterioro de su oído interno. Lo más probable es que los implantes no la beneficien, pero repito, no puedo estar seguro sin examinarla.
―¿No hay nada que puedas hacer? ¿Algo en absoluto, Carlisle? ¿Algún tratamiento nuevo y experimental...? ―La angustia en el rostro de Edward me devastó.
―Supongo que podemos ver qué sucede una vez que ella se haya convertido. He visto al veneno hacer tantas cosas…
―¡NO! ―me gruñó―. ¡Ella no será convertida!
Me quedé estupefacto.
―¿Qué, nunca?
―Nunca. No la veré convertirse en un monstruo. Nuestro amor mutuo no debería ser una sentencia de muerte para ella, Carlisle.
Me quedé completamente estupefacto.
―Pero hijo... ella es tu compañera. No lo entiendo.
―Ella es mi compañera, y algún día, espero que pronto, mi esposa. No cambiará. Nos ocuparemos de sus discapacidades a medida que se presenten. Todos hemos aprendido idiomas extranjeros, el lenguaje de señas no debería ser demasiado difícil para nosotros.
―Edward, ¿tienes la intención de casarte con ella y dejarla como humana?
―Sí ―respondió secamente.
―¿Y planeas tener relaciones sexuales con ella? ―Edward guardó silencio―. Hijo, sabes que eso nunca se ha intentado, al menos que yo sepa. Si perdieras el control, podrías matarla tan fácilmente…
―¡Ya sé eso! ―chasqueó―. Quizás nunca podamos tener relaciones, Carlisle, pero me encargaré de que mi esposa esté... satisfecha en otras formas. ―Sacudió la cabeza como para aclararla―. En cualquier caso, ella sigue siendo humana. Fin de la discusión.
―Puedes pensar que sí, hijo, pero creo que cierta joven sentada en nuestra sala de estar puede tener algo que decir al respecto. ¿Has hablado de esto con ella? Es su vida, después de todo.
―Ella no ha mencionado el tema, así que estoy seguro de que no tiene ningún interés en ser como nosotros.
Ciento cinco años y todavía posee la arrogancia de la juventud. Necesitaría seguir de cerca esta situación a medida que se desarrollara. Estaba razonablemente seguro de que a mi hijo le esperaba un duro despertar.
―Ella es tu compañera, Edward. ¿Vas a dejarla envejecer y morir? ¿Te volverás como Marcus? ―Le dejé ver mis recuerdos de vivir en Volterra y del vampiro destrozado y miserable que había sobrevivido a su pareja.
―La seguiré poco después. ―Se quedó mirando al suelo, no viendo el horror que sabía que había florecido en mi rostro.
―¿Qué? ―grité. Sabía que el resto de la familia había escuchado toda la conversación, pero estaba seguro de que incluso Bella había escuchado eso. Bajé la voz―. No puedo quedarme de brazos cruzados y ver cómo te destruyes, Edward. Compañera o no, no lo toleraré…
―No es tu decisión, papá ―musitó en voz baja―, como dijiste, ella es mi compañera. Mía. Por lo tanto, es mi decisión y ya terminé de discutirla.
Sin decirlo en serio, accedí.
―Muy bien, Edward. Dejaré que tú te encargues de ello. Ahora, ¿sabe que quieres casarte con ella?
Edward soltó una carcajada.
―Papá, nos conocemos desde hace menos de una semana. Acabamos de declarar nuestros sentimientos hace unos días, justo antes del viaje. Dame tiempo para convencerla de pasar el resto de su vida con un vampiro como marido.
Asentí.
―¿Escucharon eso, familia? Dejemos los planes de Edward de casarse con su pareja a él. No quisiera estropearlo para Bella. ¿Entiendes, Emmett?
Escuché a Emmett reprimir una risa, y luego el sonido de Rosalie golpeándole la cabeza.
―¡Bueno!
―¿Nos unimos a la familia ahora, Edward? Me gustaría conocer a mi nueva hija. Ella es maravillosa, hijo. Lo has hecho bien.
―Gracias, papá. ―Me abrazó brevemente y abrí la puerta, observando a mi hijo vampiro regresar rápidamente con su pareja humana.
Las cosas iban a ser muy interesantes a partir de ahora. Muy interesante, definitivamente.
