La noche del último día del año se había llegado. En medio de la oscuridad, All Might dejaba su auto con el Valet, preparado para asistir a la refinada y selectiva celebración de año nuevo.

Aunque su vestimenta no difería mucho de sus trajes habituales, emanaba una presencia imponente y elegante. Luciendose completamente de negro, desde sus relucientes zapatos de charol hasta su camisa y corbata satinada, todo cuidadosamente ajustado a medida.

El jubilado observó la impresionante puerta de madera labrada, demostrando su nerviosismo, que no pasó desapercibido por el hostess.

—¿Está bien? —Preguntó cortesmente.

—SÍ, SOLO QUE NO TERMINA POR IMPRESIONARME. —Respondió con una sonrisa nerviosa.

—Ya veo... Puede ser algo intimidante, pero es raro que alguien como usted se asuste por esta pequeñez... digo... es el gran All Might. —La observación del hostess arrancó una leve sonrisa al héroe, reconociendo la ironía de la situación.

—LO ERA...

—Aún lo es. —Respondió con un toque de seguridad en su voz mientras revisaba la lista de invitados. —Se que es algo tonto revisarlo, pero... Aquí dice que tendría invitado.

—VENGO SOLO

El hostess suspiró. —Creímos que este año sería el bueno.

—¿POR QUÉ CREERÍAN ESO? —Preguntó con curiosidad.

—¿Eh? Quiero decir... Está retirado y ... bueno, tiene tiempo libre para conocer personas... —Explicó nervioso, agitando sus manos, tratando de no hacerlo sentir mal. —¿Seguro que no?

—NADIE

—Lo lamento...

El hostess, ante la confirmación del héroe, pasó el mensaje por su auricular, dando seguimiento al segundo filtro, por lo que pronto, un hombre tonificado de casi tres metros de altura se acercó al par para encargarse de dar la bienvenida.

—Bienvenido... ¿Otro año solo?... Pensamos que este era el bueno.

—¿OTRA VEZ CON ESO? SABE QUE MIENTRAS TENGA ENEMIGOS, CUALQUIER COMPAÑÍA PODRÍA ESTAR EXPUESTA AL PELIGRO SOLO POR ESTAR CONMIGO.

—Consigue alguien fuerte jajaja.

—ESTOY BIEN ASÍ... —Dijo incomodo, curioseando los alrededores.

—Ahora vienes muy observador... ¿Algo o alguien que te llame la atención?

—NO... SOLO QUE TENÍA TIEMPO SIN VENIR. —Expresó notando como había pocas personas caminando por los pasillos, y el silencio abundaba en las salas que normalmente se encargaban de usar para esos eventos. —¿DÓNDE ESTAN TODOS? —Expresó intranquilo

—Este año es especial, cambiamos de ubicación... Algo más... Privado. —Pronunció de manera inusual, volteándole a ver de reojo, para despues cambiar a un tono más alegre, levantándose de hombros. —Por seguridad.

El guardaespaldas lo llevó hasta un elevador en el cual las puertas abrieron al utilizar una tarjeta platinada que llevaba en el bolsillo del saco. El interior del elevador era espacioso y elegante, con detalles de oro blanco y un piso de cuarzo blanco. Incluso tenía un otomán de terciopelo gris oscuro con patas doradas, añadiendo un toque de lujo al ambiente.

—ESO ES NUEVO... UN ASIENTO. —Señaló, sintiendo como la cabina comenzaba a descender en vez de subir a otros pisos.

—Este elevador suele ser usado por personas algo 'especiales'... quieren disfrutar de la experiencia y ser consentidos a pesar de estar encerrados.

—SUPONGO QUE TODOS NECESITAMOS UN POCO DE MIMO DE VEZ EN CUANDO ¿VERDAD? —Pronunció con una sonrisa forzada; más su nerviosismo cada vez era mas palpable en su cuerpo. —LA TARJETA ESPECIAL QUE MENCIONARON PARA INGRESAR A LOS PISOS INFERIORES, Y LA INSISTENCIA POR LA INVITACIÓN... ESTO ES UNA TRAMPA...

Su corazón latía con fuerza, haciendo eco en el pecho con un ritmo acelerado que resonaba en todo el cuerpo. Cada músculo se tensaba, mientras las manos temblaban ligeramente con un cosquilleo constante de ansiedad. El sudor perlaba la frente, creando pequeñas gotas que resbalaban por el rostro, mientras la boca se volvía seca, incapaz de producir saliva suficiente para aliviar esa incomoda sensación.

Las puertas por las que ingresaron al elevador permanecieron selladas, mientras las metálicas puertas de la parte trasera se abrieron, mostrando una magnifica sala repleta de personas llenas de gallardía, luciendo costosos atuendos, acompañados por mascaras que les cubrían los rostros por completo.

Apenas cruzó su pie a la habitación, una dama se acercó guiándolo a una mesa con distintas mascaras para que tomara la que mas le gustara antes de integrarse con los invitados. A pesar de la elegancia de la sala y la amabilidad de los anfitriones, seguía sintiéndose intranquilo, como si estuviera fuera de lugar.

Los tentempiés pasaban a su lado, pero no sentía apetito; su mente estaba demasiado ocupada tratando de descifrar quiénes eran esas personas que lo rodeaban.

Sin saber quiénes eran los demás invitados, y con la amenaza de la posible infiltración por parte de la asistente o la arqueóloga, se enfocó a buscar sus características distintivas: una cintura diminuta y pechos prominentes.

Cada vez que detectaba una figura femenina que parecía tener una cintura de avispa y pechos grandes, sentía un breve destello de esperanza, pero pronto se desvanecía al darse cuenta de que no podía confirmar sus identidades al no ver sus rostros. La sensación de estar evaluando a las invitadas de esa manera, lo llenaba de incomodidad, haciéndolo sentir como si estuviera cruzando límites personales y volviéndose un total pervertido.

—¿Te gusta lo que ves? —Preguntó una pelirroja con vestido rojo deslumbrante, tomándolo por la corbata.

All Might se sintió abrumado por la pregunta directa y el comentario sobre su mirada curiosa. Trató de mantener la compostura mientras sentía que el calor subía por su rostro,

—Tus ojos no han dejado de fisgonear los escotes... Quién iba a pensar que el antiguo héroe numero uno estaría tan sediento de...

—¡NO! —La detuvo antes de que terminara su acusación. —ETO... NO ES LO QUE PARECE...

Toshinori cerró los ojos con fuerza; se esforzó por calmar su respiración y enfocar su atención en las auras de mayor presencia que percibía en la sala, pero solo lograba distinguir difusas manchas en su entorno, sin poder identificar claramente a las personas... Sin embargo; varias "voces" mas prominentes podían percibirse en niveles inferiores.

Decidido a alejarse de la situación, se excusó cortesmente ante la mujer y se adentró entre las columnas decoradas, buscando un aura familiar entre la multitud de invitados, mientras, caminaba hasta posarse frente a una impresionante obra de arte en la pared, representando un ángel negro de siete metros de altura, con huesos oscuros y alas extendidas que casi tocaban el techo.

El héroe intentó buscar la firma del artista, pero no encontró ninguna. Quedó así admirando la obra, sintiéndose perdido en su belleza y misterio. La oscuridad del ángel contrastaba con la elegancia de la sala, creandole intriga que capturó por completo su atención.

—Fascinante, ¿No es así?

All Might se giró al escuchar la voz masculina y encontró a un hombre mayor como lo delataba su postura y cabello, vestido elegantemente junto a él. A quien asintió con una sonrisa imperceptible por su mascara, al escuchar el comentario sobre la escultura.

—SI... ES IMPRESIONANTE. ¿QUÉ MATERIAL ES?

—No lo sé con certeza ... Podría ser mármol negro, granito... O tal vez hasta huesos reales, ¿Quién sabe? —Añadió soltando una risa altanera.

—JAJAJA... COMO SI HUBIERA CREATURAS DE TAMAÑO TAN MONUMENTALES.

—Creo usted debería saber. —Pronunció con un tono rasposo mientras volteaba hacia Yagi fijamente... Su mirada penetrante casi podía atravesar a el elegante accesorio que cubría su rostro. La atmósfera se volvió tensa de repente, y el héroe sintió un escalofrío recorrer su espalda.

—Quiero decir... ¡Ha luchado con tantas personas y cosas tan extrañas!

—NO SON COSAS... SON PERSONAS CON QUIRKS QUE MODIFICAN SU ANATOMÍA, POR FAVOR NO LES LLAME DE ESA MANERA.

—¡Oh vamos All Might! ¡Esas cosas no deberían ni considerarse humanos! —Quejó irritado por lo igualado que se expresaba sobre aquellos sin similitudes a un ser humano.

—¡ALL MIGHT! —Llamó un hombre delgado pero fornido con su cabello largo y cenizo peinado hacia atrás.

—DISCULPE... ¿QUIEN...?

—Shinya... —Dijo descubriendo su rostro, siendo igual desconocido para el héroe.—EdgeShot...

—OH, NO LE RECONOCÍ CON LA CARA CUBIERTA A LA INVERSA. —Rascó su nuca, sin querer admitir que aún no le conocía sin su uniforme de héroe.

—Veo que el sujeto es muy pesado, ¿Por qué no me acompañas? —Susurró, guiándolo a otra dirección, tomándolo de la espalda y retirándose ambos hacia una mesa periquera donde le acompañaba con un trago que no se atrevió a beber.

—¿TAMBIEN VIENES SOLO?

—No... Acompañe a la chica con la que estoy saliendo, pero parece que no tenemos mucho en común... no me presenta a nadie y no encajo en sus conversaciones —Quejó frustrado apoyando su cara en la mano y dándole fondo a su martini.

—¿NO TE PARECE RARO?

—No. Son millonarios excéntricos... Simplemente no encajamos.

—ESO NO... ESTO... EL SALÓN SUBTERRÁNEO.

—¿Hm? No lo habia considerado... Como no les son suficientes las cientas habitaciones y salones en los pisos superiores...

—¿NO SABES SI VINIERON MÁS HÉROES?

—Puede que esten por aquí... pero con las máscaras y en su identidad de civiles es difícil localizarlos... Tu fuiste sencillo porque bueno...

—NO ES NECESARIO QUE LO EXPLIQUES...

—El peinado.

—GRACIAS POR INTENTAR REPARAR EL DAÑO JAJAJA... SOY EL UNICO CON APARIENCIA DE ENFERMO.

La noche se sentía interminable, plagada de conversaciones superfluas y la monotonía de los eventos sociales. All Might se vio obligado a levantar su copa en respuesta a brindis genéricos y a escuchar un discurso insulso pronunciado por un magnate aburrido.

Después del discurso, los invitados se dispersaron en diferentes direcciones continuando con sus conversaciones superfluas. Aunque All Might estaba acompañado, no lograba encontrar un momento de verdadera tranquilidad. Su mente estaba dividida entre mantenerse alerta ante cualquier amenaza potencial y buscar entre la multitud alguna aura familiar, más ninguna se manifestaba.

Mientras caminaba entre la multitud. Cada aura desconocida parecía una destello entre la penumbra, y cada conversación ajena sonaba como un susurro lejano en su mente. La tensión lo envolvía y la sensación de soledad lo acompañaba incluso en medio de la multitud... Por lo que, en un descuido, decidió abandonar la fiesta a pesar de faltar aun varias horas para el año nuevo.

El jubilado subió a su carro, sintiendo un extraño olor a lavanda que impregnaba el interior. Frunció el ceño sorprendido por el aroma inusual, y revisó el aromatizante, percatándose de que era nuevo; por lo que suspiró resignado, decidiendo no darle más importancia y se concentró en su playlist, buscando algo de música para calmar sus nervios.

Con el sonido reconfortante de la música de fondo, arrancó el motor y observó cómo las enormes puertas de herrería se abrían lentamente, dandole paso para salir del terreno del evento. Sin embargo, incluso en ese momento de aparente tranquilidad, la sensación de ser observado persistía

Finalmente, cuando se alejó del recinto y se adentró en el camino boscoso que apenas estaba iluminado por la luz de la luna, sintió un leve alivio. Respiró hondo, permitiéndose relajarse un poco más, pero su breve momento de calma se vio interrumpido por un grito repentino y un objeto de considerable tamaño que apareció a su costado, provocando que perdiera el control del camino.

—¡TENEMOS LA COMPUTADORA!

All Might se sobresaltó ante el repentino grito, lo que lo hizo perder momentáneamente el control del volante. El carro derrapó sobre el camino, patinando antes de salirse de la carretera por unos arbustos. El impacto hizo que el vehículo golpeara un árbol cercano, pero gracias a su robusta construcción, el automóvil apenas sufrió daños.

—¡¿CÓMO SE TE OCURRE SALIR ASÍ DE LA NADA?! —Gritó molesto volteando hacia atrás y viendo a Yue con el cabello color lavanda quien despedía el olor a retrete limpio, y a ambos lados las piratas vistiendo elegantemente. —¿QUÉ HACEN TODAS AQUÍ?!

—Saliendo del palacio... ¿Qué más parece? —Rezongó Nami con tono de burla, cruzando sus piernas.

—Fufufu

—¡¿SE INFILTRARON?!

—No me veas a mí. Ellas solitas se metieron. —Yue excusó, saltando al asiento de adelante, con todo y computador, atorándose cerca del reposacabezas, debido al espacio angosto.

Yagi presionó el puente de su nariz exasperado. —SABIA QUE SE INFILTRARÍAN, PERO NO LAS VI...

—No íbamos a ir a tu aburrida fiesta... —Se escuchó la peli morada luchando por tomar aire, desde el espacio de los pies.

—Tantas joyas tan robables al alcance de mi mano... —Nami quejó lamentándose, cubriéndose la boca y volteando a otra dirección. — Pero por el bien de la misión... No lo hice.

—Y lo agradecemos mucho Nami.

—All Might san... ¿Podría ser tan amable de ayudarnos a ver el contenido de este aparato? —Robin pidió cortésmente.

—¿POR QUÉ NO SOLO TRAJERON EL DISCO DURO?

—¿Acaso tenemos cara que sabemos usar estas cosas? —Expresó Nami con sarcasmo.

—SOLO NECESITABAN EXTRAER LA MEM... —Mencionó con sudor recorriendo su cabellera, pero al ver a las tres mujeres confundidas, entendió que realmente no tenían mínima idea de como funcionaba la computadora.

—SE DONDE VER SU CONTENIDO

—¡Ya ta!

—¡ESPERA ,SI NO SABEN NADA SOBRE ESTO!...

All Might revisó que el modo antirasteable de su auto estuviera activado y retiró la memoria de la computadora buscando frenéticamente algún rastreador. Al no encontrar nada, decidió por seguridad no llevar el ordenador cerca de la escuela.

—NO PODEMOS LLEVARLO NI DESECHARLO... TIENE NUESTRAS HUELLAS.

—...

...

..

En medio de la oscuridad del bosque, las llamas rugían vorazmente devorando las pruebas y evidencias que se encontraban consumiendose en una fogata frente a los cuatro.

—ENTONCES... —Dijo arrastrando palabras, un tanto curioso, volteando con las 3 que parecían disfrutar como se consumían los circuitos. —¿CÓMO FUE QUE LO CONSIGUIERON?


All Might llegó al palacio y estacionó su auto, siendo un ojo azul, testigo de su travesía, al descansar en el respaldo del asiento trasero antes de desaparecer y reaparecer instantáneamente en la hebilla del cinturón del héroe, permaneciendo cerrado mientras seguía su camino hacia el interior de instalaciones del palacio.

Una vez dentro, el ojo se abrió y escudriñó los techos en busca de cámaras de seguridad, para poder aparecer una serie de ojos adicionales en puntos estratégicos, observando atentamente el camino que All Might tomaba.

—Necesitamos la tarjeta del guardia. —Comentó Robin relajando sus manos, tras ver al héroe junto al guardaespaldas entrar al elevador.

Nami, vestida con un elegante corto vestido negro y el cabello recogido en una coleta, se encontraba junto a su compañera en el bosque, observando cómo el lugar estaba custodiado por guardias en horarios específicos.

—¿Puedes vigilar mientras consigo la tarjeta?

—Claro... Cualquier emergencia, aquí estaré.

—Estamos en contacto... —Dijo la navegante, mientras nacía una tercera oreja en su cabeza.

—Si...

Nami esperó a que el guardia terminara su ronda antes de saltar del árbol y dirigirse hacia la entrada. Utilizó el espejismo creado por su Clima Tact para ocultarse mientras se infiltraba, asegurándose de no ser detectada por los guardias. Sigilosamente, logró entrar junto con dos invitados más, manteniendo siempre una distancia discreta.

Una vez dentro del palacio, continuó manteniendo su distancia dirigiendose al elevador, que al ser lo suficientemente grande, pudo permanecer en una esquina sin que nadie notara la diferencia de temperatura que su presencia podría haber causado.

Las puertas del elevador se abrieron, pero la pirata decidió no salir de inmediato. En su lugar, observó al guardia mientras presionaba otro botón, cerrando la puerta que conducía al salón de eventos y abriendo la que llevaba a un pasillo ancho y bellamente decorado, aunque con un material menos lujoso que el del salón principal.

Intrigada por este nuevo rumbo, decidió seguir al guardia manteniendo su distancia y asegurándose de no hacer ruido al avanzar por el pasillo atenta a cualquier movimiento sospechoso.

—Se dirige a otro lado... Debe ser el área de empleados. —Susurró para que Robin pudiera escuchar, observando cómo el guardia se retiraba tras una puerta mientras ella continuaba su paso, avanzando hasta encontrarse frente a una puerta metálica que requería un acceso para abrirse.

Nami inclinó la cabeza mientras examinaba el dispositivo, notando que no era igual al de la tarjeta que estaban buscando.

—Robin, ¿podrías generar una réplica del otro lado de esta puerta? —Solicitó, mientras un ojo emergía en su frente para inspeccionar el obstáculo. —No puedo sin tener visibilidad del otro lado— Respondió la rosada boca que nació de la clavícula de la pirata.

—Callejón sin salida... —Lamentó Nami

—Debe ser el filtro que Bakanee no podía pasar.

—Aguardemos un momento para ver si alguien aparece. —Sugirió Nami, a lo que Robin respondió tras analizar.

—El problema es que aquellos que utilizan estos espacios deben estar descansando por horario festivo... Si ven a los trabajadores entrar y salir, puede levantar sospechas entre los invitados.

—A menos que los invitados sean parte de esto... —Añadió la navegante.

—No creo que todos...

—Aaaah maldición. —Lamentó Nami, dejando salir un fuerte suspiro. —Necesitamos encontrar otra manera de acceder sin levantar sospechas... destruir la puerta solo nos metería en problemas.

Nami exploró varias puertas en busca de una solución, encontrando diferentes salas como salones de conferencias, oficinas y archiveros. Finalmente, ingresó a un baño donde revisó las esquinas en busca de cámaras de seguridad antes de terminar con su espejismo, para poder despejarse y refrescarse, lavándose la cara, donde sin querer mojó el ojo de Robin en su frente.

—Lo siento.

—¿Nami? —Se escuchó la voz de Yue desde uno de los cubículos, del cual salió vistiendo un uniforme de seguridad, con el cabello recién teñido con un aroma a lavanda proveniente del producto en la taza del baño.

—¡Eh! ¿Qué haces aquí? —Preguntó Nami sorprendida.

—Quiero irme, pero mi tiempo bajo esa identidad terminó hace unos 30 minutos, o tal vez más, pero ¿Quién está contando? ¿Y Tú...? —Yue señaló el ojo de Robin —Ustedes... ¿Qué están haciendo aquí ustedes?

—Lo mismo, supongo...

—No podemos cruzar la puerta. —Apareció el torso de Robin en una de las paredes.

—Buscan bajar por el ascensor a los otros niveles...

—¿Sabes cómo hacerlo?

La mujer sacó lo que parecía ser una lámina flexible de silicona enrollada de uno de los bolsillos de sus pantalones. —Sí.

Nami se preparó para un segundo intento, creando un cambio de temperatura para ocultarse en el espejismo. Se acercó a la puerta donde estaba la placa, en la cual Bakanee abrió la lámina y sacó de ella una delgada y transparente película texturizada. La colocó meticulosamente en su mano, como si fuera un fino guante y luego la apoyó en la placa que la escaneó. Que, para sorpresa de Nami, aceptó la entrada y abrió sus puertas.

—¿Qué es eso? —Preguntó la pirata apuntando al dispositivo.

—Escáner... Lee las marcas únicas de las manos... Son como una firma.

—¿Como hiciste que funcionara?

—Una copia. —Dijo sin dar más detalle, entrando junto a Nami que vio solo habia un botón en el ascensor.

—¿Y ese botón?

—Es para regresar.

—¿Y cómo eliges el piso?

—No lo haces... El ingreso solo te permite ir a donde estes registrado... Es muy difícil encontrar personas con acceso más allá del segundo nivel... Este le pertenece al tercero. —Dijo orgullosamente con una sonrisa, guardando de nuevo la lámina en su bolsillo.

Las puertas del ascensor se abrieron y Nami salió para investigar, mientras Yue le explicaba lo que había descubierto.

—¿No es interesante? —Comenzó a narrar la asistente. —Estos tres primeros niveles son solo para que ciertos tipos de personas puedan socializar. No se trata de personas fuertes ni inteligentes, son solo perros de los niveles inferiores; aquellos encargados de los trabajos sucios. No encontrarás más que salas de conferencias, cuartos de armas y oficinas encargadas de... No sé, hacen cosas diplomáticas, hay mucho de eso...

—¿Qué crees que haya en los inferiores? —Inquirió Nami

—Lo que necesitamos. Espero...

—Robin... ¿Puedes permanecer en el ascensor en espera de que alguien de un nivel inferior baje?

—Claro. —Dijo apareciendo un ojo en el techo del ascensor y otro en la frente de Nami para despues desaparecer.

—Esperar es lo unicó que nos queda... Esto podría tomar horas. —Golpeo Bakanee su cabeza en la pared, para despues tomar a la pirata y salir en búsqueda de otro espacio. —Vienen personas.

Sonoros pasos se escucharon por los pasillos: Un hombre mayor luciendo una máscara geométrica con reflejos elegantes, acompañado por uno de los oficinistas quién le había entregado lo que parecía un paquete.

—Definitivamente pertenece a los niveles inferiores. —Dijo Nami, volteando a Bakanee quien entendió la orden.

La pirata usó su Clima Tact para ampliar el área del espejismo. Mientras ambas mujeres se cubrían la nariz, para despues, la peli morada lanzara un dial entre los pies de ambos sujetos. La caracola expulsó una fragancia hipnotizante de color purpura que, al ser respirada por ambos hombres, cayeran instantáneamente dormidos.

—Esa fragancia... Es la habilidad de Nerumi san. —Comentó Nami tomando el Dial, apenas se disipó el delicado gas.

—No me quedo en esa escuela por protección... Estoy estudiando y recolectando lo posible que me pueda ser de utilidad. —Respondió la asistente, colocando la mano del anciano en el escáner que no parecía responder a la huella. —¿Huh?

—¿Por qué deberías de hacer eso? ¿Qué estas planeando?

—Escapar no es suficiente para sobrevivir... A veces necesitas defenderte...

Nami aclaró su atención, para despues enfocarse en el intento fallido para abrir la puerta.

—¿No será la otra mano? —Preguntó la navegante, presionándola contra el escáner que seguia sin reaccionar.

—Qué raro... Pensé que ellos no podían bajar a este piso. —Comentó la peli-morada

—Debió venir con el obrero que encerramos en el casillero... ¿Qué hacemos con este?

—Ahorita lo amordazamos y escondemos... Para cuando esto termine, ya nos habremos ido. —Dijo quitándole la mascara al anciano para ver su rostro. —No tengo ni perra idea de quien es este anciano... —Gruñó molesta Bakanee curioseando sus facciones y revisándole los ojos que le dejaron intrigada.

—Nami... ¿Por qué crees que sus pupilas sean de distintos tamaños?

—¿Será? —Cuestionó, arrebatándole la cabeza del inconsciente y golpeándolo accidentalmente por el repentino movimiento al escáner que iluminó la cornea del ojo del anciano, para despues abrir las pesadas puertas metálicas; iluminando así la mirada de ambas. —El daño a su retina se debe a la luz que usa este aparato para examinarla.

Una sensación de suave movimiento envolvía a las pasajeras, percatándose por el cosquilleo al cambio de dirección; como el ascensor comenzó a descender.

—Piso seis. —Pronunció Bakanee sorprendida, con sudor recorriendo su cuello debido a la incertidumbre al ver las puertas abrirse, mostrando un pasillo mas elegante que los del nivel tres.

—¿Estás segura? El elevador no tiene números.

—No hay duda... Si contamos las presencias repartidas en los pisos superiores da como resultado el sexto nivel.

—Tiene sentido. —Comentó Nami saliendo a los pasillos mientras la peli morada arrastraba el cuerpo que seguia dormido, siendo tomada como asistente de la pirata.

Nami comenzó a abrir las puertas de las distintas habitaciones, encontrándose con grandes salas con exposiciones en sus interiores que iban de maravillas mundiales perdidas, hasta tecnología desconocida.

El curioso par, asomó la cabeza por una gigantesca puerta de madera brillante y resistente de unos 6 metros de altura. Sintiendo como tras de ellas chocó un cuerpo que las hizo gritar alertas, volteándose para ver a Robin con su intrigada mirada.

—¡ESPANTAS!

—Fufufu, lo lamento... Tengo que ver esto.

Robin examinó la enorme puerta, recoconiendo su textura y percatándose de que estaba hecha del mismo material que su barco, el "Árbol Adán". Al abatirse por completo, reveló en su interior lo que parecía una sala de museo con exhibiciones familiares para sus ojos.

En el centro de la exposición descansaba un colosal cráneo de rey marino, rodeado de diversos esqueletos de distintas criaturas. Sin embargo, todos de ellos portaban una pequeña descripción de su procedencia, seguida de un precio exorbitante y un nombre, cual artista.

—Parece que aquí guardan las pruebas del pasado, para que solo los involucrados puedan poseer. —Comentó Nami, admirando lo que parecía el cráneo de un gato enorme, perteneciente a uno de las tan apreciadas bestias marinas de Alabasta.

—No del todo Nami. —Dijo Robin manteniéndose seria, terminando de leer un par de descripciones...

—No son lo que consideraríamos pruebas históricas. —Explicó bajando al nivel de la información, señalando los nombres posteriores al precio. —Este nombre pertenece a una banda de villanos inactiva... Y parece la fecha señalada en estos datos, corresponde con su desaparición.

Tras su análisis; la pelinegra pasó sus suaves dedos sobre los huesos de la bestia, percibiendo la nula aspereza que presentaban. —Son recientes... No tiene mas de seis meses...

Prestó mas atención como los precios variaban en especímenes similares, y sumándoles sus estudios de la problemática actual. Llegó a la deducción de los factores que variaban para hacer de un espécimen mas valioso que otro, era la dificultad para asesinarlo y la cantidad de equipo que habían perdido para conseguirlo... Terminando en mas del 92% de cazadores o por como se mostraba en la información, "Criminales" ... Quienes perdieran la vida.

—Lo más seguro es que esta exposición sea de cacería furtiva.

—Que personas tan despreciables, todo esto es una sala de trofeos por asesinar a especies pertenecientes al viejo mundo. —Quejo Nami.

—¿Ustedes no comen monstruos marinos? —Cuestionó la pelimorada

—Si... Pero por necesidad, no por depor... Olvídalo... Desconocemos si los consumieron también. —Respondió conflictuada al tener un punto.

Después de 4 salas de exhibiciones similares, una nueva entrada doble altura mostró una temática diferente con cuerpos taxidermizados de Minks en los pasillos. Sin embargo, esta vez la información era más explícita, contando las historias personales y ejecuciones de cada uno.

La sala parecía una especie de salón de la fama donde se exhibían generaciones de cacerías de razas. Nami se sentía perturbada al ver los distintos cadáveres taxidermados, ya que devido a su breve estadía en Zou durante un par de semanas, le hervir la sangre al ver los Minks tan amables siendo usados como objetos decorativos.

Mientras tanto, Robin, siendo más científica, se limitó a verlos como vestigios de un pasado, analizando los datos que compartían en sus láminas de información. En cambio, Yue quedó absorta viendo el cuerpo de una hembra caracat.

—Es la madre de una de mis pequeñas... —Dijo sin aliento y con un tono de tristeza, acariciando la mejilla de la Mink.

—Lo siento Nami... Tenías razón... Estos seres despreciables no merecen seguir con vida.

—¿De los huérfanos de Deika? —Preguntó la pelinaranja

—Camille... —Pronunció con nostalgia. —No puedo con esto... Las espero fuera. —La asistente se apresuró avanzando con la vista cerrada, mientras abrazaba sus propios antebrazos, negándose a continuar.

—No solo cazan a los mestizos... Si no que los exhiben como trofeos. —Robin dijo con molestia en su voz, encontrándose en una encrucijada de si continuar leyendo las historias de como fueron atrapados para tener un panorama mas amplio, o simplemente dejarlo a un lado para continuar en búsqueda de más variedad de información.

—Este lugar me da escalofríos. —Nami pronunció, frotándose los brazos mientras veía con desagrado sus alrededores.

La exposición abarcaba otras tres salas, cada una más inquietante que la anterior. Las mujeres se encontraban cada vez más incomodas por lo que la información mostraba y la deshumanización a la que estaban expuestas las inocentes razas.

Mientras caminaban hacia la salida, Nami y Robin se encontraron nuevamente frente a las enormes puertas de madera de Adam, donde Bakanee, la persona que usualmente caminaba sola y segura de sí misma ahora parecía confundida y vulnerable. Provocando que Nami y Robin intercambiaron una mirada preocupada antes de dirigirse a ella.

—¿Estás bien? —Preguntó Nami, pero Bakanee solo asintió brevemente sin mirarlas a los ojos.

—No puedo avanzar si hay cámaras de seguridad. —Se excusó con voz temblorosa, y aunque no lo dijo explícitamente, su incomodidad era evidente. Dejando en claro como algo la atormentaba, pero ella no estaba lista para hablar de eso. —Sigamos...

—¿Estas segura que puedes con esto? —Preguntó Robin saliendo de la sala, a lo cual la asistente asintió con la cabeza y las dejó liderar el camino; volviéndose así, su sombra.

Más hacia el fondo, encontraron una sala con una entrada más discreta, sin embargo, al abrir la puerta se toparon con un gran salón con una gigantesca pantalla que recordaba a la de un cine, rodeada de múltiples computadoras táctiles que compartían parte de la misma información.

Frente a ellas, la enorme proyección mostraba el mapa de Japón, el cual podía ser manipulado desde un tablero táctil ubicado en el centro. La curiosidad de Robin fue inevitable, y comenzó a explorar los puntos señalados en el mapa. Cada uno de ellos guardaba registros de los mestizos rastreados, que, al indagar más a fondo, descubrieron que cada uno tenía su árbol genealógico detallado con fotografías, de las cuales se dividían en tres categorías por su color: verdes, rojas y naranjas.

Solo las pocas fotografías de marco verde, eran los que actualmente se encontraban señaladas en el mapa; dando a entender que eran los que se encontraban habitando actualmente. Al contrario de los rojos, que fueron fácilmente reconocidos por las 3, debido a que varios se encontraban en exhibición en la sala de exposiciones donde habían sido llevados como trofeos. Por otro lado, los naranjas carecían de información detallada, lo que sugirió que sus antecedentes y ubicaciones eran desconocidos para los responsables de esta sala de investigación clandestina.

Nami y Robin se sintieron desoladas al ver la escala y la magnitud de esta operación. La información revelaba la explotación y el despojo sistemático de criaturas inocentes, todo para el beneficio y el placer de aquellos que se consideraban superiores. La navegante no podía sino preguntarse cuántos más podrían estar sufriendo en silencio, lejos de los ojos del mundo, y Robin se sintió invadida por un profundo pesar al darse cuenta de que incluso en este tiempo moderno, la discriminación y el abuso de poder aún eran una realidad.

Al descubrir el conocimiento de los mestizos en la superficie. Bakanee se mostró desesperada, intentando abrir uno de los computadores, al desconocer su funcionamiento.

Robin recordando la conversación de las dos mujeres, tomó el mando y buscó entre los documentos de los "trofeos", hasta encontrar a la Mink Caracat, para abrir su árbol genealógico, en el cual todos se encontraban en rojo, excluyendo a una pequeña cría enmarcada en naranja.

—Camille... —Susurró Nami leyéndola pantalla.

—Si... La pequeña huérfana. —Explicó la peli morada, aun ensimismada intentando comprender que parte de todos los circuitos y piezas necesitaba tomar de la computadora para obtener la información.

—Ve la pantalla. —Pidió Robin, a lo que la mujer hizo caso mostrándose perturbada.

La pantalla iluminó con una foto de la pequeña Mink, 2 años más joven, con un sello que representaba un porcentaje del 100%. Siendo la única criatura en la pantalla que no tenía un precio debajo de ella. En lugar de eso, había un nombre en rojo escrito debajo de la foto.

—Pu... ¿Pueden, abrir el nombre de esa persona? —Solicitó la asistente, señalando el nombre que se encontraba ubicado, donde normalmente se exhibía un precio.

—Winterton

—Si...

La pantalla lo mostraba junto con un listado de nombres sin detalles ni foto alguna que ayudarles a entender de quién se trataba. Extrañamente... Aquel listado, mostraba solo nombres de pueblos, ciudades y países, de los cuales las tres reconocían bastantes debido al estudio del mundo actual. Sin embargo, ante el listado... Uno de los mencionados, llenó de ira a la asistente, de tal manera que las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos, simultáneamente que desesperada regresó a intentar buscar lo que necesitaba de la máquina.

—Yue chan... —Llamó Nami por el nombre que le asignaron los héroes al ver que se encontraba alterada, más la mujer no respondía... Solo continuaba moviendo torpemente los componentes de la computadora.

—¿Necesitas hablar? —Continuó intentando llegar a ella, mientras Robin seguía manipulando el mapa, para recolectar más información.

El listado de nombres en la pantalla desapareció, reemplazado por un mapa que poco a poco se hacía más pequeño para mostrar una mayor área geográfica, incluyendo parte de Rusia y Australia. Robin notó cómo habia puntos estratégicos, en especial en medio del mar señalando entre la ruta de Japón a las Filipinas; trayecto mejor conocido como "Triángulo del Dragón".

La arqueóloga dio zoom a esa área, explorando la información de esos puntos. Abrió uno de ellos al azar, y la pantalla mostró la fecha de inicio de la expedición y la pérdida de contacto, junto con los nombres de los viajeros. Conforme abría más, se encontraba con relatos de expediciones fallidas y causas de muerte inexplicables. Pero lo que más llamó la atención fue que, según el GPS, ninguna de los viajes había logrado pasar los anillos de la calma.

—Intentan entrar al viejo mundo desde hace décadas.

—¡¿Podrías hablar?! ¿Qué te sucede? —Nami perdía la paciencia con Yue que, en un arrebato. Desconectó por completo el computador, cargándolo en brazos, casi cubriéndole la cara.

—¡Todo está bien! —Respondió tratando de ocultar su sentir.

—¿Qué estás haciendo? —Cuestionó Nami alterada, al verla arrancar el aparato con todo y cables

—Robando información.

—¡No tenías que ser más sutil!

—Las cámaras pueden haber grabado el movimiento de la pantalla... Aunque no nos vean, saben que alguien está aquí. —Aclaró Robin con semblante serio, dejando al par con rostros en blanco.

—¡Gaaaaaaah! ¡No lo había considerado!

—Revisaré los pasillos, necesitamos estar seguras. —Su cuerpo desapareció entre pétalos y creando filas de ojos para vigilar.

—¡Mejor nos vamos antes de que nos encuentren!

—Mhm —Accedió, corriendo junto a la navegante, mientras limpiaba sus ojos.

—¿Quién era esa persona? —Cuestionó la pirata mientras huían.

—¿Quien?

—Winterton...

—Alguien que no merece estar vivo... No conozco su rostro... El nombre se le da por su lugar de origen. Winterton, condado de Lincolnshire Inglaterra... Todos esos malditos usan nombres claves para mantener su anonimato.

—Los nombres en la lista... En realidad, son coleccionistas. ¿No es así?... Por eso su nombre apareció donde colocan el precio.

—Peor aún...

—¡¿Peor?!... Pues, ¿Qué es lo que hacen?

—No quiero hablar de ello... Es completamente desagradable... Asqueroso.

Nami pasó saliva entendiendo a lo que se refería.

—Podríamos buscarlos con ayuda de los héroes.

—No confío en ellos...

—En Aizawa, Toshinori, Yamada y Nerumi... Que consigan información de sus agencias de aquellos residentes que no son originarios de Japón.

—¡¿Tu crees que les permitiran acceder a información de estas personas?! Son tratas a nivel mundial... Puede que ni siquiera esté en japon... Puede que si... Como tambien puede que el nombre sea de el origen de su familia y él sea de otro lado... O un recuerdo de donde habitó... No hay nada seguro.


La luz de la luna filtrándose entre las ramas de los árboles parecía difuminar el paisaje nocturno con una suave luminosidad. Dentro del auto, All Might se veía claramente perturbado e intranquilo, sobre todo angustiado mientras procesaba toda la información que acababa de recibir.

—AUN NO ENTIENDO...

—Creí que quedó bastante claro... —Quejó Nami

—¿COMO ENTRARON AL AUTO?

—Ah... Robin. —Dijeron al unisón

—Fufufu

—¿NO LAS VIERON?

—No

—¿QUÉ HAY DE LAS CÁMARAS TERMOGRÁFICAS?

—¿De las qué?

—CÁMARAS QUE CAPTAN EL CALOR CORPORAL.

—¡No sabíamos la existencia de ellas! —Exclamó Nami

—¡Mierda! ¡Lo habia olvidado!

—¡Baka! ¡Bakanee!

—¡TRANQUILAS! CON EL CAMBIO DE TEMPERATURA CÁLIDO DE NAMI, LA IMAGEN DEBE DISTORSIONARSE.

—LO ÚNICO QUE PODRÁN IDENTIFICAR DE LA GRABACIÓN, ES QUE SON TRES Y PROBABLEMENTE IDENTIFIQUEN SON MUJERES.

—Bueno... Mientras no se enteren que estamos contigo.

Tras escuchar el comentario de la aliviada navegante; el héroe cambio repentinamente de rumbo, saliendo de la carretera y adentrándose en el bosque, por un sendero de tierra.

—¿A dónde vamos?

—NO VAMOS A LLEVAR ESTO A TERRITORIO ESCOLAR O MI HOGAR.

—...

—¿No vives en la escuela? —Cuestionó Nami

—RECIENTEMENTE... TENGO MI PROPIA CASA.

—¿Entonces?

—SI NOS LLEGAN A RASTREAR... SERÁ MEJOR QUE SEA EN TERRITORIO DE VILLANOS.

—¡¿PIENSAS METERNOS A UNA GUARIDA DE VILLANOS?!

—UN LUGAR QUE HACE VARIOS AÑOS SOLÍA SER UNA... ACTUALMENTE ESTÁ VACÍA.

La guarida con entrada subterránea se erigía en medio de un terreno boscoso y apartado. La entrada a través del subsuelo le daba un aspecto misterioso y clandestino. La puerta era pesada y reforzada, con varias cerraduras y un sistema de seguridad moderno que parecía haber dejado de funcionar.

Al ingresar, los pasillos eran oscuros, con solo la tenue luz de las linternas o antorchas para guiar el camino. El ambiente era tenso, lleno de un silencio incómodo interrumpido por el eco de pasos y murmullos de los trasgresores, que se encontraban paseando como por su casa, a pesar de las tenues y hostiles "voces."

—Tu guarida vacía tiene varias ratas... —Susurró la asistente

—¿No que estaba solo el lugar? —Quejó Nami reposando las manos en la cintura, mientras Robin parecía disfrutar de la aventura.

—Las ratas siempre regresan a su nido... Dijo Bakanee. —Hagamos que salgan y terminemos con esto de una buena vez... Bueno... ustedes.

—¿Tienes algo planeado? —Preguntó Robin; a lo que la chica asintió adentrándose al oscuro pasillo.

—Fácil... Solo entra y... ¡NO TEMAN! ¡PORQUE ESTOY AQUÍ! —Gritó a todo pulmón, recuperando el aire para dirigirse de nuevo a sus compañeras de manera burlona. —Todos los villanos odian al número uno...

—¡¿QUE?! ¡¿COMO SUGIERES?!

—¡HAY ALGUIEN ABAJO! —Gritaron amenazantes varias voces de distintos niveles.

—Fufufu... Ni siquiera era necesario que All Might lo dijera. —Robin comentó divertida, dejando escapar una risilla.

—¡Debe ser un fanático de All Might! —Se escuchó un acelerado hombre bajando por las escaleras.

—Vaya, realmente te odian. —Burló Nami tratando de halagar al héroe insinuando hacía bien su trabajo, pero solo logró se sintiera incomodo.

—Están bajando ocho... Quedan doce arriba... —Señaló la asistente hacia la pirata, para que se encargara de ellos.

—Seis fleur...—Robin delicadamente cruzó sus brazos, esperando a tenerlos a la vista.

Antes de que los criminales pudieran llegar al pasillo, sus Quirks hicieron acto de presencia intentando detener a los invasores. Sin embargo, apenas sus figuras fueron divisadas por la pirata, el encuentro había concluido.

—¡CLUTCH!

Varias manos nacieron en los torsos de los villanos, y giraron el torso en dos direcciones opuestas, ocasionando un sonido sordo y crujiente, que dejaron a las víctimas inmóviles al suelo, dejando sus cuerpos completamente inutilizables, mientras un par al recibir un fuerte golpe en la cabeza, comenzaban a convulsionarse.

—A VECES ME ATERRA SEÑORITA ROBIN.

—Me halaga. —Respondió la pelinegra entretenida, mientras el jubilado posicionaba las cabezas de los convulsionados para que no se ahogaran con su lengua.

—TAMBIEN USTED SEÑORITA NAMI

—¡¿Pero yo que hice?! —Quejó Nami ofendida, mientras Yue esperaba palabras con una sonrisa, más All Might solo la ignoró

—¡¿AH?! ¡¿Y por qué yo no?!

Yue amablemente invitó a Nami y Toshinori para actuar como cebos para sacar al resto de criminales de sus escondites, pero ambos se negaron, dejando sola a la entusiasmada mujer con la tarea de infiltrarse a causar alborotos, para luego regresar corriendo hacia donde estaba Robin, quien se encargó de imposibilitarlos.

Una vez que el camino estaba despejado, exploraron una habitación repleta de maquinaria para imprimir billetes falsos, donde encontraron una computadora no rastreable utilizada para llevar a cabo las actividades delictivas; Donde, sin perder mas el tiempo... Conectaron el disco duro para ver con mas calma lo que ocultaba.

—¿Qué es eso? —Preguntó la navegante, señalando la pantalla negra con un código en letras neón.

—ESTAN CIFRADOS, NECESITO UNA CLAVE EFS O CERTIFICADO DIGITAL. —Explicó mientras abría varias ventanas oscuras donde parecía meter códigos, simultáneamente, el trio de mujeres veían sus acciones un tanto confundidas.

—No tenemos idea de lo haces.

—NO PODEMOS ABRIRLOS SIN UNA CLAVE... LO MÁS QUE PUEDO OBTENER ES ESTO. —Señalando la pestaña negra con palabras en colores verdes y rojos que no les hacían sentido, más podían identificar algunas palabras familiares. —NECESITAMOS ALGUIEN QUE SEA CAPAZ DE DESCODIFICARLOS.

—No podemos acudir a tus amistades... Mientras sirvan al estado, pueden interferir y desaparecer la información.

—PENSABA EN UN VIEJO AMIGO AMERICANO.

—¿El sujeto que te recomendó con el psicologo que te borró la memoria? Estás idiota... ¡Trabaja para ellos!

—DEBIÓ SER UN MALENTENDIDO...

—A estas alturas, debes evitar los malentendidos tambien... —Recomendó Robin, tratando de calmar a Bakanee que se mostraba alterada por las decisiones de Yagi.

—TSURAGAMAE ES UN MINK, ¿NO? PUEDO ENCARGÁRSELO A ÉL.

—Creo que puedo conseguir un contacto... Lo conocen los adultos de Deika; Es uno de los trabajadores del jefe del frente de liberación paranormal.

—¿QUIENES?

—Unos locos que quieres usar sus quirks de manera habitual fuera del reglamento... —Confesó Bakanee sin juzgar los actos que son considerados delictivos, que por ende provocaron un silencio abundante entre los 4.

—Eso es un crimen... —Señaló Nami percatándose que lo dejó pasar por alto.

—El frente paranormal... Son los involucrados en la destrucción de la ciudad. —Agregó Robin con la mano en el mentón, rememorando la ideología del grupo extremista, tras leer el libro que les otorgó Hawks.

—¡¿VILLANOS?!

—Bueh... Depende de la perspectiva con que los veas... Para mí solo son seres libres mal enfocados. —Se excusó la asistente, con una mirada inocente, encogiéndose de hombros.

—¡NO DAREMOS INFORMACIÓN A VILLANOS!

—¡Tampoco a tus compañeros, no sabes en quien pue! —Yue quejó, siendo silenciada por unas manos de Robin que tomó la palabra.

—Confiamos en su criterio. —Habló por ella, con una gentil sonrisa.

—¡Bueh! —La asistente retiró la mano de la pirata que no le permitía hablar ni respirar. —De acuerdo... Dásela a tus jefes para que la eliminen y nos dejen sin nada... Oh, espera... ¡Que se las des tú, solo volverá a ti y tus compañeros en objetivos!

—SOSTENGO MI PUNTO... SIN VILLANOS.

—¡QUE NO SON VILLANOS! —Extendió sus manos al aire.

—Ya Bakanee... —Nami golpeó su cabeza levemente para hacerla entrar en razón.

—BUSCARÉ ALGUIEN DE CONFIANZA QUE NOS PUEDA AYUDAR.


Mientras recorren el camino de regreso en el auto, tanto Robin como Toshinori compartieron a detalle sus experiencias de lo que presenciaron: desde los extraños comportamientos que el héroe vió en la fiesta, hasta los pisos inferiores del edificio... Hasta que Yagi tocó el tema del enorme ángel negro.

—ERA MÁS PEQUEÑO QUE LOS GIGANTES ALADOS DE VALHALLA.

—¿Dejaron en exposición el esqueleto del Lunarian? —Yue preguntó alterada.

—¿LUNARIAN? —Cuestionaron al unisón, los 3.

—Esa raza era prácticamente indestructible... Incluso, fueron sujetos de experimentación durante muchos años.

—Seres de gran tamaño con alas negras... ¿De casualidad tenían fuego en su espalda? —Analizó Robin

—¡Si! ¿Conociste alguno?

—Parece ser que el segundo al mando de Kaido era uno de ellos.

—¡¿Kaido tenía un Lunarian en su tripulación?!... —Gritó tan alto, que casi causa que Toshinori saliera del camino. —No me sorprende que se refieran a él como monstruo, con uno de ellos bajo su mando.

—¿Su tecnología pueden replicar la cadena de ADN a partir de los huesos? —Cuestionó la arqueóloga.

—NO ESTOY SEGURO... PODRÍA SER...

Yue se mantuvo en silencio completamente desconectada y sumida en sus pensamientos. —No lo había considerado...

Al salir del auto, las cuatro figuras se desplazaron hacia la entrada de la escuela, cada una con su propia apariencia. Las piratas se destacaban por su elegancia, con vestidos deslumbrantes que resaltaban sus figuras y una presencia que irradiaba confianza y belleza. Yue, por otro lado, estaba en uniforme, un atuendo práctico, aunque un tanto oloroso la cantidad de horas la cual fue usado. Por último, el que aparentaba mayor edad, vestido de un elegante traje monocromo, haciéndole parecer el líder del grupo.

Mic que iba de salida, observó a los cuatro... 3 de ellos impecables y la restante desconectada parecía estar a punto de colapsar. Por lo que el rubio tras analizar brevemente la escena no pudo hacer mas que estallar en carcajada, mientras los apuntaba.

—¡LOS ÁNGELES DE YAGI! — Bromeó el rubio, apenando a All Might mientras las mujeres se veían confundidas al no entender a que se refería.

—¿Ángeles? —Preguntó Robin

—UNA VIEJA PELICULA...

—Feliz año nuevo a todos... Todavía están a tiempo para pasarlo con los demás. Su tripulación está causando un alboroto porque no están ustedes... Pero, aprovechando ahora que llegaron, pensamos salir a la ciudad para continuar celebrando en un bar. ¿No vienen?

Los cuatro se miraron entre sí, considerando la oferta de Mic. Era una invitación amistosa, que podía relajarse y pensar con la mente mas clara, despues de las revelaciones que habían descubierto esa noche.

—Fufufu. No es mala idea

—Solo me pondré algo más cómodo y cálido. —Añadió Nami

—Yo no, gracias. —Dijo la asistente a punto de reiterarse, pero fue detenida por la navegante, arrastrándola hacia el barco.

—Tu nos acompañas.

—AGRADEZCO LA INVITACIÓN, MIC, PERO ESTOY CANSADO, CREO QUE PASO POR ESTA OCASIÓN.

—Vamos no seas aguafiestas. —Dijo el rubio tomándolo del hombro y llevándolo al edificio principal


Las piratas buscaban nuevos atuendos en la habitación de las flores, cambiando sus elegantes vestidos por varias capas de prendas que les permitían disfrutar del frio, mientras Yue descansaba en el sofá resistiéndose a ir, mas no le dieron importancia a su opinión, lanzándole igual un cambio.

—Nami... Robin... —Dijo dejando caer su cabeza en el respaldo del sofá, mientras se quitaba unos calentadores que cayeron en su cara. —Desapareceré unos dias.

—¿Hm?

—Es por lo que vimos... —Aseguró la arqueóloga, cerrando los botones de su gabardina.

—Si...

—¿Quieres que robe el disco duro? —Preguntó Nami, estilizando su cabello.

—¿Huh? ¿Hablas en serio?

—Si... Lo consideramos seriamente, si es necesario lo haré.

—No... Pero gracias. —Una ligera sonrisa se dibujó en su rostro ante el ofrecimiento de la pirata.

—¿Realmente pensabas entregarles esa información confidencial a villanos? —Robin cuestionó extrañada de sus decisiones.

—Confío más en ellos que el mismo gobierno... En el peor de los casos, aprovecharán de datos para causarles problemas... Problemas que podemos aprovechar.

—Pero eso podría poner en peligro la sociedad. —Señaló acusatoriamente la navegante.

—Nami... Eso no le interesa.

—Los héroes pueden con ellos.

—Estas dispuesta a peligrar a inocentes por respuestas. —Declaró Robin

—Así son de importantes... Además... ¿Qué hay de los otros inocentes que son cazados? —Dijo poniéndose de pie, lista para abandonar la habitación.

—Deberíamos dar esa información a los héroes de la escuela... ellos estan de nuestra parte. Pueden hacerse cargo de resguardar o proteger a los mestizos. —Sugirió Nami, a lo que su nakama respondió a su idea.

—Si hacen eso... La escuela completa se podría volver un blanco.

—¡¿No hay manera de que hagan algo?!

—Cazar a los cazadores. —Sugirió la pelinegra —¿Sabes dónde encontrarlos?

—Se cómo buscarlos... Pero no las quiero exponer a eso.

—¡Cuentas con todos nosotros! —Nami insistió en involucrar a sus camaradas.

—No necesito a los hombres... Esto no es de búsqueda. —Dijo seria, mostrando su frustración. —Es infiltración y escalar en una organización... Organización donde no deben defenderse aunque lo necesiten... No si quieren llegar a los altos mandos. Si no fuera ese uno de los requisitos, no me importaría que se infiltraran... Pero... —Dejó escapar un suspiro.

—No solo es la respuesta de su tripulación en caso de que lleguen a estar en problemas lo que me preocupa... Si no que realmente no las quiero exponer a eso.

—¡¿No estarás pensando?! —Exclamó alterada Nami, tratando de buscar otra solución. —Debe haber algo más... Porque no esperamos a que Toshinori obtenga busque con quien dice, la información... Quizá los nombres de los involucrados salgan y sea más sencillo rastrearlos en vez de infiltrarse.

La mujer, que en un principio había mostrado determinación sin importarle las consecuencias de sus actos, suavizó su expresión y comportamiento, ante la reacción preocupada de la pirata.

—De acuerdo... Pero en lo que sucede... Hay unos nombres que me llamaron la atención en la lista. —Dijo dejando salir un suspiro. —Tomará algo de tiempo y necesitaré de convivir con personas problemáticas... Asi que dejare de frecuentarlos y abandonaré las instalaciones para no involucrarlos.

—Yue chan... —Nami dejó de usar el sobrenombre con el que Luffy le bautizó, aceptando su decisión.

—¡No se preocupen! Estaré bien... Cualquier cosa estamos en contacto por Den Den Mushi... Tienen mi vibre card... Si consideran que necesito ayuda, no la rechazaré. —Animó con una sonrisa.

—De acuerdo... —Respondieron ambas más aliviadas al tener esa opción.

—¡Disfruten del año nuevo con sus nakamas!

—¡Deberías venir! Ahí aprenderás a coquetear como lo deseabas. —Insistió la navegante.

—Jajajaja, Nerumi ya se está haciendo cargo de eso. Me siento más segura con ella, que intentarlo con extraños. —Respondió alejándose sonrojada y separándose de sus caminos, dividiendose ambos grupos de nuevo... Siendo Nami y Robin quienes se dirigieran a la escuela a controlar a sus nakamas. Mientras Yue avanzaba a su refugio donde se preparó para pasar el resto de la noche solitaria.

Un lindo caracol de ojos azules y piel amarillo claro; paseaba por las ramas, luciendo una bufanda.

La mujer dudó unos segundos de que tenía que hacer... Pero tomó la presencia del molusco, como una señal. Por lo que lo tomó con gentileza para marcar un número, esperando conectara la llamada.

—Moshi Moshi —Una voz masculina fue pronunciada por el caracol.

—Zadkiel sama... Lamento la hora...

—Que inusual que se comunique.

—Lo se... No lo haría si no fuera una urgencia... —Dijo jugando ansiosamente con su cabello. —Necesitaré a uno de tus arcángeles. —Expresó con un tono serio.

—La investigación está avanzando y no me gusta a donde se dirige... Deberemos conectar.


Sundancer aquí:

Sacaré el resto de los capitulos que tengo escritos, y trataré de actualiza al mismo tiempo que en la otra pagina donde publico para estar a la par. La iba a dejar porque pensaba que no era tan leida por los stats que bajaron. Pero debido a la respuesta, trataré de mantener ambas paginas al mismo tiempo. (El formato de FanFiction me empezó a desencantar y lo empecé a dejar.)

ChainsawBack: Jajajaja, se me pasó que a Snatch solo lo mostraron para matarlo... "Alguien ha cambiado el orden natural de las cosas."

Perezosa-UwU: No consiguió trabajo xD. Solo dieron por hecho que trabajaba ahí despues de verlo 2 dias seguidos en los mismos 3 pisos tratando de salir. Cuenta la leyenda que salió por una ventana y terminó en el mismo sitio.

DragonRF: Actualmente la vida me alcanzó y no tengo el mismo tiempo que tenía antes TToTT. La sigo escribiendo pero tomé descanso para organizar bien el proximo arco y final... Este Fic está por cerrar y darle entrada a la tercera de la trilogía. ¡Y siii! Escribe un Fanfic, además de divertido, aprendes en el proceso: Desarrollar escritura, sensibilidad, o conocimiento si deseas incluir temas que desconoces.

Angies: A ti n.n, ya solo son 2 capis antes del nuevo arco (Que aun no escribo del todo X.X)