La única hija mujer de los Kirkland fue a buscar a una de las dos Vargas a la casa para una nueva semana en la escuela. La rubia estaba mejor ahora que su hermano volvió a ser él mismo. Con Scott volviendo a la normalidad todo lo demás también volvió a ser normal, aunque no se había salvado de una cita al psicólogo cortesía de su madre. Los tres hermanos lo convencieron de que haga el esfuerzo al menos para tranquilizar a su madre, aunque por dentro pensaban que no le haría mal algunas sesiones.
Volvió en sí misma en la puerta de la casa de los Vargas, llamando al timbre y esperó que alguien abriera.
Se sorprendió cuando vio a Felicia ésta le miró con odio, como su hermano cuando llamaba a su habitación y gritó por Chiara para avisarle que vino a buscarla. Era obvio que no iría a la escuela con ellas.
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Se supone que todo está bien. Sus padres están aliviados de que Scott está bien y como Scott está bien, Dewi dejó de estar molesto con éste por grosero.
Aidan le pidió disculpas a Chiara por ignorarla y ella aceptó las disculpas, también Dewi por alguna razón les aclaró a todos que no le gustaba la amiga de Alice. Debe ser algo privado entre los dos, pero mientras no cause problemas no ahondará.
Todo está bien.
¿Entonces por qué siente que no?
Ver a Felicia tan descuidada de su apariencia le hizo sentir mal, contra todo pronóstico. ¿Por qué se siente mal por esa chica odiosa, superficial y hueca que solo le gusta fastidiarla? Tal vez porque es muy parecida a su mejor amiga y claro, porque, a diferencia de la chica, ella no es tan mala persona como para no sentir lástima hacia otros cuando la están pasando mal.
Para empezar, jamás usaría a un chico de ese modo… A menos que él lo merezca, pensó en secreto.
No es que le interesan los chicos en este momento y si sucediera, no haría una tontería como Felicia que fingió que le gustaba lo suficiente para pedirle una cita solo para molestar a la hermana menor de dicho chico -o sea ella-, pues va en contra de sus principios.
No es que se lleve bien con muchos chicos a excepción de sus hermanos, quizás porque el mayor también espanta a varios, no es que le moleste eso. Es un alivio. No tiene paciencia suficiente para ciertos idiotas, pero ella jamás se comportaría tan desagradable con nadie…
Por alguna razón Ludwig Beilschmidt viene a su cabeza, pero desecha esos pensamientos. Solo le dijo al rubio lo que éste esperaba oír, no hay nada de malo con eso. Fue honesta y ya. Tal vez no lo dijo de la mejor forma, pero Ludwig era un chico inteligente, se le pasaría. Era mejor cortarle las alas rápido que dejarlo hacerse ilusiones.
A pesar de todo, no pudo dejar esto durante las horas de clases, teniendo que ser llamada su atención por la Vargas que, maldita sea su suerte, tenía que ser parecida a aquella en la que estaba pensando.
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Alice. ¿Tu hermana hizo algo hoy además de encerrarse en su habitación?
Chiara. ¿Te parecía que haría otra cosa cuando la viste en la mañana?
Alice. Sí, creo que fue una pregunta tonta.
Alice. No importa.
Alice. Tengo un plan, pero necesito tu ayuda.
También necesitará la ayuda de cierta persona -sin misterios, es su hermano- pero cruzará ese puente cuando llegue a él.
