PROLOGO:

Lily Potter estaba en su taller arrojando más textos para investigar sobre su mesa, la cual ya estaba llena de parafernalia. Seguramente ese desorden haría que su marido no se diera cuenta de nada de lo que estaba haciendo, y eso era lo que más le convenía en ese momento. Esto era importante, su trabajo si lo lograba podría significar el final de la guerra mágica. Una guerra que cada día era más era cruel y dura aumentando así la desesperación de todos, incluido la de Dumbledore, de hecho, el viejo mago aun consciente de que jugar con el tiempo no era algo que se debiera tomar a la ligera había estado de acuerdo en que una opción como ésta debería ser explorada. La pelirroja una vez, cuando todavía asistía a su escuela muggle, había sido parte de un debate para el que probamente era demasiado joven y, sin embargo, se había quedado con ella durante muchos años. ¿Y si fuera posible retroceder en el tiempo? ¿Qué harías?

Nunca respondió esa pregunta debido a la contestación de otro niño, recitada con toda la seriedad que un niño de nueve años podía reunir. Le pareció obvio una vez que el chico, lo dijo y ella en el fondo estuvo de acuerdo con él. Entonces si aquello fuera posible, deberías hacer algo que cuente, ¿verdad? algo que marcara la diferencia, algo que ayudara a la gente en el largo plazo, incluso si eso significara acabar con la vida de otra persona. Desde que comenzó la guerra y se enteró del hombre detrás de todo, la mente de Lily había regresado una y otra vez a esa discusión en el aula y se había preguntado. ¿Sería posible con magia retroceder en el tiempo y matar a Tom Riddle antes de que tuviera la oportunidad de convertirse en el señor oscuro? ¿Aquello podría salvar vidas?

La bruja no se inmutó ante la perspectiva de matar a Voldemort, incluso si fue antes de que él se convirtiera en el señor oscuro, incluso si estuviera matando a alguien que era poco más que un bebé, o que aquello pudiera destruir el flujo temporal en el que vivía actualmente, incluso si nunca pudiera regresar al futuro por esa razón. Tenía que hacerlo o al menos intentarlo porque Tom Marvolo Riddle era un monstruo y según Albus siempre lo fue, y el director de Hogwarts era alguien en quien confiaba tanto como confiaba en su marido. Si pudiera hacer el hechizo para retroceder en el tiempo, encontraría al bebe Tom Marvolo Riddle y lo mataría, antes de que este pudiera lastimar a alguien y así pararía de una buena vez su masacre en el mundo mágico. Las semanas fueron pasando y Lily Evans-Potter ya había encontrado lo que andaba buscando e iba a ponerlo en práctica. Con los ojos llorosos por el cansancio, pero demasiado emocionada para esperar, se alejó del complicado círculo rúnico que había dibujado en el suelo, lo reviso en busca de errores, y cuando no encontró ninguno, se empezó a reír en voz alta, aunque rápidamente sofoco el sonido con una mano tapándose la boca, ya que su marido estaba durmiendo y despertarlo no era su intención. Solo ella y Dumbledore sabían de la misión que ella misma se había asignado; los demás y sobre todo James si lo supieran solo intentarían detenerla, considerando que aquella magia era demasiado peligrosa y las consecuencias demasiado grandes. Ya con la risa controlada, respiro profundamente antes de entrar al círculo, para luego decir el hechizo que la llevaría atrás en el tiempo. Al final resulto que, el hechizo no fue del todo perfecto. La acerco a la fecha que había previsto, enero de 1944 fecha en la que Voldemort era un bebe recién nacido. En cambio, había logrado retroceder un poco más: marzo de 1943. Al principio había sido angustioso darse cuenta de esto, pero ¿Qué eran diez meses de espera? Más tiempo para planificar lo que tenía que hacer y cómo, se dijo la pelirroja a sí misma. Excepto que en la década de 1940 había una guerra tanto en el mundo mágico como en el muggle. Entrar en la comunidad mágica de Gran Bretaña estaba descartado ¿Cómo hacerlo si cada bruja o mago estaba viviendo en un estado de miedo y paranoia por culpa de Grindelwald? Aquello seria tarea imposible, demasiadas sospechas y por lo tanto muchas preguntas hacía ella. Por otro lado, esconderse en el mundo muggle...sería un poco "más fácil". Lily en ese momento agradeció a los cielos su herencia mundana. Si bien 1943 era diferente a 1999, ella estaba más preparada para existir como muggle que la mayoría de la orden del fénix, también agradeció ser precavida y tener en mente esta situación, pues días antes fue a Gringotts para coger bastante dinero de su bóveda personal, y sobre todo que este estuviera en libras esterlinas (ya que era parte de la herencia de sus fallecidos padres). Libras esterlinas que antes de salir encanto para que en vez de Isabel II saliera impreso el rostro de Jorge VI. Pero aun así fue algo complicado encontrar un lugar para vivir y conseguir un trabajo en una ciudad que vivía en pleno apogeo de la segunda guerra mundial. Sin embargo, un mes después había encontrado alojamiento en una pensión para mujeres solteras o viudas, y estaba trabajando en una fábrica reconvertida, donde se creaban puntas de alas para el Submarine Spitfire, que eran aviones de combate mono plazas populares en la RAF y otras fuerzas aliadas. No era un trabajo agradable, pero Lily podía estar tranquila de que su hechizo no la hubiera hecho retroceder más; porque entonces también habría tenido que lidiar con los bombardeos nocturnos, algo que no estaba segura de haber podido soportar sin usar magia para protegerse a sí misma y a los demás. Había demasiado riesgo de exponerse en ese escenario. Saber que nunca volvería a casa, que nunca volvería a estar con James... a veces no existía consuelo, sin importar lo segura que estaba de hacer el bien a sus amigos y familiares en el futuro. Las otras mujeres asumieron que era viuda, casi con razón (todavía llevaba su anillo de bodas), por lo que alguna noche ocasional en la que lloro hasta quedarse dormida fue incuestionable. Aquellas mujeres formaban un grupo muy unido, y tal vez fueron la única razón por la que sobrevivía. Pronto el ejército estadounidense llegó a Londres, emocionando de esa manera a muchas mujeres inglesas las cuales deseaban conocer a soldados jóvenes y fuertes. Y mientras las nuevas amigas de Lily coqueteaban con estos por diversión o por amor, ella pensó que era mejor mantener la distancia: Podría intentar hacer una nueva vida en el Estados Unidos mágico después de matar a Voldemort. Ella no iba a enamorarse ni a perder el tiempo con el primer militar que le sonriera y la piropeaba, después de meses de interacción casi exclusivamente femenina. Pero todo cambio a finales de junio, cuando en su día libre en la fábrica tuvo que quedarse fuera y esperar a que las demás llegaran a la pensión pues se había dejado las llaves y la dueña tampoco se encontraba en el lugar por haber salido también. Momentos que aprovecho para pensar en James, Sirius, Remus, Peter, su hermana, la orden del fénix, y a todos a los que había dejado atrás, incluso tuvo pensamientos para Severus, cuando una voz la saco de ellos.

- ¿Por qué la cara larga, pelirroja? -Su tono era jovial, burlón y ligero, pero también un trasfondo cuando ella lo miro a los ojos de bondad y empatía. - ¿Alguien te dijo que el azul no era tu color? Puedo ir a darle un golpe si quieres

- ¿Disculpe? -logro decir, confundida: no llevaba ni siquiera un lazo azul. Había fruncido el ceño casi en serio, pero Lily había estado con los merodeadores con demasiada frecuencia cuando bromeaban como para dejarse engañar.

-Aunque podría estar en lo cierto-Dijo como si ella no hubiera hablado, recorriéndola con sus ojos claros que no la dejo indiferente o irritada, como lo hacían las miradas de la mayoría de los soldados estadounidenses; considerando que era coqueto y divertido. -Pareces del tipo que se vería mejor con algo soleado

Lily se confundió más con cada palabra que salía de su boca, la comprensión apenas comenzaba a amanecer cuando el chasqueo los dedos y la miro con la expresión de alguien que acababa de dar con el pensamiento que había estado buscando

- ¡Lo sé! Te verías mejor...-Se inclinó un poco más cerca de la bruja, quien se acercó más para escucharlo. -Con una sonrisa

Él se enderezo de golpe, sonriendo como si acabara de proporcionarle la fórmula para el elixir de la vida eterna, y Lily finalmente comprendiendo la broma, se enderezo también y se le escapo una risa sorprendida.

- ¡Lo sabía! -alardeo, aparentemente encantado-Una sonrisa es exactamente lo que buscas pelirroja. Lily se encontró sonriendo también incluso cuando puso los ojos en blanco. -Estabas genial de azul, pero vaya aturdes con una sonrisa

Él le guiño un ojo y de alguna manera las palabras y acciones cursis provocaron otra risa en ella

-Sargento James Buchanan Barnes, señora, aunque la mayoría me llama Bucky- Se presentó con simpatía mientras se quitaba el sombrero

-Lily-Respondió ella con la mano medio extendida antes de pensar en quitarse los guantes, aunque para ese entonces él ya había tomado su mano derecha, dándole un rápido pero firme apretón de manos en lugar de intentar besar sus nudillos.

-Es un placer conocerla, señorita Lily ¿Puedo llamarla así?

Su sonrisa descarada decía que lo haría, a menos que ella se lo prohibiera, pero ella volvió a reír como respuesta.

-Lo tomare como un si

De alguna manera esa pequeña interacción marco el tono de amistad que se desarrollaría entre ellos. Después de mantenerla riendo durante cinco minutos, todo sin apenas una palabra de ella, Bucky había partido con instrucciones para llegar al restaurante al que se dirigía, justo cuando sus compañeros de casa se acercaban a la pareja. Estaba lleno de un encanto natural cuando se fue, y su paso alegre declaraba su buen humor. Lily por primera vez desde que llego al pasado, se quedó dormida con una sonrisa en el rostro. Su segundo encuentro fue casi igual de coincidente, y aunque todavía termino riéndose también aprendió mucho sobre el sargento Bucky Barnes, y ella aprovecho para contarle muchas cosas sobre ella en el proceso. A partir de ahí, los dos cayeron en una cómoda amistad: Era fácil hablar con él. Mientras que los días se arrastraban con el aburrimiento y el dolor de la vida que había dejado atrás, con el sargento pasaban rápidamente. Él se las arregló para hacer del Londres muggle devastado por la guerra un lugar especial, mostrándole cosas que nunca había pensado que existían, cosas que nunca había pensado en buscar. Fue casi milagrosa la forma en que Barnes en tan solo tres meses y medio hizo su vida mucho mejor con solo ser parte de ella y le había hecho pensar que tal vez valdría la pena el amor. En retrospectiva, era fácil ver como se había enamorado de él: Bucky era todo lo que había necesitado en esa existencia solitaria (porque a pesar de la compañía de otras mujeres, se había sentido muy sola). El cuándo fue más difícil de precisar: podría haber sido el momento en que la convenció para que le contara la historia de su anillo de bodas y en el consuelo en sus ojos mientras lloraba, el momento en el que la llevo al interior del Big Ben, para contemplar la ciudad bañada por la luz de la luna, o cualquiera de los cientos de otros momentos en los que la hizo sentir como si la comprendiera y la conociera desde siempre. O quizás fue la primera vez que la beso, la primera vez que era preciosa, la primera vez que la dijo que estaba enamorado de ella desde el momento en que la vio sonreír o la primera vez que hicieron el amor. Esa noche fue mágica para la pelirroja, pues Bucky era apasionado y sobre todo bastante generoso en las artes amatorias. Una noche acurrucada junto a él se dio cuenta que podría hacer una vida, una vez que su misión estuviera completa. Podría casarse con Bucky y vivir feliz con él. Solo había tenido a Potter durante dos años, pero con Barnes pasaría el resto de su larga existencia. Algo, tal vez la intuición, le dijo que el aceptaría que ella fuera una bruja, y por lo tanto aceptaría la posibilidad de cualquier hijo u hija mágico que tuvieran. El aguantaba los golpes como les gustaba decir. Pero su felicidad duro hasta finales de octubre, antes de que la realidad se entrometiera en su sueño de ' felices para siempre'. Bucky había sido reasignado y se dirigía al frente en lugar de quedarse quieto en Inglaterra, una perspectiva que la tenía al borde del miedo. Era solo 1943 y la segunda guerra mundial no terminaría hasta agosto de 1945. Un tiempo en lo que cualquier cosa podía pasarle al hombre al que había llegado a amar. Ella solo conoció el resumen general no el destino de los individuos que lucharon en ella, tampoco había forma de impedir que fuera, así que hizo lo único que podía hacer: En la última noche que pasaron juntos cuando este dormía abrazado a ella aprovecho para lanzarle en su piel tantos hechizos como pudo pensar en un intento de protegerlo, al igual que encantamiento colocados en su reloj, sus placas de identificación, su ropa... hubo momentos en que el la sorprendía por eso, pero una mirada a sus ojos le decía que era mejor no cuestionar sus extrañas acciones; en lugar de eso, la acercaba a sus brazos, probablemente imaginando que lo que hacía se basaba en la superstición , y el día que salió de Londres, le dio un anillo como promesa: Si regresaba sano y salvo se casarían en Nueva York. Lily con lágrimas en los ojos se había quitado su propio anillo de matrimonio, y se puso el que le dio el sargento en el dedo meñique. Su voz no le permitía pronunciar las palabras, pero su propia promesa estaba en sus ojos, le esperaría todo el tiempo necesario. También se intercambiaron fotografías mutuas puestas en un colgante para tener algo el uno del otro mientras ambos luchaban para conseguir la libertad de sus respectivos mundos antes de conseguir su cuento de hadas ideal. Llego el uno de noviembre, y Lily con su nueva esperanza animando su corazón aprovecho aquel día festivo y por lo tanto no tenía que trabajar en la fábrica, para limpiar y ordenar su habitación, pero cuando se encontraba recogiendo su diario personal de debajo de su almohada para poder cambiar las sabanas de su cama, todo su cuarto exploto en un torbellino de colores y sonidos, para luego no haber nada.

- ¿Lily?¡Lily! ¡Por favor, despierta! ¡Lily por favor despierta!

"¿James? ¿Era la voz de James?" Pero... no eso no fue posible. Ella había regresado a 1999... La ojiverde se enderezo y moviéndose rápidamente, la vista de los que encontró no tenía ningún sentido. Su taller, no estaba como lo había dejado y ...James, Sirius, Remus y Peter se agrupaban a su alrededor para abrazarla con un grito de alivio. Ella no pudo responder de inmediato su shock fue demasiado grande, pero tan pronto como se formó algo parecido a un pensamiento, se apartaron un poco y su marido la beso, pero después de unos segundos, Lily lo empujo y miro a todos con ojos de ira mientras chillaba

-¡¿Qué habéis hecho idiotas entrometidos?!

-¡¿Qué hemos hecho?! No se ¡Salvarte la vida por ejemplo!

-¡Estaba esperando a diciembre para matar al bebe Tom Riddle y así ganar la guerra y ahora gracias a vosotros, todos los meses de preparación se han ido al traste! ¡¿Acaso no queréis ganar a Voldemort y salvar vidas?! ¡Se ve que no!

Solo un pensamiento estaba claro: había fracasado. Había pasado meses allí y aun así había fracasado. Ella no pudo matar a Voldemort. Todo lo que había pasado, todo lo que había hecho... todo para nada. Y Bucky ¿Qué pasa con Bucky?

E inmediatamente rompió a llorar con su diario personal en su mano izquierda, sorprendiendo a sus amigos que jamás la habían visto así de mal. Horas más tarde descubrió lo que había sucedido: Como James, después de despertarse y descubrir que ella se había ido fue a su taller y vio los restos de un hechizo escritos con tiza en el suelo y textos que teorizaban hechizos de viajes en el tiempo esparcidos en el suelo, por lo que los cuatro inmediatamente doblaron sus brazos y mentes con la tarea de llevarla de vuelta a casa antes de que cometiera una locura o le pasara algo grave. Cambiar el pasado era imposible, incluso para los magos y brujas pues violaba la ley mágica y por lo tanto no la dejarían intentarlo de nuevo. Era demasiado peligroso, incluso Dumbledore lo consideraba peligroso: un intento era suficiente. Y antes de que pudiera decir o hacer algo, destruyeron sus materiales a pesar de los insultos, gritos y suplicas de la pelirroja intentando evitarlo. Pasaron casi tres semanas y Lily descubrió que estaba embarazada. El momento, por supuesto no era adecuado para que fuera de James Potter (aparte de que desde su vuelta a 1999 se había negado a mantener relaciones sexuales con su marido al que trataba con frialdad y desprecio por alejarla de su verdadero amor junto a sus amigos a los que también despreciaba sin ningún disimulo ni culpa), algo con lo que él y para su sorpresa no tuvo problemas de aceptar, cuando se lo dijo al igual que le confeso estar enamorada del sargento Barnes. Ella y James habían descubierto, después de la revelación de todo lo que había sucedido con Bucky. Pero incluso sabiendo que nunca habría podido estar con él, Lily lloro hasta quedarse dormida. Había esperado que él hubiera o viviera una larga vida, que hubiera sido feliz. James trato de consolarla, aunque en su interior hubiera una gran amargura, al verla llorar por otro hombre. Ayudo que Bucky estuviera muerto, por supuesto, pero no dijo nada en voz alta para no herir más a su esposa a la que todavía seguía amando. Finalmente llego el 31 de julio del 2000 y ese bebe nació, era un niño sano y hermoso. Cabello castaño y ojos verdes, la pelirroja había deseado los azules de Bucky, pero era mejor así ya que ambos habían decidido no contarle a nadie sobre esta consecuencia particular de su viaje en el tiempo al pasado, porque no querían dar explicaciones y porque era más fácil dejar que todos creyeran que era de James, pues él lo iba a criar. Cuando lo nombraron fue algo que tuvieron claro Harry por el abuelo materno de Lily y James por su verdadero padre. Ella no había necesitado explicarle a su marido que no se trataba simplemente ponerle su nombre al bebe, se trataba de recordar y de honrar al amor que se tuvieron. Y un día le contarían a su hijo sobre Bucky, el hombre que ella había amado, amaba y al que por desgracia perdió en el gran escenario del tiempo.

Los años fueron pasando y el treinta y uno de julio de 2015 un adolescente Harry James Potter estaba en Nueva York junto a su novia y sus leales amigos (salvo Ron Weasley) visitando el museo dedicado a su bisabuelo materno y a los comandos aulladores con los que el capitán América lucho en la segunda guerra mundial, entre los que también estaba su verdadero padre el sargento James Buchanan Barnes.

"Un héroe de la nación, un héroe para el mundo. La historia de Steve Grant Rogers es una historia de honor, valentía y sacrificio, aunque se le prohibió enlistarse debido a su mala salud fue elegido en 1943 para un programa único en los anales de la historia bélica estadounidense. Uno que lo transformaría en el primer súper soldado del mundo... James Buchanan Barnes fue el único miembro de los comandos aulladores en dar su vida por Estados Unidos"

- ¿Estas bien Harry? -Le pregunto su novia al verlo triste y cabizbajo

-Veo esto, pienso y me pregunto ¿De qué les sirvió a mis padres, o a Steve hacer lo correcto? ¿Para estar muertos? ¿O peor para acabar congelados y en coma en el ártico durante casi 70 años, luego te encuentren y te despierten en una época en la que no tienes nada ni a nadie? Lo siento, pero yo no veo que valga la pena.

- ¿Te rindes? Harry no puedes, ahora menos que nunca, él ha vuelto

-No lo entiendes ¿Verdad? Hermione. Estoy cansado de luchar y de arreglar los errores que otros provocan, y lo más importante quiero vivir y ser feliz. ¿Qué tiene de malo eso? Es lo que mi madre querría, por eso decidió morir por mí, para que viviera. Algo que si me quedo en Inglaterra dudo mucho que ocurra.

- ¿Entonces te vienes a estudiar con nosotras? -Pregunto Denébola Malfoy

-Sí, lo he pensado bien y os voy hacer caso cuanto más lejos del peligro mejor, aparte y es lo más importante para mí no pienso ni quiero tener una relación a distancia con Delphi. Por eso hoy mismo voy a escribir una solicitud para mi ingreso en Ilvermony para los próximos tres años que me quedan de estudios-para luego añadir mirando a Granger. -y si fuera tu haría lo mismo, largarme de Hogwarts y del Reino Unido antes de que me maten, tus padres también están en esa ecuación

-Haces bien a veces una retirada a tiempo es una victoria-Dijo Delphini. -Además también podrías aprovechar y buscar a Steve Rogers para explicarle las cosas. Nunca está de más tener el apoyo de un vengador...

-Lo hare, créeme, pero primero voy a ir paso por paso-Le contesto Harry. Y esa misma tarde los cuatro y Draco (aunque esté obligado por su madre) escribieron una solicitud para transferirse a la escuela de magia estadounidense, donde cuarenta y ocho horas más tarde recibieron una respuesta afirmativa. Ron, los gemelos y Ginny tras las explicaciones de sus amigos y sobre todo de Harry también escribieron una solicitud para estudiar en Ilvermony (aunque a los pelirrojos les costó varios días convencerlos, pero gracias a Molly y sobre todo Bill Weasley y a que Potter decidió pagar por sus materiales escolares también se fueron del país al igual que hicieron Neville Longbottom y Luna Lovegood cuando la menor de la numerosa familia les insto a través de una carta para hacer lo mismo, los padres de Hermione se irían el próximo año pues tenían que solucionar algunos asuntos laborales). Albus Dumbledore y Sirius Black al enterarse intentaron impedirlo pero no consiguieron nada, pues Harry no era hijo de un sargento de la segunda guerra mundial ni bisnieto de un súper soldado por nada y con gran solemnidad les expuso sus motivos para irse a Estados Unidos como también les informo que gracias a su participación en el torneo de los tres magos, del que no fue sacado por ninguno de los dos automáticamente fue declarado adulto y por lo tanto podía tomar sus propias decisiones y hacer lo que quería sin el permiso de nadie como también aprovecho para recordarle a su padrino la misión de su madre, y que si el, su amiguito muerto con el que no paraba de compararlo, Remus y la rata de Peter la hubieran dejado matar a Voldemort cuando este era un bebé ahora no tendrían el problema que tienen ahora, problema que él no pensaba solucionar. Ya no

NO SOY NI QUIERO SER VUESTRO PUTO HÉROE PANDILLA DE INÚTILES Escribió como párrafo final dando por zanjado el asunto. El vigilante al ver como aquella decisión por parte de aquellos jóvenes magos y brujas provocaba una gran ramificación en el multiverso decidió intervenir pues aquel que permanece acababa de ser asesinado por Sylvie y la TVA debido al caos surgido por ello no podía resetear tantas líneas temporales.