Allá vamos otra vez! Por si acaso, no esperéis muchas exploraciones de territorios misteriosos por un buen tiempo después de la del primer capítulo, ya que eso está reservado para momentos clave en la trama. Además, los dos gremios que Ari mencionó sobre su pasado tampoco serán muy relevantes en la trama, más allá de ser parte de su backstory. Dicho esto, ¡disfrutad el capítulo!
Era una mañana tranquila. El cielo parecía nublado, a juzgar por la poca luz que incidía en la cara del Riolu. Ari abrió lentamente los ojos y se giró para ver a su compañero Archen, esperando ver al pájaro aún descansando a su lado, pegado como una lapa.
… Pero no estaba ahí. De hecho, ya no estaba en el bosque donde se durmieron, sino en una cueva. Dentro de una celda hecha con columnas rocosas. Ya no era una mañana tranquila.
Ari se levantó asustado y miró a su alrededor; su compañero no estaba por ninguna parte, pero podía oír a otros pokémon gritando asustados cerca de ahí. Se acercó a los barrotes rocosos y miró al exterior. Estaba en un lugar alto, en medio de un pasillo con otras celdas iguales a la suya.
Al otro lado, podía ver unas 8 celdas, así que debía haber un total de 16 celdas en ese pasillo, según dedujo Ari. Había un pokémon atrapado en cada una de ellas. Un Linoone dormido, una Dolliv llorando, un Flaaffy de aspecto deprimido...
Nimb no estaba a la vista por ninguna parte, al menos desde su celda. Ari empezó a merodear, preocupado por su nuevo amigo. Dada la situación, era probable que el Archen lo estuviera pasando realmente mal, atrapado en una celda, dentro de una cueva, sin saber qué le iban a hacer, y alejado del único pokémon con el que se sentía seguro (por alguna razón). Pobre... Y por supuesto, su bolsa tampoco estaba allí.
"Vamos, piensa... Tiene que haber alguna salida..."
El Riolu se detuvo en su sitio y levantó el puño, empezando a brillar con un aura rojiza. A continuación, cargó contra las columnas que hacían de barrotes, intentando romperlas con un golpe roca, pero ni siquiera con su potenciador fue suficiente. Ari retrocedió ante el golpe con el puño dolorido, y esperó medio minuto hasta que volvió a intentarlo, pero no consiguió nada. Lo intentó una tercera vez… pero era inútil.
"Sólo necesito un poco más de impulso, venga…"
Pero antes de que pudiera hacer nada, una gran figura se acercó a la celda y se detuvo frente a ella.
"¿Qué crees que estás haciendo?" Gritó el Rhyperior.
Ari retrocedió, sobresaltado. "¿Eres tú quien nos ha metido aquí? ¡S-suéltanos ya mismo!"
El Rhyperior se rió y dio un pisotón en el suelo. "¡Mala suerte, va a ser que no! Sería muy aburrido dejaros salir sin un poco de diversión."
"... ¿Di… Diversión?"
De la nada, un Amoonguss saltó delante de la celda y soltó una nube de esporas en dirección a Ari, que se cubrió rápidamente.
"¿Qué es esto? Espera... ¿Esto es un paralizador?" Nada más terminar la frase, empezó a toser con fuerza y cayó de rodillas, hasta que su cuerpo no pudo más y se desplomó, inmóvil. "Ugh... ¿Por qué...?"
"Porque ehhh no queremos que salgas corriendo en cuanto ehhh abramos la celda," dijo el Amoonguss.
Rhyperior volvió a pisar fuerte y los barrotes se abrieron de repente. Ari no pudo hacer nada cuando éste le agarró y salió al pasillo con él bajo el brazo. "Si vas a seguir quejándote, podrías compensármelo entreteniéndome".
"¿E-entreteniéndote?"
"Cierra el pico y no malgastes tu energía, la vas a necesitar."
Ari echó un vistazo a la cueva que estaban atravesando. Estaba compuesta en su mayor parte por estrechos caminos y estalagtitas aquí y allá; era un milagro que Rhyperior pudiera siquiera caminar por allí sin quedarse atascado. Había algo de decoración que consistía simplemente en... Extraños grabados hechos en las paredes a base de rascar con garras muy afiladas. Ari dedujo que los había hecho aquel grandullón cuando aún era un Rhydon, a juzgar por la forma de las garras actuales de Rhyperior, que ahora no parecían muy útiles.
"¡¿Y tú qué miras?!"
"Eh... L-l-lo siento..." Ari apartó la mirada, y se quedó mirando cualquier otra cosa. Vamos, probablemente nada en absoluto, ya que la cueva estaba más vacía que el estómago de Ari. Ah, cierto, aún no había desayunado. Eso era imperdonable. "Discúlpeme, buen... señor. Estoy como que muy hambriento…"
"No me importa. Comerás cuando hayas acabado."
Finalmente, llegaron a la única gran sala de la cueva. Tenía un gran trono en un lado, y en el centro había una especie de enorme cárcel rocosa... o tal vez un ring (¿de lucha libre iba la cosa?), además, esas marcas de garras estaban por todas las paredes de la sala, pero algunas de ellas parecían no ser lo suficientemente profundas y apenas se le podían llamar "dibujo". Esas en particular estaban rodeadas de rocas destrozadas en la pared. Sin embargo, Ari decidió que no era momento de pensar en eso.
El secuestrador dio un pisotón y algunas estalagmitas que rodeaban la celda central se hundieron en el suelo; luego arrojó a Ari al interior y, con otro pisotón, las estalagmitas volvieron a bloquear la entrada. ¡Ah, claro! Aquellas rocas estaban hechas con el ataque roca afilada… Pues si aquel grandullón podía controlarlas con tanta facilidad, sin duda debía ser muy fuerte y peligroso…
"¿Qué estoy haciendo aquí dentro?"
"Quédate ahí y estate quieto mientras traigo al otro," dijo Rhyperior. Y así, se marchó de nuevo.
A Ari no le quedó mas remedio que esperar hasta que se le pasaron los efectos de la parálisis, aprovechando para echar un vistazo a la habitación y tratando de encontrar algún punto débil en las columnas. Sabiendo que Ari no pudo ni dañar los barrotes de su celda, era fácil suponer que ese Rhyperior era mega fuerte, así que no se molestó en gastar energía tratando de escapar del ring. Tendría que pensar en algo más tarde, pero por ahora...
Rhyperior regresó con otro pokémon bajo el brazo. Haciendo lo mismo que antes, lo lanzó al interior de la prisión rocosa y la volvió a cerrar. Rhyperior se sentó en su trono de piedra, con el Amoonguss de antes a su lado.
"¿A qué estáis esperando? LUCHAD!"
"¿Q-q-qué?"
Rhyperior levantó el brazo y una roca afilada apareció junto a Ari, que lo esquivó a duras penas.
"¡Haz lo que te digo si valoras tu vida! El que gane el combate podrá comer hoy. Vamos, entretenedme".
Ari no se lo podía creer. ¿Estaba capturando pokémon para hacerles pelear y poder mirar? ¿Estaban siendo usados como juguetes para un... estúpido tirano desocupado? Por si fuera poco, Ari se giró para ver al otro pokémon con el que tenía que luchar. Era... un Sneasel.
"Estás de coña, ¿no?"
El Sneasel temblaba ligeramente, pero fue el primero en atacar, intentando arañar a Ari con sus afiladas garras. Él saltó hacia atrás, todavía procesando lo que estaba pasando.
"¡Espera, no quiero pelear contigo!"
"P-pero tenemos que hacerlo, no quiero morir..."
Ari no podía atacar. Cada vez que miraba al Sneasel, le veía a… él. Es cierto que él no era un cobarde en absoluto y tenía algunas diferencias físicas, pero aún así, a Ari no le gustaba nada la idea de tener que hacer daño a un Sneasel.
"¡Podemos rebelarnos y escapar de aquí! ¿No es mejor plan que luchar entre nosotros?"
"¿Crees que podemos acabar con ESE tío? ¡Estás pirado!"
"Pues un poquito, sí."
Sneasel saltó de repente hacia Ari y le asestó un placaje a gran velocidad, haciéndolo salir disparado hacia atrás. El Riolu se levantó rápidamente y se preparó para el siguiente ataque, aún sin querer herir a su rival. Sneasel trató de dar un tajo a Ari con sus garras, pero éste lo bloqueó con protección.
"¿Por qué no estás luchando?"
"¡Ya te lo he dicho, no quiero pelear contigo!"
"¡Pero se enfadará con nosotros a este paso!"
Ari echó un vistazo al Rhyperior sentado en su trono. Parecía molesto, listo para soltar otra roca afilada en cualquier momento. ¿De verdad no tenía otra opción? Tenía que luchar contra un pokémon inocente que claramente lo estaba pasando mal, y encima le recordaba a su-
Sneasel saltó hacia él, con sus garras brillando con un resplandor metálico, y Ari sólo… reaccionó. Antes de que pudiera siquiera pensarlo, Ari levantó instintivamente el brazo y lanzó una esfera de aura hacia delante, golpeando al Sneasel en el estómago y lanzándolo por los aires.
Se estrelló contra uno de los pilares y cayó al suelo, inmóvil. Ari lo miró con horror. Sólo había sido un golpe. Efectivo, sí, pero aun así…
Se acercó al Sneasel. "¿Estás bien? Lo siento, me he puesto nervioso y..."
Al no obtener respuesta, Ari se sentó y miró con remordimiento a su rival durmiente, pero luego se volvió para fulminar con la mirada a Rhyperior, que aún parecía molesto. Antes de que Ari pudiera decirle nada, el tirano habló primero.
"Uf, qué aburrido eres, esta ha sido la peor batalla que he visto nunca. ¿No puedes luchar como un pokémon normal?"
"... ¿Tengo que luchar para ser normal?"
"Eso es lo que los pokémon deben hacer. Si no luchas, entonces no mereces la pena. Los Pokémon han nacido para luchar, es para lo único que servimos."
"Oh. Pues menuda autoestima me traes…"
"¡Cállate! ¡Dale, Gus!" Dijo Rhyperior. El Amoonguss se acercó al ring y liberó más esporas, paralizando a Ari una vez más.
"Urgh... De verdad... Cómo odio esto..." Ari sólo pudo observar cómo el Rhyperior entraba en el ring para volver a agarrarlo a él y al Sneasel, llevándolos hacia los estrechos pasillos de la cueva.
Al cabo de un rato llegaron al pasillo con las celdas, dejando a cada uno en la suya. Los secuestradores dejaron un par de bayas en la celda de Ari y se marcharon. Al cabo de un rato, Ari pudo volver a moverse. Aunque no es como si eso sirviera de mucho.
Ari se quedó allí, intentando poner en orden sus pensamientos. Pensando en alguna salida, en alguna oportunidad que pudiera aprovechar, lo que fuera, pero su mente estaba borrosa. No había salida, ¿verdad? No quería pasar el resto de su vida allí, siendo utilizado como un juguete. Derrotado, cogió una de las bayas y empezó a masticarla. Al menos podría llenar su estómago, que el pobre estaba super hambriento porque ni siquiera había desayunado.
Pero los demás en esa cueva... Ellos también estaban atrapados, y no conseguirían comida a menos que ganaran combates. ¿Qué pasaría entonces con el Sneasel? Ari no podía soportar la idea de que lo dejaran morir de hambre. Una vez terminó de comer la primera baya, agarró la segunda, pero entonces se acordó de cierto pájaro.
¡Nimb! Se había quedado solo todo este tiempo... ¿Estaría bien? Preocupado por él, Ari recurrió a sus poderes de aura y empezó a escanear la habitación. Podía sentir la tristeza, la desesperación, el hambre... Pero, sobre todo, podía sentir un pánico intenso, ansiedad y... algo más que no podía distinguir, proveniente de un pokémon en concreto que estaba justo debajo de su celda.
"¿Eres tú, Nimb? ¿Estás ahí abajo?" Esperó, pero nadie respondió. Era difícil no oírle, así que Ari no pudo evitar preocuparse por el estado mental de Nimb. Estaba tan afectado que ni le oía gritar. Y él no podía permitirlo. Ari se levantó, alzó el puño y brilló con un aura rojiza. Sólo podía esperar que esto funcionara...
Ari golpeó el suelo tan fuerte como pudo, intentando cavar un agujero. No sirvió de mucho. Esperó unos segundos y volvió a intentarlo. Al cabo de un rato… se empezó a romper. Siguió golpeando la roca repetidamente, y el agujero se hacía cada vez más ancho y profundo. Así estuvo durante unos 15 minutos. Dolía mucho, y el Riolu ya se estaba quedando sin energía, pero no podía parar. No iba a parar.
Finalmente, el suelo tembló y se abrió una grieta que se convirtió rápidamente en un gran agujero, donde Ari cayó antes de que pudiera apartarse. El impacto fue fuerte, y fue un milagro que Ari no fuera aplastado por las rocas. Entonces levantó la cabeza y cayó en la cuenta… ¿Y si había aplastado a Nimb en el proceso? Miró a su alrededor tratando de encontrar algún cadáver-
Afortunadamente, Nimb estaba bien. Bueno, al menos físicamente. Estaba encogido, respirando de forma muy acelerada, y sus ojos se movían rápidamente. Parecía estar sufriendo un ataque de pánico muy fuerte. Ari se puso en pie y se acercó corriendo al Archen.
"¡Nimb, estoy aquí! ¿Estás bien?"
No contestó. No parecía ni haberse dado cuenta de que estaba ahí. De hecho, parecía que estaba empeorando, temblando más violentamente, y Ari se asustó mucho.
"¡Por favor, háblame! Estoy... ¡Estoy aquí contigo! ¡Tienes que calmarte! Nimb..."
No pasaba nada y seguía temblando, así que Ari lo abrazó desesperadamente en un intento de calmarlo, ya que era lo único que se le ocurríó. No tenía ni idea de cómo lidiar con ese tipo de situaciones.
"Por favor... Nimb, háblame. Estoy aquí, todo... todo va a ir bien..."
Por suerte, pudo sentir como Nimb se calmaba lentamente. Su respiración era cada vez más lenta y temblaba menos que antes. Ese Archen realmente se sentía seguro siempre que estaba con Ari, ¿eh? A Ari aún se le hacía muy raro pensarlo.
"¿A... Ari?"
"¡Por fin, me has hablado! ¿Te encuentras mejor?"
"S-sí... Más o menos."
Ari intentó levantarse, pero Nimb le devolvió el abrazo y no le soltó.
"Estaba tan asustado... Era como si mi mente hubiera dejado de funcionar..."
"Sí, estabas teniendo otro ataque de ansiedad, pero está bien, ahora estoy aquí".
"Pero estamos atrapados aquí... ¿Qué van a hacer con nosotros?"
La expresión de Ari se tornó oscura. "Nos están utilizando... para su propio entretenimiento. Nos hacen luchar como si fuera un espectáculo."
"¿Luchar? Pero si apenas puedo..."
"No te preocupes, no te van a obligar a luchar, no se lo permitiré," dijo Ari. "Lo siento, debería haber elegido otro lugar para dormir, quizá así no nos habrían capturado..."
"¿Eh? ¿Pero cómo podías saberlo?"
"No lo sé, pero… simplemente debería haberlo sabido."
Nimb no parecía convencido, pero no se le ocurría nada que decir. No podía pensar bien con el estómago vacío, pero por suerte para él, Ari había guardado la baya de la recompensa del combate.
"Toma, cómete esto, debes de estar hambriento."
Nimb cogió rápidamente la baya y la devoró en cuestión de segundos. No era mucho, pero bastó para despejar su mente. Ari lo observó mientras comía, sorprendido por la velocidad a la que lo hacía. Aunque no debería sorprenderse tanto, dado el tamaño de su pico.
"Bueno, ahora que has terminado... Deberíamos pensar en cómo escapar de aquí."
"Entonces... ¿Nos vas a sacar de aquí?"
"Bueno... Ya intenté romper los barrotes, pero incluso con golpe roca me está costando un montónl. Ese roca afilada de Rhyperior es tochísimo. Si tuviera mi bolsa, podría usar algunos objetos para sacarnos, pero me la quitaron, como era de esperar..."
"¿Eso significa... que estamos atrapados aquí? ¿Para siempre?"
Una voz diferente interrumpió la conversación desde otra celda. "Cállate ya. Sí, estamos atrapados, supéralo."
"¿Cómo dices?" Replicó Ari, acercándose a los barrotes para buscar el origen de la voz. Era el Linoone que había visto antes. Nimb se escondió detrás de Ari, temiendo cualquier interacción social.
"Si tanto te preocupa estar atrapado aquí, tengo malas noticias para ti. No hay forma de romper esos barrotes. Son sólo piedras, pero Rhyperior las hace muuuy fuertes. Así que sí, vete olvidando."
"Bueno, literalmente acabo de abrir tremendo boquete en el suelo. No tenemos por qué escapar a través de los barrotes."
"Entonces buena suerte cavando una salida antes de que se den cuenta."
Otra voz se unió a la conversación. "Yo... yo también quiero escapar... Si vais a cavar, ¿podríais abrir un agujero aquí también?" Dijo Dolliv.
"¡Claro, por supuesto! Simplemente tenemos que… hacerlo a toda leche," dijo Ari.
Nimb parecía preocupado. "¿Estás seguro de que puedes hacerlo? Tienes las patas destrozadas por el agujero que hiciste antes..."
"¡Tranqui, puedo hacerlo! Tampoco duele tanto."
"Pero... Conseguiste abrir un agujero porque era un terreno fino con espacio abierto debajo, necesitarías conocer el movimiento 'excavar' en sí para salir al exterior de las celdas..." Dijo un Flaffy.
"Ehhhh... No lo había pensado."
"¡Deja de perder el tiempo y cava ya! Quiero SALIR!" Dijo un Whirlipede.
"¡Sí, podrían venir en cualquier momento!" Añadió un Gumshoos.
"Vale, vale, dejadme concentrarme primero, solo necesito..."
De repente, una voz potente interrumpió la conversación. "¿Qué significa esto?" El Rhyperior y su fiel compañero Amoonguss entraron en la zona, tras haber oído toda la conmoción. Se quedaron mirando el pasillo, observando cómo algunos pokémon se escondían más profundamente en sus celdas y los miraban asustados.
"No pensabais escapar, ¿verdad? Ya sabéis lo que le hago a cualquiera que lo intente." El pokémon Taladro pisó con fuerza el suelo, haciendo temblar todo el pasillo. La mayoría de los prisioneros se encogieron o chillaron, pero Nimb hizo ambas cosas y se aferró a Ari. Rhyperior se dio cuenta y se acercó. "Espera, ¿cómo es que estáis los dos en la misma celda?"
"Estoooooo… ¿Me has tirado aquí por error?" Ari no pensaba bien bajo presión.
"¿Y ese agujero en el techo?"
"Oh, eso. Hm. Sí. Ups."
Rhyperior rugió de nuevo, haciendo que tanto Ari como Nimb se estremecieran más. "¡Si tanto queréis estar juntos, que así sea! Gus, ¡vamos!" El Amoonguss se acerca y esparció su paralizador una vez más. Ari y Nimb se abrazaron, tratando de permanecer juntos una vez que la parálisis les afectó. La celda se abrió y Rhyperior los agarró a ambos bajo el brazo, adentrándose de nuevo en los estrechos pasillos de la cueva. Se oían murmullos procedentes de las celdas; los pokémon se preocupaban por perder su única oportunidad de escapar.
Gus el Amoonguss siguió al Rhyperior, saltando y tratando de mantener el paso. "¿Vas a hacer que esos dos luchen? No parecían muy ehhh... dispuestos a luchar."
"Ehhh ehhh ehhh, ¡NO ME IMPORTA!"
"Ehhh... So borde."
Nimb intentó quejarse, pero de su boca sólo salieron quejidos. En cambio, fue Ari el que habló. "Por favor... no queremos... luchar..."
"¿Te crees que me importa?" Respondió el Rhyperior.
"Mas bien parece... como si no supieras... lo que quieres…"
El Rhyperior se detuvo. "¿Cómo dices? ¿Con quién crees que estás hablando?"
Ari perdió repentinamente el valor y permaneció en silencio, sin querer empeorar la situación. No estaba en condiciones de decir nada, estando paralizado y atrapado con un pokémon tan grande y agresivo.
"... Eso es, cierra la bocaza."
Mientras los llevaban a la sala principal, Ari pudo ver un poco más de las otras zonas de la cueva, incluyendo un dormitorio, una cocina y lo que parecía un almacén. Quién sabe lo que podría haber allí...
Finalmente, llegaron de nuevo a la sala principal y, al igual que antes, Ari y Nimb fueron arrojados al ring antes de que pudieran decir nada. Los efectos de la parálisis no tardaron en desaparecer, pero dejaron una sensación desagradable en el cuerpo. Ari se levantó lentamente, quejándose, pues aún estaba hecho polvo de tanto cavar y golpear rocas. Nimb, por otro lado...
"Y-yo no quiero... Esto es una pesadilla..."
"¡Callad! Quiero veros luchar. Es aún más interesante cuando los combatientes son amigos!" Dijo Rhyperior, y se sentó en su trono mientras sonreía satisfecho.
Ari fulminó al tirano con la mirada. "Esto está yendo demasiado lejos. Todavía me duele lo de antes, ¡y Nimb es Nimb! Eh, quiero decir..."
"Si no luchas, te haré luchar. Y eso es una AMENAZA", dijo Rhyperior, generando una roca afilada del suelo cerca de Ari, lo que le hizo tambalearse y caer de culo.
"¡Espera, por favor!" Gritó Nimb. "¡Vale, lucharé! Supongo..."
Ari se volvió hacia él, sorprendido. "¿Qué? ¿Estás... seguro de eso?"
"Eh... No del todo..."
Nimb empezó a temblar de nuevo, indeciso. Ari se dio cuenta y no pudo evitar sentirse responsable por él. Al fin y al cabo, fue Ari quien los llevó en una dirección aleatoria, terminó accidentalmente en un territorio misterioso y decidió dormir cerca de la salida. En cierto modo, era culpa suya.
Ari empezó a calentarse la cabeza, tratando de encontrar alguna salida, pero la expresión de Rhyperior era un claro indicativo de que no podía perder más tiempo, así que tuvo que actuar rápido.
"Oye, Nimb," susurró Ari. "Vamos a luchar de mentira."
"¿Qué? ¿Estás seguro?" Susurró Nimb.
"Sí, tú haz como que estamos peleando, pero en realidad vamos a fallar todos nuestros ataques aposta. Sólo necesito ganar tiempo mientras se me ocurre algo."
"Ehhhh está bien, supongo..."
Ari entonces empezó a correr en círculos alrededor de Nimb a gran velocidad, mientras Nimb solo miraba nervioso, e intentó usar lanzarrocas, aunque... fallando por unos 2 metros. Ari dio algunos puñetazos al azar, acercándose a Nimb para que se viera creíble, pero sin dar ni una. Incluso soltó algún que otro quejido con tal de que pareciera que le estaban golpeando.
En su mente, Ari no hacía más que pensar en mil cosas. Pensaba en el Rhyperior y en su roca afilada. En los pasillos de la cueva, en las habitaciones, en los grabados de las paredes...
Los grabados. Las garras de Rhyperior. Tal vez...
"¡Espera! ¡Estoy hasta las narices de ser una máquina de luchar!" Dijo Ari de repente.
Nimb se detuvo de. "¿Pero qué estás...?"
"¡Deja de quejarte!" Gritó Rhyperior. "¡Los Pokémon están hechos para pelear, y eso es lo que vas a hacer!"
"¡Pero yo quiero ser artista, no luchador! Quiero dibujar mucho y hacerme famoso por ello!"
El párpado izquierdo de Rhyperior se encojió por un momento, y Ari se dio cuenta. Su idea podría funcionar.
"¿Crees que puedes llegar a ser artista? Lo llevas claro, ¡será una pérdida de tiempo! Eres un pokémon, no puedes hacer lo que te dé la gana. Pero luchar... está en nuestra naturaleza, no puedes fallar en eso."
"¡No, puedo hacer mucho más que luchar! Si me dejaras demostrarlo..."
"¿Demostrarlo? Eres imbécil si crees que puedes engañarme con eso. ¿Puedes siquiera sujetar bien un lápiz con esas manazas? Es... ugh, ¿por qué te estoy explicando esto?"
Ari se apoyó en los barrotes e hizo un gesto sutil a Nimb para que le siguiera. "¡Entonces evolucionaré y usaré los pinchos de las patas de Lucario para hacer grabados en lugar de dibujar!"
Ahí ya fue a hacer daño.
"Cállate… ¡Cállate, cállate, CÁLLATE!" Gritó Rhyperior. De golpe, saltó de su trono y se acercó al ring mientras generaba rocas afiladas desde el suelo dentro del ring. Ari y Nimb corrían desesperadamente tratando de evitarlos, mientras también se mantenían cerca de los barrotes
"¿Por qué... te… cabreas?" Preguntó Ari, mientras esquivaba una oleada de ataques. "Sólo soy... un chaval con un... futuro brillante... por delante... ¡Gracias a mi evolución!"
"¡QUE TE CALLES DE UNA VEZ!"
Por suerte, uno de los ataques roca afilada destrozó algunos de los barrotes que rodeaban el ring. Era su oportunidad.
Ari agarró el ala de Nimb y corrió hacia la salida. Rhyperior se dio cuenta y trató desesperadamente de asestarles un golpe, pero Ari ya estaba aumentando su velocidad usando la energía de sus perlas, añadiendo ataque rápido a la ecuación, para ganar algo de distancia. Nimb parecía una cometa mientras Ari tiraba de él, siendo arrastrado a gran velocidad.
"Eeeseeee eeraaaa tuuuu plaaaan?" Preguntó Nimb.
"Sí, bueno, más o menos. Me fijé en los grabados de las paredes y supe que estaban hechos con garras, pero las garras de los Rhyperiors no sirven para eso porque son planas, así que supuse que las había hecho cuando aún era un Rhydon. Además, los grabados formaban dibujos que parecían bastante bonitos. Pensé que podría haberse puesto muy triste cuando evolucionó y ya no podía hacer su arte, así que por eso estaba tan obsesionado con la idea de que luchar era lo único en lo que uno podía ser bueno."
"Buaaah, ¿te disteeeee cuentaaaa de todo esoooo con sólo miraaaar un pocoooo?"
"Sip! Pero mi idea original era convencerle de que probara otras formas de hacer arte para que se redimiera y nos dejara libres, solo que... se enfadó tan rápido que tuve que improvisar, jeje.
Era una idea terrible, pensó Nimb.
Los gritos de Rhyperior ya se oían muy lejos, así que Ari aprovechó esa ventaja para dar un pequeño rodeo. Ari redujo un poco su velocidad para que Nimb pudiera correr en vez de ser arrastrado.
"¿A dónde vamos?" Preguntó Nimb.
"Al almacén. Lo vi antes de paso y creo que allí hay algo que nos va a hacer falta," dijo Ari.
Al otro lado de la cueva, Rhyperior y Amoonguss seguían corriendo en un intento desesperado por alcanzar a los fugitivos.
"¿No podrías correr un poco más rápido?".Se quejó Rhyperior.
"Bueno, ehhh podría si no fuera porque ehhh no tengo pies y tengo que saltar todo el tiempo..." Dijo Amoonguss.
"¡Joder, te juro que como encuentren la salida me vas a oir!"
"Ehhh relájate, tío, ¡fuiste tú quien los dejó salir con tus ataques! Y aun así, no es que ehhh vayan a poder hacer nada-"
De repente, un enorme temblor sacudió toda la cueva, y en un abrir y cerrar de ojos, una gran parte de las paredes de la cueva se habían desvanecido sin más, excepto unas pocas columnas que impedían que la cueva se derrumbara.
El dúo de criminales miró a su izquierda, donde solía estar el pasillo con las celdas. Ahora ya no era un pasillo, y todos los prisioneros estaban allí, mirándoles fijamente. Dolliv, Sneasel, Linoone, Flaaffy, Persian, Galvantula y algunos más estaban dispuestos a luchar por su libertad... Y ciertos Riolu y Archen estaban en medio
"¿Qué...? ¿Qué ha pasado aquí?" Preguntó Rhyperior.
"Unisalasfera. Un objeto que elimina todas las paredes en un rango de 50 metros. Sí, encontré mi bolsa en el almacén," respondió Ari, con una sonrisa burlona.
Rhyperior le miró con odio. "¿Una esfera? ¿Eres un exploradorucho de esos?"
"...Bueno, la hemos cagao," dijo el Amoonguss.
"Urrgh, ¡lo has estropeado todo!" Gritó el Rhyperior. "¡Vas a pagar por esto!"
"Siento haber borrado tus grabados de la faz de la Tierra," dijo Ari. "Podrías haber probado nuevas formas de expresar tu arte y tener un buen futuro, pero decidiste desperdiciarlo todo y convertirte en un criminal. No sé por qué pensé que merecías una segunda oportunidad..."
"¡CÁLLATE!" Gritó Rhyperior, y Ari se estremeció un poco ante eso. Ya no le quedaba paciencia, así Rhyperior empezó a lanzar fragmentos de roca que generaba con sus manos a los prisioneros. Y así, comenzó combate contra el jefe.
Ari cogió a Nimb y saltó para esquivar uno de los ataques, y los demás hicieron lo mismo mientras el Linoone cargaba contra el secuestrador, aunque apenas le hizo daño. Rhyperior lo golpeó con roca afilada, pero no pudo ver venir la hoja afilada de Dolliv. Otra oleada de roca afilada invadió la zona; algunos pokémon los esquivaron mientras que otros resultaron malheridos, pero aún quedaban muchos luchando.
Amoonguss intentó extender sus esporas aturdidoras, pero fue rápidamente derribado por el Sneasel, que le golpeó por la espalda. Se sorprendió bastante al ver lo poco que hacía falta para derrotar al sus- es decir, al pokémon hongo.
Galvantulla lanzó su telaraña para inmovilizar a Rhyperior, y Flaaffy y Persian aprovecharon su oportunidad para embestirlo. Él los esquivó y les lanzó rocas afiladas, pero lograron esquivarlo. Antes de que pudiera hacer nada, recibió el impacto de una esfera aural, que por fin le hizo un daño importante.
"¿Qué? Aún no dominas las ventajas y desventajas que se dan entre los tipos?" Dijo Ari, aunque su actitud chulesca parecía… forzada.
Rhyperior lo miró con rabia y siguió embistiendo. Por suerte, era lo bastante lento como para que Ari pudiera esquivarlo. Cuando el pokémon Taladro se dio la vuelta, se encontró con todos los pokémon que seguían en pie cargando hacia él. Dolliv usó hoja afilada, Linoone usó pin misil, Galvantula usó golpe bajo, Sneasel usó garra metal, Flaaffy usó derribo, Persian usó joya de luz y Ari usó golpe roca, mientras sus perlas brillaban con su aura rojiza. Rhyperior se vio abrumado por tantos ataques y salió despedido a varios metros de distancia. Intentó volver a levantarse, pero no aguantó más y se debilitó.
¡La batalla había terminado y los prisioneros por fin eran libres! Todos empezaron a celebrarlo, algunos corriendo hacia la salida de la cueva, otros llorando de alivio, otros saltando y riendo. Ari se quedó sentado en el suelo, muy cansado, pero contento. Nimb miró a su alrededor desde detrás de la columna en la que estaba escondido y se acercó a Ari.
"Entonces... ¿Todo ha terminado?" Preguntó Nimb.
"Sí, eso parece," dijo Ari.
De repente, Nimb saltó hacia Ari y empezó a llorar sobre su hombro. Ari, por una vez, lo vio venir y no se inmutó.
"¡Buaaaaaa, lo he pasado muy maaaaal!"
"Ea, ea, no pasa nada... Ahora estás a salvo, eso es lo que importa," le tranquilizó Ari, dándole leves palmaditas en la espalda.
A lo lejos se podía escuchar una voz resonando en la cueva. Los ex-prisioneros miraron a lo lejos y vieron a tres pokémon que se acercaban: un Breloom, un Grumpig y un Floatzel. Todos llevaban pañuelos rojos a rayas alrededor del cuello.
"¡Heeey! ¿Estáis todos bien?" Dijo el Floatzel.
"Esperad, sois exploradores, ¿no?" Preguntó Ari.
En cuanto llegaron con el resto de pokémon, el Breloom contestó. "Sí, somos el Equipo Frenesí, del Gremio de Houndoom, en Ciudad Lucero. Nos enteramos de la desaparición de pokémon en la zona y vinimos a investigar."
"Sí, pero vamos, ¡que llegáis muy tarde! Ya nos hemos encargado nosotros de esos tipos." Dijo Linoone, molesto.
El Equipo Frenesí miró a su alrededor y vio a los criminales desmayados y el espacio extrañamente amplio que había allí dentro.
"Oh... Bueno, imagino que esos dos son los causantes de todo este lío," dijo Breloom. "Al menos podemos traerlos con nosotros para que los metan en la cárcel por sus crímenes."
Grumpig vio el pañuelo que Nimb aún llevaba como venda y se acercó a él. "Oye, ¿tú también eres explorador?"
Nimb se escondió rápidamente detrás de Ari y les miró tímidamente. "Yo... Eh, n-no soy..."
"Yo soy el explorador, en realidad. Ese pañuelo es mío," dijo Ari.
"Ah, ya veo... Entonces esos malechores cometieron un terrible error al secuestrarte."
"En verdad… Si no fuera por todos los demás pokémon, no habríamos podido acabar con ellos."
"Ya veo... Da igual, será mejor que nos ocupemos de esos secuestradores antes de que despierten..."
Tras unas cuantas conversaciones, pokémon aquí y allá haciendo preguntas y averiguando cuáles eran los que buscaban por las denuncias de desapariciones, el Equipo Frenesí usó una fugasfera y se marchó con los criminales y algunos de los prisioneros. Los demás dejaron la cueva por sus propios medios y cada uno siguió su camino.
Ari y Nimb continuaron su viaje hacia… quién sabe dónde, ahora con la luz del sol bañando su pelaje y sus plumas.
"Ahhh... Esto ya es otra cosa, no me gustan los espacios estrechos..." Dijo Nimb.
"Se nota, eres del tipo volador, así que me cuadra," respondió Ari.
"Por cierto, olvidé devolverte esto," dijo Nimb, y desenvolvió el pañuelo que estaba usando como venda.
"Ah, claro, la herida ya debe de estar curada," dijo Ari. La cogió con dudas, sabiendo que aún estaba sucia por la herida, y luego abrió su bolsa y la guardó dentro para lavarla más tarde. Mientras lo hacía, vio su otro pañuelo, uno amarillo, y se quedó mirándolo ensimismado.
"... ¿Ari? Pareces triste, ¿va todo bien?" Preguntó Nimb. Ari negó con la cabeza y volvió al mundo real.
"Eh, sí, tú tranqui."
"Ah, bueno... Oye, entonces dijiste que eras un explorador, ¿no?"
"En efecto."
"Pero ese grandullón sabía que lo eras sólo porque usabas ese... ¿Cómo se llamaba, una esfera?"
"¡Sip! Se pueden encontrar ramas y semillas en la naturaleza, pero las esferas son objetos especiales que se fabrican específicamente para ser utilizados por exploradores, equipos de rescate u otras instituciones. Sería una idea horrible dejar que cualquiera los usara, ya que son demasiado poderosos. Así que no se pueden encontrar ni comprar en ningún sitio," explicó Ari.
"Ya veo..." Nimb guardó silencio durante unos instantes antes de volver a preguntar. "¿Tenías que luchar mucho cuando eras explorador?"
"¿Eh? Bueno, a veces, supongo. Tuve que luchar con malechores, o enfrentarme a algún pokémon territorial para poder seguir adelante con algunas misiones. No puedes evitar toparte con alguna movida de vez en cuando, aunque... ojalá pudiera."
"... Entonces creo que nunca querré ser explorador," dijo Nimb, con aire triste.
Ari apoyó una mano en su hombro. "Está bien, ni falta que te hace. Y yo tampoco es que vaya a volver a serlo pronto... Aunque sigo queriendo ayudar a los pokémon necesitados siempre que pueda."
"A mí... también me gustaría ayudar, pero me da demasiado miedo incluso hablar con otros pokémon..."
"Tómate tu tiempo, no te preocupes. Y, para que lo sepas, los gremios no son la única opción que hay. Hay muchas formas de ayudar a los demás."
"¿En serio?"
"Pues claro, sé que debe haber algo que se te dé genial, aunque aún no lo sepas. Olvida lo que ha dicho ese Rhyperior, los pokémon no han nacido para luchar. Algunos eligen hacerlo, pero somos capaces de mucho más," le tranquilizó Ari. De algún modo, se le daba muy bien dar consejos que no sabía aplicarse a sí mismo.
"Oh... ¿Igual que tú quieres ser artista?"
"¿Qué? Ah, ¿eso? Nah, me lo he inventado sobre la marcha. Dibujo como el culo."
Nimb se rió ante eso, y Ari le sonrió, feliz de verle por fin expresar tanta felicidad. Se preguntaba si podría ayudar a su amigo plumífero a encontrarse a sí mismo, viendo lo perdido que parecía cuando se conocieron.
La mente de Ari volvió entonces a aquel momento, cuando el Archen saltó sobre él con cara de haber visto un monstruo. Había olvidado que aún quería resolver aquel misterio. ¿Qué le había pasado a Nimb...?
Y mientras investigaba eso, tal vez un día Ari lograría encontrarle a él.
¡Pues esto ha sido el capítulo 2! Tengo que agradecer a todos los que han estado apoyando esta historia desde el principio, me encanta escuchar las opiniones de todos.
En el próximo capítulo: Nimb trata de combatir su ansiedad social.
