IV. Mis ojos los que le tocará madrugar
¿Cómo son las peores noches? Las personas afortunadas podrían responder: "en las que hace calor", algunas otras: "en las que hace frío o aquellas en las que los mosquitos se vuelven insoportables".
Pero Caitlyn tenía una respuesta completamente diferente. Las peores noches eran aquellas en las que estaba cansada, destrozada o rota y aun así... No era capaz de dormir.
En ese momento ella podía nombrar 3:
La noche que sus padres fueron secuestrados y no sabía si sería capaz de salvarlos
Cuando su clavícula fue perforada por una bala
Y ahora se agregaba esa horrible noche en la que por más que intentara conciliar el sueño no podía dejar de pensar en Vi, en su enfermedad y en el frustrante hecho de que no podía hacer nada por ella.
El sol ni siquiera había salido en Piltóver y ella ya se encontraba frente a su tocador cepillando su largo cabello. Suspiró al tiempo que colocaba una ligera capa de maquillaje en su rostro, sobre todo debajo de sus ojos donde habían pronunciadas ojeras negras por no dormir...
Y por el llanto.
El dolor que sentía era tan intenso que apenas podía mantenerlo a raya, la presión en su pecho era casi insoportable como si alguien le estrujara.
Más lágrimas escaparon de sus ojos en ese momento, odiaba aquel maldito mal que aquejaba la vida de Vi. Lo odiaba porque sentía que jamás valoró el tiempo que tuvo con ella y deseando con todas sus fuerzas tener más, un poco más.
[...]
Desorientada, sedienta y sobre todo muy cansada. A Vi le tomó cierta cantidad de segundos recordar lo que estaba ocurriendo.
La realidad le golpeó de pronto.
— Tranquila
Vi giró rápidamente la vista hasta encontrarte con la dueña de aquella voz robótica, encontrando a Orianna de pie junto a su cama
— ¿Qué...?
— Tranquila — Repitió mientras el engrane que simulaba una falda hacia un giro — Estás bien
— ¿Cómo...?
— Gracias a una poción Joniana, por esos lares es más común esta enfermedad
— ¿Estoy curada? — Preguntó con temor llevando sus manos a su pecho. Sus sentimientos... Sus flores, así de suicida y loco como sonaba, ella quería mantenerlas vivas porque representaban lo que sentía por Caitlyn
— No — Respondió tajante — Solo hay dos formas de curarse de aquella enfermedad y creo que lo sabes
— ¿Entonces cómo es que...?
— La poción ayuda a sacar los pétalos más fácilmente, tienes suerte — Vi alzo una ceja y un bufido escapó de sus labios – Quiero decir, son narcisos
— ¿Suerte? — Su voz sonó dos octavas más agudas de lo que debería
— Los narcisos no tienen espinas, así que de lo único que hay que preocuparnos es por las raíces y los pétalos.
— Oh... — Fue todo lo que pudo decir al tiempo que su mirada se quedaba posada en la pared tratando de asimilar cómo sería si la flor favorita de su amada Caitlyn fueran, por ejemplo, las rosas.
Sin quererlo sonrío.
Porque tampoco le importaría si fueran girasoles, gardenias o cualquier otra planta.
— El doctor me dijo que tu rechazas la operación.
— Sí... Bueno yo... Debes pensar que es tonto...
— Puedo entenderlo. Si pudiera tener sentimientos querría conservarlos.
— ¿Cómo es no sentir? — Escapó de sus labios aquella pregunta.
— Vacío, pero llevadero — Su engrane volvió a girar y después de un silencio entre ambos agregó — ¿estás considerando el procedimiento?
Los puños de Vi se cerraron fuertemente sobre la pulcra sábana blanca que cubría su cuerpo. Su mente se debatía "Vi no quiero que mueras" se repitió con fuerza, ¿Qué era mejor? ¿Qué debía hacer? Morir protegiendo a los sentimientos que tenía por Caitlyn o vivir sin ellos protegiéndola.
¿Sin sus sentimientos seguiría en el lado correcto? ¿Seguiría apoyando la justicia de Piltóver? ¿Qué tanto habían influido sus sentimientos por la sheriff en su decisión de dejar Zaun?
— No lo sé...
— Es una decisión difícil... — Agregó para después abrir una de las gavetas que se encontraban en el cuarto para sacar 5 frascos con un líquido espeso y morado — De momento toma un poco de esto por las noches
— ¿Podré salir de aquí?
— En poco tiempo, sí. Resulta que la sangre que te ha molestado se debe a que gracias al tamaño de las flores te lastimaste la tráquea.
— Menos mal — No sabía cuánto tiempo le quedaba y lo menos que quería era pasarlo en un hospital
— Por lo menos hoy debes pasarlo aquí en observación.
— Pero...
— Sin peros
Eso sería una tortura.
Ella no sabía estar quieta. Ni ser paciente. Ni estar sentada/acostada durante tanto tiempo...
Y estar sin Caitlyn.
[...]
Caitlyn estaba en el hospital, aún no amanecía por completo.
— ¿Sheriff?
— Orianna — Respondió a modo de saludo al tiempo que se sentaba en la sala de espera
— No mentía cuando dijo que estaría a primera hora
— Me gustaría verla antes de ir a la comisaría... ¿Ella está...?
— Mucho mejor que ayer — Sentenció al ver la preocupación en el rostro de la mujer de cabellos largos — Aunque no sé si esté despierta ayer fue una noche larga para ella.
Caitlyn solo asintió, la paciencia es una virtud recordó las palabras de Camille, una virtud con la que, a sorpresa de nadie, no había nacido
— ¿Puedo ir a su habitación?
— Claro, ¿quieres que te acompañe?
— No. Conozco el camino.
Ninguna de los dos dijo nada más. Caitlyn emprendió su marcha hacía el cuarto, ese al que desearía no tener que ir.
Se quedó un momento viendo la puerta.
Curioso. Años de conocer a Vi y esa era la primera vez que parecía ponerse nerviosa por verla. Toco suavemente esperando encontrarla despierta.
— ¿Otro análisis?
Una sonrisa se escapó de los labios se la sheriff de Piltóver por el tono divertido qué había usado su compañera. Casi podía imaginarla poniendo los ojos en blanco con fastidio
— No — Dijo mientras abría la puerta y entraba rápidamente al cuarto — Pero puedo hacerte un registro si quieres
— ¡Caitlyn! ¿Qué estás haciendo aquí? — La sorpresa era visible incluso en esos orbes violetas
— Tenía que verte, quería saber cómo estabas
— Ah... — Cerró los ojos por un momento dejándose caer en la cama, por eso ella no debía saberlo pensó con cierta amargura... Pero lo que le hacía sentir una mala persona era que disfrutaba de aquello, de esa preocupación que solo era para ella — ¿No es un poco temprano...? — Comenzó
— Soy la que madruga de nosotros
— Caitlyn... Deberías descansar más, pasaste por algo difícil
— Hemos pasado por cosas peores — Dijo inclinándose de hombros, restándole importancia al asunto, al tiempo que se animaba a adentrarse más en aquel extenso cuarto.
— ¿Irás a la comisaría? — La incredulidad resaltaba en cada una de sus facciones
— Solo un rato, quiero saber más del incidente de ayer
El semblante de Vi se volvió serio de pronto.
¿Cómo es que podía ser aquella brillante mujer tan imprudente? ¡Habían intentado matarla!
Un escalofrío la recorrió con fuerza ante aquel pensamiento.
— ¿Por qué estamos hablando de trabajo? — Caitlyn ya estaba a un lado de ella cuando hizo esa pregunta, justo junto a su compañera.
—Es nuestra costumbre — Respondió sonriendo, sentía como su cuerpo reaccionaba a aquella mujer de rasgos finos y de voz encantadora
— No es relevante en este momento
— Fue un ataque dirigido a ti. Es importante.
— Vi... — Sus ojos se encontraron una vez más, azul contra violeta — Sobre lo de ayer...
— ¿Lo de ayer?
— Nuestra conversación nocturna
El silenció se hizo presente.
Caitlyn no sabía cómo abordar de nuevo ese tema, pero era cierto, casi todo el tiempo con Vi lo pasaban hablando de casos, de crimines y criminales. Quería cambiar eso, quería saber más de Vi; Pero no sabía cómo preguntar por ese tema en específico.
Tantas preguntas y tan poco el tiempo.
Por su parte, la vigilante, no sabía que sería lo que la sheriff preguntaría pero sabía que respondería honestamente a cualquier interrogante. Porque a la dueña de su afecto jamás podría mentirle.
El sonido de la puerta rompió la atmosfera una vez más
— ¿Puedo pasar?
Vi suspiró.
Jayce
Justo a quién no quería ver en ese momento. ¿Por qué estaba ahí?
— Claro — Siseó como no queriendo la cosa
— Me dijeron que ambas estaban aquí y pensé en pasar antes de ir al trabajo. ¿Cómo están? — Una sonrisa ladina se dibujaba en su rostro, esa que parecía no querer demostrar sus intenciones.
— Bien, Vi está mucho mejor que ayer y las pócimas (1) que me dieron para el dolor fueron eficientes
— ¿Roja o verde?
— Roja
— Qué afortunada, Cait, las verdes son las peores.
— Es porque no has probado esto, te lo aseguro — Comentó Vi, señalando el frasco morado en la mesita a un lado de su cama, su tonó había sido más lúgubre de lo que le hubiera gustado, pero esperaba que sus compañeros lo atribuyeran a su condición y no a sus más que evidentes celos.
— Yo solo quería saludar antes de volver a la comisaría y preguntar si necesitas algo, Vi
La aludida levantó una ceja a forma de interrogación, ¿había escuchado bien? Se detuvo su tren de pensamientos, no. Seguramente había una razón para esa pregunta. Por supuesto, lo más probable era que el ofrecimiento era más para quedar bien con Caitlyn. "No necesito nada de ti" quiso responder "Que te fueras en este momento" se le ocurrió "Que no me molestes" tampoco parecía mala idea.
Pero ella tenía que tener los pies en la tierra, recordar la situación en la que estaba.
— De hecho, sí, hay algo — Y por primera vez desde que supo que podía ser que hubiese algo entre Caitlyn y él, lo miró a los ojos.
— ¿Qué es? — Una sonrisa más grande se amplió en sus labios.
— ¿Puedes cuidar de Caitlyn?
Se hizo un breve silencio.
Caitlyn le miró, sus ojos más abiertos que de costumbre, ante aquella petición encontrando el sentido oculto en ellas, "¿Puedes cuidar de Caitlyn...? Porque yo no podré hacerlo por mucho tiempo más" ¿Así que no había cambiado de parecer? Su corazón se estrujo de nueva cuenta y en un momento sus ojos estaban cristalizándose una vez más.
¿Por qué incluso en sus últimos momentos Vi solo podía pensar en los demás?
Jayce asintió
— Cuenta con ello, la mantendré a salvo.
— Bien, entonces, ¿Por qué no van juntos? Ambos sufrieron un ataque y sería peligroso ir solos — Las palabras quemaron su garganta en cuanto salieron de ella. Pero sabía que eso era lo correcto.
Sabía que egoístamente necesitaba saber que si moría, alguien cuidaría del tesoro más importante para ella.
Y tener la certeza de que si al vivir sin sus sentimientos volvía a ser una criminal alguien impediría que la dañara.
— Yo...
— Vamos primor, no pierdas el bono de puntualidad por mí — Puso sobre su rostro aquella mascara que usaba, aquella confiada y coqueta personalidad que había creado para que nadie conociera a su verdadero yo.
— Tiene razón, igualmente hay mucho que hacer con los criminales que escaparon — Agregó Jayce.
— Pero...
— Sin peros... No es como si me fuera a morir hoy — Algún día, se prometió, tendría más cuidado con lo que decía. Puesto que estaba segura que la mirada enfurecida que Caitlyn le dedicó la recordaría hasta el final de sus días.
Son mis amigos los que me van a envidiar, mis ojos los que les tocara madrugar
Son mis problemas no los tuyos
EvØ
Aclaraciones:
(1) Esto lo tome del videojuego de League of Legends, en la tienda hay 3 tipos de posiones, roja, verde y morada, cada una ayuda a recuperar vida faltante tras recibir un daño y por eso están acá
Notas finales:
Quiero darles un enorme agradecimiento por todos sus bonitos comentarios y apoyo, realmente son lo mejor del mundo mundial y les quiero en exceso
¡Ciaossu!
