Los días pasaron, Liam, Raine, Emma y Dalia fueron al callejón Diagon a comprar sus útiles escolares, aún que Raine suspiro nostálgica, sería su última vez comprando esos materiales.

Pero el 10 de agosto llegó, y Liam estaba bastante emocionado. Ese día, Liam se vistió formal, al igual que Emma. Los dos tenían una caja de regalo, muy llamativa, y estaban ansioso de dárselo a alguien. La señora Baker esperaba a Liam, Emma, Raine y Dalia en el jardín. Cuando llegaron, no paso mucho para que se desaparecieran. Liam sintió esa breve sensación asfixiante, hasta que el fresco aire de Hogsmeade lleno sus pulmones. El castillo de Hogwarts se veía a lo lejos, pero Liam no iba ahí, o al menos no todavía. Caminaron hacia las casas de Hogsmeade, y se detuvieron frente a una casa que se veía nueva. Liam tocó a la puerta, y un minuto después, una mujer castaña, y con aparecía joven, abrió la puerta.

-Ah! Bienvenidos, pasen, pasen – dijo, y el grupo hizo caso

-bueno días profe…

-oh, Liam! – dijo la mujer, una vez llegaron a la sala, y abrazo contento a Liam – te extrañe tanto, dime, como te fue en tus TIMO?

-véalo usted misma – Liam saco la hoja de resultados de su chaqueta

-a ver… – la mujer tomo la hoja y leyó con atención – oh… oh! ¡Por Merlín! Anthony! ¡Ven a ver esto, cariño!

-que pasa Amelia? – dijo un hombre, alto y apuesto, de cabello teñido de rubio

-mira! – la mujer extendió la hoja

Aquella pareja se trataba de Amelia Forker y Anthony Forker, ambos profesores en Hogwarts. La profesora Amelia enseñaba transformaciones, y el profesor Forker enseñaba defensa contra las artes oscuras. Eran un matrimonio feliz y próspero, Liam se alegraba cada que recordaba la boda de los profesores. Liam tenía una relación muy buena con la profesora Amelia, él la quería como a una segunda madre, y ella lo quería como a un hijo.

-oh, Liam, estoy tan orgullosa de ti – dijo la profesora Amelia con una sonrisa – ven aquí hijo, deja que te abrace

-sí – Liam se acercó y abrazo a la profesora

-vaya que has crecido, ay, mi niño – la profesora sollozo un poco y acaricio la cabeza de Liam – una "E" en transformaciones, de verdad, estoy tan, tan orgullosa

-gracias – dijo Liam contento

-a mí no me saluda? – suspiro Emma

-claro, ven – dijo la profesora, y Emma se acercó – como saliste en tus TIMO?

-supera las expectativas en transformaciones – sonrió – así que voy a entrar a su clase este año también

-jaja, me alegro – la profesora sonrió

-bueno, ya dejé a mi hijo – gruño la señora Baker – ya, suéltelo

-claro – suspiro la profesora Amelia, y soltó a Liam

Después de sacudirse un poco, Liam vio a la cocina. Estaba todo adornado con globos y tiras coloridas, al centro estaban unas letras, formando las palabras: "Feliz Cumpleaños Julie". Liam vio a una silla, una niña pequeña, de cabello castaño hasta los hombros, y con un bonito vestido rosa, estaba parada ahí, viendo las flores de la mesa.

-Julie! – dijo Liam de inmediato

-eh? – la niña volteo a ver – AH! ¡LIAM! ¡HERMANO!

-SI, ¡SOY YO! – Liam corrió a cargar a la pequeña, quién lo abrazo de inmediato

-te extrañe! ¡Te extrañe! – dijo muy contenta

Esa niña era Julie Forker; la hija de Amelia y Anthony Forker. Ese día, Julie cumplía dos años, Liam lo sabía muy bien, pues él había visto a la pequeña unos pocos días después de su nacimiento. Liam quería a Julie como a una hermana pequeña, y Julie, evidentemente, veía a Liam como un hermano mayor. No había nada más en el mundo, aparte de Emma, que alegrará tanto la vida de Liam, pues Julie era una niña por la que siempre velaba.

-oye, yo también quiero atención! – dijo Dalia acercándose rápidamente

-quien? – Julie miro tímidamente a Dalia, y abrazo a Liam

-es Dalia, no te acuerdas? – dijo Liam, y la niña negó con la cabeza

-es que solo tenía unos meses – suspiro Dalia y alzo la mano, cerro el puño, pero solo dejo el dedo índice y se lo extendió a Julie – mucho gusto, soy Dalia Archer

-hola – Julie tomo el dedo de Dalia – yo… eh… soy… j-Julie?

-SI, ¡EXACTO! – dijo Liam contento – ay, que niña tan inteligente, si dice su nombre y todo!

-jaja, sí que lo es – río Dalia

-Julie, sabes qué día es hoy? – le dijo Liam

-hum… es… eh…

-es tu cumpleaños! – sonrió – sabes lo que es?

-mamá me dijo – Julie meneo un poco la cabeza

-pues lo es, ya tienes dos años! Y como es tu cumpleaños, vamos a ir a mi habitación, y te voy a regalar el peluche que tú quieras – dijo Liam sin borrar su sonrisa

-chi! – Julie abrazo contenta a Liam

-oye, yo también quiero uno – Dalia hizo un puchero

-no es tu cumpleaños – río Liam – pero es pronto, entonces…

-de verdad?! – Dalia sonrió contenta

-cuando se tu cumpleaños – sonrió – y te dejare escoger el que quieras

-hasta el de araña?! – Dalia dio un saltito de emoción

-no, ese me lo regaló Emma

-y el de león?

-ese también me lo regaló Emma

-y el de…

-…pues MI hijo, salió muy bien – presumía la señora Baker a la profesora Amelia, mientras Liam y Dalia seguían discutiendo de peluches – es obvio que el talento lo saco de su madre, osea, yo

-ja, claro, pero YO le enseñe todo – dijo la profesora Amelia – incluso lo apoye en su transformación como animago, le conseguí todo lo que el necesitaba

-pues no se va a quedar con mi hijo! – gruño la señora Baker

-oh, claro que me lo voy a quedar – la profesora Amelia saco la varita

-con que eso quiere – dijo la señora Baker sacando la varita con una habilidad extraordinaria – bien, así veremos quién es la mejor

-obviamente yo – sonrió

-cariño, no creo que sea buena idea – le dijo el profesor Forker a la profesora – tranquila

-no, no, yo voy a ganar el duelo, entonces Liam pasará a ser Liam Forker – dijo la profesora Amelia confiada

-primero muerta! – gruño la señora Baker

-exacto!

-profesora, basta – suspiro Emma

-no ves? ¿No ves que Liam está mejor conmigo? – alego la profesora – cuando se desaparecieron, yo salí personalmente a buscar a mi niño, mientras está se quedaba en su casa!

-sí me hubieran avisado…

-no hubiera venido de todas formas – gruño la profesora

Liam y Dalia se esfumaron de la discusión, y junto con Julie subieron las escaleras. Fueron a la última puerta, ahí se haya la habitación de Liam. Todas sus cosas estaban ahí, aún que antes estaban su verdadero hogar, la señora Baker las había movido ahí por arte de magia, en una noche en donde el alcohol no falto. Cómo fuera, Liam estaba contento, y Julie también, al final termino escogiendo el peluche de conejito, que Liam tenía desde los cinco años, pero no le importo mucho, si podía hacer feliz a Julie con eso, le bastaba. El peluche estaba bien conservado, y Liam temió por su estado, pero ya la magia siempre estaba para ayudar en esos casos.

-Liam, te quiero mucho! – le dijo Julie abrazando al conejito de peluche

-yo también te quiero Julie – sonrió, y acaricio la cabecita de la pequeña

-oye! – Dalia movió el brazo de Liam – estoy celosa, ¡yo también quiero!

-jaja, tranquila Dalia – río el chico

-dame atención, cariño y mimos! – alego Dalia

-bueno, bueno – Liam le acaricio la cabeza a Dalia

-siiii! ¡Así! – Dalia sonrió contenta

-Liam? – dijo Emma entrando a la habitación – ah, oh, vaya

-qué pasa? – sonrió Liam, y dejo de acariciar a Dalia

-pero sigue! – protesto la chica

-ay, bueno – dijo Liam apenado

-Emma! – Julie miro contento a la pelirroja – mira, Liam me dio peluche!

-qué bonito! – sonrió Emma – ahora, la cumpleañera tiene que bajar a la celebración, Dalia, ¿podrías llevarla?

-pero yo quiero que Liam me siga mimando – suspiro Dalia

-CALLATE! – ordenó Emma – y baja a Julie ya, que tengo que hablar con mi amorcito

-uy, bueno – Dalia tomo a Julie – ay, que pesada, bueno, vamos

-ejem, Liam – dijo Emma, apenas Dalia salió del cuarto, y cerró la puerta

-pasa algo malo? – dijo Liam tímidamente – encontraste a alguien más y quieres dejarme? Bueno, está bien, ya que

-jaja, claro que no – río Emma y se acercó al chico – sabes que tú eres el único – dijo con voz seductora

-jeje, gracias – Liam se sonrojo – entonces que pasa?

-tu mamá y tú mamá están peleando – dijo Emma

-uh?

-que Beatriz y Amelia están peleando – Emma suspiro un poco – están compitiendo por quién te quiere más

-no puede ser – suspiro Liam – si yo quiero a las dos por igual

-pero… te gustaría que la profesora fuera tu mamá?

-supongo – pensó Liam – bueno, no importa, ejem

-vamos abajo – sonrió Emma – tu mamá quiere verte

-cuál de las dos?

-la profesora

-ok – Liam avanzó un poco, pero Emma lo detuvo

-antes de que bajemos – dijo – quiero que me beses

-por qué? – río Liam

-por que llevas mucho sin hacerlo – suspiro la chica – ya, mis labios te necesitan

-está bien – Liam se acercó a Emma, pero la chica se acercó primero, y le dio un buen beso

-ES MI HIJO! – gritaba la señora Baker

-ES MIO! – decía la profesora

-NO!

-SI!

-PROFESORA DE CUARTA!

-MAMÁ FRACASADA!

-CUATRO OJOS!

-ESTUPIDA!

-YA! ¡BASTA! – grito Liam bajando las escaleras

-HIJO, dime, ¿a quién prefieres? – dijo la señora Baker

-sí, dinos, HIJO – gruño la profesora – y… uh? ¿Que tienes en los labios?

-es labial? – la señora Baker miro confundida a Liam

-tengo labial? – Liam miro a la profesora, que asintió con la cabeza

-ups – dijo Emma, que tenía los labios pintados de rojo – ejem… bueno, ¿quién tiene hambre?

-pues al parecer ustedes no – río la señora Baker

-sí, ya comieron bien – la profesora Amelia rio junto a la señora Baker

-mamá! ¡Basta! – dijo Liam sonrojado

-cuál de las dos? – pregunto Emma

-las dos – suspiro Liam

Los preparativos de la fiesta siguieron. Liam junto a la profesora Amelia, que no era tan experta en la cocina, empezar a hacer la comida. Emma disfruto de hablar con Raine y Dalia, sobre lo bien que Liam se vería casado con Emma. Mientras, la señora Baker miraba curiosa a Julie, y como venganza, planeaba hacer que la pequeña la viera como a una madre.

-SEÑORA QUITESE A MI HIJA DE LOS PECHOS!

-pero si le gusta – dijo la señora Baker, sosteniendo a Julie y apretujándola sobre su pecho

-mamá, deja a Julie en paz – suspiro Liam

-ay, de verdad – la señora Baker apartó a Julie – uno tratando de darte de comer

-chi – Julie asintió con la cabeza – tengo hambre

-ven, ven, yo tengo mucha leche – sonrió la señora Baker, pero un rayo rojo paso rosándole el cabello a la mujer

-ni se le ocurra – gruño la profesora Amelia, con la varita en la mano

Liam siguió cocinando, mientras la profesora Amelia le contaba de las cosas más recientes de Hogsmeade, como la noticia de un mago que se apareció a mitad de la calle principal con una caja de gallinas, que terminaron haciendo desastres en el pueblo, o la de una mujer que intento realizar un encantamiento agrandador a una botella de cerveza de mantequilla, pero termino poniéndose un pico de pato en la cara.

-pues, ya está todo listo – dijo la profesora, con la mesa bien ordenada, platillos humeantes y un bonito pastel al centro

-pues, a comer! – Liam se sentó contento, y la profesora se sentó a su lado

-pues, mira, como te iba diciendo, el otro día Anthony y yo estábamos de paseo – contó la profesora, mientras la señora Baker se sentaba, y Emma ocupaba un lugar al otro lado de Liam, como siempre – y vimos algo que te va a interesar

-qué es? – dijo Liam sirviéndose pasta

-resulta que Adrel y Adelaine… SE VAN A CASAR! – dijo la profesora contenta

-de verdad?! – dijo la señora Baker sorprendida

-sí! Adrel le propuso matrimonio a Adelaine en medio de la calle, caray, fue tan romántico – la profesora suspiro y se sonrojo – ojalá estar casada… esperen, LO ESTOY! JUJUJUJU

-y felizmente – agrego el profesor Forker

-exacto – sonrió la profesora

-vaya, quién lo diría – dijo Liam impresionado – bueno, supongo que le gustaba mucho

-tengo que ver a ese Adrel – dijo la señora Baker

-no – dijo Liam de inmediato – ya se va a casar, y tú también estás casada, así que…

-que no! – suspiro la señora Baker – hijo, me sigue gustando tu padre

-bueno, solo decía – dijo Liam apenado

-oye, Liam – Emma se aclaró la garganta – que te gustaría más, proponerme matrimonio o que yo te lo proponga?

-hum… bueno, supongo que estoy bien con las dos – Liam meneo un poco su tenedor – con tal de estar casado contigo…

-Awww, que lindo – dijo la profesora Amelia – pues yo creo que si se van a casar

-no lo crea – dijo Emma orgullosa – esté segura

-tú que dices Julie? – le pregunto Dalia a la niña, que estaba sentada en su sillita, al lado de ella – crees que Emma y Liam se casen?

-Emma y Liam? – la niña pensó un poco, mientras se llevaba un poco de sopa a la boca – Emma quiere a Liam! – comento – Emma y Liam son como papá y mamá, se quieren mucho!

-hasta Julie lo sabe – Emma asintió con la cabeza

-y si le propongo matrimonio a Anne? – dijo Raine mordiendo un buen corte de carne

-jaja, ay hija – río la señora Baker – creo que es un poco pronto para eso, las dos son jóvenes, y tiene una vida por delante

-hmmm, que cosas – suspiro Raine

-pues si fuera por mí, Liam y yo ya estuviéramos casados – dijo Emma

-sí fuera por ustedes, gran Bretaña estaría repoblado en una noche – río la señora Baker

Siguieron hablando, la profesora Amelia decidió cambiar al tema, hacia un viaje retrospectivo sobre la importancia de los escarbatos. El día continuo y continuo, hasta que la tarde noche llegó, fue ahí cuando, entre una relajante charla junto a una cerveza de mantequilla, que el profesor Forker había traído, los adultos sacaron a flote el tema de sus años en Hogwarts.

-pues mi sexto año no fue muy divertido – suspiro la profesora Amelia

-el mío fue… raro – dijo la señora Baker

-y el mío – el profesor Forker asintió con la cabeza

-estaba todo eso de que Potter era un mentiroso – suspiro la señora Baker – yo no le creía nada al periódico, y resulta que, si estaban equivocados, por eso quise ser reportera

-jaja, y después lo llamaron "el elegido" – río el profesor Forker – que descaro, esos del profeta sí que eran bipolares

-bueno, lo era – dijo la profesora – al final termino derrotando a ustedes-saben-quien

-Voldemort? – dijo Liam, la profesora y la señora Baker hicieron un gesto de desagrado

-ese – dijo la profesora un poco temerosa

-pues yo no sé por qué tienen tanto miedo – dijo Emma

-es que no estuviste ahí – suspiro la profesora – lo bueno es que todo eso ya terminó, y podemos vivir en paz, ¿verdad?

-así es – dijo la señora Baker – recuerdo que el séptimo año no termino tan bien

-que paso? – pregunto Raine

-murió Albus Dumbledore – contesto la profesora

-el de las ranas de chocolate! – dijo Liam

-sale en todas, es una plaga – suspiro Emma

-ese mismo – la señora Baker río un poco – resulta que lo mataron en la torre de Astronomía

-en dónde? – pregunto Liam

-en la torre de Astronomía

-como?! – dijo Liam sorprendido

-QUE LO MATARON EN LA TORRE DE ASTRONOMÍA! – grito la señora Baker

-vaya – Liam miro a Emma, que le dio palmaditas en la espalda

-qué pasa? – pregunto la profesora

-me declare en la torre de Astronomía, y resulta que mataron a alguien ahí – suspiro Liam

-oh, ya entiendo – la profesora Amelia tomo un poco de cerveza de mantequilla – nunca me habías contado como habían empezado Emma y tú

-Emma? – Liam negó con la cabeza – no, no, fue con Amanda

-ah

-bueno, ¿qué tal si vamos a la torre de Astronomía y matamos a Amanda ahí? – propuso Emma – así seguimos la tradición

-de acuerdo – Liam asintió con la cabeza – espera… no, no hagas eso

-ya dijiste que si – río Emma

-mejor que me mate a besos – sonrió Liam

-ah, con que eso – Emma borro su sonrisa – pues ahora te quedas sin besos

-bueno – dijo Liam cabizbajo

-sueño – dijo Julie – mamá, tengo sueño

-oh, supongo que es tarde ya – dijo la profesora mirando por la ventana de la cocina, ya era de noche

-yo la acuesto! – Liam se puso de pie rápidamente

-chiiii! – Julie salto de emoción, mientras Liam la cargaba y subía las escaleras

-qué responsable – dijo la señora Baker – hasta le hizo un pastelito de cumpleaños

-y sin azúcar – suspiro la profesora – no sé cómo lo hizo

-que envidia – dijo Dalia – yo quisiera que Jack me cuidara así!

-sí, Liam es muy cariñoso – dijo Emma sonrojada y jugueteando con un mechón de su pelo – si así es con Julie imagínense como será con sus hijos – suspiro con una sonrisa

-deja eso – suspiro la señora Baker

Liam le puso su pijama a Julie, una muy bonita de color azul celeste, y que se veía muy calientita. Después la acostó en su cuna y le dio el peluche de conejito. Le puso una cobija y se sentó a su lado.

-ah, Liam, Liam, libro! – dijo Julie apuntando a un libro sobre el baúl de juguetes de Julie

-quieres que te lo lea? – Liam miro el libro, y Julie asintió con la cabeza, Liam se paró y tomo el libró – muy bien, veamos… uy, que será esto?

-Babbitty! – dijo Julie emocionada – Babbitty!

-a ver… Babbitty Rabbitty? – Liam leyó el título del cuento

-chi! – Julie asintió con la cabeza

-bueno, está bien – Liam se sentó en la silla y empezó a menear la cuna suavemente

El chico empezó a leer, y Julie escucho atenta. Resulta que la historia trataba sobre una bruja en la edad media, en la caza de brujas. Julie se reía al escuchar la historia, pues en ella, un muggle se hacía pasar por mago. Al final de la historia, Liam descubrió que Babbitty era una animaga, una coneja. Para cuando llegó a esa parte, Julie ya estaba dormida, así que dejo el libro en la silla y salió de la habitación.

-todo bien? – le dijo la profesora Amelia a Liam, en cuanto bajo las escaleras

-sí, le leí un cuento – sonrió Liam

-el de Babbitty? – la profesora Amelia río un poco

-sí

-le gusta mucho, siempre nos lo pide – explico, mientras Liam ocupaba un asiento al lado de la profesora – creo que es por la animaga, como Liam es uno…

-que divertido – río Liam – a mí me contaban la historia de la bella y la bestia

-la que? – pregunto Emma

-la bella y la bestia

-que título es ese – río la chica – que ridículo

-oye! Es una buena historia – dijo Liam apenado

-tu padre no quería que te contara los cuentos de Beedle el bardo – suspiro la señora Baker – aún que supongo que era buena idea, como todavía no estábamos seguro de que tendrías magia, no te quería llenar la cabeza de eso

-entiendo – Liam se acomodó un poco el cabello

-y, bueno, ahora que Julie ya se fue a dormir – la profesora Amelia río un poco, saco la varita y con un movimiento, unos vasos aparecieron en la mesa, y se llenaron de un líquido que Liam no conocía – hidromiel!

-vaya! – dijo Emma sorprendía

-la compramos hace unos días – río la profesora – así que… a festejar!

-pero tiene alcohol – dijo Liam preocupado

-bah, no te preocupes cariño – sonrió la profesora – el hidromiel con especies es la que tiene alcohol, esta está bien, adelante, toma

-pero...

-dale un trago – le dijo Emma

-ah, bueno – Liam levantó el vaso y tomo, por su boca paso el líquido, y Liam quedó sorprendido por el sabor, era muy bueno, un sabor sin igual

-qué tal? – dijo la profesora

-está muy buena! – dijo Liam contento

-pues a festejar! – la señora Baker alzo el vaso

-ah, por cierto, Liam – dijo la profesora, mientras la señora Baker se tomaba de un trago el hidromiel – este año va a haber un concurso de Transformaciones, y los de Ilvermorny nos invitaron a ir, no sé si estés interesado…

-claro, Amanda me habló de eso el año pasado – Liam asintió con la cabeza – sí, me gustará ir

-perfecto, cuando lleguemos a Hogwarts, te inscribiré – la profesora sonrió y tomo un trago de su hidromiel

-oiga yo también quiero ir – dijo Emma

-hum, bueno, es que…

-sí Liam va, yo voy, entiende? – Emma tomo un trago

-creo que Liam es bastante capaz de ir solo…

-no me importa, y sé que él puede ir solo – gruño – pero yo quiero ir con él, y si tiene algún problema, se lo puede ir diciendo a…

-ya, ya, tranquila – la interrumpió Liam – profesora, cree que Emma también pueda ir?

-supongo que sí, pero tiene que subir sus notas en mi materia – suspiro

-pero si están altas – dijo Emma tomando hidromiel – si saque un supera las expectativas y todo

-Emma, creo que el hidromiel se te subió muy rápido – Liam suspiro

-tú crees? – Emma le dio otro sorbo a la bebida y le sonrió a Liam

-no dijo que no tenía alcohol? – Liam miro a la profesora

-eh… si, bueno, pero un poquito…

-OTRA! – la señora Baker alzo el vaso, y la profesora lo relleno – WUUUUUUUUUUUUUUU!

-me pregunto si Amanda se inscribirá también al concurso – Liam pensó en voz alta

-Amanda, siempre Amanda – suspiro Emma – siempre hablando de ella, esa puta no se merece ni la mitad de atención que le das

-Emma! ¡No le digas así! – dijo Liam de inmediato

-es lo que es, una grande y enorme pu…

-ok, basta! – Liam le quitó el vaso a Emma – no más hidromiel!

-Liam! ¡Dame, dame! – Emma estiró el brazo para tomar el vaso, pero Liam se estiró más – vamos! – Emma se puso de pie, sin embargo, Liam no tuvo más remedio que tomarse todo el hidromiel de Emma – OYE!

-ya, quieta! – dijo Liam, y sentó a Emma

-eres malo, eres un novio muy malo! – dijo Emma haciendo un puchero

-ay, Emma – suspiro Liam

Al final de la noche, la señora Baker termino emborrachándose con la profesora Amelia, y Emma, y Raine. Liam, Dalia y el profesor Forker se encargaban de que las mujeres no hicieran ningún desastre en la casa, ni mucho menos despertarán a Julie.

-bueno, ya nos vamos Amelia – decía la señora Baker dando vueltas afuera de la casa

-con mucho cuidado – dijo la profesora sonrojada – vayan, vayan

-cuida mucho a mi hijo – le dijo la señora Baker – cuídalo, cuídalo jajaja

-no te preocupes – sonrió la profesora – oh, Dalia, ¿no te vas?

-no – dijo la chica – me quedo con Liam

-vaya, está bien, está bien – la profesora asintió con la cabeza, entonces la señora Baker y Raine se tomaron de la mano, para desaparecer

-vamos Emma, deja eso – decía Liam apartando a la chica de un plato vacío

-tengo hambre, quiero comer – Emma tanteaba el aire – Liam, se bueno y cómeme, o deja que te coma en la cama

-no me hagas propuestas indecentes en ese estado – suspiro Liam – mejor vamos a dormir

-sí, quiero hacer el amor, quiero hacer el amor! – decía Emma contenta, dándole besos a Liam en la mejilla

-en fin – Liam negó con la cabeza – ¿Dalia, te quedas con nosotros hoy?

-sí, o si no Emma te va a hacer tres hijos – suspiro Dalia

-vamos – Liam tomo a Emma del brazo – buenas noches!

-sí, sí, buenas noches – dijo la profesora Amelia dando vueltecitas – que todo salga bien

Así, Dalia vio como Liam dejaba a Emma en la cama. Después, el profesor Forker hizo un encantamiento duplicador en el colchón, y Liam le puso mantas, para que Dalia pudiera dormir cómodamente. Emma se durmió al instante que Liam la puso en la cama, pero daba vueltas y vueltas, así que a Liam le costó un poco dormir, al igual que dalia, por el ruido que Emma hacía.