-tu hermano le está pidiendo cosas a mi hermana – le dijo Sebastián a Liam apenas lo vio al día siguiente, en el gran comedor

-Sofía te lo dijo? – pregunto Liam

-no – respondió Sebastián – simplemente lo sé

Liam miro confundido a Sebastián, y justo en ese momento, Tom se acercó a saludar. Sebastián y Liam lo vieron fijamente.

Pero pasaron dos días, y el 16 de febrero llegó. Era un día de clases, así que no había muchas posibilidades de hacer cosas. Raine desayunaba apresuradamente, hasta que Liam llegó al gran comedor. Se acercó sigilosamente, y se sentó al lado de la joven.

-FELIZ CUMPLEAÑOS! – grito, y algunos alumnos voltearon sorprendidos

-ay, Liam – Raine miro a su hermano – gracias

-dieciocho años, ahora eres doblemente mayor de edad! – dijo Liam contento – para los muggles lo eres, así que puedes sacar un permiso de conducir y todo eso

-ya, me alegro…

-estas muy estresada – Liam río un poco – que pasa?

-solo algunas cosas de clase y eso… – suspiro Raine

-tranquila – Liam abrazo a Raine con cariño – hoy vamos a celebrar, puedes?

-ay, huroncito – Raine correspondió el abrazo – no puedo, tengo que estudiar

-no lo hagas hoy – suspiro Liam

-lo siento, podemos dejarlo para el fin de semana? – dijo Raine cabizbaja

-bueno… pero iremos a hogsmeade, y vamos a festejar bien – dijo Liam

-sí, está bien – Raine sonrió – gracias por el feliz cumpleaños

Liam empezó a desayunar junto a Raine, tiempo después llegó Emma, Amanda y Odette. Y así los días corrieron, hasta llegar el fin de semana. Ese día, sábado, había partido de Quidditch, Slytherin vs Ravenclaw. Para desgracia de los slytherin, los Ravenclaw jugaron muy bien, se notaba que habían practicado. Así que Emma y Raine estaban decaídas, pero Liam llegaría a alegrarlas. Ya el domingo, cuando las puertas del colegio estuvieron abiertas, Liam salió junto a las dos al pueblo mágico.

-Feliz cumpleaños! – dijo Liam, Emma, la señora Baker y hasta Annelie, la adulta, en la cafetería de Adrel

-ay, gracias – Raine sonrió, con una buena comida enfrente

-que grande esta mi niña – dijo Annelie con una lagrimita – y pensar que eras una cosita

-pero no pensabas en eso cuando nos abandonaste, ¿verdad? – gruño Raine

-no, pero ahora lo pienso – Annelie sonrió

-bueno, no importa – dijo Liam despejando los malos ánimos – Raine ya tiene dieciocho, cuatro años más de cuando la conocí

-sí, cuando mintió diciendo tener quince – agrego Emma

-aun así, era mayor, ¿verdad? – dijo Liam mirando a Raine, que asentía con la cabeza con una buena porción de pasta en la boca

-ah, hija, por cierto, tu novia me pidió que te diera esto – la señora Baker saco una cajita alargada

-mi novia? – dijo Raine después de pasar su comida – ah… si, gracias – Raine tomo la caja

-no lo vas a abrir? – pregunto Liam

-eh… luego – contesto Raine

Siguieron comiendo y platicando. La señora Baker se veía bastante contenta, al igual que Annelie, y en especial Liam. Emma comió y comió, bastante triste, pues ya había perdido dos partidos consecutivos. Cuando llego la hora de los regalos, la señora Baker y Annelie le dieron un nuevo mango de varita, de color verde y plateado, con diseño ovalado. Liam y Emma le dieron un nuevo libro sobre una chica enamorada de un vampiro, con un triángulo amoroso con un hombre lobo, bastante adolescente.

-ah, que buen día – dijo Raine fuera de la cafetería, bastante contenta

-sí que lo fue – dijo la señora Baker con una sonrisa

-oye, hija, puedo hablar contigo? – Annelie se acercó a Raine

-yo… si, está bien – suspiro Raine

-nosotros vamos a pasear – dijo Emma, tomada de la mano con Liam

-tranquilos, enamorados – dijo la señora Baker – yo también quiero hablar contigo, hijo

-claro – Liam asintió con la cabeza – vamos

-nosotras, por aquí – Annelie guio a Raine al final del pueblo, en donde se podía ver el campo

-dime – Raine se recargo en un pequeño muro de piedra

-tu novia está saliendo con alguien más – le dijo

-que?

-que tu novia está saliendo con alguien más – repitió Annelie

-con… un amigo, me dijo – suspiro Raine – verdad?

-si eso se puede decir – Annelie se encogió de hombros

-y como sabes eso? – Raine miro a Annelie

-la seguí – contesto sin problemas – se ve que al chico le gusta

-y por qué estas siguiendo a mi novia? – dijo Raine molesta

-porque me preocupo por ti – sonrió Annelie – bueno, no importa, que piensas hacer?

-hablar con ella – suspiro Raine – o que quieres que haga? ¿Qué me aparezca en su casa y le prohíba ver a los demás?

-no, no era…

-porque a ti te funcionó muy bien, ¿eh? – gruño Raine

-pues si – Annelie rio un poco – estas aquí, ¿no?

-claro, porque lo amenazaste! – Raine lanzo una mirada asesina

-ya, no estamos hablando de mi – suspiro Annelie – solo te quería avisar

-gracias, pero deja de seguir a mi novia, por favor – Raine desvió la mirada

-de acuerdo… – Annelie tomo a Raine del hombro – oye, podrías… estar un poco menos a la defensiva conmigo?

-y me lo pides ahora, idiota? – Raine aparto la mano de Annelie

-hija… lo… lo siento – suspiro Annelie – solo quería ayudarte, pero creo que no lo hice bien… pero… me ayudarías… hablando conmigo

-no quiero

-por favor – Annelie bajo un poco la mirada – quiero… ayudarte, quiero involucrarme en tu vida

-sí, pero no así! – Raine regreso la mirada a Annelie – está bien, eres… eres mi madre, y aprecio que lo intentes, pero esa no es la manera

-está bien – Annelie acerco su mano a Raine – podrías ayudarme?

-sí, yo te ayudo – Raine se acercó a Annelie, y la mujer volvió a colocar la mano en su hombro

-a veces te pareces mucho a mi – Annelie rio un poco

-soy tu hija, supongo que lo hago – Raine sonrió

-sé que va a ser difícil, por el tiempo y eso, pero estoy tratando de arreglarlo – suspiro Annelie

-está bien – Raine asintió con la cabeza – papá siempre pensó que eras buena persona, creo que al final tenía razón

-gracias – Annelie sonrió – yo… ay, ven! – Annelie se acercó a Raine y le dio un gran abrazo

-gracias por venir a mi cumpleaños – le dijo Raine correspondiendo al abrazo

Por otro lado, la señora Baker paseaba junto a Liam y Emma, hablaban muy animados sobre una película que estaría próxima a salir. Estaban comiendo un helado, hablando sentados en una banca de metal.

-…y por eso no se mezclan – termino de decir la señora Baker

-vaya, con razón exploto esa vez – dijo Emma sorprendida

-oye, mamá – Liam miro a la mujer – tengo una duda, recuerdas cuando papá te pidió matrimonio?

-y esa pregunta? ¿A qué viene? – la señora Baker mordió la galleta del cono

-el otro día pensamos en eso – contesto Emma

-sí, vinimos a ver un recuerdo de Jacob en donde estaban los padres de Emma, y también tú – explico Liam

-aunque no hablaban – suspiro Emma

-y obviamente no se pudieron matrimonio – suspiro Liam

-ya veo – la señora Baker recordó unos pocos segundos – pues obvio que me acuerdo… en ese tiempo él era muy parecido a ti, hijo, tranquilo y así, yo, por ejemplo, era más como Emma

-olvidadiza? – pregunto Liam

-si… digo, no, no así, hablo de… bueno, me entienden – suspiro la señora Baker

-ya se, y si le sacas un recuerdo, Liam? – le dijo Emma con una sonrisa – así lo podemos ver

-nos das permiso, mamá? – Liam vio emocionado a la señora Baker

-pues… – la señora Baker pensó y pensó – ah, ok, ya que, pero solo recuerden que era joven y eso

-sí, no te preocupes – sonrió Liam – Emma, tienes un…

-aquí tienes – Emma saco un frasco de su bolsa de mano

-gracias – Liam tomo el frasco

-a ver – la señora Baker saco la varita y se la llevo a la sien, después la aparto, y una hebra brillante salió unida a ella, después la vertió en el frasco, y Emma lo sello – listo

-que genial! – dijo Emma contenta – ya quiero verlo!

-yo también – dijo Liam con una sonrisa – pero espero que Adrel no salga

-no sé por qué te cae tan mal – suspiro la señora Baker

-porque era tu novio! – gruño Liam

-pero ya no lo es – la señora Baker rio un poco

-y que bueno, además ya está casado, y con un hijo… o hija en camino, con otra, ama a otra mujer – le dijo Liam

-ya, ya, tranquilo – Emma le dio unas palmaditas a Liam en la espalda – cuando tengamos hijos, te gustaría que rechazaran a Amanda?

-no es lo mismo – suspiro Liam – es que…

-ya, tranquilo – lo interrumpió Emma – ahora come tu helado y dame un beso

-en ese orden?

-en ese orden – sonrió Emma

Liam siguió las ordenes de Emma, en privado.

Pero febrero continuo y continuo, entre materias y hechizos. Liam descubrió que a los Thestrals no les gustaban las cosas frescas, y que los mokes, un lagarto verde muy curioso, no confiaban mucho en Emma, porque cada que intentaba toca a uno, el moke se encogía hasta parecer una pequeña lagartija. En defensa contra las artes oscuras, Liam por fin logro dominar el encantamiento escudo de forma no verbal, y Erika lo felicito enviándole una maldición de orejas saltonas de forma no verbal.

Marzo llego de una forma peculiar. Los alumnos de sexto y séptimo año estaban muertos de miedo, las tareas de vacaciones de pascua se acercaban. Pero para su sorpresa, a los de sexto año no les dejaron ninguna tarea extraordinaria, una muy relajada, que se podía terminar en menos de un día. A los de séptimo año, para fortuna de Raine, solo se les encargo una lista de lectura.

Uno de aquellos días a mitad de marzo, y con las vacaciones de pascua asomándose por la ventana, Liam, Emma y Amanda jugaban en los jardines de Hogwarts. Era un fin de semana, los partidos de quidditch ya habían pasado, y esa vez, Hufflepuf se había llevado la victoria contra Gryffindor. Pero eso no importaba mucho, habían terminado la tarea, y necesitan estirar las piernas. Liam corría por ahí transformado en hurón, mientras Emma y Amanda lo buscaban.

-te tengo! – Amanda se lanzó al suelo, y atrapo a Liam que estaba por salir de un salto de las garras de Amanda – por fin!

-que escurridizo – rio Emma, acercándose a Amanda – ah, sí que me hacía falta correr un rato

-a mí me faltaba acariciar a Liam – dijo Amanda acariciando la cabecita de Liam – que suavecito!

-sí, se trata muy bien el pelo – dijo Emma

-yo le comparto de mi shampoo, nos queda bien, ¿no? – Amanda se colgó a Liam en el hombro

-claro, muy suave, aunque a mí me ayuda el…

-Amanda! – gritaba alguien desde lejos – ey!

-eh? – la chica volteo al origen del sonido, Odette se acercaba rápidamente

-hola! – dijo Odette apenas llego con las amigas – te estaba buscando, puedes venir?

-yo? – Amanda suspiro

-si jaja, ven – Odette tomo de la mano a Amanda

-ok… – Amanda siguió a Odette, y Liam salto del hombro de la chica

-bueno, pues nos quedamos solos – suspiro Emma tomando a Liam – que quieres hacer? – Liam hizo un dokeo – ya, bueno, vamos al castillo – dijo, y puso a Liam en su hombro, entonces el chico le dio un lengüetazo en la mejilla

Los jardines estaban llenos de vida estudiantil, Emma también quería seguir jugando, pero nunca rechazaba un tiempo a solas con Liam. De repente, a Emma se le ocurrió una cosa, con Liam en su hombro, podía ir a cualquier lado sin que la cuestionaran, entonces empezó a caminar hacia las mazmorras. En cuanto Liam vio que Emma se acercaba a una pared, dio un salto al suelo, pero Emma lo tomo en el aire.

-quieto! – dijo la chica, mientras Liam se retorcía en sus manos. Emma entonces miro a la pared y dijo – sangre fría!

Entonces una puerta se formó en el muro, y Emma entro sin remordimientos. Liam vio numerosas estatuas de serpiente, y miro a Emma, que lo acerco a su hombro de nuevo. Toda la sala común tenía un tono de luz verdoso y oscuro. Encima de una chimenea, estaba un retrato de Horace Slughorn, el profesor de pociones que le había tocado a Liam en primer año. Había grandes ventanales al fondo de la sala, en donde se podían ver peces, algas y hasta un tentáculo. Emma caminaba muy contenta hacia los dormitorios, fue entonces que Raine salió de los dormitorios de chicas.

-ah, hola Emma – Raine sonrió – porque no… Liam? – dijo viendo al hombro de Emma

-shhh! – le dijo Emma – tu no viste nada

-oye, nadie de otra casa había entrado aquí en ocho siglos! – dijo Raine preocupada

-silencio! – suspiro Emma – tu sigue con lo tuyo, y llegaremos hasta los nueve siglos

-ay, bueno… nos vemos luego, huroncito – Raine acaricio un poco a Liam y continuo su camino

Emma continuo con su camino, y bajo las escaleras hacia el dormitorio de las chicas. Bajo y bajo hasta la puerta con el número seis, entonces entro. El dormitorio de Emma era obscuro, solamente iluminado por las ventanas del fondo, que daban igualmente al lago, aún que eran considerablemente más pequeñas que las de la sala común. Arriba de la pared, casi alcanzando el techo, había una pequeña ventana, en la que, contraria a las de abajo, daba luz del sol.

-Emma! – una gata naranja bajo de la cama de la chica, era Ava, la hija de aura – llegaste!

-hola Ava – dijo Emma, avanzo hasta su cama y dejo a Liam en la cama

-quién eres? – Ava salto a la cama y olisqueo a Liam – hueles a… el dueño de mi mamá!

-soy Liam! – le dijo, y Ava lo miro sorprendida

-ya puedes regresar – dijo Emma

-no debería de estar aquí – suspiro Liam apenas regreso

-tu tranquilo – Emma se acercó a Liam – vamos a divertirnos – susurro, y empezó a besarlo

Así duraron un rato, Liam se había recorrido hasta el final de la cama, y Emma lo había seguido. Hasta que de repente, la puerta se abrió, Liam se transformó de inmediato en hurón, y Emma se quedó quieta. Una chica de cabello negro azabache entro al dormitorio.

-ah, Emma – dijo la chica caminando hacia su clóset

-hola – dijo Emma acomodándose la blusa, de color blanco

-ah, estabas haciendo eso – la chica abrió su clóset – deberías de ponerle una silla a la puerta o algo

-no estaba haciendo nada! – alego Emma

-claro… oye, tienes mi diadema?

-no, creo que la tenía Isabela

-ay, debería de comprarle una igual, de verdad – suspiro la chica y camino hacia el clóset del lado contrario de la habitación, lo abrió y saco una diadema roja – como me queda? – dijo al ponérsela

-bien – contesto Emma

-genial, oye, tengo hambre, te molesta si le pido algo a Liam? – dijo la chica con una sonrisa

-ah… no, pero puedes dejarme el encargo a mi – dijo Emma un poco confundida

-no, no, mejor se lo dejo a él… adiós – la chica salió rápidamente del dormitorio

-ah, ahora que vamos a hacer? – Emma tomo a Liam – tenemos una orden – Liam se retorció un poco, Emma lo puso de nuevo en la cama, y se volvió a transformar

-debería de irme – suspiro Liam

-que no! No quiero que te vayas, quiero que estés conmigo – Emma tomo la mano de Liam

-pero…

-shhh, quédate, ella puede pedírselo a Odette – Emma recostó a Liam, y después se montó de un salto

-AY! Oye – Liam hizo un gesto de dolor

-tengo boletos para dos horas de besos, y que crees? Tú tienes todos los boletos – Emma sonrió, y los besos continuaron

-ah, se me olvidaba mi… – la chica había entrado de nuevo a la habitación – Emma?

-fuera de aquí

-quien es él? – la chica se estiró un poco – estás… engañando a Liam?!

-QUE TE VAYAS! – Emma le lanzo una mirada asesina a la chica

-cuál es tu orden? – dijo Liam enderezándose un poco

-LIAM?! – la chica miro sorprendida a Liam – que haces…

-VETE DE AQUÍ, ¡MALDITA SEA! – grito Emma, y la chica salió rápidamente, cerrando la puerta detrás de ella

-Emma… tranquila, Emma… – Liam miro preocupado a la chica

-cállate – Emma acostó a Liam con fuerza

-Emma… espera, Emma! – Liam se sacudió, pero Emma se lanzó a los labios del chico

Y así continuo el día, al pobre Liam lo detuvieron por horas, hasta que la luz del sol ya no iluminaba más el gran lago. Entonces Emma estuvo satisfecha, y dejo a Liam ir. El chico se transformó en hurón, y Emma se lo puso al hombro, salió del dormitorio y subió las escaleras. Nadie en la sala común les prestaba mucha atención, pues todos estaban absortos en su propia vida. Pero Emma se detuvo enfrente de dos chicos, que estaban muy juntos, y cariñosos. La chica, de tez oscura, cabello castaño con un copete que le cubría el ojo izquierdo, a su lado, un chico de cabello oscuro y rebelde.

-oigan, ustedes – les dijo – que hacen tan juntos?

-que te importa? – gruño la chica – déjanos en paz

-no me digan que están saliendo – Emma río un poco

-pues sí, y que te importa? – la chica le hizo un mal gesto a Emma – ya vete!

-tranquila, Deryn, tienes que convivir más con el equipo – dijo Emma, poniendo la mano en la cintura

-sí, sí, como sea, pero ya lárgate – dijo Deryn de mala gana

-tranquila, tengo entendido que el equipo jugo muy bien por su comunicación – le dijo el chico a Deryn – verdad?

-así es – Emma sonrió orgullosa

-como sea – suspiro Deryn – y que es eso que tienes en el hombro?

-un hurón – respondió Emma – me lo regaló mi novio, y es mío

-ya veo, bueno, pues ve con tu novio entonces – Deryn sacudió la mano, como barriendo el aire

-jaja, ok, los dejo, enamorados – Emma río un poco y volvió a avanzar – vaya, una cazadora y un guardián saliendo… eso me suena… bah, da igual

Emma recorrió de nuevo la sala común de Slytherin, ahora iluminada por antorchas. Salió, y después dejo que Liam se transformara de nuevo en humano, en las escaleras, que estaban vacías. Los dos subieron juntos al gran comedor, tenían bastante hambre, y con razón. Cuando llegaron al gran comedor, vieron a Odette cenando desanimada en la mesa de Ravenclaw, entonces se acercaron.

-qué pasa? – pregunto Liam, sentándose al lado de su amiga

-Amanda… me… dejo – contesto Odette, al borde del llanto

-ella que?! – Emma vio sorprendida a Liam – por qué?!

-no se – Odette bajo la mirada – pensé que lo estaba haciendo bien, pero… ella… me dijo que tenía que estudiar y… me dejó ahí mismo – sollozo

-vaya, que habrá pasado? – Emma le dio unas palmaditas a Odette en la espalda – tú que crees, Liam? Liam?

El chico se quedó viendo la mesa fijamente, negó con la cabeza y se levantó. Salió rápidamente del gran comedor, y se dirigió a la biblioteca, ahí se encontró a quien se esperaba encontrar, de camino a la dicha biblioteca, Amanda caminaba tranquilamente.

-ah, buenas noches Liam – saludo la chica – vengo de estudiar, y tú?

-rompiste con Odette – dijo Liam, con un tono serio y seco

-ah… bueno… sí, pero…

-por qué?! – Liam se acercó a Amanda – te das cuenta de lo que hiciste?!

-rompí con ella, y ya – Amanda miro hacia arriba, Liam era más alto que ella

-y ya?! ¡Está llorando! – dijo Liam tomando a Amanda de los hombros – sabes lo que es una ruptura?! ¡Pues no se siente bonito, menos de la forma en la que lo hiciste!

-se lo que es! – Amanda dio un pequeño pisotón – ya no quería estar con ella, no era mejor romper?

-sí, pero no así! – Liam sacudió un poco a Amanda – y ya sé por qué lo hiciste

-no lo sabes – suspiro Amanda

-lo hiciste por mi

-no todo se trata de ti – Amanda tomo su brazo con su mano izquierda

-de verdad, Amanda? – Liam arqueó la ceja

-ugh, está bien! Si es por ti – suspiro Amanda

-ya! ¡De verdad, tienes que dejarme ir! – Liam volvió a sacudir a Amanda otro poco – por qué no puedes hacerlo?

-PORQUE TE AMO! – le grito Amanda. Un estudiante de Hufflepuf que iba pasando empezó a caminar rápido, y le dijo algo a otro estudiante de Ravenclaw que se acercaba, los dos chicos se fueron rápidamente

-yo no! ¡Solo quiero una amistad! – le dijo Liam – por qué te esfuerzas en seguir con eso?

-porque te quiero, te quiero mucho – dijo Amanda con fuerza

-yo también te quiero, pero como a una amiga – suspiro Liam

-TONTO! – Amanda le dio un pequeño puñetazo a Liam en el hombro – eres un completo idiota, Liam Baker, te odio, te odió!

-me amas y luego me odias? – Liam miro confundido a Amanda

-eres un idiota! – Amanda le dio una cachetada a Liam

La chica se soltó de Liam, empezó a llorar y salió corriendo, Liam se quedó quieto.