Amanda se alejó de Liam, a partir de esa noche. No se le acercó para nada en ninguna clase, ni siquiera cuando Liam se ofreció a ayudarle en la clase de pociones, la chica lo estaba haciendo fatal. Y así continuo marzo, hasta que eventualmente llegaron las vacaciones de pascua. Ah Liam le faltaban un poco de vacaciones, esa semana sería bastante relajante. Raine también estaba contenta, y un poco triste, después de aquellas vacaciones, empezaría su último trimestre de Hogwarts. Emma también se escabulliría con Liam, como era típico. El único que no regresaba a casa era Jack, pues no tenía muchas ganas de estar en casa, primavera era en donde crecían más las flores, y no quería que lo mandaran a regalarlas.

Cómo no había mucha tarea, Liam, Emma y Raine la resolvieron de camino a casa, no fue muy complicado. Ese día era el día de las madres, así que los chicos tenían listos sus regalos. Emma había enviado su regalo por lechuza, pero Liam, Tom y Raine habían comprado un regalo cada quien, y un cuarto regalo de parte de los tres.

-oye… Liam… – Tom se acercó rápidamente a Liam, ya en la estación de King's Cross – puedes hacerme un favor?

-sí? – Liam miro un poco confundido a Tom

-voy a ir con Sofía mañana – dijo Tom – pero… sus padres no están, así que vendrá a casa

-solo tienes que decir que están ahí – dijo Sofía al lado de Tom

-bueno, Emma, podrías darles poción? – Liam miro a la chica, a su lado

-sip, y ya les explico cómo funciona – dijo Emma con una sonrisa – tengo bastantes reservas, así que les puedo dejar un par

-no deberías de tener tantas – dijo Liam apenado

-oh, sí que debemos – Emma soltó una sonrisa maliciosa

-oigan, y en su hermana mayor no confían? – dijo Raine al lado de Emma – yo también quiero participar!

-claro, dos son mejor que uno – asintió Liam – aún que no entiendo por qué tanto secretismo

-porque es divertido! – dijo Emma contenta

-e inadecuado – suspiro Liam – no deberían hacer esas cosas, son muy jóvenes!

-jóvenes? – Emma arqueo la ceja

-sí, Tom es apenas un niño! – suspiro Liam – míralo!

-tengo quince años – dijo Tom – y tu cuantos tenías?

-pues… eso no importa – Liam aparto la mirada – tu eres muy pequeño

-oh, vamos Liam, es genial – le dijo Emma – es como si tú y yo nos escapáramos juntos, muy romántico, ¿no?

-qué es romántico? – pregunto la señora Baker, habían llegado a la entrada de King's Cross de parte del estacionamiento

-AY! – Emma salto del susto – nada, nada

-hola mamá – Liam saludo

-que pasa chiquillos? – la señora Baker sonrió

-ejem, mamá – Liam se acercó – FELIZ DIA!

-ah, te acordaste – dijo la señora Baker riendo un poco

-pues claro – Tom también se acerco

-siempre pensamos en ti – dijo Raine – verdad chicos?

-si! – dijeron Tom y Liam al unisonó

-oigan, me están asustando – la señora Baker retrocedió un poco

-FELIZ DIA! – dijeron los tres, y se lanzaron a abrazar a la señora Baker

-ay, niños, niños! – la señora Baker rio contenta – que cariñosos!

-te queremos! – dijeron los chicos

-jaja, yo también los quiero hijos!

-feliz día! – dijo Sofía

-ah, eres tú – la señora Baker miro de soslayo a la chica – que haces aquí?

-se va a quedar un día en casa – dijo Tom

-ah sí? ¿Y quién decidió eso? – suspiro la señora Baker – vete de aquí, niña

-mamá! – Tom se alejo

-ugh, bueno, ya que, vamos – la señora Baker suspiro – Emma, como te ha ido?

-ah, muy bien – Emma tomo sus maletas y se acercó a la señora Baker, que ya empezaba a caminar – aunque últimamente tengo problemas con mi uniforme, aunque a Liam le encanta

-aja! Bueno, es normal, a mí también me paso – la señora Baker asintió con la cabeza – pero los dos también estábamos como locos, ¿han ido al espacio entre la sección prohibida y la estantería de las criaturas marinas?

-oh, claro que lo hemos hecho – Emma sonrió maliciosamente – y eso que no ha visto su cuello

Emma y la señora Baker hablaron todo el camino de vuelta, muy animadas, mientras tanto, Sofía trataba de no hacer ruido, porque no quería que la señora Baker chocara justo en su asiento. Ya para cuando llegaron al vecindario, el sol iluminaba las calles de un tranquilo color naranja. Una chica estaba sentada aburrida en las escaleras, de la casa de al lado, era Jazmín. Cuando la camioneta de la familia paro enfrente de la casa, la chica miro sorprendida.

-ah, por fin en casa – dijo Liam estirándose

-sí, por fin en casa – Emma se acercó a Liam – vamos rápido a arriba, ¿sí?

-eh… – Liam vio un momento la casa – bueno, pero en silencio

-listo! – dijo Raine abriendo el maletero – ahora… puedo usar magia?

-no, siempre hay muggles viendo – suspiro la señora Baker – vamos, usemos las manos

-TOM! – Jazmín se acercó rápidamente al chico, que ayudaba a Sofía a salir de la camioneta

-ah, Jazmín, hola – Tom miro sorprendido a la chica, se había olvidado que Jazmín era su vecina

-hola, de dónde vienes? – dijo la chica con una sonrisa

-de la escuela – contesto Tom un poco nervioso

-en domingo? – Jazmín rio un poco

-eh… si – suspiro Tom

-hola – dijo Sofía – quién eres?

-es mi vecina – respondió Tom

-y tú? – Jazmín miro a Sofía

-soy su novia – sonrió Sofía

-novia? – Jazmín miro a Tom – dijiste que no tenías novia

-bueno… es que… yo…

-ay, no sé por qué se mete en tantos problemas el solo – suspiro la señora Baker tomando otra maleta

-ni yo – Liam negó con la cabeza

Entraron a la casa, pero en cuanto lo hicieron, una nube de confeti rodeo a la señora Baker.

-Feliz día! – dijo Annelie con la varita en la mano

-que bien que ya estás aquí – el señor Baker se acercó a su esposa – ya quería festejar!

-ay, qué atención – la señora Baker sonrió

-sí, solo espera un poco – dijo Liam – por cierto, que haces aquí Anne?

-como que Anne? – dijo Emma entrando con dos maletas en cada mano – y ese cariño de repente?

-ay, ya me tienen cariño! – Annelie sonrió

-no te ilusiones – dijo Emma – que hacías aquí?

-lo de siempre, esperándolos, junto a mi mejor amiga y mi mejor amigo – dijo Annelie tomando a el señor Baker del hombro

-como?! – Liam y Emma cruzaron miradas

-lo toco! – dijo Emma sorprendida

-no puede ser – Liam negó con la cabeza – debe de ser otra Annelie, debe de ser Raine disfrazada!

-yo que? – Raine se asomó por la escalera

-no puede ser! – dijeron Emma y Liam al unisonó

-vaya, por qué es tan difícil de creer? – dijo Annelie cabizbaja – si Mike y yo somos muy amigos, ¿verdad?

-eh… si, si… yo… voy a cocinar la cena – el señor Baker se apartó de la varita de Annelie – ah, por cierto, cariño, ponte bonita, vamos a salir en la noche

-GENIAL! – la señora Baker hizo un gesto de victoria – caray, ser madre es genial!

Los miembros de la casa se pusieron en acción, Liam y Emma subieron a su habitación, que estaba nuevamente como antes, llena y personalizada a como Liam deseaba.

-oye, esas son muchas maletas – dijo Liam viendo las manos de Emma

-eh cargado cosas más pesadas – dijo Emma dejando las maletas en el suelo

-vaya – Liam sonrió – y podrías cargarme a mí?

-ja, que si podría – Emma soltó una risita – ven aquí, mi amor!

Cuando Liam y Emma bajaron a la sala, Emma estaba cargando a Liam como si de una esposa en los brazos de su recién esposo se tratara. Pero fuera de esa conmovedora escena, la señora Baker estaba lista para ser adulada por la familia entera. Y así fue, para empezar, Liam le regalo un bonito vestido, bastante primaveral, y perfecto para una cita con el señor Baker. Tom le regalo unas bonitas zapatillas, a juego con el vestido. Raine le dio un par de lujosos aretes, también a juego con el vestido. Al final, los tres hermanos se juntaron para darle el accesorio final, un hermoso collar de oro.

-juntamos dinero los tres – dijo Raine

-sí, es bastante costoso – agrego Liam

-es todo lo que llevo ahorrado desde que entre al mundo mágico, pero vale la pena – Tom sonrió

-ay, muchas gracias hijos – la señora Baker tomo el collar, y se limpió las lágrimas de felicidad con una servilleta – hasta que me das algo mejor que a esa profesora, Liam

-ah… si, mucho mejor – Liam sonrió, y pensó que sería mejor que su madre no se enterará de cuál era el regalo que le había dado a la profesora Amelia, en por lo menos, quince años

-que lindo – dijo Annelie, sentada al lado de la señora Baker, apoyando su mentón en la palma de su mano – y mi regalo?

-oh, aquí está – Emma se acercó, levantó el puño y saco el dedo corazón

-oye! Liam, no vas a decirle nada? – Annelie miro al chico

-yo no veo nada – dijo Liam tranquilamente

-ya, ya – suspiro Raine – luego te lo doy

-de verdad me compraste algo?! – dijo Annelie sorprendida

-no te emociones – gruño Raine

Después de aquella muestra de afecto, le siguió la cena. La señora Baker disfruto de su platillo favorito, lasaña. Mientras cenaban, la familia Baker, y Annelie, disfruto de la compañía familiar, que no habían tenido desde hacía tiempo, y que Liam siempre valoraba. Y así la noche llegó, las chicas veían la televisión en la sala, Liam ordenaba su habitación, y Tom arreglaba su cama para Sofía. En eso, la señora Baker entro a la habitación de Liam.

-papá y yo vamos a salir, así que estás a cargo – le dijo

-yo? – dijo Liam sorprendido – por qué?

-porque eres el mayor – contesto la señora Baker

-pero Raine…

-vamos, Liam, déjala descansar un poco – la señora Baker sonrió – ah, y asegúrate de que esa tal Sofía no duerma con Tom

-claro… ah, hablando de eso, mañana irán a casa de Sofía… está bien? – dijo Liam un poco nervioso

-supongo que sí – suspiro – ya que

-genial – Liam sonrió – oh, por cierto, mamá

-sí?

-esto… quería decirte que… – Liam se acercó a su madre – te amo, no te lo había dicho en mucho tiempo

-ay, Liam, ven aquí – la señora Baker extendió los brazos y abrazo contenta a Liam – yo también te amo hijo

-si… y… perdón por lo de la profesora y eso – Liam río un poco

-no te preocupes, aún que todavía tengo que ajustar cuentas con esa Amelia – la señora Baker suspiro – bueno, nos vamos

-claro, que van a hacer? – pregunto Liam separándose de la señora Baker

-un nuevo hermano – contesto

-QUE?!

-adiós! – la señora Baker cerró la puerta y salió corriendo

-vaya, que prisa – dijo Tom abriendo la puerta – estaban hablando?

-eh… si, si – dijo Liam confundido

-genial… oye, Liam, crees que podamos hablar? – Tom miro a Liam un poco nervioso

-claro, pasa – Liam se apartó un poco, y Tom entro por completo a la habitación

Mientras tanto, Annelie y Raine habían subido a la habitación de la chica. Raine saco una caja de su equipaje, y se la entregó a Annelie.

-tu regalo – le dijo

-hmm, que será? – Annelie abrió la caja muy contenta, ahí se encontró con un hermoso vestido verde, con un collar al centro, tenía colgada una esmeralda – oh…

-te gustó? – Raine jugo con sus manos un poco nerviosa

-me encanta! – Annelie sonrió y solo una pequeña lágrima de felicidad – muchas gracias hija!

-bien… eh… feliz día – Raine le dio unas palmaditas a Annelie en el hombro

-voy a usar este vestido en un par de días – dijo Annelie – y va a ser en una salida contigo

-salida?

-sí, vamos a pasar un día juntas, que te parece? – Annelie sonrió

-eh… bueno es que… no se – Raine bajo la mirada un momento – ah, está bien, pero mañana no, iré a ver a mi novia mañana

-de acuerdo – dijo Annelie contenta – muchas gracias hija – tomo el collar – me ayudas a ponerlo?

-claro – Raine tomo el collar y Annelie se dio la vuelta, cuando el collar estuvo en su lugar, Annelie volvió a girar

-cómo me queda? – Annelie poso

-jaja, muy bien – Raine río un poco

-ven aquí – Annelie abrazo rápidamente a Raine

-feliz día – dijo Raine con una sonrisa

Después de eso, las dos bajaron a la sala, pues Liam y Emma estaban discutiendo sobre quién usaría primero la consola de videojuegos. La luna continuaba su ciclo, y todos avanzaron como ella. Mientras Emma y Liam se acomodaban en su cama, después de que el chico se asegurará que Sofía no durmiera con Tom, algo más pasaba. Lejos de la casa de los Baker, en un bonito hotel, el señor y señora Baker se ponían cómodos.

-ah, qué día – dijo la señora Baker tumbándose en la cama – ven aquí, mi amor, ven!

-ya voy! – el señor Baker río un poco, y se acostó tranquilamente al lado de su esposa, de inmediato la mujer lo abrazo

-que bien me la pasé hoy, hace mucho no salíamos así – dijo la señora Baker cariñosamente – como cuando éramos jóvenes, recuerdas?

-claro que recuerdo – el señor Baker sonrió – en especial como te veías

-ah, ¿sí? ¿Y te gustaba más así? – la señora Baker empezó a acariciar el cabello del señor Baker

-me gustabas antes, ahora, y por siempre – dijo el señor Baker contento

-que lindo – la señora Baker le dio un pequeño beso en la mejilla a su esposo – bueno, creo que es hora de hornear un poco

-jeje, pero… espera! – el señor Baker se apartó un poco – necesito ir por mi cartera…

-oh, no, no, no lo necesitamos – dijo la señora Baker con una sonrisa

-hablas de… de verdad?

-pues… no sé, les haría bien un hermano, no crees? – la señora Baker se acercó más a su esposo

-creo que somos suficientes – el señor Baker río un poco

-bueno, Raine ya está por terminar Hogwarts – suspiro la señora Baker – y ni se diga Liam, está a un salto de séptimo… pronto los dos volarán del nido, y la casa se quedará solita, solita…

-aun estará Tom – dijo el señor Baker

-lo sé, Tom, Tom… que chico – la señora Baker soltó una risita – imagínate, en unos años tendremos a los nietos corriendo por ahí

-jaja, claro, imagínate – el señor Baker sonrió – todos esos niños, imagínate!

-y pensar que nuestros pequeños ya crecieron – la señora Baker apoyo la cabeza en el pecho del señor Baker – ahora Emma y Liam parecen un pequeño matrimonio

-tú crees que ellos… ya sabes, terminen casados? – pregunto el señor Baker curioso

-claro que sí! – la señora Baker río – son el uno para el otro, y cuando Liam la ve después de vacaciones siempre se le iluminan los ojitos, y ni hablar de Emma, están fascinados por el otro

-que bien – el señor Baker acaricio la espalda de su esposa – bueno, pensé que… tal vez pasaría como tú y ese Adrel

-lo que paso con él fue diferente – dijo la señora Baker – creó que él y yo íbamos en rumbos diferentes, y… luego te conocí y aquí estamos

-claro, supongo que entre tanto mago…

-sigues con eso – la señora Baker río un poco – cariño, puedes ser un muggle, pero me haces sentir tanta magia…

-tú también me haces sentir así – dijo el señor Baker

-ya que pensamos igual… – la señora Baker saco la varita, con un movimiento atrajo una botella de poción de su bolsa – Emma me la dio, es bastante efectiva, dice que la usan siempre

-efectiva como… cien por ciento?

-como doscientos por ciento, mi amor! – la señora Baker destapó la botella y la bebió hasta la mitad – ES HORA DE HORNEAR!

Las horas volaron, la noche avanzó y todo continuo su curso. Ya al día siguiente, el señor y la señora Baker no regresaron, así que Liam preparo el desayuno. Raine se desapareció en el jardín, después de desayunar, y los siguientes en irse fueron Tom y Sofía. Annelie ayudo a los dos a irse, llamo al autobús noctámbulo, un autobús como los comunes, solo que, en vez de dos pisos, tenía tres, y era de color morado.

Liam vio sorprendido cuando Annelie convocó al autobús, como lo había hecho hacía muchos años, con la varita en alto y haciendo un Lumos. Así los dos jóvenes partieron, y Liam se quedó con curiosidad por cómo era el autobús por dentro. Después de eso, Emma, Liam y Annelie se quedaron solos, fue bastante incómodo.

Para que Emma no matará a Annelie, Liam decidió subir con ella a su habitación, y la pelirroja accedió, con tal de hacer algo interesante. Y eso interesante fue ver el recuerdo que la señora Baker les había dado, Liam saco el pensadero, y vertió el contenido de la botellita en él.

Era un día soleado en el que cayeron, una cafetería con ventanales al frente era el escenario. Parecía ser medio día, la gente entraba, descansaba y pasaba por la acera. Un hombre esperaba sentado fuera de la cafetería, en una mesa circular, al parecer algo nervioso, y tomando un café. El hombre estaba vestido de camisa blanca y pantalones negros, usaba una corbata negra, y en general iba bastante bien arreglado. Él tenía el cabello de color negro y un poco encrespado, como lo era el de Tom.

De repente, una mujer se acercó a aquella mesa, tenía el cabello largo, de color castaño claro, de una tonalidad avellana, como el de Liam, y su copete le cubría el ojo izquierdo. Tenía puestas botas de combate negras, junto a un pantalón de mezclilla negro, ajustado, y una blusa verde fajada, encima de la blusa llevaba una chaqueta de cuero negra, y las uñas eran de color verde.

-que hay? – dijo sentándose de lado, al frente del hombre

-ah, Beatriz! Por fin llegaste – dijo el hombre con una sonrisa

-esa es mamá?! – dijo Liam sorprendido

-al parecer – Emma también miro sorprendida a la joven señora Baker

-aja – Beatriz se llevó la mano a la chaqueta, y saco una cajetilla de cigarros, Liam pudo ver por un instante la varita de la bruja – no te molesta, verdad, Mike?

-ah, no, aquí tienes – Michael saco un encendedor de su bolsillo

-gracias – dijo Beatriz tomando el encendedor y encendiendo el cigarrillo – así que, tus padres

-sí, es este fin de semana, recuerdas? – el señor Baker tomo de su café, nervioso

-claro, hasta me desteñí el cabello por eso, vez? – Beatriz apunto a su cabello

-sí, muy bonito, por cierto – Michael sonrió, y Beatriz esbozó una sonrisa, a la vez que exhalaba humo – ya sabes que mis padres no son… muy de tu estilo

-lo sé, pero ya llevamos saliendo más de un año, tampoco espero caerles bien – Beatriz gruño un poco – tu opinión es la única que me importa

-bueno saberlo – Michael suspiro un poco – oye, por qué fumas ahora?

-ah, ya sabes, mucho trabajo y eso – Beatriz aspiro – eh estado algo estresada – exhaló

-sí, yo también eh estado con mucho trabajo – Michael negó con la cabeza – por cierto, hablando de trabajo, eh estado buscando tus artículos en periódicos y eso, pero no los encuentro por ningún lado

-es porque no buscas en los adecuados, cariño – Beatriz le guiño un ojo a Michael – un día de esos te enseñaré uno de mis artículos, ya verás

-claro, lo esperaré – dijo Michael con una sonrisa – y… bueno, ya tengo un descanso en el trabajo y… bueno, se me ocurrió que está noche tú y yo podríamos ir a cenar…

-cenar? – Beatriz miro sorprendida a Michael – en un restaurante?

-no, no… en mi departamento, planeaba comprar algo y cocinar, que te parece? – preguntó Michael mientras tomaba un sorbo nervioso de su café

-me… encanta el plan – Beatriz sonrió un poco sonrojada

-bien! Entonces… te veo aquí a las ocho, ¿sí?

-a las ocho estaré aquí – dijo Beatriz con un brillo en los ojos que Liam solo había visto cuando Emma lo miraba, y Emma se acordó de los ojos de Liam cada que él la veía

-genial, entonces… – el reloj de muñeca de Michael hizo un pitido – oh… lo siento Beatriz, tengo que regresar al trabajo

-oh, adelante – sonrió Beatriz, Michael se puso de pie, puso dinero sobre la mesa y se dispuso a irse – espera!

-sí? – Michael paro

-acércate – le dijo Beatriz, Michael obedeció y la mujer se puso de pie, le dio un beso – que te vaya bien

-muchas gracias – Michael sonrió y le regreso el beso – te veo a las ocho

-nos vemos – dijo Beatriz, Michael se dio la vuelta y corrió, Beatriz se mordió el labio mientras veía al hombre irse

-están muy enamorados – le dijo Emma a Liam, mientras el escenario se emborronaba

-y siguen así – Liam sonrió, a la par que el mismo escenario aparecía, pero de noche

Beatriz estaba esperando en la misma mesa, fumando otro cigarrillo y con un vestido largo, negro con verde y de tirantes. Estaba bien arreglada, y con una sonrisa. En eso, un hombre se le acerco.

-hola preciosa – le dijo – esperas a alguien?

-sí – respondió Beatriz

-y sí mejor no vienes conmigo? – el hombre se acercó

-piérdete, idiota – Beatriz le dio un puñetazo en la cara al hombre, y un crack sonó

-AUCH! – el hombre se tapó la nariz, estaba sangrando – maldita puta

-ugh, y con esa boca besas a tu madre? – Beatriz saco su varita disimuladamente de su bolsa de mano, la movió un poco y al hombre le crecieron los dientes, le apareció salpullido en la cara y los cordones de los zapatos se ataron entre si

-qué demonios?! – el hombre dio un paso atrás, cayó al suelo con fuerza, entonces Beatriz guardo la varita

-ya, vete de aquí – le dijo Beatriz, el hombre salió corriendo y se perdió a la distancia

-viste eso?! – dijo Liam sorprendido – es mamá de verdad?!

-Beatriz! – Michael se acercó rápidamente – buenas noches

-oh, Mike! – Beatriz sonrió y se sonrojo un poco – buenas noches

-vaya, que hermosa te ves – dijo Michael sorprendido

-jaja, gracias – Beatriz se acercó y le dio la mano a Michael – nos vamos?

-sí, tengo todo listo, vamos – Michael asintió con la cabeza y empezó a caminar

-que genial – dijo Emma sorprendida – yo también quiero maldecir así a la gente!

El escenario se emborronó, para después formar un departamento. Beatriz y Michael apenas entraban al lugar.

-nunca había venido de noche – dijo Beatriz cerrando la puerta

-ni yo – Michael río un poco – bueno… no, siempre vengo

-está bien, me gusta que seas responsable – Beatriz sonrió y le dio unas palmaditas a Michael en la espalda – y… que cenamos?

-me habías dicho tu platillo favorito – Michael fue directo al horno – así que prepare… – tomo unos guantes encima de la mesa, abrió el horno y saco una bandeja – lasaña!

-OH! – Beatriz miro sorprendida la lasaña – que bien me conoces, ya quiero cenar!

-jaja, genial, ayúdame a poner la mesa, ¿sí? – dijo Michael dejando la bandeja sobre una tablilla

-claro! – Beatriz saco la varita

-oh, y eso? – Michael miro la varita de Beatriz – que es?

-es mi… mi… oh… – Beatriz guardo la varita – era… un juguete, si

-un juguete?

-sí, ya sabes, para niños, eh, no te creas! – dijo al ver qué Michael ponía mala cara – porque… bueno, siempre me dan ganas de comprarlos cuándo los veo, desde que estoy contigo…

-tengo la culpa? – dijo Michael confundido

-no, no! Quiero decir… ya sabes… si… los niños y… tú y yo y eso – dijo Beatriz nerviosa

-niños? – Michael abrió los ojos

-si! Porque eso es… un… juguete – Beatriz bajo la mirada – ya, vamos a cenar

Beatriz fue hacia un cajón y saco dos manteles, mientras Michael saca cubiertos. Ya cuando la mesa estuvo lista, Michael sirvió vino y los dos se sentaron a la mesa. Pero el lugar se emborronó, probablemente porque esa noche fue algo movida. Pero al parecer, el escenario se había vuelto a formar al día siguiente. Michael estaba preparando el desayuno, en eso, Beatriz salió de la puerta del dormitorio. Tenía desordenando el cabello, como era natural en la mañana, tenía puesta una ancha camiseta blanca, y no usaba pantalones, para la fortuna de Liam, la camiseta cubría lo suficiente.

-buenos días – dijo la mujer somnolienta

-buenos días – saludo Michael – dormiste bien?

-increíble – Beatriz sonrió – ay, que mañana, te vas a ir a trabajar?

-no, hoy es fin de semana – Michael agrego algo de sal a la sartén – sabes que pasa hoy, ¿verdad?

-es nuestro aniversario? – pregunto Beatriz confusa

-no, pero ya casi… ejem, hoy vamos a ver a mis padres, te lo dije ayer – Michael río un poco

-ES HOY?! – dijo Beatriz sorprendida – y con qué voy a ir?!

-puedes usar el vestido de ayer, si quieres, podemos ir formales los dos – Michael apagó la estufa y saco dos platos de la alacena – ven, vamos a desayunar

-no puedo ir así… – suspiro Beatriz – tengo que ir a mi casa por ropa

-de acuerdo, creo que tenemos tiempo, pero desayuna primero – Michael sonrió y sirvió el huevo frito con tocino y salchichas

-awww, de acuerdo – Beatriz sonrió y fue a sentarse a la mesa

-y tú por qué nunca me cocinas mi comida favorita? – pregunto Emma mientras el lugar se emborronaba

-pero siempre lo hago – dijo Liam en voz baja – siempre que me lo pides o en fechas especiales

-pero yo quiero que me sorprendas! – alego Emma, mientras aparecía el exterior del edificio departamental

-entonces no será sorpresa – Liam rio un poco – y si te lo preparo hoy?

-pues… ok, está bien, pero no te has salido con la tuya – Emma sonrió un poco, y después cruzo los brazos

-te llevo en mi auto – dijo Michael abriendo la puerta de un pequeño auto

-no, no, yo… voy y vengo, tu espérame en tu departamento – Beatriz sonrió, tenía puesto su vestido, pero notaba prisa por quitárselo

-pero llegaremos más rápido si te llevo en mi auto – dijo Michael confundido

-no! Tu espérame ahí, ve – Beatriz tomo a Michael y lo metió al edificio – ahora vengo, de verdad, espérame aquí

-ah, de acuerdo, pero no tardes – suspiro Michael

-te prometo que no tardare – Beatriz sonrió y corrió

Fue detrás del edifico, se aseguró de que Michael no la hubiera seguido, y de un momento a otro desapareció con un simple "zas" y con ella, el escenario cambio. Ahora estaban en el jardín trasero de una casa, en el valle de Godric. Beatriz entro como un rayo a la casa, Liam y Emma la siguieron, pasaron por la cocina, la sala y las escaleras.

-ah, hija, estas en casa – dijo la abuela de Liam, la señora Hunt, más joven, y en la habitación de Beatriz

-hola, mamá – Beatriz abrió su closet, extrañamente amplio, y empezó a buscar – no… no, no… no! ¿Mamá, donde está mi saco?

-estas buscando esa ropa muggle? – suspiro la señora Hunt – últimamente la usas mucho

-que importa? ¿Dónde está? – Beatriz siguió buscando

-para que la quieres?

-voy a ir a ver a los padres de mi novio, y quiero ir formal – dijo Beatriz sacando una blusa blanca de cuello de tortuga y manga larga

-pensé que ya conocías a los padres de Adrel – dijo la señora Hunt

-Adrel ya no es mi novio, mamá, te lo había dicho! – Beatriz metió el cuerpo hasta las rodillas al closet

-y por qué no?

-porque no! – gruño Beatriz – no funcionamos mucho

-y por qué no lo buscas? – sugirió la señora Hunt

-porque está en Francia buscando recetas para su cafetería – suspiro Beatriz sacando un par de zapatillas beige

-y por qué no fuiste con él?

-porque la comida es más importante que yo – dijo Beatriz volviendo al closet

-y por qué…

-MAMÁ! ¡¿Con un demonio, donde está mi ropa?!

-hija, con quien estas saliendo? – dijo la señora Hunt preocupada

- ¡QUE IMPORTA, DAME MI MALDITA ROPA!

-dime con quien sales – la señora Hunt cruzo los brazos

-con un muggle, de acuerdo? – Beatriz salió del closet

-UN MUGGLE?! – la señora Hunt dio un salto de la impresión – pero que rayos te pasa?! ¡¿Cuándo te enseñe yo a hacer eso?!

-mamá, estamos en otros tiempos – suspiro Beatriz – es el año 2004! Pensé que habíamos dejado ese tema atrás hace mucho

-pues no estoy de acuerdo – la señora Hunt se cruzó de brazos de nuevo

-mira, yo lo amo, y no me importa si te gusta o no, pensé que no me casaría, pero estoy deseando con toda mi alma pasar mi vida con él, y además no es ningún vago – dijo Beatriz exasperada – él tiene un buen trabajo, es un buen empleado y casi le dan un ascenso

-y tú qué? Tu carrera es más importante que la de ese tonto muggle – gruño la señora Hunt

-NO ME IMPORTA! – grito Beatriz – quiero estar con él, y no me lo vas a impedir

-ugh, bien, de acuerdo! – la señora Hunt saco la varita, la meneo y un saco con pantalón, ambos del mismo color beige, aparecieron en la cama – si te quieres ir a la ruina, haya tu

-gracias – Beatriz salto a la ropa, meneo la varita y toda se alisó como si la hubieran planchado – ahora me daré un baño rápido…

Beatriz salió de un salto de la habitación y entro al baño.

-pues mi abuela me quiere mucho – dijo Liam

-deberías ir a verla, a la mejor cambia de opinión – Emma suspiro un poco

El lugar se emborrono, para aparecer de nuevo en otra locación. Esta vez estaban en una casa grande, en una zona residencial como la de Liam. Beatriz bajo del auto de Michael, tenía puestas las zapatillas, el pantalón y el saco beige sobre la blusa fajada. Estaba bien peinada, con el cabello lacio.

-bien, como me veo? – dijo Beatriz acomodándose el saco

-hermosa – le dijo Michael con una sonrisa, entonces toco la puerta de la casa

-sí? – una mujer abrió la puerta – oh, hijo, ya estás aquí

-así es, y vengo con mi novia – Michael tomo a Beatriz del hombro, y la mujer sonrió nerviosa

-bien… pasen – dijo la anterior señora Baker, la abuela paterna de Liam

Todos entraron a la casa, el abuelo de Liam ponía la mesa, y la señora Baker entraba a la cocina. En cinco minutos la mesa estuvo lista, ya con comida, perfecta para hablar.

-y… bien, como te llamas, jovencita? – pregunto la señora Baker, con la mirada bien puesta sobre Beatriz

-Beatriz Hunt – respondió nerviosa

-cuantos años tienes? – pregunto el señor Baker

-25, somos de la misma edad, ¿verdad? – Beatriz miro a Michael, que asintió con la cabeza

-y en que trabajas? – pregunto de nuevo la señora Baker

-soy reportera, trabajo en el periódico – contesto Beatriz

-ah sí? ¿En qué periódico publicas? – pregunto la señora Baker sin quitarle el ojo de encima

-no creo que lo conozcan – dijo Beatriz con una risita nerviosa

-podemos buscarlo – dijo la señora Baker, y Liam noto un aire tenso

-creo que tampoco le cae bien – dijo Emma negando con la cabeza – ya me imagino como se llevan las dos familias

-bien – dijo Liam – al menos en casa, aunque nunca eh visto a mis dos abuelas en la misma habitación…

-se llama… bueno… es que…

-ya, ya, no la presionen – dijo Michael

-está bien, publico en El profeta – dijo Beatriz

-el profeta? ¿Qué nombre es ese? – el señor Baker rio un poco – debe de ser uno de esos amarillistas, ¿verdad?

-oh, no, no, es muy serio – Beatriz sonrió – aunque a veces tiende a irse a un lado, pero con el nuevo ministro…

-nuevo ministro? – la señora Baker miro confundida a Beatriz – no hemos cambiado de ministro en 7 años

-ah… es que…

-de dónde vienes, Beatriz? – pregunto el señor Baker

-de West Country – contesto la mujer

-West Country?! – dijo el matrimonio a la vez

-hay algún problema? – Beatriz alzo un poco la voz, y puso su cara seria, que tanto miedo le daba a Liam

-muchos, de hecho – dijo la señora Baker – dinos, cuánto ganas al mes?

-como unos… veinte galeones

-qué demonios es un galeón? – gruño el señor Baker

-pues… es algo difícil de explicar – suspiro Beatriz

-ugh, esta es tu novia, hijo? – la señora Baker miro a Michael

-sí, y es genial – dijo Michael – yo tampoco sé que es un galeón, pero debe de ser mucho, porque falta de dinero no está

-no sé por qué rompiste con Valerie – suspiro la señora Baker – por ella, de verdad?

-sabes bien porque fue – gruño Michael

-ella era perfecta para ti – dijo el señor Baker

-sí, hasta estamos planeando la boda – dijo la señora Baker

-QUE ESTAN HACIENDO QUE?! – Michael se puso de pie – no voy a volver con ella!

-oh, vamos hijo, siempre vuelven – dijo la señora Baker con una sonrisa

-pues no, y esa decisión no la toman ustedes – gruño Michael – vamos a hablar en privado

-sí, claro

-AHORA! – grito Michael, y sus padres suspiraron, se pusieron de pie y fueron hacia una habitación continua al comedor

-y quien es Valerie? – pregunto Emma

-ni idea, pero creo que me cae mal – dijo Liam sentándose al lado de su joven madre, que estaba muy confundida

Beatriz termino de comer, mientras gritos de los tres miembros de la familia se escuchaban. Liam y Emma miraban la comida, les dio hambre de repente. Después de aquello, la familia salió de nuevo, y Beatriz miro a Michael, que la miraba con decisión.

-todo bien? – pregunto Beatriz

-puedes venir conmigo? – dijo Michael, Beatriz se levantó, y los dos salieron de la casa

-que paso? – Beatriz miro curiosa a Michael

-discutimos – suspiro Michael – pero eso me sirvió para decidir algo

-ya… bueno… fue una buena relación, supongo – dijo Beatriz cabizbaja – yo… estaré bien – empezó a soltar algunas lagrimas

-no, no llores – Michael tomo a Beatriz de las manos

-p-pero…

-Beatriz – Michael se arrodillo

-qué haces? – Beatriz vio confundida a Michael – no me digas que…

-Beatriz Hunt

-no…

-te quieres casar conmigo? – Michael saco un anillo de la bolsa

-por merlín… – Beatriz abrió bien los ojos, mientras el señor y señora Baker salían de la casa – yo… si! ¡Si quiero!

-bien – Michael le puso el anillo en el dedo anular de la mano izquierda – nos vamos a casar!

-nos vamos a casar! – dijo Beatriz contenta, Michael se puso de pie y abrazo a su prometida – te amo! ¡Te amo!

-yo también te amo! – dijo Michael cargando a Beatriz, para darse un beso

Liam y Emma se miraron entre sí, justo para empezar a ascender. Pronto la pareja se volvió más distante, hasta que Liam y Emma regresaron a la habitación de Liam. Los dos se volvieron a ver.

-pues aquí estas – dijo Emma – creo que sabemos cómo termino

-sí, que bonita historia – dijo Liam – pero no creo que mi abuela haya cambiado de opinión acerca de mamá

-no, creo que le cae muy mal – suspiro Emma – y tu abuela materna creo que tampoco sigue de acuerdo

-caray, ninguno se cae bien – Liam suspiro – pero… oye, tú le caes bien a mamá

-y tú a mis padres… – Emma abrió bien los ojos, y el silencio lleno la habitación

-HOLA! – dijo la señora Baker entrando a la habitación de Liam, tenía puesto el vestido que le había regalado el chico – ya regresamos! Oigan, ¿que… – vio el pensadero – que estaban viendo? – Liam y Emma voltearon a ver a la mujer

-no nos vamos a separar! – dijeron los dos lanzándose a abrazarse

-sí, y no nos importa si te gusta o no – dijo Liam

-vamos a estar juntos! – dijo Emma

-de acuerdo, pero…

-no hables! – Liam interrumpió a la señora Baker

-no nos separaran! – Emma tomo a Liam de la mano

-así es, es más, Emma, vamos abajo, ahora mismo te preparo tu comida favorita – le dijo Liam

-vamos! – Emma empezó a caminar, y apartaron a la señora Baker de la entrada

-vaya… pues que habrán visto? – dijo la señora Baker confundida

Así continuaron las vacaciones, Liam y Emma pasearon de un lado a otro, aunque siempre iban a la misma plaza, a ver diferentes películas en el cine. Annelie y Raine también salieron por ahí, y estrecharon su relación madre e hija, pero Raine seguía sin llamarla mamá. Tom y Sofía pasaron las mejores vacaciones, y totalmente solos.

-no me cae bien esa tal Sofía, solo quiere aprovecharse de Tom – dijo la señora Baker antes de que los chicos regresaran a Hogwarts, Annelie asintió con la cabeza, Liam y Emma se miraron confusos