Capítulo 04
El tiempo se acaba
Amistades, vínculos y el calor del verano
Odaiba 14 Julio de 1999
- ¡Agh como me aburre hacer la tarea de verano! – dije mientras suspiraba, deje mi lápiz, me estire en mi silla, y me levante yendo hacia la ventana, viendo el atardecer de otro día que se iba.
Han pasado seis años, desde aquel día, en el que me encontré con los hermanos Yagami y Joe, seis años en los que han pasado muchas cosas importantes. Tal y como debía ser, el llamado "ataque terrorista" en Hikarigaoka de 1995, hace ya cuatro años, ocurrió sin incidentes, ni problemas. Los 8 niños elegidos originales se mudaron a Odaiba, y yo no fui menos, vi ocurrir todo desde mi ventana.
Desde aquel día en la clínica hasta 1995, no tuve la oportunidad de toparme con los demás, solo pude conocer a los Yagami y a Joe, pero en ese tiempo, puede volverme muy amigo de los Yagami, por otra parte, Joe en esa época estaba más tiempo en casa con sus padres que en la calle jugando, asi que no tuve mucha oportunidad de verlo. El mismo día, que aquel digihuevo salió de la pantalla del ordenador de los Yagami, yo estuve jugando con ellos en el parque, cuando atardeció, mi madre vino a buscarme y me despedí de los hermanos sonriéndoles, sabiendo que esa misma noche, la vida de todos nosotros cambiaria para siempre.
El día siguiente paso tan rápido por la esperanza de ver por fin un Digimon con mis propios ojos, que antes de darme cuenta ya era de noche, no sabía a qué hora exactamente ocurriría la pelea entre Greymon y aquel pajarraco enorme, pero no tenía ninguna intención de dormir, asi, con unos prismáticos puestos en mi cuello, los cuales mi padre me dejo, debido a las excursiones que hacemos a veces. Estuve mirando desde mi ventana con ellos. Mi ventana daba a la calle principal y justo enfrente, podía ver el puente que se volvería añicos a causa de la pelea. Después de lo que fue media hora, vi como un huevo gigante cayó del cielo, y de él, nació Parrotmon, era un digimon ave muy grande, parecido a un loro, pero teniendo brazos y alas por separado, vi llegar a aquel Agumon, acompañado de Hikari y Tai justo detrás, miraban fijamente a Parrotmon, entonces aquel Agumon arremetió contra el digimon pájaro, pero no sirvió, y el ave contrataco, lanzando a Agumon contra el puente, volviéndose escombros, todo paso tan rápido que apenas podía creerlo, entonces vi como de los escombros ya no estaba Agumon, si no un gran Greymon que rujió, asi, ambos se volvieron a enfrentar, pero Parrotmon era más fuerte que un Greymon recién digievolucionado, y cayó derrotado, yo estaba apoyado fuera de mi ventana, tanto, que si me vieran mis padres me tapiarían la ventana de por vida, pero eso no me importaba ahora mismo. Hubo un silencio por unos momentos, en los que no paso nada, pero entonces, pude oír un silbato, y vi como aquel Greymon se levantaba y consiguió destruir al digimon pájaro lanzando una enorme luz cegadora.
Después de aquello, como quien dice, todo siguió su curso, aquella batalla entre monstruos, la cual solo fue vista por nueve personas, nueve niños para ser precisos, paso como un ataque terrorista indocumentado, nunca nadie supo quien lo hizo ni porque, pero a causa de aquello y por temor a otro ataque, muchas familias decidieron mudarse, asi, todos nos mudamos a Odaiba, salvo Takeru, que al divorciarse sus padres, se fue con su madre. Yo acabe viviendo en el mismo complejo de edificios que los hermanos Yagami. Esto, siendo una de las múltiples cosas que le pedí a la diosa antes de reencarnar, tal como fue el hecho de vivir en un lugar de Hikarigaoka, donde pudiese ver todo el suceso, y gracias a vivir en el mismo edificio que Tai, pude conocer a Yamato y Sora, ya que estos son sus compañeros de clase y a veces venían a su casa par a ir a jugar, y me hice su amigo gracias a eso.
Yamato es un chico… complicado, entiendo y se por la situación que está pasando, el me recuerda a mí de cierta manera, nos cuesta expresar lo que queremos decir o sentir. Aun asi, es un buen amigo, si le pides algo, se esforzará al máximo por cumplirlo, aunque no le guste, pero esa actitud de chico malo y creído que tiene a veces, me cansa mucho.
Sora es la mejor amiga que cualquiera puede desear, sin contar a Hikari claro, Sora es una chica amigable, dulce, sincera y comprensiva, siempre está ahí para ti cuando lo necesites, incluso yo le he pedido algún consejo a veces, Tai y Sora casi siempre van juntos por ahí hablando y riendo, - ¿Cómo es posible que no acabasen juntos? – pensé con frustración en mi rostro, es obvio que ambos se gustan, una de mis metas en esta nueva vida, es intentar que esos dos idiotas acaben juntos, aunque tenga que meterme entre medio de los dos para que el tarado de Taichi se le declare, resoplé indignado.
Por otro lado, estaban Koshiro y Mimi, ellos tienen mi edad, pero como tuve que repetir año, no estoy en el mismo curso o clase que ellos, estando con Hikari en su lugar, pero eso no me echo para atrás, no me costó demasiado hacerme amigo de Koshiro, a él le encantan los ordenadores y la tecnología, al igual que a mí, y gracias a toda mi información y sabiduría de la tecnología aun inexistente, pasábamos mucho tiempo hablando de las cosas que vendrán en el futuro, también hablábamos de muchas otras cosas evidentemente, Koshiro es el tipo de persona con el que siempre tienes algo que hablar, y me encanta eso de él, gracias a eso Koshiro se volvió mi mejor amigo en poco tiempo.
Por otra parte estaba Mimi… suspiro de solo pensarlo, es una buena chica, y en una en la que puedes confiar, eso no hay que ponerlo en duda, pero hoy día, es demasiado egoísta y superficial, y me molesta decir esto, pero necesita su "evento canónico", para que se convierta en la chica fuerte, segura y madura que será, tengo trato con ella, aunque me costó lo suyo poder hablar con ella al principio, pues siempre va con sus amigas, y es vergonzoso intentar hablar con una chica cuando siempre está rodeada de otras, sobre todo porque se ponen a decir tonterías sobre amor y cosas asi, y el hecho de que Mimi no negara nada, solo lo empeoraba – tenemos 10 años, por favor – suspire cansado, he hablado poco con ella, saliendo de los pasillos entre clase y clase y cosas asi, pero hemos hablado lo suficiente como para tener una pequeña amistad el uno en el otro.
Al final, solo faltaba Takeru, el cual no había visto hasta ahora, pues vivíamos en distintas ciudades, solo sabia de lo que rara vez decía Yamato.
Medio año después de que nos mudamos, con 7 años, al contrario que todos los demás, acabe en un colegio distinto, estaba lejos de casa, y no conocía a nadie, aunque claro, tampoco conozco a demasiada gente, pero siempre recordare ese invierno, era principios de diciembre, y ese invierno a pesar de que acababa de empezar, hizo mucho, muchísimo frio, nevo casi todo diciembre, también granizo, y bajo mucho la temperatura de forma considerable, "alarmante" dijeron los reporteros del tiempo. A causa de eso, mucha gente enfermo, y mi antiguo colegio no fue la excepción, al parecer, ese colegio lo dirigía un amigo de mi padre, y por eso acabe ahí. Fue en uno de esos días de nevada, que me encontraba esperando a que mi madre viniera a recogerme, al estar lejos de casa, y a causa de la nieve, mi madre tenía que usar el coche para recogerme, sin nada más que hacer, me encontraba esperando en la puerta del colegio tranquilamente, viendo como otros niños, que también esperaban a sus padres, jugaban una batalla de bolas de nieve, yo seguía mirándolos a lo lejos, disimuladamente, solo llevaba unos meses ahí, pero no había hecho ningún amigo, tampoco es que me interesase demasiado… no soy una persona sociable y abierta que digamos, prefiero los grupos pequeños.
Después de lo que pareció media hora, pero en realidad, solo fueron 5 minutos según mi reloj, llego mi madre la cual uso la bocina para llamar mi atención, al notar su presencia sonreí pues me alejaría de ese frio, corrí hacia el coche sin preocupación, pero con lo que no conté en aquel momento, fue que otro niño corrió hacia mi sin prestar atención, mi pie en ese momento, estaba pisando una manguera, que alguien dejo ahí olvidada con la nieve, la cual yo no vi, el chocarnos yo caí de lado, y para mi desgracia mi tobillo acabo atrapado en la manguera, con la caída mi tobillo se torció de forma dolorosa, grite de dolor, mientras me retorcía en el frio suelo nevado, mi madre vino corriendo al ver lo que paso, y rápidamente al ver mi estado, me levanto y me llevo rápidamente a urgencias, no sin antes comprobar que los demás niños estaban bien.
En mi otra vida, sufrí lesiones parecidas, me rompí la muñeca una que otra vez, entre más cosas desagradables, asi que, pensé, que ya estaría acostumbrado, "cuerpo nuevo, mente nueva" o algo asi es el dicho, pero claro y como de costumbre, me equivoque, mi tobillo estaba roto, escayolado y vendado y estaría como dos meses con el pie asi, hasta que me recuperara, según el médico, dos meses sin ir a clase a causa de las nevadas, el frio y las escaleras, sin salir de casa… si estuviéramos en el año de mi antiguo mundo, me habría alegrado, por todo el entretenimiento que tendría, pero claro, obviamente no lo estoy.
El primer mes paso muy lento y fue duro, tanto para mí, como para mis padres, que estaban muy preocupados, pues, que un niño tan joven sufra un accidente asi, es preocupante, en aquella época en la que estaba encerrado en mi casa, me acorde mucho de Hikari, que enfermo por aquella época por salir con su hermano a jugar…
Suspiro con pesadez y me alejo de la ventana, me acerco a mi cama y me tiro a ella con cansancio.
- Lo que vino después, no mejoro la situación– pensé mientras cerraba los ojos.
Poco antes de que terminara el segundo mes, y me quitaran la maldita escayola, surgió otro inconveniente con el colegio, se descubrió,, que había una fuga de gas seria en el lugar, entre otros defectos, como fallos estructurales y cosas asi, no me entere bien, la cosa estaba tan mal que acabaron por cerrar el colegio para restaurar el edificio, ¡En mitad de curso!.
La histeria de los padres fue legendaria, mas, sabiendo como son los padres japoneses con los estudios, pero tampoco se podía hacer nada, después de un tiempo las cosas se calmaron, unos niños fueron mandados a escuelas privadas, otros como yo, simplemente asumimos que debería repetir el curso en otra escuela y punto.
No todo fue malo, al final de todas estas desastrosas situaciones, ocurrió algo bueno, aunque claro, solo yo lo vi asi. Como volver al mismo colegio estaba desechado por mis padres, y debía repetir curso, yo les pedí a mis padres que por favor, me matricularan en el mismo colegio de Hikari y Taichi, asi con suerte, acabaría en la misma clase que Hikari. Y los dioses me escucharon, a mis padres les pareció bien, viendo mi ilusión de estar con gente que conocía, y su "secreta" preocupación, de que no tenía amigos en aquel colegio, sumando el hecho de que estaba más cerca, fue un ganar por ganar, asi, al inicio del nuevo curso, me encontraba en el mismo colegio que los demás, y para mi gran suerte, en el mismo aula que Hikari, y para mi sorpresa, en la otra clase, estaba Daisuke, no lo reconocí al principio, hasta que oí su nombre, en esta época es más hiperactivo, gritón y ruidoso que en los acontecimientos futuro, pero claro tenía 6 años.
Hikari y yo, ya éramos amigos antes de todo esto, pero siendo ahora compañeros de clase, y estando juntos todos los días, nos hicimos los mejores amigos, nos volvimos inseparables, para celos de Taichi, el cual, no intentaba disimular ni ocultar para mi gracia.
Abrí mis ojos con una sonrisa y mire mi brazo, ahí estaba aquella marca de nacimiento extraña, la mire detenidamente, esperando que pasara algo, pero después de un momento suspire de nuevo.
- Llevo casi 10 años en este mundo, y Ramn no se ha comunicado conmigo en ningún momento, ¿acaso el poder de la oscuridad está interfiriendo?, ¿Quizá… se olvidó de mi…? -pegue mis manos a mi cara y negué con la cabeza, no pienso pensar algo asi, le debo todo a Ramnesis – Quizá, solo está ocupada, ser una diosa debe llevar mucho trabajo – dije en voz alta, a nadie en particular – Hare que se sienta orgullosa - asiento con mi cabeza decidido y me levanto de un salto.
Mire de nuevo mi escritorio, me senté en la silla, y vi el resto del trabajo que los profesores nos mandaron, una de las ventajas de reencarnar con tus recuerdos, es que no necesitas estudiar realmente nada, salvo historia y japones, y debo decir, que el japones, es un horror en ese aspecto, pero por el resto, es realmente lo mismo, matemáticas, idiomas, sociales, música, pero aplicado de una forma compleja a la par que sencilla para los niños, incluso enseñan cosas, que en Occidente sería raro, como artesanía, o economía familiar. Los profesores, estaban entre encantados conmigo, para ellos dominaba todos esos estudios, salvo la gramática que se me dificultaba un poco, como si no fuese nada complicado – He… si supieran – pensé con ironía.
Es ciertamente complicado fingir que no sabes algo, cuando claramente lo sabes, no puedo simplemente hacer los exámenes en menos de 5 minutos y luego decir que he terminado y sonreír como un idiota, eso llama la atención, y es lo que menos quiero hacer, yo jamás he soñado con tener fama ni cosas asi, eso solo trae problemas, saber de todo también tiene sus cosas buenas, como ayudar a Hikari con los deberes cuando lo necesita, o responder bien a las respuestas de los profesores.
Como la parte de buenas notas y estudios, estaba bien cubierta, me dedique más al ejercicio y los deportes, no soy fanático de los deportes, y sinceramente no me gusta verlos por la televisión, pero hay algunos que me gusta jugarlos, como el tenis, el baloncesto, o el beisbol, y teniendo en cuenta todo lo que iba a pasar en el futuro, cuanto mejor fuese mi forma física, mejor, asi, con 6 años me inscribí en las clases de baloncesto del colegio, me gustaba ese deporte, incluso en mi antigua vida, pero nunca lo lleve más de jugar de vez en cuando con amigos.
Por otro lado, cuando cumplí nueve años, me apunte a clases de artes marciales, Kick Boxing concretamente, siempre quise aprender algún arte marcial, y si tenemos en cuenta todas las cosas que vendrán en el futuro, quizá las necesite, después de preguntar y buscar información, opte por el Kick Boxing, al fin de cuentas era un deporte que se creó en Japón y tenía buena fama, obviamente estaba en las clases infantiles, ni yo estoy tan loco como para querer meterme con los adultos, aun asi, poco a poco, fui mejorando, fue algo entre fácil y difícil, fue fácil porque entendí bien las lecciones y el cómo se hacían, pero difícil por el hecho de que nunca había hecho esa clase de ejercicio y me costó al inicio, pero después de un año, el esfuerzo dio sus frutos, y acabe siendo cinturón amarillo, que no era realmente nada, pero para mí, fue todo un gran logro
Claro que al principio mis padres no me dejaron, me dijeron que esperara a ser algo más mayor, pero al ver mi ilusión e insistencia, acabaron accediendo, y cuando vieron mi dedicación y que lo tomaba enserio al igual que mi aprendizaje con el xaphoon, les pareció bien que siguiera con ello.
- Tengo que dejar de perder la cabeza en recuerdos – dije rascándome la cabeza, y volví a mirar de nuevo al ejercicio a medio terminar, suspiré cansado, aun con todo eso, me seguía dando mucha pereza.
- Agh… es mejor que me quite todo este trabajo ahora, queda menos de un mes para que vayamos al DigiWorld… y con todo lo que vendrá después, mejor me quito el trabajo ahora – dije, y asentí para mí mismo, mientras quitaba el lápiz de mi boca, asi, cuando puse la punta del lápiz sobre la hoja..
- ¡Touma-chaan! ¡es hora de cenar! – llamo mi madre desde el pasillo.
- ¡Buah! ¡Qué pena, no poder continuar! – dije dramáticamente al tiempo que lance mi lápiz a la mesa, y me levantaba rápidamente y salí hacia el pasillo donde mi madre me miraba curiosa, yo corrí hacia ella y le abrace feliz – ¡te quiero mucho mamá!, liberas mi feroz sufrimiento de forma intermitente con tus cuidados – le dije al tiempo que me apoyaba en ella feliz.
Ella se quedó boquiabierta por mis palabras por unos momentos, luego se rio levemente y me acaricio la cabeza – dices cosas muy raras cariño, anda vamos a cenar, tu padre está esperándonos.
Yo asentí feliz y bajamos juntos al comedor, salude a mi padre, y después de bendecir la mesa y empezar a comer en un tranquilo silencio, mi padre hablo.
- Touma – llamo mi padre, yo que en ese momento tenía arroz en mi boca, lo mire fijamente con mis ojos azules - ¿estas ansioso por el día de mañana? – me sonrió feliz.
Yo incline mi cabeza hacia un lado curioso, ¿a qué se refiere?, al ver mi cara de confusión, mi padre negó con la cabeza.
- ¿Qué clase de niño olvida su propio cumpleaños? – dijo, mientras me pinchaba con los palillos en el brazo de forma juguetona.
Yo abrí mi boca sorprendido, lo había olvidado por completo, estos últimos dos días había estado pensando más en el futuro que en el presente, mi madre al ver mi reacción se rio felizmente.
- Touma-chan ha estado trabajando duro en sus estudios – dijo mi madre mientras miraba a mi padre con una mirada orgullosa - ¿puedes creer, que ya ha terminado todos sus deberes de verano, salvo los de matemáticas? – comento mi madre feliz.
Mi padre miro sorprendido de mi madre a mi – ¿Se te dificultan las matemáticas, hijo? Pensé que lo más difícil para ti era la gramática.
Yo negué con la cabeza y tragué mi comida – No se me dificultan, es solo, que me da pereza hacerlas – dije mientras ponía cara de cansancio – nunca me han gustado las matemáticas – lo cual no era mentira, pues ni en mi antiguo mundo me gustaban, no era malo con ellas, simplemente no me gustaban.
Mi padre se rio fuertemente y mi madre sonrió mientras negaba – En eso te pareces a mí, tampoco me gusto nunca esa asignatura – dijo mi padre mientras bebía de su vaso.
- ¿Por eso decidiste ser abogado? – pregunte curioso, mi padre era un gran abogado, ha ayudado a muchas personas inocentes, y es buen modelo a seguir.
- No solo por eso obviamente – dijo mi padre feliz – escogí esta carrera, porque con ella, puedo evitar que buena gente lo pierda todo.
Yo asentí sonriente entendiendo su punto – Touma-chan, ¿qué te gustaría ser de mayor? – dirigí mi mirada a mi madre que me miraba con una sonrisa.
Esa pregunta me dejo pensando, en mi antigua vida, nunca tuve la oportunidad de escoger una carrera, o pensar en mi futuro, por distintas razones, por lo cual me quede estancado en trabajos normales, pero con esta nueva vida, quizá tenga la oportunidad de escoger algo que me gustase - pero ¿el que? – me pregunte frustrado.
- ¿Touma? – alcé mi mirada y vi a mis padres con una mirada preocupada - ¿estas bien? – pregunto mi madre.
Yo mire a ambos, sin saber que responder, estaba muy preocupado porque no sabía que decir, al ver eso mi padre puso una mano en mi cabeza, y la acaricio, lo cual consiguió calmarme lentamente.
- Tranquilo hijo, no debes preocuparte por algo asi, aún quedan muchos años, para que debas pensar en que quieres ser en el futuro, por ahora, solo debes pensar, en lo bien que te lo vas a pasar mañana, ¡cuando cumplas tus 10 años! – dijo mi padre con emoción, despeinando mi cabello ya de por si desordenado.
Yo lo mire con fastidio por despeinarme, y ellos se rieron de mi mirada, viendo cómo se reían felices, acabe sonriendo y riendo levemente.
Después de ese agradable momento, terminamos de cenar, mis padres se quedaron viendo la televisión, pero yo estaba cansado del día, me despedí de ellos, subí a mi cuarto y simplemente me tiré en la cama cansado.
- Mañana cumplo 10 años, de nuevo… quien diga que nunca cumples años dos veces, que venga aquí y me lo explique – me reí de mis pensamientos, ya me había acostumbrado completamente a mi nueva vida, mis nuevos amigos, recuerdos y experiencias, pero me prometí jamás olvidar mi antigua vida, en los buenos y malos momentos, pues ellos me llevaron aquí, y no debo olvidar eso.
Poco a poco, el sueño me fue alcanzando, y finalmente me quede dormido con ilusión del día de mañana.
Al día siguiente
15 de julio de 1999
Quedan 17 días para que empiece el campamento
Abrí mis ojos lentamente y bostece, mi habitación estaba casi a oscuras, y al ver mi ventana me di cuenta de que aún era muy temprano viendo que apenas estaba amaneciendo, suspire cansado, intentando volver a dormir me gire y cerré los ojos, pero al darme cuenta que no iba a conseguirlo, me levante frustrado.
- son las 6:20 am… - siempre he sido una persona madrugadora, pero aquí hay dos problemas importantes – Primero, es verano, no tengo clases – dije mientras salía al pasillo para ir al baño, mis padres nunca se han preocupado realmente por despertarme, pues normalmente cuando ellos despiertan para que mi padre vaya a trabajar, yo también suelo estar despierto – y segundo, es mi cumpleaños, debería estar durmiendo hasta tarde como el niño que soy – dije rascándome el cabello.
Entre al baño, me lave la cara y me quede mirándome al espejo fijamente – Ahora que lo pienso bien.. este día no es solo mi cumpleaños, si no también mi traspaso a este nuevo mundo… nunca lo había pensado, debería celebrarlo el doble ¿no? – dije hablando conmigo mismo, pues no esperaba que nadie me respondiera.
Me fije en mi reflejo, había crecido en los últimos años, no de forma exagerada pero si notable, era algo más bajo que Taichi y los demás, no tenía musculo notable, pero estar en kick boxing me estaba ayudando, y se notaba la mejora, pues había ganado fuerza física y rapidez, - Juro que si tengo la oportunidad, le daré una patada a Myotismon en toda la cara, ese desgraciado se lo merece – dije de nuevo a nadie, con una oscura mirada en mi rostro.
Negué con la cabeza despejando esos pensamientos, y miré mi rostro fijamente, mis ojos azules brillaban con intensidad, esto siendo algo, que siempre me han dicho, "parecen brillar con luz propia" me dijeron alguna vez, mi cabello ahora algo más largo de cuando era más joven, seguía con su tono plateado claro, "despeinado pero con estilo", dijo el peluquero al que me lleva mi madre.
Sin nada más que hacer, salí del baño y me dirigí a mi habitación, me senté en la cama pensando en que podía hacer, siendo tan temprano, ya no me podría dormir, mire los ejercicios aun por terminar en mi escritorio, y negué rápidamente con mi cabeza – Ni de broma – dije en voz baja.
Sin realmente no tener nada más que hacer, me levante, me vestí con ropa deportiva, agarre mi radio de bolsillo y unos auriculares, que era lo más cercano a música portátil que tenía a mi alcance, - los reproductores mp3 son carísimos ahora mismo, y apenas puedes poner 8 canciones… necesito urgentemente un discman – pensé mientras bajaba por el ascensor, decidido a salir a correr por un rato, no sin antes dejarles una nota de aviso a mis padres en la cocina, ¿qué clase de hijo se iría sin avisar?.
Cuando llegue a la calle y vi el clima me quede sorprendido, seguía oscuro, y estaba todo lleno de una niebla super densa, y hacia un frio horrible para el chándal veraniego que llevaba.
- ¿Ya ha empezado a afectar el poder de la oscuridad al mundo humano? – me pregunte mientras calentaba y me ponía los auriculares, encendido la radio, empecé a correr a trote, no había nadie en la calle, y estaba completamente vacío, lo cual me daba escalofríos – Juro por Ramnesis, que si ahora oigo alguna interferencia, y me sale una enfermera con la cara deformada, usare el evangelización no jutsu en Etemon, aunque me cueste toda la vida – pensé riéndome de la idea.
1 hora después
Me encontraba abriendo la puerta de casa, sudando y algo cansado – Al final no apareció… - dije entre aliviado y desilusionado – espera, ¿por qué sueno desilusionado? – dije deteniéndome en la entrada mientras cerraba la puerta con llave de nuevo, negué con la cabeza y dije en voz alta - ¡ya estoy en casa! – me quité los zapatos y oí unos pasos acercándose a mí, por instinto me di la vuelta rápidamente, y algo más grande que yo me abrazo fuertemente, casi sin poder respirar.
- ¡Touma-chaan! Feliz cumpleaños cariño – dijo mi madre dulcemente mientras me abrazaba, luego me soltó para mi alivio pulmonar, luego agarro mis cachetes y los estiro levemente - ¡cómo te vas tan temprano a la calle asi, me tenías preocupada! – dijo mi madre molesta, mientras me seguía estirando de los cachetes para mi dolor, que no me molestaba en ocultar – ¡Fo fientoo! – dije dolorido.
- Vamos Reiko, suéltale las mejillas, o le vas a dejar sin trabajo a tus padres – dijo divertido mi padre poniendo una mano en el hombro de mi madre, ella miro a mi padre sin soltarme, y luego asintió soltándome.
Yo me rasque las mejillas molesto, - yo pensaba que estas cosas solo pasaban en el anime… maldición, como duele.
Asi, los tres fuimos a desayunar, apenas eran las 8 am, asi que era temprano.
- Dime, ¿porque te has ido tan temprano a asi como asi? – pregunto mi padre mientras tomaba su taza de café.
- Dioses, como extraño el café… - pensé mientras miraba a mi padre tomar su taza con envidia.
Mi padre me miraba esperando una respuesta – Me desperté muy temprano, y ya sabéis que no consigo dormirme después, y como no tenía nada más que hacer… decidí hacer algo de ejercicio – dije bajando mi mirada a mi vaso de leche con cacao, no tengo nada en contra del cacao… pero maldita sea como extraño el café, lagrimas invisibles cayendo en mi mente.
- Si te despiertas temprano, deberías estar mirando la televisión como todo niño, no saliendo a correr de madrugada – dijo mi madre con un lindo puchero – no me gusta que mi niño pequeño sea tan maduro, quiero que te comportes como el niño que eres – dijo haciendo un berrinche, yo me reí nervioso, y mi padre sonrió feliz viéndonos interactuar.
Asi, paso la mañana y el medio día con tranquilidad, en la que la pase terminando la maldita tarea pendiente, cuando llego la tarde y mis amigos estaban a punto de llegar, bajé al salón, y me di cuenta que Taichi y Hikari ya estaban ahí sentados hablando con mi madre.
- Tampoco es de sorprender, somos vecinos – pensé restándole importancia, Hikari se percató de mi presencia y sonriendo feliz corrió hacia mí y me abrazo, a lo cual yo le devolví el abrazo.
- ¡Feliz cumpleaños Touma! – dijo Hikari feliz a lo que le respondí con un gracias, aun en el abrazo.
- Si, si, felicidades amigo, ahora fush fush – dijo Taichi, alejándome de Hikari, para su confusión, yo le di a Tai mi sonrisa más estúpida y burlona.
- Tranquilo Tai, no voy a quitarte a tu hermana – dije pasando al lado de el – ¿por ahora? – dije en voz baja a su lado.
Justo cuando sentí que Taichi iba a saltar encima de mí, llamaron al timbre de la puerta, esto hizo que los tres nos girásemos, y vimos pasar al salón a Sora, Yamato y Koshiro, por desgracia, Joe no pudo venir, pues estaba de viaje con su familia, y volvería justo el día antes del campamento, Mimi por otro lado… no tenía su número ni nada por el estilo, asi que no pude hacer nada.
Todos se veían físicamente iguales a como lo recuerdo de la historia original, pero con ropas distintas, y aun asi llevaban algo característico que te podía decir, "son ellos" – Fue una tontería pensar que siempre se verían con la misma ropa, eso solo pasa en la ficción para ahorrar trabajo a los animadores – pensé sonriendo a mis amigos – ¡Hola! -dije levantando la mano y sonriendo.
Yamato me asintió sonriendo y me felicito a su manera de "chico cool"
Koshiro me dio su apretón de manos característico, y yo se lo devolví feliz, molestándole un poco para que se relajara.
Sora por otra parte, me intento acariciar la cabeza, y para mi molestia lo consiguió – Recuerdas que solo me sacas dos años, ¿verdad? – pregunte molesto, a lo que los demás se rieron.
De reojo y vi como Tai me miraba con un rostro extraño, entre celos y confusión, yo sonreí con malicia, agarre la mano de Sora y dije – si quieres acariciar la cabeza de alguien, hazlo en la de Tai, parece ansioso con que lo hagas – dije poniendo su mano encima de la cabeza de Tai, y alejándome vi como los dos se quedaron congelados mirándose sonrojados, sin saber que hacer, Hikari estaba asombrada, mirando fijamente la escena, Koshiro se avergonzaba y se rio torpemente, Yamato no cambio su pose de chico cool, pero podía notar algo de envidia en sus ojos.
Al final, y con mucha vergüenza, Sora acaricio levemente la cabeza de Tai, el cual estaba más rojo que un tomate, bueno de echo ambos estaban más rojos que un tomate, pero justo cuando Tai iba a decir algo, llego mi madre para romper el momento.
- Bueno chicos, aquí tenéis unos aperitivos y bebidas – dijo mi madre acompañada de mi padre, y llevaban varias cosas en las manos, entre sándwiches, patatas y refrescos, no notaron la escena, y esto sirvió de excusa perfecta para hacer que Tai y Sora se alejaran el uno del otro con asombrosa rapidez, cada uno mirando a un lado sin mirarse, rojos perdidos.
Yo reí con maldad en mi mente, mientras bebía algo de zumo, Koshiro hizo como que nada paso con una sonrisa nerviosa y se sentó en uno de los sofás, Yamato hizo lo mismo con su mirada de indiferencia mal formada, y se puso a hablar con Koshiro de algo.
Por otro lado, pude ver como Hikari aun miraba alternativamente entre Sora y Taichi, los cuales bebían su bebida con rapidez, aun sin mirarse.
Me acerque a Hikari y le pregunte – ¿No te habías dado cuenta? – pregunte en voz baja mirando a los dos tortolos, sabiendo que Hikari sabría a qué me refería.
Ella desvió su mirada hacia mi aun con la boca abierta, negando con la cabeza, yo me reí y le ofrecí un zumo que había agarrado para ella, ella lo acepto feliz y dijo – sospechaba un poco, pero ahora es tan obvio que me siento tonta – dijo con una mirada confusa.
Yo la mire mientras bebía de mi zumo – Lo peor es, que Tai no parece darse cuenta del todo, Sora es más abierta a ese tema, pero se reprime en ese aspecto, y eso les pasara factura en el futuro – dije con pesadez, la menor de los Yagami me miro confundida por mis palabras.
Yo la miré sabiendo que había dicho de más, y le dije – Quiero decir, que por sí solos no se van a decir, ni hacer nada, habrá que ayudarles, en algún momento – dije sonriéndole con complicidad, ella me miro con sorpresa y luego me devolvió la sonrisa, y ambos nos reímos malvadamente en voz baja, mientras un aura negra nos cubría.
- No estoy llevando a Hikari hacia el lado oscuro ¿verdad? – me pregunte curioso y temeroso, sin poder evitarlo mire a Hikari de reojo, y pude ver su brillante sonrisa mirando a su hermano y Sora, y me tranquilice, Hikari era la luz misma, no tenía que preocuparme.
Asi paso el tiempo, donde Hikari y yo maquinábamos planes, Sora y Tai volvieron a hablarse aun algo avergonzados, y entre todos pasamos una buena tarde todos juntos, llenas de risas, bromas, y tranquilidad.
Estábamos los 6 sentados en los sofás, hablando tranquilamente, y mire a mi alrededor, tenía amigos, buenos amigos, una familia que me quería y estaba ahí para mí siempre, un hogar seguro, una escuela donde me sentía a gusto – Asique esto es estar a gusto con tu vida ¿eh? – pensé mirando como Tai molestaba a Yamato, y este devolvía su molestia, ambos sonriendo y los demás se rieron felices, yo sonreí también – Me siento en paz – me dije a mi mismo, cerrando los ojos y mirando hacia arriba sintiendo un calor reconfortante. Sin que nadie se diese cuenta, la marca en mi brazo brillo levemente por un momento, y luego se fue, como si nada hubiese pasado.
- Bueno, parece que os estáis divirtiendo por aquí – dijo la voz de mi padre, abrí mis ojos y vi a mis padres en la entrada del salón sonriendo, todos asentimos felices – Es bueno saberlo, pero se está haciendo algo tarde ¿Qué os parece si le damos los regalos a Touma? – pregunto mi madre con una dulce sonrisa.
Los demás asintieron con una sonrisa y se levantaron, yo parpadee sorprendido, aun con todos estos años, no me acostumbro a que me den regalos, me levante junto a los demás, el año pasado, intente decirle a mi madre que no era necesario que me diera regalos, no pude ni terminar la frase con la mirada de reproche y molestia que me dio,sufrí un escalofrió de recordarlo, - las madres a veces dan miedo – pensé.
Alrededor del multiverso, múltiples jóvenes y niños, desde ninjas, alienígenas y otras especies, no pudieron evitar estar de acuerdo, asintiendo a la nada, sin saber exactamente por qué.
- ¡TOUMAA! – pegué un grito de sorpresa, dando un salto hacia atrás sorprendido, y vi como mis amigos habían gritado mi nombre, y se rieron de mi reacción.
- ¿¡Porque me habéis gritado asi!? – pregunte enfadado.
- Te habías quedado mirando a la nada como un idiota, por un buen rato – dijo Yamato simplemente.
Yo le mire como si le hubiese crecido otra cabeza - ¿Y ese es motivo suficiente para gritarme asi? Maldita rubia de bote – dije el final en mi antiguo idioma molesto.
- ¿¡Qué me has dicho!? – pregunto molesto Yamato – reconozco la palabra rubio en cada idioma existente – dijo mientras me agarraba de la camiseta, yo sonreí feliz porque conseguí enfadarlo tan fácilmente – rubia de bote – repetí para molestarlo, marcando una gran sonrisa de superioridad en mi rostro.
Los demás intentaban calmarnos, aun sabiendo que solo estábamos molestándonos de broma, justo en ese momento volvieron mis padres con los regalos, la rubia cool y yo nos separamos rápidamente, el bufando molesto, y yo riéndome levemente.
- ¿Todo está bien? – pregunto mi madre curiosa viendo nuestra interacción.
Yo asentí – Si, solo estábamos jugando – dije simplemente.
Asi empezaron a darme regalos, yo los aceptaba encantado, pero me seguía dando pena, de parte de Koshiro y Hikari junto a Tai, recibí 3 discos de música, y de mis grupos favoritos existentes en este momento, pues ellos eran quienes mejor me conocían – Solo un año más LP, y podre oír tus canciones en bucle – pensé feliz.
Sora y Yamato me dieron un balón de baloncesto nuevo y una nueva funda para mi xaphoon, que era impermeable, lo cual vendría perfecto para cuando fuéramos al DigiWorld, les di las gracias a todos con una gran sonrisa, la cual los demás correspondieron felices.
Al final solo faltaban mis padres que estaban mirando toda la escena con cariño, asi, mi padre se acercó a mí, se agacho a mi altura y dijo – Hijo, desde pequeño has tenido una conexión con la música, y tu madre y yo tenemos algo para ti que llevas tiempo queriendo, y asi quizás me devuelvas mi radio portátil – dijo mi padre con una mirada cómplice, a lo cual yo gire la cabeza nervioso – no sé de qué me hablas – le respondí con una gota de sudor, los demás se rieron y mi padre saco de una bolsa un paquete envuelto.
Yo lo mire con curiosidad, era un paquete pequeño y no pesaba demasiado, curioso mire a mis padres, que me instaron a que lo abriera, asi lo fui desenvolviendo poco a poco, y cuando vi el interior, no lo pude creer - ¿¡Es enserio!? – dije en shock.
Todos echaron un vistazo a lo que tenía en mis manos, era un CD Walkman nuevo, era de color rojo oscuro, funcionaba a base de pilas y corriente, y venia acompañado con unos auriculares, yo me quede mirándolo asombrado – Estas cosas no son baratas… incluso con el actual MP3, de segunda mano seguirían algo caras, vale que mi padre ganas más que suficiente, pero esto es increíble… – pensé incrédulo, levante la vista del aparato, mirando a mis padres que tenían una sonrisa feliz en su rostro, pero pusieron una cara de sorpresa, yo me pregunte porque, pero note como unas lágrimas bajaban por mi rostro.
- ¿No te ha gustado Touma-chan? – pregunto mi madre preocupada.
Yo sequé mis lagrimas con mi brazo y negué con la cabeza, y fui a abrazarles a ambos con felicidad – Muchas gracias, os quiero mucho – dije en voz baja, poniendo todo mi peso en ellos, los cuales me abrazaron felices – Esta bien actuar asi de vez en cuando… - pensé feliz.
El resto de la tarde, paso con tranquilidad, risas y calma, incluso Yamato y yo, llegamos a hacer un dueto musical, tocando alguna canción aleatoria que supiésemos los dos, y asi poco a poco, se iba haciendo de noche, mi padre llevo a casa a Sora, Yamato y Koshiro, yo me despedí de ellos con el respectivo: abrazo, asentimiento de "chicos cool" y un choque de manos con Koshiro, y asi se fueron, sabiendo que dentro de nada, tendríamos todo el tiempo del mundo para estar juntos.
Al final solo quedamos Taichi, Hikari y yo, nos quedamos sentados en el sofá tranquilamente hablando, como vivíamos en el mismo edificio no había problemas con que tardaran un poco más en volver, pero después de un rato decidieron irse, pues casi era hora de cenar, y Tai no quería regaños de su madre, yo asentí y los acompañe a la entrada de mi casa, me despedí de ellos y asi ambos hermanos fueron felizmente a su casa, cuando cerré la puerta me dirigí a mi habitación a guardar todo lo que me habían dado.
- Ha sido un gran día – dije felizmente guardando las cosas salvo los CDS y el discman, el cual usare hasta acabar con todas las pilas de la casa.
Poco después llego mi padre, y mientras cenábamos, comento que todo fue todo fue bien, salvo un leve regaño de la madre de Sora a mi padre por tardar tanto – esa mujer es una roñosa – pensé mientras oía a mi padre hablar y me metí un bocado de arroz en la boca con molestia.
Después de cenar, me despedí de mis padres y me fui a mi cuarto, me tire en la cama, encendí el discman, puse un cd y los cascos, y me quede rápida y profundamente dormido, había sido un día largo y emocional.
Poco después de dormirme, la marca de mi brazo brillo nuevamente, esta vez con más intensidad, y sin yo saberlo, esto siendo una reacción, a que el día marcado por el destino, estaba cada vez más y más cerca…
Fin capítulo 04
000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000
¡Hola! Este capítulo ha tardado más de lo que pensaba en finalizar, pero ha sido un capítulo bastante largo, a comparación de los demás, de hecho, en un principio el capítulo iba a ser bastante corto… pero se me iban ocurriendo cosas durante la escritura, y entre eso y que he estado liado estos días, fue un no parar.
De cualquier forma, espero que hayáis disfrutado mucho leyendo el capítulo 04, me ha encantado escribirlo, porque está lleno de momentos emotivos, que yo, por mí mismo, no puedo mostrar, pero espero haberlo conseguido por escrito.
¡El próximo capítulo por fin empieza el canon de la serie! Tengo ya muchas cosas pensadas, y si queréis darme vosotros ideas, ¡sois más que bienvenidos a hacerlo!.
Sin más que decir, gracias por leer, y nos vemos en la próxima.
000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000000
