Fic
Historias de Albert y Candy
A tu Lado
Por Mayra Exitosa
Portada de Lulú Mtz
Reto OctoBert Junio 2024
La vi correr llorando por el camino y no pude hacerme el inmune… ella me dejo cautivo.
Trabajaba sin descanso en ese hospital y él cada noche me esperaba, el pasado ya se había aligerado y solo me preocupaba que recuperara la memoria, porque al final no era lo que deseaba, que fuera mío, sino que fuera de sí mismo, yacía la noche la luna penas y se vislumbraba, era claro el cielo, más la obscuridad imperaba, estaba agotada de un extenuante día de trabajo, él también trabajaba, no le gustaba recibir dinero mío o sentirse enfermo, pues su mal no le ocasionaba ningún problema para poder realizar todo tipo de trabajos, aunque no recordaba que había estado en un zoológico, prefirió trabajar de lava platos, en parte porque estaba cerca de casa y en parte porque podía salir a esperarme luego de mis guardias, esa noche un par de hombres salieron a mi encuentro, no era por ser bonita, me veía fácil de atacar y la bolsa podía traer dinero para sus vicios, si no fuera por él, yo no habría salido ilesa, más los golpes y el abuso de los dos, traían a Albert muy preocupado, su rostro lo denotaba, no pude quedarme quieta, con el mismo bolso arremate directo a la cabeza, y ya estando un poco más parejos salieron corriendo, pero él me sonreía tratando de ocultar el dolor y bien que sangraba su cabeza, goteando en la oreja.
- Vamos Albert, está cerca el hospital. - No Candy, tú me curaras en casa. Llegamos bañados en sangre, y él se lavaba tratando de ocultar sus pensamientos que en su rostro lucía angustiado, tuve que hacer malabares para curar esa herida, y por suerte, Albert no ponía resistencia, esa noche, lo mantuve despierto y hablando por un par de horas, cenamos tomamos té y celebramos que era fin de semana para mí, más no para él, sin embargo, no iría a trabajar.
La vi caminar tan agotada como cada noche de esa misma semana, como desearía poder protegerla y que se quedara en casa sin correr riesgos, más ella no me había visto y ese par de hombre al acercarse me dieron mala espina, corrí lo más rápido que pude, el muy listo traía navaja y el otro una botella, me dieron cuando cuidaba de que no me diera la navaja en un costado, y Candy tuvo que meterse a ayudarme, se notaba asustada y quería regresar al hospital, mi camino fue de mareos y recuerdos que jamás había visto, la constante era ver su rostro en varias fases, de pequeña creciendo y con su rostro lloroso, fueron tantos recuerdos en todos ella lucía su rostro de diferente formas, sus risas, las bromas, incluso sus ropas, en todos esos pensamientos, mi corazón se agitaba desbocado, porque ahora estaba junto a mí, vestida de blanco con una mirada triste y cansada y cuidando una herida en mi cabeza, era mía, estaba viviendo conmigo, todo este tiempo estuvimos juntos, cuanto ha pasado, ese tonto la dejo y desde entonces no nos hemos separado, es una habitación pequeña, pero me ha cuidado ella sola, nadie en el mundo creería en su virtud ahora que vive con un hombre, y yo la he perjudicado por meses. ¡Candy!
- No puedes dormir inmediato, aunque estemos cansados, platicaremos por un tiempo, cenaremos y te contare muchas cosas, te haré que me cuentes todo lo que has pasado hoy y quizás otros días, pero ese golpe te dejo muy mal y no puedo correr riesgos sin esperar a ver tus reacciones, sobre todo con la perdida de tu memoria. ¡Albert! Como nos fue a suceder esto, llevamos una semana intensa laborando y el fin de semana querrán que trabajes más, pero esta vez no se podrá, nos iremos al hogar de pony, pediré unos días en el hospital. - Candy no te preocupes, todo esta mejor. Ella se quedó observándome un poco más, no se si por su cansancio por haber notado algo en mis palabras, no he de negar que me gusto como me miraba y no podría asegurar si escuchaba lo agitado que me encontraba cuando ella me tocaba el rostro con la suavidad de su mano.
- Si, siempre que estoy contigo, todo va mejor. Si no hubieras llegado, no sé cómo podría arreglármelas con esos hombres, eres mi ángel Albert, siempre tan oportuno. - ¿siempre? - Si, cuando más te he necesitado estas a mi lado. Mi mayor tristeza, a recuerdo y llegaste para sacarme de eso. Y mi alegría más grande, ha sido vivir aquí contigo, me siento tan segura y hoy es un ejemplo que podré recordar por mucho tiempo, no es bueno que te haya quebrado la botella en la cabeza, fue muy agresivo, pero verte sonreír, aun con la sangre cayendo en tu oreja, me hizo pensar que eres indestructible. -¿Indestructible, Candy? - Te recordare como perdiste la memoria… - No es necesario, lo sé, salte de un tren que luego hizo explosión, al seguir a Pupe que se bajó inesperadamente. - ¡Albert! Tienes que reconocer que el instinto de sobrevivencia de Pupe es más acertado que el mío. La sonrisa relajada me hizo sentir mejor, ella no notaba en mi ningún cambio, pero yo en ella si lo hacía, ahora se veía más hermosa y tal vez por estar tan cerca el uno del otro, pero estaba disfrutando esa sensación que me producía su encanto.
- Mira ya salió la avena y tenemos algo de pan, así que cenemos que esta noche será larga, habrá que platicar un buen rato más. - Candy puedo preguntarte algo, - Por supuesto Albert, tú puedes hacer lo que desees y cuestionar todas tus dudas. - ¿Eres feliz, Candy? - ¡si! ¡sí que soy más feliz que una alondra! Estamos juntos y no cambiaría ningún otro lugar por este instante en el que estamos juntos y soy muy feliz contigo, Albert. - ¡Candy!
Continuará
Gracias por leer. Por comentar y por apoyar a las nuevas creaciones.
Gracias por el respeto a los escritos al no copiar ni adaptar parte o completa de mis historias
Respetando a sus creadores originales al no escribir con fines de lucro en esta historia
Esperemos continuar escribiendo y concluyendo muchas historias
no olvides dejar tu comentario...
Próximamente se estará actualizando esta historia, muchas gracias por tus mensajes y pedir que la continue.
Un abrazo a la Distancia
Mayra Exitosa
