Descargo de responsabilidad: NARUTO y sus personajes no me pertenecen, pues le pertenecen al mangaka Masashi Kishimoto. yo sólo utilicé a Naruto para hacer esas historias, así que no plagien, adapten o copien por favor que eso no está bien.
000
"La verdadera sorpresa es que todo el mundo parece incapaz de aceptarla."_(Arthur Conan Doyle)
El tiempo en la aldea de Konoha pasaba con rapidez, entre la búsqueda de separar las dimensiones, derrotar a Sinju Sanada y rematar a Madara Uchiha. Pero para Charasuke, el tiempo pasaba lento desde que Karin lo dejó por Suigetsu.
Solo se topaba con ella cuando iba a las reuniones que los dos Hokages, Kakashi y su contraparte, organizaban con todos los ninjas y las contrapartes de la otra dimensión. Charasuke asistía a esas reuniones con desgana, sus ojos oscuros siempre buscando, involuntariamente, a Karin en la multitud.
Ella siempre estaba cerca de Suigetsu, riendo y hablando como si todo el caos a su alrededor no existiera. El dolor en el pecho de Charasuke era constante, un recordatorio de lo que había perdido.
Lo peor para él, era ver como su contraparte emo de la otra dimensión sí estaba con su Karin. Sasuke no era fanático del romance, por lo que Charasuke podía ver, pero siempre estaba junto a su Karin y, a escondidas en la residencia Uchiha, lograba escucharles hacer el amor en la habitación de Sasuke cerca de la de él.
En una de las reuniones, Kakashi estaba exponiendo la estrategia más reciente para lidiar con Sinju Sanada y Madara. Charasuke apenas podía concentrarse, su mirada vagando entre los rostros familiares y el lugar donde Karin y Suigetsu estaban sentados, susurrándose cosas y sonriendo.
–Charasuke.
La voz firme de Kakashi lo sacó de su ensimismamiento.
–Necesito que te enfoques. Esta misión es crítica.
–Lo siento, señor hokage.
Respondió entre dientes, enderezándose en su asiento. Pero su mente seguía divagando, recordando los momentos que había compartido con Karin, momentos que ahora parecían pertenecer a otra vida.
Entendía por qué lo había dejado, ella estaba en una relación desde antes con Suigetsu y lo que habían hecho había sido una infidelidad. Pero no dejaba de doler su partida, sus labios, sus caricias y los momentos juntos lo torturaban, la hacían quererla más y lamentar que fuera de él y no suya.
Y todo aquello era una lástima, porque por fin había encontrado el amor y no era con Sakura como tanto había pensado. Pero, así como lo entendió, así sé le fue en manos de otro hombre que lo entendió mejor que él.
Charasuke creía que nada podía salir peor, pero para su desgracia sé había equivocado. Porque al final de la reunión, mientras los ninjas se dispersaban, Charasuke se dirigió a la residencia Uchiha para ir a comer, con su contraparte de la otra dimensión, la Karin de ese Sasuke, su hermano Itachi y su novia Izumi.
A pesar de que aún no habían descubierto cómo separar las dimensiones y no habían derrotado a Sinju Sanada y Madara Uchiha, Charasuke podía notar una cierta alegría que no entendía. Un nerviosismo de pareja que lo intrigaba, porque él estaba tan solo y tan vacío a pesar de que aparentaba ser el mismo mujeriego de siempre.
Charasuke caminó lentamente hacia la residencia Uchiha, sus pasos pesados con el peso de sus pensamientos. El sol comenzaba a ponerse, pintando el cielo con tonos de naranja y rosa, una belleza que apenas registraba en su estado de ánimo sombrío.
La imagen de Karin con Suigetsu seguía grabada en su mente, una herida que No Sanaba. Al llegar a la residencia, encontró a Itachi e Izumi en la cocina, preparando la cena.
El aroma de la comida llenaba el aire, creando una atmósfera cálida que contrastaba con su frío interior. Y entendió por qué Itachi sé había adelantado a la casa, pues desde que había regresado a la aldea con Menma y los demás, él había empezado a cocinar en la casa para todos.
Y sinceramente no entendía por qué, sí regularmente quien cocinaba era su madre. Sin embargo, últimamente quien lo hacía era Itachi e Izumi y Charasuke sabía que su hermano mayor solo cocinaba cuando era un día especial.
Un detalle que lo extrañó al darse cuenta, mostrándose algo perspicaz por el asunto. Pues, al fin y al cabo, ¿Qué cosa especial tendrían que celebrar hoy para que Itachi estuviera cocinando desde que regresó a la aldea y se reunió con Izumi?
Charasuke se acercó a la cocina, sus pasos lentos y pesados. La calidez del hogar y el aroma de la comida recién hecha no lograban aliviar el peso en su pecho.
–Oye, Itachi, ¿por qué tanto alboroto hoy?
Preguntó neutral Charasuke, intentando sonar despreocupado. Itachi levantó la vista y esbozó una ligera sonrisa, que a Charasuke no engañó ni en lo más mínimo al conocer a su hermano bien.
–Solo quería hacer algo especial para todos. Con todo lo que está pasando, creo que necesitamos un momento de paz y unión.
respondió tranquilo Itachi, mientras seguía cortando vegetales. Izumi asintió, añadiendo con suavidad:
–Además, tenemos una noticia que compartir. Pensamos que sería bueno hacerlo en una cena tranquila.
Charasuke levantó una ceja, intrigado. No pudo evitar preguntarse, ¿Qué clase de noticia podría ser tan importante?
Sin embargo, antes de que pudiera indagar más, la puerta de la casa se abrió y Sasuke entró, seguido por Karin. Los ojos de Charasuke se encontraron brevemente con los de Karin, y un dolor agudo atravesó su corazón al recordar a su propia Karin que ahora sé encontraba en la residencia Uzumaki con su novio Suigetsu.
Dolido por el recuerdo y con la punzada de congoja regresando a su pecho, se sentó en la mesa, observando a Itachi e Izumi trabajar en perfecta sincronía. La forma en que se miraban y se sonreían le recordó lo que había perdido, y el vacío en su pecho se hizo más profundo.
Al llegar poco después Sasuke y Karin, los oyó charlar animadamente. Sasuke, aunque menos expresivo, se veía relajado y cómodo a su lado. Charasuke intentó no mirar, pero sus ojos seguían volviendo a ellos, como si buscaran un castigo.
Charasuke observó a Sasuke y Karin con nostalgia, mientras se acomodaban en la mesa. Sasuke se inclinó hacia Karin, susurrándole algo al oído que la hizo sonreír.
La escena le recordó a Charasuke lo que él había deseado tener y lo que ahora le era negado, haciéndolo apartar la mirada y ver como su madre y su padre entraban para sentarse junto a él. Finalmente, todos se sentaron a la mesa, la conversación fluyendo de manera natural entre ellos.
Itachi e Izumi intercambiaban miradas significativas, como si compartieran un secreto que estaban a punto de revelar. Charasuke apenas podía concentrarse en la comida, su mente todavía atrapada en los recuerdos y la melancolía. Después de un rato, Itachi se aclaró la garganta, llamando la atención de todos.
–Izumi y yo tenemos una noticia que compartir con ustedes —dijo, tomando la mano de Izumi—. Hemos decidido casarnos.
La noticia de la próxima boda de Itachi y Izumi resonó en la mesa, dejando a Charasuke momentáneamente aturdido. Sus pensamientos turbulentos se calmaron por un instante, mientras absorbía la sorpresa de aquello inesperada noticia.
Observó las sonrisas radiantes en los rostros de sus padres, también la alegría que su contraparte y la Karin de él demostraban y la expresión de alegría genuina en Itachi y su novia Izumi, pero dentro de él, un sentimiento agridulce se apoderaba. Mientras todos felicitaban a la pareja, Charasuke luchaba por encontrar una respuesta adecuada.
Sentía una mezcla de felicidad por su hermano y cierta tristeza por sí mismo, enfrentándose a la realidad de su propia soledad. La presencia constante de Karin en su mente no hacía más que intensificar sus emociones encontradas, entre la felicidad de su hermano y la misma tristeza que Karin dejaba al recordarla.
–Felicidades, Itachi, Izumi. Es una gran noticia.
Murmuró finalmente, forzando una sonrisa que no alcanzaba sus ojos. El ambiente festivo de la cena contrastaba con su propio pesar interior, que a pesar de todo intentaba ocultar por su familia y su contraparte de la otra dimensión.
Mientras escuchaba los planes para la boda y los detalles compartidos entre Itachi e Izumi, Charasuke se sentía cada vez más distante. Aunque intentaba participar en la conversación, su mente regresaba una y otra vez a Karin y a la sensación de pérdida que lo consumía.
No obstante, las sorpresas no finalizaban para el colmo del melancólico Charasuke. Pues en un momento entre planes de la futura boda de Itachi, la Karin de la dimensión de Sasuke sé levantó y habló ligeramente apenada, llamando la atención de todos y sobre todo la de su novio Sasuke.
–Después de esta noticia tan buena, yo también quiero dar un anuncio a todos. Pido disculpa a Sasuke por no decirle antes, pero no estaba segura de lo que tenía y no quería que él se preocupara.
La Karin de la otra dimensión miró a Sasuke con una expresión seria pero dulce, lo que llamó la atención de todos en la mesa, incluido Charasuke, quien observaba con curiosidad.
–Sasuke, yo… Estoy embarazada. Juro que no lo sabía hasta apenas, pero ya había estado sintiendo mareos y nauseas, así que fui a ver a lady Tsunade y hoy me ha rebelado que estamos esperando a un niño.
El anuncio de la Karin de la otra dimensión cayó como una bomba en la mesa, llenando el aire con una mezcla de sorpresa, alegría y, para Charasuke, una punzada de dolor más profunda. Sasuke, el Sasuke de la otra dimensión, se quedó paralizado por un momento, sus ojos oscuros brillando con una mezcla de incredulidad y emoción.
–¿De verdad?
Preguntó perplejo Sasuke, apenas capaz de contener la emoción en su voz. Karin asintió, sus ojos brillando con lágrimas de felicidad.
–Sí, Sasuke, vamos a ser padres.
La reacción de la mesa fue inmediata y efusiva, toda la familia estalló en aplausos y vítores por las dos parejas. Los padres de Charasuke, que también eran los padres de Sasuke, pero en esa dimensión mesclada con la original, felicitaron a la pareja, llenos de alegría y orgullo.
Itachi e Izumi también se unieron a las felicitaciones, y pronto todos estaban hablando a la vez, compartiendo risas y abrazos. Charasuke, por otro lado, se sintió más alejado que nunca.
Aunque su boca formaba palabras de felicitación, su corazón estaba destrozado. Cada sonrisa, cada risa, cada muestra de felicidad era un recordatorio cruel de lo que había perdido y lo que nunca tendría, una mescla de felicidad y dolor que quemaba su alma un poco más.
Después de un rato, Charasuke se excusó discretamente de la mesa. Salió del comedor y sé fue a su habitación, pensando sí aquella vez que hizo el amor con su Karin en esa salida de celebración al dejar de ser Karin de la otra dimensión y él niños su Karin quedó embarazada también.
Charasuke cerró la puerta de su habitación con un suave clic y se dejó caer pesadamente sobre su cama, mirando al techo como lo hacía desde que Karin eligió a otro hombre por encima de él. Sus pensamientos giraban caóticamente, luchando por encontrar algún sentido en el tumulto de emociones que lo asfixiaban.
Se preguntaba si su Karin podría estar embarazada también, si algún vestigio de su amor fugaz podría haber quedado en su última noche juntos. La alegría en la cena había sido genuina, pero para Charasuke, cada risa y cada felicitación había sido como una puñalada.
La imagen de Karin, tan feliz con Suigetsu, y la noticia del embarazo de la otra Karin, lo dejaban sintiéndose vacío y desesperado. Charasuke se levantó y comenzó a caminar de un lado a otro en su habitación, tratando de calmar su mente.
La posibilidad de que su Karin estuviera embarazada de él, lo llenaba de una mezcla de esperanza y temor. Sabía que, incluso si fuera cierto, no cambiaría nada entre ellos.
Ella estaba con Suigetsu, y él era solo una sombra de lo que había sido. Pero, aun así, la idea se aferraba a él con fuerza y lo dejaba sin sueño en esa helada noche de noticias alegres.
Lo que Charasuke no sabía, es que su Karin sí lo extrañaba. Solo que fingía para no tener que decirle la verdad a Suigetsu, pues sabía que eso lo lastimaría bastante y sabiendo lo explosivo que era era mejor no soltar la verdad.
No obstante, al mismo tiempo de que la Karin de Sasuke sé había sentido mal. La Karin formal, o sea la Karin de Charasuke, también estaba igual que ella.
Karin se encontraba en el baño, sintiendo una creciente sensación de malestar. Había intentado ignorar los síntomas, pero finalmente, los mareos y las náuseas se habían vuelto imposibles de ignorar. Se arrodilló junto al lavadero, vomitando con una mezcla de disgusto y preocupación.
–No puede pasarme esto, no ahora.
Sollozó afligida Karin, angustiada al ver la cena que había comido hoy regurgitada en el lavadero. Suigetsu, quien había notado su ausencia en la mesa de los Uzumaki, la encontró en el baño desechando la cena que había ingerido.
Preocupado entró al baño rápidamente, al verla decidió acercarse con preocupación. Se arrodilló a su lado ansiosamente, le pasó una mano reconfortante por su espalda y le apartó el cabello rojo de su espalda y hombros.
–Karin, ¿estás bien?
Preguntó con suavidad, aunque su voz estaba cargada de ansiedad. Karin asintió débilmente, tratando de calmarse.
Pero en su interior, una tormenta de emociones se desataba. ¿Podría estar embarazada? La idea la llenaba de un miedo y una esperanza que no sabía cómo manejar.
–Creo que necesito ver a Lady Tsunade.
Dijo finalmente, su voz temblando. Suigetsu asintió, ayudándola a levantarse.
–Estás loquita, ahora es tarde y no podemos ir a verla. Pero mira, te llevaré mañana por la mañana. Vamos a asegurarnos de que todo esté bien, ¿Te parece, Karin?
Karin asintió, tratando de calmar sus pensamientos. La preocupación de Suigetsu era palpable, y aunque se sentía culpable por ocultarle la verdad, sabía que no podía enfrentar esto sola.
La posibilidad de estar embarazada de Charasuke era una realidad que no podía ignorar, más que nada porque desde que empezó la misión de las dimensiones, Sinju Sanada y Madara Uchiha, ella no había tenido ningún tipo de intimidad con Suigetsu, pero si con Charasuke en aquella loca noche de celebración.
Esa noche, Karin apenas pudo dormir. Su mente estaba llena de preguntas sin respuestas y temores que la mantenían despierta, haciéndola girar en la cama y yendo a vomitar en el baño.
Sabía que, al día siguiente, todo podría cambiar. Al amanecer, Suigetsu la llevó a la clínica de Lady Tsunade.
El camino estuvo lleno de silencio y preocupación, con Suigetsu lanzando miradas furtivas hacia Karin, quien apenas podía contener la ansiedad. Al llegar, fueron recibidos por Shizune, la asistente de Tsunade, quien los condujo a una sala de espera.
La tensión en el aire era palpable, mientras esperaban llenos de ansiedad por lo que pasaría. Finalmente, Lady Tsunade entró en la habitación, su expresión grave pero amable.
–Karin, Suigetsu, ¿qué les trae por aquí tan temprano?
Karin tragó saliva, sintiendo que su corazón latía con fuerza en su pecho.
–He estado sintiendo mareos y náuseas, Lady Tsunade. Me preocupa que… bueno, que yo pueda estar embarazada.
Tsunade asintió, sus ojos suaves, pero inquisitivos.
–Entiendo. Vamos a hacer algunas pruebas para asegurarnos. Shizune, por favor, prepara el equipo necesario.
Shizune asintió y salió de la habitación, regresando poco después con el equipo para realizar las pruebas. Karin se recostó en la camilla, su mente llena de preguntas y temores.
El tiempo pasó lentamente, mientras esperaban los resultados. Suigetsu sostenía la mano de Karin, intentando ofrecerle consuelo, aunque su propia preocupación era evidente.
Finalmente, Tsunade regresó con los resultados en la mano. Sus ojos se encontraron con los de Karin, y la joven kunoichi pudo ver una mezcla de sorpresa y certeza en la mirada de la médica.
–Karin, los resultados son positivos. Estás embarazada.
El mundo de Karin pareció detenerse en ese momento. Las palabras de Tsunade resonaban en su mente, trayendo consigo una avalancha de emociones. Miró a Suigetsu, viendo la mezcla de sorpresa y alegría en sus ojos, y sintió una punzada de culpa.
–Suigetsu, yo...
Antes de que pudiera continuar, Suigetsu la interrumpió, abrazándola con fuerza.
–No te preocupes, Karin. Vamos a enfrentar esto juntos. Todo estará bien.
Pero Karin sabía que las cosas no eran tan simples, a pesar de que Suigetsu sé lo dijera tan amablemente. La verdad de la situación pesaba sobre ella, y mientras Suigetsu la abrazaba, sus pensamientos volvían una y otra vez a Charasuke.
Karin cerró los ojos, tratando de encontrar consuelo en el abrazo de Suigetsu. Sabía que estaba ocultándole la verdad, y la culpa la consumía.
Mientras Suigetsu hablaba sobre planes para el futuro, su mente no podía dejar de pensar en Charasuke y en cómo su vida estaba a punto de cambiar. Al salir de la clínica, Suigetsu intentó animar a Karin con una charla ligera y algunas bromas, pero ella apenas pudo sonreír.
La preocupación por lo que vendría a continuación la mantenía en silencio, pensando en hablar y temiendo hacerlo a la misma vez. Esa noche, mientras Suigetsu dormía profundamente a su lado, Karin se levantó y caminó hacia la ventana, mirando la luna llena que iluminaba el cielo.
Sabía que tenía que hablar con Charasuke, pero no sabía cómo enfrentarse a la verdad. Decidida a no esperar más, salió silenciosamente de la habitación y se dirigió hacia la residencia de Charasuke.
.
.
.
/19 de junio de 2024/
