Atrapadas bajo la lluvia
Tienda de campaña de Rin
Es una noche lluviosa en el bosque donde nos encontramos Nadeshiko y yo acampando.
Tras haber pasado toda una tarde soleada platicando y divirtiéndonos en el campamento que Nadeshiko había elegido para nosotras este fin de semana, de repente justo cuando estábamos a punto de preparar la cena, el cielo se había nublado y a los pocos minutos, una poderosa tormenta nos obligó a recoger lo que podamos y refugiarnos de la lluvia dentro de mi tienda de campaña.
Afortunadamente, la poderosa tormenta solo había durado unos minutos, por lo que no fue necesario llamar a nuestras familias (en nuestro caso, a la hermana de Nadeshiko, Sakura) para que vinieran por nosotras.
Pero ahora, la poderosa lluvia había sido reemplazada por una fuerte llovizna que al parecer, nos iba a obligar a pasar el resto de la noche aquí dentro si queremos evitar un resfriado.
– ¡Lo lamento muchísimo, Rin-chan!
Con sus ojos llorosos y moco saliéndole de la nariz, Nadeshiko llora a mares disculpándose conmigo una y otra vez desde que entramos a mi tienda.
– ¡Te prometo que sí chequé el clima 2 veces antes de salir y en todos lados decía que no llovería hasta la siguiente semana! ¡Wuaaah!
– Ya, ya, tranquila Nadeshiko, que en ningún momento te he culpado por esto. El clima por esta zona es muy imprevisible, sobre todo por esta época del año, por lo que aunque hayas revisado, no había manera realmente de saber si llovería o no. Fue un riesgo que decidimos tomar las 2, así que no te preocupes.
– Rin-chan…
Voltea a verme desde abajo, aún arrodillada y disculpándose con los ojos llorosos.
– Pero ahora como empezó a llover, no pude prepararte la cena tan especial que había planeado para esta noche. ¡Y eso que pasé tanto tiempo viendo tutoriales en YuruTube para prepararla! Tenía tantas ganas de que la probaras, Rin-chan.
– Descuida, ya habrá otra oportunidad en otro campamento para prepararla. Esperaré ansiosa hasta ese momento, Nadeshiko.
– Rin-chan.
Al parecer esas palabras por fin consiguen consolar a Nadeshiko, ya que al momento se calma y declara con una sonrisa.
– ¡De acuerdo! La próxima vez que salgamos de campamento, prepararé la mejor cena que hayas probado en tu vida, Rin-chan.
– Nada más no vayas a exagerar, por favor.
Ya más relajada, se acomoda como puede dentro de la tienda y platicamos.
– En todo caso, me alegra mucho que me hayas permitido quedarme a dormir en tu tienda esta noche, Rin-chan. Fuiste muy inteligente al haber comprado una tienda que fuera impermeable para protegerte de la lluvia, además de haber traído contigo una lona impermeable para evitar que se filtre el agua por debajo de la tienda y tener el piso de la misma muy calientito y sin lluvia. De no ser por esta tienda, ahora mismo estaría congelada y muriéndome de frío en mi propia tienda.
Dice Nadeshiko imaginándose a ella misma como un gran cubo de hielo dentro de su propia tienda.
– Seguro que me venderían como una gran paleta helada para combatir el calor del verano.
– ¿De qué rayos hablas?
Al final sonrío por su comentario y le respondo.
– No creo que fuera para tanto, además no puedo tomar todo el crédito de traer estas cosas impermeables, ya que fue mi abuelo quien me las heredó, así que en realidad, fue más suerte que inteligencia que tuviera estas cosas.
– De igual forma, es gracias a que las tenemos que ahora no somos un par de paletas heladas para combatir el calor de verano, así que muchas gracias por permitirme quedarme contigo, Rin-chan.
– N-No hay de que, Nadeshiko, aunque no sé porque me agradeces. De todas maneras aunque no hubiera pasado nada, te hubieras pasado a mitad de la noche a dormir aquí conmigo – como siempre lo hace.
– Ehehe, pero de todas maneras, aún cuando no me paso a dormir contigo, eres tú quien se suele mover a mi tienda a dormir conmigo. ¿O ya olvidaste la vez en el lago Otomone, Rin-chan?
– ¡¿Eh?! Ya… ya te dije que esa vez sólo fue porque me confundí a mitad de la noche y no vi que era tu tienda a la que entraba.
No podía decirle que en realidad, esa noche me metí a dormir con ella ya que cuando regresaba del baño a mitad de la noche, me tope con el fantasma de un espíritu toro malvado.
"No dejaría de molestarme si se lo dijera".
– ¿Ah sí? Entonces, si tanto te gusta dormir sola ¿Por qué siempre te acomodas a un lado de la tienda, dejándome el espacio para que duerma contigo?
– Bueno… es que…
– ¿O acaso de verdad, no te gusta que duerma contigo?
– Yo… yo nunca he dicho eso.
– Ehehe.
Nadeshiko sonríe ante mi repentina sonrojes.
Ya dejado el tema de lado, Nadeshiko se acomoda algo frustrada y comenta.
– En todo caso, me frustra mucho que no hayas podido probar el estofado caliente que iba a preparar para ti, Rin-chan.
– Descuida, de todas formas, no tengo mucha hambre.
Pero cuando digo eso, mi estómago me delata con un fuerte rugido que suena por toda la campaña.
"¡Malditas tripas mías que me traicionan!" Y yo que no quería hacer sentir más mal a Nadeshiko por no poder preparar su cena.
Pero contrario a lo que esperaba, al escuchar mi rugido Nadeshiko esboza una sonrisa como una abuela orgullosa y comenta como si le dijera a su querida nieta.
– Descuida, Rin-chan. No tienes porque preocuparte, que para una situación como esta, Mamashiko ha venido preparada.
– ¿Mamashiko?
"¿Acaso ahora es mi mamá?"
Dicho eso, Nadeshiko abre la mochila que había traído con ella y revela ha traído varios ingredientes para preparar la cena a base de alimentos fríos.
– Para empezar, he traído unas galletas saladas y algo de atún en lata. Preparamos las galletas con algo de mayonesa, aguacate y queso, un poco de atún en lata, les ponemos otra galleta encima y… ¡Taran! Tenemos unas deliciosas galletas sándwich de atún ensalada.
– ¡WOW!
En pocos minutos tiene todo un plato lleno de varias galletas sándwich preparadas.
Tras tomar la que Nadeshiko me ofrece en sus manos y probarla, me pregunta.
– ¿Qué te parecen, Rin-chan?
– ¡Sugoi! Están deliciosas, Nadeshiko.
– Me alegra que te gusten, aunque no creas que eso es todo lo que traje, ya que para acompañar también traigo… ¡Esto!
Emocionada, saca de su mochila 2 copas de ramen preparado y listo para comer.
Iguales a la que le di a Nadeshiko el día que nos conocimos.
– ¿Qué te parece?
– Muy bien, pero ¿Si sabes que para comerlas, necesitamos echarles agua caliente, verdad?
– Por supuesto que sí, mi querida nietecita, pero no te preocupes que tu querida abuela también tiene una solución para eso.
"¿Volvió a ser mi abuela?"
Dicho eso, Nadeshiko toma una cacerola pequeña con algo de agua con un trapo para no quemarse.
– De hecho, antes de que empezará a llover, comencé a calentar agua para preparar el estofado caliente que tenía planeado. Pero al final, cuando comenzó a llover, por un segundo pensé que podría seguir cocinándolo dentro de la tienda de campaña, así que metí conmigo el agua para seguir jajaja.
– ¿De verdad pensaste que podrías cocinar aquí dentro? Cielos, contigo.
Digo sonriendo al pensar en que esa es la clase de ideas que sólo podrían ocurrírsele Nadeshiko, y mirando la copa de ramen que ahora tengo en mis manos le digo.
– Me parece impresionante que hayas traído de estas ¿Por qué las trajiste si ibas a preparar el estofado?
– Una persona muy especial en mi vida me enseñó a siempre traer comida para una más el día que nos conocimos, por si acaso.
– Nadeshiko…
No puedo evitar sonrojarme un poco cuando dice eso, recordando claramente el día que nos conocimos en aquel campamento junto al lago.
Dicho eso, Nadeshiko toma mi copa de ramen de las manos y le echa la mitad del agua caliente que tiene con ella.
Al no ser demasiada, solo la llena hasta poco más de la mitad y el resto la echa en su propia copa.
Ya con nuestra cena improvisada preparada, tomamos nuestros palillos y agradecemos la comida.
– ¡Itadakimasu!
Al instante que Nadeshiko prueba sus fideos, muestra aquella cara de excitación y emoción a la que tanto estoy acostumbrada, disfrutando de su comida como si fuera la mejor comida que ha probado en toda su vida.
"Verla comer de esa manera, hace que también disfrute mucho más de mi propia comida, aunque sólo sean unos simples fideos".
Y es que aunque sólo sea una copa de fideos instantáneos, con ella saben como si fueran los mejores fideos que he probado en mi vida.
Una hora más tarde
Más tarde esa noche cuando hemos terminad de cenar, descansamos con el estomago satisfecho y agradecemos la comida.
– Muchas gracias por la cena improvisada, Nadeshiko, nos salvaste la vida.
– Tú lo hiciste primero al permitirnos quedar en esta tienda impermeable para la lluvia, Rin-chan.
Y hablando de la lluvia, aunque hemos pasado un rato bastante agradable juntas aquí dentro, no podemos evitar sentirnos un poco decepcionadas al ver el ambiente tan lluvioso allá afuera.
– No ha bajado nada la lluvia desde que empezó ¿Verdad?
– No, y tampoco parece que vaya a bajar pronto – le contesto después de haber consultado mi celular y ver el pronostico del clima predice que no parará de llover hasta mañana por la mañana.
– ¡¿Eh?! ¿Eso quiere decir que tendremos que quedarnos aquí encerradas hasta mañana? Eso es terrible ¿Qué pasará si tenemos que ir al baño?
– Uh…
De inmediato Nadeshiko se arrepiente de haber hecho esa pregunta. Para espabilarla, comenta.
– ¡Si Rin-chan tiene que ir al baño, prometo que me voltearé y no comentaré con nadie jamás lo sucedido!
– ¡No creo que lleguemos a eso! – respondo exaltada – La recepción no esta muy lejos. Si de verdad tenemos que ir, sólo usaremos nuestros suéteres para correr hasta allá y regresar evitando mojarnos lo más posible.
– Que alivio – suspira Nadeshiko más relajada.
Volvemos a ver la lluvia cayendo a cantaros allá afuera y Nadeshiko me pregunta.
– Rin-chan, si quieres, puedo llamar a Sakura para venga y nos recoja. Si la llamo, seguro que vendrá ¿Quieres que la llame?
– Descuida, ya te dije que no tengo problema con estar aquí. Además, aunque viniera ahora por nosotras, aún tendríamos que recoger todas las cosas del campamento a oscuras y terminaríamos tan empapadas que seguro pescaríamos un resfriado. Además de que no es muy seguro manejar en una noche lluviosa. Mejor esperemos aquí hasta mañana.
– Rin-chan.
Al parecer, a pesar de todo lo que hemos dicho, Nadeshiko aún se siente un poco culpable por habernos metido en esta situación a ambas, sin tener nada que hacer encerradas en esa tienda de acampa hasta el día de mañana.
A penas son las 8:30 de la noche, por lo que ninguna de los dos tiene sueño todavía.
Decido animarla y le digo.
– Ya sé. Ambas tenemos señal en el celular ¿no es así? ¿Qué te parece si hacemos una video llamada corta con nuestras amigas para saludarlas? Después de eso, podemos ver alguna serie en el celular hasta que nos de sueño y mañana que haya luz y haya dejado de llover, empacamos todo. ¿Te parece un buen plan?
– ¡Sí, Rin-chan! ¡Suena a un gran plan!
– Me alegro, aunque antes de eso, de todas maneras deberías llamarle a tu hermana para hacerle saber que todo esta bien, también yo llamaré a mis padres para decirles lo mismo.
– ¡Esta bien, Rin-chan!
Dicho eso, ambas llamamos a nuestras familias para hacerles saber que todo esta bien con nosotras.
– ¿Están seguras? Si salgo ahora, puedo llegar por ustedes en poco más de una hora.
– No, descuida hermana. La lluvia ya no esta tan fuerte y además, estamos en la tienda fortaleza contra lluvia de Rin-chan, por lo que todo esta bien.
"¿Tienda fortaleza contra lluvia?"
– Más bien en todo caso si pudieras, te agradeceríamos si pudieras pasar por nosotras mañana a eso de las 11am, para ayudarnos con todas las cosas del campamento que se mojaron ¿Podrías?
– Muy bien, estaré con ustedes mañana a las 10:30 de la mañana.
– ¡Muchas gracias, Onee-chan!
– No hay de que, saluda a Rin de mi parte.
– ¡De acuerdo! Onee-chan te manda saludos, Rin-chan.
– Gracias, igualmente.
– Y Nadeshiko, asegúrate de no malgastar la pila de tu celular por si el clima empeora y necesitan que vaya por ustedes.
– ¡De acuerdo, Onee-chan, muchas gracias! Buenas noches.
– Hasta mañana.
Dicho eso cuelga la llamada.
– Que alivio saber que en caso de que las cosas se pongan mal, contamos con Sakura para que venga por nosotras.
– ¿Verdad que sí? Cuando sea grande, voy a sacar mi licencia para moverme y llevarte a todos lados como mi hermana.
Por alguna razón, me da miedo imaginarme a Nadeshiko en un auto.
Ya que hemos llamado a nuestra familia, nos acomodamos acostándonos entre las cobijas de la tienda y preparamos para hacer la videollamada a nuestras amigas.
Afortunadamente, todavía contamos con mucha batería en nuestro celular y la recepción del hotel esta bastante cerca, por lo que conseguimos señal sin problemas y a los pocos segundos, nuestras amigas se conectan a la video llamada.
– ¡WOW! ¡Nadeshiko-chan! – comenta alegre Aki.
– Buenas noches, Nade-chan – comenta relajada Aoi.
– Buenas noches, Nadeshiko-chan – comenta somnolienta Ena ya con su pijama puesta.
– ¡Buenas noches, amigas! – comenta bastante alegre Nadeshiko – miren, estoy acampando con Rin-chan esta vez.
– Bu-Buenas noches.
– ¡Shimarin! – sorprendida Aki.
– Vaya, así que volvieron a salir a acampar ustedes a solas ¿Eh?
– ¡Lo siento mucho por no haberlas invitado! – de inmediato se disculpa Nadeshiko.
– Descuida, descuida, después de todo sabemos lo mucho que les encanta tener sus campamentos a solas.
– Después de todo las "amigas tan cercanas" requieren su tiempo a solas – comenta burlona Aoi.
– Así es, no tienen que preocuparse por sus escapaditas, jujuju – burlona también Ena.
– Ehehe.
A diferencia de Nadeshiko quien lo toma a juego y se ríe, yo entiendo la indirecta de ellas y de inmediato me sonrojo.
– ¿Y que andan haciendo?
– ¡No me lo van a creer! Se soltó una poderosa lluvia y ahora Rin-chan y yo estamos atrapadas en su tienda de campaña hasta mañana.
– Ara ¿En serio?
– ¿Y están bien?
– Sí – ahora soy yo la contesto – afortunadamente la lluvia ya bajó desde hace rato y esta tienda de campaña es impermeable, así que no tendremos problema con pasar la noche aquí hasta mañana.
– Vaya, que alivio – suspira aliviada Aoi.
– Eso quiere decir que entonces ¿Están obligadas a pasar la noche juntas en el mismo lugar hasta mañana, eh?
"Diablos, mala elección de palabras" Nuevamente, Nadeshiko no entiende las burlas de nuestras amigas y contesta alegre.
– Así es, pasaremos toda la noche aquí dentro y dormiremos juntas hasta mañana.
– ¡Kyaaaa! ¡Demasiado moe! – exclama de manera exagerada y burlona Aki fingiendo que se desmaya.
– Que envidia la de ustedes dos, yo también quisiera estar encerrada en una tienda con alguien especial toda la noche – comenta burlona Aoi.
– Sin duda es un ambiente que pueda dar lugar a muchas cosas ¿no crees, Chikuwa?
– ¡Wof, Wof! – contesta el perrito de Ena.
– ¿Y que planean hacer al colgar?
– Veremos alguna película o serie en Yuruflix hasta que nos de sueño y entonces nos acostaremos a dormir – contesta alegre Nadeshiko.
– Vaya la clásica de "Te invito a mi tienda a ver Yuruflix" ¿Eh, Shimarin? Tal como esperaría de la poderosa Shimarinsama – dice Aki imitando una poderosa pose de anime.
– ¿De que hablas?
Le contesto fingiendo que no entendí lo que quiso decir.
Continuamos platicando de esta manera por un par de minutos más, hasta que notamos que la batería del celular de Nadeshiko esta comenzando a bajar, así que nos despedimos.
– Buenos, pues nos dio mucho gusto saludarlas, chicas. Muchas gracias por contestar.
– Muchas gracias a ustedes por llamar, amigas.
– Continúen disfrutando de su campamento especial a solas.
– No se desvelen mucho y recuerden mantenerse calientes juntas ¿Okay?
– ¡Por supuesto, muchas gracias! ¡Nos vemos!
– ¡Bye Bye!
Terminamos la llamada.
– Vaya, eso fue muy divertido ¿No te parece, Rin-chan?
Al voltear a verme, me encuentra ocultando el rostro contra la almohada para que no vea lo sonrojada que estoy.
"Esas malditas… se aprovecharon de que no podía mostrarme sonrojada al estar Nadeshiko aquí". Ya me las pagarán cuando regrese.
– Rin-chan.
Nadeshiko me mueve por el hombro para que voltee a verla y me enseña su celular.
– ¿Vemos una película?
– Seguro, Nadeshiko.
Dicho eso nos acomodamos acostándonos boca abajo una al lado de la otra y comenzamos a ver la película en mi celular para evitar que la batería de Nadeshiko se gaste en caso de que tengamos que llamar a Sakura.
Durante un buen rato, la pasamos muy alegres Nadeshiko y yo. Había escogido una película de comedia, ya que la última vez que Nadeshiko vio una película de terror durante el campamento a Izu, no pudo dormir durante la mitad de la noche (aunque a decir verdad, yo tampoco habría querido ver una película de terror en este ambiente).
Disfrutamos la película y las situaciones cómicas que se dan, pero sobretodo disfrutamos la cálida compañía y alegría de la otra.
Nadeshiko tienen un sentido del humor muy simple, así que se ríe fácilmente con cualquiera cosa que hacen los protagonistas en pantalla.
Aunque además mirar la película, de vez en cuando me concentro en voltear y mirarla a ella, riendo tan alegre y mostrando aquella sonrisa que tanto me encanta ver. Realmente me siento muy afortunada de haberla conocido aquel día.
Vamos mas o menos a la mitad de la película cuando de pronto la película empieza a bajar su calidad hasta que llega un punto en que esta ya no carga más.
– ¿Uh? ¿Qué es lo que habrá pasado?
Consultamos la velocidad de la señal de internet y vemos que ha decrementado hasta casi 0.
– El modem del lugar debe tener un temporizador para bajar la señal a cierta hora de la noche. Dudo mucho que podamos seguir viendo la película esta noche, Nadeshiko.
– Uh, que mal. En verdad quería saber como terminaba.
– Descuida, podemos seguir viéndola mañana por la mañana.
– ¡De acuerdo!
Después de guardar nuestros celular nos ponemos a platicar un rato más en los que nos da sueño.
Casi toda la platica la hace Nadeshiko quien me hace mil y un preguntas y yo se las contesto todas.
Mientras platicamos y reímos juntas, realmente siento que nos volvemos mucho más cercanas a la otra y realmente… no quiero que este momento termine.
Conforme platicamos, se va haciendo más de noche allá afuera, hasta que llega un punto en que nos empieza a dar sueño a ambas.
– Ya son las 10:30pm, me parece que ya es un buen momento para dormir.
– Me parece bien.
– Dicho eso, preparamos nuestras cosas para irnos a dormir.
Al haber dejado su saco de dormir en su tienda, ayudo a Nadeshiko a armar un saco improvisado con las sábanas que trajimos para que pueda no pase frío durante la noche.
– Listo, con esto debería bastar para que puedas dormir sin problemas.
– Muchas gracias, Rin-chan. De nuevo, lamento haber dejado mi saco de dormir en mi tienda.
– Descuida, con la lluvia que llegó tan de sorpresa, no había mucho que pudieras hacer ¿Trajiste calentadores?
– Por supuesto, aquí los tengo conmigo.
Nadeshiko saca de su mochila con mucho orgullo sus calentadores, aunque cuando los veo, noto un gigantesco problema con ellos.
– Pero Nadeshiko, esos son calentadores de los normales. Con este clima para poder dormir sin un saco, necesitarás de los ultra calientes para no pasar frío.
– ¡¿Eh?! ¿En serio? Uh. Por casualidad ¿no trajiste contigo?
– No, lo lamento, no preví que algo como esto pudiera pasar.
Dicho esto, Nadeshiko se levanta y dice.
– Descuida Rin-chan, no hay problema, lo único que tengo que hacer es salir rápidamente a mi tienda y traer mi saco de vuelta y todo estará bien. No me tardo.
– ¡Espera!
Antes de que pueda abrir siquiera la tienda, la detenga tomándola del brazo.
– La lluvia no ha bajado todavía, si sales ahora te mojarás y seguro que pescaras un resfriado (además de que mojaras toda la tienda).
– Uh, pero entonces ¿Qué hago?
Se pregunta Nadeshiko un tanto desilusionada hasta que se me ocurre una idea.
Salgo de mi saco y lo abro completo para formar una especie de manta con él la cual pongo por encima de las cobijas sobre las que vamos a dormir.
– Rin-chan ¿Qué haces?
– Expando lo más que puedo mi saco para que las dos quepamos en él. Dormiremos juntas, Nadeshiko.
– ¡EEEEHH! ¿En serio?
– Sí, bueno… es eso o dejar que te congeles y venderte como una paleta helada de Nadeshiko.
– ¡¿Lo harías?!
Río un poco ante la reacción de Nadeshiko a mi comentario, tratando de ocultar un poco la vergüenza de mi propuesta.
– Só-Sólo lo hago porque no quiero que pesques un resfriado. ¿Así que… que dices?
– Rin-chan… ¡Muchas gracias, Rin!
Nadeshiko se lanza contra mí y me abraza haciéndome perder el equilibrio y caemos sobre el montón de cobijas.
– Oye, espera Nadeshiko, vas a desacomodar las cobijas.
Ya que se ha calmado, terminamos de acomodar el saco y una vez con las dos dentro, lo cerramos parcialmente de tal manera que quedamos una pegada con la otra sin estar demasiado apretadas aunque aún así, demasiado juntas.
Una vez dentro del saco, ambas nos miramos a los ojos, sintiendo nuestros cuerpos tan pegados de tal manera que puedo sentir la silueta de Nadeshiko con mi cuerpo.
"Diablos ¿De verdad Nadeshiko siempre ha tenido esta figura?" Me pregunto al sentir sus caderas y sus pechos chocando contra los míos dentro del saco.
Por la posición en la que estamos, no puedo ver ninguna otra cosa que no sea Nadeshiko. No hay nada que no vea que no sean sus ojos, olfatear su fragancia, sentir su cuerpo tan pegado al mío.
Dentro del saco, nuestras piernas se cruzan de tal manera mi pierna derecha queda entrelazada entra sus dos piernas y la pierna izquierda de Nadeshiko queda entrelazada entre las mías, sintiendo como recuesta su muslo en mi entrepierna.
"Esto es malo, si esto continua así, siento que no podré controlarme", así que para sacar estos pensamientos de mi cabeza, le pregunto.
– ¿Có-Cómo te sientes, Nadeshiko? ¿No estás incómoda?
– Para nada, al contrario. Estoy bastante caliente.
Al escucharla decir eso, de inmediato mi rostro se torna más rojo que un tómate y al notar incluso Nadeshiko lo dijo, de inmediato se corrige avergonzada.
– ¡Kyaaaa! Qui-Quise decir que tu cuerpo me esta calentando ¡AAAAAHHHH! ¡ESPERA! ¡Lo que quise decir es que ya no tengo frío como lo tenía antes! No me malentiendas ¡Por favor!
– De-Descuida Nadeshiko, entiendo lo que quisiste decir, jaja.
"¡Maldita sea, Nadeshiko! ¡¿Por qué eres tan linda?"
Con su pecho tan cerca del mío, espero que no pueda sentir el latir de mi corazón palpitando a mil por segundo por ella.
"¿Qué es esto que siento? A pesar de la situación tan incómoda en la que estamos, siento un enorme deseo por acercarme más a ella, apretarla más contra mí, abrazarla y…"
"Ay no, esto es malo, mi mente se esta yendo a lugares a los que no debería ir. Compórtate, Rin. Recuerda que Nadeshiko es sólo tu amiga".
Pero… ¿De verdad puedo decir que ella es sólo una amiga? Después de todo, no puedo negar que Nadeshiko es alguien mucho más especial para mí.
Ella es siempre tan amable, tan dulce y tan divertida conmigo, me invita a los lugares más extraños y a acampar con nuestras amigas, aún cuando muchas veces preferiría que sólo acampáramos ella y yo a solas.
Pero no la cambiaría por nada. Ella ya es perfecta así como es y no puedo hacer más que pensar en lo mucho que me alegra estar aquí con ella.
En eso, Nadeshiko, quien aunque no me doy cuenta por lo oscuro de la tienda también al igual que yo esta sonrojada con su corazón palpitando al mil por ciento, me mira a los ojos.
– Rin-chan.
– ¿Uh? ¿Sí, Nadeshiko?
– Yo… muchas gracias por salvarme y siempre cuidar de mí.
– ¿De que hablas? ¿Yo cuando te he…?
– Lo has hecho desde siempre, me has salvado y cuidado desde el momento en que me conociste y me ofreciste aquel ramen. Ese ramen…
Nadeshiko se queda en silencio al no poder continuar, así que la tomo de las manos para consolarla.
– Descuida, no tienes nada que agradecerme. Más bien yo soy la que debería estar agradecida contigo. Desde que te conocí, has hecho mi vida mucho más divertida, alegre y me has permitido abrirme más, hacer más amigas y conocer muchos más lugares contigo a mi lado. Tú eres quien me ha salvado al invitarme a tantos lugares contigo, así que… gracias, Nadeshiko.
– Rin-chan.
Nadeshiko ríe un poco cuando me escucha.
– ¿Qué pasa?
– Nada, sólo estaba pensando que… quizás este se acaba de convertir en mi campamento favorito de todos.
Sorprendida por lo que acaba de decir, no puedo evitar conmoverme y le respondo con la misma sonrisa.
– También en el mío.
– Rin-chan.
Dejándonos llevar por nuestros sentimientos, nos abrazamos juntando aún más nuestros cuerpos e incluso, Nadeshiko acuesta su cabeza sobre mi pecho, teniendo el dulce aroma de su cabeza junto a mi nariz, entrelazamos aún más nuestras piernas y nos quedamos así abrazadas por el resto de la noche.
Ya cuando el sueño nos esta ganando, Nadeshiko susurra una última cosa antes de quedarse dormida.
– Volvamos a acampar así juntas, Rin.
– Siempre que quieras, Nadeshiko.
FIN
