Disclaimer: Los personajes de Twilight son propiedad de Stephenie Meyer. La autora de esta historia es LyricalKris, yo solo traduzco con su permiso.
Disclaimer: The following story is not mine, it belongs to LyricalKris. I'm only translating with her permission.
Capítulo 5
—Está bien. —Bella se subió sobre el mostrador, se sentó con las piernas cruzadas y miró a Edward—. Los aficionados pueden ser intensos, así que quiero que comiences con algo simple. No queremos asustarte.
Los labios de él se crisparon.
—No me asusto con facilidad.
—Dice el hombre que nunca ha ido a una convención. —Ella sacudió un dedo en su rostro juguetonamente—. Fan es abreviación de fanático. Yo soy una fan, e incluso tengo miedo de la intensidad a veces.
Él asintió, divertido.
—Como siempre, te creo ya que tienes mucha más experiencia.
Bella sonrió con suficiencia. A ella siempre le gustaba la manera en que este tipo hablaba.
—Como decía, necesitamos algo simple. Comencemos con la razón por la que Fox puede chupar mi enorme polla.
Edward arrugó la nariz.
—¿Fox?
—Fox, la cadena de televisión.
—Oh, ya veo.
La expresión en su rostro sugería que él seguía confundido, pero Bella supuso que tenía que estar equivocada. ¿Quién no sabía sobre la cadena Fox?
—Firefly fue una serie de Fox hace mucho años. Es lo que uno llamaría un clásico de culto. Fue un programa de televisión, ciencia ficción western. Vaqueros en el espacio.
De nuevo, Edward parecía perplejo.
—¿Caballos en trajes espaciales? —dijo él, solo medio bromeando.
—Eso hubiera sido genial, pero no. Aunque hay un episodio donde una pistola tiene puesto un traje espacial.
—Está... bien.
Bella rio ante su expresión incrédula.
—Solo tendrás que confiar en mí. Firefly es el mejor. Es muy fácil de engancharse y fácil de... ¿consumir, supongo? Solo duró catorce episodios antes que Fox cancelara la serie. —Ella negó con la cabeza, molesta a pesar que había sido una niña pequeña cuando fue transmitida originalmente—. Fue una acción estúpida de su parte. ¿Cómo diablos vas a cancelar un programa antes que encuentre su audiencia?
»—Como sea. Tienes catorce episodios y luego Serenity.
—¿Serenity? ¿Quieres decir que es tan buena que mueres después?
—No. Ja. Nunca lo pensé de esa forma. No, Serenity es la película que hicieron, y es el nombre de la nave. Su nave espacial. —Ella se estiró en busca del modelo que ella había traído al mostrador antes que comenzara con su clase y pasó sus dedos de manera reverente sobre el metal moldeado a presión—. Este es Serenity.
—Es... eh... interesante.
Bella soltó una risita.
—Solo espera. Cuando termines de ver la serie, amarás la nave tanto como Mal lo hace. Como sea. —Ella acercó una caja de historietas que había dejado a un lado y comenzó a revisarla—. Te deja queriendo más. Tantas historias no tuvieron la oportunidad de desarrollarse. —Sacudió la cabeza, sacando una pila de historietas—. Especialmente después del final de la película. Si eso no te rompe el corazón, nada lo hará.
—Entonces, después que termines con la serie y la película, pasas a estas. —Ella dejó las historietas sobre el mostrador—. Leaves on the Wind es la nueva colección y es mi favorita. Finalmente puedes ver a Mal e Inara juntos.
—Vaya. Oye. ¿Cómo es que dicen? ¿Alerta de espóiler?
—Oh, por favor. —Bella puso los ojos en blanco—. Si no sabes que Mal e Inara van a follar al minuto que los ves en la misma habitación, simplemente no estás prestando atención. Maldito Joss Whedon. ¿Por qué no pudo darnos un beso en pantalla? Solo uno. Bastardo.
»—Como sea. Primero es lo primero. Tienes que mirar el programa. ¿Tienes Netflix?
—Yo... Sí.
—Netflix será tu mejor amigo en este viaje —dijo con fingida seriedad—. Firefly es tu tarea. Entonces, apuesto que ganaré mucho en comisiones porque si no quieres todas las colecciones de cómics... —Ella dio unas palmadas a la pila que había sacado—. Bueno, amigo, no vale la pena conocerte.
Edward la miró a los ojos con esa sonrisa torcida suya.
—Estoy seguro que los disfrutaré si te encantan tanto.
—Bueno, sí tengo un gusto increíble.
Bella fue distraída de su conversación cuando la puerta se abrió. Ella levantó la mirada y estaba solo un poco sorprendida de ver a James entrar.
—Disculpa —le dijo a Edward, y se bajó del mostrador.
—Hola, Bella —dijo James, bajando la mochila que cargaba en una de las sillas así podía jalarla en un abrazo.
—Hola. —Le dio un abrazo rápido y dio un paso atrás—. ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Finalmente vienes al lado oscuro? Tengo galletas y un dado de doce caras.
James resopló.
—Sí, claro. En verdad me gusta echar un polvo.
—Yo echo un polvo cuando quiero.
—¿Con tus amigos geeks? No, gracias.
Bella le dio a su amigo un empujón juguetón.
—¿Qué quieres, eh?
—¿Tengo que querer algo?
—A menudo lo haces.
James entrecerró los ojos, pero entonces se encogió de hombros.
—Bueno, esta vez solo quiero llevar a almorzar a mi amiga. Eso es todo. Lo juro.
—Estoy trabajando.
—Tienes un descanso para almorzar.
Bella se cruzó de brazos.
—Eric estará aquí en una hora. Entonces puedo salir a almorzar.
—Está bien. Veré en qué problemas puedo meterme y regresaré por ti.
Justo cuando James llegaba a la puerta, Edward se aclaró la garganta.
—¿Disculpa?
Tanto Bella como James voltearon hacia Edward. Por alguna razón inexplicable, las manos de Bella se cerraron en puños a sus costados. Ella no estaba segura de que quería que James y Edward interactuaran. James simplemente enarcó una ceja.
Edward sonrió. Era una sonrisa extraña que hizo que la piel de la espalda de Bella se erizara. En ese momento, había algo poderoso en los ojos de Edward. Había algo más allí también.
Serenidad, Bella pensó, y no sabía realmente de dónde había venido.
Edward, con la mirada fija en James, señaló a una silla.
—Te olvidas tu mochila.
Para la sorpresa de Bella, la mandíbula de James estaba tensa. Vio una pizca de irritación pasar por él antes de que ocultara su reacción y sonriera.
—Oye. Gracias.
Edward asintió de una manera majestuosa.
—Por supuesto.
James se colgó su mochila, su mirada en Edward por otro momento antes de girar hacia Bella.
—Te veré en una hora.
Mientras salía de la tienda, los ojos de Edward lo seguían, y Bella podía ver que James estaba consciente de la mirada de otro hombre. Ella se tensó, capaz de sentir el conflicto. Ella recordaba sentir esto mismo también en la secundaria. James tenía esa expresión en su rostro, y tarde o temprano, iba a haber una pelea.
Cuando el coche de James se había ido del estacionamiento, Edward giró de nuevo hacia Bella. Su expresión seguía siendo tan serena como la había sido momentos atrás, pero esa extraña sensación de poder se había disipado.
—James es un buen amigo —dijo Bella. Esto parecía importante de alguna forma.
Edward inclinó la cabeza.
—¿Lo es?
La manera en que lo dijo no era condescendiente o incluso desafiante. Las palabras salieron como una simple pregunta, como si genuinamente estaba curioso.
—James es como un hermano para mí. —Bella bajó la mirada a sus manos. Ella no tenía idea de por qué diablos estaba hablando de esto con un casi completo extraño, pero las palabras salieron sin su permiso—. Ambos estuvimos en el sistema.
—¿El sistema?
—¿El sistema de acogida? —Ella se tensó, esperando la reacción de lástima que normalmente llegaba con esa declaración.
—Entiendo la conexión entonces —dijo, en cambio—. Tengo muchos hermanos y hermanas en ese caso.
La cabeza de Bella se levantó rápidamente.
—No puede ser. ¿Eres un colega vividor?
—¿Vividor?
—Ah. —Bella puso los ojos en blanco—. Lo siento. Mi última perra de acogida solía llamarnos así. Vividores desagradecidos.
Edward enarcó una ceja, la parecer poco impresionado.
—Supongo que, por definición, todos los niños son vividores, aunque parece algo particularmente estúpido para decir en este caso. Después de todo, a ella le pagaban para alimentarte, vestirte, y darte un lugar para vivir. Quizás ella no estaba de acuerdo con la legislación de las leyes sobre trabajo infantil en los años veinte.
—¿Cierto? Las visitas de nuestra trabajadora social puso fin a sus sueños de abrir una fábrica clandestina.
—Para responder tu pregunta, sí, crecí en el sistema en Chicago. De hecho, me estoy quedando con mi hermana. No hemos hablado en un par de años, pero ella me acogió sin dudarlo.
—Sí. Exactamente. Sabes cómo es. James tiene sus momentos, pero haría lo que fuera por mí.
—Eso no lo dudo. —Su expresión se volvió un poco más seria—. Sin embargo, ser familia no quiere decir que realmente le debes algo. O que él verdaderamente tenga buenas intenciones contigo.
Bella entrecerró los ojos.
—No conoces a James.
Los ojos de Edward se abrieron aún más.
—Oh, no. No estaba hablando de tu amigo. Estaba hablaba en general. —Algo ilegible pasó por sus ojos—. No lo conozco en absoluto, por supuesto. Simplemente sé que muchos de mis hermanos y hermanas se metieron en situaciones incómodas. Intentaron arrastrarme con ellos porque esperaban que ese lazo predominaría sobre todo lo demás.
El aire entre ellos se estaba volviendo extrañamente intenso, y Bella tuvo que bajar la mirada. Estaba a la defensiva, y no entendía por qué.
—Sí, bueno. James no es así.
—Como dije, hablaba en términos generales.
—Cierto.
~FAH~
Pasaron dos semanas. Edward intentó distanciar sus visitas así Bella creía que eran casuales. Rosalie le había advertido que la mayoría de las personas se espantaban con los acosadores.
Por lo que él podía decir, Bella no tenía sospechas de él. Ella, sin embargo, estaba sospechando de la razón por la que James pasaba el rato con más y más frecuencia. Edward se disculpó para ir al cuarto trasero, donde había una zona tranquila para leer. Escuchaba la conversación susurrada entre Bella y James mediante los pensamientos de James.
—Es raro que él esté aquí tanto —dijo James.
Bella rio.
—Esa es una conducta de nerd normal. ¿Ves a esos niños? —Bella apuntó a varios jugadores de mesa en un rincón—. Están aquí hasta cinco días a la semana.
—Sí, pero son niños. Ese tipo es mayor que nosotros. Estás demente si piensas que él está aquí por las cosas de nerd.
Edward podría haberle dado crédito a James por ser perceptivo, excepto que él podía escuchar los pensamientos del hombre. James se excusaba que estaba preocupado por Bella, pero no lo estaba. Él tenía una leve sospecha de que Edward era un policía que estaba al tanto del hecho que James había estado usando el lugar de trabajo de Bella como un punto de entrega.
—Los tipos de su edad tienen lugares más importantes donde estar a las tres de la tarde que una tienda de historietas —dijo James—. ¿Por qué no tiene trabajo?
—Sí, mira quien habla. ¿Dices que las personas que pasan tiempo aquí y no trabajan a esta hora de la tarde no andan en nada bueno?
Si tan solo Bella reconociera la verdad detrás de sus propias palabras. James no estaba en nada bueno. Edward sabía que Bella no era completamente ingenua. Ella sabía que James y sus otros amigos estaban haciendo dinero de manera ilegal. Pero ella era demasiado confiada del lazo entre ellos. Le parecía a Edward que nunca se le cruzó por la cabeza que sus amigos pudieran usarla para el beneficio de ellos.
—No me agrada —dijo James—. Y no me agrada que esté cerca de ti.
James intentaba salvar su propio pellejo, y ni siquiera estaba siendo racional en su paranoia. Si él pensaba en ello por unos minutos, se daría cuenta que si Edward era, como James sospechaba, un policía en cubierto, él le hubiera permitido dejar la mochila llena de drogas dos semanas atrás.
—¿Qué diablos tienes, de todos modos? —Bella le preguntó a James—. Incluso si el tipo estuviera acosándome, ¿por qué mierda te importa? Puedo cuidar de mí misma, en primer lugar. Segundo, él ni siquiera ha intentado tocarme. Bueno...
Edward vio a través de los pensamientos de James a Bella sonrojarse. James se rio.
—Entonces es por eso que no quieres creer que él es un pervertido. Te gusta.
Bella lo fulminó con la mirada.
—Oh, cállate.
—Te gusta. Mírate. Estás toda roja.
—Siéntete libre de irte ahora mismo.
James resopló, más irritado que divertido.
—Sí, ya veo como es. Si un tipo tiene la cara fea como la mía, ya hubieras llamado a la policía. Estoy bastante seguro de mi masculinidad para ver que él es atractivo. A las chicas no les molesta ser acosadas por un tipo así de bonito.
—Santo cielo. Él no me está acosando. El tipo viene a la tienda de cómics y habla sobre cómics.
—¿Has hablado con tus compañeros de trabajo para ver si él está aquí cuando tú no lo estás?
Bella se mantuvo callada ante eso.
—¿Ves? —dijo James.
—Es una coincidencia.
—Ajá. Como sea.
Edward decidió que esta conversación se había extendido el tiempo suficiente. Juntó las historietas que hace rato ya había separado para comprar, se encontraban en el universo de Marvel ahora, y pisó fuerte así lo escuchaban acercarse.
James estaba apoyado contra el mostrador, callado y contemplativo mientras Bella caminaba hacia Edward. Ella sonrió, y él estaba aliviado de ver que la sonrisa seguía siendo genuina, ni una pizca de sospecha.
—Y bien, ¿cuál es el veredicto?
—Me gusta la buena relación entre la Viuda Negra y el Capitán América en estas historietas.
Bella sonrió.
—Espera a que veas las películas. Es diferente. Siguen siendo increíbles, pero diferentes. Me gusta más con Ojo de Halcón que con Steve. —Ella se estremeció—. Y definitivamente me gusta más que con Bucky. Eso simplemente está mal, especialmente después de Soldado de Invierno.
—Creí que ella y Bucky se veían bien juntos en los cómics que me diste el otro día.
—Eso es porque no has visto las películas todavía. Míralas; luego discutiremos sobre parejas.
Edward tarareó.
—Bueno, tendré que estar atento sobre lo que estás hablando. —Empujó una pequeña pila de historietas hacia ella—. Me llevaré estas.
—Tu colección realmente comienza a tomar forma —dijo Bella mientras marcaba sus compras.
—Es sorprendentemente entretenido —dijo él, y esta era una evaluación honesta. Aunque no era su objetivo principal, era algo en lo que jamás había pensado antes, la manera en que la ficción era una forma de expresión. Había mucho que podía ser dicho sobre la psicología y la psiquis de la humanidad en general y el fanático en particular.
Edward a menudo estaba fascinado con los personajes que a Bella le gustaban.
—Estoy contenta de que estés divirtiéndote. —Los ojos de ella se desviaron hacia James, y había algo nervioso en la disposición de su boca. Edward se preguntaba si ella hubiera dicho algo más si él no estuviera allí.
—Bueno, ¿qué dice, maestro? ¿Tengo suficiente conocimiento básico para comenzar a mirar las películas ahora?
Ella suspiró con fingida seriedad.
—Supongo que lo permitiré. —Ella empujó un trozo de papel hacia él—. Escribí la lista de manera cronológica incluyendo los cortos y los episodios de Agentes de S.H.I.E.L.D. —Agitó un dedo en su dirección—. No te saltes nada. El universo de películas de Marvel es diferente a los cómics. Esto es algo complejo. —Frunció el ceño—. Quizás deberíamos haber pasado a un universo más simple, pero Era de Ultron saldrá en un par de meses...
Edward se rio, y James resopló. Sin mirar al otro hombre, Edward le sonrió a Bella.
—Creo que puedo seguirlo.
—Puedes intentarlo.
Edward no se dio cuenta que había estirado una mano para tocar la de Bella, un simple roce de sus dedos sobre los nudillos de ella, hasta que lo vio a través de los pensamientos de James. ¿Había hecho eso antes? No podía recordarlo. Creyó escuchar los latidos de Bella acelerarse, pero su sonrisa no vaciló. Ella no se apartó ni se veía incómoda.
—Te veré pronto —dijo Edward.
Aunque él sabía que no debería, Edward hizo contacto visual con James mientras tomaba sus compras. El hombro estaba prácticamente gritándole en su cabeza.
Para darle un poco de crédito, había ahora una pizca de preocupación genuina mezclado con su arrogante indignación y paranoia. Él seguía pensando que Edward era un policía, y parte de él estaba tratando de descifrar por qué estaba fijándose en Bella. ¿Él intentaba llegar a James y el resto de su equipo mediante su amistad con Bella? ¿Creía que Bella estaba metida en sus negocios? Mezclado en todo eso, él comenzaba a preguntarse si realmente tenía razón sobre que era un acosador.
¿Este policía idiota intentaba tener un poco de acción también?
Por supuesto, esa nueva pizca de proteccionismo estaba empujando a James a actuar. Lo que iba a ser no era una idea firme aún en su cabeza, pero claramente creía que debía encargarse de Edward.
Edward le sonrió, permitiendo que una pizca de desafío se asomara en sus ojos.
—Hola, amigo de Bella. —Giró hacia Bella y le guiñó un ojo, más para molestar a James que nada—. Adiós. —Volteó hacia James con una sonrisa engreída—. Adiós, amigo de Bella —dijo animadamente y se retiró.
Cuando estuvo fuera de la vista de la tienda, Edward se permitió pensar en lo demás que daba vueltas en la mente de James.
Oh, sí. A Bella le gustaba este maldito pervertido.
Por supuesto que le gustaba a Bella. Esa era la idea, ¿o no? Él trataba de ser su amigo, y a las personas típicamente le agradaban sus amigos. Ciertamente James estaba leyendo demasiado entre líneas porque estaba irritado. Eso y Edward había notado que si una humana y un humano se sonreían, las personas a su alrededor decidían que estaban desesperadamente enamorados.
Los humanos podían ser bastante melodramáticos.
No por primera vez, Edward estaba frustrado con el hecho que ya no podía leer la mente de Bella. ¿Qué pensaba ella de él? ¿Importaba si ella se sentía atraída a él? Rosalie y ahora James habían confirmado que este recipiente era atractivo, pero, ¿qué quería decir eso al final del día?
Oh, bueno. Bella seguía confiando en él, y eso era el factor más importante. Si le agradaba de una manera que era más que amigos... bueno...
Edward sonrió antes de poder evitarlo, dándose cuenta que la idea le daba quizás más placer de lo que debería.
Ayer subí un OS por sí quieren echarle un vistazo. Se llama For Your Eyes Only.
Muchas gracias por leer :)
