Descargo de responsabilidad: ya saben ustedes que PUCCA y sus personajes no me pertenecen, le pertenecen a su creador Boo Kyoung Kim. Yo sólo usé sus personajes, para crear esta historia loca, pero según yo entretenida.

Descargo de responsabilidad 2: así como el libro de Harry pottery sus personajes no me pertenecen, pues le pertenecen a la autora JKRollin. yo sólo utilicé a Harry potterpara juntarlo con Pucca, así que no plagien, adapten o copien por favor que eso no está bien.

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"Cosas extrañas pasarán, pero si puedo volver a verte, todo valdrá la pena." _(Julieta Sanada)

El señor y la señora Sanada, que vivían en el bosque de bambú a las afueras de la aldea Sooga. estaban orgullosos de decir que eran los cuidadores de la aldea y eran muy normales, afortunadamente para todos los habitantes de esa pequeña aldea de Corea del Sur.

Eran las últimas personas que se esperaría encontrar relacionados con algo extraño o misterioso, a pesar de que eran ninjas fuertes que regular mente veían cosas raras que nadie sabía. De igual forma, aunque tuvieran la oportunidad de estar involucrados en esas locuras.

Ellos no lo harían, ya que no estaban para tales tonterías, solo para sus importantes misiones de ninjas. que Ocupaban todo su tiempo, agotándolos como toda su extensa familia de ninjas.

El señor sanada era el jefe del gran clan Sanada, este era un hombre alto, fuerte, con un cuello mediano y firme, sus ojos eran grandes y negros, su cabello era azul obscuro y siempre llevaba dos coletas a cada lado de su cabeza, mientras que la señora Sanada era una mujer delgada, de cabello negro, ojos avellana, cuello pequeño, la cual le gustaba llevar una larga trenza y era muy gentil con todos. Los Sanada tenían un pequeño Hijo llamado Gura y para ellos no había un niño mejor que él, incluso si en la aldea había más niños con cuales convivir.

Los Sanada tenían todo lo que querían, a pesar de todo lo que les pasara. Pero también guardaban un secreto, que nadie se esperaría que tuvieran escondido de la gente.

Y aunque no era su mayor temor, sentían que si la gente se enteraba sobre el secreto de los Potter. La gente ya no confiaría en ellos para protegerlos, aunque no fuera la primera vez que Sooga tenía contacto con la magia.

Sin embargo, como Sooga ya había tenido momentos malos con magos, brujas y hasta con Chamanes. Los Sanadas decidieron no revelar ese secreto, para de esa manera evitarse problemas con los habitantes.

El señor Potter era el hermano mayor de la señora Sanada, pero desde hace años no siempre llegaban a verse. tanto era así, que en ocasiones se le olvidaba que tenía un hermano mayor.

Y no era porque no lo quisiera, solo era que su vida de kunoichi y la vida de mago de él eran difíciles. Así que por eso no se veían, a pesar de que se llevaba con su esposa y él se llevaba con el suyo sin protestas.

Incluso si eran opuestos de muchas maneras, ninguno de ellos se estremecía por la vida del contrario, aunque todos se llegaran a enterar o vinieran a visitarlos. Los Sanada también sabían que los Potter tenían hijos como ellos, pero lastimosamente nunca lo habían visto por su distanciamiento.

Y aunque su hijo era una razón más de querer verlos, los Potter no aparecían y ellos se quedaban con las ganas de que su hijo Gura y los gemelos Potter se conocieran. Sin embargo, ellos se conformaban con mandarles cartas de vez en cuando.

Así que cuando el señor y la señora Sanada se despertaron en el soleado e iluminado día martes en el que nuestra historia comienza, no había nada en aquel cielo despejado que subviniera los acontecimientos extraños y misteriosos que poco a poco vendrían. Mientras tanto, el señor Sanada canturriaba alegremente por el nuevo día y se colocaba su traje de ninja junto a sus armamentos.

Mientras que la señora Sanada hablaba alegremente, al acomodar a su pequeño hijo Gura en su sillita para comer. ninguno vio al gran búho pardo que pasaba volando por la ventana, ya que estaban concentrados en cuidar a su hijo adorado.

A las 8:30 de la mañana, el señor Sanada tomó sus espadas y unas cuantas cosas para ir a vigilar a Sooga, beso a la señora Sanada en la frente y a su hijo en el cabello, despidiéndose con su seriedad y ternura acostumbrada para la familia.

–Nos vemos más tarde, Julieta.

–Está bien, Suga, solo intenta no pelearte de nuevo con Takeshi.

El señor Sanada Asintió y partió, caminando por el sendero del bosque de bambú que daba a la aldea. Allí notó un perro grande y enorme que parecía observar todo, al cual no le prestó atención porque los perros y lobos solían pasar por allí todos los días.

Así que siguió con su camino, alejando de su mente al gran perro o lobo que estaba en el bosque. Pero al llegar a la aldea, notó algo extraño y sin igual.

Pues había unas cuantas personas vestidas extraño y con capas en sus espaldas, no quiso tomarle importancia y se dijo que tal vez era una moda nueva. Así que siguió hacia el restaurante Ching Dooda para revisar si necesitaban algo, pero al llegar vio a la señora Dooda cargando a una bebé parecida a ella y vestida con capa azul mar.

Era extraño de ver, pues jamás la había visto vestida así. Pero pensó que ella estaba haciendo una campaña publicitaria para atraer clientes al local, así que lo ignoró otra vez y pasó de ella, entrando a la cocina de los chefs para hablar con ellos.

Fue un alivio que no viera la ventana cuando hablaba con los Chefs, porque si lo hubiera visto, de inmediato hubiera notado la parvada de búhos que pasaban afuera. Pero cuando salió todo fue diferente, ya que vio a la señora Dooda murmurar algo que no entendió muy bien con otra señora vestida extraño.

–Sí, alguien me dijo que fueron los Potter.

–¿En serio? ¿Y qué pasará con los gemelos Harry y Garu Potter?

Preguntó en murmullo la otra mujer, pero la señora Dooda negó con la cabeza y mencionó de igual manera.

–No lo sé, fue por eso que Black me mandará a la niña. Aunque lejos de Inglaterra, no sé qué podría hacer Pucca para cuidar a los gemelos Potter.

Eso último que dijo la señora Dooda, desconcertó mucho al señor Sanada y quiso decirle algo. Pero se negó hablar, así que fue hacer su trabajo, cuidó la aldea como siempre y llevó lo que los chefs necesitaban.

Sin embargo, por más que trabajaba. Más cosas extrañas le pasaban, veía a personas celebrar y cuchichear más cosas y él no podía concentrase bien, aunque si quiera lo hubiera intentado.

Hasta incluso alguien lo abrazó, celebrando que ya podrían volver porque el señor obscuro ya no estaba. Un detalle que no entendió, pero que prefirió regresar a Casa a las 5:00 para preguntarle a su esposa.

Cuando volvió a casa, intentó actuar normal, oyendo la plática de su esposa de que su amiga Ming ya estaba embarazada. Intentó alegrarse por ella, pero no pudo evitar preguntarle.

–Juliet, ¿Qué sabes sobre tú hermano?

–Hasta hoy, nada, ¿Por qué?

Cuestionó extrañada ella, dándole de comer a Gura, mientras él preguntaba.

–Bueno, es que me preguntaba, ¿Cómo se llaman los hijos de tu hermano?

–Harry y Garu, el nombre del segundo hijo yo se lo puse, ¿No recuerdas cuando fuimos a su nacimiento?

Respondió alegre la señora Sanada, Suga asintió tranquilo y le explicó lo que oyó. Y ella se alegró, explicándole quien era el señor obscuro y que tal vez su hermano vendría verla.

Suga espero que fuera cierto, pues vio la mirada alegre de Juliet y quiso que los Potter estuvieran bien. así que cuando el día pasó y acostaron a Gura en su cama, ellos se dirigieron después a ver la tele con atención y confirmó lo que sospechó desde la mañana.

_Este es un momento extraño para Sooga y el mundo, pues observadores de pájaros mundiales han informado que hoy los búhos de todo el mundo han presentado una conducta poco habitual. Pese a que los búhos habitualmente cazan durante la noche y es muy difícil verlos durante el día, se han producido cientos de avisos sobre el vuelo de estas aves en todas direcciones desde la salida del sol, los expertos son incapaces de explicar el motivo por el que los búhos han cambiado sus horarios de sueño.

El locutor pelirrojo sé permitió una mueca irónica, agregando con un toque de ironía.

_Muy misterioso, ¿No creen?

Soltó una risita, para después cambiar de tema.

_Y ahora, iremos de nuevo con Long y el pronóstico del tiempo. Y bien, ¿Habrá más lluvia de búhos hoy, Long?

_Bueno, Jung.

Dijo el meteorólogo con calma.

_Eso no lo sé, pero no solo los búhos han mostrado una actitud extraña. Telespectadores del lugar están apartados por el parque y han telefoneado como han podido, para decirme que en lugar de la lluvia que prometí ayer, ha caído un chaparrón de estrellas fugases. Tal vez la gente ha comenzado a celebrar antes de tiempo la noche de las hogueras, esta empieza la semana que viene en la aldea de Sooga, señores. Pero puedo prometerles una noche lluviosa para hoy, aunque sigan cayendo las estrellas fugases.

El señor Sanada se quedó congelado en su sillón.

¿Estrellas fugases por todo corea del sur?

¿Búhos volando a la luz del día?

¿Y aquel rumor?

¿Aquel cuchicheo sobre los Potter y la familia Black?

Ante esas preguntas mentales, escuchó como su esposa, la señora Sanada entraba a la sala de estar con una bandeja con tasas de té. Y entonces supo que aquello no iba bien, tanto relajo era inverosímil incluso para la familia de su mujer.

Así que se giró a verla, cuando ella dejó la bandeja en la mesa frente al sofá. Y cuando se sentó junto a él, el señor Sanada carraspeó nervioso y le dijo.

–Mira, Juliet, se que me has dicho que no has sabido nada de tu hermano últimamente, pero creó que lo que te comenté va más allá de la visita de los Potter.

–E-Eh, ¿Por qué lo dices, Suga?

Preguntó confundida la señora Sanada, tomando una tasa y bebiendo él te, mientras él continuaba.

–Bueno, es que cuando fui al restaurante de los Dooda, escuché que la señorita Dooda hablaba con otra persona de los Potter.

–Sí, Suga, eso ya me lo contaste en la tarde. Pero dime, ¿Qué tiene que ver?

Habló apresurada su esposa, suspirando Suga para soltar resignado.

–Es que la señora Dooda habló también sobre los Black, supuestamente porque le va a mandar a una niña para cuidar a los gemelos Potter.

–Pero, ¿Cuidarlos de qué? ¿O de quién?

Cuestionó asustada Juliet, negando Suga con la cabeza y hablar serio.

–Es que no lo sé, Juliet, por eso te dije que esto iba más allá de solo una visita.

–Supongo que tienes razón, Suga, habrá que quedarnos despiertos para esperar su llegada y ver lo que pasa.

Habló preocupada Juliet, asintiendo el señor Sanada con preocupación en su semblante.