Descargo de responsabilidad: ya saben ustedes que PUCCA y sus personajes no me pertenecen, le pertenecen a su creador Boo Kyoung Kim. Yo sólo usé sus personajes, para crear esta historia loca, pero según yo entretenida.

Descargo de responsabilidad 2: así como el libro de Harry pottery sus personajes no me pertenecen, pues le pertenecen a la autora JKRollin. yo sólo utilicé a Harry potter para juntarlo con Pucca, así que no plagien, adapten o copien por favor que eso no está bien.

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"Sé lo que hiciste y te pido que, si me quieres un poco, me digas la verdad y quien rallos eres." _(Pucca Black Dooda)

Luego del accidente con Tobe, los ninjas, los vagabundos y las serpientes que casi los atacan, Pucca intentó comunicarse con Garu de todas las maneras posibles para ver cómo estaba. pero para su mala suerte, no lo encontró por ningún lado.

¿Acaso la estaba evitando?

Eso podía ser factible por las veces que lo perseguía, pero sabía también que era una absurdez pensar eso, porque él nunca se había escapado de ella de esa forma tan grosera. Así que seguía buscándolo en los días posteriores, esperando encontrarlo por la aldea o por el bosque de bambú.

Mientras pensaba en lo que pasó ese día con las serpientes, asombrada de esa habilidad que Garu tenía. Y según la información que el maestro so le permitió leer sobre los Sanada, al ser su alumna secreta por ser uno de sus tíos maternos y ser un dios.

Ellos no tenían ese poder de entender a las serpientes, por lo que no tenía sentido que Garu lo pudiera hacer. Sin embargo, no había prueba alguna de que los Potter también lo pudieran hacer.

Entonces, ¿Quién era Garu?

¿De dónde provenía?

¿Quién eran sus padres?

¿Y por qué se hacía llamar Sanada?

¿Y cuál era su nombre real?

¿Qué era lo que ocultaba?

Pucca no lo sabía, pero lo que si sabía era que no parecía ser japonés, coreano o chino. Así que con ese pensamiento en la cabeza se dio la vuelta y corrió hacia el templo del maestro so, antes de llegar al bosque de bambú y entrar en él para buscar de nuevo a Garu.

Al llegar allí, una de las doncellas de su tío la dejó entrar y corrió hacia el despacho de su tío. Azotó la puerta del despacho y se introdujo, viendo a so en el escritorio, alzando la cabeza para mirarla y decir sorprendido.

–¿Quién te dejó entrar, pequeña?

Pucca sonrió suavemente, diciéndole con su Mirada gris brillante.

~Me dejó entrar una de tus doncellas, maestro así que.~

El maestro asintió tranquilo, diciéndole suavemente.

–¿Qué pasa, Pucca?

Ella suspiró suavemente, diciéndole sería con sus ojos grises.

~Necesito leer algo en la biblioteca para prepararme para la segundaria, ¿Puedo entrar a la biblioteca del templo?~

Le sonrió calmadamente su su tío, hablándole aun así con severidad.

–Está bien, Pucca, solo no me hagas un alboroto.

Ella asintió y con una sonrisa le dijo silenciosamente.

~Claro, maestro so, sin problema.~

Así Pucca se dio la vuelta, saliendo del despacho de su tío y cerrarle la puerta. Corriendo hacia la biblioteca veloz mente, entrando y caminar por el lugar para averiguar más sobre los Potter, los Sanada y todo lo que le pudiera ayudar para saber de Garu.

Sabía que le había mentido a su tío sobre lo que iba a buscar, así como les mintió a sus tíos de parte de su padrastro del donde iba. Pero sabía que no tenía de otra, si quería saber de dónde había sacado Garu esa habilidad.

Por lo que se pasó casi todos esos meses entre investigaciones sobre los Potter, los Sanada y el mundo mágico en general, que le pudiera ayudar con el misterio que rodeaba a Garu. Cuando llegó el verano en Sooga, Pucca por fin había dejado de ir a la biblioteca de su tío el maestro Soo.

Ya que logró enterarse que el que había tenido la habilidad de comunicarse con las serpientes, eran los sucesores de Salazar Slytherin, o por lo menos tenía que tener la sangre de Voldemort. Pero eso le preocupaba a Pucca aún más, ya que si ese era él caso, Garu sería un sucesor de Salazar o su rencarnación.

¿O es que acaso Garu era hijo de Voldemort?

Si era lo último, eso significaba que ella era su enemiga al igual que todos los magos. Pero eso no podía ser, porque Garu era bueno, dulce y valiente como para ser su enemigo.

Eso sin mencionar que estaba enamorada de él y que, si fuera familiar de Voldemort, ella estaría traicionando a los ideales de su padre Sirius Black. Y eso no lo podía hacer, pues le había prometido a su madre que ayudaría a destruir a Voldemort y apoyaría a la causa de su padre.

–Pucca, ¿Me estás escuchando?

Había preguntado suavemente Ching a su amiga de Chongos, sacándola de sus preocupantes cavilaciones. Parpadeando confundida y dándole una cara de vergüenza, pues en definitiva no la había oído, así que la de trenzas suspiró y le volvió a decir.

–Dije que si crees que tú y Garu van a ir a la segundaria tortuga con Abyo y yo.

Pucca se encogió de hombros y negó con la cabeza indecisa, ya que ni ella sabía si iría a esa segundaria ella y Garu. Así que se dirigió al Ching Dooda, entrando para comenzar con su trabajo y oír como su media hermana Paccu le saludaba.

–Buenas tardes, Pucca y Chin.

–Buenas tardes, Paccu, ¿Cómo va tú día?

Saludó Ching y Pucca solo asintió con la cabeza, una entrando a la cocina para comenzar a servir junto con su hermana, Dada y Dandy. Mientras que Ching encontraba a Abyo y se iba a sentar a una de las mesas con él, llegando poco tiempo después Garu y Gura al local.

Sentándose a sus respectivos lugares en donde sus amigos estaban, antes de que la persecución de Gura y Paccu estallara, junto a la persecución de Pucca y Garu. Lo raro fue, que cuando Gura persiguió a Paccu, Pucca no se le acercó a Garu para nada y eso desconcertó a todos los del restaurante.

A la mañana siguiente, cuando Pucca fue a tomar el desayuno, estaba agotada y se sentía mal por no haber perseguido a Garu como siempre lo hacía. pero el pensamiento de que fuera enemigo le dolía, que no podía pensar, así que no pudo hacer más y mejor se sentó a comer con sus tíos y su media hermana, oyendo la voz de su tío Ho que preguntó preocupado.

–¿Qué te pasa, Pucca?

Pucca no quiso responder, comiendo sus fideos de Yam Yam con la cabeza agachada. Mientras su tío Ho se preocupaba aún más, diciéndole Paccu por Pucca a su tío Ho.

–No le hagas mucho caso, Tío Ho, es que Pucca está cabizbaja porque no persiguió a Garu.

–Qué no persiguió a Garu, ¿Y eso por qué?

Preguntó el tío Dumpling esta vez, respondiendo Paccu al instante.

–No lo sé, tío Dumpling, está así desde que se fue a ver al maestro Soo, hace meses ya.

–¿Algo qué decir, querida?

Cuestionó Linguini con curiosidad, sonriéndole suavemente para brindarle confianza. Pero eso no le funcionó de nada, porque Pucca no levantó la mirada para nada.

Solo siguió viendo su comida y bebiendo su zumo de naranja, mientras Dandy y Dada bajaban de la parte de arriba del local, saludando tranquilos a todos los presentes. Quitando la atención de Pucca, al girar a ver a ambos chicos que les hablaban.

–Hola, ¿Cómo están?

–Estamos bien, siéntense a desayunar, yo les sirvo.

Dijo alegre Paccu, parándose de su asiento y alejándose a la estufa para servirles. Mientras Dandy y Dada se sentaban junto a Pucca, hablando serio Dandy hacia los chefs.

–Y bien, ¿De qué estaban hablando?

–De qué Pucca no quiere perseguir a Garu.

Contestó rápido Paccu cuando se acercó con la comida, dejándoles el desayuno a Dandy y a Dada en la mesa. Sentándose para seguir comiendo ella, mientras Dada hablaba asombrado por la situación.

–¡QUÉ! ¡¿CÓMO QUE PUCCA NO QUIERE PERSEGUIR A GARU?!

–Como lo oyes, Pucca no quiere perseguir a Garu y no nos quiere decir el por…

Pero antes de que Paccu terminara de hablar, Pucca se levantó de golpe molesta y se fue de allí. Saliendo del Ching Dooda y encontrándose a santa Claus, que la detuvo para decirle risueño.

–¡JO JO JO! Pucca, que bueno verte, te ha llegado una carta.

Eso hizo que Pucca se detuviera, sonriéndole forzadamente y suspirando para esperar que le dé su carta. Viéndolo buscar en su bolso de cartero y sacarle una carta que le entregó, pagándole Pucca y comenzar a leer en silencio lo que decía el sobre amarillento.

Señorita P Black centro de Sooga, restaurante Ching Dooda en el tercer cuarto de la segunda planta.

La tinta estaba escrita en verde esmeralda, así que abrió el sobre y sacó la carta de adentro. Mientras caminaba sin pensar hacia la casa de Garu, leyendo lo que tenía escrito adentro de el mismo pergamino amarillento.

Colegio Hogwarts de magia y hechicería:

Director: Albus Dumbledore, (Orden de Merlín, primera clase, gran hechicero, jefe de magos, jefe supremo, confederación internacional de magos.)

Querida señorita Black.

Tenemos el placer de informarle, que dispone de una plaza en el colegio de Hogwarts de magia y hechicería. Por favor, observe la lista del equipo y los libros necesarios para entrar al colegio.

Las clases comienzan el primero de septiembre, esperamos su lechuza o búho antes del 31 de julio si desea ingresar. Si no lo desea, solo ignore la carta entregada.

Muy cordial mente, Minerva McGonagall directora adjunta.

Al leer eso, Pucca sonrió de lado a lado. Pues seguramente allí encontraría a los gemelos Potter, que, si bien no conocía, tenía por sentado que debía protegerlos por órdenes de sus padres.

Y ya que de vez en cuando su tío Soo hablaba de ellos, al ser visitado por el director Dumbledore para arreglar algunas cosas que su tío nunca le dijo. Sabría que podría identificarlos en Londres, por el alboroto que la gente haría al verlo.

Así que, con eso reflexionado, Pucca llegó a la casa de Garu sin darse cuenta. Y cuando se acercaba para tocar la puerta, vio a Garu fuera rompiendo una carta con velocidad.

Al destruirla por completo, en los pedacitos tirados en el suelo Pucca pudo ver la tinta verde de la carta de Hogwarts. Así que sorprendida se paró enfrente de Garu, cuestionándole con su mirada gris obscura, mientras él daba un respingo por su repentina aparición.

~¿Por qué rompes eso?~

~Porque no lo quiero.~

Le contestó Garu de la misma manera, había fruncido el ceño y parecía irritado.

~Pero, ¿Por qué?~

~Porque sí, Pucca, es una carta indeseada y ya.~

Dijo serio y entró a casa sin decir más con su mirar, desconcertando a Pucca por la actitud más arisca de lo normal de Garu. Ya que esa carta era importante, pero a Garu no parecía importarle por nada del mundo. Solo le cerró la puerta en la cara, como si le dijera en forma grosera y silenciosa.

~No te metas en mis asuntos, Pucca, y mejor vete a molestar a alguien más.~

Pero él nunca fue así, al menos de que le ocultara algo importante. Pero, ¿Qué era eso?