Descargo de responsabilidad: ya saben ustedes que PUCCA y sus personajes no me pertenecen, le pertenecen a su creador Boo Kyoung Kim. Yo sólo usé sus personajes, para crear esta historia loca, pero según yo entretenida.
Descargo de responsabilidad 2: así como el libro de Harry pottery sus personajes no me pertenecen, pues le pertenecen a la autora JKRollin. yo sólo utilicé a Harry potter para juntarlo con Pucca, así que no plagien, adapten o copien por favor que eso no está bien.
000
"Sé qué no sé conocen, pero deben de quererse, ya que ambos son hermanos y ahora están para apoyarse." _(Rubeus Hagrid)
Cuando Pucca regresó con Garu y Hagrid, llevaba con ella una mochila negra y una roja. Haciendo que Garu le alzara una ceja, preguntándole serio con su mirar verdosa.
~Pucca, ¿Qué es eso?~
~Unas mochilas, Garu.~
Dijo Pucca divertida con su mirada, rodando Garu los ojos y especificando su pregunta con su mirar.
~Pucca, me refiero a, ¿De dónde las has sacado?~
~Del Ching Dooda y de tú casa, Garu, fui corriendo velozmente por ellas y Gura me dio las llaves de la casa. Cuando fui por ellas y regresé, se las di y ya vine para acá.~
Explicó Pucca con su expresión tranquila, caminando hacia Hagrid y dándole una hoja para que la leyera. Garu rodó molesto los ojos, ya que no le gustaba que Pucca entrara a su casa como si fuera suya.
Pero no gruñó ni se quejó, pues sí había hablado con Gura, era obvio que le había contado que iba a conocer a Harry y que se iría con él. algo que Gura lo entendería sin chistar, dejándolos ir con simpleza por esa información.
Eso lo aliviaba de sobre manera, pero no explicaba cómo es que Pucca le habían dado permiso para ir. Sin embargo, Pucca siempre tenía lo que quería y ahora lo que quería era ir con él. Y mientras pensaba en ello, Hagrid se encargaba de leer la nota que Pucca le dio.
Ahora sí podemos irnos, ya pedí permiso a mis tíos, le comenté a mi media hermana y le informé al que ahora sé que es primo de Garu y llevado algunas cosas para Garu y Harry.
Hagrid sonrió y le dijo apenado.
–Pero no creo poder llevarlos a ambos con todo y las mochilas.
Pucca rio suave y negó con la cabeza, así como si le dijera tranquila.
~No se preocupe, señor Hagrid, usted no nos necesita llevar.~
Pero por obvias razones Hagrid no la entendió, desconcertándose al ver como la joven Pucca ponía una mano en sus labios y silbaba con fuerza. Eso lo desconcertó profundamente. Fue así que después todo se quedó en silencio, esperando los tres pacientemente, aunque sabía Hagrid que no pasaría nada.
Y cuando iba a moverse para acomodar la moto, Garu rodó con fastidio sus ojos verdes brillantes y entonces un dragón enorme y largo aparecía en el cielo. Eso hizo que Hagrid se sorprendiera y abriera la boca, mientras el dragón se ponía enfrente de Pucca y le hablaba tranquilo a la joven de chongos.
–¿Qué necesitas, pequeña?
Pucca sonrió suavemente, haciendo unas señas con las manos.
~Destiny, ¿Puedes llevarnos a Londres?~
El dragón sonrió suavemente, diciéndole a Pucca con Picardía.
–Ah, tú y tu caballero quieren dar un paseo romántico largo, ¿Eh?
Eso hizo que Pucca riera suave y sé sonrojara como nunca, negando con la cabeza y diciéndole apenada, al señalar a Hagrid con el dedo índice.
~Destiny, no digas eso, tenemos visitas en Sooga.~
Para destiny era obvio que Pucca estaba avergonzada, así que miró hacia donde ella señalaba. Y Allí notó a un hombre enorme de casi tres metros, él supuso que era un semi-gigante y soltó con burla.
–Pequeña, puedo llevarlos a ti y a tu caballero con todo y sus mochilas. Pero no soy tan fuerte para llevar a un gigantón, ten piedad de mí.
Destini y Pucca rieron fuerte, mientras Garu rodó los ojos y fruncía el ceño, al igual que Hagrid lo hacía también y decía algo molesto.
–A mí no me tienen que llevar, es por eso que traje la moto, aunque pronto tengo que regresarla a su dueño.
–Está bien, hombre, solo fue una broma.
Dijo tranquilo Destiny, atrapando a Pucca y a Garu y diciendo serio.
–Bien, vamos.
Hagrid asintió tranquilo, subiendo a la moto y estando aun sorprendido por el dragón que lo seguía por el aire, cuando subió al cielo con la moto enorme. Tenía muchas preguntas para la joven Pucca, pero no había tiempo y se apuró de ir con Harry.
Le costó trabajo encontrarlo cuando llegó a Londres, pero en la noche, exactamente a las 12:00 a. m. Destiny y Hagrid descendieron enfrente de una cabaña vieja y destartalada en medio del mar, bajándose Pucca y Garu del dragón y Hagrid bajándose de su moto en plena lluvia. Hagrid volteó a ver a Destiny con algo de emoción, tratando de sonar normal y diciéndole tranquilo.
–Gracias por llevarlos, hubiera sido más difícil si no hubieras aparecido tú.
–No es nada... Ham... Disculpe, ¿Cómo se llama?
Cuestionó dudoso Destiny, al darse cuenta que no sabía su nombre, suspirando Hagrid y respondiéndole tranquilo.
–Soy Rubeus Hagrid, ¿Y tú eres?
–Soy Destiny, o en mis shows me conocen como el destino.
Dijo y Pucca y Destiny rieron, Garu solo rodó los ojos fastidiado. Hagrid diría que ese pequeño Potter estaba celoso, pero viendo lo frio que era eso parecía inverosímil.
Así que agitó su enorme cabeza, se arregló su ropaje y miró de nuevo al dragón. Debía admitir que se sentía emocionado porque él siempre había querido un dragón, pero debía dejar a un lado y por lo mismo le soltó.
–Bien, Destiny, fue un placer conocerlo.
–El gusto es mío, Hagrid.
Soltó el dragón de escamas doradas, que parecían lentejuelas, continuando el gigante de hablar y dándole un papel que sacó de su bolsillo.
–Y si no es molestia, ¿Cree poder llevarse la moto a esta dirección sin que lo vean?
–Sin problema, podré usar la nueva habilidad que el maestro Soo me dio.
Y con eso dicho, el dragón brilló y se volvió un adolecente de 15 años. algo que sorprendió a Hagrid, Pucca y Garu, pues ante ellos se mostraba un chico de ojos ámbar, nariz fina, cabello rubio dorado, piel pálida y vestido elegantemente como celebridad, el cual decía con tono engreído.
–Tará. Sorpresa, chicos, apuesto que no se lo esperaban.
–Pero, ¿Cómo hiciste eso?
Preguntó aturdido Hagrid, soltando Destiny en una pequeña risita.
–En otra oportunidad les digo, la lluvia está aumentando y aún tiene que hacer cosas, así que nos vemos.
Y antes de que pudiera Hagrid decir algo más, Destiny se subió a la moto y la hizo andar. Subiendo al cielo veloz mente, mientras gritaba antes de desaparecer en el aire.
–Y, Hagrid, tenle paciencia a Pucca y a Garu, ya que tienen un voto de silencio que no les permite hablar y solo se quitará hasta que el maestro Soo lo diga.
Y luego desapareció del lugar, asintiendo Hagrid y diciéndole a los chicos con seriedad.
–Muy bien, vamos.
Pucca y Garu asintieron firmemente, empezando a caminar hacia la cabaña destartalada junto a Hagrid. Los tres estaban envueltos en chamarras gruesas, llevaban guantes, botas, bufandas y gorros de algodón, mientras que la tormenta seguía cayendo con gran fuerza en ese lugar.
Mientras tanto, Harry escuchaba los ruidos de la tormenta caer en el lugar. viendo como los Dursley se sobre saltaban, mirando la puerta con curiosidad por todo el sueño que traía.
¡BUM!
Llamaron otra vez, provocando que Dudley se despertara bruscamente.
–¿Dónde está el cañón?
Preguntó estúpidamente, oyéndose un crujido detrás de ellos y tío Vernon apareció en la habitación. Llevaba un rifle en las manos, ya sabían lo que contenía el paquete alargado que había llevado.
–¡¿QUIÉN ESTÁ ALLÍ?
Gritó con fuerza.
–¡LEADBIERTO! ¡ESTOY ARMADO!
Hubo una pausa, creyendo que aquella persona se fue. Luego, hubo un golpe violento en la puerta de entrada.
La puerta fue empujada con tal fuerza que se salió de los goznes, por lo que, con un golpe sordo en el sitio. La puerta cayó al suelo, haciendo que un hombre gigantesco apareciera en el lumbral.
Su rostro estaba completamente oculto por una larga maraña de pelo y una barba desaliñada, pero podían verse sus ojos, que brillaban como escarabajos negros bajo aquella pelambrera. El gigante se abrió paso, bajando la cabeza para entrar, pero aun así rosaba el techo.
Después de eso, atrás de él entraron dos jóvenes de la misma edad de Harry. Y mientras el gigante se agachaba y con facilidad cogía la puerta, colocó la puerta en su mismo lugar con tranquilidad.
Mientras que los ojos verdes de Harry chocaban con los grises y los verdes de Pucca y Garu, sonriéndole la chica y el chico mirándolo con seriedad. Así fue que el ruido de la tormenta se apagó un poco, volviéndose Hagrid para mirarlos atento.
–¿Podríamos preparar te? No ha sido un viaje fácil para ninguno de los tres.
Se desparramó en el sofá en donde Dudley estaba petrificado de miedo, mientras que ambos chicos le hacían una reverencia a los Dursley. Mostrando el respeto que Harry sabía que los Dursley no se merecían, porque ellos no daban el mismo respeto para nadie.
–Levántate, bola de grasa.
Dijo el más grande de los desconocidos, un hecho que hizo que Dudley corriera a esconderse atrás de su madre, que estaba agazapada detrás de tío Vernon.
–Ah, ¿Aquí está Harry?
Dijo el gigante, a lo que Harry levantó la vista ante el rostro feroz y peludo y vio que los ojos negros le sonreían.
–La última vez que te vi eras solo una creatura, al igual que tu hermano Garu.
Dijo el gigante, pero lo que le llamó la atención es lo que le dijo, así que se preguntó en su mente.
(¿UN Hermano? ¿Tengo un hermano? ¿Qué hermano?
