Descargo de responsabilidad: ya saben ustedes que PUCCA y sus personajes no me pertenecen, le pertenecen a su creador Boo Kyoung Kim. Yo sólo usé sus personajes, para crear esta historia loca, pero según yo entretenida.

Descargo de responsabilidad 2: así como el libro de Harry pottery sus personajes no me pertenecen, pues le pertenecen a la autora JKRollin. yo sólo utilicé a Harry potter para juntarlo con Pucca, así que no plagien, adapten o copien por favor que eso no está bien.

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"¿De verdad tú y yo somos hermanos? Porque no nos parecemos, aunque tus ojos los conozco claramente." _(Harry y Garu Potter)

Fue así que Harry giró a ver a Garu y a Pucca, desconcentrándose un poco por la sonrisa dulce e inocente de la chica. Que sonrió aún más cuando sus miradas volvieron a conectarse, algo que la puso feliz y corrió a abrazarlo.

Desconcertando a Harry por la acción de la chica, que solo pudo corresponder extrañado el abraso. Algo que enfadó a Garu por lo que veía, frunciendo el ceño y tronándose los dedos por lo que sentía.

Observándolos Hagrid con alegría, sonriendo por lo que notaba entre los tres. Soltando Pucca a Harry con lentitud y dando un paso atrás, mientras Hagrid volvía a hablarles para llamarles la atención.

–Parece que ya conociste a Pucca, Harry, ella es la amiga de tu hermano Garu.

Pucca asintió feliz, aunque Harry no entendió lo que los ojos de ella le decían.

~Sí, Garu es mi amigo.~

Era obvio que Harry no entendió nada, pero Garu sí le había entendido. Un hecho que le hizo fruncir el ceño a Garu, reclamándole a Pucca furiosamente por lo que había soltado.

~¿Cómo qué amigos? ¿Qué no habías dicho que éramos novios?~

Claro que Pucca no vio su reclamo, pues le hizo una reverencia a Harry y le apretó la mano, diciéndole con su tierno mirar.

~Es un placer conocerte, Harry, te vez casi igual que tu hermano Garu.~

Mirando Pucca a Garu de reojo, mientras reía con suavidad.

–¡JI JI JI!

Pucca sabía que Garu estaba molesto, aunque ella no sabía por qué. Solo supuso que fue por el viaje largo, así que regresó la mirada a Harry y le dijo dulce con sus ojos gentiles.

~Aunque bueno, tú te ves menos gruñón que Garu.~

Fue así que ella volvió a reír feliz.

–¡JI JI JI!

Harry parpadeó confundido y por la risa de ella se puso suavemente rojo, interviniendo Hagrid de nuevo por lo que veía entre la chica y Harry.

–Bueno, ya que se han presentado, aquí te presento a tu hermano Garu William Potter.

Así fue como Hagrid empujó a Garu hacia Harry, mirándose ambos con atención y chocando verde contra verde. Uno molesto por lo que pasó con Pucca, el otro confundido por toda la situación, haciéndolos pensar a los dos al mismo tiempo.

(Este no puede ser mi hermano, no nos parecemos en nada.)

Pero ambos sabían que lo eran, los Dursley lo sabían, Hagrid y Pucca también lo podían notar, así que para que negarlo. A pesar de sus peinados, que uno llevaba lentes rotos y el otro no los llevaba y de que Garu tenía las puntas del cabello pintadas de azul rey, sus ojos verdes delataban que eran hijos de Lili y de James a pesar de las pocas diferencias.

Eran gemelos y se notaba, pero ninguno de los dos se lo creía ni lo querían pensar. No obstante, Hagrid se los recalcó.

–Se parecen mucho a su padre, pero tienen los ojos de su madre.

Tío Vernon dejó escapar un curioso sonido.

–¡Le EXIJO QUE SE VAYA EN SEGUIDA, SEÑOR!

Dijo exigente.

–¡ESTO ES ALLANAMIENTO DE MORADA!

–Va. Cierra la boca, Dursley, grandísimo majadero.

Soltó serio el gigante, se estiró y antes de que pudiera arrebatarle el rifle. Pucca fue quien se lo arrebató rápido, sonriéndoles tiernamente y sacándoles la lengua.

Eso hizo que tío Vernon y Hagrid se asustaran de esa acción tan rápida de Pucca, temiendo por la joven de 11 años aproximadamente. Llenando a todos de ansiedad cuando Pucca lo agarró de extremo a extremo, mostrándose ágil y sin miedo por aquella ruda acción.

Asustando a Garu por lo que hizo, que temió por la chica que quería a pesar de que no lo demostraba, hasta que vio como Pucca estrelló el rifle en su rodilla y lo partió en dos. Así provocó que Garu resoplara molesto y rodara los ojos fastidiado, pensando enfadado con sigo mismo.

(Claro, debí de haberlo supuesto.)

Garu y Harry suspiraron aliviados, mirando como Pucca hacía trisas ese rifle. Mientras que los Dursley la miraban asustados, Hagrid solo se llenó de intriga, de curiosidad y se preguntó en su mente extrañado.

(¿Con quién diablos se habría metido Sirius Black para que Pucca saliera?)

Todo aquello hizo que tío Vernon hiciera otro ruido extraño, como si hubieran aplastado un ratón.

–Ajam. De todos modos, Harry y Garu.

Dijo el gigante, luego de carraspear para quitarse la sorpresa. Dando la espalda a los Dursley, para prestarles atención a Harry y a Garu Potter.

–Les deseo un muy feliz cumpleaños, tengo algo aquí para los dos, tal vez lo he aplastado un poco. Pero, tiene buen sabor.

Del bolsillo de su gran abrigo sacó una caja con un envoltorio algo aplastado, Harry y Garu se acercaron y Harry abrió el paquete cuidadosamente con las manos temblorosas. En el interior había un gran pastel de chocolate pegajoso, con un, "Feliz cumpleaños, Harry y Garu", escrito en verde.

Harry y Garu miraron al gigante, iban a darle las gracias. Pero las palabras se perdieron en su garganta y Garu no podía inclinarse con respeto, así que, en lugar de eso, Harry mejor le preguntó.

–¿Quién es usted?

Hagrid se detuvo un rato, rio entre dientes y recordó que se había presentado con Pucca y Garu, pero no con Harry, así que lo hizo calmadamente.

–Es cierto, no me he presentado. Rubeus Hagrid, guardián de las llaves y terrenos de Hogwarts.

Extendió una mano gigantesca y sacudió todo el brazo de Harry, así como lo había hecho con Pucca Black y Garu Potter hace un día atrás.

–Qué tal ese te, ¿Entonces?

Dijo alegremente, frotándose las manos, pues él no estaba tan preparado para el frio como Pucca y Garu.

–Pero no diría que no si tienen algo más fuerte.

Sus ojos se clavaron en el lugar apagado, con las bolsas de papas arrugadas y dejando escapar una risa despectiva, algo que Pucca y Garu también observaron. Obvio que Garu no soltó nada, aunque Pucca si hizo una mueca de disgusto por el sitio.

Se inclinó Hagrid ante la chimenea, mientras Pucca y Garu intercambiaban una mirada. Los demás no podían ver que estaba haciendo, pero cuando un momento después se dio la vuelta, había un fuego encendido en la chimenea que inundó de luz toda la húmeda cabaña.

Harry, Pucca y Garu sintieron que el calor los cubría como si estuvieran en un baño de agua caliente, era relajante y les quitaba el frio. El gigante satisfecho se volvió a sentar en el sofá, que se hundió bajo su peso y comenzó a sacar toda clase de cosas de los bolsillos de su abrigo, una cazuela de cobre, un paquete de salchichas, un atizador, una tetera, varias tasas agrietadas y una botella de un líquido color ámbar, de la que tomó un trago antes de comenzar a preparar el té.

Muy pronto, la cabaña estaba lleno del aroma de las salchichas calientes. Nadie dijo una palabra mientras el gigante trabajaba, pero cuando sacó las seis salchichas jugosas y calientes, Dudley comenzó a impacientarse, entonces tío Vernon dijo en tono cortante.

–No toques nada que él te de, Dudley.

El gigante lanzó una sonrisa sombría.

–Ese gordo pastel que es su hijo no necesita engordar más, Dursley, no se preocupe.

Esas palabras hicieron sentir mal a Pucca, no importaba quien fueran o como fueran. Nadie debía ser tratado así, así que bajó su mochila roja de su espalda y discretamente sacó lo que llevaba en la mochila para los Dursley.

Y al sacar lo que llevaba para los Dursley, guardó todo de nuevo y volvió a colocarse la mochila en la espalda. Caminando hasta ellos con calma y con una sonrisa le ofreció los regalos, pero la señora Dursley se asustó y retrocedió.

–Aléjate, niña, no tomaremos nada de lo que nos des.

Eso entristeció a Pucca, que agachó la cabeza y Garu la apartó de ellos. Mirando con molestia a los Dursley, porque según él, nadie trataba mal a Pucca en su presencia. Así que miró a Pucca, quitándole los obsequios y diciéndole serio con sus ojos.

~No pasa nada, Pucca, si no lo quieren ahora, lo tomarán después.~

~¿De verdad, Garu?~

Cuestionó Pucca con su mirada esperanzada, asintiendo Garu y dejándole los regalos debajo de los Dursley, mientras los miraba con frialdad y advertencia.

~Más les vale apreciar el regalo de Pucca.~

Los Dursley no entendieron nada del gemelo de Harry, pero su mirada helada como un iseverck les dio a entender que no debían meterse con la chica. No sabían si ambos estaban enamorados, o solo se cuidaban entre sí por amistad.

Pero lo que sí sabían, era que lo mejor para ellos era no meterse con la chica de chongos. Así que solo vieron como ambos chicos regresaban con Harry, asustados de lo que pudieran hacer.

Fue así que Hagrid le sirvió las salchichas a Harry, a Pucca y a Garu, viendo como Pucca también ponía a calentar en una olla traída por ella unos fideos. Sacando unos platos de la mochila y sirviendo los fideos cuando se calentaron, para sentarse de nuevo en medio de Harry y Garu después de esa acción.

Harry estaba tan hambriento que pensó que jamás había probado algo tan maravilloso, las salchichas estaban deliciosas y los fideos recién calentados estaban exquisitos. Pero todavía no podía quitarle los ojos de encima a los recién llegados, su hermano era intrigante, la chica era dulcemente silenciosa y el gigante era difícil de ignorar. Por último, como nadie estaba dispuesto a explicar nada, dijo con un tono curioso.

–Lo siento, pero todavía sigo sin saber quiénes son ustedes.

El gigante tomó un sorbo de té y se secó la boca con el dorso de la mano.