Descargo de responsabilidad: ya saben ustedes que PUCCA y sus personajes no me pertenecen, le pertenecen a su creador Boo Kyoung Kim. Yo sólo usé sus personajes, para crear esta historia loca, pero según yo entretenida.

Descargo de responsabilidad 2: así como el libro de Harry pottery sus personajes no me pertenecen, pues le pertenecen a la autora JKRollin. yo sólo utilicé a Harry potter para juntarlo con Pucca, así que no plagien, adapten o copien por favor que eso no está bien.

000

"Hay muchas cosas que no podré perdonar, pero para ti solo hay una, nos pertenecemos y jamás te perdonaré que nos negaras." _(Garu William Potter Sanada)

Garu se levantó temprano esa mañana, exactamente a las cinco de la mañana como era su costumbre. Quería pensar que solo era un sueño todo lo que pasó ayer, pero su cordura no podía dejar que ignorara su realidad.

Así que se levantó en silencio, dejándole a Harry y a Pucca el abrigo gigantesco de Hagrid. Para después caminar a la chimenea ya apagada, viéndola y luego viendo a Pucca, esa niña dulce que lo había conquistado desde niño con su sonrisa y su adorabilidad.

Pero que ahora estaba acostada junto a Harry, abrazándolo como si fuera a él a quien abrazara. Pero Garu sabía que no era él quien estaba con ella en sus brazos, sí no su hermano recién descubierto hace apenas un día.

Y sí, saber que tenía un hermano, no significaba que lo había descubierto. Solo significaba que podía o no existir en alguna parte del mundo y que debía buscar, como la búsqueda de un tesoro perdido en el mundo. El cual sabías que existía, pero no sabías en donde estaba en realidad.

Y ahora que había encontrado a su hermano Harry James Potter, era confirmar esas historias fantasiosas de sus tíos paternos que tanto le daban risa de más niño. Un hecho que no le gustaba para nada, pues eso le hacía ver que nunca estuvo destinado a ser un ninja, sí no un mago como sus padres Lili y James Potter fueron en su entonces.

Eso lo puso triste y a la vez le dio miedo, miedo porque no sabía magia y por ende no podía protegerse ni proteger a su pequeña acosadora. Que, si bien aparentaba tener once años como él y Harry, sabía bien que en realidad tenía nueve años y actuaba más fuerte que una niña de 15 años.

Por eso no quería que fuera ni que sé juntara con su hermano, pues deseaba protegerla de todo mal, aunque sea desde lejos. Más sabía de sobra que ella era terca y testaruda, que a pesar de que le dijera que sé fuera, seguiría allí a pesar de lo que pudiera pasarle.

Así que suspiró derrotado, mirando a la chimenea con nostalgia y deseando volver a casa. Pues otro problema que tenía, era que Gura no tenía experiencia para proteger a Sooga, ya que era confiado, torpe y distraído con todo lo que hacía y eso ponía en peligro a la aldea.

Pero estando aquí, ¿Qué podía hacer?

Exacto, no podía hacer nada, solo confiar en que Gura sé haga fuerte y aprenda a madurar de nuevo. Algo que deseaba con todo su corazón, porque así no debía preocuparse tanto por él como por sus seres queridos en Sooga.

Así que se imaginó como Gura sé la estaba pasando en Sooga sin él, tratando de relajarse con pensamientos alegres y sin escuchar como alguien se acercaba a él. Por lo menos hasta que le tomó el hombro suavemente, sobresaltándolo por esa acción inesperada y no deseada en esos momentos de reflexión.

Girándose a ver a la persona con desconfianza, hasta que entre las sombras distinguió el suelto cabello de Pucca, los ojos rasgados grises suaves, su dulce sonrisa y esa piel pálida que parecía hacerla brillar. Entonces frunció el ceño aún molesto con Pucca por haber dicho que solo eran amigos, aún más al ver como ella le decía en silencio seriamente.

~Calla, Garu, aún los demás están durmiendo.~

Viéndola poner un dedo en sus labios levemente, para silenciarlo y que no hiciera más ruido que pudiera despertar a los Dursley, a Harry y Hagrid. Un detalle que Garu solo lo hizo molestar, diciendo con enojo en su cabeza.

(¿Ahora cuida a los demás? ¿Creí que yo era el único al que iba a cuidar?)

No sabía porque estaba furioso, solo sabía que quería que él fuera el único al que cuidara. Y ser la única chica a la que Garu cuidara, porque no deseaba mirar a nadie más que a Pucca.

Pero a ella parecía no importarle nada, solo proteger a todos los que estuvieran a su alrededor. Y no sería molesto en absoluto, sí no fuera porque lo acaba de meter en un saco común, él de amigo y no el de su hogar especial como su novio.

Por lo que sé enfadó con Pucca, tomándola del brazo antes de que ella pudiera girarse a buscar un peine en su mochila. Mirándolo ella desconcertada y abriendo un poco sus ojos rasgados, al ver la ira en los ojos de Garu que le parecía gritar con ira.

~¡Y A MÍ QUE ME IMPORTA QUE ESTÉN DURMIENDO! ¡¿QUIERO SABER POR QUÉ ME NEGASTE?! ¡Y QUIERO SABERLO AHORA!~

~¿De qué hablas, Garu?~

Los ojos de Pucca sé desconcertaron, alzando una ceja en forma de interrogación por la exigencia del ninja semi-profesional. Tratando de ignorar el fuerte apretón en su brazo más fuerte de lo normal, observando la respuesta de Garu en esos ojos que hervían de ira.

~¡DE QUE LE HAS DICHO A MI HERMANO QUE SOMOS AMIGOS! ¡CUANDO ¡TÚ SIEMPRE HABÍAS DICHO QUE SOMOS NOVIOS!~

~Garu, entiendo que estés molesto, pero no podía decirle a Harry que somos novios. No sabes lo complicado que es explicar todo esto, sobretodo porque ni yo sé que somos al oír siempre el: "no somos nada", de tu parte.~

Pucca soltó un suspiro cansado, luego de decirle aquello con sus ojos profundos e intentando liberar su brazo del apretón de Garu mientras mantenía la calma. Sus ojos grises reflejaban confusión y, quizás, un rastro de tristeza.

Garu apretó aún más su agarre, mirándola con furia contenida. Su mente estaba llena de pensamientos confusos y sentimientos encontrados, que a pesar de que no decía con palabras, sus ojos lo demostraban al obscurecerse y nublarse por tantos sentimientos.

La confusión sobre su identidad como mago, el miedo por la seguridad de Sooga, el temor de que Gura no fuera suficiente y el peligro y ahora la ira hacia Pucca por lo que consideraba una traición, algo que sabía que no debía sentir porque todo había sido su culpa. Él le había dicho que no eran nada para alejarla, pero solo fue para protegerla y ella no lo veía claro cuando era obvio.

~NO ME IMPORTA SI ES COMPLICADO! ¡PODRÍAS HABER DICHO LA VERDAD! ¡ERES MI NOVIA, PUCCA! ¡NO SOLO UNA AMIGA!~

~¡¿Y DESDE CUÁNDO!? ~

Preguntó suavemente Pucca con sus ojos, comenzándose a enfadar al igual que Garu. jalándola Garu hacia él, mientras sus ojos destellaban de frustración.

~¡DESDE SIEMPRE! ¡TÚ SIEMPRE LO DICES! ¡¿NO?! ~

La declaración de Garu la sorprendió, dejándola paralizada en su sitio. Pucca se quedó en silencio por un momento, procesando las palabras de Garu.

La sorpresa en su rostro se desvaneció para dar paso a una mezcla de emociones: confusión, enojo y quizás un atisbo de tristeza. Garu la miraba intensamente, esperando una respuesta que explicara todo lo que a él le conflictuaba.

~Garu, yo siempre he dicho que somos amigos porque tú siempre has insistido en que no somos nada más. Siempre me has apartado con esa actitud distante, y no puedo simplemente ignorar lo que tú mismo me has dicho. ~

Luego de expresar eso con sus ojos, Pucca suspiró nuevamente, tratando de mantener la calma en medio de la creciente tensión. Liberó su brazo del fuerte agarre de Garu y molesta miró a los ojos verdes de él con atención, tratando de no estallar de ira como debía.

En la mirada de Pucca se pudo ver frustración, como si estuviera tratando de hacerle entender a Garu que ella solo seguía su planteamiento. Garu, por su parte, frunció el ceño aún más, sintiéndose atrapado en sus propias palabras.

~Pero... pero eso era para protegerte, Pucca. No quería que te involucraras en los problemas que enfrento ahora, no quiero que pases lo que yo Y no quiero que te lastimes por mi culpa, esto es algo que debo resolver solo.~

Pucca soltó un suspiro y trató de alejarse, pues esto la estaba enfureciendo por completo. Garu, sin embargo, no estaba dispuesto a soltarla.

La tensión entre ellos estaba en su punto más alto, como una tormenta a punto de estallar. Así que volvía a tomarla en sus manos, pero esta vez desde las muñecas y la hizo girar hacia él.

~Garu, entiendo que quieras protegerme, pero no puedes esperar que actúe como si fuéramos algo más cuando siempre has dejado claro que no lo somos. No sé qué esperas de mí, pero sí sé que ahora no puedes criticar mis acciones.~

Las palabras de Pucca que sus ojos rebelaron resonaron en la mente de ambos, haciendo que Garu se encontrara sin respuesta. Había creado un laberinto de confusiones y malentendidos, por lo que ahora se sentía atrapado en él sin ningún tipo de salida.

La realidad de su situación lo golpeó como un golpe de viento frío, haciendo que reflexionara sobre sus propias acciones. Mientras tanto, Pucca tomaba aire, sacudiéndolo un poco y diciendo con sus ojos profundos.

~Garu, escucha. Harry acaba de descubrir que tiene un hermano, por lo que todo esto es demasiado para él. No quería abrumarlo con más información, sobre todo porque no creí que fuera necesario informarle de nuestros problemas de no noviazgo.~

Eso lo sacó de su transe, que lo hizo negar con la cabeza, mientras Pucca seguía hablándole sin hablar como debería si no tuviera el voto de silencio.

~Además, ¿cómo crees que reaccionaría si le dijera que venimos de un lugar donde la magia y los ninjas coexisten? ~

~No lo sé, Pucca, pero ahora mismo no estoy hablando de mi hermano. Estoy hablando de ti, de mí y de lo que es esto, lo mucho que intento protegerte y tú no te das cuenta.~

La respuesta de Garu sacó de quicio a Pucca, diciéndole con una mirada en llamas.

~¡YO NO TE PEDÍ QUE ME CUIDARAS! ¡PUEDO PROTEJERME SOLA!~

Garu apretó los dientes con frustración, sintiendo que la tensión entre ellos aumentaba con cada palabra no dicha. El silencio se instaló entre ambos, solo interrumpido por la respiración agitada de Garu.

Pucca, aún molesta, se liberó de las manos de Garu y dio un paso hacia atrás, mirándolo con intensidad. Sus ojos grises lanzaban chispas de desafío, deseando que no dijera nada más y solo la viera hablar con sus gestos y expresiones.

~Garu, siempre has sido el que toma decisiones por los dos, pero ya me cansé, porque también puedo cuidarme sola, ¿O es qué no lo ves? ¿O acaso no confías en que puedo cuidar de mí misma?~

Las preguntas volvieron a resonar en la cabeza de ambos, dejando a Garu sin palabras. La verdad era que él no quería que Pucca se enfrentara a peligros o problemas, pero no podía admitirlo sin contradecir su propio discurso anterior.

Y al saber eso, Garu apretó los dientes y sus ojos verdes miraron a su hermano dormido y luego regresaron a ella, no queriendo admitir que su fan tenía toda la razón. Mientras que los ojos de Pucca siguieron sin dar tregua, dándole a entender con señas lo cansada que estaba de las indecisiones de él.

~No puedo seguir actuando como si fuéramos algo más cuando tú siempre has dejado claro que no lo somos. Si quieres protegerme, Garu, deberías confiar en mí y no tratar de controlar todo. ~

Garu bajó la mirada, sintiendo el peso de sus propias acciones. Se dio cuenta de que, en su intento de proteger a Pucca, la había alejado y creado una barrera entre ellos.

La confusión y el miedo a lo desconocido le habían hecho actuar de manera impulsiva, alejándola para que no sufriera el destino de sus padres y sus tíos. Provocando que ahora enfrentara las consecuencias de sus acciones, que lo atrapaban en una espiral de confusión.

Pucca, a pesar de su enojo, se acercó a Garu y colocó su mano suavemente en su mejilla. La mirada en sus ojos grises cambió a una expresión más suave, tratando de demostrarle que aún lo amaba a pesar de todo.

~Garu, entiendo que estés pasando por mucho en este momento. Pero no puedo seguir así, no puedo ser tu novia solo cuando tú lo decides y luego ser solo una amiga.~

Garu sabía que tenía razón, pero no quería perderla, aunque no la quería cerca por el momento. Así que miró a sus ojos, viendo una declaración que en el corazón le quemó.

~Yo te amo, Garu, lo sabes. Pero es mejor quedar como amigos por ahora, sí no sabes lo que deseas en estos momentos.~

Garu se quedó en silencio, sintiendo el nudo en su garganta y el peso de sus propias decisiones. Aunque Pucca había dejado claro sus sentimientos, también había marcado límites y la necesidad de que Garu reflexionara sobre lo que realmente quería.

~Pucca, Tú...~

Antes de que los ojos de Garu pudieran terminar la frase, Pucca le puso un dedo en los labios para que sus ojos o su boca no dijera más. Su mirada intensa buscaba la conexión con los ojos verdes de Garu, esperando que entendiera sin necesidad de palabras visuales o habladas.

~No necesitas decir nada ahora, Garu. Solo tómate tu tiempo para pensar en lo que realmente quieres y necesitas, yo te esperaré como siempre, pero esta vez hasta donde pueda.~

Pucca retiró su mano y se alejó unos pasos, dándole espacio a Garu para procesar todo lo que acababa de suceder. El silencio entre ellos se volvió pesado, cargado de emociones no expresadas.

Garu se quedó allí, mirando a Pucca mientras ella se dirigía hacia la chimenea apagada. Aunque se sentía confundido y frustrado consigo mismo, también sabía que tenía que enfrentar sus propias inseguridades y miedos.