Descargo de responsabilidad: ya saben ustedes que PUCCA y sus personajes no me pertenecen, le pertenecen a su creador Boo Kyoung Kim. Yo sólo usé sus personajes, para crear esta historia loca, pero según yo entretenida.

Descargo de responsabilidad 2: así como el libro de Harry pottery sus personajes no me pertenecen, pues le pertenecen a la autora JKRollin. yo sólo utilicé a Harry potter para juntarlo con Pucca, así que no plagien, adapten o copien por favor que eso no está bien.

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"La razón por la que nunca te me pasas por la cabeza, es porque siempre estás en mi mente." _(PUCCA Walburga Black Dooda)

Pucca estaba triste, después de esa conversación con Garu estaba agotada. Pues sintió que de alguna manera se había equivocado al decir esas palabras, dándole ganas de correr a sus brazos y decirle que olvidara todo, que todo seguiría igual entre ellos y los besos no pararían.

Pero sabía que era tarde, así que siguió viendo la chimenea distraídamente. Garu observó a Pucca, quien parecía sumida en sus propios pensamientos mientras miraba la chimenea.

La tensión entre ellos persistía, pero al menos ahora las cartas estaban sobre la mesa. Garu sabía que tenía que reflexionar sobre sus propias acciones y decidir qué quería realmente, ¿El problema?

Bueno, el problema era que estaba confundido por todo esto. Mientras tanto, en su interior, Pucca lidiaba con la mezcla de emociones que la conversación había desatado.

Un pesar de su enojo inicial, también entendía la posición de Garu y las razones detrás de sus decisiones. Sin embargo, necesitaba establecer límites y cuidar de su propio corazón.

Así que se alejó de la chimenea, yendo a su mochila para sacar un peine y arreglar así sus chongos. Sé comenzó a peinar tranquilamente, aunque no podía evitar ver a Garu de reojo para cuidarlo como su madre le dijo luego de morir cuando ella tenía tres años.

Sabía que alrededor de su historia familiar había un misterio, que sus tíos Ho, Dumpling, Linguini y el maestro así que no querían decirle. Pero que tenía que ver con su apellido Black y con los Potter, sí lo último que le dijo su madre antes de morir fue.

–Por favor, mi dulce Pucca, tienes que prometerme que cuidarás a los gemelos Potter.

–Mamita, pero no los Conozco.

Recordó la respuesta inocente que ella le dio a su madre, oyendo la risita débil de su mamá.

–No tardaré en enviarte a Sooga con tus tíos Ho, Linguini y Dumpling, allá está uno de los gemelos y ese es al que debes de cuidar.

–Pero, mami, ¿Cómo lo identificaré?

Volvió a preguntar Pucca con curiosidad, cerrando los ojos su madre y diciendo antes de fallecer.

–Ya lo descubrirás, Pucca querida, tú papá Sirius Black es padrino de Harry y de Garu. Por lo que tú corazón los distinguirá, así que prométeme que los buscarás y los cuidarás con tu vida.

una Pucca de tres años con lágrimas en los ojos, asintió solemnemente mientras sostenía la mano marchita de su madre.

–Lo prometo, mamá, cuidaré de los gemelos Potter como si fueran mi propia familia.

Pucca juró con toda su fuerza, pero no pudo evitar sollozar y pedir con tristeza y el Corazón Partido.

–Mamá, no te vayas, no me dejes sola.

Sé aferró a ella con todas sus fuerzas, pero su padrastro Lee Dooda la alejó y le dijo suave.

–Mi niña, ya no llores, tú mamá ya se ha ido. Ahora descansando en el mundo de los dioses, pero tú tienes que ser fuerte e irte conmigo a Sooga para ver a tus tíos y a tu media hermana de cuatro años.

Después de la trágica pérdida de su madre, Pucca fue enviada a Sooga, el lugar donde residían sus tíos Ho, Linguini y Dumpling. Aunque era solo una niña de tres años, llevaba consigo la promesa que le hizo a su madre: cuidar a los gemelos Potter como si fueran su propia familia.

Y al estar perdida en sus pensamientos, no notó que Harry se había despertado temprano aquella mañana. Exactamente a las 6:00 de la mañana luego de una hora de que Pucca y Garu se despertaron, girando ella y Garu a ver a Harry acostado debajo del abrigo de Hagrid.

Ambos sabían que estaba despierto, pero no hicieron nada para levantarlo, solo esperaron a que él se levantara y ni sé giraron a ver. Mientras que Harry estaba en su propio aletargamiento, que a pesar de que ya era de día, mantenía los ojos muy cerrados por lo que vivió a noche.

–Ha sido un sueño.

Se dijo Harry con firmeza.

–Soñé que un gigante llamado Hagrid vino a decirme que voy a ir a un colegio de magos. Cuando abra los ojos estaré en casa, en mi alacena.

Oír eso detalladamente, hizo sonreír a Pucca suavemente, mientras Garu solamente bufaba por lo molesto que sonaba eso. luego se produjo un súbito golpeteo, que era probable que fuera de Hagrid.

(Y ésa es tía Petunia llamando a la puerta.)

Pensó Harry con el corazón abrumado, no pudiendo creer lo que pasó y menos podía imaginarse la pelea que hubo entre Pucca y Garu. Pero todavía no abrió los ojos, quería seguir recordando ese sueño y decir soñador en su mente.

(Había sido un sueño tan bonito...)

Sin embargo, el súbito golpeteo volvió a sonar e interrumpió a Harry de sus pensamientos.

*Toc. Toc. Toc.*

–Está bien.

Rezongó Harry—.

–Ya me levanto.

Se incorporó y se le cayó el pesado abrigo negro de Hagrid, haciendo que Pucca riera levemente por el descuido de Harry.

–¡JI JI JI!

Mientras que Garu se dirigía a la ventana, mostrándole a los tres que la cabaña estaba iluminada por el sol, la tormenta había pasado, Hagrid estaba dormido en el sofá y había una lechuza golpeando con su pata en la ventana, con un periódico en el pico. Harry se puso de pie al ver que todo era verdad, tan feliz como si un gran globo se expandiera en su interior.

Fue directamente a la ventana y la abrió antes de que Garu pudiera hacerlo, algo que solo hizo enfadar a Garu aún más de lo que ya estaba. La lechuza bajó en picada y dejó el periódico sobre Hagrid, que no se despertó para nada.

Entonces la lechuza se posó en el suelo y comenzó a atacar el abrigo de Hagrid, llamando la atención de Pucca y de Harry que giraron a ver a la lechuza, llamándole la atención el único gemelo Potter que podía hablar para que dejara el abrigo.

–No hagas eso.

Harry trató de apartar a la lechuza, pero ésta cerró el pico amenazadoramente y continuó atacando el abrigo. Pucca no sabía qué hacer, así que caminó hacia donde estaba Hagrid dormido para despertarlo.

Mientras que Garu iba a cerrar la ventana, tenso por la discusión anterior y tan orgulloso para ya no querer acercarse a Pucca por ahora. Así que cuando llegó a la ventana y estaba a punto de cerrarla, Destiny entró por la ventana, empujando a Garu levemente sin que se dieran cuenta y caer al suelo transformado en un humano de 11 años.

–¡Hagrid!

Dijo Harry en voz alta—.

–Aquí hay una lechuza...

Intentó Harry informar, pero terminó siendo interrumpido por el mismo gigante.

–Págala.

Gruñó Hagrid desde el sofá.

–¿Qué?

Preguntó Harry aturdido, mientras que Destiny se reía por lo bajo desde donde estaba junto a Garu.

–Quiere que le pagues por traer el periódico, así que hazlo, busca en los bolsillos.

El abrigo de Hagrid parecía hecho de bolsillos, con contenidos de todo tipo: manojos de llaves, proyectiles de metal, bombones de menta, saquitos de té... Finalmente Harry sacó un puñado de monedas de aspecto extraño, observándolas con interés y curiosidad como la misma Pucca.

–Dale cinco knuts.

Dijo soñoliento Hagrid, mientras Harry preguntaba intrigado.

—¿Knuts?

—Esas pequeñas de bronce.

Le explicó serio Hagrid aún cansado, oyéndose el suspiro del gigante. Mientras que Pucca se alejaba de Harry, pensando en lo que sentía después de lo que pasó y con las mismas ganas que tenía de fingir que no pasó.

Sin embargo, conocía su realidad y sabía que lo que pasó ya no podía evitarse. Así que intentó distraerse, algo que no tardó en lograr, pues vio a Destiny y hecho a correr hacia él para abrazarlo.

Mientras que Harry contó las cinco monedas y la lechuza extendió la pata, para que Harry pudiera meter las monedas en una bolsita de cuero que llevaba atada. Al obtenerlas, salió volando por la ventana abierta y los dejó solos en un santiamén. Hagrid bostezó con fuerza, se sentó y se desperezó, sin darse cuenta del dragón transformado en niño que ahora estaba con los cuatro.

–Es mejor que nos demos prisa, Chicos. Tenemos muchas cosas que hacer hoy, las cuales nos llevará mucho tiempo. debemos ir a Londres a comprar todas las cosas del colegio, que créanme que son demasiadas.

Harry estaba dando la vuelta a las monedas mágicas y observándolas, ya que acababa de pensar en algo que le hizo sentir que el globo de felicidad en su interior acababa de pincharse.