Descargo de responsabilidad: ya saben ustedes que PUCCA y sus personajes no me pertenecen, le pertenecen a su creador Boo Kyoung Kim. Yo sólo usé sus personajes, para crear esta historia loca, pero según yo entretenida.
Descargo de responsabilidad 2: así como el libro de Harry pottery sus personajes no me pertenecen, pues le pertenecen a la autora JKRollin. yo sólo utilicé a Harry potter para juntarlo con Pucca, así que no plagien, adapten o copien por favor que eso no está bien.
000
"Todos "merecen una oportunidad, incluso aquellos que no demuestran interés en aprovecharla." _(Pucca Walburga Black Dooda)
Cuando Garu, Harry y Hagrid vieron a Pucca y a Destiny fuera del banco de Gringotts, los tres se acercaron y Harry les preguntó, al ver las bolsas de dinero que cargaban.
–¿Ustedes también sacaron dinero para comprar lo de La lista del colegio?
Pucca y Destiny intercambiaron una mirada antes de que Destiny asintiera con entusiasmo.
–¡Sí! ¡Sacamos dinero para nuestros útiles escolares y algunas cositas extra!
Respondió Destiny con una sonrisa radiante.
–Vaya, ¿No sabía que el maestro so también tenía cosas guardadas en el banco de Gringotts?
Dijo curioso Hagrid, mirando al dragón cambiante con atención.
–Claro que tiene cosas aquí, solo que nadie lo sabe. Él prefiere mantener eso en secreto, para que no le roben nada, pero de que guarda cosas aquí las guarda.
Le explicó serio Destiny, agregando tranquilamente.
–Así que nosotros tuvimos que ir a la cámara del maestro so y la madre de Pucca Nill, para agarrar el dinero para ella.
Después de escuchar las palabras de Destiny, Garu, Harry y Hagrid se quedaron sorprendidos. No podían creer que el maestro so y la madre de Pucca llamada Nill tuvieran una cámara en el banco de Gringotts, es que ni si quiera Hagrid había sido informado de aquello por Dumbledore.
Era un secreto bien guardado, que ahora parecía haber salido a la luz. Sin embargo, no era como que nadie lo fuera a decir a los demás.
–¿La cámara del maestro soo y la madre de Pucca llamada Nill? ¿Qué tipo de cosas guardan allí?
Preguntó Harry, intrigado por la revelación. Pucca y Destiny se miraron de reojo, negando con la cabeza y diciendo Destiny alegremente.
–Lo siento, pero no podemos decirlo, es un secreto.
Luego de eso Pucca y Destiny rieron suavemente, haciendo enfadar a Garu por la conexión que ambos tenían y que le estaban provocando Celos. Aunque claro, jamás lo admitiría ni para él mismo, aunque sus dientes y puños sé apretaran furiosamente y lo demostraran al mundo por sí mismo. por lo que suspiró y oyó a hablar a ese endemoniado dragón, llamando la atención de Hagrid y su hermano gemelo.
–Bien, ¿Ahora dónde vamos?
–Sí, Hagrid, ¿A dónde vamos?
Cuestionó también Harry, al no saber a dónde ir ahora.
–Tendrían que comprar el uniforme.
Les dijo tranquiloHagrid, señalando hacia:
«Madame Malkin, túnicas para todas las ocasiones»
–Oigan, Chicos, ¿les importa que me dé una vuelta por el Caldero Chorreante? Detesto los carros de Gringotts.
Todavía parecía mareado, por lo que todos alzaron los hombros y fue así que Harry entró en la tienda de Madame Malkin junto a Pucca, Garu y Destiny, sintiéndose algo nervioso como los demás. Madame Malkin era una bruja sonriente y regordeta, vestida de color malva.
—¿Hogwarts, guapos?
Dijo amistosamente, cuando Harry, Pucca, Garu y Destiny entraron, ella empezó a hablar de nuevo.
–Tengo muchos aquí… En realidad, otro muchacho se está probando ahora.
En el fondo de la tienda, un niño de rostro pálido y puntiagudo estaba de pie sobre un escabel. Mientras otra bruja le ponía alfileres en la larga túnica negra, viendo la medida y el corte perfecto para la túnica.
Madame Malkin puso a Harry en un escabel al lado del otro, le deslizó por la cabeza una larga túnica y comenzó a marcarle el largo apropiado. Mientras mandaba a otras brujas a hacer lo mismo a Garu, Pucca y Destiny, llamando la atención del chico pálido, que los miró a todos, pero sé fijó más en Pucca.
–Hola.
Dijo serio el muchacho a Harry, para disimular que veía a Pucca.
–¿También Hogwarts?
–Sí.
Respondió calmado Harry, mientras Pucca miraba al chico pálido y los ojos de ella chocaban con los del chico.
–Mi padre está en la tienda de al lado, comprando mis libros, y mi madre ha ido calle arriba para mirar las varitas.
Dijo tranquilo el chico, tratando de no perderse en la mirada de Pucca. Tenía voz de aburrido y arrastraba las palabras, por lo que veía Garu, él podía ocultar muy bien lo que sentía con su voz.
Pero podía ver ese brillo en sus ojos, ese brillo que todos los chicos tenían cuando se fijaban en su Pucca y no le gustaba. De hecho, lo odiaban, ¿Por qué todos se fijaban en lo que era suyo?
–Luego voy a arrastrarlos a mirar escobas de carreras. No sé por qué los de primer año no pueden tener una propia. Creo que voy a fastidiar a mi padre hasta que me compre una y la meteré de contrabando de alguna manera.
Harry recordaba a Dudley, ese chico sé le hacía muy similar a su primo. Mientras que Garu veía a ese chico como Ronnie King, el hijo consentido y molesto de Dong King que solo aparecía en las vacaciones y que tenía un año mayor que él.
–¿Tú tienes escoba propia?
Continuó serio el muchacho.
–No.
Dijo serio Harry, preguntando el chico entonces por los otros chicos que acompañaban a Harry.
–¿Y tus amigos?
–Tampoco.
Soltó Destiny por Harry esta vez, sonriendo con pena Pucca, mientras el chico suspiraba y preguntaba de nuevo.
–¿Juegan al menos al quidditch?
–No.
Dijo serio de nuevo Harry, preguntándose en su mente qué diablos sería el quidditch, mientras el chico seguía hablando.
–Yo sí. Papá dice que sería un crimen que no me eligieran para jugar por mi casa, y la verdad es que estoy de acuerdo. ¿Ya sabes en qué casa van a estar tus amigos y tú?
–No.
Dijo serio Harry, sintiéndose cada vez más tonto, sin que el chico dejara de hablarles.
–Bueno, nadie lo sabrá realmente hasta que lleguemos allí, pero yo sé que seré de Slytherin, porque toda mi familia fue de allí. ¿Te imaginas estar en Hufflepuff? Yo creo que me iría, ¿no te parece?
–Mmm.
Le contestó dudoso Harry, deseando poder decir algo más interesante.
–¡Oye, mira a ese hombre!
Dijo súbitamente el chico, señalando hacia la vidriera de delante. Hagrid estaba allí, sonriendo a los chicos y señalando cinco grandes helados, para que vieran por qué no entraba.
–Ése es Hagrid.
Dijo feliz Harry, contento de saber algo que el otro no sabía.
–Trabaja en Hogwarts.
–Oh.
Dijo simple el muchacho.
–He oído hablar de él. Es una especie de sirviente, ¿no?
–Es el guardabosque.
Dijo súbitamente serio Harry, tratando de calmarse como su hermano gemelo parecía estar. Cada vez le gustaba menos aquel chico, y al parecer el ceño fruncido de Garu le hacía pensar que le pasaba lo mismo, mientras el chico soltaba sus desagradables comentarios.
–Sí, claro. He oído decir que es una especie de salvaje, que vive en una cabaña en los terrenos del colegio y que de vez en cuando se emborracha. Trata de hacer magia y termina prendiendo fuego a su cama.
–Yo creo que es estupendo.
Dijeron Harry y Destiny con frialdad.
–¿Eso crees?
Preguntó el chico en tono burlón.
–¿Por qué está aquí con ustedes? ¿Dónde están sus padres?
–Están muertos.
Respondió Harry en pocas palabras, bajando Pucca y Garu la cabeza, mientras Hagrid desviaba la mirada. Sinceramente Harry no tenía ganas de hablar de ese tema con él, era algo que solo les incumbía a sus amigos, aunque no sabía si Destiny tenía padres y los padres de Pucca seguían con vida.
–Oh, lo siento.
Dijo seco el otro, aunque no pareció que le importara.
–Pero eran de nuestra clase, ¿no?
–Eran un mago y una bruja, si es eso a lo que te refieres.
Respondió seco Harry, mientras Pucca se preocupaba al sentir la tensión, mientras el chico seguía hablando sin percatarse de la preocupación de Pucca.
–Realmente creo que no deberían dejar entrar a los otros, ¿no te parece? No son como nosotros, no los educaron para conocer nuestras costumbres. Algunos nunca habían oído hablar de Hogwarts hasta que recibieron la carta, ya te imaginarás. Yo creo que debería quedar todo en las familias de antiguos magos. Y, a propósito, ¿cuál es tu apellido?
Pero antes de que Harry pudiera contestar, Madame Malkin dijo:
–Ya está listo lo tuyo, guapo, tendrás que esperar un poco a tus amigos.
Y Harry, sin lamentar tener que dejar de hablar con el chico, bajó del escabel. Salió de la tienda para esperar a Pucca, Garu y Destiny, oyendo como el chico se despedía.
–Bien, los veré en Hogwarts, supongo.
Dijo serio el muchacho, viendo como terminaban con Pucca, Destiny y Garu. Harry y Destiny estaban muy silenciosos, así como lo eran Pucca y Garu desde que llegaron a Londres. Mientras comían el helado que Hagrid le habían comprado (chocolate y frambuesa con trozos de nueces).
