Descargo de responsabilidad: ya saben ustedes que PUCCA y sus personajes no me pertenecen, le pertenecen a su creador Boo Kyoung Kim. Yo sólo usé sus personajes, para crear esta historia loca, pero según yo entretenida.

Descargo de responsabilidad 2: así como el libro de Harry pottery sus personajes no me pertenecen, pues le pertenecen a la autora JKRollin. yo sólo utilicé a Harry potter para juntarlo con Pucca, así que no plagien, adapten o copien por favor que eso no está bien.

000

"El amor es hermoso, pero la inteligencia es quien nos guía hacia la plenitud sin depender de otros." _(Hermione Jean Granger)

Tiempo después se oyó un golpe en la puerta del compartimiento, y entró el muchacho de cara redonda que Harry y sus acompañantes habían visto al pasar por el andén nueve y tres cuartos. Parecía muy afligido, por algo que aún nadie sabía.

–Perdón.

Dijo afligido.

–¿Por casualidad no habréis visto un sapo?

Cuando los cinco negaron con la cabeza, gimió aún más afligido.

–¡Lo he perdido! ¡Se me escapa todo el tiempo!

–Ya aparecerá.

Dijo tranquilo Harry.

–Sí.

Dijo el muchacho apesadumbrado, poniéndose dé pie y diciendo.

–Espera, yo te ayudo.

–Bueno, si lo veis...

Intentó decir Garu, diciendo Destino derrotado.

–Se fueron.

–No sé por qué está tan triste.

Comentó calmado Ron.

–Si yo hubiera traído un sapo, lo habría perdido lo más rápidamente posible. Aunque en realidad he traído a Scabbers, así que no puedo hablar.

La rata seguía durmiendo en las rodillas de Ron, mirando Garu, Harry y Destiny la rata en las piernas del pelirrojo.

–Podría estar muerta y no notarías la diferencia.

Dijo Ron con disgusto, dando Destiny una leve risita.

–Ayer traté de volverla amarilla para hacerla más interesante, pero el hechizo no funcionó. Se los voy a enseñar, mira con atención...

Revolvió en su baúl y sacó una varita muy gastada, todos prestando atención a lo que hacía. En algunas partes estaba astillada y, en la punta, brillaba algo blanco.

–Los pelos de unicornio casi se salen. De todos modos...

Acababa de coger la varita cuando la puerta del compartimiento se abrió otra vez, llamando la atención de los cuatro chicos presentes. Había regresado el chico del sapo, pero llevaba a una niña y a Pucca con él.

La muchacha ya llevaba la túnica de Hogwarts, al igual que Pucca que la hacía destacar. Harry y Garu abrieron los ojos, hipnotizados por la belleza de ambas chicas de pelo negro y castaño ligeramente fuerte.

–¿Alguien ha visto un sapo? Neville perdió uno.

Dijo seria, mirando a los chicos. Tenía voz de mandona, mucho pelo color castaño y los dientes de delante bastante largos, que no aligeraba su belleza a pesar de todo.

Pucca ahora tenía unos chongos coleta, estando Alado izquierdo del muchacho del sapo perdido. Garu quería pararse y gritarle a Pucca que dejara de ser tan inquieta, pero sabía que no podía hacerlo y por eso prestó atención y ya.

–Ya le hemos dicho que no.

Dijo serio Ron, pero la niña no lo escuchaba. Estaba mirando la varita que tenía en la mano, rodando los ojos Pucca y dando un Leve Bufido.

–Oh, ¿estás haciendo magia? Entonces, vamos a verlo.

Se sentó, Pucca rodó los ojos y dijo seria.

–Bien, vean, yo iré a ayudar a Neville.

–De acuerdo, Pucca, muchas gracias.

Soltó tranquila la chica de cabello castaño, mientras que Ron pareció desconcertado.

–Eh... de acuerdo.

Se aclaró la garganta.

«Rayo de sol, margaritas, volved amarilla a esta tonta ratita.»

Agitó la varita, pero no sucedió nada. Scabbers siguió durmiendo, tan gris como siempre.

–¿Estás seguro de que es el hechizo apropiado?

Preguntó seria la niña.

–Bueno, no es muy efectivo, ¿no? Yo probé unos pocos sencillos, sólo para practicar, y funcionaron. Nadie en mi familia es mago, fue toda una sorpresa cuando recibí mi carta, pero también estaba muy contenta, por supuesto, ya que ésta es la mejor escuela de magia, por lo que sé. Ya me he aprendido todos los libros de memoria, desde luego, espero que eso sea suficiente... Yo soy Hermione Granger. ¿Y vosotros quiénes sois?

Dijo todo aquello muy rápidamente, abriendo Garu sorprendido porque a la única que sabía que le gustaba parlotear era a Ring Rin, pero era sorprendente que esa tan Hermione Granger fuera veloz al hablar como la de pelo azul. Garu y Harry miraron a Ron y se calmaron al ver en su rostro aturdido que él tampoco se había aprendido todos los libros de memoria, aunque de alguna manera se sintió tonto, porque Garu siempre estaba preparado para todo.

–Yo soy Ron Weasley.

Murmuró tímido Ron.

–Harry Potter.

Dijo serio Harry, diciendo simple Garu.

–Yo soy Garu Potter.

–Y yo me llamo Destino...

Dijo serio Destiny, callándose al ser interrumpido.

–¿Son ustedes realmente?

Dijo curiosa Hermione.

–Lo sé todo sobre ustedes, por supuesto, conseguí unos pocos libros extra para prepararme más y ustedes figuran en Historia de la magia moderna, Defensa contra las Artes Oscuras y Grandes eventos mágicos del siglo XX.

–¿Estamos nosotros?

Dijeron serios Garu y Harry, sintiéndose mareados.

–Dios mío, no lo saben. Yo en su lugar habría buscado todo lo que pudiera sobre mí y lo demás, así estaría más preparada para todo.

Dijo tranquila Hermione.

–¿Sabéis a qué casa van a ir? Estuve preguntando por ahí y espero estar en Gryffindor, parece la mejor de todas. Oí que Dumbledore estuvo allí, pero supongo que Ravenclaw no será tan mala... De todos modos, es mejor que sigamos buscando el sapo de Neville, así que iré a seguir a Pucca y a Neville allá afuera. Y vosotros cuatro deberíais cambiaros ya, vamos a llegar pronto al colegio.

Y se marchó, siguiendo al chico sin sapo y a Pucca.

–Cualquiera que sea la casa que me toque, espero que ella no esté.

Dijo serio Ron, Garu y Harry fruncieron el ceño y dijeron al unísono.

–Ron, no digas eso, solo es una chica muy animada y eso no tiene nada de malo.

–Como quieran, hablando así solo parece que la chica les gusta.

Hablando malhumorado Ron, soltando Garu y Harry defensivamente.

–No digas eso, solo decimos que fuiste muy crítico.

–Na, no fue para tanto.

Arrojó su varita al baúl, enojado por el hechizo fallido que hizo.

–Qué hechizo más estúpido, me lo dijo George. Seguro que era falso.

–¿En qué casa están tus hermanos?

Preguntó curioso Harry, mirando Garu y Destiny con interés a Ron.

–Gryffindor.

Dijo seco Ron, bajando la mirada hacia su rata. Otra vez parecía deprimido, como si creyera que él no tenía nada de especial.

–Mamá y papá también estuvieron allí, no es como que sea estricto que me quede allí. Pero bueno, no sé qué van a decir si yo no estoy. No creo que Ravenclaw sea tan mala, pero imagina si me ponen en Slytherin.

–¿Ésa es la casa en la que Vol... quiero decir Quien tú sabes... ¿Estaba?

Dijeron interesados Harry y Garu.

–Ajá.

Dijo serio Ron, sin voltear a ver a Garu y a Harry. Se echó hacia atrás en el asiento, con aspecto abrumado.

–¿Sabes? Me parece que las puntas de los bigotes de Scabbers están un poco más claras.

Dijo amablemente Harry, tratando de apartar la mente de Ron del tema de las casas, sonriendo Garu a medias y agregando suavemente.

–Es cierto, están más claras.

–Par de mentirosos, pero gracias.

Soltó Ron divertido, dando una risita incómoda como ellos. Al girar a ver a Garu, notó el gato negro que estaba enrollado en las piernas del ninja, así que preguntó curioso.

–Por cierto, Garu, ¿Por qué tu gato no ha atacado a Scabbers? ¿Está enfermo?

–No, él jamás ataca si yo no le digo, está entrenado para atacar solo cuando es necesario y yo lo ordeno. Mientras no, para eso son los gatos ninjas.

–¡Wow! Eso sí que está loco, ya me gustaría tener un gato ninja.

Soltaron asombrados Ron y Harry, preguntando curioso por el gato.

–¿Y cómo se llama tu gato?

–Se llama mío, la gata rosa que vieron hace rato es Yani y es de Pucca. Por eso ya no está, pues siguió a Pucca cuando fue a ayudar a ese tal Neville.

–Ya entiendo.

Soltó serio Ron, preguntando Harry de la nada, curioso de nuevo por el mundo en el que estaban.

–Y, a propósito, Ron, ¿qué hacen ahora tus hermanos mayores?

Harry se preguntaba qué hacía un mago, una vez que terminaba el colegio, llamando también la curiosidad de su hermano gemelo.

–Charlie está en Rumanía, estudiando dragones. Y Bill está en África, ocupándose de asuntos para Gringotts.

Explicó serio Ron.

–¿Se enteraron de lo que pasó en Gringotts? Salió en El Profeta, pero no creo que las casas de los muggles lo reciban: trataron de robar en una cámara de alta seguridad.

Harry y Garu se sorprendieron.

–¿De verdad? ¿Y qué les ha sucedido?

–Nada, por eso son noticias tan importantes. No los han atrapado, lastimosamente para Gringotts. Mi padre dice que tiene que haber un poderoso mago tenebroso para entrar en Gringotts, pero lo que es raro es que parece que no se llevaron nada. Por supuesto, todos se asustan cuando sucede algo así, ante la posibilidad de que Quien ustedes saben esté detrás de ello.

Harry y Garu repasaron las noticias en su cabeza, pues debían admitir que sí era alarmante que pudiera ser ese horrible mago. Habían comenzado a sentir una punzada de miedo cada vez que mencionaban a Quien tú sabes, a pesar de que ni Garu ni Harry lo recordaban ni conocían en absoluto.

Suponían que aquello era una parte de entrar en el mundo mágico, pero era mucho más agradable poder decir «Voldemort» sin preocuparse. Pecado embargo, parecía que estaban muy lejos de ello.

–¿Cuáles son su equipo de quidditch?

Preguntó interesado Ron.

–Eh... No Conocemos ninguno.

Confesó apenado Harry, Garu solo agachó la cabeza y acarició a Mio.

–¿Cómo?

Ron pareció atónito.

–Oh, ya verán, es el mejor juego del mundo...

Y se dedicó a explicarles todo sobre las cuatro pelotas y las posiciones de los siete jugadores, describiendo famosas jugadas que había visto con sus hermanos y la escoba que le gustaría comprar si tuviera el dinero. Les estaba explicando los mejores puntos del juego, cuando otra vez se abrió la puerta del compartimiento, pero esta vez no era Neville, el chico sin sapo, ni Hermione Granger, ni la pequeña Pucca que venía con ellos antes.