Descargo de responsabilidad: ya saben ustedes que PUCCA y sus personajes no me pertenecen, le pertenecen a su creador Boo Kyoung Kim. Yo sólo usé sus personajes, para crear esta historia loca, pero según yo entretenida.
Descargo de responsabilidad 2: así como el libro de Harry pottery sus personajes no me pertenecen, pues le pertenecen a la autora JKRollin. yo sólo utilicé a Harry potter para juntarlo con Pucca, así que no plagien, adapten o copien por favor que eso no está bien.
000
"Fui creado en tiempos pasados, ahora viajo a través del tiempo para mostrarte tu camino en el presente". _(El sombrero seleccionador)
Harry tragó con dificultad, mientras que Garu apartaba a Hermione de Ronnie y decía serio al de pelo azul.
–¡¿Podrías dejar de tratar de conquistar a cualquier chica que vez?!
–Todo te molesta, Garu, yo solo estaba siendo amable, ¿Verdad, linda?
Soltó serio Ronnie, asintiendo Hermione con Calma.
–Sí, él solo es amable.
–Eso dicen todos.
Soltó Garu y la alejó de Ronnie, dejándola con Harry y luego yendo con Pucca, para hablar con seriedad.
–necesito que me digas, ¿Por qué diablos no me dijiste que Tobe, Shaman, Chief, Ring Ring y Ronnie estaban aquí?
–No preguntaste, Garu. De todas formas, no están haciendo nada malo.
Se encogió de hombros Pucca, yéndose con Destiny y tomando su mano mano.
–¿Cómo se las arreglan exactamente para seleccionarnos?
Preguntó curioso Harry a Ron.
–Creo que es una especie de prueba, la verdad es que ellos solo saben. Fred dice que duele mucho, pero creo que era una broma.
El corazón de Harry dio un terrible salto, A Garu no le parecía muy bien esa idea, sentía que solo exhibirían a él y a su hermano.
¿Una prueba?
¿Delante de todo el colegio?
Pero él y Garu no sabían nada de magia todavía... ¿Qué harían?
No esperaban algo así, justo en el momento en que acababan de llegar. Miró temblando a su alrededor y vio que los demás también parecían aterrorizados, Garu no quería temblar frente a los demás y demostrar debilidad, así que solo apretó los puños y los dientes.
Nadie hablaba mucho, salvo Hermione Granger, que susurraba muy deprisa todos los hechizos que había aprendido y se preguntaba cuál necesitaría. Harry intentó no escucharla, no porque no quisiera, si no porque lo ponía nervioso y podía notar que a Garu también.
Nunca habían estado tan nerviosos, nunca, ni siquiera cuando tuvo Harry que llevar a los Dursley y Garu a los Sanada un informe del colegio que decía que ellos, de alguna manera, habían vuelto azul la peluca de su maestro.
Mantuvieron los ojos fijos en la puerta, esperando a la profesora que les haría la prueba para entrar a alguna casa. En cualquier momento, la profesora McGonagall regresaría y los llevaría a su juicio final.
Entonces, sucedió algo que les hizo dar un salto en el aire... Muchos de los que estaban atrás gritaron, llamando la atención de Pucca y Destiny que pararon de hablar.
–¿Qué es...?
Harry y Garu resoplaron sorprendidos, acercándose los chicos cada vez más. Lo mismo hicieron los que estaban alrededor, sorprendidos cada vez más y más por lo que veían.
Unos veinte fantasmas acababan de pasar a través de la pared de atrás, dando Pucca pequeños aplausos asombrados. De un color blanco perla y ligeramente transparentes, los fantasmas se deslizaban por la habitación, hablando unos con otros, casi sin mirar a los de primer año.
Por lo visto, estaban discutiendo. El que parecía un monje gordo y pequeño, decía con tranquilidad:
–Perdonar y olvidar. Yo digo que deberíamos darle una segunda oportunidad...
–Mi querido Fraile, ¿no le hemos dado a Peeves todas las oportunidades que merece? Nos ha dado mala fama a todos y, usted lo sabe, ni siquiera es un fantasma de verdad... ¿Y qué estáis haciendo todos vosotros aquí?
El fantasma, con gorguera y medias, se había dado cuenta de pronto de la presencia de los de primer año. Nadie respondió, muy asombrados por los fantasmas.
–¡Alumnos nuevos!
Dijo tranquilo el Fraile Gordo, sonriendo a todos.
–Estáis esperando la selección, ¿no?
Algunos asintieron.
–¡Espero veros en Hufflepuff!
Continuó amable el Fraile.
–Mi antigua casa, ya sabéis.
–En marcha.
Dijo seria una voz aguda.
–La Ceremonia de Selección va a comenzar.
La profesora McGonagall había vuelto, parándose enfrente de los muchachos de primer año. Uno a uno, los fantasmas flotaron a través de la pared opuesta.
–Ahora formad una hilera.
Dijo seria la profesora a los de primer año.
–Y seguidme.
Con la extraña sensación de que sus piernas eran de plomo, Harry se puso detrás de un chico de pelo claro, con Garu de tras de él y Ron tras ellos. Salieron de la habitación, volvieron a cruzar el vestíbulo, pasaron por unas puertas dobles y entraron en el Gran Comedor.
Garu y Harry nunca habrían imaginado un lugar tan extraño y espléndido, según Garu era mucho más grande que la mansión de los King. Estaba iluminado por miles y miles de velas, que flotaban en el aire sobre cuatro grandes mesas, donde los demás estudiantes ya estaban sentados.
En las mesas había platos, cubiertos y copas de oro, tan elegantes como cuando se hacían las reuniones de los clanes en Sooga. En una tarima, en la cabecera del comedor, había otra gran mesa, donde se sentaban los profesores.
La profesora McGonagall condujo allí a los alumnos de primer año y los hizo detener y formar una fila delante de los otros alumnos, con los profesores a sus espaldas. Los cientos de rostros que los miraban parecían pálidas linternas bajo la luz brillante de las velas, que Garu no ignoraba para recordar mantenerse fuerte.
Situados entre los estudiantes, los fantasmas tenían un neblinoso brillo plateado. Para evitar todas las miradas, Harry levantó la vista y vio un techo de terciopelo negro, salpicado de estrellas. Oyó susurrar a Hermione, a la cual no dudó en prestare atención:
«Es un hechizo para que parezca como el cielo de fuera, lo leí en Historia de Hogwarts.»
Era difícil creer que allí hubiera techo y que el Gran Comedor no se abriera directamente a los cielos, sobre todo porque todo se veía tan real. Harry bajó la vista rápidamente, mientras la profesora McGonagall ponía en silencio un taburete de cuatro patas frente a los de primer año.
Encima del taburete puso un sombrero puntiagudo de mago, que hizo que Garu y Harry parpadearan confundidos. El sombrero estaba remendado, raído y muy sucio, Garu podía jurar que era más viejo que santa Claus y el maestro Soo.
Tía Petunia no lo habría admitido en su casa según por lo que Harry le susurró a su hermano Garu, mientras que él le dijo que eso pasaría con la familia King. Luego le señaló a Ring Ring y a Ronnie, que hacían una mueca de asco hacia el sombrero.
(Tal vez tenían que intentar sacar un conejo del sombrero)
Pensaron Harry y Garu algo irreflexivamente, eso era lo típico de... cuando sé dieron cuenta que pensaban en los estereotipos de los magos, agitaron la cabeza y apartaron esas ideas por lo grosero que sonaba.
Al darse cuenta de que todos los del comedor contemplaban el sombrero, Harry y Garu también lo hicieron. Durante unos pocos segundos, se hizo un silencio completo.
Entonces, el sombrero se movió. Una rasgadura cerca del borde se abrió, ancha como una boca, y el sombrero comenzó a cantar:
_🎶Oh, podrás pensar que no soy bonito, pero no juzgues por lo que ves.
Me comeré a mí mismo si puedes encontrar un sombrero más inteligente que yo.
Puedes tener bombines negros, sombreros altos y elegantes.
Pero yo soy el Sombrero Seleccionador de Hogwarts y puedo superar a todos.
No hay nada escondido en tu cabeza que el Sombrero Seleccionador no pueda ver.
Así que pruébame y te diré dónde debes estar.
Puedes pertenecer a Gryffindor, donde habitan los valientes.
Su osadía, temple y caballerosidad ponen aparte a los de Gryffindor.
Puedes pertenecer a Hufflepuff, donde son justos y leales.
Esos perseverantes Hufflepuff de verdad no temen el trabajo pesado.
O tal vez a la antigua sabiduría de Ravenclaw, si tienes una mente dispuesta, porque los de inteligencia y erudición siempre encontrarán allí a sus semejantes.
O tal vez en Slytherin harás tus verdaderos amigos.
Esa gente astuta utiliza cualquier medio para lograr sus fines.
¡Así que pruébame!
¡No tengas miedo!
¡Y no recibirás una bofetada!
Estás en buenas manos (aunque yo no las tenga).
Porque soy el Sombrero Pensante.🎶
Todo el comedor estalló en aplausos cuando el sombrero terminó su canción.
