Descargo de responsabilidad: ya saben ustedes que PUCCA y sus personajes no me pertenecen, le pertenecen a su creador Boo Kyoung Kim. Yo sólo usé sus personajes, para crear esta historia loca, pero según yo entretenida.
Descargo de responsabilidad 2: así como el libro de Harry pottery sus personajes no me pertenecen, pues le pertenecen a la autora JKRollin. yo sólo utilicé a Harry potter para juntarlo con Pucca, así que no plagien, adapten o copien por favor que eso no está bien.
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"No importa que seas un conocedor o un ignorante, jamás pensaré que algo tan vetusto sea tan fabuloso como lo soy yo." _(Anillo Anillo Doria Malfoy King)
El sombrero se inclinó hacia las cuatro mesas y luego se quedó rígido otra vez, cerrando su boca creada como al principio.
–Entonces, ¿sólo hay que probarse el sombrero!
Susurró serio Ron a Garu, que le susurró a Harry algo divertido.
–. Voy a matar a Fred.
Harry y Garu sonrieron débilmente, suspirando ambos aliviados por eso. Sí, probarse el sombrero era mucho mejor que tener que hacer un encantamiento, pero habrían deseado no tener que hacerlo en presencia de todos.
El sombrero parecía exigir mucho, y Harry no se sentía valiente ni ingenioso ni nada de eso, por el momento. Garu por otra parte, tenía otras características que tal vez si lo incluían en algunas de esas casas, pero sinceramente estaba agotado de todo hoy.
Si el sombrero hubiera mencionado una casa para la gente que se sentía un poco indispuesta, ésa habría sido las de Harry y Garu. La profesora McGonagall se adelantaba con un gran rollo de pergamino, hablando con seriedad.
–Cuando yo os llame, deberéis poneros el sombrero y sentaros en el taburete para que os seleccionen.
Diciendo después.
–¡Abbott, Hannah!
una niña de rostro rosado y trenzas rubias salió de la fila, se puso el sombrero, que la tapó hasta los ojos, y se sentó. Un momento de pausa apareció frente a todos, haciéndolos contener el aliento.
–¡HUFFLEPUFF!
Gritó animado el sombrero, haciendo que todos soltaran el aliento. Bajándose del taburete, la mesa de la derecha aplaudió, mientras Hannah iba a sentarse con los de Hufflepuff. Harry y Garu vieron al fantasma del Fraile Gordo saludando con alegría a la niña, dándole la bienvenida a la casa de él.
–Negro ¡Pucca!
La llamó la profesora MCGonagall, dejando el comedor en un silencio sepulcral bastante extraño para Garu y Harry. Pucca corrió a una velocidad que impactó a todo Hogwarts, sin darse cuenta el silencio de terror que dejó.
Cuando Pucca se sentó en el taburete, dio una sonrisita y le pusieron el sombrero. Así taparon sus bellos ojos rasgados de color gris, haciendo que viera dentro del sombrero polvoriento.
Todos se quedaron en silencio, haciendo temer a Garu que las separaran de él. Mientras tanto, Pucca se concentró lo suficiente en lo que hacía. Oyendo la voz del sombrero en su oído, que solo la hizo sonreír aún poco más al oírlo.
–Pequeña, veo en ti mucho potencial, eres amable, tierna y gentil. Pero inocente, dulce y torpe a la vez, lo que te hace de armas tomar. Puedes ser peligrosa a la vez, pues jamás te rindes cuando quieres algo con firmeza. Sin embargo, te domina el amor, lo que te vuelve valiente y decidida. Eso hace que la decisión sea difícil, así que tendrás que dejarme pensar.
Al finalizar de hablar, el sombrero sé calló por momento y después gritó con fuerza.
–¡Gryffindor!
Cuando Pucca bajó, esta vez nadie aplaudió, muy atemorizados por el apellido que llevaba. A Pucca no le importó, solo fue a la mesa que era la de la casa.
–¡Huesos, Susana!
llamó a otra niña la profesora y la niña corrió a sentarse, en poco tiempo le dieron sus resultados.
–¡HUFFLEPUFF!
Gritó enérgico otra vez el sombrero, y Susan se apresuró a sentarse al lado de Hannah.
–¡Bota, Terry!
El Chico Corrió, gritando de nuevo el sombrero.
–¡RAVENCLAW!
La segunda mesa a la izquierda aplaudió esta vez, alegres e intentando ignorar lo que pasó con Pucca. Varios Ravenclaws se levantaron para estrechar la mano de Terry, mientras se reunía con ellos en su mesa.
–Brocklehurst, Mandy.
Mandy también fue a Ravenclaw, pero otra niña más:
–Marrón, Lavanda
Lavender resultó la segunda nueva Gryffindor, en la mesa más alejada de la izquierda, que estalló en vivas por fin. Harry y Garu pudieron ver a los hermanos gemelos de Ron, silbando con alegría por la chica, como sí lo de Pucca no hubiera pasado.
–Bulstrode, Millicent
Millicent fue a Slytherin, tan serio como los que estaban en esa mesa. Tal vez era la imaginación de Harry y Garu, después de todo lo que habían oído sobre Slytherin, pero les pareció que era un grupo desagradable.
Comenzaban a sentirse decididamente mal, temiendo que estarían donde no querían. Harry Recordó lo que pasaba en las clases de gimnasia de su antiguo colegio, cuando se escogían a los jugadores para los equipos.
Siempre había sido el último en ser elegido, no porque fuera malo, sino porque nadie deseaba que Dudley pensara que lo querían. Por eso siempre lo escogían al último, haciéndolo sentir triste y solitario.
–¡Finch-Fletchley, Justin!
Le gritó la profesora, sonando después el sombrero seleccionador.
—¡HUFFLEPUFF!
Harry y Garu notaron que, algunas veces, el sombrero gritaba el nombre de la casa de inmediato, pero otra tardaba un poco en decidirse.
—Finnigan, Seamus.
El muchacho de cabello arenoso, que estaba al lado de Harry en la fila, estuvo sentado un minuto entero, antes de que el sombrero lo declarara con decisión un:
–¡Gryffindor!
Después la profesora llamó a otra más.
–Granger, Hermione.
Hermione casi corrió hasta el taburete y se puso el sombrero, muy nerviosa por lo que pasaría.
–¡GRYFFINDOR!
Gritó fuerte el sombrero, bajándose del taburete y para asombro de todos se sentó con Pucca. Ron gruñó, odiando que esa niña mandona sé fuera a Gryffindor. Un horrible pensamiento atacó a Harry y a Garu, uno de aquellos horribles pensamientos que aparecen cuando uno está muy intranquilo.
(¿Y si a ellos no los elegían para ninguna casa? ¿Y si se quedaban sentados con el sombrero sobre los ojos, durante horas, hasta que la profesora McGonagall se los quitara de la cabeza para decirles que era evidente que se habían equivocado y que era mejor que volvieran en el tren?)
Luego la maestra gritó de nuevo.
–Jackson, Destino.
Destiny pasó adelante, pero para su mala suerte, el sombrero seleccionador gritó animado.
–¡HUFFLEPUFF!
Destiny suspiró desanimado, se despidió de Pucca y se fue a su nueva casa. Cuando Neville Longbottom, el chico que perdía su sapo, fue llamado, se tropezó con el taburete.
El sombrero tardó un largo rato en decidirse, tal vez porque Neville era muy torpe para decidir en donde podía estar. Cuando finalmente gritó animado:
–¡GRYFFINDOR!
Neville salió corriendo, todavía con el sombrero puesto, y tuvo que devolverlo, entre las risas de todos a Mcgonagall, Morag.
–¡Malfoy, Draco!
Malfoy se adelantó al oír su nombre y de inmediato obtuvo su deseo: el sombrero apenas tocó su cabeza y gritó:
–¡SLYTHERIN!
Malfoy fue a reunirse con sus amigos Crabbe y Goyle, con aire de satisfacción. La siguiente fue Ring Ring, que fue nombrada por la profesora que estaba en medio.
–Malfoy King, Ring Ring.
Como siempre Ring Ring le lanzó una mirada de desprecio a Pucca, caminando como en pasarela, sentándose en el taburete para colocarse el raído sombrero, al tenerlo puesto resonó su vos ante todo el comedor.
–¡Slytherin!
Ya no quedaba mucha gente, así que solo escucharon atentos.
–Moon… Nott… Parkinson…
Después unas gemelas.
–Patil y Patil…
Más tarde:
–Perks, Sally-Anne… y, finalmente:
–¡Potter, Harry! ¡Y Potter, Garu!
Mientras Harry y Garu se adelantaban, los murmullos se extendieron súbitamente como fuegos artificiales.
–¿Han dicho Potter?
–¿Esos Harry Potter y Garu Potter?
Lo último que Harry vio, antes de que el sombrero le tapara los ojos, fue el comedor lleno de gente que trataba de verlo bien. Al momento siguiente, miraba el oscuro interior del sombrero. Esperó con paciencia, suspirando con algo de nerviosismo.
–Mm.
Dijo indeciso una vocecita en su oreja.
–Difícil. Muy difícil. Lleno de valor, lo veo. Tampoco la mente es mala. Hay talento, oh vaya, sí, y una buena disposición para probarse a sí mismo, esto es muy interesante… Entonces, ¿dónde te pondré?
Harry se aferró a los bordes del taburete y pensó:
(En Slytherin no, en Slytherin no.)
Cerrando los ojos con fuerza.
(En Slytherin no, ¿eh?
Dijo serio la vocecita.
–¿Estás seguro? Podrías ser muy grande, ¿sabes?, lo tienes todo en tu cabeza y Slytherin te ayudaría en el camino hacia la grandeza. No hay dudas, ¿verdad? Bueno, si estás seguro, mejor que seas… ¡GRYFFINDOR!
Harry oyó al sombrero gritar la última palabra a todo el comedor, aliviado de lo que pasó y sintiéndose mejor. Se quitó el sombrero y anduvo, algo mareado, hacia la mesa de Gryffindor.
Estaba tan aliviado de que lo hubiera elegido y no lo hubiera puesto en Slytherin, que casi no se dio cuenta de que recibía los saludos más calurosos hasta el momento. Percy el prefecto se puso de pie y le estrechó la mano vigorosamente, mientras los gemelos Weasley gritaban:
«¡Tenemos a Potter! ¡Tenemos a Potter!»
Harry se sentó en el lado opuesto al fantasma que había visto antes, viendo a su hermano y esperando que él también lo siguiera. Él fantasma le dio una palmada en el brazo, dándole la horrible sensación de haberlo metido en un cubo de agua helada.
Cuando su hermano Garu pasó, no tardó ni un minuto para que lo mandaran a Gryffindor. Él hizo el mismo transcurso que Harry, sentándose con su hermano con alivio.
Podían ver bien la mesa de los profesores, logrando ver a todos los que estaban allí. En la punta, cerca de ellos, estaba Hagrid, que los miró y levantó los pulgares.
Harry y Garu le sonrieron, agradecidos por la confianza de Hagrid. Y allí, en el centro de la mesa, en una gran silla de oro, estaba sentado Albus Dumbledore.
Garu y Harry lo reconocieron de inmediato, por el cromo de las ranas de chocolate. El cabello plateado de Dumbledore era lo único que brillaba tanto como los fantasmas, aunque no tanto como el resplandor extraño que emitían Pucca, Ring Ring y Ronnie.
Harry y Garu también vieron al profesor Quirrell, el nervioso joven del Caldero Chorreante. Estaba muy extravagante, con un gran turbante púrpura.
–Sanada, Gura.
Cuando Gura fue, el sombrero lo mandó a:
–¡HUFFLEPUFF!
Suspirando Garu con tristeza, porque al final ya no podía cuidar a su hermano primo.
–¡Jing Jing, Riddle!
Los maestros se sorprendieron, nadie sabía por qué, pero sí observaron a la chica correr para allá. Garu entrecerró los ojos, ya que no sabía que el verdadero nombre de Chief era Jing Jing.
–¡Slytherin!
Oyeron gritar al sombrero seleccionador, corriendo con todos los de Slytherin. Y ya quedaban solamente tres alumnos para seleccionar, así que solo se pusieron a escuchar.
Un Turpin, Lisa le tocó Ravenclaw, y después le llegó el turno a Ron, que se mostraba con muchos nervios.
Tenía una palidez verdosa y Harry y Garu cruzaron los dedos debajo de la mesa, esperando que su nuevo amigo saliera con suerte. Un segundo más tarde, el sombrero gritó con alegría:
–¡GRYFFINDOR!
Harry y Garu aplaudieron con fuerza, junto con los demás, mientras que Ron se desplomaba en la silla más próxima.
–Bien hecho, Ron, excelente.
Dijo pomposamente Percy Weasley, por encima de Harry y Garu, mientras que:
–Zabini, Blaise.
Era un chico seleccionado para Slytherin, terminando por fin con la selección.
