Descargo de responsabilidad: ya saben ustedes que PUCCA y sus personajes no me pertenecen, le pertenecen a su creador Boo Kyoung Kim. Yo sólo usé sus personajes, para crear esta historia loca, pero según yo entretenida.

Descargo de responsabilidad 2: así como el libro de Harry pottery sus personajes no me pertenecen, pues le pertenecen a la autora JKRollin. yo sólo utilicé a Harry potter para juntarlo con Pucca, así que no plagien, adapten o copien por favor que eso no está bien.

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"Esto se trata de amor y honor, aunque del amor no entienda nada, el honor es mi prioridad."_(Garu William Potter Sanada y Harry James Potter)

Mientras Pucca era perseguida por Ring Ring y Jing Jing en el aire, Garu y Harry perseguían a Malfoy en sus escobas.

–¡Déjala!

Gritó serio Harry, agregando Garu con tono fiero.

–¡Sí, déjala, o te bajaremos de esa escoba!

–Ah, ¿sí?

Dijo irónico Malfoy, tratando de burlarse, pero con tono preocupado. Garu y Harry sabían, de alguna manera, lo que tenían que hacer.

Se inclinaron Hacia delante, cogieron la escoba con las dos manos y se lanzaron sobre Malfoy como una jabalina. Malfoy pudo apartarse justo a tiempo, Harry dio la vuelta y mantuvo firme la escoba.

Garu por su parte, fue para el otro lado, acorralando a Draco Malfoy por ambos lados. Como Pucca estaba siendo acorralada, estando ring Ring delante de ella y Jing Jing atrás de Pucca.

Abajo, algunos aplaudían. Estaban impresionados por ambos duelos en el aire, el que estaba en silencio de las chicas y el que se tiraban palabras de los chicos.

–Aquí no están Crabbe y Goyle para salvarte, Malfoy.

exclamó serio Harry, mientras Garu agregaba frío.

–Y tampoco está Tobe y el idiota de Ronnie.

Parecía que Malfoy también lo había pensado, aunque no lo dijera en voz alta.

–¡Atrápenla si pueden, entonces!

Gritó engreído, dando una risa baja, casi elegante y sin prisa. Tiró la bola de cristal hacia arriba y bajó a tierra con su escoba, justo a tiempo para atrapar a Pucca en brazos cuando Jing Jing y Ring Ring lograron tirar a Pucca de la escoba.

Al caer Pucca sin gritar, creyó que sé lastimaría al caer de golpe al suelo. Pero antes de que pudiera caer, sintió unos brazos en su cintura y al subir la cabeza, miró los ojos de Malfoy y se sonrojó suavemente.

Eso hizo enojar a Chief y a Ring Ring, bajando al suelo con sus escobas, molestas porque a pesar de haber tirado a Pucca. No sirvió de nada porque Draco la había atrapado, destruyendo la victoria de ambas chicas.

Pecado embargo, Harry y Garu no se dieron cuenta de nada. solo sé fijaron en lo que hizo Malfoy, olvidándose del otro combate de las chicas que ya había terminado.

Garu y Harry vieron, como si fuera a cámara lenta, que la bola se elevaba en el aire y luego comenzaba a caer. Se inclinaron hacia delante y apuntaron el mango de la escoba hacia abajo, llevando un equilibrio perfecto en la escoba que llevaban.

Al momento siguiente, estaban ganando velocidad en la caída. Persiguiendo a la bola fugitiva, con el viento silbando en sus orejas mezclándose con los gritos de los que miraban.

Harry Extendió la mano y, a unos metros del suelo, la atrapó, justo a tiempo para enderezar su escoba y descender suavemente sobre la hierba, con la recordadora a salvo.

Garu asintió y sonrió, bajó como su hermano, poniéndose junto a él. al estar tan juntos y por el mismo motivo, era como si jamás los hubieran separado en sus vidas.

–¡HARRY y Garu POTTER!

Sus corazones latieron más rápido que nunca, mientras Draco bajaba a Pucca discretamente. La profesora McGonagall corría hacia ellos, sin notar que Pucca estaba en los brazos de Malfoy. Se puso de pie, temblando.

–Nunca… en todos mis años en Hogwarts…

La profesora McGonagall estaba casi muda de la impresión, y sus gafas centelleaban de furia, regañándolos por sus actitudes.

–¿Cómo se han atrevido…? Podrían haberse roto el cuello…

–No fue culpa de ellos, profesora…

Intervino preocupada Parvati, mirando con ira a Pucca y a Malfoy. Ellos la ignoraron, mientras la profesora ordenaba seria.

–Silencio, Parvati.

–Pero Malfoy…

Intentó intervenir Ron, cortándolo en seco la profesora McGonagall.

–Ya es suficiente, Weasley. Harry y Garu Potter, vengan conmigo.

En aquel momento, Harry y Garu pudieron ver el aire triunfal de Malfoy, Crabbe y Goyle. Más el aire preocupado de Hermione y Pucca, que los veían con tristeza.

Mientras Garu y Harry andaban inseguros tras la profesora McGonagall, de vuelta al castillo. Los iban a expulsar, lo sabían y creían que no podrían equivocarse.

Querían decir algo para defenderse, pero no podían controlar su voz. La profesora McGonagall andaba muy rápido, sin siquiera mirarlos.

Tenían que correr para alcanzarla, aunque a Garu no se le hacía difícil por sus años de entrenamiento y las persecuciones de Pucca. Pero bueno, Esta vez presentía que él y Garu sí que lo habían hecho.

No habían durado ni dos semanas, echándolo a perder tan pronto y manchando el honor de Garu. En diez minutos estarían haciendo sus maletas, separándose de nuevo y sin posibilidades de volverse a ver.

¿Qué dirían los Dursley cuando lo vieran llegar a la puerta de su casa?

¿Qué diría Soo cuando lo viera llegar a la choza Sanada triste y derrotado?

Subieron por los peldaños delanteros y después por la escalera de mármol, Garu sin jadear ni quejarse, mientras que Harry ya jadeaba cansado. La profesora McGonagall seguía sin hablar, algo que les parecía extraño, porque esperaban un regaño de su parte.

La profesora abría puertas y andaba por los pasillos, con Harry y Garu corriendo tristemente tras ella. Tal vez los llevaba ante Dumbledore, él sería quien llamara a los Dursley y al maestro Soo para que vinieran por ellos.

Pensaron en Hagrid, expulsado, pero con permiso para quedarse como guardabosque. Quizá podrían ser el ayudante de Hagrid, aunque aun siendo un ninja, para quedarse juntos como hermanos.

Se les revolvió el estómago al imaginarse observando a Ron y los otros convirtiéndose en magos, mientras ellos andaban por ahí, llevando la bolsa de Hagrid o lo que llegara a necesitar. Algo que no le gustaba eso, para eso se quedaba en Sooga.

La profesora McGonagall se detuvo ante un aula, haciendo que Harry y Garu se detuvieran detrás de ella. Abrió la puerta y asomó la cabeza, aparentemente buscando a alguien.

–Discúlpeme, profesor Flitwick. ¿Puedo llevarme a Wood un momento?

Ambos chicos sé desconcertaron.

(«¿Wood?)»)

pensaron Garu y Harry aterrados.

–(«¿Wood sería el encargado de aplicar los castigos físicos?»)

Pero Wood era sólo un muchacho corpulento de quinto año, que salió de la clase de Flitwick con aire confundido.

–Seguidme los tres.

Dijo seria la profesora McGonagall, asintiendo los tres chicos confundidos. Avanzaron por el pasillo, Wood mirando a Harry y a Garu con curiosidad.

–Aquí.

La profesora McGonagall señaló un aula en la que sólo estaba Peeves, ocupado en escribir groserías en la pizarra.

–¡Fuera, Peeves!

Dijo con ira la profesora, rodando los ojos el fantasma. Peeves tiró la tiza en un cubo y se marchó maldiciendo, bastante molesto de que le quitaran la diversión. La profesora McGonagall cerró la puerta y se volvió para encararse con los muchachos, mientras Garu y Harry trataban de controlar sus nervios.

–Potter, éste es Oliver Wood.

Sé los presentó la profesora, mirando a los gemelos Potter y luego mirando al otro chico, para decirle con calma.

–Wood, te he encontrado unos buscadores. Oh, bueno, un buscador y su relevo si uno se llega a enfermar.

La expresión de intriga de Wood se convirtió en deleite.

–¿Está segura, profesora?

–Totalmente.

Dijo la profesora con vigor, mirando a ambos gemelos.

–Estos chicos tienen un talento natural, hasta hacen un buen equipo como los gemelos Weasley. Nunca vi nada parecido, es como sí la escoba fuera parte de ellos.

Dijo emocionada la profesora, preguntándole a ambos Gemelos.

–¿Ésta ha sido su primera vez con la escoba, Potter?

Harry y Garu asintieron con la cabeza en silencio, no sabiendo que decir o si se deberían sentir orgullosos o asustados. No tenían una explicación para lo que estaba sucediendo, pero les parecía que no los iban a expulsar y comenzaban a sentirse más seguros.