Descargo de responsabilidad: ya saben ustedes que PUCCA y sus personajes no me pertenecen, le pertenecen a su creador Boo Kyoung Kim. Yo sólo usé sus personajes, para crear esta historia loca, pero según yo entretenida.

Descargo de responsabilidad 2: así como el libro de Harry pottery sus personajes no me pertenecen, pues le pertenecen a la autora JKRollin. yo sólo utilicé a Harry potter para juntarlo con Pucca, así que no plagien, adapten o copien por favor que eso no está bien.

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"En la guerra y en el amor, el coraje y la determinación son armas poderosas". _(Acertijo Jing Jing)

Pucca asintió con una sonrisa suave, sorprendida por la actitud amable de Chief. Caminaron juntas hacia un rincón apartado del lugar, donde el bullicio del comedor de Hogwarts se desvanecía lentamente. Una vez allí, Chief se detuvo y miró a Pucca con sinceridad en sus ojos.

–Pucca, sé que Ring Ring te retó a un duelo de magia al que no fue, dejándote plantada como su medio hermano Malfoy y su otro medio hermano King dejaron plantados a Garu y Harry. Y crème que yo no sabía que lo harían, así que, como madrina de magia de ella, quería ofrecerte disculpas a ti, a Harry y a Garu con un obsequio.

Pucca se quedó momentáneamente sin palabras, procesando la inesperada disculpa de Chief. Aunque estaba sorprendida por el repentino cambio de actitud de la chica, no podía negar que se sentía aliviada por la oportunidad de resolver las cosas de manera pacífica.

–Gracias, Jefe. Es un gesto muy amable de tu parte.

Respondió seria Pucca, con una mezcla de gratitud y asombro en su voz. Chief sonrió, pareciendo genuinamente contenta de poder hacer Las paces.

–No hay de qué. Sé que las cosas pueden ser complicadas en Hogwarts, pero eso no significa que tengamos que llevarnos mal entre nosotros.

Dijo Chief con sinceridad, entrecerrando los ojos en forma misteriosa. Pucca asintió, sintiendo una oleada de calidez hacia la chica que antes solo veía como una rival. Era extraño cómo un simple gesto podía cambiar tanto su perspectiva.

–Entonces, ¿qué es ese obsequio del que hablas?

Preguntó interesada Pucca, curiosa por ver qué había traído Jefe. Chief sacó de su bolsillo tres cajitas de regalo, forradas de color azul cielo con corazones rojos, otra de color roja con corazones negros y la última de color negro con corazones azul cielo.

–La tuya es la caja roja, la de Garu es la caja negra y la de Harry es la de la caja azul, ábrela, es algo que puede comerse.

Pucca tomó la caja roja con cautela, sintiendo la intriga crecer en su pecho. Con manos temblorosas, desató el lazo y abrió la tapa cuidadosamente.

Dentro encontró un pastel con una decoración selectiva de dulces exquisitamente elaborados: chocolates en forma de corazón y caramelos de colores brillantes, algo que le pareció delicioso. Una sonrisa iluminó su rostro mientras examinaba el regalo con admiración preguntando aún más curiosa.

–¿Tú los hiciste?

–Desde luego, traje un horno pequeño para hacer los pastelitos.

Dijo alegre Chief, aunque era mentira, porque solo los había pedido por correo y ella los había decorado con algo especial.

–¡Wow, Jefe, esto es increíble! ¡Gracias!

Pucca exclamó con genuina emoción, sintiéndose verdaderamente conmovida por el gesto de Chief. La sinceridad en sus palabras y el esfuerzo detrás del regalo hicieron que su corazón se sintiera cálido y agradecido.

–No hay problema, Pucca. Me alegra que te guste. Creo que es importante dejar atrás las diferencias y aprender a apoyarnos mutuamente, ¿no crees?

Dijo alegre Chief, Pucca asintiendo con alegría.

–Sí, Chief, tienes razón.

Ambas chicas sonrieron felices, diciéndole Chief a Pucca con calma.

–No sé te olvide darle sus regalos a Garu y a Harry, lo haría yo, pero no quiero que me los rechacen.

–No sé me olvidará, Chief.

Con una cálida sonrisa, Pucca asintió, agradecida por la oportunidad de reconciliación que se le presentaba. Guardó cuidadosamente su regalo en su bolso y se despidió de Chief con un gesto amistoso, antes de dirigirse hacia donde se encontraban Garu y Harry.

Cuando llegó, todos fueron a sus clases. Prestaba atención en todo, hasta que terminó el horario de clase, fueron a cenar y luego corrió a la sala de Gryffindor para entrar a la habitación de los chicos, en donde Harry, Ron y Garu veían el paquete de las escobas.

Los dejó abrir los paquetes a su tiempo, notando como observaban las escobas cuando los abrieron. Todos tenían caras de sorpresa, ilusionados por las escobas nuevas.

Cuando dieron cerca de las 7:00 P. M., Garu y Harry sé encaminaron fuera del cuarto de los chicos. Pero antes de que se fueran por completo, Pucca los detuvo al tomarles del hombro con delicadeza y saludarles suavemente.

–Hola, Garu, Harr…

Pero antes de terminar de decir el nombre de Harry, Pucca habría los ojos y sintió un chispazo extraño en el corazón. De repente su ánimo sé había menguado, mientras sus ojos grises se tornaban opacos.

Pucca se sintió confundida por el repentino cambio en su estado de ánimo, tratando de recuperarse de esa mala sensación. Observó a Garu y a Harry, intentando identificar qué podría haber causado esa sensación extraña en su corazón.

Ambos chicos se giraron y la miraron con curiosidad, notando la expresión preocupada en su rostro. Algo que no entendían, porque hace unos instantes se veía normal, pero ahora estaba como perdida.

–¿Estás bien, Pucca?

Preguntó serio Garu, frunciendo el ceño ligeramente. Pucca asintió con un gesto forzado, intentando ocultar su incomodidad.

–Sí, solo fue un pequeño mareo. Debe ser el cansancio del día.

Respondió con voz apagada, fijando su mirada solo en Harry, como sí ignorara a Garu apropósito. Harry intercambió una mirada rápida con Garu, antes de dirigirse a Pucca con una expresión de preocupación genuina.

–¿Estás segura de que estás bien? ¿Necesitas algo?

Le interrogó serio Harry, mirando a los ojos apagados de la bruja kunoichi. Pucca trató de sonreír para tranquilizarlos, pero el peso en su pecho no desaparecía.

–Estoy bien, de verdad. Solo necesito descansar un poco. No se preocupen por mí.

Habló Pucca sin importancia, tratando de calmarse, aunque sus mejillas palidecieron. Garu y Harry intercambiaron otra mirada, claramente preocupados por su amiga.

Sin embargo, al ver que Pucca insistía en que estaba bien, decidieron no presionarla más. algo les decía que no era buena idea, ya que Pucca podría irritarse rápido.

–Bueno, si necesitas algo, no dudes en decírnoslo, ¿vale?

Dijo Harry con tono amable, observando a Pucca aún con preocupación. Pucca asintió con gratitud, agradeciendo la preocupación de sus amigos.

–Gracias, chicos. Les diré si los necesito, nos vemos mañana. Pero antes de eso, tengan esto.

Fue así que les entregó sus regalos, agregando tranquila, pero aún muy cabizbaja.

–Es un regalo de Chief, dice que es para disculparse por las actitudes de Draco, Ring Ring y Ronnie, disfrútenlo.

Después de eso Pucca se alejó, aun cabizbaja y perdida en sus pensamientos. Garu y Harry tomaron las cajas y abrieron la tapa, vieron el pastel y Garu decidió guardarlo.

Harry por su parte estaba tan nervioso por el entrenamiento de quidditch, que decidió comerse el pastel ya. Con eso, Garu y Harry se despidieron y salieron de la habitación.

Pucca después de que los viera de reojo despedir se quedó sola, sintiendo el peso de la extraña sensación en su pecho. Se preguntaba qué podría haberla causado y por qué se había manifestado justo en ese momento, al ver a los ojos a Harry Potter por unos momentos.

Decidió intentar descansar un poco para ver si el malestar desaparecía, aunque no estaba segura si lo haría. Se recostó en su cama, cerrando los ojos y tratando de calmar su mente agitada.

Sin embargo, por más que lo intentaba, no podía sacarse de la cabeza la extraña sensación que la había invadido. Mucho menos, podía de ver los ojos de Harry y su cabello de peinado diferente a Garu.

Mientras tanto, en otro lugar del castillo, Chief observaba desde la distancia con una mirada sombría. Sabía exactamente lo que acababa de suceder y había logrado su objetivo: sembrar la separación entre Pucca y Garu para que se enamore de Harry y Tobe Pueda atacar al indefenso del Garu despechado por el amor.

Ahora, solo tenía que esperar a que la semilla del amor discordante germinara y diera frutos amargos. Así su querido Tobe podía atacar, cumpliendo por fin con su venganza y enamorándose de ella por ser un plan perfecto con Shaman.

En lo más recóndito del castillo, Jefe acechaba en las sombras con una mirada sombría y retorcida. Observaba con satisfacción el resultado de su maquiavélico plan, sabiendo que tarde que temprano esto estallaría y Garu y Pucca nunca más estarían juntos.

Había sembrado la discordia entre Pucca y Garu, manipulando los hilos del destino para separar a la pareja inseparable. Ahora, el camino estaba libre para sus malévolos propósitos.

De esa manera, Pucca se enamorará de Harry y Tobe aprovechará la vulnerabilidad de Garu, despechado por el amor perdido. Jefe se regocijaba en su mente astuta, sabiendo que cada pieza se estaba moviendo exactamente como ella había planeado.

La semilla del amor discordante que había plantado estaba comenzando a germinar, y pronto daría frutos amargos. Era en solitario cuestión de tiempo antes de que Pucca se distanciara de Garu y se viera atraída por Harry, sin que él se diera cuenta, porque por el pastel él también sé enamoraría de ella.

Mientras que Garu, herido y desilusionado, se convertiría en presa fácil para Tobe y sus oscuros designios. Con una sonrisa siniestra, Chief se imaginaba el momento en que su querido Tobe ejecutaría la venganza largamente planeada.

Todo estaba en marcha para que su plan maestro se consumara, y no podía evitar sentir una oleada de satisfacción ante la idea de la ruina que se cernía sobre sus enemigos. Sobre todo, porque ella sería la más beneficiada, pues Tobe por fin se fijaría en ella y le agradecería por ser tan inteligente.

Sin embargo, a pesar de su aparente triunfo, Chief sabía que aún quedaban obstáculos por superar. Debía mantener su papel en las sombras, manipulando los eventos a su favor sin levantar sospechas.

Cualquier indicio de su participación podría arruinarlo todo, y obvio no debía dejar que pasara eso, el único que debía saber era su querido Tobe. Debía ser paciente y astuta, esperando el momento perfecto para revelar su verdadero poder y reclamar su victoria definitiva.