Descargo de responsabilidad: ya saben ustedes que PUCCA y sus personajes no me pertenecen, le pertenecen a su creador Boo Kyoung Kim. Yo sólo usé sus personajes, para crear esta historia loca, pero según yo entretenida.

Descargo de responsabilidad 2: así como el libro de Harry potter sus personajes no me pertenecen, pues le pertenecen a la autora JKRollin. yo sólo utilicé a Harry potter para juntarlo con Pucca, así que no plagien, adapten o copien por favor que eso no está bien.

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"Tu desdén me hizo daño, pero ahora me libero de su peso. Estoy lista para darle espacio a un nuevo amor, que me entregará la felicidad que tú no quisiste darme."_(Pucca Walburga Black Dooda y Harry James Potter)

A la mañana siguiente, Pucca se levantó temprano y sin recordar nada de lo que soñó. Estaba aturdida, pero se sentía mejor.

Tal vez sí había sido el pastel que hizo Chief, pero solo la hizo sentir mal porque Jing Jing solo no sabía cocinar y no por otra cosa. Cuando pensó eso, se fue al baño de mujeres a asearse y sonrió al espejo cuando se sintió mejor.

Salió del baño y se puso una blusa rosa, la falda de la escuela y luego su túnica de bruja, se peinó su cabello en dos chongos y sonrió. Mientras se alistaba, Hermione se apareció y a pesar de que le dolía decirlo, preguntó interesada por su amiga.

–¿Irás a ver a Garu?

–Puaj. No, voy a mis clases nada más.

Soltó Pucca asqueada, como si esa idea que Hermione siempre la había visto hacer a Pucca desde que llegó a Hogwarts de pronto le aborreciera. Algo que, confundida a la chica, que desconcertada preguntó curiosa.

–¿Qué tu no amabas a ¿Garu?

–Pero tengo clases, no voy a estar pensando en el todo el tiempo. Sí te gusta, que sé que lo hace, ya puedes salir con él.

Dijo seria, saliendo del dormitorio de las chicas. Parvati y lavanda se burlaron de ella como siempre, pero a Pucca no le importaba, solo se encaminó al comedor de Hogwarts.

Sabía que hablar así no era propio de ella, pero por alguna razón oír hablar de Garu le enfurecía. No sabía por qué le pasaba eso, pero lo que si sabía era que tal vez se había cansado de esperar al ninja.

Así que Pucca caminó con determinación hacia el comedor de Hogwarts, dejando atrás la conversación con Hermione y las risitas de Parvati y Lavender. Mientras se dirigía hacia allí, su mente estaba ocupada en lo que le deparaba el día y en cómo mantenerse concentrada en sus clases.

Al entrar al comedor, el bullicio de los estudiantes llenó sus oídos. Pucca se sintió reconfortada por la familiaridad del lugar, que le traía la misma paz que la aldea de Sooga. Se dirigió hacia la mesa de su casa, donde se encontraban algunos de sus amigos de Gryffindor.

–¡Hola, Pucca!

Saludó amable Ron, con un trozo de pan en la mano y migas esparcidas por su túnica.

–Buenos días, Ron.

Respondió Pucca con una sonrisa, tomando asiento junto a él.

–¿Cómo estás hoy?

Preguntó gentil Harry, mirándola con atención. Cuando Pucca alzó la cabeza para verlo, ambos sintieron un chispazo de euforia, poniéndose rojos, sintiendo que sus corazones se aceleraban y saliéndole corazones en los ojos a Pucca arriba de su cabeza y en sus ojos grises.

Era como sí Pucca se hubiera enamorado por segunda vez, dejando atrás a su primer amor Garu Potter Sanada. mientras que Harry parecía olvidar a Hermione, que después de que le entregaran las escobas a él y a su hermano no les hablaba para nada.

Pero no podían dejarse llevar por esos sentimientos, a pesar de que sus corazones parecían salir de su pecho. Pucca y Harry se miraron, sorprendidos por la intensidad de su reacción.

Pero rápidamente desviaron la mirada, sintiéndose un poco incómodos por la situación. Intentaron concentrarse en el desayuno frente a ellos, pero el aire parecía cargado de electricidad.

Ron, ajeno a la tensión entre sus amigos, continuó hablando animadamente sobre el próximo partido de Quidditch en Donde Harry y Garu podrían participar. Pucca y Harry asintieron y sonrieron, tratando de mantener la conversación lo más normal posible.

Sin embargo, ambos sabían que algo había cambiado entre ellos. Después del desayuno, Pucca se dirigió a sus clases con la mente aún enredada en pensamientos sobre Harry.

Intentó concentrarse en las lecciones de pociones y encantamientos, pero su mente seguía divagando hacia él. Se preguntaba si él también había sentido esa extraña conexión entre ellos, o si ella había sido la única loca.

Al finalizar las clases, Pucca se encontró con Hermione en el pasillo. La mirada de su amiga era inquisitiva, como si supiera algo que Pucca no quería admitir.

–¿Estás bien, Pucca?

Preguntó Hermione con tono suave, mirándola con atención al ver que de verdad no le importaba Garu. Pucca asintió, tratando de ocultar la confusión que sentía.

–Sí, estoy bien. Solo un poco distraída, supongo.

Contestó seria Pucca, Hermione la observó durante un momento más antes de asentir con comprensión.

–Bueno, si necesitas hablar de algo, sabes que puedes contar conmigo.

Pucca asintió con gratitud, antes de despedirse y dirigirse hacia la sala común de Gryffindor. Se sentía abrumada por las emociones que la habían invadido ese día y por lo sentimientos que su cabeza y mente le decían.

¿Qué significaba todo eso que había pasado con Harry?

¿Y qué pasaría ahora?

Al llegar a la sala común, encontró a algunos de sus compañeros de casa reunidos alrededor de la chimenea. Se unió a ellos, tratando de apartar de su mente los pensamientos sobre Harry.

Sin embargo, cuando lo vio entrar por la puerta, sintió que su corazón comenzaba a latir con fuerza nuevamente. Y sin poder evitarlo y como lo hacía con Garu, corrió a él, lo tacleó y besó sus labios suavemente.

La reacción de Harry fue de sorpresa, pero pronto se dejó llevar por el beso de Pucca. Sus labios se encontraron en un dulce beso, mientras el resto de la sala común estallaba en exclamaciones de sorpresa y confusión.

Pucca y Harry se separaron lentamente, mirándose el uno al otro con una mezcla de asombro y felicidad. Los demás no lo entendían, solo sabían que eso era completamente inesperado.

–Lo siento, no sé qué me pasó...

Murmuró lento Pucca, sintiéndose un poco avergonzada por su impulsividad. Pero Harry la interrumpió con una sonrisa radiante, poniéndole una mano en la mejilla derecha.

–No tienes por qué disculparte. Yo... También quería hacerlo.

El corazón de Pucca dio un vuelco de felicidad al escuchar esas palabras, sonriendo aún más con alegría. Parecía que finalmente había encontrado a alguien que correspondía sus sentimientos, alguien que la hacía sentir viva de nuevo después de tanto tiempo.

Los dos se sentaron juntos en el sofá, compartiendo risas y conversaciones mientras el resto de los estudiantes los miraban con confusión. Pucca se sentía en las nubes, como si todo su mundo hubiera cambiado de repente.

Pero el más confundido era Garu, que estudiando con Hermione Granger en la otra esquina, apretó los dientes, frunció el ceño y casi rompe su varita mágica. Hasta qué Hermione tomó su mano, regañándolo por casi romper su varita.

–Vasta, Garu, no hagas eso. casi rompes tu varita, ¿Qué te pasa?

Garu miró a Hermione con una expresión confusa, sintiendo que algo no estaba bien, pero sin poder identificar qué era. Se sentía inquieto, como si hubiera perdido algo importante, pero no lograba entender qué era.

–No lo sé... algo no está bien.

Murmuró disgustado Garu, frunciendo el ceño con frustración. Hermione lo observó con preocupación, sintiendo que algo había cambiado en él desde que Pucca y Harry se besaron.

–¿Quieres hablar de ello?

Ofreció Hermione con gentileza, poniendo una mano reconfortante sobre el hombro de Garu. Él suspiró, tratando de ordenar sus pensamientos confusos y diciendo con un hueco en el corazón.

–No hay nada de qué hablar, Hermione, estoy bien. solo estoy un poco distraído, ¿Podemos ir a estudiar a la biblioteca? Ya sabes, quiero concentrarme y aquí no puedo.

–E-Eh, está bien.

Soltó Hermione confundida, él dolor que podía ver en los ojos verdes de Garu le dolía. Pero no podía hacer nada si Garu no le decía nada, así que solo asintió y sé pararon de donde estaban para irse a estudiar en la biblioteca.

Garu estaba dolido, furioso y celoso, pero como Harry era su hermano gemelo, él no podía lanzarse a golpearlo o darle una estocada con una de sus espadas. Así que se fue de allí con Hermione, esperando que solo fuera un plan tonto de Pucca para poderlo celoso.

Pero mientras Garu intentaba convencerse de que era solo una estratagema de Pucca para hacerlo sentir celoso, en lo más profundo de su corazón sabía que algo había cambiado irrevocablemente. La imagen de Pucca besando a Harry seguía grabada en su mente, y el dolor que sentía era real.

A pesar de sus intentos por convencerse a sí mismo de que era solo una estratagema de Pucca, Garu no podía ignorar el dolor que sentía en su corazón. Mientras estudiaba con Hermione en la biblioteca, su mente seguía divagando hacia la imagen de Pucca y Harry juntos en la sala común.

Trató de enfocarse en sus libros y apuntes, pero el sentimiento de pérdida lo consumía. Hermione lo observaba con preocupación, notando la tormenta de emociones que pasaba por los ojos de Garu.

Ella sabía que algo había cambiado entre ellos, algo que iba más allá de la simple amistad. Pero respetaba el espacio de Garu, sabiendo que necesitaba tiempo para procesar sus sentimientos.