Capítulo 10
Una Nueva Oscuridad Despierta
..(Hayabusa)
Boruto corre tras el vampiro y ambos caen por la ventana. Alcanzo a tomar a Himawari entre mis brazos y me tiro por la ventana. Los adultos nos siguen. No sé de qué forma acabará esto; pero sea lo que sea, lucharé hasta el final, todo sea por protegerla.
-No dejaré que lastimes a mi hija, Madara-el aludido se ríe de forma macabra.
-Vaya, parece que has madurado Naruto. Me sorprendes; sin embargo, hagas lo que hagas, me quedaré con tu querida y hermosa hija. Talvez con ella, pueda realizar varios experimentos y convertirla en mi ayudante.-Esto sí que me está haciendo enojar. ¿Acaso cree que de verdad la vamos a dejar en sus manos? Ni que estuviéramos tan mal de la cabeza.
-Papá, Hinata, por favor, cuiden a Himawari; mamá, Naruto, Boruto y yo nos haremos cargo de Madara, ¿de acuerdo?
-No puedes luchar contra él. Es muy peligroso. No dejaré que tu madre y tú se sacrifiquen de este modo.
-Entiendo que te preocupe mi bienestar; pero por la chica que amo, soy capaz de lo que sea, y si tengo que morir por protegerla, lo haré con gusto.-Creo que nunca antes me había escuchado con tanta determinación. Papá sonríe.
-De acuerdo, no voy a detenerte. Demuéstrame que tu entrenamiento sí ha dado frutos.-Sonrío victorioso.
-Hai.-Me pongo en posición de pelea. Boruto prepara sus puños.
-Espero que estés preparado viejo, porque no voy a andar salvándote el pellejo todo el tiempo.
-Lo sé. Estoy más que listo.
-Eso quería oír. Ahora, a la carga.-Boruto se abalanza sobre Madara para darle una patada en el estómago; sin embargo, él con una mano lo agarra sin problema. Sonríe con malicia.
-No está mal, para ser un humano. Tienes fuerza y velocidad, eso es bueno.
-¡Cállate! ¡Ahora Hayabusa!-Lanzo una gran cantidad de shurikens. El sujeto suelta a mi amigo y desaparece.
-No te dejaré escapar tan fácil bastardo.-Mamá saca su cadena y sin siquiera verlo, descubre su ubicación. Intentaba escapar por el aire. Agarra una de sus piernas con el arma y lo tira al suelo.
-¿Cómo lo…?
-Cuando seas mayor, aprenderás esta técnica.-Madara desaparece de nuevo-¿Qué? ¿Un clon?
-Buen intento; sin embargo, sigue sin ser suficiente.-Suspira.-Creí que me darían más diversión. Se nota que todavía les falta mucho poder para vencerme. A este paso, yo seré el nuevo rey de este mundo y nadie podrá oponerse a mis mandatos.-Algo golpea su espalda con tal fuerza, que lo manda casi a 30 metros de distancia. ¿Qué rayos…? No puede ser.
-¡Ni creas que te voy a permitir que insultes a mi familia!
-Himawari…-Nadie se lo puede creer.
-¿Cómo es posible que no te oliera? Eres una humana, no puedes tener tanto poder. No tiene ningún sentido.
-No me subestimes por no tener habilidades sobrenaturales. Soy Uzumaki Himawari, una mujer fuerte y decidida, capaz de darlo todo por aquellos que siempre han estado a mi lado. Tu estúpida idea de apoderarte del mundo no nos va a intimidar, porque al fin y al cabo, no lo conseguirás.-Corre hacia él y le da un buen puño en el abdomen, logrando que escupa sangre. ¿De dónde saca tanta fuerza?
-Maldita…-La respiración de Madara es agitada-¡Te voy a matar!-Se acerca a toda velocidad.
-¡Onii-chan! ¡Patada doble! ¡Ahora!
-Entendido.-Ambos golpean y le dan en la cara. El hombre sale a volar. ¿Cómo es posible que pudieran darle tan fácil? Ni siquiera yo pude detectarlo.
-¡Tenten! ¡La cadena!
-Hai.-Mamá lo agarra del cuello y comienza a darle varias vueltas, hasta que una vez más vuelve a quedar flotando por el aire.
-¡Papá! ¡Golpéalo con lo mejor que tengas!
-¡Sí!-Naruto le da una buena cantidad de puños en el rostro sin parar. Ahora, Madara va hacia abajo.
-¡Hayabusa! ¡Usa todos los shurikens y kunais que tengas!
-¡Bien!-Actúo sin rechistar. Lanzo todas las armas que tengo a mi disposición, generándole varios rasguños en diferentes zonas de su cuerpo. Al final, cae de rodillas y respira con dificultad.
-¡Carajo!-Sonríe.-Nada mal. Lograron debilitarme un poco; pero, sigue sin ser suficiente. Necesitarán mucho más que eso para deshacerse de mí.-Se desvanece igual que el polvo. Menos mal ya terminó, de momento al menos. Por un instante llegué a pensar que no lo íbamos a conseguir. Himawari cae rendida. La tomo entre mis brazos.
-¿Estás bien? ¿Ese bastardo no te hizo nada?
-No, estoy bien. Creo que me excedí un poco. ¿Pensaste que en serio iba a dejar que me tomara por la fuerza? Por favor, puede que tenga la apariencia de alguien débil; pero no lo soy en ningún aspecto.
-Lo sé, por algo formamos equipo; aunque lo que sí me pone en duda es cómo le hiciste para golpearlo sin que te detectara.
-Solo me moví lo más rápido que me fuese posible. De pronto no conoce muy bien el aroma humano.
-Es posible. Bueno, es hora de que vayamos a dormir, mañana tendremos otro combate, y esta vez, lo vamos a ganar. Es una promesa.-Sus bellos ojos azules se abren como platos y sonríe.
-Hai.-Entramos en la casa y nos disponemos a dormir.
…
..(Sarada)
Una esencia me despierta de repente. Esto tiene que ser un chiste de mal gusto. A este sujeto sí que le gusta molestar a los demás. Me levanto de mi cama y lo observo.
-Sí que te ves hermosa cuando duermes mi pequeña Sarada.
-¿Ahora qué es lo que quieres Madara? Si vienes a causar problemas de nuevo…
-¿Qué harás? ¿Derrotarme? Como si eso fuera algo tan fácil. La única razón por la que estoy aquí es para hablar contigo.
-¿Sobre qué?-Frunzo el ceño. Esto me está generando un mal sabor de boca.
-Al final, no me respondiste ante la propuesta que te hice de venirte conmigo, ya que tu padre nos interrumpió. Como siempre, se mete en todos los asuntos que involucren a su bella hija.
-Mi respuesta es no. No me iré contigo, porque mi plan es vencerte, no convertirme en tu juguete. Así que, no acepto tu oferta.-Sonríe en señal de victoria.
-Como quieras. Entonces no tendré más opción que matarte, o si lo prefieres, primero podría asesinar a tu amiguito mitad lobo.-Aprieto los puños con fuerza, y dejo que mis colmillos salgan a la luz.
-¡Sobre mi cadáver!
-Veo que no te gusta mucho la idea. De acuerdo, ataca con todo lo que tengas.-Me abalanzo sobre él, buscando poder morderlo. Lo consigo y desaparece. Carajo, era un clon. Me rasguña por la espalda y caigo de rodillas.
-¡No me subestimes! ¡Katon! ¡Housenka no Jutsu!-Lanzo las bolas de fuego, y gran parte de estas golpean la pared y rebotan contra mí.
-Se nota que estás desesperada y por ello tu puntería está fallando. Así que, creo que deberías pensar un poco más las cosas antes de continuar perdiendo el control y malgastando tu tiempo en darme con tus técnicas.-Me agarra del cuello y me levanta.
-No podrás…vencer al rey…hagas lo que hagas…puedes matarnos…eso está claro…pero jamás lograrás…deshacerte de él.
-Ese hombre ya está hecho un vejestorio para que siga siendo rey. Es hora de que una nueva era comience. Me convertiré en el ser superior y todo estará sobre mi poder.
-Es imposible…nadie ha podido…derrotar al rey…en años.
-Pues esta vez será diferente, y no podrás hacer nada para evitarlo. ¡Nunca!-Me entierra las uñas y destruye mi garganta. Me despierto empapada en sudor y con la respiración agitada. Me toco todo el cuerpo para verificar que no tenga nada fuera de lo normal.
-¿Un sueño? ¿Por qué se sintió tan real? ¿O acaso ese tipo se metió dentro de mi cabeza para molestarme?
-Sí, estuve dentro de tu cabeza por un tiempo. Por lo tanto, no fue un sueño.-Un escalofrío pasa por mi columna. Levanto la mirada y ahí está.
-Sentí que había muerto, ¿cómo…?
-Tranquila, no te maté. No era mi plan, y de todos modos, así de fácil habría sido muy aburrido. Lo único que tienes en el cuello es un sello de maldición.-Me rozo aquella zona con la yema de los dedos. Se siente…raro. Es como si parte de mi piel hubiera sido lacerada.
-¿Sello de maldición?-La miro de reojo y lo poco que alcanzo a divisar es la forma de una estrella con los símbolos que se forman en los ojos de un vampiro al transformarse en cada una de las puntas.
-Así es. No has descubierto tu poder del todo; pero con lo que te implanté, podrás liberarlo al 100%.
-¿Por qué algo me dice que eso no es todo? ¿No hay algún truco ni nada parecido?-Se ríe.
-Sí que sacaste la inteligencia de tu padre. Claro que hay un truco oculto. Ese sello despertará, cuando yo quiera, tu oscuridad.
-¿Mi oscuridad? ¿Eso qué se supone que significa?
-Muy fácil. Perderás el control de todas tus acciones y el uso de la razón, para así, destrozar todo lo que hay a tu alrededor, incluyendo a las personas más importantes de tu vida. Por ello, lo único que puedes hacer es, seguir al lado de todos ellos, sabiendo que en cualquier momento puedes hacerles daño, o alejarte y perderte para siempre de sus vistas. Eso lo dejaré a tu criterio.-Frunzo el ceño.
-Sé que ellos lo van a entender si se los digo, así que no tengo nada por lo que asustarme.
-Te ves muy segura de ti misma. Eso es bueno; sin embargo, esa determinación no te va a durar para siempre. Llegará un punto en el que no podrás controlar tu desesperación. A eso es a lo que te tienes que enfrentar si perteneces a la familia Uchiha.
-Podré hacerlo, porque no estoy sola. Así que no trates de generarme temor, porque no funcionará.
-Bien, como quieras. Luego no vengas a decir que no te lo advertí.-Desaparece. Ahora parece que no solo tendré que enfrentarme a él, sino también a mis demonios internos. Supongo que puedo con ello. Me quedo dormida de nuevo.
Al día siguiente, me alisto para seguir con el entrenamiento. Este será el último combate, y estaremos listos para lo que sigue; derrotar a Madara. Bajo las escaleras y mamá ya tiene listo el desayuno.
-Buenos días hija. Espero que hayas tenido unos dulces sueños.-Me siento en el comedor.
-Sí, digamos que algo así fue.-Me mira con duda.
-¿Te sientes bien? ¿No estarás enferma?-Me toca la frente.
-No, para nada. ¿Por qué?-Observa con más detalle y descubre el sello-¿Qué es eso? No me digas que ya empezaste a tatuarte.
-¿Qué? Claro que no. De hecho, esto es…
-Buenos días.-Papá baja con pereza las escaleras-¿Cuál es el desayuno del día de hoy?
-No es hora de preocuparnos por eso Sasuke.
-¿Por qué? ¿Ocurrió algo?
-Creo que le hicieron algo a Sarada. Míralo por ti mismo.-Sin siquiera acercarse, nota la marca de mi cuello.
-¿Eso es un sello de maldición?-Me limito a asentir. Era obvio que lo sabría.
-Fue Madara…anoche.-Digo en un hilo de voz.
-Esto es malo.-Mi padre coge el teléfono y marca un número-¿Halo? ¿Konan?...Qué pena tener que molestarte…¿Itachi está contigo?...Pásamelo por favor…hermano, necesito que vengas aquí de inmediato…es difícil de explicar por teléfono…es con respecto a Sarada…apresúrate…de acuerdo…sayonara.-Cuelga.
-¿Alguno me puede explicar lo que es un sello de maldición? ¿Qué se supone que significa?-Papá toma asiento y mamá se pone a su lado.
-Un sello de maldición es una marca que se puede implantar entre dos seres de la misma raza; sin embargo, esta es la primera vez que veo que alguien lo consigue. Creí que solo era una leyenda urbana. Requiere de un poder oscuro muy fuerte y un gran control y almacenamiento de este, ya que quien lo pone, es probable que permanezca conectado con los movimientos y las emociones del otro.
-¿Lo que implica que nuestra hija podría sufrir por esto?
-Sí, puesto que debe luchar de ahora en adelante con su propia oscuridad, hasta que no lo logre, el sello no desaparecerá. Desafortunadamente, así está de complicada la situación.
-¿Y no existe otro modo de quitarlo?
-Solo si aquel que lo implantó, accede a quitarlo, o también, alguien con el mismo nivel de control y poder que este lo puede hacer. De momento, toca esperar a que Itachi llegue para que lo mire con más detalle.
-¿Y qué pasa si no conseguimos quitármelo?-Papá se lo piensa antes de responder. Se frota las sienes y suspira.
-Tu cuerpo se irá desvaneciendo poco a poco hasta que ya no quede ni un solo rastro de tu esencia. De ahora en más, debes ser más fuerte que nunca, ¿de acuerdo?
-Daré lo mejor de mí, no te preocupes papá. Mi oscuridad no me va a detener.
-Esa es mi pequeña.-El timbre suena y mamá abre cual rayo.
-Menos mal llegaste Itachi, y trajiste a Konan también.
-¿Cuál es la situación? Por la voz de Sasuke, debe de ser muy grave.
-No tienes idea. Pasa.-La pareja entra y mi tío me observa.
-Dijiste que esto tenía que ver con Sarada. ¿Cuál es la emergencia?
-Fíjate en su cuello y dime lo que ves.-Enfoca su vista en aquella zona y sus ojos se abren de par en par.
-No puede ser…eso es…un sello de maldición.
-¿No que el tener una habilidad de implantar un sello de maldición era una leyenda Itachi?
-Eso era lo que yo también pensaba Konan; sin embargo, es posible de realizar. Nunca había tenido la oportunidad de ver uno en vida real.
-Entiendo.
-¿Quién lo hizo?
-Según ella, fue Madara.
-No me cabe duda. Solo una mente tan corrompida como la suya se atrevería a meterse con los poderes prohibidos.
-¿Puedes hacer algo para remediar esto? Porque ya sabes lo que puede ocurrir si la marca se sigue expandiendo dentro de su cuerpo.
-Lo sé, y no vamos a permitir que suceda. Es la primera vez que intento extraer un sello de maldición; pero daré mi mejor esfuerzo.
-Arigato. No sabes cuán agradecido me siento.
-No es necesario que me des las gracias, soy el líder del clan. El preocuparme de los míos y ayudarlos es mi deber.-Ubica su mano sobre la marca y siento cómo administra todo su poder sobre esta para intentar deshacerla. Honestamente, no creo que lo logre, nadie tiene la misma cantidad de poder que Madara sobre este mundo, o bueno, al menos no alguien que conozca.
-Papá y mamá estarían orgullosos de ti por haber madurado hasta este punto y por encontrar una buena chica para ti.-Mi tío sonríe.
-También lo estarían de ti, por haber formado una familia y el tener una linda e inteligente nieta. No te preocupes, honraremos su muerte.
-Lo sé.-Una vez más, el timbre suena. Son Shikadai y Jun. Debe ser que ya es hora de ir a entrenar. Ojalá y no pierda el control allá. Mamá abre.
-Oh, muchachos. Es agradable verlos de nuevo. Me imagino que vienen por Sarada.
-Así es Sakura.
-Ella está un poco ocupada. Pasen y tomen asiento en la sala.-Los dos entran y se acercan a saludar.
-Hola Sarada. ¿Cómo estás?
-Sí que te ves bien idiota cuando la saludas. No es necesario que seas tan cortés ni que te pongas tan nervioso.-Para variar, su prima nunca me da la oportunidad de corresponder ante sus saludos; pero bueno, no me molesta.
-¿Te quieres callar Jun? Solo intento ser amable como siempre lo he sido.
-Sí, lo que digas.-Ambos se quedan expectantes ante la situación. Es obvio que no es habitual que tu tío trate de quitarte un sello de maldición de tu cuello. De repente, me suelta y respira con dificultad.
-¿Qué ocurre? ¿Lo conseguiste?
-Gomen; pero es imposible para mí. Mi poder no está ni cerca al de Madara. He dado todo lo que tengo. Parece que no es suficiente.
-Ya veo. No importa Itachi, hiciste lo mejor que pudiste y para nosotros es más que suficiente.
-Mamá tiene razón tío. Si me tengo que enfrentar a la prueba de acabar con mis propios demonios, lo haré sin temor, porque tengo que lograrlo. Todavía no he cumplido con mis objetivos de este mundo, así que no estoy lista para dejarlo.
-Sí que sacaste una fuerza de voluntad muy fuerte, así como la de tu madre. Sé que lo conseguirás, confío en ti.-Sonreímos.
-Bueno, tengo que irme. Es hora de seguir entrenando y hacerme cada día más fuerte.
-Shikadai, me gustaría pedirte un favor.
-Claro Sakura, lo que quiera.
-Cuida de Sarada, ¿sí?-Me mira con aquellos ojos verdes llenos de luz y una sonrisa ladina se posa en sus labios.
-No se preocupe. Le prometo que lo haré. Sarada ha sido mi amiga desde que éramos niños, no pienso abandonarla en ningún momento; aunque ella una y mil veces intente alejarme de ella, yo siempre estaré cerca, porque así de obstinado soy, y más por una de las personas que nunca me ha dejado caer.-No puedo evitar sonreírle como una tonta. Nos vamos y tomamos camino al bosque.
-Sarada, ¿eso que tienes en el cuello es un sello de maldición?-La pregunta de Jun me descoloca por unos segundos.
-Así es. Pensé que no tenías conocimiento sobre estos temas.
-Claro que lo tengo. Cuando perteneces a un clan, tienes que saber todo ese tipo de información te guste o no.
-Ya veo.
-Fue Madara, ¿verdad?-Pregunta Shikadai con una mirada más seria de lo usual.
-¿Quién más habría podido lograrlo?
-Buen punto. Espero que no pierdas el control en la pelea.-Detengo mis pasos y aprieto mis puños con fuerza. Lágrimas brotan de mis ojos.
-Ojalá pudiera Shikadai; pero esto no es algo que se capaz de controlar a voluntad.
-¿Qué quieres decir con eso?-Lo miro a los ojos y me seco los míos con el antebrazo.
-Madara es quien controla el sello, y yo no puedo evitarlo. Él fue el que lo implantó, así que puede hacer lo que quiera con él.-Shikadai se acerca y toma mi rostro con dulzura.
-No te preocupes por eso, ¿sí? Le prometí a tu madre que cuidaría de ti, y eso es lo que haré. No importa cuántas veces pierdas todo sentido de razón, estaré ahí para salvarte de tu oscuridad. No tengas miedo, porque jamás voy a abandonarte.-Me abalanzo sobre él y lo abrazo. Se sorprende y al final me corresponde. Se siente tan reconfortante estar así. Talvez sí pueda liberarme de esto al fin y al cabo.
-Tranquila Sarada, ese baka estará a tu lado cueste lo que le cueste. No es capaz de dejarte sola. ¿Por qué crees que todas las veces que puede te acompaña a tu casa? ¿O va a buscarte para que se vayan juntos a todos lados? Shikadai no puede vivir sin ti, es obvio.-Su comentario hace que mis mejillas se enrojezcan. Mi amigo se separa de mí.
-¿Por qué siempre tienes que decir cosas inapropiadas en el momento más inoportuno?
-No finjas que no es cierto. Si todas las noches te la pasas diciendo en tus sueños "Sarada, te amo, cásate conmigo. Te juro que te haré muy feliz. No te arrepentirás de haberme elegido".-El ardor en mis mejillas se intensifica, y a Shikadai también se le ponen rojas.
-¿Quién te dijo tales barbaridades? Yo no digo eso cuando estoy durmiendo.
-¿No? Pero es lo que tu mamá dice, y créeme que ella tiene el oído bastante agudo.
-Como siempre, a mamá le gusta humillarme. En fin, será mejor continuar, se nos está haciendo tarde.-Toma mi mano y seguimos caminando mientras que Jun va con nosotros intentando contener la risa. Estoy más nerviosa que de costumbre. ¿Por qué tiene que hacer estas cosas? ¿No se da cuenta de que es incómodo para mí? A veces siento que sabe que me gusta y se aprovecha de ello. Finalmente, llegamos a nuestro destino. Como era de esperar, los demás ya están.
-¿Por qué siempre son ustedes los que se demoran tanto? ¿Acaso se dan cariñitos antes de venir o qué?
-No, claro que no Hayabusa. Ni siquiera somos novios como para andar haciendo ese tipo de cosas.
-Viejo, ahórrate el interrogatorio policial por hoy. ¿Ya viste cómo están?
-¿Qué quieres decir Boruto?
-Están agarrados de las manos. Mira bien.-Por Kami, se me había olvidado. Nos soltamos al instante y ni idea cuál de los dos está más abochornado.
-Muy bien. Lo dejaré pasar. Hoy es nuestro último combate. Boruto y Jun van a descansar, lo que implica que hoy somos Himawari y yo contra Shikadai y Sarada. Espero que se hayan preparado lo suficiente.
-¿Con quién crees que estás hablando? Vamos a ganar, eso está claro.
-Veamos entonces quién derrota a quien.-Nos ponemos en posición de pelea y ellos nos siguen el paso.
-¡Katon! ¡Gokakyu no Jutsu!-Una gran bola de fuego sale de mi boca. Cada uno toma una dirección opuesta para esquivarla. Genial, acaban de caer.
-¡Perfecto! ¡Kagemane no Jutsu!-Shikadai los atrapa con su sombra.
-¿Qué rayos…?
-No puedo moverme.
-Fue más fácil de lo que habría esperado. La verdad, anhelaba que esta pelea nos diera un poco más de diversión, qué pena.
-¡Ni crean que ya consiguieron la victoria! ¡Esto recién está comenzando!-Himawari intenta moverse con todas sus fuerzas, y de a poco, está logrando liberarse de la técnica de Shikadai.
-Kuso, no puedo controlarlo más. ¿Cómo es posible que se esté liberando de mi ataque con fuerza bruta?
-¡Todo es posible, si das lo mejor de ti! ¡No lo olvides!-Finalmente, los dos se desatan y corren hacia nosotros. Hayabusa saca varios kunais y los lanza.
-¡Chidori!-Los rayos se forman en mi mano y estoy dispuesta a atacar; pero sin que lo espere, el sello se activa y caigo. La técnica se deshace. Me toco el cuello para no dejar que mis demonios internos me controlen. Mi respiración empieza a ser agitada.
-¡Sarada! ¿¡Estás bien!?-Mi amigo me mira con preocupación. La poca luz que alcanzo a divisar se vuelve opaca.
..(Shikadai)
Sus ojos cambian de color a un rojo intenso y con deseos de destruir lo que encuentre a su paso. Sus colmillos crecen más de lo usual. Con que este es el poder de un sello de maldición. La tomo de los hombros para que no ataque a nadie; sin embargo, su fuerza supera a la mía en grandes cantidades. Me hace a un lado y va tras Hayabusa y Himawari. Los dos intentan esquivar sus ataques; pero ella ahora tiene una velocidad casi igualable a la de un vampiro completo.
-¡Sarada! ¡Detente!-En definitiva, ha perdido todo sentido de razón. El cazador trata de detenerla con su cadena; pero alcanza a ser rasguñado en el pecho. Tomándolo de la ropa, lo lanza, haciendo que choque con el tronco de un árbol. Agarra a Himawari del cuello y lo aprieta con todas sus fuerzas. Hayabusa se levanta con dificultad.
-¡No dejaré que le hagas ningún daño!-El otro con la cadena la agarra del cuello y trata de robarle el aire para que no lastime más a su chica. Ella, de un mordisco, la destruye. Jun y Boruto se unen a la batalla. El Uzumaki se abalanza para atacarla donde caiga. Le rasguña la cara con tal fuerza, que logra que ruede durante varios segundos. Mi prima se transforma y busca dónde morderla; sin embargo, Sarada lo descubre y hiere su abdomen con sus colmillos. Jun cae al suelo y vuelve a su forma humana mientras que sus ojos se van apagando. El rubio, con la poca resistencia que todavía conserva, la toma entre sus brazos.
-¡Jun! ¡No! ¡Otra vez no! ¡Kuso!-El veneno se va expandiendo a una gran velocidad. Odio estar en esta situación, no sé qué hacer. ¿Ayudo a mi familia o evito que mi amiga pierda más el control de sus acciones?
-¡Mendokusai! ¿¡Por qué todo tiene que ser así!?
-Shikadai, no te preocupes por Jun. Yo me haré cargo de ella. Detén la locura de Sarada, es lo mejor.
-Boruto…
-¡Ve por ella!-Asiento. Corro tras mi amiga. Si nadie la detiene, esto se pondrá mucho peor de lo que ya está. La agarro por la espalda y hago que me mire a los ojos. Se mueve para que la suelte.
-¡Tranquilízate ya! ¡No dejes que tu oscuridad se siga apoderando de ti! ¡Si no la logras controlar, puedes terminar haciéndole daño a los que más quieres! ¡Si me hubiera demorado un poco más, habrías cometido una masacre aquí! ¡Despierta mujer! ¡¿O acaso ya no me reconoces?! ¡Soy yo, Shikadai! ¡Tu amigo de toda la vida!-Se queda quieta y su cuerpo se relaja.
-¿Shika…dai?-Vuelve a la normalidad. Parpadea varias veces antes de recuperar la conciencia. Sonrío-¿Qué pasó?
-El sello.-Mi mirada se vuelve seria de repente. Creo que no tengo que darle más explicación de la situación. Se toca la cabeza.
-Carajo. Dime que no le hice daño a nadie.-Suspiro y desvío mi vista de ella.
-Supongo que es mejor que lo descubras por tu cuenta.-Observa todo su alrededor y queda pasmada.
-¿Yo…yo hice todo esto?-Las lágrimas no tardan en hacer presencia en sus orbes oscuros y su respiración se agita. Odio verla así, tan asustada de sí misma. La abrazo para que se calme.
-Tranquila, no te preocupes. Lo que pasó, pasó y ya. De momento, tenemos que ayudar a los demás y asegurarnos de que ninguno muera, ¿de acuerdo?-Me separo de ella y le limpio las lágrimas una a una.
-De acuerdo.-Vamos por Jun y Boruto. Mi prima no se ve muy bien. Si no actuamos ya, puede morir en cualquier momento.
-Algo ya me decía que esa extraña marca en tu cuello no iba a traer nada bueno.
-Gomen Boruto, de verdad que no quise…
-Está bien. Sabemos que no fue tu culpa y no actuaste por voluntad propia.-Sus ojos se abren de par en par-¿Esta vez puedes sanar a Jun? Como es tu propio veneno supongo que es posible.-Asiente con convicción.
-Sí, lo haré.-Succiona la sustancia sin problema y Jun vuelve a respirar. Tose varias veces hasta volver a recuperar el aliento. Menos mal, casi la pierdo de nuevo. A veces quisiera dejar de meterla en tantos problemas.
-¿Eh? ¿Sigo con vida?
-Así es. Estuviste cerca de la muerte una vez más; pero Sarada te salvó.-Jun la mira con tranquilidad.
-Ya veo. Sabía desde un inicio que no te sería fácil controlar ese sello, por eso no te odio y te perdono que me hayas lastimado. Debes trabajar muy duro para que una cosa así no vuelva a pasar.
-Lo sé.-La otra pareja viene hacia nosotros.
-Un sello de maldición. ¿Quién lo diría?-Dice Hayabsua.
-Debe de ser duro para ti cargar con ello, ¿no Sarada? Debes controlarlo lo antes posible antes de que te consuma.
-¿Y tú cómo sabes eso Himawari?
-Oh, lo leí en un libro que mis padres me compraron porque siempre me ha llamado la atención cómo es vivir en un clan y todos los secretos que cada uno de estos tiene.-Una vez más, esa asquerosa esencia se cola en mi nariz. Ya está aquí, como para variar.
-Nunca imaginé que alguien más podría detener los poderes del sello. Estoy sorprendido. Parece que una conexión extremadamente fuerte puede combatir a la oscuridad. Ya decía yo que eso debía tener una falla en algún lado.
-¿Qué quieres ahora Madara?
-Quedarme con Sarada está claro. Tiene mi sello de maldición, así que puedo controlar sus emociones a mi antojo y divertirme haciéndolo. Incluso, podría volverla mi secuaz.
-No te lo voy a permitir. Primero tendrás que pasar sobre mí.-Digo con convicción.
-En ese caso, no tengo más opción que acabar con tu vida.
-Inténtalo, no te tengo miedo.
-¿Qué planeas hacer Shikadai?-Sonrío ladinamente.
-Solo les pido que no se metan en esto, es entre él y yo. Y cuiden de Sarada. Deténgala si pierde el control de nuevo.
-No puedes luchar contra él solo. ¿Te volviste loco? No dejaré que lo hagas.
-Y yo ya lo dije antes, no dejaré que se quede contigo mujer.-Me pongo en posición de pelea, para proteger a la chica que amo. Si tengo que morir aquí, lo haré con gusto porque por ella lo daría todo. Es obvio que no tengo la suficiente fuerza para acabar con él; pero mi voluntad nadie puede quebrantarla, y eso es lo que me mantendrá en pie por mucho tiempo.
oooooooOOOOOOOoooooooo
Hasta aquí el capítulo. Espero que les haya gustado. Se suponía que debía subirlo hace un montón; pero el tener que salir a un lado, al otro, que vueltas, que la familia; todo eso quita tiempo. Lo importante es que ya está.
Díganme en los comentarios qué creen que ocurra más adelante.
-Jun: Es increíble que permitieras que me hicieran daño de nuevo. ¿Por qué tienes que ser alguien tan cruel?
-Yo: ¿Eso crees? Solo lo hice porque eres la más fuerte ente las mujeres de esta historia. (Rechista)
-Jun: Como sea, ya da igual.
-Ambas: Gracias por leer y nos vemos en el próximo capítulo.
