Capítulo 11
Enfrentando a la Oscuridad
..(Shikadai)
Me pongo en posición de pelea, para proteger a la chica que amo. Si tengo que morir aquí, lo haré con gusto porque por ella lo daría todo. Es obvio que no tengo la suficiente fuerza para acabar con él; pero mi voluntad nadie puede quebrantarla, y eso es lo que me mantendrá en pie por mucho tiempo.
-Sí que tienes determinación, al igual que tu madre. Si tuvieras el cabello rubio, diría que eres su copia masculina.
-Ahórrate los cumplidos, de nada te servirán ahora.
-Entiendo que no quieras tener ningún tipo de conversación conmigo.-Chasquea los dedos.-Así que, haré esto un poco más divertido. ¡Ataca Sarada!-Me volteo con sorpresa y ella empieza a perder el control de nuevo.
-¡Agárrenla! ¡No la dejen continuar!-Entre todos la sujetan para que no dé ni un paso más. A este tipo sí que le encanta jugar sucio.
-¡Nosotros lidiaremos con ella! ¡No te preocupes! ¡Enfócate en Madara!-Exclama Jun. Asiento con mi cabeza. Observo al vampiro una vez más.
-¡Kagemane no Jutsu!-Intento atraparlo con mi sombra; pero sin siquiera verlo, se escapa-¡No te dejaré huir tan fácil esta vez!-Con mi técnica y mi olfato, lo persigo, y todavía me es imposible agarrarlo.
-Buen intento; pero tu truco ya no me puede engañar. Y ahora, que tu amiguita está bajo mi control, no vas a poder hacer combos en equipo.
-¡No me rendiré! ¡Futon! ¡Yuukaze no Jutsu!-Expulso todo el viento posible; sin embargo, la mitad de este es destruido-¿Qué rayos…?-Volteo en dirección al supuesto contraataque. No puede ser, ¿ella lo hizo?
-¿Acaso tu querida mami no te lo explicó antes? Las técnicas de viento son débiles contra las del fuego, así como las del rayo lo son contra las del viento. Me sorprende mucho que ambos tengan naturalezas tan opuestas y aun así sean amigos. ¡No dejes que te detengan Sarada! ¡Muéstrales tu fuerza!-Mis amigos tratan de detenerla; pero el intento es inútil. A todos los manda a volar con simple fuerza bruta.
-¡Jun! ¡Boruto! ¡Himawari! ¡Hayabusa!-Aprieto los puños con fuerza-¡Es increíble que le hagas daño de este modo, para que así, lastime a los demás!
-¿Tú quién crees que sufre más? ¿Ella al no ser capaz de controlar sus demonios internos o tú que la es así y sabes que no puedes salvarla?
-¡Lo haré! ¡La salvaré! ¡No importa las veces que la manipules, la ayudaré!
-Eso ya lo veremos. ¡Vamos Sarada! ¡Dale tu mejor ataque!-Esto se pondrá feo.
-¡Katon! ¡Housenka no Jutsu!-Miles de bolas de fuego se esparcen alrededor de mí. Intento esquivarlas todas, y aun así, un buen par alcanzan a darme en el cuerpo. Arde mucho, me está quemando lentamente. Tengo que sacarla de ese trance antes de que sea demasiado tarde.
-¡Kage Kubishibari no Jutsu!-Ahora puedo hacer que mi sombra estrangule a los demás. Me duele el hecho de tener que hacer esto; pero no me queda otra opción. Mi técnica agarra el cuello de Sarada, y lentamente, comienzo a ejercer presión en ese punto. Mi objetivo no es matarla, solo dejarla inconsciente para que recupere la razón.
-Ni creas que eso será suficiente para detenerla.-Con fuerza bruta, destruye mi ataque, lo que me deja perplejo.
-Kuso…
-¡Chidori!-Exclama ella y corre hacia mí, para darme en el corazón. Trato de hacerme a un lado para evitar el ataque; pero de todos modos, este abarca un área muy grande para que con una simple amague consiga escapar. Alguien se pone en medio y recibe el impacto en mi lugar. No puede ser…
-¡Boruto!-Escucho que grita Jun. Otra vez pasó lo mismo. Siempre se tienen que estar sacrificando por mí. Mi amigo cae al suelo y se retuerce de dolor. Agradezco que le dio en la pierna; pudo haber sido peor. Mi prima va hacia él y lo toma entre sus brazos.
-¿Por qué lo hiciste?-Le pregunto porque sé que todavía me puede escuchar. Solo está aturdido. Sonríe como un idiota.
-¿No es obvio? Ella todavía…te necesita Shikadai. No puedes…morir aquí, y lo sabes. Ayúdala a…ser libre de ese control…que Madara ejerce sobre ella. Yo…hice lo mejor…que pude hasta…el momento. Ahora…todo depende de ti.-Cruzo miradas con Jun, y sus ojos azules, a pesar de cargar con cientos de lágrimas, también lo hacen con convicción.
-Yo me haré cargo de él. Tu trabajo ahora es detener la oscuridad de Sarada, ¿de acuerdo?-Asiento con mi cabeza.-Ni se te ocurra bajar la guardia, o quien te matará seré yo.-Sonrío.
-Entendido.-A pesar de que ya casi no tengo fuerzas, porque las dos técnicas anteriores gastaron una gran parte de mi poder, aún puedo hacer algo. En un inicio dije que no me rendiría, y así seguiré hasta rescatarla.
-Creo que es mejor que te concentres en tu rival Shikadai, antes de que no puedas esquivar sus técnicas.-Exclama el tipejo, y de nuevo chasquea los dedos.
-¡Katon! ¡Gokakyu no Jutsu!-Una gran bola de fuego se dirige hacia mí. Mi prima junto con Boruto, se hacen a un lado y yo voy hacia el otro.
-¡Futon! ¡Kazekiri no Jutsu!-Lanzo todas las cuchillas que mi última pizca de poder me permiten. Como era de esperar, sus reflejos son tan buenos, que ninguna le da.
-¡Katon! ¡Housenka no Jutsu!-Ahora no son una, sino varias bolas de fuego. De nuevo, trato de esquivar todas las que puedo. Sin darme cuenta, otro ataque viene-¡Raikiri!-¿Qué carajos…? Esa es nueva. Alcanzo a dar la vuelta para no recibirla en el pecho, impactando uno de mis brazos, que comienza a sangrar. Acabo de perder la movilidad de este. No lo siento. Esto se está poniendo más feo de lo que había esperado. Caigo al suelo. La vista se me está nublando. Mendokusai. No, no puedo acabar así. Tengo que seguir luchando.
-¿Ya terminaste? Esperaba que me dieras más pelea al tener poderes tan inigualables y fuera de lo común. De verdad que es una pena que no los puedas manejar a la perfección. En cambio, tu casi novia lo logra sin ningún problema.
-Eso es…solo porque…la estás controlando…no existe…otra razón.-Hablo con las pocas fuerzas que me quedan. Me levanto con la poca dificultad y veo una sonrisa maléfica en los labios de Madara.
-Tal parece que no eres alguien que se rinde tan fácil, eso me gusta. De todos modos, a este paso, terminarás muriendo. Lo sabes, ¿verdad?
-Con tal de…salvarla…estoy dispuesto…a todo…incluso si esa opción…es morir.-Jadeo. Me estoy quedando sin aire. Si no hago algo pronto, se la llevará. No voy a dejar que algo como eso pase.
-¿Tanto la amas para ser capaz de sacrificarte por ella?
-Sí…-El vampiro suelta una carcajada.
-En ese caso, te mataré lenta y dolorosamente, para verificar cuánto puedes sufrir por Sarada.
-¡Ni creas que dejaremos que lo hagas!
-Chicos, ¿por…qué? Esta…es mi batalla…no la de ustedes…
-Deja de decir tonterías por una vez en tu vida primo. Entre todos nos conocemos hace varios años. Nos hemos sostenido en las buenas y en las malas. No te dejaremos morir, aún tienes un largo camino que recorrer al igual que nosotros. Somos un equipo, y juntos, obtendremos esta victoria, cueste lo que nos cueste.
-Escucha a Jun por una vez en la vida Shikadai, créeme que te harás un favor.
-Boruto...-El tonto me sonríe-¿Qué hay de tu pierna? No…puedes luchar en esa…condición.
-No importa, con tal de que estés a salvo. Eres mi amigo. No podría dejarte solo en un momento como este. Solo descansa, ¿sí? Nosotros nos haremos cargo de ahora en adelante.
-Es verdad. Puede que todavía no hayamos desarrollado del todo nuestras habilidades; pero de algo estoy seguro, y es que juntos, nadie puede detenernos.
-Hayabusa…
-Los amigos de onii-chan también son los míos. No te preocupes por nosotros Shikadai, estaremos bien. Es una promesa.
-Todos están…sacrificando tanto…arigato…
-Agradécenos una vez que te encuentres mejor.-Me dejo caer y pierdo la consciencia.
…
..(Temari)
Neji, Tenten, Hinata, Naruto, Sasuke, Sakura, Gaara, Matsuri, Kankuro, Shikamaru y yo estamos reunidos en una cafetería, tratando de relajarnos un poco por todas las situaciones que han estado ocurriendo en estos últimos días. De repente, mi corazón se paraliza. ¿Qué es esta sensación tan extraña? ¿Por qué ahora?
-Shikadai…-Digo en medio de un susurro. Shikamaru me mira preocupado.
-¿Estás bien amor? ¿Qué sucede?-Lo volteo a ver con el rostro lleno de miedo.
-Algo le pasó a Shikadai.
-¿Cómo que algo le pasó a Shikadai? ¿Estás segura?-Posa una de sus manos sobre mi hombro.
-Sí, no siento su esencia en ninguna parte. Es como si de un momento a otro se hubiese esfumado. Y también, hay una oscuridad cercana a él y a los demás. ¿No lo sientes Sasuke?-El aludido me observa con detenimiento y se mantiene inmóvil por un par de segundos. Luego, abre sus ojos de par en par.
-Sarada. Su poder es el que está fuera de control. Kuso, sabía que esto iba a ser algo grande para ella.
-¿Pero por qué de un momento a otro le ocurrió esto? No lo entiendo. Explícame.
-Madara…Madara le implantó un sello de maldición.-Su confesión me sorprende. ¿Hasta tal punto ese maldito es capaz de meterse con nuestros hijos? Está cruzando los límites.
-¿Cómo que un sello de maldición?
-Sí.-Sasuke aprieta los puños con fuerza y golpea la mesa-¿Por qué tengo que ser tan débil? No soy capaz ni siquiera de proteger a mi pequeña. Qué pésimo padre soy.
-Cariño…-Sakura lo abraza para tranquilizarlo. Sin que él lo pueda evitar, deja que el llanto se apodere de su ser.-No digas esas cosas, ¿sí? Tú has sido un gran ejemplo a seguir para Sarada, dándole apoyo para que siga adelante a pesar de no ser un vampiro completo. Ella estará bien, no te preocupes.
-Coincido con Sakura.-Dice Tenten.-Además, Madara no puede controlar el sello del todo.-Todos nos miramos confundidos.
-¿Qué quieres decir con eso?-Pregunta Naruto con cara de confusión mucho mayor a la que ya cargamos el resto.
-El sello de maldición tiene una falla en este caso.-Toma un respiro y prosigue.-Se supone que estos tienen la capacidad de controlar a otro individuo de la misma raza, y es un trance del cual es casi imposible salir; pero Sarada no es un vampiro completo, por lo tanto…
-Madara no la puede controlar del todo y…
-Es más fácil que vuelva en sí, exactamente Shikamaru.
-Pero, de todos modos, ella seguirá perdiendo su voluntad a pesar de las mil veces que la ayudemos a salir del trance, ya que eso no puede desaparecer de la noche a la mañana.
-Eso lo tengo más que claro Sasuke. Solo hay una forma de que funcione, y todo depende de ella. Si no tiene la fuerza suficiente para lidiar con ello, esto se va a poner más feo de lo que ya está.
-Aunque, creo que todavía nos queda una segunda opción.
-¿Qué quieres decir Hinata?-Infiero, ya que ella no es que sepa mucho de estos temas tan complejos para la mente humana.
-Puede que suene estúpido; pero existe una fuerza capaz de romper con toda oscuridad, y esa es el amor. En estos días me he dado cuenta de que Shikadai y Sarada sienten algo más que un simple cariño, hay un sentimiento todavía más fuerte que los une, y creo que ese es el que puede salvarla de esta maldición que ahora debe llevar en sus hombros.
-Como siempre, mi mujer sabe qué decir en este tipo de situaciones.-Naruto la abraza y le da un beso en la mejilla.
-Ya veo. Es verdad, es algo que puede funcionar. La cosa es, ¿cómo haremos para que los dos lo entiendan?
-Ellos ya lo entienden Neji, y lo sienten. Como madre de Shikadai he podido darme cuenta de ello, el único problema es que no saben cómo mostrarle al otro esa realidad; aunque, de algún modo, lo hacen inconscientemente.
-Puede ser que la esperanza todavía no esté perdida. Si las cosas son como ustedes dicen, al final, lograremos liberarla.-Me levanto de mi silla y los demás me siguen el paso.
-Será mejor encontrar a los niños antes de que sea demasiado tarde.-Pagamos y salimos de la cafetería. Madara ya ha causado mucho daño a nuestra familia desde que asesinó a mis padres y a los de Sasuke. No puedo dejar que ahora también se meta con mi hijo de este modo.
…
..(Hayabusa)
Hasta que por fin se decidió en descansar, lo que significa que es nuestro turno de luchar hasta el final. Pase lo que pase, sacaremos a Sarada de ese trance, y la ayudaremos a controlar su oscuridad. Da igual el esfuerzo que tengamos que dar, para eso están los amigos.
-¿De verdad piensan que van a poder salvarla? Nadie puede contra mí, está claro.
-Es obvio que esto va a ser muy difícil; pero no daremos un paso atrás.
-Así actuó su amigo y miren cómo terminó. Si él no tiene la fuerza suficiente, ustedes tampoco.
-¡No nos subestimes!-Jun se transforma y se abalanza sobre él; sin embargo, Sarada se mete en medio de los dos, dándole una patada a la otra. Como siempre, nunca tiene paciencia para armar un plan y obtener la victoria.
-Bueno, será mejor que nosotros también nos dispongamos a atacar.-Saco una katana.-Apóyame Himawari.
-Hai-Corremos hacia ella. Himawari le intenta dar una patada en el abdomen; sin embargo, ella toma su pierna. Perfecto. Es mi turno.
-¡Bajaste la guardia!-Con mi espada, le doy un buen corte en el estómago. Comienza a sangrar. Probablemente Shikadai me mate por eso; pero ahora no tenemos otra opción más que debilitarla.
-Nada mal. Sí que saben engañar; aunque, todavía no es suficiente. ¡Ahora Sarada!
-¡Raikiri!-Los rayos de su mano se extienden más de lo normal. ¿Qué clase de poder es ese? Me apunta al corazón. Sin que lo note, Jun le muerde el brazo y Boruto la hace caer con una barrida. Desaparece.
-¿Un clon? Kuso…
-¡Katon! ¡Housenka no Jutsu!-Nos ataca por la espalda. Todos somos impactados por las bolas de fuego. Quema mucho. ¿Cómo Shikadai se pudo levantar después de recibir tal impacto? Boruto y Himawari yacen inconscientes; pero Jun y yo aún podemos seguir. Ambos nos levantamos con la poca fuerza que conservamos.
-Vaya, nada mal. Esto demuestra que aquellos que son humanos son muy débiles para luchar, ya que su habilidad física no tiene potencial.
-Pero aun así, su espíritu es lo que los mantienen de pie. Y ahora, vamos a acabar con esto.
-Eso ya lo veremos. ¡Vamos Sarada!
-¡Raikiri!-Intenta abalanzársenos de nuevo. Una vez más, Jun la muerde para desviar el ataque. Le lanzo varios kunais, dándole en sus puntos débiles. Una vez más, desaparece.
-Carajo, otro clon. Fijo y de nuevo viene por la espalda.
-¡Raikiri!-Escuchamos que dice justo en el punto en el que teníamos calculado. Lo esquivamos sin dificultad y se desvanece. Otra vez trató de engañarnos; pero no importa la cantidad de clones que cree, no nos podrá detener. Sentimos su esencia por uno de los lados. Con mi cadena, busco la forma de atraparla; sin embargo, en lugar de eso, ambos recibimos un puño en nuestros estómagos, con tal fuerza, que nos hace escupir sangre. Caigo sobre mi columna. Sé que no me la rompí porque todavía puedo mover mis dedos. Jun vuelve a su forma humana.
-Kuso. ¿Cómo es posible que sea tan fuerte siendo mitad vampiro? No lo entiendo.-Se queda mirando a la nada por unos momentos, y de repente, sus ojos se abren de par en par.-Espera, claro, eso tiene sentido.
-¿Ahora de qué estás hablando? Explícamelo en español por favor.
-La razón por la cual Sarada, al estar bajo la posesión del sello maldito, tenga tanto poder, es porque en parte de esa marca está impregnado el poder de Madara, lo que la hace casi invencible.
-Tiene lógica. También es por ello que fue capaz de desarrollar una habilidad todavía más poderosa que el chidori.-Razono.
-Exacto. A este paso, terminaremos igual o peor que Shikadai; pero siendo aun así la situación, no podemos huir, le prometimos a mi primo que la salvaríamos. No es tiempo de dar marcha atrás. Si nuestro destino es morir aquí, no tenemos otra opción más que asumirlo.
-¿Y acaso piensas que te voy a dejar morir antes de recibir un beso tuyo?-Esa voz me sorprende. ¿Hace cuánto despertó? Parece que Jun tampoco tuvo previsto eso.
-Boruto…-dice ella en un susurro-¿Cómo…?
-¿Creíste que iba a quedar inconsciente para siempre? Por favor, soy Uzumaki Boruto, y nadie me va a hacer renunciar, en especial cuando se trata de proteger a mis amigos y a la chica que amo.-Veo cómo los ojos de ambos brillan cuando se miran. Y Jun decía que en su vida iba a enamorarse de mi amigo. Veo que las cosas han cambiado, más de lo que hubiera esperado.
-Me alegra que hayas despertado viejo, porque esto se está poniendo muy complicado.
-Entonces, demos todo lo que tenemos hasta el final. Juntos, nadie puede detenernos.
-Onii-chan está en lo cierto. Vamos a darle con todo lo que tenemos.
-HImawari…estás bien…-me alegra verla con los ojos abiertos. Aunque no está del todo estable, estoy seguro que no se rendirá.
-Claro que voy a estarlo. ¿O esperabas que no fuera así?-Los cuatro nos ponemos en posición de pelea. Es ahora o nunca.
-Bueno, ya que parece que es imposible evitar que se sigan levantando, me uniré a Sarada y entre los dos acabaremos con esto de una buena vez.-Madara se nos abalanza con tal velocidad, que mis reflejos no son suficientes para localizarlo. De repente, todos recibimos un rasguño en alguna parte de nuestro cuerpo, lo que expulsa sangre en abundancia.
-¡Katon! ¡Gokakyu no Jutsu!-Aquella enorme bola de fuego nos impacta. Ya ninguno está en la capacidad para seguir luchando. Mis ojos se están apagando, mi visión es borrosa. Ya no sé qué hacer. Kuso…
..(Sasuke)
Llegamos a donde están nuestros hijos. Como era de esperar, todos están en un estado muy vulnerable y tienen heridas graves en el cuerpo. La cosa está peor de lo que pensaba. Y ahí está mi hija, con los ojos extremadamente rojos y colmillos bien formados. Es cierto que el sello que le implantó Madara le da más poder; pero no es igual a que ella lo obtenga por su cuenta. Los que son humanos, van a ver a sus pequeños para tratar de ayudarlos.
-Hasta que por fin se dignaron en llegar. Creí que iban a dejar a sus hijos morir a la intemperie. En fin, ya que vieron cómo está la cosa, será mejor que tome rumbo con Sarada para que obedezca todas y cada una de mis órdenes.
-¡No dejaré que te la lleves!-El sujeto suspira.
-De acuerdo. Sarada, dale tu mejor golpe.-Mi hija corre hacia mí a gran velocidad. Apenas y puedo divisarla. Antes de que me dé, agarro su brazo.
-¡Eres una porquería al intentar dominar a mi hija para que nos mate a todos!-La tomo entre mis hombros.-Sarada mírame, soy yo, tu padre. Escucha, tienes que liberarte de esto. No puedes dejar que él te controle. Busca dentro de ti y suéltate de sus cadenas. Por favor, inténtalo. Por tu familia; por tus amigos.
-Familia…amigos….-repite como una máquina.
-Vamos Sarada, no les prestes atención. Solo quieren lastimarte. Mejor ven conmigo, y te prometo que tendrás una vida mejor.-Se libera de mi agarre; pero sin hacerme daño. Va hacia el vampiro, con tranquilidad y sin mirar atrás. De verdad que no quiero tener que luchar contra ella y herirla. Es mi pequeña, no puedo hacerle eso.
-¡Escucha Sarada!-Grita Temari con cientos de lágrimas bajando por sus ojos.
-Temari…
-¡Hazle caso a tu padre! ¡¿O quieres que Shikadai muera a manos de Madara?!-Sarada detiene sus pasos en seco-¡Sé que él es alguien muy preciado para ti y darías lo que fuera por ayudarlo! ¡Cada cosa que has hecho por él es porque lo amas, y ese sentimiento es mutuo! ¡Mi hijo siente lo mismo por ti! ¡Por favor, no lo dejes solo! ¡Él todavía te necesita, y siempre lo hará a pesar de todo!
-Shikadai…-le escucho decir con suavidad. De repente, suelta un grito desgarrador. Da vueltas y vueltas en todas direcciones. Madara busca el modo de seguir manteniéndola bajo su control; pero ella continúa soltando alaridos.
-Kuso…-de repente, Madara desaparece entre las sombras, junto con su asquerosa esencia. Por fin, de momento, las cosas estarán un poco más en calma; sin embargo, no creo que ese tipo se vaya a quedar de brazos cruzados. Es muy perseverante como para ello. Sarada sale del trance y cae. Sakura y yo vamos tras ella.
-¡Hija! ¿¡Hija estás bien!? ¡Dime algo!-Exclama mi mujer.
-Mamá…papá…-dice en un hilo de voz y termina inconsciente. El sello aún no se ha borrado de su cuello, lo que implica que, hasta que no tenga un sentimiento fuerte para enfrentarse a sus demonios internos, esto podría seguir pasando a mayores. Lo bueno es que no está muerta.
-¡Llevémoslos de inmediato con Shizune! ¡Ella sabrá qué hacer!-Exclama Kankuro y todos nos dirigimos al hospital. Una vez que llegamos, la doctora encarga varias camillas y los deja a todos en la misma habitación.
-Sus heridas son graves y una que otra es profunda debido al gran esfuerzo que hicieron al enfrentarse a Madara; pero se repondrán. Tardarán unos días.
-Está bien Shizune. Agradecemos tu ayuda.
-No hay nada que agradecer joven Gaara. Yo solo hago mi trabajo.-Se retira. Me derrumbo en una de las sillas de la sala de espera.
-Qué susto. Por poco y dejo a mi pequeña morir. El día en que ese maldito le implantó esa marca, debí haber estado más pendiente, o por lo menos haber sentido su presencia.-Temari se sienta al lado mío y ubica una de sus manos sobre mi hombro.
-No te sigas atormentando por eso. No podemos retroceder en el tiempo y evitar que suceda. Ahora, tenemos que ser más fuertes para que Sarada no lleve toda la carga sobre su cuerpo.
-Lo sé, es solo que…me frustra la forma en que Madara está jugando con todos. Es como si fuéramos sus peones y solo vamos en la dirección que él quiere.
-Créeme, todos nos sentimos igual; pero no por eso nos vamos a rendir. Los dos tenemos una deuda que saldar con nuestros padres, y esa es honrar su muerte. Que Madara venga con todo lo que tenga, jamás retrocederemos, no importa lo duras que sean las consecuencias.-Sus palabras me hacen reflexionar y entender la situación.
-Tienes razón. Creo que por un momento perdí el verdadero objetivo de acabar con Madara; aunque aun así, no tolero el hecho de que se haya metido con mi hija.
-Escucha, ella no está sola, tiene personas que la apoyan siempre; Boruto, Himawari, Hayabusa, Jun y Shikadai. Ninguno de ellos la dejará caer, y tú y Sakura tampoco. Sarada es una chica muy fuerte y valiente, podrá superar todo esto. No la subestimes.-Ubico mi frente en el hombro de mi amiga y rompo en llanto.
-Arigato, arigato. En definitiva, creo que andaría perdido de no ser por ti.-Me acaricia suavemente mi cabello.
-Tranquilo, eso es, déjalo salir. Espero y tu mujer no me mate por hacer esto.-Me separo de ella y desvío mi mirada hacia Sakura.
-No, claro que no. Ella sabe que nuestra relación es como la de dos hermanos, al igual que tu marido. Si no lo tuvieran en cuenta, ambos estaríamos muertos en este momento.-Suelto una pequeña risa.
-Lo sé.
…
..(Shikadai)
Mis ojos se abren con dificultad. Lentamente, mi vista se va aclarando. ¿Estoy…vivo? ¿Cómo? Además, ¿dónde estoy? ¿El hospital? Supongo que nuestros padres llegaron a ayudarnos. Es un alivio, eso me hace saber que al menos ninguno perdió la vida. Estoy cubierto en vendajes. Sarada está al lado mío aún dormida. Ese sello la ha desgastado mucho. Me levanto de la camilla y salgo al balconcito que hay en la habitación. Apoyo mi codo en el barandal y mi cabeza en mi mano, contemplando el paisaje.
-Es un milagro que estemos vivos, ¿no crees?-Es Jun. También carga con vendas por todo su cuerpo. Con que todos recibimos una buena paliza allá. No me sorprende. Se pone a mi lado e imita mi posición.
-Creo que no existe otra palabra para definirlo.
-Sí, fue una dura batalla, y de todos modos, no le hicimos ni un solo rasguño a ese desgraciado. Bueno, lo importante es que aún seguimos aquí y podemos luchar.
-De momento supongo que nos dirán que nos tomemos un descanso, ya que nuestras heridas siguen en recuperación.
-Sí, también lo creo; pero…siento que tendrán la razón. Si no podemos vencer a Madara estando en nuestra mejor forma, menos en estas condiciones.
-Tienes razón. Me alegra no haberte perdido. Tú siempre sabes cómo ponerme los pies sobre la tierra.
-De hecho, Sarada ya me quitó ese puesto. Sabe entenderte mejor que yo.
-¿Por qué lo dices?-Suspira.
-Porque ella es igual que tú; ambos son mitad humano.
-Puede ser. Así como Boruto sabe relajar tu ira.-Sus mejillas se enrojecen y desvía la mirada. Como siempre, soy bueno dando en el clavo.
-¿Por qué tienes que meterlo en la conversación?
-Vamos, admite que te gusta.-Se ríe con ternura. Es lindo verla tan tranquila de vez en cuando.
-Bueno, de pronto un poco.-Nos reímos.
-Y decías que jamás te fijarías en un tonto.-Frunce el ceño.
-Como sea, iré a ver cómo están los demás. ¿Quieres acompañarme o te quedarás un rato más aquí?
-Prefiero quedarme. Tú hazte cargo.
-Muy bien.-Se adentra una vez más en la habitación y vuelvo a quedarme solo. Esa dulce esencia se cola por mis fosas nasales. No cabe duda, es ella.
-Veo que ya despertaste.-Digo mirándola de reojo y sonriendo ladinamente. Se pone a mi lado.
-Sí. La verdad, no recuerdo nada de lo que pasó. Solamente que Madara apareció y de nuevo se me nubló la vista, eso es todo.
-¿Quieres saber lo que realmente pasó?
-Sí.
-¿Aunque sea malo?
-Sí. Lo asimilaré.-Me mira directo a los ojos con una gran determinación. Relato todo lo sucedido hace no sé cuánto tiempo, ya que no estoy seguro de cuánto duré inconsciente. Sus orbes negros se abren de par en par. Sabía que no se lo tomaría muy bien.
-Y eso es todo.-Suspira.
-Es increíble lo débil que soy. Pensé que yo misma sería capaz de controlarlo; pero, veo que mi voluntad no es suficiente para ello.-Agarro su mano. Se ve sorprendida; aunque no la retira.
-No es necesario que te pongas toda la carga sobre tus hombros, yo también estoy aquí y te prometo que no voy a abandonarte. Cualquier cosa que necesites, sabes que puedes venir a buscarme, no importa lo fea que sea la situación.
-Esta es mi pelea. No es algo en lo que quisiera involucrarte y verte morir, a pesar de que, casi te mato.-Sus ojos se llenan de lágrimas que son iluminadas por el intenso sol que está haciendo. Acaricio su cabello con mi mano libre.
-Ya te lo dije, cuentas conmigo para lo que sea, no importa si mi destino es morir por ti, lo haré con gusto.
-¿Piensas que te dejaré hacer eso? Sin ti, estoy perdida Shikadai. No quiero perderte.
-Jamás lo harás. Vivo o muerto, estaré a tu lado por siempre.-Mi mano se desvía a su rostro. Chocamos frente con frente, cerrando nuestros ojos.-Te protegeré, cueste lo que me cueste.
-¿Lo prometes?
-Te lo prometo.-La beso con deseo y cariño. Hasta que por fin me armé de valor para hacerlo. ¿Quién diría que sería en una situación tan crítica como en la que estamos ahora? En fin, mejor tarde que nunca. Me sorprende que me haya correspondido. No podría ser más feliz ahora.
ooooooOOOOOOoooooo
Hasta aquí el capítulo. Espero que les haya gustado. Por fin el segundo beso apareció, ahora solo faltan Jun y Boruto. ¡Qué emoción! No puedo esperar.
-Shikadai: Sí que me estaba demorando.
-Yo: No cabe duda que eres igual de gallina que tu padre para declararle sus sentimientos a la chica que le gusta.
-Shikadai: Oye, tú eres la que escribe, así que a mí no me andes juzgando. La que demoró todo fuiste tú.
-Yo: Pero valió la pena. Quería que ese momento entre tú y ella fuese realmente especial. Tenía que hallar el ambiente perfecto. No me juzgues.
-Ambos: Gracias por leer y nos vemos en el próximo capítulo.
