Capítulo 12

Lazos

..(Shikadai)

La beso con deseo y cariño. Hasta que por fin me armé de valor para hacerlo. ¿Quién diría que sería en una situación tan crítica como en la que estamos ahora? En fin, mejor tarde que nunca. Me sorprende que me haya correspondido. No podría ser más feliz ahora.

Al separarnos, nuestros ojos vuelven a encontrarse. Nos quedamos así, sin articular palabra, contemplándonos. Las mejillas de Sarada están muy rojas al igual que las mías. Es como si ninguno pudiese creer lo que acaba de pasar.

-¿Qué fue eso?-Pregunta ella rozándose los labios con la yema de los dedos. Tomo aire antes de contestar.

-Yo tampoco entiendo muy bien qué fue lo que nos pasó; pero de algo estoy seguro, y es que tú…me gustas desde hace tiempo.-Sus orbes negros se abren como platos, resaltando aún más el color carmesí de sus cachetes.

-¿Qué?

-Sí, me gustas y no es que pueda hacer algo para evitarlo, simplemente las cosas son así. Lo más seguro es que lo que siento no sea recíproco, ya que no creo que una chica como tú se pueda fijar en un vago y debilucho como yo. No soy un sujeto demasiado llamativo como para que alguien diga que le gusto o que por lo menos le llamo la atención.-Permanece callada, observándome fijamente. Sin que lo note, toma mi rostro entre sus manos.

-¿En serio crees que alguien en este mundo no podría fijarse en ti? Pues déjame decirte que estás muy equivocado.-Sus palabras me sorprenden.

-¿Qué quieres decir con eso?

-Es simple. La chica que te ha observado desde hace tiempo, y que está enamorada de ti e ilusionada de estar contigo desde que era una niña la tienes justo al frente.-Mis ojos se abren de par en par. ¿Estoy escuchando mal o lo que está diciendo realmente es cierto?

-¿De verdad te gusto?-Pregunto ilusionado. Ella ladea la cabeza y sonríe con dulzura.

-Sí. Jamás quise decírtelo porque tenía miedo de que eso arruinara nuestra amistad y nos alejara.

-Yo también creí que algo como eso pasaría; pero ahora, no podría estar más feliz de saber que los dos sentimos lo mismo por el otro.-Nos reímos y nos sumergimos de nuevo en un mar de emociones expresado en otro beso. Mi corazón está latiendo a mil. Todavía no logro asimilar todo lo que está pasando. Tal parece que, a pesar de la situación en la que estamos, no todo está tan mal.

-Ya era hora de que ustedes dos se dijeran lo que sienten. Llevábamos toda una vida preguntándonos cuándo darían el siguiente paso.-Nos separamos al instante. Parece que estábamos tan concentrados en lo nuestro, que no nos percatamos de que los demás nos estaban observando. Ambos estamos igual de abochornados. Mendokusai, ¿por qué siempre ella tiene que aparecer en los momentos más inoportunos? De verdad que no lo entiendo.

-Coincido con Jun. Ustedes sí que son bien demorados, no como yo, que hace años le dije a esta hermosura cuánto la adoro.-Dice abrazando a mi prima por el hombro.-Aunque ella todavía no me ha dado lo que quiero; pero bueno, puedo esperar.-Jun aprieta su puño, tratando de controlar su instinto asesino.

-Boruto, ¿cuántas veces tengo que decirte que no me abraces?-Quita la mano del rubio de su cuerpo.-No somos novios ni nada parecido como para que actúes más idiota que de costumbre.

-¿No vas a golpearlo ni nada? Últimamente te has vuelto muy pasiva, ¿o es que sientes algo por mi amigo?-Sus mejillas se enrojecen.

-¡Cállate Hayabusa! ¡No lo golpeo simplemente porque está vuelto mierda tras el ataque de Madara, y mi objetivo tampoco es matarlo!

-¿Estás segura de eso?-Me atrevo a meterme en el conflicto.-Porque yo recuerdo que cuando Sarada casi lo asesina, tú estabas tan preocupada que lloraste por él y tenías miedo de perderlo.-Su rubor aumenta considerablemente y Boruto la mira con picardía.

-¿De verdad estabas preocupada de que muriera?

-¡Qué fastidio! ¡Claro que no fue así!-Se retira del balcón hecha una furia. No puedo evitar reírme.

-Como siempre, es demasiado orgullosa para admitir que a veces puede llegar a sentir afecto por los demás, en especial por ti viejo; sin embargo, tú has logrado algo que ninguno de nosotros; llegar a su corazón.

-Eso ya lo sé y estoy seguro de que algún día ella me permitirá ser algo más que su compañero de equipo. De momento, esperaré el momento en el que ella se sienta lista de dar el siguiente paso. No quiero presionarla.

-Es la primera vez que te oigo decir algo tan maduro Boruto. ¿Estás seguro de que te sientes bien?-Hayabusa le pone una mano en la frente para verificar su temperatura. El Uzumaki da un paso atrás con el ceño fruncido.

-Por supuesto que estoy bien viejo. No seas tan exagerado.

-Bueno, lo importante es que ahora ustedes dos saben que se aman.-Exclama Himawari desviando el otro tema.-Me alegro mucho por los dos.-Ambos sonreímos. La puerta de la habitación es abierta. Es Shizune. Su sorpresa no se hace esperar.

-¿Cómo es esto posible? ¡Es un milagro! Debo avisarles a sus padres de inmediato.-Sale corriendo. Entre todos nos miramos confundidos.

-¿Así de impresionante es que estemos despiertos?-Pregunta Boruto.

-Talvez, ya que esta ha sido una de las peleas más difíciles que hemos tenido, y debido a la gran cantidad de heridas que tenemos, tanto profundas como superficiales, es un milagro que hayamos recuperado el conocimiento.

..(Temari)

De momento, no hemos recibido ni una sola noticia de nuestros hijos. Eso me preocupa. Si llego a saber que Shikadai no sobrevivió, va a ser muy duro para mí. Es mi único hijo, y lo amo más que a nada en este mundo. Me levanto de la silla y comienzo a dar vueltas por todo el lugar.

-Temari cálmate. Se pondrán bien. Son lo suficientemente fuertes para sobrellevar sus heridas.-Cedo ante el llanto y me dejo llevar por mis emociones.

-¿Cómo puedes estar tan seguro de eso Gaara? Madara no es como cualquier enemigo al que nos hayamos enfrentado antes. Sus poderes sobrepasan toda lógica. En más de una ocasión ellos lo han enfrentado solos, y ya recordarás cómo acabaron en todos y cada uno de esos encuentros; al borde de la muerte.-Mi hermano se levanta de la silla.

-¿No crees que estás subestimándolos? Es como si no conocieras sus capacidades. Todos tienen una fuerza de voluntad inquebrantable, y mientras se apoyen mutuamente, saldrán adelante, así como nosotros lo hicimos como familia.

-Quiero creer que va a ser así; pero realmente estoy asustada de que ninguno despierte. El solo pensarlo me vuelve loca. No quiero que se mueran. Sus vidas apenas están comenzando y…-Detengo mis pasos al sentir el abrazo de mi esposo, dejándome sorprendida. Con que así de perdida estaba en mis pensamientos para no notar su presencia tan cerca desde antes.

-Necesitas tranquilizarte. Ellos se pondrán bien. Son los hijos de todos nosotros, y tienen una fuerza muy superior a la nuestra, el único problema es que no la han desarrollado por completo; requieren de más tiempo para ello.

-Shikamaru…-Sus palabras tocan en lo más profundo de mi corazón. Termino escondiendo mi rostro en su hombro.-Tienes razón.-Siento la esencia de Shizune llegar a toda velocidad. Jadea.

-¿Qué ocurre Shizune? ¿Está todo bien?-Pregunta Kankuro. Levanto la vista para enfocarla en ella.

-Los chicos están vivos. Acaban de despertar.-Todos quedamos estupefactos. ¿Lo que nos acaba de decir va en serio? ¿Fueron capaces de sanar sus graves heridas? Corro hacia Shizune y tomo sus manos.

-¿Es cierto? ¿De verdad están bien?-Mis ojos están llenos de esperanza.

-Por supuesto lady Temari. No sería capaz de mentirle con algo así.-Sonrío.

-¿Podemos verlos?

-Talvez más tarde. Despertaron hace unos minutos. Necesitan reposar un poco más.

-Entiendo.

-De momento, les llevaré algo de comer para que recuperen fuerzas.-Se retira. Gaara me abraza por el hombro.

-¿Qué te dije? Saldrían de esta. No son débiles aunque lo aparenten.

-Sí, es verdad.-Suspiro y relajo mi cuerpo. Me alegra saber que todavía tienen algo que dar de sí mismos.

..(Shikadai)

La puerta de la habitación es abierta, y vemos cómo Shizune entra con una bandeja llena de comida. Nos adentramos en el lugar.

-Aquí les traje algo de comer. Espero y lo disfruten. Por si acaso, me tomé la molestia de traer el platillo favorito de cada uno. Sushi para Jun; onigiri para Hayabusa; ramen para Himawari; bollos de yakusoba para Boruto; wakoucha para Sarada y sashimi para Shikadai.

-Arigato Shizune.-Decimos los seis al unísono. Ella se retira y volvemos a quedarnos solos. Tomo la bandeja para repartir las raciones. Vienen solo tres. Supongo que habrá metido dos por paquete. Por lo tanto, tendremos que compartir. Primero, voy hacia la camilla de mi prima.

-Menos mal Shizune me trajo sushi. Qué delicia.-Recibe su parte.-Espera, ¿con quién tengo que comerme esto?-Observo dentro de la bolsita.

-Eso parecen…bollos de yakusoba.

-Sí, mi plato favorito.-Dice Boruto tirándose de un salto sobre la camilla de Jun.-Esto es el destino. Comeremos juntos como una linda pareja. ¿No te parece genial?

-Shikadai, ¿estás seguro de que esos son bollos de yakusoba?-Me mira con súplica, pidiendo que la saque de este embrollo. Antes de responder, el Uzumaki se me adelanta.

-Por supuesto que son bollos de yakusoba. Conozco a la perfección este plato. Admite que estás feliz de poder tener la oportunidad de almorzar conmigo.

-Gomen Jun, no hay nada que pueda hacer al respecto. Almuerza con él, solo serán un par de minutos. Sobrevivirás.-Trato de sonar lo más animado posible; aunque sé que una vez nos den de alta, recibiré un buen puñetazo en la cara por no apoyarla. Me frunce el ceño y suspira.

-De acuerdo. Si así son las cosas, supongo que no tengo de otra.

-¡Sí!-Exclama el rubio con emoción.-Te aseguro que pasaremos un rato muy especial.

-Si por especial quieres decir que nos vamos a cucharear la comida, primero te parto la cara, ¿entendido?-Tanto Boruto como yo tragamos saliva.

-Tranquila, no tenía en mente que nos diéramos cariño mientras nos dábamos la comida en la boca y nos decíamos cursilerías al oído.

-Si llegas a hacer alguna de esas cosas, no estarás vivo mañana.-Me voy a la siguiente camilla. No quiero saber cómo va a terminar el conflicto entre esos dos. Creo que Shizune debió pensar un poco más al dividir los platos. Voy con Himawari.

-Aquí tienes, ramen y…onigiri.

-Bien, estamos juntos.-Dice Hayabusa sentándose a su lado.

-Al menos ustedes se llevan bien, no como esos dos donde no se sabe quién sufre más; si Boruto por no saber en qué momento Jun le va a dar un buen golpe, o ella por tener que aguantar las estupideces de tu hermano.

-No tienes que preocuparte por ellos viejo. Esos dos se entienden y se quieren a su manera. El único problema entre ellos es que a Jun le cuesta expresar lo que siente; pero cuando sus emociones salen a flote, no las sabe controlar.

-Sin embargo, onii-chan ha logrado entrar en su corazón poco a poco y la ha ayudado a superar sus dificultades consigo misma. Estamos seguros de que algún día serán novios.-Los volteo a mirar y sonrío. Ambos se ven tan felices cuando están juntos, el problema es que a mi prima no le gusta que los demás noten lo que siente, porque considera que esos sentimientos y esas emociones podrían llegar a jugarle una mala pasada.

-Sí, yo también lo creo. Aunque parezca raro, son tal para cual.-Me retiro y voy hasta donde está recostada Sarada. Qué emoción que los dos tengamos que compartir el almuerzo.

-Pensé que jamás llegarías. Muero de hambre.-Dice con una sonrisa de por medio. Le respondo del mismo modo.

-Gomen.-Tomo la última ración y pongo la bandeja a un lado. Me ubico sobre la camilla frente a ella.-Vamos a ver qué tenemos aquí; wakoucha y sashimi.-Le entrego su pedido y los dos nos disponemos a comer. Ninguno articula palabra, ya que estamos concentrados en la comida, sin embargo, luego de un par de minutos, Sarada rompe el hielo.

-Por cierto, ¿crees que de verdad seremos capaces de derrotar a Madara? No hemos podido ganarle ni una sola de las batallas que hemos tenido contra él, y ahora que tiene dominio sobre mí, puede que sea más complicado vencerlo.-Levanto la vista para enfocarla en ella. Sus ojos negros cargan con un deje de preocupación y miedo. Agarro su mano.

-No nos preocupemos por eso de momento. Esperemos a que nuestros cuerpos sanen completamente. Cuando estemos listos, sabremos qué hacer.

-Pero…pero yo…es que no quiero lastimarte de nuevo.-Sus orbes se llenan de lágrimas, que despacio, van rodando por sus mejillas. Las seco con delicadeza.

-Tranquila, no volverás a hacerlo porque él no podrá controlarte más. Ya no estás cargando con tu oscuridad interior por tu cuenta, ahora estoy contigo y los dos llevamos ese peso, juntos.-Acaricio su rostro.-Voy a protegerte cueste lo que me cueste.

-¿Lo prometes?

-Te lo prometo.-Chocamos nuestras frentes.-Además, Madara no es invencible. Es obvio que ha de tener un punto débil, por eso es que tarde o temprano vamos a derrotarlo. Los seis somos un equipo, y si damos todo de nosotros, lograremos nuestro objetivo.

-Sí, así será.-Terminamos de comer. Cada quien se recuesta en su respectiva cama y dormimos plácidamente. Luego de un buen par de horas, me despierto. Ya es de noche. Desde la distancia observo a mi prima temblar. Debe de estar teniendo una pesadilla. Se levanta con la respiración agitada y empapada en sudor. Pienso en levantarme de la camilla para ir hasta ella y abrazarla; sin embargo, alguien me gana. Agudizo mi oído.

-Jun, ¿estás bien? Te ves pálida.-Es Boruto. Pone una mano sobre el hombro de ella y lo acaricia.

-Estoy bien, no pasa nada.

-¿Estás segura? Porque tu cara me dice todo lo contrario. Dime, ¿qué pasa?-Sus ojos celestes se llenan de lágrimas y por instinto, abraza al Uzumaki por el cuello, dejándolo sorprendido.

-Tengo miedo, mucho miedo. Por favor, no me dejes sola. No quiero perderte.-Mi amigo corresponde ante el gesto y desliza sus dedos por el cabello de Jun.

-Tranquila, sigo aquí. Te prometo que no te dejaré.-Se separan-¿Soñaste algo feo?-El rubio se sienta en la camilla de mi prima, ubicándose a su lado. Ella solo asiente para contestar la pregunta-¿Qué soñaste?-Se aclara la garganta para responder.

-Estábamos en la guerra final contra Madara.-Dice entre sollozos.-Todos luchábamos con nuestro máximo poder, sin dar un paso atrás. De repente, lanzó un ataque contra mí a una velocidad tan impresionante que me hubiese sido imposible de esquivar; pero al final, no me dio, ya que Shikadai y tú se atravesaron para protegerme, muriendo al instante.-Le tiemblan las manos. Realmente está asustada. Boruto las toma entre las suyas y la observa directo a los ojos.

-No te debes preocupar tanto por la batalla final contra Madara, lograremos vencer, de eso no hay duda.

-Lo sé; pero…jamás me perdonaría si alguno de los dos perdiera la vida por mi falta de habilidad.-Vuelve a ceder ante el llanto. Mi amigo le limpia las lágrimas con delicadeza.

-No careces de habilidad, en ningún sentido. Eres una de las mujeres más fuertes e inteligentes que conozco. No te menosprecies así. Y si tengo que morir por ti, lo haría con gusto, porque te amo. No me importa sacrificar mi vida si ello implica protegerte.-Jun abre los ojos como platos ante su confesión, a pesar de que ya se la ha dicho como unas cincuenta veces, y creo que hasta más.

-No me vengas con eso. Nunca te dejaré morir. Tú y Shikadai son de los seres más importantes que forman parte de mi vida. Por eso, no quiero perderlos.-Se me forma un vuelco en el corazón al escucharla decir esas palabras. Ya sé que más de una persona me ha dicho que a ella le importo demasiado; pero oírlo salir de su propia boca, es una experiencia única.

-Y no nos perderás, a ninguno de los dos. Puede que nuestra esencia algún día desaparezca; pero ambos siempre permaneceremos en tu corazón.-Ella sonríe y recuesta su cabeza en el hombro de Boruto, quien la abraza por el hombro.

-Arigato. ¿Quién iba a imaginar que la persona que menos creía sería la capaz de tocar en lo más profundo de mi ser?

-Créeme que llegar a ti no fue para nada sencillo. Tuve que esforzarme demasiado para conseguirlo. Eres una chica difícil de alcanzar.-Ambos se relajan cerrando los ojos. Hay que admitir que hacen una muy bonita pareja, a pesar de ser tan opuestos.

Una esencia se cuela por mi nariz. ¿Ahora qué quiere ese infeliz? No estamos en condiciones para luchar. ¿Nos va a atacar sabiendo que nuestro estado es débil? No, no lo creo. Si quisiera, ya lo habría hecho mucho antes. El sujeto se mete por la ventana.

-Madara…-Jun y Boruto saltan de la camilla y se ponen en posición de pelea.

-Tranquilos, no vengo a hacerles daño ni nada. Solo quería ver cómo seguían tras nuestro último enfrentamiento. Creí que tardarían más tiempo en recuperarse; pero por lo que veo, son más fuertes de lo que pensé. No debí subestimarlos.

-¡Lárgate antes de que te reviente la cara!

-No es necesario que exageres Jun. Además, con todas esas vendas en tu cuerpo no puedes hacer mucho contra mí y lo sabes.

-Sabemos que no te importa nuestro bienestar.-Exclama Boruto con el ceño fruncido-¿Exactamente a qué has venido?

-No eres tan tonto como pareces. Bueno, la verdad es que me gustaría llevarme algo que me pertenece.-Oigo sus pasos caminar hacia una de las camillas. Es la de Sarada. No, eso no lo voy a permitir. Me levanto y me meto en medio de los dos.

-No dejaré que te la lleves.

-Vaya, así que tú también estabas despierto. Qué grata sorpresa; aunque de todas formas, no podrás detenerme. Me llevaré a Sarada te guste o no.-Extiende sus manos para alcanzarla; sin embargo, lo retengo con mis antebrazos para que no lo consiga.

-No vas a poner ni una sola de tus sucias manos sobre ella, no mientras yo esté aquí para protegerla.

-Qué tierno, me vas a hacer llorar.-Sin que me dé cuenta, cambia de posición, y con fuerza telepática, me arroja contra la pared y aprieta mi cuello. ¿Qué clase de poder es este? No es posible que ahora sea más fuerte.-Sí que eres patético.-Busco el modo para liberarme; pero es como si no existiera tal posibilidad.

-Cállate…

-Puedes ser hijo de una Sabaku No, y más encima de la reencarnación de la mujer que empezó nuestro conflicto; pero todavía no tienes lo que se necesita para ser un lobo. Sinceramente, esperaba más de ti.

-¡Shikadai!

-No vengas…por favor…-Jun trata de abalanzarse contra Madara; sin embargo, de una sola patada es mandada hacia la otra pared, quedando inconsciente ante el impacto.

-¡Jun!-El Uzumaki va tras ella.

..(Sarada)

Un grito me despierta. ¿Por qué están haciendo tanto alboroto? ¿Acaso pasó algo? Me desperezo y mi olfato detecta la esencia de Madara. Observo que Shikadai está aferrado a la pared y Jun yace inconsciente. Giro en dirección contraria a ellos para encontrarme con unos ojos oscuros llenos de odio y deseos de muerte. El corazón se me acelera del miedo. ¿Qué hace él aquí? Me voltea a ver y sonríe con malicia.

-Hasta que despertaste. Menos mal, porque necesito que me ayudes con esta gente.-Frunzo el ceño.

-No, no lo haré.-Me bajo de mi camilla y lo encaro.

-No te creas la gran cosa por ser la hija de uno de los vampiros más débiles del clan. Además, de mi sello no te vas a librar tan fácil.-Chasquea los dedos. La marca se expande por todo mi cuerpo. No puede ser, no de nuevo. La puerta se abre de un golpe.

-Shizune…-Digo con la poca voluntad que me queda.

-Veo que tenemos visitas. Qué interesante. El único problema es que, no estoy interesado en los débiles.-Con su mano libre, la agarra con telepatía y la arroja contra la pared, haciéndola perder el conocimiento.

-¡Shizune!-Grito. La oscuridad me está ganando. Por Kami, ¿qué hago para liberarme? Debe haber una posibilidad de no dejarme ganar. Piensa Sarada, piensa.

-Sarada…-Escucho la voz de Shikadai.-No dejes que…te gane. Recuerda que…ya no estás…sola…en esto. Tu oscuridad no…volverá a cegarte.-Aprieto los puños para no dejarme vencer, y hago memoria de los momentos que he pasado a su lado y las bellas palabras que me ha dicho. De repente, el sello deja de expandirse y la mitad de este desaparece.

-Imposible. ¿Cómo…?-Al ver que ya no tiene el dominio de mi ser, baja la guardia y suelta a Shikadai, quien comienza a toser. Quiero acercarme a él; pero no puedo perder a mi rival de vista. Himawari y Hayabusa despiertan. Miran a Madara y luego a mí. Se enfocan en Shikadai y van tras él para ayudarlo. Ahora estoy más tranquila y me puedo concentrar mejor en mi objetivo.

-¿En serio pensaste que tu control sobre mí duraría para siempre? No subestimes mi poder.-Expongo mis colmillos y me transformo. El tipejo vuelve a sonreír, esta vez, con orgullo.

-Me sorprende que hayas sido capaz de liberarte de una parte del sello. No todos poseen tal habilidad; sin embargo, todavía te falta mucho camino para alcanzarme.-Con su poder, agarra a los demás, quitándoles el aire.-Si quieres que ellos sobrevivan, tendrás que derrotarme antes.

-Muy bien. ¡Raikiri!-Trato de darle en el corazón; pero mete a mis amigos en la mitad del camino. Detengo mis pasos antes de asesinarlos.

-Con que esta gente significa mucho para ti, ¿no?-Demonios. Mi olfato detecta que mis padres y los de los otros están cerca.

-¡Suelta a los niños Madara, si no, te arrepentirás!-El hombre suelta una carcajada.

-Mira cómo tiemblo Sasuke. De verdad que me intimidas. Si ni siquiera puedes vencer a tu hermano en una pelea amistosa, mucho menos a mí que lo triplico en poder.

-¿Estás seguro de eso?-El tío Itachi lo agarra del cuello por la espalda, haciendo que el sujeto quede sorprendido. Vuelve a reírse. ¿Pero a este qué le pasa?

-¿Eso es todo? Realmente me das pena.-Desaparece. No puede ser, ¿un clon? Reaparece en otro lado. Aún sigue manteniendo a los demás como rehenes. ¿Qué está planeando? Temari y Gaara se convierten en lobos y le muerden ambas piernas. Madara grita de dolor, soltando a mis amigos, quienes caen al suelo.

-Chicos…-Corro hacia ellos para ver que todos estén bien. Siguen respirando. Qué alivio. El vampiro sale del cuarto, tratando de escapar.

-Esta vez no te saldrás con la tuya tan fácil.-Exclama Tenten quien salta por la ventana y lo atrapa con su cadena, lo jala y hace que choque con el pasto. Los demás padres, excepto los que son humanos, que se acercan a los demás para revisar su estado, van tas él para intentar detenerlo. Yo también me dispongo a ello; pero mi mamá me detiene agarrándome del brazo.

-No vayas, es muy peligroso. Tu padre y los demás se harán cargo.

-Soy la única de los seis que está consciente. Debo ser de apoyo para papá y los demás, aunque sea un poco.

-No te dejaré ir, y menos en tu condición. Tus heridas aún no se han recuperado del todo. Necesitas descansar.-Aprieto los puños.

-No pienso quedarme de brazos cruzados mientras ellos pelean. Además, debo ir por mis amigos. Mamá, por favor.-Se resigna y me suelta.

-De acuerdo; pero ten mucho cuidado allá abajo.

-Claro.-Salgo por la ventana y llego a donde están el resto de adultos. Papá me voltea a ver y se exaspera.

-No deberías estar aquí. Es muy peligroso.

-Papá, no es la primera vez que me enfrento a él. Sé que puedo ser útil. Déjame luchar.

-No, en este momento no estás estable para hacerlo.

-Sasuke, deja que nos apoye.

-Itachi…

-Ella ya no es una niña pequeña. No necesitas protegerla tanto.

-Pero…

-Pero nada. Soy tu hermano mayor y debes escucharme. Además, Sarada ha sido de las pocas capaces de dejar a Madara contra las cuerdas en más de una ocasión.-Papá se muerde el labio inferior. Al final, suspira.

-De acuerdo; pero no cometas ninguna tontería.

-Entendido.-Exclamo cual sargento.

-¿Les importaría dejar de hablar y echarnos una mano con esto?-Dice Tenten con el ceño fruncido. Los tres nos disponemos a atacar. Mi padre y tío se dispersan por caminos opuestos para derribarlo. Yo me enfoco en ir por el centro y la cazadora se me une, lo que me deja en shock.

-Tenten…

-¿Creíste que te dejaríamos combatir sola a este estúpido? Si lo hacemos, tu padre nos mataría.

-¿Qué hay de Temari y Gaara?

-Tomaron otro camino claro está.-Papá y el tío Itachi van hacia él y lo aplastan entre los dos con el peso de sus cuerpos.

-Buen intento.-Se libera del ataque y Temari y Gaara llegan por detrás, atacando con el hocico; sin embargo, Madara los alcanza a tomar con sus dos manos del cuello, mientras que hace presión.

-¡No, esta vez no lo harás! ¡Raikiri!-Almaceno todo mi poder en mi mano al tiempo que la mamá de Hayabusa lanza varios shurikens. Busco el modo de ubicar su corazón para darle; pero un segundo antes de impactarlo, esquiva mi ataque y el de la catsaña, haciendo que caiga y ruede por el suelo. Me levanto con dificultad, pues mi cuerpo todavía no está recuperado. Jadeo.

-Kuso…-Ese jutsu gastó casi toda mi energía. De milagro y todavía me mantengo consciente.

-¿Ya te rindes pequeña? Qué pena; aunque admito que voy a disfrutar bastante torturándote.

-¡No te lo permitiré!-Papá lo toma del cuello y lo muerde. Temari va a su lado y lo apoya hiriendo uno de sus costados. El tipo gruñe.

-¡Ustedes dos sí que me tienen harto!-Toma a mi padre del cabello y lo arroja contra una piedra mientras que a la madre de Shikadai le hace un rasguño profundo en la cara, logrando que esta lo suelte.

-No ganarás, no esta vez. ¡Katon! ¡Gokakyu no Jutsu!-Lanzo la gran bola de fuego hacia su dirección, y vuelve a desaparecer-¡Katon! Hosenka no Jutsu!-Apunto a todas partes, y finalmente logro darle. Caigo de rodillas. He usado técnicas que me consumen mucho. No sé si podré seguir luchando.

-Casi me logras dar. Lo hiciste bien.-Desaparece. Carajo, solo era un clon. ¿Ahora dónde está? No lo encuentro

-¡Sarada! ¡Cuidado!

-¿Eh?-Veo a Madara frente a mí. Convierte su mano en una cuchilla y está a punto de enterrármela en uno de mis órganos. Cierro los ojos porque sé que no alcanzaré a esquivarlo. No siento nada. ¿Qué pasó? ¿Se detuvo? Veo que alguien se pone en medio y recibe el impacto en mi lugar. Escupe sangre. Madara rechista.

-Infeliz. ¿Cómo te atreves a atravesarte así? Qué falta de consideración; pero bueno, ya que estás aquí, no tengo más opción que matarte.-Al reconocer quién es, me tapo la boca para contener los sollozos; aunque las lágrimas no tardan en aparecer. ¿Por qué? ¿Por qué lo hiciste? No tenías razón para ello. No lo entiendo. ¿De verdad había la necesidad de que te sacrificaras por mí? No debiste…no debiste.

oooooooooOOOOOOOOOoooooooo

Hasta aquí el capítulo. Espero que les haya gustado.

Díganme en los comentarios para ustedes quién fue la persona que se sacrificó por Sarada.

-Jun: De verdad que me estás hartando con esas escenitas entre Boruto y yo.

-Yo: Vamos mujer, admite que te gusta el chico. (Se pone roja). Además, él es una buena persona, vale la pena que le des una oportunidad.

-Jun: Por favor, ni que estuviera loca para hacer una cosa así.

-Yo: El día que lo hagas te acordarás de mí. (Rechista).

-Ambas: Gracias por leer y nos vemos en el próximo capítulo.