Capítulo 19
¿Vida o Muerte?
..(Shikadai)
En serio que mi tío acaba de perder la cabeza. Si se llega a realizar la trasfusión, es muy probable que uno de los dos muera durante o al final del proceso.
Su idea resulta equivalente a la de un suicidio; el mundo de Jun se podría derrumbar con mucha más fuerza. Tengo que evitarlo como sea.
-¡No puedes hacer esto tío Gaara! ¡Te necesitamos para enfrentar a Madara!-Lo veo suspirar y mirarme con una firmeza que jamás le había visto. Creo que será imposible hacerle cambiar de opinión.
-La felicidad de mi hija es mucho más importante que el caos de una guerra.-Los ojos de Jun se sorprenden ante aquella declaración.
La verdad es que sí es bastante impactante, ya que él nunca es de mostrar sus emociones.
-En serio papá, no tienes que hacer esto por mí. No soportaría perderte.-Mi tío Gaara sonríe con tristeza y se agacha frente a Jun para después acariciarle el cabello.
-Tu madre y tú son lo más preciado que tengo, y por cualquiera de las dos haría lo que fuera porque estén bien, incluso si eso implica dar mi vida.-Mi prima no sabe cómo responderle, así que hace lo primero que se le ocurre.
Abraza a mi tío con fuerza y vuelve a romper en llanto.
-Por favor, asegúrate de sobrevivir.
-Te prometo que lo haré.-Le da un beso en la frente a su hija y se levanta.
Honestamente no puedo creer que realmente vaya a hacer una cosa así, pero supongo que el amor que siente por Jun es mucho más fuerte que cualquier riesgo a tomar.
Enfoca su vista en Shizune y frunce el ceño.
-Confío en que harás de la trasfusión todo un éxito.-Los ojos de la mujer se abren de par en par, pero luego se llenan de determinación y confianza.
-No le fallaré Lord Gaara.-Mi tío sonríe con satisfacción.
-Quedo en tus manos.-Creo que lo más conveniente en este momento es salir de aquí con Jun, así que tomo su mano y la arrastro hasta el pasillo, pero antes de que Shizune cierre la puerta, mi prima suelta un suave sollozo.
-No lo dejes morir Shizune, te lo ruego.-La mujer asiente levemente con la cabeza.
-Todo saldrá bien joven Jun.-La puerta se cierra de golpe y Jun se deja caer sobre sus rodillas con la cabeza agachada y los ojos cargados de pánico.
La tomo entre mis brazos para intentar transmitirle toda mi paz, a pesar de que en este momento no tenga mucha al estar en juego la vida de mi tío.
-No sé cómo podría soportar la muerte de mi padre.-Dice Jun llorando.
Agrego más fuerza a mi abrazo, pero sin hacerle daño.
-Él no va a morir. Es el líder del clan y puede con esto. Si dudas de sus capacidades como lobo lo estás subestimando y lo sabes.-Digo tratando de mostrarme seguro de mí mismo, aunque sienta mucha incertidumbre al no saber si esto va a dar resultados positivos.
-Pero lo que está haciendo es una locura. ¿Cómo espera resucitar a un muerto? Tendría que ofrecer toda su sangre para que eso suceda, y aunque logre traer a Boruto de vuelta, es inútil pensar que mi padre también volverá.
-Esto lo hace por ti, porque quiere que seas feliz.-Exclamo con algo más de determinación, esperando lograr subirle el ánimo a Jun.
-Tanto a mi padre como a Boruto los amo con todas mis fuerzas. Por eso quiero que ambos vivan. No tiene sentido que uno esté y el otro no.
Suspiro sin saber qué hacer. Jun está tan devastada que realmente no tengo ideas para hacerla sentir mejor.
No puedo negar que, si mi tío no sobrevive, me dolería mucho. Después de todo sigue siendo mi tío. Pero Boruto es mi amigo y quiero que esté entre nosotros otra vez.
Siento el olor de Hayabusa acercarse con mucha lentitud.
Me pone una mano sobre el hombro y sonríe con tristeza. Se le ve igual de afectado y dolido que Jun, aunque era de esperarse. Boruto y él han sido mejores amigos desde la infancia.
-Jun, ¿quieres que hablemos un poco?-Pregunta Hayabusa, a lo que Jun se limita a negar con la cabeza como respuesta.
-No tiene caso hablar si al final mi padre terminará como Boruto.-Exclamó Jun con la voz entrecortada.
La verdad es que no sé cuánto tiempo lleva llorando a mares, pero es como si no pudiera parar por mucho que quisiera.
Hayabusa refleja estar sorprendido y confundido por lo que Jun acaba de decir.
-Espera, ¿el señor Sabaku No va a morir?
-Al parecer sí.-Digo con mi voz neutral.-Ha decidido donarle una gran parte de su sangre a Boruto para traerlo de nuevo a la vida.
-¿¡Qué?!
-Lo sé, es bastante aterrador, sin embargo, él mismo se ofreció a la idea. Nadie lo obligó.
Hayabusa permanece en silencio, como si quisiera analizar a mayor profundidad mis palabras y al mismo tiempo asimilarlas, porque sí, nadie dijo que entender esta situación sería tarea fácil.
-Creí que el padre de Jun despreciaba a Boruto.-Dice el cazador con el ceño fruncido.
-Nosotros también, pero al parecer se dio cuenta de que el amor que se tienen Jun y Boruto es intenso y verdadero. Aparte de que le ha dolido ver a su hija tan triste.-Digo tratando de conservar mi voz tranquila, aunque sienta cómo se me quiebra.
Hayabusa suspira y abraza a Jun. Bien, no me esperaba esto.
-Tu padre logrará salvarle la vida a Boruto. Yo creo en él.-Exclama Hayabusa con seguridad en la mirada, pero es obvio que está igual de asustado que todos.
Lentamente se separa de mi prima.
Jun alza la vista y clava sus ojos en el cazador.
-¿Cómo puedes estar tan seguro de eso?
-Confío plenamente en las habilidades de Shizune como médico, y tú también deberías hacer lo mismo.-Añade el cazador.
Los ojos de Jun se abren de sorpresa, hasta que una sonrisa triste se posa en sus labios.
-Gracias por tu apoyo Hayabusa.-Dice Jun con la voz apagada.
-¿Para qué estamos los amigos?-Exclama el cazador y vuelven a abrazarse.
Me rasco la nuca, incómodo.
-Bueno, creo que estoy sobrando aquí.-Digo mientras desvío la mirada.
De repente, Hayabusa se endereza de un salto y me observa fijamente.
-Por cierto, me encontré con Sarada mientras venía para acá y me dijo que iría a visitar a sus abuelos en el cementerio.
-¿Estás seguro?
-Completamente.-Hayabusa me sonríe.-Te lo digo por si quieres pasar el rato con ella y te olvidas un poco de todo este lío.
Doy un largo y profundo suspiro.
-Gracias por cuidar de Jun.
-Es lo que Boruto hubiese querido.-Hayabusa me sonríe y me hace un gesto con la cabeza para que me vaya.
Sonrío y me voy a buscar a mi novia.
…
..(Sarada)
No sé cuánto tiempo llevo aquí sentada meditando. Lo único que tengo claro es que mi amigo de la infancia está muerto y no pude hacer nada para salvarlo. ¿Qué clase de amiga soy?
-Abuelo, abuela, ¿qué debería hacer? Quisiera que esto fuera una pesadilla, pero soy consciente de que Boruto no volverá. No importa cuánto lo anhele mi corazón y mi alma.
Me agarro el cabello con fuerza y rompo en llanto una vez más. No he podido parar desde que recibí esa fatídica noticia, y si yo estoy así no me imagino a Himawari, a Hayabusa y a Jun. Sin duda deben estar mucho más destrozados que yo.
Suelto un profundo suspiro esperando calmarme, pero las lágrimas hacen caso omiso y siguen rodando por mis mejillas.
De repente, siento cómo unos brazos calurosos me rodean y me aferran con fuerza; estoy tan mal que ni siquiera puedo sentir a la perfección cuando alguien se acerca.
Shikadai me da un beso en una mejilla secando las lágrimas que se encuentran en esta.
-¿Hace cuánto estás aquí?-Pregunto con mi voz entrecortada.
Shikadai me sonríe y se sienta para acomodarme mejor entre sus brazos. No opongo resistencia ante su gesto; me viene muy bien tener a mi novio a mi lado.
-Debería haber llegado antes, pero con toda la conmoción del momento ni siquiera pude fijarme en que habías salido del hospital.-Dice con su voz más dulce y sincera.
Me acomodo más entre sus brazos y los sujeto con mis manos.
-Lo importante es que viniste amor.-Le sonrío y él deposita otro beso en mi cabeza.
Toma aire antes de poder continuar hablando. Parece que está intentando esconder gran parte de su dolor por mí.
-Sé que lidiar con esto no es fácil para ti. Para mí tampoco lo es. Boruto…-Siento cómo su voz se quiebra por un instante. Traga saliva y continúa.-Boruto siempre fue un chico sensacional, gracioso, amable, sencillo, a veces muy idiota, pero de mente positiva. Nadie en este mundo podrá ocupar el lugar que dejó en nuestros corazones.
Suspira antes de seguir hablando.
No cabe duda de que esto le duele igual que a mí.
-Incluso, hubo un tiempo en el que sentí celos de él.-Añade Shikadai conservando su semblante neutro, aunque a mí me sorprende su confesión.
-¿Por qué sentías una cosa así por él?
-Bueno, me daba la sensación de que terminarías enamorándote de él y que jamás me hubieses prestado atención a mí, porque bueno, yo no soy tan gracioso ni llamativo, sólo soy yo.-Dice mi novio con una tierna e inocente sonrisa de por medio.
-Y es precisamente por ser tú que me gustas tanto.-Digo soltando una pequeña risita con ternura.
Shikadai se sorprende ante mi declaración, aunque debería saberlo ya.
Vuelvo a sonreír y continúo.
-Boruto era un muy buen chico en varios sentidos, pero solamente lo podía ver como un gran amigo cercano a todos. En cambio tú, me conquistaste el corazón hasta lo más profundo.-Suspiro antes de seguir hablando.
Shikadai permanece en silencio, escuchando cada detalle de lo que digo.
Decido seguir con el hilo de la idea.
-Recuerdo que cada vez que podía me escabullía en el bosque de los lobos para verte entrenar junto a tu madre. Me sorprendía tu rápida evolución en el combate a pesar de tu condición de ser mitad humano. Anhelaba llegar tan lejos como tú y que me vieras como algo más que una amiga.
Siento cómo mi novio me abraza con más fuerza y apoya su cabeza en mi hombro.
-Siempre me he sentido atraído por ti Sarada.-Exclama Shikadai con voz calmada.
-¿En serio?-Pregunto ansiosa mientras mis mejillas se sonrojan hasta su máximo nivel.
Shikadai me da un suave beso en la mejilla, lo que aumenta aún más mi sonrojo.
-Claro. Cuando fui consciente de mi existencia y de la tuya, siempre me sentía contento de poder verte y divertirme contigo. Con el tiempo, el sentimiento del amor fue naciendo dentro de mí y supe lo mucho que me gustabas. Esperaba algún día tener el valor de declararte mis sentimientos y que me correspondieras, a pesar de que pensaba que las probabilidades no estaban a mi favor.
-Todo el tiempo han estado a tu favor Shikadai, porque nunca nadie me hará sentir lo que siento por ti.-Digo mientras me giro lentamente hasta rozar sus labios con los míos y consumirnos en un tierno y profundo beso.
Me encanta cuando tenemos conversaciones tan intensas que nos llevan a desatar nuestros sentimientos a través de los gestos más sinceros que el amor nos ofrece.
Después de aquel hermoso momento, juntamos nuestras frentes y frotamos nariz con nariz.
-Gracias por haber venido a buscarme. No sabes el alivio que me da tenerte cerca.-Susurro con suavidad.
-Sabía que necesitabas apoyo, así que en cuanto me enteré que estabas aquí, vine lo más rápido que pude.-Continúa Shikadai al tiempo que me sonríe.
Le doy otro beso y le sonrío de vuelta.
-Sé que siempre podré contar contigo para todo.
-Espero que nunca lo dudes.-Exclama Shikadai y me da un beso en mi nariz.
-¿Cómo podría hacer eso?
-Te amo.
-Te amo más.
Sonreímos y nos abrazamos otra vez.
De repente, le escucho hablar.
-Princesa, hay algo que debo decirte, pero me causa terror saber tu reacción.-Dice Shikadai con la voz entrecortada.
-¿Qué pasa?-Pregunto asustada.
Shikadai no articula palabra alguna y se mantiene en silencio un buen rato. ¿Qué es lo que me está ocultando?
Finalmente, escucho cómo toma aire y lo expulsa para calmarse. Al parecer el tema es algo delicado.
-Mi tío Gaara está donándole parte de su sangre de lobo a Boruto para revivirlo.-Exclama Shikadai lleno de pánico.
Me quedo helada.
Todos sabemos que, si un vampiro o un lobo le dona sangre a otro ser que no es de su especie, las probabilidades de morir son altas, incluso para el que recibe el flujo, porque no se sabe de qué forma reaccionará su organismo a la nueva sustancia. Es por eso por lo que estos procedimientos nunca se han realizado en la historia.
Lo que no entiendo es por qué el señor Sabaku No haría una cosa así por alguien que no le agrada ni mucho menos quiere. No tiene ningún sentido.
-Shikadai, ¿tu tío es consciente de lo que está haciendo?-Pregunto con la mirada confundida.
Mi novio suspira.
-Sabe el riesgo que está tomando, pero por Jun es capaz de hacer cualquier cosa para verla feliz, aunque todos esperamos que tanto Boruto como él puedan volver con nosotros.
Tomo aire esperando asimilar tanta información.
-No creo que Jun pueda aceptar que también su padre fallezca.
Shikadai acaricia mi cabello con tristeza.
-No podrá. Si eso llega a pasar, enloquecerá por completo.
Antes de poder continuar con la conversación, empiezo a sentir cómo el olor de Himawari se acerca.
Tanto Shikadai como yo volteamos hacia la ubicación de aquella esencia para verificar que es verdad lo que nuestro olfato detecta.
Himawari comienza a respirar agitada. Al parecer corrió demasiado rápido para llegar hasta aquí.
La Uzumaki ubica sus manos sobre sus muslos anhelando recuperar el aliento tan pronto como le sea posible.
Shikadai la observa muy asustado y se levanta para auxiliarla. Sin pensarlo, le sigo el paso.
-¿Qué pasó Himawari? ¿Hay algún problema?-Pregunta mi novio desesperado.
Himawari traga saliva antes de responder.
-Madara se ha metido en la habitación donde estaban onii-chan y el señor Sabaku No. Ha dejado inconsciente a Shizune y ha detenido el proceso de la trasfusión. Entre todos hemos intentado detenerlo, pero pareciera como si eso sólo hiciera crecer su poder. Necesitamos ayuda.
Este vampiro es un maldito descarado. Siempre tiene que aprovechar las situaciones más complicadas para atacar, pero no se saldrá con la suya.
-Debemos darnos prisa.-Exclamo con fuerza y los tres salimos corriendo hasta el hospital.
…
..(Hayabusa)
Todo estaba bien mientras Shizune se aseguraba de seguir bien los pasos para la trasfusión, cuando de repente escuchamos un golpe muy fuerte que dio en una de las paredes de la habitación y corrimos a ver de qué se trataba.
La verdad es que quedé pasmado. No podía creer que este tipejo fuese capaz de llegar tan lejos y más cuando ninguno de nosotros estamos en las condiciones mentales para hacerle frente, aunque bueno, de qué me sorprendo si Madara siempre hace lo que le place.
-No podrán salvarlos a ninguno de los dos. Da igual lo mucho que se esfuercen.-Exclama Madara en un tono muy soberbio, lo que hace que mi sangre hierva más de la frustración que siento.
-¡Los salvaremos a los dos!-Exclama Jun al tiempo que se transforma en lobo y corre hacia Madara. Salta lo suficiente como para alcanzarle un pedazo de su cuello y morderlo, aunque el vampiro retrocede lo suficiente para que sólo le arranque parte de la piel.
Jun la escupe al instante.
La herida de Madara se regenera sin que nos demos cuenta. Su poder de curación tiene una velocidad tan abismal que incluso llega a dar miedo.
De inmediato saco mi cadena y la arrojo hacia Madara en busca de atarlo con esta, sin embargo, desaparece ante mis ojos justo a tiempo. Mierda, ¿ahora dónde se metió?
Intento ubicarlo con la vista, sin embargo, resulta inútil. Madara me toma del cabello por la espalda y me levanta.
Jun trata de ayudarme mordiendo la pierna de Madara hasta enterrarle los colmillos al máximo. El vampiro la sacude y finalmente logra hacer que ella choque con la misma pared donde está recostada Shizune y queda inconsciente, recuperando su forma humana.
Entre papá y Shikamaru se encargan de darle apoyo a Jun.
-¡Jamás me vencerán! ¡Nada de lo que hagan será suficiente!-Exclama Madara y me sujeta con mucha más fuerza, haciendo que grite de dolor.
Es imposible que logre liberarme de sus garras, pero debo hacer el esfuerzo.
Temari, Kankuro, Itachi y mi madre se unen en la batalla para ayudar; los lobos se transforman y el vampiro muestra sus colmillos en su máximo potencial.
Los tres corren hacia Madara y mandan varios ataques simultáneos, desde cabezazos hasta patadas hacia todas las partes posibles. Debido a tanto ataque, puedo soltarme enterrando un shuriken en el estómago del enemigo y caigo de inmediato al suelo sobre mi cara.
Mamá corre en mi auxilio y me toma entre sus brazos. Gracias al golpe estoy algo aturdido, pero espero que se me pase pronto. No puedo quedarme sin ayudar a combatir a ese desgraciado. Como mínimo tenemos que neutralizarlo.
-¿Cómo te sientes mi pequeño? ¿Estás bien?-Pregunta mi mamá muerta del susto.
-Eso creo.-Digo sintiendo un fuerte dolor en mi cabeza, por lo que me acomodan junto a Jun.
-Neji, cuida de nuestro hijo.-Exclama mi madre con los ojos expectantes.
Mi padre con la mirada inmutable asiente con la cabeza.
-Te prometo que no le pasará nada malo.-Dice calculadoramente.
Mamá le sonríe y se besan en cuestión de segundos para que luego ella se vaya a seguir luchando contra el enemigo.
De repente, me siento mareado. Creo que el golpe fue más fuerte de lo esperado.
-Vamos hijo, no te duermas. Debes estar consciente mientras reviso que estés bien, ¿sí?-Agrega mi padre con un tono preocupado.
Honestamente no creo poder resistir un segundo más, por lo que lentamente mis ojos se cierran hasta que todo se vuelve negro.
..(Temari)
Este idiota siempre tiene que venir en los momentos más inoportunos. Es como si nos estuviera acechando para llegar cuando estamos en las peores condiciones, pero no dejaré que lastime a mi hermano.
Una vez logro transformarme, Kankuro me acompaña y entre ambos le mordemos cada pierna para que entre Itachi y Sasuke logren dar con unos cuantos golpes mucho más directos.
Tenten lanza su cadena y se la ata a Madara en el cuello para retenerlo y empezar a jalar muy despacio.
Los vampiros corren a máxima velocidad hacia donde está el enemigo. Itachi le profana un gran cabezazo en la mandíbula a Madara, mientras que Sasuke se lo da en toda la frente.
Madara intenta huir, pero al retenerlo Kankuro y yo de sus extremidades inferiores no es como que se pueda mover mucho, y al parecer su técnica de teletransportación sólo puede utilizarla cada cierto tiempo.
Entre Itachi y Sasuke continúan asestándole una buena cantidad de puños directos al estómago a un ritmo tan sorprendente que el ojo humano no podría percibirlo, aunque más de uno de estos consigue bloquearlos sin problema.
Finalmente, logramos hacer que caiga al suelo debido a las pocas fuerzas que le quedan por la enorme cantidad de golpes.
De repente, siento la presencia de mi hijo junto a Sarada y Himawari.
-Espero que hayamos llegado a tiempo.-Le escucho decir a mi hijo.
-Esto es un caos.-Confirma Sarada.
Gruño esperando que alguno de ellos me entienda y se encarguen de ayudar a los heridos de gravedad.
Sasuke expresa mis pensamientos.
-¡Háganse cargo de los heridos! ¡Necesitan más ayuda que nosotros!-Grita Sasuke sin parar de golpear al enemigo.
-Pero papá…-Dice Sarada.
-¡Pero nada! ¡Los adultos podemos hacernos cargo de esto!-Vuelve a gritar Sasuke esperando que esta vez nos hagan caso.
Shikadai y Sarada se miran confundidos, pero finalmente acceden a lo que les pedimos y Himawari los sigue.
Debido a la breve distracción del momento, el cuerpo de Madara comienza a arder con tantas ganas que todos tenemos que quitarnos de encima suyo para no quemarnos.
Incluso mi amiga tiene que retirar su cadena del cuello de Madara. El fuego que emana del cuerpo de ese vampiro es tan intenso que logra derretir hasta el metal.
Vuelvo al instante a mi forma humana.
-¿Qué se supone que ha sido eso?-Pregunto completamente confundida.
-Es imposible que haya logrado dominar una técnica de ese calibre.-Exclama Sasuke.-Se supone que sólo era una leyenda de nuestro clan.
-¿Leyenda? ¿Qué leyenda?-Pregunto sin entender por qué tan de repente salió este extraño y loco secreto.
-Se dice que los primeros vampiros que habitaron el mundo tenían la capacidad de crear una especie de campo de fuerza contra sus enemigos, es decir, forjarse entre llamas para evitar ataques masivos y al mismo tiempo sanar sus heridas con una rapidez tal que ni siquiera un ser sobrenatural podría verlo.
Madara se ríe con maldad. Maldito.
Esto en parte explica por qué no nos molestaba desde hace tiempo. Llevaba buscando cómo lograr obtener este poder tan raro.
-¡Sabía que no iban a poder contra mí! ¡El día que menos se lo esperen los voy a matar a todos!-Presume el enemigo mostrándose digno e invencible.
Me transformo una vez más esperando otra oportunidad para neutralizarlo.
Corro hacia él para morderlo nuevamente, hasta que un grito por parte de Sasuke me detiene.
-¡Espera Temari! ¡No tiene caso que intentes atacar! ¡Si lo haces, podrías terminar quemada completamente!
Me irrita no poder hacer nada, pero Sasuke tiene razón. No puedo arriesgarme así. Todavía tengo una familia que cual cuidar y proteger.
Debemos encontrar un modo de que baje la guardia y que el fuego que lo protege desaparezca.
-¡Cada día me hago más fuerte! ¡Es imposible que pueda morir ahora!-Exclama Madara con autosuficiencia.
Se abalanza contra nosotros como si fuera una enorme ave y nos toma a todos los adultos que estamos luchando entre sus brazos para levantarnos.
Mierda… es demasiado fuerte. No puedo soltarme de aquí, y al parecer los demás están en las mismas.
A cada uno se encarga de lanzarnos hacia una pared para dejarnos inconscientes. Es tanta la velocidad que llevamos en el recorrido que impactamos fuerte contra el concreto y caemos de golpe al suelo.
Necesito seguir despierta, no importa la forma en que lo consiga. No puedo permitir que ese desgraciado toque a mi hijo.
Veo cómo todos mis compañeros se desmayan. Mi cuerpo no quiere responderme.
Carajo.
-Shikamaru… por favor… protege a… Shikadai.-Son mis últimas palabras antes de quedar completamente inconsciente.
..(Shikadai)
Mierda, ni Shizune ni Jun responden a las reacciones que les estamos mandando. Esta vez Madara se pasó de la raya. De milagro hemo conseguido darles pulso a sus corazones, pero siguen estando muy débiles.
-No podemos dejarlas morir.-Dice mi novia sollozando.
-Tranquila, todo saldrá bien.-Confirmo esperando calmarla.
De repente, siento cómo Madara viene a toda velocidad hacia nosotros. Rápidamente volteo mi cabeza y parece un águila planeando el cielo azul.
Me transformo para atacar, pero Madara alcanza a tomarme del cuello y me lo aprieta con toda su fuerza.
¿Por qué rayos siento que me está quemando por dentro? ¿Cómo lo hace?
Con la poca conciencia que me queda logro fijarme en lo que rodea su cuerpo.
¿Eso es…fuego? ¿Cómo es que puede cubrir su cuerpo en fuego sin siquiera quemarse?
Sarada intenta apoyarme dando un golpe directo a Madara, pero este también la sujeta del cuello asfixiándola.
Mierda, tenemos que hacer algo, pero ya.
Himawari decide apoyarnos, pero Madara la manda a volar de una patada y queda inconsciente junto a su novio.
-Bien, ahora que los tengo controlados es tiempo de que me encargue de una vez por toda de la más problemática de los seis.-Exclama el vampiro mirándome con una sonrisa victoriosa.-Tu querida prima Shikadai.
-No te dejaré… que le pongas… uno de tus… sucios dedos encima…-Digo con el aire que todavía me queda.
-Creo que ya es un poco tarde para que digas eso, ¿no lo crees?-Dice Madara irónicamente.
-Eres un… maldito desgraciado…-Agrega Sarada tomando la mano de Madara entre las suyas para salvarse del agarre, pero es inútil. Sus manos terminan con quemaduras de segundo grado y le quedan inmóviles.
-Por suerte ya logré deshacerme del humano metiche que cree que por sacrificarse por sus compañeros se puede convertir en héroe.-Exclama el vampiro soltándonos de repente y haciendo que caigamos al suelo.
Debido al impacto vuelvo a convertirme en humano.
Tanto Sarada como yo hemos perdido demasiado aire. Nuestros cuerpos no pueden moverse. Si no algo a este paso, Jun morirá.
Intenta acercarse a ella nuevamente, sin embargo, una extraña entidad se atraviesa golpeando a Madara con un puño en toda la cara, consiguiendo que retroceda varios pasos.
-Si intentas tocar a mi novia otra vez, te juro que te mataré.-Se escucha decir a una voz a lo lejos.
Un segundo, ¿dijo novia? ¿Acaso es…? No, imposible. No puede estar vivo.
Escucho la risa de Madara cargada de sorna.
-¿Matarme? ¿A mí? No te creas la gran cosa gusano. Que hayas sobrevivido a una trasfusión de sangre por parte de un estúpido lobo, no quiere decir que tengas los poderes suficientes para vencerme.
Levanto mi cabeza muy despacio esperando enfocar mi vista en el supuesto sujeto que se encuentra protegiendo a mi prima.
De verdad es Boruto, pero… se ve… muy distinto al Boruto que conozco. Está cubierto por una especie de aura angelical con destellos naranjas y rojos.
Es que ni siquiera sus ojos son del típico azul cielo. Parecen más bien… los de un lobo en su proceso de transformación.
-Admito que me sorprende el ver lo bien que tu cuerpo respondió a la sangre de un ser sobrenatural, pero el resultado será contraproducente para Gaara, quien al final acabará muerto.-Agrega Madara muy seguro de sus palabras.
No, mi tío no puede morir, no así.
-Eso es lo que tú crees Madara.
La voz de mi tío llega a mis oídos.
Nunca había estado tan feliz de verlo. Es un alivio saber que sigue con vida, aunque todavía no me explico cómo es que ninguno murió durante la trasfusión.
Alcanzo a visualizar cómo Madara se queda helado al ver a mi tío, aunque la verdad es que yo también necesito que alguien me explique cómo logró sobrevivir a un proceso tan peligroso.
-Gaara… pero… esto no es…-Balbucea Madara temblando de irritación y sorpresa.
-¿Posible? Vaya, no creí que me tuvieses en una estima tan mala Madara. Para ser uno de los seres sobrenaturales más fuertes que existen actualmente no eres muy listo.-Agrega mi tío sonriente.
-Es fácil calcular que por lo menos el 80% de tu sangre está en el cuerpo de ese humano.-Exclama el vampiro aturdido.-No tienes sentido que logres levantarte sin problema.
-¿Estás seguro de que Uzumaki carga con el 80% de mi sangre? No me hagas reír. Apenas le doné poco más del 30%. Lo demás ya es algo que cargaba en sus venas.
Ante la afirmación de mi tío, Madara no sabe qué decir ni cómo actuar. Es como si le hubiesen hablado de la locura más grande de la historia.
-Un humano no puede ser tan fuerte.-Asegura Madara con la voz firme.
-La voluntad quiebra lo que sea.-Exclama Boruto con una sonrisa de por medio.
Enfoca su vista en mi tío y le extiende el puño.
-¿Está usted listo señor Sabaku No?-Pregunta eufórico.
Mi tío le sonríe de vuelta y chocan sus puños igual que dos grandes amigos que se conocen desde hace años.
-Siempre lo estoy.
Mi tío se transforma en lobo y Boruto prepara sus puños. Ahora la pelea sí va en serio.
En este momento lo único que espero es que puedan detener a Madara para que podamos ayudar a los demás. Ya después resolveré mis dudas.
ooooooOOOOOOOooooooooo
Hasta aquí el capítulo. Espero que les haya gustado. Ya falta tan poco para acabar esta historia.
Déjenme en los comentarios qué fue lo que los dejó más impactados.
-Gaara: Y yo que creí que me dejarías morir.
-Yo: ¿Cómo crees que le haré eso a Jun? Puede que a veces sea algo enojona, pero no por eso voy a quitarle a su padre de su lado.
-Jun: ¿¡Que yo soy qué!? (A Jun le brota fuego por los ojos).
-Yo: Bien, yo como que mejor me voy. (Salgo corriendo).
-Gaara: Te acompaño. (Gaara se une a mi huida).
-Jun: ¡No escaparán de mí cobardes! (Boruto llega y la abraza por la espalda).
-Boru: Tranquila amor, no te pongas así. Lo importante es que ahora nadie más podrás separarnos de nuevo. (Jun se tranquiliza y suspira).
-Jun y Boru: Gracias por leer y nos vemos en el próximo capítulo.
