Ventana a un mundo maravilloso
Capítulo 2: Una ilusión por la cual vivir
Era una mañana muy fría y los ojos esmeraldas se entretenían en la ventana. Concentraba su atención en la neblina del exterior que desdibujaba los árboles que rodeaban la mansión de los Kido. Alguien le hablaba, pero no quería escucharlo, ni siquiera quiso recibirlo, sabía que insistiría hasta sacarlo de este estado de postración, y él, lo único que quiere es dormir para no pensar.
Queriendo escapar de esa voz cerró sus ojos, pero las últimas palabras lo traspasaron, no podía creer lo que escuchaba, pero sin duda fueron dichas, porque toda la humedad de las ventanas se congeló.
Esas palabras hicieron enfurecer a Hyoga. Las manos le temblaban al joven rubio y habían abollado la charola que apretó para contenerse. El contenido de los trastes, que eran el desayuno que el rubio había preparado para Shun, no se caía porque se había congelado, al liberar su cosmos de manera accidental por la furia, mientras, su mirada asesina contemplaba aquel que había osado proferirlas.
La única razón por la que ese seguía vivo, era porque al ser él, le había concedido el beneficio de la duda, pero si la conversación seguía por ese rumbo, no podría contenerse más y le haría conocer el verdadero infierno de hielo a esa ave de fuego.
-Eres el culpable de lo que sucedió con Seiya. -Dijo el fénix, justo cuando Hyoga iba entrando con la charola del desayuno. Eso fue lo que lo hizo enfurecer tanto, que el cosmos se le escapó.
Tras el duelo de miradas de ambas aves, el fénix prosiguió.
-Entonces hazte responsable.
-…Ikki…-murmuró en un tono amenazante el rubio.
-Busca la manera de solucionarlo.
-¡Eso es imposible! -Le gritó Shun, abalanzándose hacia él. Por su parte Ikki sonrió al tiempo que contempló la desesperación en los ojos verdes. Habían pasado un par de meses sin que Shun pronunciara palabra alguna o expresara emociones.
– ¡Ni los curanderos del santuario, ni la misma señorita Saori saben cómo retirar la maldición! ¡No hay forma, no hay esperanza! -Shun se deshizo en lágrimas mientras Ikki lo abrazaba.
Sabía que cada que Shun cerraba los ojos era como volver a ese momento, podía sentir la espada en sus manos, el aroma y la tibieza de la sangre. Pero, sobre todo, la satisfacción. Y eso era lo que lo aterraba y lo tenía en este estado.
¿Como podían vivir en él, ambas emociones? Su tristeza y la satisfacción de Hades. Era tal el conflicto que ya no quería sentir nada.
Con suavidad, Ikki acaricio los verdes cabellos, echándolos hacia atrás, para que le permitieran ver el rostro de su hermano.
-Si Seiya creyera que no hay esperanza no se habría ido. -Le susurró a Shun. -Se habría quedado a morir aquí, en lugar de salir a buscar una cura.
Observándolos, Hyoga se sentía dividido, por un lado, quería matar a Ikki y por el otro, agradecía que Shun había salido de ese ensimismamiento, se giró para retirarse y darle privacidad a los hermanos. No sin antes fulminar a Ikki con la mirada. Si no fuera porque Shun lo está abrazando, el peliazul tendría la bandeja encajada en la cabeza.
Ikki no le prestó atención al rubio, en estos momentos sentía a Shun como un pajarito herido entre sus manos. Un pajarito que no quería volver a volar para ya no sentir más dolor. Hades trastornó tanto su mente que no ve el límite entre los dos.
-Si no puedes con la culpa, entonces haz algo al respecto. Seiya no se ha rendido y yo tampoco. Algún día encontraremos la cura para su maldición. Él no ha perdido la esperanza, no la pierdas tú. Se lo prometiste.
Shun lo miró confundido.
-En la entrada al Hades, se lo prometiste a Seiya. No perderías la esperanza, no dejarías que Hades te la quite. No debes dejarlo ganar.
Un par de horas más tarde.
Unos tristes ojos exploraban la cocina de la mansión, en el fregadero se encontraba un rubio que muy furioso tallaba unos trastes, mientras un muy divertido dragón se haya muy risueño secando un plato.
Es entonces cuando Shiryu lo notó en la puerta.
-Pasa Shun, no te quedes en un rincón. Que la terapia ocupacional de Hyoga no te espante.
El rubio le lanzó una mirada fulminante al dragón, porque Ikki había llamado así, a las clases de cocina que le ha estado dando Shunrey. Volviéndose un chiste con el que todo mundo quiere psicoanalizarlo.
-Por la forma en la que destazaste el pollo, uno diría que sacaste tus frustraciones. Qué visualizaste a otro pollo, mientras lo cortabas con saña. ¿Qué hizo tu hermano? -Preguntó el dragón señalando con la mirada la bandeja toda chueca e inservible.
Tras un largo silencio Shun murmuró -Ikki se fue.
Shiryu se sentía fascinado de escuchar de nuevo la voz de Shun, lo habría abrazado si no considerada esto contra producente para el peliverde. Así que contuvo todas sus emociones y fingió que no había pasado nada extraordinario.
-Huyó el muy cobarde. -Expresó el rubio.
-No. -Dijo Shun.
-Si se marchó sin despedirse es que me tuvo miedo.
-Ikki simplemente ya no quiere pelear. Ya no le importa darme la razón con tal de que avance.
Shiryu ladeo la cabeza, no entendiendo esas palabras. Obviamente, si alguien iba a sacar a Shun de su ensimismamiento, ese era Ikki. Desde el momento en que llegó, supo que el fénix vino a forzarlo a reaccionar. Por eso sabía que era imposible detener la discusión entre el cisne y el fénix. Hyoga piensa que es mejor dejarlo en paz y que sane a su ritmo. Ikki por su parte se niega a dejarlo a la suerte e insiste en poner manos a la obra, presionando y sermoneando a Shun.
-Si repites eso te molere a golpes. -Le dijo Hyoga a Shun.
-Esto no se arregla así.
-Soy caballero de Athena, no sé otra forma de arreglar las cosas.
Y la luz se hizo en la mente del dragón, ahora sí que Ikki se la ganó completa, en cuanto lo vuelva a ver lo va a golpear. ¿Qué es lo que estaba pasando por su cabezota? Dejó escapar un largo suspiro mientras colocaba el plato en su lugar -Shun, el que tú te repitas algo mil veces no lo hace verdad. Nadie es responsable de lo que le pasó a Seiya.
-Soy Hades.
-No eres Hades Shun. Yo lo vi. Sus ojos no son como los tuyos. En esos ojos no existe emoción alguna. Los tuyos están llenos de compasión. Hades ya no estaba en ti cuando hirió a Seiya, no importa que recuerdes todo desde la perspectiva Hades. No fuiste tú el que lo maldijo. E Ikki no tiene por qué hacerte responsable de eso. Aún si lo que quiere es encaminarte a que hagas algo. No debió ceder a tu terquedad. Lo molere a golpes cuando lo vea.
-Ikki no me cree culpable, pero sabe que esto que siento me va a matar. Así que me dará la razón con tal de que acepte vivir.
-Eso no lo va a salvar de mis golpes.
-Shiryu…
-Como dijo Hyoga, somos caballeros de Atena no sabemos arreglar las cosas de otro modo.
-Cuando se trata de ti, Ikki pierde totalmente la perspectiva. -Dijo Hyoga, aun concentrado en los trastes. Bien sabe que el peliverde es el verdadero punto débil de Ikki, aquello que no puede perder. -Esto va a pasar. Ninguno de nosotros sabe lo que es que un dios te invada y tuerza toda tu persona. El que no tengas ganas de levantarte o de vivir es normal. Sólo necesitas tiempo para sanar, pues, tienes una voluntad muy fuerte Shun, si lo sabre yo, te levantaras.
. . . . . . . . .
Esas últimas palabras resonaban en la mente de Shun, mientras se tallaba los ojos. Estaba hecho ovillo bajo las mantas.
"Tienes una voluntad muy fuerte, si lo sabre yo"
-No, no lo sabes. -Respondió Shun.
Ikki sabía perfectamente que se iba a hundir en la miseria si no le daba un objetivo. Una razón para vivir. Hyoga tenía esperanzas en él, Ikki la realidad, lo conoce mejor que nadie, por eso lo encaminó a buscar una cura, porque ni siquiera él lo hubiera podido sacar del pozo donde se encontraba.
Esa se volvió su única manera de pelear contra Hades, contra las emociones y pensamientos que dejo en él. Entre más aprendía, más y más se callaba el dios. Pero al mismo tiempo la desesperanza crecía en su interior, al no hallar la cura. A veces sentía que Hades había callado sólo para verlo fracasar.
De pronto, Shun se enderezó de un brinco. Esa no era su cama. Miró a su alrededor confundido, estaba en el departamento de Hyoga. Tratando de recordar cómo llegó aquí, el miedo lo invadió.
Recuerda que estaba en su departamento, se estaba lavando los dientes y cuando alzo la mirada para verse en el espejo, su reflejo tenía el cabello negro y le escurrían lágrimas de sangre. El verse así lo asustó, pero después de eso todo está confuso.
Vino con Hyoga. Recuerda que el rubio le seco el cabello. ¿Por qué estaba mojado? La respuesta no tardó en llegar. Estaba lloviendo. Caminó bajo la lluvia. Llegó hecho un desastre, todo un manojo de nervios. Por lo que Hyoga pasó la noche arrullándolo para que se calmara.
Fue como esos días después de la batalla, en que estaba tan aterrado por sentir la presencia del dios, que Hyoga e Ikki tenían que acompañarlo y arrullarlo. Susurrarle que todo estaba bien, que lo protegerían.
Con brusquedad se giró en la cama y hundió su rostro en la almohada. Sentía tanta vergüenza que esta se le escapaba por los poros. No tenía que verse en el espejo para comprobarlo, sentía el calor en las mejillas. El verse como Hades le provoco tal miedo que tuvo que correr a refugiarse con Hyoga.
Se giro en la cama mirando al techo. No fue así, no era miedo, era dolor puro. Sin embargo, esa emoción ha desaparecido por completo, al punto que no la reconoce, igual que los recuerdos de anoche, no le parecen reales sino un sueño. Siente que fue un mero espectador de lo que su cuerpo hacía.
Ha perdido la compostura dos veces. Algo le está pasando y no sabe qué.
-He venido a que me pagues. Y créeme que no me iré de aquí sin cobrar mi recompensa.
Una voz de mujer lo sacó de sus pensamientos, la conoce a la perfección, es una de sus compañeras de trabajo, más que eso, estudiaron juntos en la facultad, es Yuki Mishima.
-Y quieres que te pague con mi cuerpo cual vulgar prostituto. -Esa era la voz de Hyoga.
De pronto Shun entró en pánico. Si en algo se ha basado la relación de esos dos es en el sexo. No sabía que hacer, no quería estar aquí cuando ellos empiecen. Vio la ventana y pensó en salir por allí, pero lo descartó. Podría hacerle notar a Mishima que está aquí, tal vez salir a saludar pidiendo perdón por la interrupción y abandonar el apartamento por la puerta, ya que, saltar por el balcón es muy extremo.
-Vulgar no, que baratito no me sales. Esto mi cielo, vale varias acostadas porque no tienes ni idea de lo que me costó conseguirlo.
Definitivamente la ventana es la mejor opción, se levantó a toda velocidad buscando su ropa, pero sin recapacitar que traía la sabana enredada y lo único que consiguió fue una sonora caída.
-¿Shun, estás bien? -Entró a toda velocidad el rubio por lo estrepitoso que sonó.
-¡Shun está aquí! -Reclamó la joven. -Ya decía yo que estabas muy esquivo. No puedes hacerlo si tu verdadero amor está presente.
El peliverde se levantó desenredándose la sabana y se sintió observado por la pareja. Esto no podía ser más vergonzoso, él a medio vestir, queriendo huir por la ventana cual amante sorprendido en pleno adulterio. Al menos trae su ropa interior.
Estiró la playera al no reconocerla. No era su ropa, Hyoga debió prestarle algo ya que llego todo empapado.
Así que ni siquiera trae su ropa.
Levantó la mirada, topándose con la de Hyoga, este tenía una expresión preocupada. Shun no sabía que decir o como explicarse, hasta que se enfocó en los botones desabrochados de la camisa del rubio y lo desarreglado de su ropa; había encontrado su ruta de escape y lo miró socarronamente.
Inmediatamente las mejillas del ruso se pintaron de carmín, por lo que Shun le regresó una sonrisa burlona aferrándose a su superioridad en este momento. Mientras, la chica los miraba, sus ojos pasaban de uno a otro dándose cuenta de la conversación no verbal que habían sostenido en esos instantes.
-Iré a preparar el desayuno. -Dijo el rubio para darle espacio para que se vistiera y de paso huir. Le dio un beso en el cabello a la chica y le preguntó. -¿Te quedas a desayunar, Yuki?
-¡Yo te estaba desayunando a ti! -Dijo en un chillido siguiéndolo.
-Pues ahora desayunaras Udon. -Contestó aun con las mejillas encendidas por lo que estaban haciendo antes del accidente de Shun.
Unos minutos después, Shun se sentaba a la mesa, frente a Yuki quien lo recibió con una mirada desdeñosa. Ya conocía esa mirada, se la lanzaba después de cualquier examen, ya que siempre quedaba ella primera y el en segundo, y era su manera de demostrarle que le había ganado.
Ella le mostró la lengua y se puso a hojear el libro que traía. Es por eso su soberbia. El día de hoy, lo logró, consiguió una copia de unos pergaminos muy antiguos y se los está presumiendo.
Shun ladeó el rostro por este gesto de niña, se le hacía increíble lo mucho que había cambiado. Cuando ambos entraron a la facultad su mirada era muy esquiva, apenas si hablaba y cuando lo hacía era casi inaudible por la pena que le producía. No despegaba la mirada de los libros y consideraba la interacción con otros como una molestia necesaria. Vestía extremadamente formal y casi como monja, con el largo cabello recogido en una trenza.
El único momento en el que se veía viva era ese, cuando publicaban las calificaciones y ella era la primera, entonces se le escapaba por un instante ese orgullo por sus ojos.
Hasta la fecha se pregunta como Hyoga se dio cuenta de eso, porque ese era el único instante en que una chispa de su verdadera personalidad salía a flote. Fuera de eso era tan apagada que hasta otras chicas le hacían bulling y ella no era capaz de defenderse, se aguantaba las lágrimas y se iba a llorar al baño.
- ¿Qué tanto me vez? -Lo cuestionó ella. -Es más, ni me mires, ni me hables, me echaste a perder la mañana.
- ¿Vas a estar enojada todo el día?
-Y cómo quieres que este, si vengo a tener sexo con mi hombre y te encuentro en su cama y vistiendo el pijama y yo le compre.
-Es verdad. -Ahora fue Hyoga quien se rio, mientras le servía el desayuno a ella.
-Tú me usas para conseguirle cosas a Shun -Le reclamó al rubio. Al tiempo que le entregaba el libro a Shun. -Toma doctor Strange.
-¿Strange? Preguntó Hyoga
-O prefieres doctor muerte como le dicen todos en el hospital.
Y la sonrisa de Hyoga desapareció.
Shun vio esto como una oportunidad de desafanarse de inventar una excusa para lo que pasó a noche, prefiere que Hyoga crea que está inestable por ese hecho, porque a decir verdad no entiende como es que se vio como a Hades en su reflejo, ni como llego aquí. Ni esta sensación de que quien camino anoche y lloro en sus brazos no era él.
-Es más que lógico después de lo que paso con la niña que falleció. -Explicó Shun. -Era imposible que no se comentara por todos los pasillos del hospital.
El rubio le sirvió su desayuno sin decir nada. Y tal como el peliverde pensó, culpó a ese suceso de sus actitudes extrañas. Liberándolo de tener que dar explicaciones.
-Como sea, desayuna que se nos hace tarde para el trabajo. Te llevare. -Le dijo Yuki a Shun.
-¿Cómo? -Lo tomó totalmente distraído.
-Si piensas que te dejare subirte a una motocicleta con este sexy hombre estas equivocado. Además, estoy estrenando auto y te lo quiero presumir.
Shun ladeó el rostro meditando, era increíble lo mucho que Yuki había cambiado en estos años, la mujer apagada es un recuerdo tan lejano que no parece real, ahora frente a él está una mujer apasionada con ojos picaros resplandecientes.
Las personas cambian, pero él sigue igual, dependiendo de Hyoga y estancado en la culpabilidad que Hades le dejó, baja la mirada contemplando el libro que le reafirma esa verdad, es una copia de antiguos manuscritos que relatan rituales de sanación. Por eso lo llama Strange, no es el primero que le consigue gracias al abolengo de su familia.
De hecho, esa fue la primera razón por la que Hyoga se acercó a ella, ya que la familia de Mishima se ha dedicado a la medicina desde tiempos mitológicos, presumen de ser descendientes de Okuninushi e incluso muchos de sus parientes viven sirviendo en el santuario de Izumo-taisha. Las copias de estos textos son imposibles de conseguir sin que alguien te brinde el acceso.
-Y tú ponte guapo en la noche. -Le dijo a Hyoga. -Te llevare a un buen restaurante para después cobrarme lo del libro.
-Así de fácil.
-Que no fue fácil, tuve que aguantarme al tío bisabuelo sermonearme sobre la protección de los secretos de la familia, además que me restregó que ese libro no le sirve a personas comunes y corrientes como yo. Me llamo niñata sin talento.
-De acuerdo, de acuerdo, saldremos a algún lugar. Te compensare por todo lo que tuviste que aguantar -Decía el rubio mientras le daba palmaditas en la cabeza.
La joven risueña probó el udon con camarones que Hyoga le sirvió. Sus ojitos brillaron y entró en éxtasis por el sabor.
-¡Esto está exquisito! ¡Como rayos puedes ser tan endemoniadamente sexy y cocinar tan rico!
-Ya vez, soy un cúmulo de virtudes.
-Y la humildad es uno de ellos. -Continúo Shun.
-Ciertamente.
. . . . . . . . .
Horas después
En la entrada del hospital había un escándalo, un trasvesti traía cargando sobre su hombro a una chica que parecía inconsciente; y otras dos, en medio de gritos y reclamos; trataban de impedir que entraran.
Aquellas jóvenes que estaban como poseídas por la furia, no dejaban de lanzarle reclamos y golpes al trasvesti, quien afortunadamente era un hombre muy grande y fuerte por lo que no podían someterlo.
Mientras, el personal los rodeaba y entre ellos cuchicheaban "efecto Kido en minutos". Los que no habían sido testigos de ello buscaban estar en primera fila para poder observarlo y comprobar si eran cierto lo que los rumores decían.
-¡Esto es un hospital! ¡Compórtense! -Se escuchó la voz autoritaria de Shun.
Ambas chicas enfurecidas voltearon hacia la voz y sucedió, el efecto Kido se hizo presente.
Primero se quedaron pasmadas, cual cervatillo que ha sido cegado por una lampara. Su expresión denotaba que no creían lo que estaban viendo. Y es que, como norma, la mujer que ha sido atrapada por el efecto Kido, generalmente se olvidaba hasta de su nombre y lo que estaba haciendo; deslumbrada ante semejante visión, que por un instante les reseteaba el cerebro. Como les estaba sucediendo a ambas jovencitas que se quedaron totalmente perdidas contemplándolo para pasar a la segunda parte del efecto y es que después de ese deslumbre vuelve la autoconciencia. Avergonzadas, las mujeres comenzaban a recordar como las encontró y encima como vienen vestidas, invariablemente todas acomodaban su ropa y su cabello pidiéndole al cielo que un rayo las parta por la vergüenza de estar en esas fachas frente a un hombre tan impresionantemente bello. Y en ese momento las adolescentes se encontraban en esa fase, pues desesperadas trataban de arreglarse un poquito conscientes de que estaban sucias y apestaban a alcohol.
Shun les indicó a que consultorio pasaran y obedientes y calmadas, lo siguieron.
El personal del hospital se dispersó, comentando anécdotas, pues paciente femenino problemático se volvía un corderito manso, sin importar la edad.
Shun revisó a la chica que estaba semi consiente, se encontraba así porque sólo había alcohol y pastillas para la tos en su estómago vacío. Aunque ella ya empezaba a reaccionar, porque le sonreía estúpidamente, entrando en la primera fase del efecto, para después ponerse a llorar, al darse cuenta de lo borracha que está, al punto de dar lastima; frente a un doctor tan extremadamente guapo, y es que, estaba tan perdida en el rostro de Shun, que ni cuenta se dio cuando este procedió a ponerle un suero intravenoso por estárselo comiendo con los ojos.
-Me encanta tu voz tan autoritaria, pequeño Shunny. -Dijo Ranko toda emocionada.
Mientras revisaba el suero, meditaba en lo de "pequeño Shunny", iba a decir que le quitó toda autoridad con esa frase, pero considerando lo alto que es Ranko, al menos por dos cabezas le gana, quejarse sobre que lo llama pequeño lo haría aún más notorio.
Ranko buscó en su bolso un pañuelo húmedo y se lo restregó con fuerza a la chica que lloraba. -Vamos a mostrar tu linda carita al doctor. -La jovencita estaba tan mareada que no pudo prestar mucha lucha, pese a que sentía que Ranko quería borrarle el rostro. -Te presento a Akiko, a Umi y a Hana, las tres tuvieron la brillante idea de abandonar sus casas, a sus padres y a sus estudios para dedicarse a su vocación de prostitutas y borrachas. Las encontré tiradas en la calle dando su dignidad a cambio de un poco de alcohol.
Las dos más consientes le gruñeron y comenzaron a reclamarle a Ranko, cuando la voz de Shun las interrumpió.
-¿Es eso cierto?
No soportaron la mirada de Shun, y eso que no era una de reproche.
Ambas chicas comenzaron a llorar y a balbucear cosas que eran imposibles de entender. Por lo que Shun elevó la mirada pidiendo ayuda al cielo, ahora tiene tres adolescentes llorando en su consultorio y no sabe qué hacer, no sabe si sermonearlas o ser comprensivo, no sabe si sería muy brusco mandarlas a ginecología; para que las revisen; o fingir que no escuchó nada o si llamar a sus padres o servicios juveniles. Tal vez a psiquiatría. Si no les sirve a ellas bien le podría servir a él.
Shun sin saber que hacer miró a Ranko pidiéndole ayuda para calmarlas, pero ella solo se encogió de hombros y procedió a sacar más pañuelitos que repartió entre las jovencitas. Así que el peliverde le lanzo una mirada de reproche, por traerle el problema y no hacer nada. Porque como médico no hay más que pueda hacer.
Afortunadamente para Shun, alguna deidad le tuvo misericordia porque entró Yuki seguida de Makoto.
-¡Ranko! -Gritó Yuki llena de alegría al ver a su mejor amiga - ¡El ganado de Hyoga está reunido! -He hizo un leve gesto con la cabeza señalando a Makoto.
Ranko soltó una risa tan sonora por ese comentario, que se escuchó por medio edificio. Luego ambas se saludaban haciendo un corazón.
-Lamento que pierdan su tiempo, pero mi querido Hyoga esta vez no va a venir por mí. -Les anunciaba Ranko y es que esa era la razón por la que Yuki vino. No es la primera vez que Ranko recogía chicas de la calle para traerlas al hospital. Ha llegado a traer prostitutas por lo que la gente que comercia con ellas suele amenazarla, razón por la cual Hyoga acudía para protegerla.
Shun dejó escapar un largo suspiro de alivio, sólo son niñas imprudentes que deben de devolver a casa. En cuanto dejen de llorar se irán con Ranko.
-De nuevo tengo mala suerte. -Se lamento Yuki. -Y yo que quería vivir mi fantasía de Gray´s anatomy.
-De nuevo. -Le pregunto Makoto
-En la mañana lo fui a ver, y me encuentro con que Shun durmió abrazadito a él.
-¿Cómo?
-Como lo oyes, nuestro Shunny, mi amigo traidor, quiso robarme a mi hombre metiéndose en su cama. Y como Hyoga lo ama, a diferencia de mí; a él sí lo ama; ni tardo ni perezoso lo aceptó. No fuera yo, que me está dando largas y tengo que rogarle e invertir tiempo y dinero para salir con él. ¡El maldito a mí me cobra nuestras citas!
-Deja de decir tonterías. -Dijo Shun apenado.
-No son tonterías, ¿verdad Ranko?
-Shunny, es imposible no darse cuenta que cuando tú le sonríes, a Hyoga le brillan los ojos y entra en un nirvana de felicidad.
Shun se puso a buscar un termómetro o baumanómetro, o cualquier cosa que le sirva para evadirse, sus mejillas se sonrojaron un poco recordando una ocasión, en que en una de sus crisis Hyoga le dijo "si estás en el infierno, si por siempre estarás atado a él, me comeré toda la granada para estar contigo". Desde que toda esta locura con Hades comenzó Hyoga siempre ha estado atento a sus necesidades, al punto que es con él, con el que corre a esconderse cuando tiene miedo, como anoche.
-Y a todo esto, que haces aquí Makotonton. -Le preguntó Mishima, al tiempo que le lanzaba una sonrisita cómplice a Ranko.
-Vine por estos expedientes. -Dijo tomando unos documentos y salió soltando un portazo.
-¿Qué le pasa? -Preguntó Shun
-Shunny, me haces dudar de tu inteligencia. -Le dijo Ranko. Se le hacía imposible que a pesar de tanto tiempo de conocerlo Shun no entendiera porque Makoto lo odia tanto.
-¿Eh? -De verdad que el peliverde no tenía ni idea. A diferencia de las chicas que lo captaron a la primera y se estaban susurrando entre ellas.
-Ese tal Hyoga, debe de ser, pero bien feo. -Aseguro una.
-Entre más feos más se levantan a las personas.
-Como Mori, está horrible y una no entiende como tiene tanto ganado.
Shun no pudo evitar reírse ante tales palabras. -Efectivamente Hyoga es feo y lo peor, con muy mal carácter. -Y les daba más peso a sus palabras afirmando con la cabeza y cruzando los brazos. Ranko también se rio y le dio la razón. La única que lucía molesta y en contra de ese dictamen era Yuki Mishima.
-Como puede ser tan traidor y meterse en la cama del novio de su amiga. Usted que es tan guapo como un ángel. -Preguntó una de las chicas que agarró confianza al ver a Shun reír, y es que, desde que empezaron a hablar de Hyoga, el peliverde luce relajado y accesible.
-No hagan caso a las tonterías dice. -Dijo Shun.
Por su parte Mishima ya había buscado en su celular una foto de Hyoga para sacar a las chicas de su error.
-¿Quiero ser la madre de sus hijos? -Dijeron las dos al verlo.
-Esperen, quiero verlo. -Pedía Akiko que es la que está con el suero.
-Ves Shun, -le dijo Mishima. -Tú nos reseteas el cerebro, pero con Hyoga, uno de inmediato recuerda para que sirven los hombres.
El peliverde elevó los ojos al cielo y movió la cabeza en negativa, esta conversación ya lo está fastidiando, ahora solo van a hablar del físico.
-Definitivamente una tiene pensamientos lujuriosos en cuanto lo ve. -Dijo la joven que por fin podía apreciarlo. -Con un hombre así no culpo la traición.
-Cierto, no es por nada doctora, pero usted no tiene oportunidad. Es obvio que Hyoga sucumba ante el guapo doctor y que el guapo doctor juegue sucio con tal de quedarse con este hombre.
-Nosotras las normales solo podemos contemplarlos desde lejitos y dar gracias por semejante visión.
Shun se giró tratando de aguantar la risa por la cara que Yuki puso cuando dijeron que no tenía oportunidad. Toda su seguridad se le fue al piso.
Yuki abrazo su celular. -No importan lo que digan Hyoga es sólo mío.
-Y de Shun. -Dijo Ranko.
Eso ya no lo soportó Shun y su risa disimulada se volvió bastante sonora.
-¿Qué? Tú tienes la culpa de todo esto. -Dijo Shun al sentir la mirada enojada de Yuki sobre él. -Te place bromear así a pesar de saber que Hyoga y yo somos hermanos.
Mishima guardo su celular. -Es que te uso para alejar de Hyoga los pretendientes indeseables.
Shun hizo cara de no entender, las jovencitas lo procesaron unos instantes y lo entendieron mirando hacia la puerta por donde había salido Makoto. Cosa que no pasó desapercibida por Ranko, que no podía creer lo lento que Shun era cuando se trataba del rubio.
-Oh, entonces son hermanos, la belleza es de familia. ¿Cuántos hermanos tiene?
Esto puso un poco incomodo a Shun. -Diez -Contestó apenado.
-De los que es consciente. -Continúo Ranko con una risotada. Shun le lanzó una mirada un tanto molesta. -Tuvieron un padre irresponsable y mujeriego. De hecho, Hyoga y el son medios hermanos. Por eso nuestro Hyoga tiene ese aire extranjero que Shunny no tiene y por ello la gente no sospecha que son familia. -Les explico a las chicas.
-Me pueden dar sus datos, hay que avisar a sus padres que están aquí.
Shun quería cambiar de tema ya que su buen humor se esfumó.
Las chicas esquivaron su mirada, no querían hablar.
-No. -Contesto Akiko, la chica a la que le habían puesto el suero.
-Sus padres deben estar preocupados. -Insistió Shun.
-Lo dudo. -Dijo casi llorando, las otras dos se levantaron y la abrazaron.
-No tenemos padres. -Respondió la otra, a la cual las lágrimas se le empezaron a escapar.
Shun se sintió derrotado, ha vuelto al punto de inicio, con tres adolescentes llorando. Realmente como médico no tenía mucho que hacer, dado que la chica que venía desmayada ya está mejor después del suero y él no puede forzarlas a regresar a su casa.
-El lindo de mi cuñado las va a llevar a comer y de compras. -Les dijo Yuki.
-¡En serio! -Le dijeron las chicas emocionadas y un Shun incrédulo.
Yuki enrolló unos papales y con el golpeó la frente de Shun.
-Te las vas a llevar a pasear porque eso es lo que haría Hyoga, eso es lo que hace cuando Ranko y yo estamos tristes. Así que te comportaras como un digno hermano suyo, no creo que sea difícil porque lo principesco te sale natural. Además, ya terminó tu turno y el papeleo lo llenare yo.
-¡Espera… -Trató de protestar Shun.
-Chicas hagan cara de cachorro triste. No lo resiste. -Les dijo Ranko. No tenían que esforzarse mucho dado que los lagrimones hacían la mitad del trabajo.
Shun se giró para no verlas, en parte en protesta por el rumbo que está tomando esto, en parte porque es verdad, Ranko sabe que no tiene capacidad de decir no cuando hay lágrimas de por medio.
Yuki se acercó tanto a Shun que se pusó a juguetear con uno de los botones de la bata de doctor.
-Lo único que estas niñas necesitan es que se les trate como personas, Shun. -Le dijo en un susurró para que sólo él oyera. -Y hay muchas maneras de salvar a las personas de destinos inciertos. Dales unas horas de tu atención y ya verás que ellas solitas regresan a casa y a la escuela. Lo que les pasa es que nadie las trata bien, probablemente en sus casas reciben gritos y la escuela sólo es presión por las calificaciones. No conocen de amabilidad, ni tienen sueños. Una cita tranquila con un príncipe les hará tener esperanzas en el mañana ya que el mundo no es tan gris. Además, no vas a ir tu solito, Ranko te va a acompañar y si no sabes a donde llevarlas deja que ella escoja.
-Está bien. -Dijo Shun resignado. -Pero sólo si prometen que volverán a sus casas.
Las chicas lo meditaron un poco, no muy convencidas aceptaron.
Yuki sonrió entregándole las llaves de su auto. -Mi cooperación para la causa.
Ranko que estaba sentada junto a las chicas ya festejaba su buena suerte.
-¡Vamos a pasear! ¡vamos a pasear! -Decía en aplausos. -Pero antes de salir, Shunny debes de llevarme del brazo.
Shun la miró extrañado sin entender.
-Quiero que se muera de envidia el personal del hospital. Quiero gritar, "Para que vean perras. Mi suerte no la tiene cualquiera". Eso me daría mil años de vida. -Dijo Ranko abanicándose con las manos y es que se puso roja.
-Está bien.
Después de todo a Ranko no le puede negar nada. Probablemente, encontró a estas chicas buscando a Seiya.
Hyoga lo conoció, mientras recorría Japón buscando al castaño, fue cuando se topó varias veces con Takamichi, nombre real de Ranko, haciendo sus propias investigaciones. Y es que en ese entonces trabajaba como policía, y en su tiempo libre era detective sin sueldo. Buscar personas desaparecidas es su pasión. En Japón hay muchos jouhatsu "evaporado" que son personas que abandonan su casa sin decir nada a sus familiares, los cuales se quedan con la duda, el miedo y el dolor de no saber qué pasó con la persona que decidió evaporarse. Se vuelven indigentes, algunos se suicidan o terminan vendiéndose con tal de sobrevivir. Pero la duda queda en sus familias, qué tal si fue víctima de algún delito, qué tal si fue sustraído a base de engaños.
La policía japonesa no hace nada ante la mínima sospecha de que la persona se fue por su voluntad, por lo que las familias se ven forzadas a contratar detectives privados. Takamichi dedica su tiempo libre a las personas que no tienen recursos económicos para buscar a su ser querido.
Así, Hyoga, acudía a Takamichi, tratando de aprender como rastrear a alguien que no quiere ser encontrado.
Hyoga buscaba por todo Japón, incluso las áreas más peligrosas y pobres. Pronto surgieron rumores de un ángel de nieve que aparecía para defender a personas en la indigencia.
La búsqueda de personas llevó a Takamichi a tener problemas con gente de la zona de prostíbulos, que pusieron precio a su cabeza. El asunto escaló a tal punto que casi lo asesinan a golpes de no ser por el rubio que llegó a tiempo para salvarlo. Ante tal situación Hyoga le pidió ayuda a Ikki, y aunque Shun no sabe cómo arreglaron las cosas, supone que hubo varios puños fantasmas en el proceso.
Esa noche Saori tuvo que ir a la comisaria, por Hyoga e Ikki. De más está decir que Tatsumi regañó a Hyoga por semanas. (A Ikki no pudo regañarlo porque se fue) por haber hecho que la señorita Saori tuviese que sacarlo de la cárcel, pagar muchas multas y cargos por daños a propiedad privada. Después entre los mafiosos surgió una nueva regla, no invoques al demonio de fuego que acompaña al ángel de la nieve. Dicha regla mantiene con vida a Ranko y le permite moverse sin problemas y sin miedo por todo Japón.
Sin embargo, ese escandalo hizo que lo despidieran de la policía. Fue por eso que Hyoga puso el bar donde ahora trabajan y Takamichi abrazó su verdadero yo y ahora es Ranko.
Yuki se estaba riendo imaginándose las caras de sus compañeras cuando vean a Shun saliendo, llevando del brazo a Ranko y acompañado de las chicas. Por su parte Ranko sacó su cosmetiquera para retocarse antes de salir.
Shun las contemplaba, ambas son las columnas que sostienen el plan de Hyoga para recuperar a Seiya. Por un lado, Mishima, al pertenecer a una ancestral familia de curanderos y por el otro Ranko que fue policía y aunque se tuvo que retirar tiene muchos contactos que está movilizando buscando a Seiya. Ambas dispuestas a darlo todo con tal de ver cumplida la ilusión del rubio.
La esperanza de Hyoga, de encontrar y curar a Seiya, ha hecho que su mundo se haga más grande. Ha hecho amigos, tiene pareja, una profesión. Ha aprendido a hacer muchas cosas, como cocinar. Conoce todos los rincones del Japón, lugares que el peliverde ni se imagina que existen en su país. Lo ha visto reír hasta las lágrimas y entristecerse hasta fundirse con el silencio. Hyoga es todo un abanico de experiencias, personas, lugares y gustos cambiantes.
En estos momentos Shun se siente atrapado por sí mismo. Su mundo son su trabajo, los estudios y un refrigerador vacío. No se ha desarrollado de ninguna manera, no sabe siquiera si tiene gustos o preferencias. No hizo amigos en la universidad, pues se dedicaba a estudiar solamente, no conoce a sus compañeros de trabajo, no convive con ellos más allá de lo profesional, pues dedica todo su tiempo en aprender, buscando la cura para Seiya, a pesar de que piensa, que todos sus esfuerzos son inútiles. Quizás es por eso que siente que su mundo es una burbuja a punto de estallar. Quiere tirarlo todo y rendirse, pero se obliga a esbozar una sonrisa para ya no preocupar a Hyoga y porque de vez en cuando, su sonrisa falsa se vuelve autentica cuando ve el mundo del rubio.
…
El agua estaba caliente, llenando el ambiente de vapor. Sobre la superficie del agua libre de espuma, un dedo dibujo un círculo, creando una dona de hielo, el agua no había disminuido la temperatura, sólo las partículas que tuvieron contacto con el cosmos del caballero se congelaron, pero la delicada dona no duro mucho flotando ya que algo la golpeó y se rompió. Eso lo tomó completamente desprevenido, así que apenas Hyoga pudo evitar la patada, aunque no esquivó el que le rocíe toda el agua en el rostro.
Y es que la chica al verlo distraído levantó el pie para luego dejarlo caer para salpicarlo todo.
Yuki y él están en jacuzzi, de un hotel muy lujoso, la joven se molestó porque lo notó distraído, así que tiró esa patada a modo de broma para sacarlo de sus pensamientos.
Hyoga trata de quitarse el jabón del ojo, mientras Yuki se emberrincha y se cruza de brazos. -Me he deshecho de Shun, pero por alguna razón sigue en medio de nosotros. -Después de eso le gruño, se giró y se hundió en el agua, dejando sólo parte de la cabeza afuera.
Los pétalos de rosas flotaron suavemente hacia el largo cabello negro de la chica, acomodándose a su alrededor como si fuera una coronita. Hyoga no pudo evitar la sonrisa, esa mirada enojada, emergiendo del agua y las rosas le resultaba muy tierna.
-Bueno, es tu culpa, dijiste que con suerte encontrare su cadáver mañana. Es obvio que piense en él.
-Está con Ranko y un trio de adolescentes, que le están vaciando la cartera. -Tras la expresión confusa de Hyoga prosiguió. -Son unas jóvenes que se escaparon de casa y que Ranko encontró borrachas. Pensé que era buena idea que Shun las llevara a pasear, para que la próxima vez que piensen en prostituirse, hagan cara de fuchi, y decidan que eso no es opción; no después de Shun; le sube a una las expectativas. Realmente las pone altas. Debiste ver como lo miraban.
-Ya me imagino. -Hyoga se quedó meditando un momento. -Es bueno que se divierta…aunque lo más probable es que Ranko lo esté martirizando, entrando de tienda en tienda y exhibiéndolo como trofeo. -Hyoga se hecho hacia atrás y se empezó a reír. -Mañana le pediré todos los detalles.
Yuki nuevamente sacó uno de sus pies del agua contemplando el esmalte de sus uñas.
-Creo que te tengo que agradecer aún más. -Esa frase reclamó la atención de la chica. -Sacaste a Shun de su encierro y lo convenciste de socializar, aunque sea por esta noche. No sabes cómo deseo que vuelva a ser feliz. Él no solo me salvo la vida, me hizo vivir de nuevo y me frustra mucho no poder hacer lo mismo. Como quisiera que volviera a experimentar todo con alegría.
-Y yo quisiera que tuviera novia para despegarlo de ti, pero no sucederá.
Hyoga desvió la mirada. El rubio tenía una expresión triste.
-No te preocupes por Shun, el esta solo porque las mujeres que le gustan aun no tienen edad de consentimiento.
-¿Qué?
-Le gustan chiquitas para terminar de criarlas.
Hyoga contemplaba a Yuki perplejo. -Ya lo veras, vamos a cantar 40 y 20 en su boda. Lo bueno es que cuando conozca a su media naranja no tendrá dos divorcios de por medio. Cuando Shun este cuarentón lo tendrás que soportar por horas hablando de "yo la amo, pero ella es tan joven, no es correcto" Y todo un drama para que al final la haga su mujer. -Yuki se rio. –Si salió igualito al viejo Kido, la única diferencia es que él es hombre de una sola mujer.
-¿Cómo? – Hyoga no podía procesar lo que estaba escuchando.
-Mi tío fue a ver a uno de sus pacientes al hospital. -En cuanto vio a Shun supo que era hijo de Mitsumasa Kido, la única diferencia es su mirada, dijo que la de Shun es tan pura que es difícil creer que algo tan inocente sea hijo del viejo Kido ya que él tenía una mirada astuta como un zorro, por lo demás Shun es su vivo retrato.
Hyoga se quedó pasmado, nunca ha buscado fotos de Mitsumasa joven, aunque una vez escuchó a Tatsumi decir, que Ikki y Shun, son los que más se le parecen. En esa ocasión creyó que Tatsumi lo decía más por molestar a Ikki que por verdad.
-No puedo culpar a mi suegra por sucumbir ante un Shun de mirada astuta. Por algo saliste tan guapo.
Esa última declaración acabó con Hyoga, fue como recibir un ataque de todos los dioses al mismo tiempo, completamente derrotado se hundió en la bañera como el titanic.
….
Notas de la autora
1.- Yuki Mishima: Es personaje inventado por mí, de modo que no aparece en Episodio G Assassin.
2.- Okuninushi: Busque dios japones de la medicina y Google me dio el nombre.
"Okuninushi y sus hermanos, buscaban la mano de la princesa Yakami/Yagami (八上比売?) de Inaba para casarse".
"Por el camino, los hermanos se encontraron con una pobre liebre despellejada, que yacía agónicamente en la orilla del mar. La preguntaron qué le había sucedido, y explicó que venía de la isla de Oki a través del mar. Había inventado un maravilloso plan para lograrlo, poniendo a su servicio a una especie de, criaturas imaginarias basadas en un tiburón y cocodrilo, sin que ellos lo supieran. Para ello, llamó a uno de ellos y lo desafió a competir para decidir quien tenía el mayor número de parientes. Para resolver la apuesta, les dijo que se alinearan en fila recta en el estrecho, para que pudiera saltar y contarlos. Sin embargo, antes de que la liebre se hubiera puesto completamente a salvo, se enorgulleció de haberlos engañado, y entonces, el último cocodrilo-tiburón de la fila lo agarró y le arrancó la piel"
"Los crueles hermanos que escucharon el relato, como broma, dieron instrucciones a la liebre para que se lavara en el agua salobre del mar y se secara con el viento. La liebre así lo hizo, pero su dolor era mucho peor. Okuninushi que se había quedado muy atrás al verlo, dijo a la liebre que fuera al río y se lavara con agua dulce, que recogiera las espigas florecientes de las eneas que crecían a su alrededor, esparciera los amentos por el suelo y se revolcara hasta que estuviera cubierto por el polvillo. La liebre se curó y le predijo que él se casaría con la princesa."
Tomado de Wikipedia
3.- Takamichi, alias Ranko o mamá si es personaje creado por Okada. Es travesti porque Okada sabe lo que para un fan de Hyoga significa escucharlo decir "perdón, mamá". Tengo entendido que en Japón a los trasvestis que son dueños de bares sus empleados suelen llamarlos mamá. Eso derivo a que muchos teorizaran que era un bar gay. También vi en foros que las bebidas que mencionan son muy caras por lo que sería un bar para gente de alto nivel.
Yo no reflexione mucho en el bar, a mí me llama más la atención las cosas que hablan Hyoga y él. Ranko le dice a Hyoga que si se trata de las ganancias de la segunda tienda va bien y Hyoga contesta que no lo citó para hablar de sus establecimientos si no de su otro trabajo. Así que Ranko es como el Tatsumi de Hyoga. Además, así descubrimos que Hyoga si cobró su herencia, a diferencia de Shun, que según recuerdo el comenta que trabajó para pagar sus estudios.
La otra es ese segundo trabajo que hace para Hyoga, Ranko dice que trabajó para la policía y sabe que Hyoga no es un hombre normal sino un aliado de la justicia. Nunca se menciona Santo de Atena, lo que hace evidente que Hyoga no le habla de eso, pero Ranko lo nota. Además de que parece que su segundo trabajo es recabar información, cualquier cosa extraña se la reporta a Hyoga y de allí teorice que Hyoga usa a Ranko para buscar a Seiya conociendo el espíritu heroico del castaño.
4.- Los Jouhatsu "evaporado", es un problema muy común en Japón, que ante la presión y el sentimiento de fracaso la gente decida abandonarlo todo e iniciar de nuevo, aunque muy pocos lo logran. Pueden encontrar documentales en youtube si quieren saber más del tema. También muchos niños huyen de casa para vivir en la calle. Creo que los Jouhatsu más famosos del anime son los protagonistas de la película Tokyo godfathers.
5.- En el mito de Hades y Persefone, siete granitos de una granada ataron a Persefone, para siempre a Hades y al inframundo, razón por la que tenia que volver cada 6 meses. Ya que la granada por lo rojo, esta asociada al inframundo y a la fertilidad.
Perdón por la tardanza, no estuve bien de salud, pero ya fui al doctor, ya empiezo a mejorar.
Saludos a Smily90, Gaby cisne, fissdelete, SakuraK li y a Erika.
Smily90: Recuerda cierto video de unos patos en patrulla.
Gabycisne y Erika: Disculpen la tardanza.
Fissdelete: Yo creo que para el próximo capitulo ya empezare con los hechos del manga.
SakuraK li: Que puedo hacer si el rubio tiene estabilidad emocional al principio de esta saga. Alguien tiene que llorar y le tocó a Shun. Por eso se adueño del protagonismo de esta historia, hasta que llegue a la parte de Hyoga y lo martirice. Por el momento, el rubio está contento de haberle pasado la estafeta a Shun.
