La profecía

Capítulo 2

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Este fanfic está dedicado a todos los lectores de la historia LOS 3 MIEDOS, ¡Bienvenidos nuevos lectores!

Los nombres de los personajes están basados en la serie de Ranma 1/2 de Rumiko Takahashi.

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Shu Xianju (Jusenkyo, China)

Hace cuatro mil años

La intensa lluvia que caía sobre los estanques se había detenido, dejando así, una mejor vista de todo lo que conformaba a Shu Xianju.

Xin Long ayudó al feudo a terminar de bajar las últimas rocas de la montaña, antes de que volviera a observar maravillado hacia el extenso paisaje, pero el chillido desesperado de un cerdo que se encontraba a unos cuantos metros de distancia, lo alertó.

Miró por un breve momento a su señor y al notar que este seguía distraído, se acercó, curioso, a una roca para poder observar lo que le pasaba al animal.

Apoyó sus manos sobre la estructura de la roca y al ponerse de puntillas, finalmente pudo observar al cerdo. Era un lechón de piel negra, el cual había caído en el agua de uno de los estanques e intentaba salir de la poza.

Long quiso acercarse a ayudar al animalito, pero su señor se colocó a su lado y le ordenó abstenerse de hacerlo.

—Deja que el animal lo haga solo —le exigió el feudo, con voz autoritaria.

—Pero se ahogará si no lo ayudamos.

—Eso solo ocurrirá si el animal está destinado para eso.

Long se quedó callado y tal como el feudo le ordenó, permaneció a su lado, mirando con impotencia la escena que se encontraba frente a ellos.

El lechón intentaba nadar con sus pequeñas y regordetas patas hacia una orilla del estanque.

Long comenzó a animarlo en silencio.

Cuando el animalito finalmente logró llegar al borde, continuó su lucha en la lodosa orilla de la poza para salir del agua y un par de minutos después, el animalito tocó con sus patas delanteras el suelo solido del camino que había entre los estanques y salió del agua.

Dejándose caer exhausto sobre el suelo, yació a unos cuantos centímetros del estanque del que había salido para recuperar energías.

Xin Long sonreía emocionado hacia el cerdito, celebrando en silencio, la pequeña victoria del animal.

Por otro lado, el feudo se mantenía inexpresivo y sin apartar la vista del estanque.

La sonrisa alegre de Long se fue apagando en cuanto notó que el agua que el animal había tocado con su cuerpo, comenzó a subir sobre el borde del estanque y se expandió sobre el suelo, rodeando el espacio donde el lechón descansaba, sin que éste se diera cuenta.

Long dió un paso para acercarse al animal, mas su señor lo detuvo del brazo y lo obligó a solo observar lo que ocurriría.

El pequeño cerdo detuvo su respiración acelerada por un momento, pues ya se había dado cuenta de que el liquido lo rodeaba. Intentó incorporarse para huir, pero estaba tan cansado que no pudo alejarse a tiempo. El agua tocó el cuerpo del animal y comenzó a arrastrarlo de vuelta al estanque.

Los chillidos desesperados del animal, aterraron tanto a Long que al final, no pudo moverse de su sitio, mirando la escena con una mezcla de sorpresa y horror puro.

El lechón nuevamente volvió a entrar en el estanque y soltó un par de chillidos más, antes de que el agua lo envolviera. Unas cuantas burbujas aparecieron en la superficie y líquido comenzó a resplandecer de una forma tan brillosa que tanto el feudo como su sirviente tuvieron que cubrirse los ojos.

La luz que emitía el agua se fue apagando poco a poco, los dos hombres volvieron a mirar hacia el estanque y, con gran sorpresa, notaron que el agua se encontraba tan quieta, que fácilmente podrían pensar que ahí no había ocurrido nada y que solo se habían imaginado todo.

Cuando Xin Long salió de su estupor, miró hacia su amo y dijo:

—Se-señor...

El feudo tragó un poco de saliva, conmocionado, y miró hacia su sirviente con fingida molestia.

—No te me quedes viendo como tonto, Long... corta la parte que se arrastra de mi ropa, ¡Pronto!

—¡Sí, señor! —murmuró el sirviente, al agachárse a su lado.

Sacó una pequeña hoja de metal filosa de entre sus ropas y comenzó a recortar las finas telas de la ropa de su señor.

—Debemos movernos antes de que oscurezca, Long, o podría ocurrirnos lo mismo que al animal.. es evidente que este lugar es peligroso para los que solo vienen a curiosiar.

—Sí, señor —murmuró el sirviente tras terminar su tarea y comenzar a guardar la tela recortada en la bolsa de las provisiones que llevaba en la espalda.

—Vamos, Long... e intenta no tocar el agua de las pozas.

—Sí amo... ¡Espéreme señor! —pidió el sirviente cuando se quedo retrasado por terminar de guardar todo.

El feudo caminó con cuidado por los reducidos caminos que habían entre las pozas, ayudándose de los pequeños palos de bambú que crecían dentro de las aguas de los estanques, pero en ningún momento se detuvo, ni volteó a ver qué tan atrás se había quedado su sirviente.

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Nerima

(fecha actual)

Ranma bajó el cuerpo del guía sobre el futón de la habitación de invitados y mientras Kasumi y Nodoka le curaban las heridas al guía, Ranma se colocó junto a su prometida, observando al hombre en silencio.

Akane miraba con aflicción al desmayado guía, pensando con preocupación: "¿Habrá algún problema en Jusenkyo?, ¿Por qué el guía ha hecho una visita tan repentina?"

Luego de un par de minutos, el guía comenzó a reaccionar y miró asustado hacia todos los presentes, pero detuvo su acción brusca en cuanto su mirada se posó en la joven pareja, especificamente en la chica.

—¡Akane, Ranma! —exclamó con dolor, pues había intentando incorporarse sobre el futón.

—No se levante, señor, aún se encuentra muy débil. Descanse un poco más —pidió Kasumi con amabilidad mientras le acercaba un vaso con agua.

—Gracias —respondió el hombre antes de beber un poco del contenido y volver a recostarse nuevamente sobre el futón.

"¿Venía a la fiesta?" Se encontraba escrito en el letrero que sostenía el enorme panda.

—¿La fiesta? —preguntó el guía confundido.

—¡Ranma y Akane cumplieron 21 ayer! —exclamó Nodoka con alegría.

—¡Oh, es verdad! Muchas felicidades muchachos... pero no, no venía por eso —exclamó con un poco apenado.

—¿A qué vino entonces, señor? —inquirió Kasumi volviendo a llenarle su vaso con agua.

—Necesito la ayuda de Akane y de Ranma... El terremoto... el terremoto fue causado por lo que está pasando en Jusen...

—¿Jusenkyo... el lugar que se encuentra perfectamente protegido por las aldeas que lo rodean y los guardias? —le interrumpió Ranma (desdeñoso) mientras se cruzaba de brazos.

—No seas grosero y escucha lo que el guía tiene que decir —exclamó la peliazul con el ceño fruncido hacia el de la trenza.

—No te metas, entrometida.

—¿Cómo me llamaste? —preguntó indignada y lista para golpearlo.

Ranma se giró hacia ella y se puso en pose defensiva.

—De acuerdo muchachos, mantengamos la calma —expresó Nodoka con firmeza— Por favor, señor, expliquenos.

El guía asintió y miró hacia la joven pareja.

—Sé que sonará poco creíble, pero necesito que me acompañen a Jusenkyo...

—¿Ha pasado algo? —inquirió Akane preocupada.

El guía soltó un suspiro.

—Me temo que sí, todo comenzó la semana pasada. Me dirigía a casa luego de terminar mi jornada en los estanques encantados y noté que había una visita en casa. Pensé que era alguien conocido, ya que mi hija no salió a recibirme como usualmente hace, así que no tomé ninguna previsión. Que equivocado estaba. En cuanto entré a la casa, me di cuenta de que mi hija Plum estaba lista para irse con ese extraño visitante. Intenté detenerla, pero ella no parecía ser ella, algo le había hecho el hombre...

El guía detuvo su relato y se cubrió el rostro con sus manos, demostrando su frustración y desesperación por lo que le había ocurrido.

Tanto la familia Tendo como la Saotome, permanecieron en silencio, esperando a que el guía recobrara la compostura.

—El extraño visitante al ver qué no iba a dejarla marchar, golpeó la parte trasera de mi cabeza y me dejó en el suelo, suplicando para que ella no se fuera, pero aún así se la llevó —murmuró el guía, pasando la palma de su mano por la zona mencionada—. Intenté acudir con las amazonas y con los guardianes de Jusenkyo, pero es como si un hechizo hubiera caído sobre todos los habitantes del lugar. A nadie le importa, ni quiere ayudarme.

—¿Y qué le hace pensar que nuestros hijos podrán ayudarle? —le interrumpió Nodoka intranquila.

—Pues, ellos...

—¡Oh, es obvio el por qué, Tía Nodoka! Ranma y Akane son excelentes artistas marciales y sus segundos nombres son "problemas y nuevas aventuras" —respondió Nabiki con burla.

—Por favor, continúe su explicación, señor —murmuró Kasumi, mirando hacia su hermana mediana como un sutil regaño.

—Necesito que sus hijos me acompañen a Jusenkyo pues los estanques encantados y todos los hechizados por sus aguas, se encuentran en grave peligro —declaró el guía con preocupación.

—¿Por qué estarían en peligro? —preguntó Soun confundido.

—Hay una vieja profecía en Jusenkyo que...

—¡¿Una profecía?! —exclamaron todos los presentes sorprendidos.

El guía suspiró y se incorporó con lentitud hasta sentarse sobre el futón.

—Se dice que cada cuatro mil años, del centro de la Tierra se emana una poderosa energía que desemboca directamente en las aguas encantadas de Jusenkyo... Y solo en ese momento, la persona que porte el anillo del alma, podrá formar un líquido poderoso, más allá de lo cualquiera se podría imaginar... el "Elixir de la Vida".

—¿El elixir de la vida? —repitió Akane sorprendida.

—Así es, este es un líquido que tiene el don de alargar la vida y otorgar magia a la persona que la beba.

—¿Y qué debe de pasar para que eso suceda? —interrogó Nodoka preocupada.

El guía suspiró.

—Para formar ese líquido, el portador de anillo debe esperar a que se libere la energía de la tierra sobre las aguas y tendrá solamente cuatro días para desaparecer las aguas de todos los estanques, junto con todo aquel que haya sido maldecido con ellas.

—¿Y cuándo pasará eso?

—El temblor de ayer fue a causa de la energía liberada de la Tierra, así que solo tenemos estos días para evitar que el portador del anillo del alma haga el hechizo.

—¿Y quién es ese portador? ¿Cómo sabremos quién es?

—No se sabe con precisión, tengo entendido que una vez se realizó el hechizo, pero desconozco si fue exitoso o no.

Ranma se aclaró la garganta, atrayendo la atención del guía.

—¿Esta pidiendo que le ayudemos a salvar Jusenkyo, pero no tiene idea de quién es el que quiere destruirlo? —preguntó el pelinegro de brazos cruzados.

—Sé que les estoy pidiendo demasiado, pero debo rescatar a mi hija de sus manos... ¿Lo harán?¿Me ayudarían de nuevo?

Akane y Ranma se miraron por un instante y mientras la chica aceptaba ayudarlo, el joven de la trenza se negó.

El guía y todos los presentes miraron confundidos hacia el joven de la trenza.

¡¿Ranma se había negado a una nueva aventura?!

Ranma al sentirse observado, sujetó la muñeca de su prometida y la jaló hasta llegar al pasillo.

—¿Por qué le dijiste que sí, Akane? —le regañó el de la trenza con enfado.

—Tenemos que rescatar a Plum —respondió con obviedad.

—No, no tenemos que... —gruñó el muchacho negando enérgico con la cabeza.

—¿Qué acaso no era una ilusión para tí ir a Jusenkyo y meterte en el estanque del hombre ahogado? Podrías hacerlo mientras les ayudamos.

—¡Pero tú dijiste que yo te gus... —Ranma frenó sus palabras a tiempo y suspiró molesto—. Mira, mi respuesta sigue siendo no.

—¿Y qué hay sobre lo que dijo de que todos los encantados por los estanques de Jusenkyo están por desaparecer?

—¡Patrañas! No hay peligro para nosotros.

—Pero... ¿Y si lo hubiera?

Ranma se cruzó de brazos de nuevo.

—Akane, nuestra familia nos necesita aquí. Debemos quedarnos para ayudar a reparar el Dojo y...

—¿Y desde cuándo te importa tanto el Dojo? —le reclamó con lágrimas en los ojos.

Ranma la observó sorprendido, Akane nunca le había hablado con tanto dolor en la voz.

—Akane...

—Yo... necesito alejarme de todo esto, Ranma. La reconstrucción del Dojo puede esperar... el guía viajó desde China solo para pedirnos ayuda, no podemos decirle que no.

Ranma frunció el ceño preocupado y volvió a negar con la cabeza.

—No es no, Akane.

La chica se limpió las pequeñas lágrimas que se le habían formado en las comisuras de los ojos y miró con determinación hacia el joven.

—Si tú no me acompañas, buscaré a alguien que quiera hacerlo.

Ranma tensó la mandíbula.

—¿Y quién sería tan tonto como para aceptar ayudarte?

—¡Hola chicos! —saludó repentinamente un Ryoga recién bañado.

—Ryoga, ¿cuándo llegaste?— exclamó Akane con alegría.

—A-acabo de llegar, ¿No te habían dicho? —mintió el joven de la bandana, sosteniendo con torpeza sus artículos de aseo personal—. ¡Feliz cumpleaños a los dos!

—Gracias Ryoga —murmuró la peliazul mientras se acercaba al joven del colmillo para abrazarlo.

—Y-yo, yo deseaba llegar antes, pero se atravesó el terremoto y... y... y...

—Me alegra que hayas llegado —le interrumpió la muchacha, liberándolo de su abrazo—. Ranma no quiere acompañarme a Jusenkyo y estoy buscando a alguien que lo haga.

—Espera, ¿Vas a ir a Jusenkyo?— preguntó el del colmillo confundido.

—No es algo que planeara hacer... Pero hace un momento llegó el guía de Jusenkyo para pedirnos ayuda.

Ryoga tiró sus cosas de aseo al suelo, sin darse cuenta de que había mojado a sus amigos con un poco del agua fría y, en un arranque de impulsividad, jaló el brazo femenino que le quedaba más cerca y se abrazó a la chica.

—No te preocupes, Akane. Si el estúpido de Ranma no quiere llevarte a Jusenkyo, yo mismo te acompañaré hasta allá.

—¿A quién le dices estúpido, P - Chan? —gruñó Ranma, antes de darle a Ryoga un fuerte codazo en el estómago para que lo liberara de su abrazo.

El del colmillo alejó a Ranma y se dobló levemente por el dolor.

—¡No golpes al único que sí me apoya, Ranma! —le regañó la peliazul, empujándolo a un lado para poder auxiliar al de la bandana, pues el golpe le había sacado el aire—. Oye, Ryoga. ¿De casualidad no te has topado con mi pequeño cerdito? No lo he visto desde que trajo a la casa al guía de Jusenkyo.

Ryoga amplió los ojos, pero se mantuvo en silencio, temeroso de responder la pregunta de la peliazul.

Ranma suspiró y pasó sus manos por su rostro en señal de frustración.

—Bien, ¿quieres ir a Jusenkyo? Te llevaré. Pero solo serán tres dias los que estaremos allá, ni uno más — exclamó la pelirroja, recalcando el número mencionado con sus dedos levantados.

Akane le sonrió.

—Aun así iré con ustedes —afirmó Ryoga, tras reponerse un poco del golpe.

Ranma frunció el ceño en su dirección y antes de que le rechazara, Akane le dijo:

—Me parece bien, mientras más personas sean las que ayuden, más rápido resolveremos el problema.

Ranma tensó la mandíbula y observó a la peliazul dirigirse con rapidez hacia el cuarto de huéspedes para contarles sobre su decisión final.

—¿Todo bien? —preguntó Ryoga, aún sujetándose la parte lastimada.

—Sí —respondió el de la trenza antes de dirigirse a su habitación.

Ranma no quería hacer ese viaje, tenía un mal presentimiento, pero sabía que seguiría a Akane a cualquier sitio, incluso si eso significaba arriesgar su propia vida con tal de mantenerla a ella a salvo.

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¡Hola precios@s lectorxs!

Espero que se encuentren muy bien y que les haya gustado el capítulo.

¡Muchas gracias por sus reviews! Me alegra mucho saber que les está gustando la historia. ( ꈍᴗꈍ)

Yo soy Tóxo Kai Bélos,

¡Hasta la próxima actualización!