Disclaimer: Nada de esto me pertenece, la saga crepúsculo es propiedad de Stephenie Meyer y la trama es del webtoon y la novela "La emperatriz divorciada" de Alphatart y con arte de Sumpul, yo solo busco entretener y que más personas conozcan esta historia.


Capítulo 350. Regalo (1)

Justo lo que pensaba. Lo que no entendía es por qué alguien ordenaría hacer eso.

—¿Quién lo ordenó y por qué motivo? ¿Para arruinar los regalos enviados por el Emperador Jasper? O qué otra cosa...

Tal vez sea obra de Irina. No creo que tuviera un motivo, pero la mayor parte de la hostilidad que Irina había mostrado hacia mí carecía precisamente de eso.

Pero lo que reveló McKenna fue inesperado,

—Fue ordenado por los Vizcondes Greengrass.

—¿En serio?

Recordaba a la pareja que actuaba como si fueran buenas personas. Aunque nunca tuvimos una conversación adecuada, los recordaba claramente porque estaban indirectamente relacionados con el destierro de mi hermano.

—Sí. El culpable confesó que le pagaron una enorme suma de dinero para que causara un accidente.

—Pero por qué de repente harían eso...

¿Hay algo por lo que me guardan rencor? ¿O es contra de Jasper? Tenía entendido que Irina y Jasper no estaban actualmente en buenos términos. Habiendo tomado a Irina como su hija, ¿estaban enojados con Jasper?

—Fue por la Señorita Astoria.

Las palabras de McKenna fueron nuevamente inesperadas.

—¿Astoria?

¿Por qué Astoria?


—Debieron hacerlo por lo que malinterpretaron. Los Vizcondes creen... creen... que lo soy.

Astoria murmuró hoscamente cuando le dije, —Fueron los Vizcondes Greengrass quienes ordenaron causar el accidente del carruaje, y era a ti a quien buscaban hacer daño.

Pero a diferencia de mí, a Astoria no le sorprendió que la pareja intentara hacerle daño. Tal vez no se llevaban bien.

Sin embargo, había tantas lagunas en las palabras de Astoria que era difícil de entender. ¿Qué pensaban los Vizcondes Greengrass de Astoria?

—Hum...

—¿Astoria?

—No me malinterprete, Su Majestad. Absolutamente, absolutamente no.

¿De qué estaba hablando?

Tras dudar un rato, Astoria juntó las manos, me miró detenidamente a los ojos y confesó con timidez.

—La pareja cree que soy la segunda concubina de Su Majestad Jasper. Por eso me odian tanto.

—¿Su concubina?

—¡Nunca, Su Majestad!

Como si temiera que pudiera malinterpretarlo, Astoria se puso de pie de un salto y agitó las manos apresuradamente.

—Me convertí en asistente del mago de la corte, y vivo en el Palacio del Sur. Su Majestad Jasper me ha dado muchas comodidades, de ahí el malentendido.

¿Jasper estaba cuidando de Astoria? Eso fue inesperado.

Pero ahora que lo pensaba, tenía sentido que Astoria hiciera un recado como este si Jasper la estaba cuidando. Sería realmente extraño que llamara a Astoria de la academia mágica para hacer un recado.

Dejando a un lado el dinero, tal vez fue por ese malentendido que el culpable de aflojar la rueda del carruaje aceptó la solicitud de los Vizcondes Greengrass.

—¿No te sientes incómoda viviendo allí?

—No. El mago de la corte y los mayores son todos buenas personas. No tengo que ver a Su Majestad Jasper, así que no me siento incómoda.

A pesar de ello, su tez seguía oscura.

—¿Sólo los Vizcondes Greengrass te han estado intimidando?

—… Irina también cree que soy la concubina de Su Majestad Jasper, pero deliberadamente no intenté aclarar el malentendido. Quería que se enojara.

Astoria se sonrojó y bajó la cabeza. Se veía tan linda que no pude evitar reír.

—¿Conseguiste que esa persona se enojara?

Cuando le pregunté en voz baja, Astoria me miró con los ojos completamente abiertos, luego sonrió y asintió inmediatamente.

—Lo hiciste bien. Gracias.

Tan pronto se lo agradecí, Astoria se sonrojó aún más y se giró un poco.

—Por cierto, Astoria. ¿Estás segura de quedarte allí?

—¿Eh?

—Los Vizcondes siguen intimidándote. Incluso fueron capaces de provocar un accidente en el carruaje que te transportaba... y podría ser aún peor en el futuro.

—Sí. Eso es posible.

Sentía que Irina podría estar detrás de esto, pero no dije nada por ahora.

En cambio, le propuse cuidadosamente a Astoria.

—¿Por qué no te quedas en el Imperio Occidental?

No lo propuse pensando que Astoria realmente aceptaría quedarse en el Imperio Occidental. Ahora que ha recuperado su maná, debe querer aprender muchas cosas. Sería difícil que dejara el puesto de asistente del mago de la corte. Preferiría volver a la academia mágica antes que quedarse en el Imperio Occidental.

Como esperaba, Astoria se negó débilmente.

—Si me quedo aquí ahora, sólo seré una chica ordinaria que ha recibido la gracia de Su Majestad. Aquí, no seré de ninguna ayuda. Simplemente recibiré la ayuda de Su Majestad como siempre... Pero si aprendo mucho bajo la guía del mago de la corte, podré convertirme en una persona útil para la Emperatriz. En ese momento, definitivamente estaré al lado de Su Majestad.

Sonreí y asentí en señal de comprensión. Sin embargo, tal vez porque lamentaba haber rechazado mi propuesta, Astoria apretó el puño y añadió después de pensar un rato,

—Si Su Majestad la Emperatriz me necesita, acudiré de inmediato, aunque esté en medio de otro asunto. Y no tiene que preocuparse, todo estará bien. Los Vizcondes Greengrass actuaron de esa forma porque me encontraba lejos. De hecho, cuando estaba en el palacio del sur, lo único que hacían era hablar a mis espaldas, y, a veces, decir barbaridades.


Habiendo llegado tarde, la fiesta ya había terminado, por lo que Astoria sólo se quedó unos días antes de regresar.

A diferencia de cuando llegaron, había dos carruajes que partían de regreso para llevar por separado al culpable de aflojar la rueda del carruaje por orden de los Vizcondes Greengrass.

El culpable volverá al Imperio Oriental y probablemente será castigado por haber intentado arruinar los regalos enviados por el Emperador.

Podría haber sido castigado en el Imperio Occidental, pero eso significaría que el castigo habría sido menos severo porque podría ocasionar conflictos entre países.

Además, escribí una carta aparte a Jasper, informándole de que los Vizcondes Greengrass estaban intimidando a Astoria.

No sé si me creerá. Si el arrepentimiento que mostró delante de mí no fue una mentira, entonces estará observando con atención.

Así, tras la partida de los últimos invitados, el Imperio Occidental entró por completo en la atmósfera de preparación del cumpleaños de Edward.