Capitulo 9


Los dos Espectros miraron un segundo atónitos al Caballero Dorado que veían, pero Niobe sería el que rompió el silencio, riendo como si le hubieran contado un chiste.

-Si tu eres el Caballero de Cáncer, entonces no tenemos de que preocuparnos- el Espectro dio un paso adelante.

-¿Y eso porque?- Pregunto Mei desafiante.

-Por que el Caballero de Cáncer lucha usando las Ondas Infernales del Inframundo; pero los Espectros somos inmune gracias a nuestras Sapuris- señalo riendo. -Valentine, yo me encargo de este sujeto si quieres puedes retirarte-.

El Espectro gruño ante el tono con el que le hablaron, si no tuviera que reportarle su misión a su señor Radamantys, entonces no le haría ni caso.

Mei noto como el otro Espectro se preparaba para irse. -No dejare que escape ni uno-.

Niobe se rio y empezó a liberar su veneno de su cuerpo como humo. Valentine brinco hacía una roca alta para no verse envuelto en ese veneno, Niobe no será de su agrado; pero su veneno si era tan mortal como decía.

Cáncer vio y rápidamente lo identifico como veneno, tomo la punta de su capa y cubrió su nariz con ella, elevando su cosmos para que el veneno no entrara rápidamente a su sistema.

-Eso no servirá de nada, mi veneno es tan mortal que ni un Caballero Dorado lo soportaría- declaro Niobe con arrogancia. -¡Muere! ¡Fragancia Profunda!-.

El veneno rodeo el cuerpo de Mei, entumeciendo sus músculos y sentía que el veneno no solo ingresaba por su nariz, sino por los poros de su piel.

-Parece que notaste que no importa si aguantas la respiración, ya que mi técnica también ingresa por los poros de la piel y entonces, destruirá tu sistema nervioso central. En pocos segundos, te sumergirás en una muerte profunda- explico con maldad Niobe. Con esto, abría acabado con dos Santos Dorados.

Pero para su sorpresa, llamas azules comenzaron a surgir de su Fragancia Profunda, quemando su técnica hasta hacerla desaparecer.

-¡¿Pero que...?!-.

-Mi maestro, Mascara de la Muerte, me enseño algo muy importante- empezó a hablar Mei, de la punta de su dedo índice derecho salía una línea azul espiritual que estaba conectada con las llamas azules que ahora flotaban a su alrededor. -Me enseño, que las Ondas Espirituales y las almas de las personas pueden ser usadas como combustible para crear el fuego fatuo, las llamas del inframundo; pero estas son muy volátiles y podrían dañar incluso a un Caballero Dorado, y por eso me recomendó que no las usara para pelear, ya que podrían ser un arma de doble filo-.

Las llamas azules fueron al suelo y rodearon a Niobe en un circulo. El Espectro dio un paso atrás, no veía la forma de salir debido a este circulo.

-Pero a diferencia de mi maestro, yo tengo un control mas perfeccionado y fino del cosmos que él, así que puedo usar de mejor manera estas llamas que queman lo que sea, incluyendo tu técnica- Mei elevo su cosmos, el aura dorada rodeo su cuerpo. -¡Ahora desaparece, Espectro! ¡Llamas Infernales!-.

Del circulo de fuego emergió un pilar de llamas azules del infierno que hicieron arder el cuerpo de Niobe, quemándolo en segundos. Cuando el pilar de fuego desapareció, junto a los restos de su enemigo, Mei miro a Arpía.

-Solo quedas tu, para tu mala suerte, solo habrá un destino para ti, y es la muerte-.

-Yo pensé que los Caballeros Dorados eran mas "civilizados" a comparación nuestra- comento Valentine con sarcasmo, elevando su cosmos violáceo.

-Los Caballeros de la Cuarta Casa no son conocidos exactamente por ser del todo "rectos"- comento Mei sonriente, elevando su mano derecha.

Valentine dio un brinco hacía adelante, si alargaba el combate podría ser fatal para él, así que lo terminaría con un solo golpe de su mejor técnica.

-¡Toma! ¡Gran...!- No alcanzo a realizar su técnica, ya que sintió que algo se envolvió y paralizo sus brazos. -¿Qué, Hilos?-.

-Cabellos, para ser más exacto- dijo Mei, jalando unos cabellos dorados que tienen inicio en la punta de los dedo de su mano derecha. -Son cabellos hechos de mi cosmos que funcionan como hilos-.

-¿Cómo? Esa no es una técnica de los Santos de Cáncer...-.

-Tienes razón en eso. Antes de ser Caballero de Cáncer, fui el Caballero de Bronce de la armadura de Cabellera Berenice, y aunque no estuve mucho tiempo con esa armadura, quedo grabado en mi cosmos la esencia y técnica de esa armadura y ahora te la enseñare. ¡Niños Perdidos!-.

Elevando su cosmos y presionando todos los hilos, los cabellos de cosmos vibraron como si cantaran una canción: una voluntad fuerte, rodeada de la muerte que este hombre supero, envuelta en el oro que ahora viste y cubre con su sentido de justicia.

Los cabellos se envolvieron a Valentine, inmovilizando completamente a su enemigo, cortando su armadura y piel como navajas hasta que elevando mas el cosmos, el cuerpo del Espectro fue destruido en un estallido.

Mei desapareció los cabellos e hizo una rápida inspección con su cosmos, no encontrando a nadie más alrededor.

-Ellos debieron ser exploradores a revisar las áreas alrededor del Santuario, se podría considerar buena fortuna que los encontrara- dijo Mei para si mismo. -Ya es hora de volver al Santuario e informarle al Patriarca Nicole de esto-.

Dio un brinco hacía adelante, corriendo en dirección al Santuario. Ya habían dos Espectros menos; pero aun así debían estar en alerta.


Todo el grupo Gremory y Sitri, junto con Kiki llegaron a Academia Kuoh. No había rastros de Xenovia o Yuuto; pero ninguno tenía duda de que vendrían tarde o temprano.

-¿Esta todo listo?- Pregunto Rias.

-Si- Sona asintió. Ella y el resto de su Nobleza estaban en diferentes puntos en el aire manteniéndose con cirulos mágicos, creando y manteniendo una gran barrera que cubría toda la escuela. -Mi nobleza y yo mantendremos esta barrera alrededor de la academia mientras ustedes entran a lidiar con Kokabiel-.

-Gracias, esto realmente ayudara, Sona- dijo Rias.

-Sin embargo, no puedo garantizar que sucederá si la situación cambia-.

-Claro-.

Tsubaki apareció en un circulo mágico.

-Vice-Presidenta. ¿Cómo esta Irina?- Pregunto Issei al verlo.

-Su vida no esta en peligro... todo gracias a ti, Argento-san- respondió Tsubaki, caminando hacía la barrera.

-Haremos nuestro mejor esfuerzo para mantener la barrera, pero el edificio de la escuela no podrá mantenerse intacto, es lamentable- dijo Sona.

-Comparado a las vidas que podrían perderse de fallar, el edifico de la escuela no importa-.

Todos voltearon a ver a Kiki, que ya vestía su armadura dorada aunque esta vez no portaba su casco.

-Ara, ara, Kiki. Te ves muy varonil con esa armadura- elogió Akeno con una sonrisa seductora.

-Genial...- susurro Issei, ya había visto a Kiki con su armadura la otra noche, pero solo ahora la podía apreciar con mas detalle. -En verdad parece estar hecha de oro-.

-Rias, todavía tenemos tiempo, ¿no deberías llamar a tu hermano?- Pregunto Sona.

-En ese caso, ¿no deberías llamar a tu hermana?- Contraataco Rias con una sonrisa.

-Mi hermana... estoy seguro que tu hermano te ama. Sirzechs-sama seguramente actuara-.

Kiki miro confundido a Sona. ¿Tenía algún problema o rencilla con su hermana para no llamarla? Ahora que lo pensaba, aparte de Lucifer, no sabía de las identidades de los otros líderes del Inframundo Bíblico, de seguro el pelirrojo no se lo dijo a propósito.

-Ya he contactado a Sirzechs-sama- informo Akeno, esta vez su tono era serio.

-¿Akeno? ¡No pedí que hicieras eso!- Exclamo Rias, mirando a su Reina con un sentimiento de traición.

-Rias, aunque entiendo que no quieras causarle problemas a tu hermano, nuestro enemigo es uno de los líderes de los Ángeles Caídos. Este enemigo esta fuera de tu alcance- señalo Akeno con absoluta seriedad.

Esa seriedad sorprendió a Kiki, aunque hizo el esfuerzo de no demostrarlo. Akeno sabía ser seria cuando era necesario y a hacer lo correcto.

Rias miro con seriedad a Akeno, pero luego suspiro, lo hecho, hecho esta, y tenía que admitir que Akeno tenía razón.

-Apreció tu aprobación, Presidenta- sonrió Akeno. -Los refuerzos de Sirzechs-sama llegaran en una hora-.

-Eso nos da tiempo más que suficiente para terminar con esto- dijo Kiki, dando un paso al frente.

Él también sintió el cosmos de un Espectro a lo lejos y estuvo tentado a ir; pero sintió el cosmos de Seiya ir a esa dirección y aunque quería apoyarlo, sabía que tenía que ayudar a los Demonios, ya que ellos solos no podrían con Kokabiel si eran tan fuerte como decían. Así que confiaría en que Seiya saldría vencedor como siempre.

El Clan Gremory y el Santo de Aries entraron a la escuela. Ya no había vuelta atrás para los jóvenes.


(Con Seiya)

Seiya voló con las alas de Sagitario hasta un área que estaba por las afueras de la ciudad, allí, vio abajo a un tipo de armadura violácea que reconoció como una Sapuris, descendió lentamente, captando la presencia del Espectro.

-Vaya, vaya, la señora Perséfone tenía razón, si hay Santos de Athena en esta asquerosa ciudad- su voz tenía burla y despreció al referirse a la ciudad, probablemente sintió la energía demoniaca de los Demonios.

Seiya toco el suelo y vio directamente a su oponente. -Tu eres uno de los Tres Jueces del Inframundo- señalo, reconociendo al Espectro por ser uno de los individuos que aparecieron cuando él y Shun se infiltraron para intentar asesinar a Hades con ayuda de Orfeo.

-Y tu eres Pegaso, perdón, ahora eres Sagitario. A mi me da igual la armadura que usen, no son nada para mi- dijo el Espectro. -Soy Aiacos de Garuda, la Estrella Celeste de la Valentía-.

Seiya se puso en guardia. -Soy el Caballero de la Justicia: Seiya de Sagitario- se presento como el código de caballero lo indica, elevo amenazantemente su cosmos.

-La señora Perséfone estará encantada cuando lleve tu cabeza- Aiacos elevo su cosmos purpura que lo rodeo, igualando al de Seiya.

El primero en atacar fue Seiya, que se acerco y levanto su puño para golpearlo en el rostro, pero su enemigo lo detuvo con una mano y levanto su propio puño para golpearlo y ahora fue Seiya quien detuvo el golpe. Ambos empezaron un forcejeo en que su cosmos chocaban ante la cercanía, el dorado por parte de Seiya y el violáceo por parte de Aiacos.

-Ya te recuerdo, Ikki te derroto con facilidad en el Inframundo- al mencionar eso, provoco la furia de Aiacos ante esa humillante derrota que sufrió. -Si perdiste con él en ese entonces, para mi será fácil vencerte-.

La furia de Aiacos por las palabras de Seiya elevaron más el cosmos del Juez, provocando que ganara algo de terreno en el forcejeo.

-Cuando acabe contigo, buscare a Fénix y hare que pague por haberme humillado antes- dijo el Juez.

-Lamento decirte que no tendrás esa oportunidad- respondió Seiya, elevando más su cosmos, igualando y superando en ese momento el cosmos de Garuda. Sintió como los nudillos de su enemigo se tronaban bajo sus palmas y vio por un momento la expresión de dolor del Juez; pero fue reemplazada por la rabia que sentía.

El Espectro le dio una patada que Seiya esquivo soltando sus manos de las de él y contraataco con un puñetazo en el rostro que lo hizo retroceder, además que parecía mas molesto que antes. Si que era fácil de hacer enfadar.

Ambos sabían que de seguir luchando mano a mano no llegarían a ningún lado, los dos eran guerreros entrenados que dominaban el arte de combatir cuerpo a cuerpo, así que como siempre, en los combates de seres que entendían y dominaban el cosmos, solo se resolvería a favor de quien tuviera las técnicas y cosmos mas fuertes.

-¡Aleteo de Garuda!- Aiacos fue el primero en lanzar su técnica. Elevo sus brazos y los cruzo sobre él, creando una violeta y fuerte corriente de viento que elevo a Seiya hacía arriba a pesar del intento que este intento hacer para detener la técnica.

El cuerpo de Seiya se alzo verticalmente y las corrientes de aire de la técnica eran tan fuertes que le impedían escapar con las alas de su armadura. Aiacos camino unos pasos y en el suelo formo una X con el pie.

-3...- sonrió mordazmente al ver que el dorado no podía salir de su técnica. -...2...- la sonrisa se amplio al ver que la corriente conducía al caballero, lo hizo comenzar a descender caía libre. -...1...- retrocedió unos pasos, justo a tiempo cuando Seiya se estrello violentamente contra el suelo en el punto que marco. -Esta es mi parte favorita-.

Seiya respiro con fuerza, sintiendo un terrible dolor por todo su cuerpo debido a la caída. Fue su culpa por subestimar a Aiacos, no por nada es uno de los Tres Jueces del Inframundo, aquellos que están al nivel de un Santo Dorado. Puso sus manos contra el suelo como soporte para comenzar a levantarse.

-¿Eso es todo, Caballero? El ejercito de Athena si que se volvió débil para tener a alguien como tu un Santo Dorado- se burlo Aiacos.

-Entonces eso los hace a ustedes más débiles, ya que fueron derrotados cuando éramos menos de lo que somos actualmente- se jacto Seiya, ya de pie.

-¡Maldito! ¡Aleteo de Garuda!-.

Seiya de nuevo volvió a ser alzado a los aires, pero ahora que ya conocía la fuerza de la ráfaga de aire, estaba más preparado. Concentrando su cosmos y fuerza en sus alas, las extendió y pudo zafarse de las ráfagas cuando Aiacos ya había hecho la X y empezado su conteo, planeo hasta estar encima de él, cuando estaba a unos metros del suelo, concentrando cosmos en su mano derecha.

-¡Meteoros de Pegaso!- Los meteoros celestes golpearon directamente al juez, quitándole el casco y haciéndole varios daños a su Sapuris. El juez cayo boca arriba al suelo justo cuando Seiya aterrizo rodando, deteniéndose en su avance para levantarse. -¿Eso es todo lo que tienes? Con razón Ikki te venció sin problemas-.

Aunque ya aprendió que no debía subestimarlo, hacerlo enfadar nunca estaba de más.

-Me... me las pagaras... Sagitario... ¡me las pagaras!- Grito colero Aiacos, viendo al Dorado con odio, resentimiento y una gran furia.

Seiya se rio; pero un estruendo a lo lejos lo sobresalto, se dio la vuelta, captando varias firmas de energía en la Academia Kuoh.

-Supongo que las cosas también se están animando por allá...-.


(Hace poco, en la Academia)

En el patio de la academia, el Clan Gremory junto con Aires se dieron cuenta de dos cosas: uno, Valper y Freed estaban en el centro del patio, donde había un gran pilar de luz que tenía las cuatro Excaliburs robadas y emitía mucha energía sagrada que ponía los pelos de punta a los Demonios. Y dos, que Kokabiel estaba sentado en un gran trono que flotaba, luciendo bastante engreído, como si nada pudiera detenerlo.

-Bien, bien- el líder de Grigory se dio cuenta de sus presencias y que estaban ilesos a la fuerza de Ángeles Caídos que envió. -Todavía viven y parece que vinieron a detenerme- rio divertido. -¿Entonces? ¿Quién vendrá? ¿Sirzechs o Serafall?-.

-En lugar de mi hermano o Leviathan-sama, hemos venido nosotros- respondió Rias.

Kokabiel chasqueo los dedos en respuesta, generando energía sagrada en su mano. La nobleza de Rias se puso delante de ella para defenderla, pero para su sorpresa, Kokabiel genero la lanza de luz mas grande que hayan visto y la envió contra el edificio del gimnasio, destruyéndolo por completo.

Los Demonios se vieron conmocionados ante eso, solo con una simple lanza de luz Kokabiel destruyo todo un edificio. El único que no estaba impresionado por eso era Kiki, ya que destruir un edificio era algo que cualquier Santo podía hacer.

-Que aburrido- comento Kokabiel. -Oh, bueno, nos divertiremos un poco- podía entretenerse jugando con hermana de Lucifer mientras lo esperaba. Fijo su vista en Kiki. -¿Tu serías capaz de entretenerme un poco?-.

-Solo voy a pedírtelo una vez: renuncia a tu idea de comenzar otra Guerra entre las facciones, estoy seguro que aun estas a tiempo de ser perdonado por tus compañeros y superiores- dijo Kiki. Aunque el dialogo ya podría considerarse innecesario, quería hacer un último intento.

Kokabiel río fuertemente, como si le contaran el mejor chiste que escucho en semanas. -¡Realmente eres un ingenuo, humano!- Paro su risa. -Supongo que no puedo esperar mucho de ti; pero como se tomaron la molestia de venir, ¡pueden jugar con mis mascotas!-.

Unos círculos mágicos aparecieron en el suelo, seguido de un pilar de llamas que salió del circulo antes de que tomara forma, saliendo tres perros de gran tamaño, cada uno tenía tres cabezas y tenían fuego en sus bocas.

-¡Imposible! ¡¿Cerbero?!- Exclamo Kiki incrédulo.

-¿Eh?- Reacciono Issei.

-El perro guardián del infierno- explico Akeno.

-Del infierno...- repitió Asia, sus ojos brillaban por las llamas que salían de la boca de uno de los canes.

-¡Pero Cerbero murió durante la última Guerra Santa entre Athena y Hades! ¡Además hay tres, es imposible!- Exclamo Kiki, recuperando un poco la compostura.

-Deben ser sus hijos. No puedo creer que Kokabiel los invocara al mundo humano- susurro Rias, una gota de sudor cayo de su frente. La situación se volvió más difícil de lo que imagino. -¡Vamos, Akeno, Koneko!-.

-¡Si, Presidenta!- Las dos mencionadas, más la pelirroja desplegaron sus alas de Demonio y tomaron vuelo.

-¡Issei, usa tu Sacred Gear para darnos poder!- Ordeno Rias.

-¡Si, Presidenta! ¡Boosted Gear!- Issei invoco su guante.

[Boost]

La ropa de Akeno brillo, cambiando su uniforme estudiantil por un vestido ceremonial de una mikon. Era por ese vestido que era conocida como La Sacerdotisa del Rayo.

-¡Retrocede, Asia!- Dijo Issei, colocándose delante de Asia. -No te preocupes, domaran a ese perro enseguida-.

Akeno congelo con su magia la llamarada de una de las cabezas y Rias ataco con su poder de destrucción al hijo de Cerbero, derribándolo. El segundo corrió para morder a Akeno; pero Koneko salto, dando una patada en la cabeza del medio.

-¡Uno más!- Akeno lanzo un rayo que impacto en el segundo hijo de Cerbero.

Tras recibir el rayo, el can de tres cabezas lado furioso, el primer hijo se levanto y alzo sus patas delanteras para golpear a Rias, que esquivaba volando.

-¿No les hicieron ningún daño?- Exclamo Issei al ver a los dos sabuesos prácticamente ilesos.

[Boost]

-¡Todavía no! ¡Necesito darles más poder!- En este caso, Issei sabia que solo era un apoyo y debía cargar mas energía en su Sacred Gear para darles las necesaria a sus amigos.

En ese momento, Issei maldijo ser tan débil, Ddraig le dijo que si la situación se ponía peor, tendría que convertir la mayoría de su cuerpo en dragón para tener una oportunidad. No le importaba hacer eso, pero desearía poder ayudar a sus amigos ahora mismo.

El grito de Asia saco de su pensamiento Issei. Por estar ocupados de los dos hijos de Cerbero, se habían olvidado del tercero que apareció, y que inteligentemente, espero su momento para atacar al eslabón más débil, que en este caso era Asia.

-¡Muro de Cristal!- Kiki se puso delante de Asia y creo su muro. El Cerbero lanzo una bola de fuego que reboto en el muro y lo golpeo, alejándolo de su presa.

Cuando el tercer hijo de Cerbero puso su mirada en Kiki, vio su armadura y camino con cuidado a su alrededor. Le ladro a sus dos hermanos que con sus tres cabezas, se enfocaron en el Santo de Ares.

Conocían a los Caballeros de Athena, aunque nunca había visto a uno antes y su padre nunca les permitió ir a los combates que el ejercito del Hades tenía, incluso cuando los Caballeros fueron al Inframundo hace algunos años, le prohibieron involucrarse en el combate hasta que el Inframundo casi colapsa.

Pero ahora, tenían a uno de esos Caballeros delante suyo, así que ignoraron a los Demonios y saltaron de inmediato contra el Santo de Aries.

-¡Chicos!- Exclamaron todos los Demonios, preocupados, ya que no llegarían a tiempo.

Pero el lemuriano ni se inmuto al ser el objetivo de los tres hijos de Cerbero; tomo a Issei y Asia de los hombros y teletransporto a los tres lejos de donde estaban antes de que los Cerberos los golpearan.

Cuando aparecieron de nuevo lejos de los Cerberos, ambos Demonios se marearon un segundo, este tipo de teletransportación era diferente a los círculos mágicos.

-¡¿Están bien?!- Pregunto Rias, aterrizando delante de ellos.

-Si... gracias a Kiki-san- respondió Asia, ya no teniendo mareos.

-Gracias, Kiki- agradeció Rias al Dorado.

-No te preocupes. Ahora, manténganse atrás, yo me encargare de esos tres- dijo Kiki, captando que los hijos de Cerbero ya se dieron cuenta que se habían movido.

-¡Tu solo no podrás contra ellos!- Exclamo Rias. Una cosa era ayudar a enfrentar a Freed y romper una Excalibur; pero era muy distinto enfrentar a los hijos de una de las bestias místicas mas poderosas del mundo sobrenatural.

Pero cuando Kiki elevo su cosmos y el aura dorada rodeo su cuerpo, Rias no protesto más por alguna razón. La energía que Kiki emitía era poderosa, además que transmitía una sensación de seguridad.

-Rias, se que estas molesta con nosotros por haberte vigilado a ti y a tu nobleza en secreto; pero en este momento te pido que confíes en mi. Como el guardián de la primera Casa del Zodiaco, no dejare que ningún mal pase sobre mi-.

Las palabras llenas de fuerza y valor fueron oídas claramente por todos. Aunque las bestias delante de ellos no eran para nada un juego y no conocían muy bien al lemuriano, sentían que podían confiar en lo que decía. Ninguno podía explicarlo; pero mientras Kiki elevaba más su poder, era como estar delante de una gran fuerza infinita.

Los hijos de Cerbero rugieron y con fuego saliendo de todas sus cabeza volvieron a lanzarse para masticar y hacer pedazos al Santo, quien ya no se retendría.

-¡Reciban esto!- Kiki extendió sus brazos a los lados, generando un brillo en cada mano que empezó a iluminar todo. -¡Extinción de Luz Estelar!-.

La técnica genero un gran destello que ilumino y golpeo potentemente a los tres hijos de Cerbero y empezó a pulverizarlos. La técnica era la mejor para lidiar con una gran cantidad de enemigos, aunque también tenía la habilidad de teletransportarlos a lugares seguros, Kiki no usaba esa habilidad ya que acabaría por completo con los hijos de Cerbero, que ante el potente cosmos del Santo de Aries, terminaron por desaparecer con la luz sin dejar rastro.

Todos quedaron mudos ante tal hazaña. Kiki ni siquiera se despeino cuando lanzo ese ataque y acabo con las tres bestias que le dieron problemas.

En este momento, a los Demonios les quedo claro una cosa: Los Caballeros de Athena eran muy poderosos.


(Con Seiya)

El castaño retrocedió al bloquear con sus brazos cruzados un golpe cargado de cosmos de Aiacos. Iba a devolverle el golpe; pero una luz que emergió de la academia llamo su atención, sentía el cosmos de Kiki elevarse junto con ese resplandor.

-¿Así que hay otro Santo molesto aquí?- Escucho la voz de Aiacos, que también presto atención a la luz que emergió. -Entonces ya tengo a mi siguiente victima-.

-¡No planes mucho a un futuro que no llegaras!- Seiya le dio una patada a Aiacos en el estomago que lo hizo retroceder y escupir aire mientras se llevaba ambas manos a la zona que golpeo.

El Juez miro furioso a Sagitario, impulsándose con sus alas para tener más velocidad, lanzo un ataque de cosmos que Seiya esquivo sin problemas haciéndose a un lado, pero le dio una abertura a su enemigo de darle un golpe en la cara con tal fuerza que le quito su diadema; pero Seiya no se dejo llevar por el dolor del golpe y también golpeo a Aiacos con su puño en el rostro que lo separo de él, seguido de una patada que lo lanzo contra un árbol, chocando con el tronco con tanta fuerza que lo partió y el árbol cayo encima del Espectro.

Seiya sonrió victorioso al ver que tenía total control del combate, ya era hora de que dejara de jugar y terminara con esto, confiaba en que Kiki podría ganar; pero tampoco quería perderse su primera victoria importante que tendría como Caballero Dorado.

El cosmos purpura de Aiacos se extendió, destruyendo el árbol que estaba encima suyo al mismo tiempo que el Espectro se levantaba, su cosmos era uno furioso y malvado.

-Tengo que admitir que no esperaba menos de un Santo Dorado; pero ya me canse de ti, es hora de que te elimine- declaro Aiacos. -¡Ilusión Galáctica!-.

Aiacos cruzo los brazos delante suyo y atrás de él aparecieron varios planetas. Pronto, varias esferas purpuras aparecieron alrededor de Seiya y cada una tenía un ojo que al abrirse todos, liberaron una poderosa luz violácea como golpe al unísono que impacto con fuerza en Seiya, elevándolo del impacto al aire y cayendo de nuevo al suelo de manera violenta.

-Diablos... Ikki no dijo que golpeaba tan fuerte...- se quejo Seiya, sintiendo un gran dolor por su cuerpo que ignoro como siempre.

-¡¿Qué?! ¿Aun puede levantarse después de recibir mi ataque?- Exclamo un sorprendido Aiacos.

-Por supuesto que puedo... no importa las veces que mis oponentes me derriben, siempre me levantare para ganar, así a sido siempre y lo seguirá siendo, ya que después de que recibí esta armadura dorada, me jure no volver a ser superado tan fácil como en el pasado. Se lo jure a mis amigos y al Caballero que uso esta armadura antes de mi- respondió Seiya, elevando poco a poco su cosmos.

-No me importa tu palabrería, terminare contigo con el siguiente ataque- declaro Aiacos. -¡Ilusión Galáctica!-.

-¡Haaaa!- Seiya elevo su cosmos al máximo. -¡Aioros, usare tu armadura y tu fuerza para proteger a Athena y la paz del mundo!- Con sus brazos, comenzó a formar la posición de las estrellas de Sagitario cuya constelación se mostró detrás suyo. -¡Toma esto! ¡Trueno Atómico!-.

Los ojos flotantes se abrieron para lanzar el destello de cosmos que acabaría con su enemigo; pero Seiya libero de su puño un gran destello que fue su golpe que supera la velocidad de la luz. El choque de técnicas provoco un temblor en el suelo; pero Seiya ya había visto la técnica de Aiacos y su cosmos seguía elevándose aun mas, logrando superar la técnica y cosmos de Garuda.

-¡No es posible!- Grito Aiacos, sintiendo sus palmas arder ante la técnica de su enemigo que superaba la suya, hasta que finalmente la supero por completo e ilumino todo.

Una gran explosión se genero en el lugar, haciendo temblar todo con el impacto de la técnica de Seiya. Con el humo despejándose, quedo un gran cráter como resultados, sin rastros del juez. Seiya frunció el ceño, a pesar de lo que veía, no estaba seguro de que había ganado todavía.

Sintió el cosmos de su oponente detrás suyo y otro igual de oscuro y se giro rápidamente para confrontar, apareciendo por una teletransportación Aiacos y otro Espectro que Seiya reconoció como Myu de Papiyón, aquel Espectro que había cambiado de forma de manera particular, desde una oruga hasta el aspecto que ahora tenía y que Mü derroto.

Aiacos quito con brusquedad la mano de Myu que tenía en su hombro. -¡¿Qué estas haciendo aquí, Myu?! ¡Interrumpes mi combate!-.

-Pues como yo lo vi, te salve la vida- respondió Myu, sin importarle que a quien le hablaba era un Juez del Inframundo. -Niobe y Valentine no volvieron, lo que quiere decir que los eliminaron, así que la señora Perséfone me mando a buscarte, ya que conoce mis habilidades psíquicas- explico, extendiéndole a Aiacos su casco.

-¡Vete de aquí! Yo terminare mi combate-.

-¿Acaso te atreverías a desobedecer una orden de la señora Perséfone, Aiacos?-.

Ante ese comentario, Garuda se quedo quieto; la señora Perséfone podrá ser mas expresiva y amable que su señor Hades; pero a la hora de los castigos, podía ser peor y algo que ella no tolera es la traición e insubordinación.

Con un gruñido, le quito el casco de las manos a Myu y se lo coloco. -No creas que dejare esto así, Sagitario. Terminaremos nuestro combate en otro momento-.

-¡¿A donde creen que van?! ¡Esperen!- Seiya corrió para impedir que se fueran, pero Myu los teletransporto a ambos antes que pudiera alcanzarlos. -¡Mierda!-.

Seiya camino hasta su diadema y la recogió, volviendo a colocársela. Ahora que esos Espectros se fueron, tiene que ir a la Academia Kuoh.

Un pilar de luz emergió de repente desde la Academia. -¿Qué es eso?-.


(En la Academia)

Kokabiel aplaudió. -¡Fabuloso! No espere que pudieran eliminar a los hijos de Cerbero tan fácil- admitió, poniéndose de pie. -Supongo que si me puedes entretener un poco; pero no esperes de verdad que puedes ganarme- extendió sus diez alas negras.

Rias sonrió. -Ahora quedas solo tu, Kokabiel-.

Pero Kiki dio un paso al frente. -Yo puedo encargarme de él, ustedes tienen que hacer algo con esas Excaliburs- declaro. Sabía que las espadas sagradas eran mortales para los Demonios; pero no podía lidiar con Kokabiel y esa arma al mismo tiempo.

-De acuerdo- acepto Rias, habiendo visto como elimino a los sabuesos del infierno ya no protestaría más sobre la fuerza de Kiki. Aunque le doliera en el orgullo, tal vez solo él podía derrotar a Kokabiel de entre todos.

Kokabiel sonrió. -Bien, ahora...- pero no termino de hablar cuando, a la velocidad de la luz, Kiki se teletransporto en el aire delante de él y le dio un golpe en el rostro que lo estrello contra el costado de la Academia.

-Increíble...- susurro Issei sorprendido, y no era el único, incluso Valper y Freed lo estaban. El primero pareció perder toda su aura de superioridad al ver que su jefe no era tan intocable como pensó.

Kokabiel salió disparado desde los escombros hasta el cielo de nuevo al mismo tiempo que los pies de Kiki volvían a tocar el suelo. Su expresión demostraba que no estaba contento con ese ataque, ya que le hizo sacar una línea de sangre por la boca que se limpio con la manga.

-Eso si lo sentí- admitió, ocultando el hecho que ese puño le dolió mas de lo que demostraba.

-Aun puedes rendirte cuando quieras y pagas por tus errores- dijo Kiki.

-¡No te creas arrogante por darme un golpe sorpresa, mocoso!- Kokabiel creo una lanza de luz que lanzo contra Kiki y que rasgaba el aire, señal que iba a la velocidad del sonido o superior.

Pero para un Caballero Dorado era muy lento, Kiki atrapo la punta de la lanza con una mano y la rompió al cerrar su puño.

Kokabiel gruño al ver que su ataque inicial no funciono, así que empezó a crear varias lanzas de luz a los lados y lanzo todas como proyectiles contra el joven.

-¡Muro de Cristal!- Kiki creo su muro, bloqueando las lanzas y devolviéndolas contra Kokabiel, quien tuvo que alzarse más en el aire para no ser atravesado por sus propias lanzas.

Mientras ellos dos estaban en su combate, el Clan Gremory rodeaba a Valper y Freed. Esta vez no los dejarían escapar.

-¡Oye, viejo! ¡¿Cuanto falta para que este terminada?!- Grito Freed, impaciente para tener la espada que era la fusión de cuatro Excaliburs en sus manos y cortar a los Demonios.

-Solo un poco más...- dijo Valper, cada vez mas deseoso de ver finalmente su obra maestra completa.

-Bueno, estas nunca fallan- Freed saco dos pistolas cuyas balas eran benditas por un sacerdote, empezando a disparar como loco a los Demonios.

Todos se movieron para no ser tocado por ninguna de esas balas, hasta que una figura emergió desde arriba de Freed y descendió hasta él.

-¿Eh?- El loco exorcista se dio cuenta de la figura arriba suyo y rodo para esquivarla, evitando ser atravesado por una espada.

-¡Xenovia!- Grito Issei, feliz de ver al exorcista.

-Vine a ayudar- dijo la peliazul con una sonrisa confiada, levantando a Excalibur Destrucción del suelo.

-Ahora vino esta otra...- gruño Freed. Noto que Asia era la más cercana a él. -¡Asia-chan, tengo un regalo para ti!- Apunto sus pistolas a la ex-monja y disparo.

Pero las balas nunca llegaron, ya que un muro hecho de espadas se puso delante de la joven, bloqueándolas. Al desvanecerse el muro, Kiba aterrizo delante de Asia.

-¡Kiba-san!- La rubia vio feliz y agradecida al Caballero de Gremory por salvarla.

-¡¿Son cucarachas o que, que salen de todos los lados?!- Grito Freed molesto por la intromisión del niño bonito.

Una luz brillante emergió del centro, los Demonios tuvieron que alejarse, ya que la luz era sagrada y sentían que estaban debilitándose cerca de ella.

-¡Oh no!- Exclamo Kiba, viendo que dentro de la luz, las Excaliburs terminaron de fusionarse.

Valper río con regocijo. -¡Por fin!-.

Kokabiel retrocedió por la fuerza de la patada que Aries le dio, pero que soporto con sus brazos, aunque sintió un gran dolor en ellos al solo aguantar ese golpe. La luz de la fusión de Excaliburs también llamo la atención de ambos.

-Ahora que la fusión de las Espadas Sagradas esta completa, tomaré toda la energía que será liberada. Ese fue nuestro trato- le dijo Kokabiel a Valper, quien asintió de acuerdo.

-¿Pusiste un hechizo en la tierra como interruptor?- Pregunto Rias, asustada de las implicaciones.

-¿No me digas que esta ciudad... nuestra ciudad... va a desaparecer?- Pregunto temeroso Issei.

-Esta ciudad será arrasada hasta los escombros en menos de veinte minutos- revelo Valper, el aura de superioridad que tenía estaba más alto que nunca.

-Si quieres detenerlo, tendrás que derrotarme. ¿Qué es lo que harás, Rias Gremory?- Reto Kokabiel, elevándose de nuevo al cielo.

-¿Necesito responder?- Respondió Rias, lanzando un ataque de su Poder de Destrucción.

-¡No lo hagas! ¡Te esta provocando!- Grito Kiki, pero cayó en oídos sordos.

Akeno lanzo uno de sus Rayos Sagrados a la espalda de Kokabiel. Los ataques de ambas chicas fueron detenidos por fácilmente por el Ángel Caído con cada mano.

-¡Tonta!- Junto ambos poderes en uno solo que lanzo contra Rias.

-¡Presidenta!- Akeno se puso delante de Rias y creo un circulo mágico defensivo; pero la fuerza de ese ataque era superior, golpeando a ambas chicas.

Rias salió menos dañada y solo retrocedió en el aire; pero Akeno, con parte de su traje de sacerdotisa roto, empezó a caer al suelo. Kiki corrió y atrapo a Akeno en el aire, tomándola en sus brazos y dejándola con cuidado en el suelo.

-¿Kiki? Lo siento, creo que solo fuimos un estorbo para ti...- se disculpo la pelinegra.

-No te preocupes; pero no vuelvas a atacar a un enemigo que es superior a ti de ese modo, casi te mata- dijo Kiki, con claro regaño en su voz, pero también había un atisbo de preocupación que Akeno noto.

Al dejarla en el suelo, se dio la vuelta para dirigirse de nuevo a Kokabiel. La pelinegra vio su espalda y se sonrojo al notar que se había preocupado por ella, incluso la regaño. Ese pequeño gesto toco su corazón.

-Sin duda es un buen hombre- Rias aterrizo a su lado y Asia se acerco a ambas para curarlas.

Kiki camino hasta estar ya bastante cerca del Ángel Caído. -Provocas a tu enemigo de manera, amenazas la vida de inocentes y atacas a mujeres como un sádico. Eres solo un bastardo más que le gusta hacer sufrir a otros-.

-¿Y recién te das cuenta? Los humanos son lentos para procesar las cosas- se burlo Kokabiel. -Freed-.

-¿Si, jefe?-.

-Este es el ultimo acto. ¡Usa el poder de las cuatro Excaliburs y destruye a estos demonios!-.

-¡Bien!- Freed tomo a la fusión de las cuatro Excaliburs entre sus manos. -O gloriosa y mejorada, Excalibur-chan, descansaras segura en mis manos- miro con deseos de matar a los Demonios. -¿Quién será el primero?-.

Como si fuera un reto, Xenovia fue la que se lanzo a atacarlo, mientras Kiba y Valper tenían una discusión sobre lo que paso en el experimento de Espadas Sagradas.

Mientras tanto, Kiki se teletransporto delante de Kokabiel y lo golpeo tan fuerte que casi lo estrella con el suelo, aunque el líder de Grigory evito eso con sus alas, quedando a centímetros del suelo; pero Kiki acorto la distancia al aterrizar encima de él, quebrajando el suelo, saltando y evitando un estallido de energía sagrada del Ángel Caído.

Levantándose del suelo, quitando los escombros y polvo de su cuerpo, Kokabiel miro con ira al Santo Dorado, extendiendo los brazos, creo múltiples lanzas de luz a su alrededor que envió. Kiki lanzo un ataque de cosmos que destruyo las lanzas y golpeo al propio Kokabiel que no alcanzo a esquivar el ataque, escupiendo sangre, choco con el lado del frente del edifico donde se guardan las cosas de gimnasia de la escuela, casi derribando la pared.

El aprendiz de Mü camino hasta estar delante de Kokabiel. -Esta es mi última advertencia: ríndete y entrégate, de lo contrario, mi siguiente ataque será el último- declaro, no era una amenaza, era lo que haría si él se negaba.

De repente, todo se detuvo al escuchar un fuerte grito seguido de una luz brillante. Al buscar la fuente, Kiba absorbía lo que parecía un cristal azul. Kiki pudo ver algunas almas de personas dentro de ese cristal gracias a sus habilidades de cosmos y psíquicas. Al absorber el cristal, Kiba tenía en mano una espada de mango dorado con una hoja negra de doble filo con borde blanco con unas inscripciones roja en la zona plana.

-¿Una espada sagrada y demoniaca? ¡Eso es imposible! Dos fuerzas de opuestas jamás se pueden mezclar- exclamo Valper, totalmente conmocionado.

Xenovia caminaba al lado de Kiba. -Caballero de Rias Gremory. ¿Todavía seguimos siendo aliados?- Pregunto.

-Eso espero- respondió Kiba.

-Entonces, trabajemos juntos para destruir esa Excalibur-.

-¿Estas segura?-.

-Es una Espada Sagrada, pero es una Espada que no es Santa. Es una espada anómala-.

-Muy bien-.

Xenovia clavo la punta de Excalibur Destrucción en el suelo. -Petra, Basílus, Dionisio, y María, la Santa Madre. Escuchen mi voz- recito, un circulo mágico dorado se manifestó y de el salió una nueva espada que estaba envuelta en cadenas. -En el nombre del santo que descansa dentro de esta hoja, desencadenare- al tomar el mango de la espada, las cadenas se quitaron. La espada era una hoja grande de color azul con bordes dorados. -¡La espada sagrada: Durandal!-.

-¿Dudandal? ¿La espada que se dice puede cortar lo que sea?- Pregunto Kiki sorprendido. Había escuchado de esa espada porque era una espada famosa y por Shiryu, que un día que pasaba por la casa de Libra, lo había visto enseñar a Shoryu sobre el resto de héroes que usaron armas legendarias para que tenga conocimiento cultural.

-¡No puede ser! ¡Mi investigación no ha producido a nadie que pudiera blandir a Durandal!- Exclamo Valper.

-A diferencia de él o Irina, lo mío es completamente natural- respondió Xenovia.

-¿Natural? ¿Eres una verdadera portadora de Espada Sagrada?-.

La mano que sostenía a Durandal tembló un momento. La espada sin duda era muy poderosa, pero por eso, Xenovia la mantiene sellada en otra dimensión, ya que no es capaz de controlar su poder correctamente; pero si podía usarla el tiempo suficiente como para cortar esa Excalibur que tenía Freed en mano.

-¿Eso a quien le importa?- Exclamo Freed lanzando un ataque con su Excalibur.

Pero Xenovia bloqueo el ataque y al blandir a Durandal contra esa Excalibur, corto varias partes de la espada como mantequilla, impactando a Freed. Xenovia salto para dar un corte descendente, pero con la velocidad que Freed había obtenido por una de las Excaliburs fusionadas, esquivo el ataque fácilmente. Para su sorpresa, Kiba lo igualo en esa velocidad, colocándose detrás suyo.

-Tu porquería de espada...- Kiba y Freed empezaron un choque de acero a alta velocidad. -¡No podrá superar nuestros lazos!-.

Con un último golpe, Kiba rompió la fusión de las cuatro Espadas Sagradas en dos.

-¡¿Hablas en serio?! ¿Ese pedazo de basura me derroto?- Exclamo Freed, no queriendo admitir que volvió a perder ante los Demonios. El golpe de Kiba también había alcanzado su hombro izquierdo, sacándole una queja de dolor, cayendo inconsciente.

Kiba respiraba entrecortadamente. Usar el poder de su recién despertado Balance Breaker era agotador; pero finalmente logro su objetivo.

-¿Vieron eso, mis amigos? ¡Mi poder supero al de esa Excalibur!-.

-No puede ser...- exclamo un asustado Valper al presenciar que su Excalibur fue destruida. Observando bien la espada sagrada-demoniaca de Kiba, algo se conecto en su mente. La comisura de sus labios se estiraron en una sonrisa trastornada. -¡Ya veo! ¡Ahora entiendo todo! ¡Cuando la energía sagrada y demoniaca chocan, se anulan entre si! Por consiguiente, tanto Satán como Dios...-.

No termino de hablar, ya que fue atravesado por una lanza de luz... cortesía de Kokabiel.

-¡Maldición!- Kiki había bajado la guardia al presenciar el combate de Kiba. Kokabiel lo pateo, empujándolo hacía atrás para elevarse al aire nuevamente.

Todos miraron sorprendidos al Caído que estaba de nuevo en el cielo.

-Valper, eres muy listo. Lo demuestra el hecho de que hayas llegado a esa conclusión- elogió Kokabiel como despedida para ese hombre. Al menos tenía que reconocerle su intelecto.

-¿Por que hiciste eso? ¿No era tu camarada?- Pregunto Kiki.

-¿Camarada? No necesito a estos hombres para completar mi plan, solo fueron un instrumento para facilitar un poco más mi objetivo-.

-Tu...- Kiki apretó con furia sus manos. Desde niño, había observado la importancia de la amistad y los lazos, teniendo como base a Seiya y sus amigos y en el Santuario, Santo o soldado raso, todos las personas respetaban por igual manera a sus camaradas, ya sean del mismo o distinto rango.

Por eso, ver que este tipo asesina sin piedad a su amigo como basura lo molestaba mucho. Puede que aun le falte experiencia como Caballero Dorado; pero no puede tolerar esto.

Kiki elevo su cosmos violentamente. Iba a terminar con este tipo con su mejor técnica.

Kokabiel, sintiendo el peligro que se vendría, creo una espada de luz sagrada en su mano y se lanzo contra Kiki. Pero para su horror, la espada se rompió al hacer contacto con su armadura.

-¡¿Qué?!-.

-¡Este es tu fin, Kokabiel! ¡Recibe la máxima técnica de Aries!- Grito Kiki. La constelación de Aries apareció detrás suyo -¡Revolución de Polvo Estelar!-.

Levanto su brazo al cielo y lo movió hacía adelante, disparando desde el cielo una ráfaga de proyectiles cósmicos, como si fueran estrellas fugaces que surcaban el cielo. Avanzaron de forma devastadora hacía Kokabiel que nada pudo hacer, provocando una explosión cuando chocaron con su cuerpo.

-¡Lo logro!- Grito Kiba.

-¡Bien! ¡Kiki-san es el mejor!- Grito Issei.

Pero a pesar de que golpeo directamente con una fuerza que destruiría el cuerpo, Kiki retrocedió dos pasos hacía atrás, incrédulo de lo que sentía.

-Es imposible...-.

Cuando el humo se despejo, se vio a Kokabiel, con gran parte de la ropa superior rota, estaba demasiado herido, sangre salía de su pecho y brazos que el Caído se esforzaba en curar con su magia, su rostro era uno de ira y odio por la humillación que sentía.

-¡Es imposible! ¡No debería haber resistido ese golpe!- Exclamo Rias, viendo al Caído con vida. No sabe bien que energía uso Kiki; pero debió ser lo suficiente para acabarlo.

Los ojos de Kiki se abrieron al sentir una cosmo-energía emanar de Kokabiel; pero no de él, sino de algo que estaba con él. Miro su cuerpo, encontrando una pulsera en su mano izquierda que había estado oculta por su ropa. De la pulsera sentía un enorme cosmos.

-¿Quien te dio eso?- Pregunto Kiki. Esa pulsera tiene el mismo cosmos del individuo que destruyo su barrera hace dos noches, y debió ser eso lo que lo salvo de su técnica.

Kokabiel escupió un poco de sangre, alzo la vista. -¿Esto? Se podría considerar... un regalo... demonios, no creí que esa maldita tuviera razón...- gruño molesto.

-¿De quien hablas?-.

-¡Eso no te interesa!- Grito Kokabiel levantándose, pero sus pies tambalearon por falta de fuerza.

-Ya ríndete, no te quedan fuerzas. Fue un milagro que sobrevivieras, y ahora tengo preguntas que hacerte- dijo Kiki, acercándose al cráter que su técnica creo.

-¿Rendirme? ¡Ni lo creas!- Negó Kokabiel. -¡Estoy tan cerca de lograr reanudar la guerra! ¡Con la muerte de Dios y de Satán, los Ángeles Caídos habríamos ganado la Gran Guerra! ¡Ese maldito de Azazel incluso declaro que no habría otra Guerra! ¡Que se vaya a la mierda!-.

Ciertas palabras congelaron a todos de la sorpresa.

-E-Eso no es cierto- negó Xenovia. Debían ser inventos.

-¿Dios esta muerto? No puedes hablar en serio- repitió Rias, eso fue un balde de agua fría para todos. -¡Es la primera vez que escucho sobre eso!-.

Kokabiel río enloquecidamente, ahora que lo soltó, ya no tenía razón para callar, además, disfrutaba ver las expresiones que hacían.

-Por supuesto que no. Los líderes de las tres facciones mantuvieron esa información en secreto porque necesitaban a los humanos temerosos de Dios, si esta información saliera a la luz, sonaría un caos- de hecho, hubiera sido una buena idea usar eso como combustible para hacer una nueva guerra.

-No... ¡No puede ser!- Exclamo Asia, todo su cuerpo temblaba.

Las piernas de Xenovia temblaban tanto que no pudo seguir de pie y cayó de rodillas. -Mientes. Eso no puede ser cierto-.

-Entonces, ¡¿que hay de sus bendiciones?!-.

-Michael esta haciendo un buen trabajo. Él se esta haciendo cargo de los Ángeles y humanos en lugar de Dios luego de que ese niño mimado de Jesús no quiso el puesto de su padre- respondió Kokabiel.

-¿El Arcángel Michael esta actuando como sucesor de Dios porque Jesús no quiso?- Fue lo que Xenovia pudo entender. -¿Y que hay de nosotros, entonces?-.

-El sistema en si esta intacto, así que los exorcismos, bendiciones y oraciones no se han afectado mucho-.

Asia no pudo soportarlo más y cayo inconsciente, siendo atrapada por Koneko. Xenovia no la culpo, ella misma se sorprende de seguir pensando con claridad.

Kiki, como el resto, estaba impactado. Puede que sirva a Athena; pero siempre respeto la fe que la gente le tiene a Dios. Estaba mas que justificado que se lo hayan guardado en secreto, sería un total caos en el mundo ya que la religión Cristiana es la religión predominante en la Tierra.

-Por que Dios esta muerto es la oportunidad...- presto atención a Kokabiel, que ya podía estar de pie. -¡Es la oportunidad para reiniciar la Guerra y que los Ángeles Caídos sean los que dominen todo!-.

Se elevo en el aire y con sus últimas fuerzas, creo una lanza de luz tan grande que era más grande que la Academia Kuoh. Probablemente muera por sus heridas, pero si puede llevarse a la hermana de Sirzechs con él, entonces todo habrá valido la pena.

-¡Oh, no!- El tiempo Kokabiel lanza esa arma e impacta en la Tierra es superior al tiempo en el que podría crear un Muro de Cristal lo suficientemente fuerte y grande para resistir esa lanza, si crea uno normal no resistiría, y en el caso de que se use como escudo, confiando en la resistencia de su armadura, la onda de choque igual podría asesinar a Rias y a los demás.

Pero cuando todo parecía perdido, esa persona siempre esta presente para mostrar la luz de la esperanza.

A la distancia, Seiya tenso una flecha dorada en el arco de Sagitario, la flecha tenía imbuida su cosmos que concentro desde que llegó y se puso en guardia por si algo pasaba.

-Toma esto, pajarraco- dijo Seiya. -¡Flecha Estelar de Sagitario!-.

Soltó la flecha, que salió disparada como una estrella brillante, golpeando la gigantesca lanza de luz, destruyéndola en el acto y perforando el corazón de Kokabiel, que ni vio de donde vino el ataque.

Todos se sorprendieron al ver esa luz atravesar el corazón del Caído, cuyo cuerpo cayo muerto al suelo al instante. Kiki vio la dirección en donde la flecha.

-Seiya… gracias- dijo Kiki.

Seiya sonrió al ver que fue un tiro perfecto. -Mi puntería si que es muy buena, ¿verdad?-.

A quien le hablo era a un joven de cabello plateado medio largo, vestía una camisa lisa debajo de una chaqueta de cuero negra, pantalones café y una cadena saliendo del mismo pantalón, atada en el cinturón.

El joven era Vali, el actual Dragón Emperador Blanco.

Seiya se lo había encontrado cuando había llego, estaba observando escondido el combate, probablemente esperando su momento para entrar. Seiya inmovilizo al joven con otra de sus técnicas que aprendió al volverse Sagitario. La Flecha Sombra, como su nombre lo dice, es una flecha hecha de sombra que se crea con cosmos y se lanza a la sombra de un individuo, inmovilizándolo por completo por unos minutos.

Vali estaba impresionado de que este sujeto no solo lo inmovilizo fácilmente, sino de la energía que desbordo al soltar esa flecha y que basto para matar a Kokabiel de inmediato.

-Ahora, me vas a decir quien te envió- dijo Seiya, desapareciendo su arco.

Vali suspiro. -Fui enviado por Azazel, el líder de los Ángeles Caídos a llevarme a Kokabiel; pero ahora resulta que no es necesario estando muerto-.

-Puedes llevarte su cádaver y a los aliados que le quede- dijo Seiya, como si eso fuera suficiente.

Vali bufo y activo su Balance Breaker, para impresión de Seiya. Ya no tenía razón para detener al joven y sentía que lo volvería a ver.

-Antes de irme, ¿quien eres?- Pregunto Vali, ahora tenía que entregarle las noticias a Azazel junto al cuerpo de Kokabiel; pero quería saber quien era este hombre de armadura dorada para poder luchar contra él en otro momento.

Seiya sonrió. -Soy el guardián del Templo del Centauro: Seiya de Sagitario, Caballero de Athena-.

[¿Un Caballero de Athena en territorio de Demonios? No pensé ver algo así] la voz que salió provino de las alas de Vali que parpadearon al hablar.

-¿Esas alas hablaron?- Exclamo Seiya sorprendido.

[Mi nombre es Albión, el Dragón Emperador Blanco. Si estas aquí, supongo que ya habrás tenido contacto con Rojo].

-¿Rojo? ¿Te refieres a Issei?-.

-Ya hablaremos en otro momento- dijo Vali. -Seiya de Sagitario... sin duda nos volveremos a ver y te enfrentare-.

Con esas últimas palabras, Vali voló a alta velocidad, destruyendo la barrera que cubría la Academia en el proceso.

Seiya suspiro, cuando Amaterasu y Athena les dieron esta misión a él y a Kiki, nunca espero algo como esto. Lo peor, sentía que esto es solo el comienzo.


N/A: 8448k, si que fue largo este capitulo, ya quiero sus apreciaciones en los comentarios para más capitulos así.

Paso a paso, como siempre:

El inicio, se vio un poco de las habilidades de Mei como Cáncer, y si, esas llamas son las mismas que Manigoldo en TLC usa, aquí le di una explicación porque Mascara de la Muerte y Death Troll no las usan. Los personajes e historias de TLC no estarán aquí, pero ciertas técnicas y otras cosas si, las llamas infernales son una de esas cosas.

También se vio la batalla de Aiacos y Seiya, en la que fue pareja, ya que Aiacos, aunque en el canon se retrato débil, tiene el nivel para pelear contra un Dorado, al final se vio debilitado por el Puño Fantasma del Fénix e Ikki le remato y él no la tuvo tán fácil de todos modos; pero obviamente Seiya ganaría, Aiacos se salvo porque lo usare más adelante.

También se vio la mayoría de las técnicas que Seiya: el Trueno Atómico y la Flecha Estelar lo tienen su versión en Omega que quise agregar, la Flecha Sombra es una técnica que Aioros uso en Episodio Zero, pero me gusto mucho que se la incluí a Seiya.

Y la pelea contra Kokabiel, algunos dirán porque Kiki no acabo de inmediato con Kokabiel, y si, si podía; pero no sabía que tan fuerte era Kokabiel, para los Santos, el nivel de poder de las tres facciones son desconocidos y como Kokabiel era un líder, ataco con cuidado, pero de haber atacado en serio hubiera ganado al inicio.

Lo de la salvada con ese brazalete ya se explicara quien se lo dio a Kokabiel; pero también fue un motivo para que este sobreviviera lo suficiente para que dijera la muerte de Dios, además de que Seiya se robara el momento XD.

daizuke: No lo se, no lo creo, pero quien sabe.

Gersus: Me alegra que te guste; puede que Seiya no peleara, pero tampoco le falto acción. Esa reacción me la estoy guardando. Esas escenas también me las guardo, aunque si saldrán.

Sin nada mas que decir me despido. Visiten y comenten el resto de mis historias por favor. CHAO.