Capitulo 17
-¡Haaaaa!- El cuerpo de Issei se estampo contra un árbol, dejando unas marcas de choque en el roble, cayendo de cabeza al suelo, su cuerpo quedando de lado.
Al día siguiente de la llegada de Athena, en la mañana temprano, Seiya estaba cumpliendo con lo que le pidió Kiki, entrenar a Issei. Lo cito hoy temprano a la salida de la ciudad, donde nadie ni nada estorbaria, para probar de lo que era capaz Issei físicamente, así que cuando llegó, empezó con una pequeña pelea de entrenamiento para conocer la fuerza física y resistencia de Issei.
Que bueno que trajo su ropa de entrenamiento; estaba vestido con las típicas ropas de entrenamiento griegas que se usan en el Santuario, mientras que Issei usaba el buzo gris de la Academia Kuoh.
Claro, ya había puesto a prueba ambas cosas como su profesor de gimnasia, pero una cosa son ejercicios en la escuela y otra diferente es en una pelea... aunque el resultado fue el mismo.
Issei no sabía nada de pelear, los golpes que había intentado dar fueron golpes básicos y muy lentos, sin un patrón de arte marcial. Además que su resistencia solo era levemente superior a la de un humano normal, pero muy debajo de incluso un soldado raso del Santuario.
Con una idea, hizo que Issei lo atacara, ahora usando el Boosted Gear y sus habilidades. Los golpes con el guante rojo eran más fuertes que con sus puños normales, pero no lo suficiente para hacerle algo de daño, y la fuerza que ganaba con la habilidad del guante, aunque aumentaba su fuerza y velocidad con cada "Boost" que cargaba, solo duraban un instante y por su falta de saber como golpear, eran fáciles de predecir y esquivar.
Así que la pequeña pelea de practica de la mañana se puede resumir en Seiya tirando al suelo o chocando a Issei en diferentes cosas varias veces durante una hora. El Dorado solo usaba su fuerza física sin elevar su cosmos, aunque al dar golpes, se contenía en la fuerza al golpear al castaño más joven y la mayor parte del tiempo solo lo agarraba y lo lanzaba.
Issei se sentó de piernas cruzadas en el suelo, su buzo estaba muy sucio y su cara tenía varios raspones y algunos moretones. -¡Esto ya es demasiado! ¡Ya no puedo más!-.
-¿De que estas hablando? Apenas te he dado algunos golpes y te he lanzado sin fuerza, apenas si te he tocado, y eso que hoy estoy siendo muy suave contigo por ser el primer día- dijo Seiya. Si fuera Marín quien estuviera ahora enseñando a Issei, el castaño no se podría levantar en días por el cansancio. Su antigua maestra era amable, pero no muy piadosa a la hora de entrenar.
-¿M-Muy suave?- Repitió con cierto temor Issei en su voz. Si Seiya estaba siendo muy suave con él, no quería pensar cuando fuera duro.
-Los jóvenes de ahora si que son delicados- hablo como viejo, a pesar de solo tener 24 años.
-L-Lo siento...- Issei se rasco la cabeza y agacho la cabeza en señal de pena. Fue él quien le pidió a Kiki este favor, y aunque pensó que no sería muy diferente a lo que paso con Rias al inicio; dar algunos ejercicios de cuerpo y trotar, le daba penar resultar ser tan patético y hacerle perder el tiempo a su Sensei.
Ver la cara que hizo Issei con su comentario hizo que Seiya suspirara y se cruzara de brazos.
-¿Por que le pediste ese favor a Kiki de entrenarte?- En un intento de cambiar el tema, hizo la pregunta que le llamo la atención cuando su amigo le conto de este favor.
-Bueno... durante la pelea contra Kokabiel, no pude ser de mucha ayuda y Kiki-san fue quien hizo todo, además que ahora que apareció mi supuesto "rival", y que este parece ser más fuerte que yo, decidí que debo ser más fuerte si quiero ser de utilidad para la Presidenta- explico Issei sus motivos, mirando al cielo que a esta hora estaba despejado.
-¿Solo por eso?-.
-Bueno... también porque sentí cierta envidia de Kiki-san- Seiya levanto una ceja. Eso si le intereso. -Usted y Kiki-san son humanos, pero son más fuertes que todos nosotros juntos por mucho, y eso me sorprendió, ya que empezaba a creer que los humanos tal vez no eran tan fuertes como aparentaba-.
Al verse metido en el Mundo Sobrenatural, ver que ahora era un Demonio y había mas personas como él, que antes fueron humanos pero fueron reencarnados en Demonios, le hizo creer que tal vez los humanos no eran tan fuertes como las demás razas.
No era por creer a los humanos inferiores o los Demonios los más fuertes, es solo que hasta ahora, no había visto a ningún humano ser tan fuerte como un Demonio o un Ángel Caído, lo máximo que vio fue el loco de Freed, que pudo darle pelea a Kiba, pero no podía derrotar a su amigo.
Pero ese pensamiento cambio al ver la fuerza de Kiki-san, como venció con facilidad a quien supuestamente era uno de los Ángeles Caídos más fuertes de Grigory, más fuerte que Raynare y todo el Club del Ocultismo juntos, y que en palabras de él, Seiya-Sensei era más fuerte. Al ver a esos dos, le hizo ver que los humanos si eran poderosos.
Seiya, a pesar de su personalidad, comprendió las palabras de Issei. Él creía en el potencial humano y que eran capaces de superar a los mismos Dioses, pero tampoco era ciego, eso era posible gracias al cosmos, y el cosmos no es tan fácil de entender y dominar como se aparenta. Él paso 5 años entrenando para ser un Santo de Bronce, y solo enfrentando diversos combates a muerte contra muchos enemigos, era que pudo elevar su cosmos hasta tener la fuerza que tiene ahora.
Y eso era lo que diferencia a los Santos y cualquier ser que domina el cosmos con el resto de razas: ellos necesitaban tener entrenamiento y experiencia en combates para mejorar y aumentar si nivel cósmico, mientras que las tres facciones y otras razas, como los Yokai, nacían con sus poderes y magia, solo tenían que aprender como utilizarlas, cosa que parecía ser más cuestión de estudio.
Ellos nacían con poder que tenían que mejorara voluntad, mientras que los Santos y demás ejércitos de los Dioses Griegos tenían que entrenar su cosmos y combatir a muertes para elevarlo al infinito. Además que Issei era relativamente nuevo en todo lo sobrenatural, así que era normal que empezara a creer que las razas sobrenaturales eran más fuertes y tener ciertas dudas de su fuerza.
-Es cierto que Kiki y yo somos fuertes, pero no creas que nacimos siendo fuertes. Tuvimos que matarnos entrenando y pusimos nuestras vidas al borde la vida y la muerte en combate muchas veces en nombre del amor y la justicia de la Tierra para elevar nuestros cosmos al infinito. Si ahora soy fuerte, es debido a las veces que mi cuerpo y cosmos resistieron los combates para que mi fuerza de voluntad pudiera elevar mi cosmos al infinito y ganar. Issei, ahora tal vez seas débil, pero puede que más adelante, tú seas el más fuerte de tus amigos, solo no tienes que rendirte y tener una buena razón para pelear-.
Issei se quedo observando perplejo y fascinado a Seiya cuando termino su discurso. La firmeza de sus palabras y su porte, combinado a la luz del sol de la mañana, hacían parecer a Seiya como uno de esos grandes Héroes que veía en animes y comics.
De hecho, ahora que recordaba, en una platica donde Kiki les contaba más del Santuario, él les dijo a todos que Seiya y sus amigos eran Héroes para todo el Santuario, ya que ellos, junto a los anteriores Santos Dorados, pudieron poner fin a las Guerras Santas con el mayor enemigo de Athena, algo que ninguna generación de Santos había hecho antes.
Issei no entendía las cosas complicadas, era un cabeza hueca en ese sentido, pero si sabía que Seiya era un hombre que había enfrentado muchas cosas y superado... era un hombre increíble.
-Seiya-Sensei… ¡usted si que es genial!-.
-Jeje, gracias- Seiya se sobo la nariz. Aunque nunca pedía elogios o las gracias, siempre era bueno recibirlos. -Aunque la pelirroja no me cae del todo bien, tu deseo de querer ser más fuerte por quien es tu ama es noble, ya que es parecido al deseo de los Santos en querer se más fuertes para proteger a Athena-.
-¡Gracias! ¡Además, si soy más fuerte, podré cumplir mi sueño!-.
-¿Tu sueño? ¿Cuál es tu sueño?-.
-¡Mi sueño es ser el...!- Pero antes de terminar la oración, se detuvo abruptamente, su semblante cambio a uno más diferente, como si pensara bien sus palabras. -S-Ser, ¡ser el mejor Peón de todos, por Rias Gremory!-.
Seiya sonrió, no era tan mal el objetivo de Issei. Lo había juzgado mal porque Issei era pervertido; pero aun con eso, era un chico de buen corazón que quería ayudar a sus semejantes.
-Bueno, eso será todo por hoy, ahora que se tu desempeño en combate, tu entrenamiento empezara luego de la cumbre de las Tres Facciones- dijo Seiya.
-¿Eh? ¿Por que después?- Pregunto Issei.
-Por que será dentro de poco y ahora que Athena esta en Kuoh, mi deber como Santo es estar a su lado, sumado a que tengo que seguir aparentando ser un profesor... no tengo tanto tiempo-.
Issei asintió al entender la explicación. Ser un Caballero de Athena era un poco más complicado de lo que parecía.
Seiya se despido del poseedor de Ddraig y se retiro, dejando a Issei a las afueras de la ciudad. Seiya podía moverse a la velocidad de la luz, así que llegar desde las afueras de la ciudad a la casa en donde se quedaba era fácil, e Issei, finalmente había aprendido a usar los círculos de teletransportación mágicos, por lo que podía volver a la habitación de su casa o al edificio del Club.
-[¿Por que te detuviste cuando le ibas a hablar de tu sueño, compañero?]- Escucho la voz de Ddraig en su cabeza. Últimamente él iniciaba la conversaciones entre ellos, le gustaba pensar que era porque se estaban acercando más.
-Bueno... es que después de escuchar su discurso sobre como se volvió fuerte para motivarme, pensé que sonaría ridículo si digo que mi sueño es ser "El Rey del Harem"- respondió Issei. -...Y ahora que lo pienso mejor y lo escucho en voz alta, si suena ridículo-.
-[Eso es quedarse corto, pero al fin lo admites. Demuestra que estas creciendo]-.
Ddraig podía ver como, de manera lenta pero segura, su compañero empezaba a tomarse más en serio las cosas y su posición como el Sekiryuutei y dejaba de lado las cosas absurdas como ese sueño, aunque ni el mismo Issei se diera cuenta todavía.
Eso era bueno, si el chico conservaba esa personalidad pervertida a largo plazo, o al menos no se tomaba la molestia de ocultarla, no quería imaginar lo que le hubiera pasado a su gran reputación.
(Más tarde)
Casi al mediodía, Seiya, Kiki, y todos los demás se preparaban para salir, ya que le mostrarían a Saori y los demás la ciudad. Kiki le pidió a Xenovia cuando se iba a la Academia, que le avisara a Sona que faltaría a clases y Seiya, como no tenía clases a ningún grado este día, podría faltar sin problemas.
El grupo conformado por la Diosa de la Guerra, tres Santos Dorados y dos Saintias de Plata salieron de la residencia, siguiendo a Aries y Sagitario, que les mostraban la ciudad.
-Si que es una ciudad bonita- reconoció Mii.
-¿En serio? Yo no le encuentro nada de especial- dijo Seiya.
-Tal vez para ti, que es Japonés, pero aparte de Tokio, no he podido ver otra ciudad de Japón- respondió Mii.
Seiya se encogió de hombros, tal vez Mii tenga razón y por ser Japonés no le encuentra mucho brillo a su país, pero piensa que Grecia es mejor, aunque tal vez sea la opinión de él como extranjero y porque esta más acostumbrado a la vida de un Griego por haber estado mucho tiempo en el Santuario.
De hecho, aunque no es el tipo que le guste viajar mucho (ese era más Ikki), un día le gustaría ir a Firanzo… no sabe porque, ni siquiera conocía ese pueblo hasta que paso por ahí en una misión junto a Shun, pero algo de ese lugar le atrae.
Shoko le dio un leve codazo a Mii, la rubia miro a la pelirroja, que con la mirada le indico que ya era hora. La Saintia más cercana a Saori suspiro internamente. Ayer en la noche, Shoko le había pedido ayuda para pasar un tiempo a solas con Seiya y de una manera que aun no entendía, había aceptado ayudarla.
Iniciando con el plan, Mii hablo. -Señorita Saori, lamento decirle esto, pero recuerde que necesitamos ver un vestido para usted, ya que en unos días más tiene una fiesta con unos socios de la Fundación Graad-.
-Es cierto, me había olvidado de eso- ser Athena y las alianzas, mas los deberes dentro del Santuario hacían que Saori tuviera poco tiempo para ocuparse de la Fundación de su abuelo. Tatsumi, Jabu y otros más la ayudaban con la Fundación, pero ella debe, como mínimo, presentarse a fiestas de asociados de la compañía.
-No quiero importunarla, menos molestarla con la Reunión de las Tres Facciones ya cerca, pero sería mejor ocuparnos de eso ahora para que no tenga preocupaciones innecesarias más adelante-.
Kiki y Mei se vieron de reojo, luego vieron a Shoko, quien miraba con mala disimulación a Seiya, y ella parecía contenta. Eso basto para unir los puntos y que lo del vestido era una razón para dejar a Sagitario y Águila a solas.
La mirada de Mii se fue a Kiki. -Usted conoce un buen lugar donde la señorita Saori pueda usar un vestido, ¿verdad, Kiki-san? Y si no, usted y el señor Mei tendrán que ayudar a buscar-.
El tono demasiado dulce y la mirada de Mii hacía ambos hombres los hizo incomodarse. Aunque ambos eran Santos Dorados capaces de destruir los átomos, la mirada tranquila de una mujer, pero que detrás de esa mirada se encontraba una tormenta de furia, no les dejaba opción.
-S-Si... creo que vi una tienda de vestidos al otro lado de la esquina...- respondió Kiki.
-Pero ya tengo muchos vestidos en la Mansión de Japón, simplemente puedo tomar uno de ellos y...- Saori intento protestar, ya que a diferencia del resto de mujeres, ella no compra mucha ropa, solo lo justo y necesario.
-Señorita Saori, usted no puede usar los mismos vestidos siempre, eso podría perjudicar su imagen, además de que también considere esto como una oportunidad para relajarse- Mii interrumpió cualquier otra objeción.
La pelilila suspiro derrotada. Mii es su amiga más cercana y leal, siempre se preocupa por ella, pero a veces lo hace demasiado. Aunque no entiende el porque la urgencia de comprar un vestido ahora, pero cuando Mii se pone en plan "Sirvienta leal" es difícil llevarle la contraria.
-De acuerdo, además tienes razón y sirva para relajarme un rato-.
-Bien- la rubia miro a Seiya. -Señor Seiya, usted y Shoko pueden seguir su recorrido por la ciudad, luego nos dicen las partes importantes de la ciudad-.
-Bueno...- antes de que Seiya pueda decir algo, Shoko lo agarro del brazo, empezando a arrastrarlo hacía adelante. -¡Suéltame, puedo caminar solo!-.
-¡Vamos, no seas aburrido, Seiya! Quiero conocer la ciudad, y no me agrada a esperar que Mii elija miles de vestidos para Saori, ¿a ti si?- Pregunto la chica sonriente.
Seiya tenía que admitir que quedarse de pie dentro de una tienda de vestido no era el mejor lugar para él, pero tampoco podía dejar a solas a Athena.
-Bueno... no, pero Saori…-.
-Saori tiene a Mei y Kiki, aparte que ella sabe defenderse, nadie la raptara- bromeo la chica.
Y sin nada más que decir, Seiya se dejo arrastrar por la pelirroja hasta que soltara su brazo. Por alguna razón que no sabía, Shoko estaba muy contenta.
Mei se rio al ver como Shoko se llevaba a Seiya. -No creí que Seiya se dejara llevar de esa manera por una chica-.
-Creo que tu no eres nadie para decir eso, Mei- señalo Mii. -Por que yo recuerdo que Erda te llevo al pueblo de Rodorio una vez-.
-Eso fue porque le debía un favor, nada más- Mei se cruzo de brazos, queriendo terminar la charla.
-Si claro...- nadie se creía ese cuento.
Kiki vio que Saori se había quedado viendo por donde se fueron Seiya y Shoko, su mirada azul estaba entrecerrada y en sus ojos había una chispa de... ¿molestia?
-Mii, vamos a ver esos vestidos, rápido- Saori apuro a la rubia, dándose la vuelta y caminar hacía la otra calle. -Kiki, Mei, lamento pedirles esto, pero tendrán que ayudarnos con las compras-.
-Ya me lo esperaba- suspiro Mei en resignación, llamando la atención de Kiki.
-¿Tan malo es comprar con una mujer?-.
-¿Eh? No hablaba de eso... aunque si, es malo, pero también depende de la mujer-.
-¿Entonces de que hablabas?-.
-Bueno... que los Dioses no son tan diferentes a los humanos, sobre todo en cuestión de sentimientos-.
-¿Ah?- Kiki no entendió lo que le dijo.
-Ya lo entenderás- Mei revolvió el cabello de Kiki juguetonamente antes de seguir a su Diosa.
Kiki gruño. Le molestaba que lo trataran como un niño a veces. ¡Ya no tenía 8 años! ¡Tenia 17 años, casi 18!
Con los anteriores Pegaso y Equuleus, los dos recorrían las calles de Kuoh, aunque más que Seiya mostrándole la ciudad a Shoko, los dos parecían disfrutar solo de caminar mientras hablaban.
-¿Cómo esta mi hermana?-.
-Seika esta bien, la vi en Libra cuidando al Ryuho con Shunrei mientras Shiryu-san entrenaba con Shoryu-.
Seiya se alegro de que su hermana estuviera bien haya en el Santuario, la extrañaba un poco, pero al menos se tranquiliza al saber que esta bien.
Luego de recuperarse de la Maldición de la espada de Hades y soportar el Juicio del Olimpo, Seiya y Seika hicieron todo lo posible para recuperar el tiempo que estuvieron separados. Cuando se volvió Caballero de Sagitario, su hermana paso a vivir en su templo. Ella tenía un puesto de vendedora en el pueblo de Rodorio. No necesitaba trabajar, pero según ella, lo hacía para mantenerse ocupada cuando él tenía que cumplir su deber como Caballero.
A su hermana nunca le agrado mucho la idea de que después de tantas batallas y poder reencontrarse, siguiera siendo un Caballero arriesgando su vida; pero Seiya pudo hacer que aceptara la idea de que esta era ahora su vida y la había escogido por voluntad propia.
-También dice que te manda saludos, y que no comas mucha carne que te dolerá el estomago después-.
-Esa Seika…- suspiro divertido, su hermana sabía cuanto le gustaba la carne, aun si después tenía un dolor de estomago.
Shoko y Seika eran buenas amigas desde que se conocieron. Hablaban de cosas, que la mayoría del tiempo, él no sabía. Tal vez cosas de mujeres. Lo hacía feliz que su hermana tuviera amigas y no se sintiera tan sola en el Santuario, ya que aparte de Shoko, se había hecho buena amiga de Marín, Shunrei, June y las otras Saintias.
-¿Y no se ha acercado nadie mientras yo no estaba?- El rostro de Seiya se frunció cuando hizo esa pregunta.
Su hermana era joven hermosa y a pesar de no tener los rigurosos entrenamientos de las Amazonas o Saintias, sabe que es de buen cuerpo, por lo que no falta el hombre, dentro o fuera del Santuario que intente acercarse a ella. De hecho, él soporto más veces de las que puede contar cuando un aldeano de Rodorio o un soldado le pedía permiso para cortejar a Seika.
Seiya fácilmente podía detectar las verdaderas intenciones de esos tipos, y los mandaba a volar con un golpe (aunque con los aldeanos los asustaba para que se fueran). Él no entregaría a su querida hermana a ningún sin vergüenza.
Shoko se rio por la pregunta de Seiya. -Eres un hermano celoso, Seiya-.
-Soy como cualquier hermano que se preocupa por su hermana, eso es todo- respondió Sagitario cruzándose de brazos.
-Si... entiendo eso, yo también me preocupaba siempre por mi hermana cuando era niña... incluso en esos momentos, quería salvarla- Shoko puso una mirada melancólica.
-¿Shoko?-.
Ambos se detienen.
-La extraño... a veces siento que... fue injusto que ella se sacrificara y se volviera el contenedor de Eris en mi lugar- Seiya miro como la sonrisa y energía típica de Shoko se dejaban de lado. -A veces pienso que... si hubiera sido más fuerte y más decidida, hubiera sido capaz de salvar a mi hermana de Eris... aunque la batalla ya termino, no puedo evitar pensar que sigo siendo débil-.
Seiya tenía más o menos el entorno de la batalla contra Eris, ya que él no pudo estar presente porque ocurrió poco después de la batalla de las 12 Casas, en ese instante él y sus amigos se estaban recuperando de las mortales batallas.
Sabía que Shoko había sido escogida para ser la huésped del alma de Eris, la Diosa de la Discordia, igual como Shun fue escogido para ser el huésped de Hades; pero su hermana mayor, Kyoko, la anterior Sanitia de Equuleus, intervino, siendo ella la huésped del alma de la Diosa. Así fue como Shoko se volvió Saintia.
Hasta donde sabe, los Santos Dorados que quedaron: Mü, Aldebaran, Aioria, Shaka y Milo, junto al Viejo Maestro, ayudaron a repeler la amenaza de Eris, que había convertido el lado maligno de Saga que fue expulsado por él gracias al Escudo de la Justicia de Athena, en Ares, el Dios de la Guerra, que fue un poderoso enemigo para los Dorados; pero que consiguieron vencer.
Pero fueron Shoko y sus amigas, que ayudaron a salvar a Athena, que fue sola a intentar derrotar a Eris y Ares, a costa de casi morir, y Shoko acompaño a Saori a enfrentar a Eris. Esa batalla termino con derrota de la Diosa de la Discordia.
Pero el preció fue que el cuerpo y alma de Kyoko, que dejaron de servirles a Eris, no pudieran salvarse... termino falleciendo al tomar el destino que se supone era el de Shoko.
La Saintia de Águila abre sus ojos al darse cuenta de todo lo que dijo. Ella se dejaba llevar muy fácil por sus sentimientos, cosa que a veces era problemático.
-¡L-Lo siento, no quise arruinar el ambiente con esto!- Shoko se limpio un poco el ojo izquierdo. -So-Solo olvídalo, ¿si?- Dio una sonrisa que obviamente era falsa. -Bu-Bueno, ¿a donde vamos ahora?- se giro hacía adelante
-No es malo extrañarla- la voz de Seiya congelo un momento a Shoko, quien se dio la vuelta para verlo. -Si yo hubiera perdido a mi hermana de aquella manera, ya no hubiera tenido razones para seguir luchando y me hubiera rendido hace mucho-.
La razón principal, o la inicial, por la que se volvió Caballero en un inicio fue para encontrar a su hermana, participo en el Torneo Galáctico porque pensó que ella lo vería en alguna parte del mundo al ser un evento en vivo. Después de los combates contra los Caballeros de Plata y aun saber que Saori era Athena, estaba dispuesto a dejarla a su suerte para buscar a Seika. No fue hasta que enfrento a Aioria con la armadura de Sagitario, siendo apoyado por el cosmos de Aioros, que se dio cuenta de la amenaza real que era Arles al haber enviado a un Caballero de Oro, que decidió ir a Grecia.
La batalla contra Asgard y el Reino Submarino fueron sucesos que no espero y que tuvo que atender, ya que los Caballeros de Oro no se podían mover porque el despertar de Hades y los Espectros estaba cerca, además que si no lo hacía, muchos inocentes morirían, y entre ellos podría haber estado su hermana. Ese pensamiento, más la genuina lealtad (y algo más) que estaba creciendo en Seiya hacía Saori fueron suficiente motivación para enfrentar ambos ejércitos.
La Guerra Santa contra Hades fue algo que no sabía. Él había ido al Santuario para preguntarle a Marín si era en verdad su hermana, ya que había sospechado eso bastante tiempo. Fue una real sorpresa ver de nuevo a Mascara de Muerte con una armadura negra.
El resto, como dicen, es historia.
Pero si él viera que su hermana hubiera muerto para salvarlo, o el simple hecho de saber que su hermana murió cuando aun no la había encontrado, habría bastado para romper su espíritu como guerrero.
-Después de la batalla contra Eris y que te recuperas, Saori te dio la oportunidad de volver a tener una vida normal, ¿no?- Shoko asintió. -Pero rechazaste la oferta, porque querías seguir siendo una Saintia a su lado- Shoko volvió a asentir. -En tu lugar, yo no creo haber seguido peleando luego de eso, pero sigues luchando-.
-Es porque quiero seguir estando junto a Saori y con mis amigas, así como... quiero pelear por el mundo que mi hermana protegió con su vida- Seiya sonrió ante la declaración de Shoko.
-El alma y cosmos de tu hermana seguirán contigo, eso tenlo por seguro- señalo con el dedo el collar de Pegaso que traía Shoko. Era el único recuerdo físico que tenía de su hermana. -¿Recuerdas lo que te dije cuando nos conocimos? Si estamos abatidos, nuestras hermanas se reirán de nosotros. Estoy seguro que si sigues luchando sin rendirte, tu hermana te apoyara siempre-.
Las palabras de Seiya no solo dejaron sorprendida a Shoko, sino que fue como una corriente de energía que la hizo recuperar fuerzas. La misma energía que sintió poco después de conocer a Seiya y veía como pelea contra Shiryu de Dragón, levantándose cada vez que caía.
Una vez más, las palabras de Seiya golpearon lleno de energía el corazón de Shoko como meteoros para darle fuerza... la comisura de sus ojos se llenaron de lágrimas.
-¡¿Eh?! ¡¿Qué te pasa?! ¡¿Dije algo malo?!- Exclamo asustado Seiya al ver las lágrimas. Tal vez dijo de más. A pesar del tiempo, sigue siendo impulsivo.
-¿Eh? ¡No!- Shoko se seco las lágrimas. -Es solo... que creo que necesitaba escuchar eso que... al ser la líder de las Saintias, a veces siento que debo tomar muchas decisiones y responsabilidades de las cuales no se si soy capaz de hacer-.
Su madre Olivia, era la anterior líder de las Saintias y fue asesinada por el lado malvado de Saga junto al resto de Saintias que habían en esa época. Ahora que las Saintias era algo más público para el Santuario y los aspirantes, Shoko, como hija de la anterior líder, y además ser ahora quien carga el destino de ser la líder de las Saintias, un destino que originalmente era para su hermana Kyoko, fue nombrada líder de las Saintias. Nadie se opuso.
Antes no era tan complicado, ya que eran solo las 5; pero ahora que hay más personas llegando al Santuario y eran más las chicas que querían ser parte del grupo muy reservado y personal de Saintias al lado de Athena, ella ha tenido que tomar ciertas responsabilidades y decisiones.
-Para ser sincera, creo que Mii o Katya están mejor calificadas para ser líderes que yo. Solo porque mi destino lo dice, no significa que en verdad sea lo correcto...-.
-Pues en eso no puedo ayudarte mucho, a pesar de ser un Santo Dorado, no hay muchas diferencias a cuando era un Santo de Bronce, excepto que ahora tengo que resguardar un gran templo y tomar misiones más importantes- dijo Seiya.
-Lo se... pero aunque tal vez no este capacitada, tengo que seguir luchando sin rendirme, como la líder de las Saintias, ¿verdad?- La sonrisa de Shoko si era verdadera, llena más de energía.
-Por supuesto. Estoy seguro que eres una gran líder- dijo Seiya.
Shoko se siente mucho mejor de animo. Realmente necesitaba las palabras de Seiya. Sus mejillas se sonrojaron levemente por una idea que se le vino a la mente, y haciendo eso, tomo de nuevo del brazo de Seiya, volviendo a tirarlo.
-¡O-Oye, espera! ¡Suéltame!- Dijo Seiya, esta vez con un poco de vergüenza en su voz, ya que sentía como los pechos de Shoko hacían contacto con su brazo.
-¡Vamos, quiero ver más de la ciudad!- Shoko lo ignoro. Ella era consciente del tacto físico, por eso lo hizo. Fue algo atrevido, pero ya tiene 24 para pensar en esas cosas. El Águila cuando va a cazar va directo a su presa, ¿no?
Seiya suspiro. Él no se rendía sin caer, pero parece que esta vez tendría que hacerlo... de cualquier forma, sonrió. Shoko era muy importante para él y le alegraba haber podido ayudarla.
Lo que Seiya todavía no se cuestiona, es que tan importante es Shoko para él.
N/A: Hasta aquí el capitulo, que no trajo mucho. Fue más la calma y otras cositas.
Issei ya esta cambiando poco a poco su pensar. No hare que cambie así a la fuerza de un capitulo a otro, hare que de a poco, él se de cambie. De hecho, tengo pensado que el cambio de ser pervertido a alguien más decidido sea cuando obtenga el Balance Breaker.
También se hizo acercamiento a Seiya y Shoko. Debían tener un momento para ellos, ¿no? Además que ya se lo que pasa en el final de Saintia Sho.
Solo he leído hasta el capitulo 82 del manga, ya que no encuentro donde esta traducida las siguientes partes, pero ya soy consciente de lo que sucede al final. Obviamente hare ciertos reajustes para que no choque con mi fic como lo hice con Mei.
Otra cosa que aprovecho para decir, es que Seiya y Penemue ya se conocerán y se acercaran más luego de la reunión de las facciones, ya que facilitara el que conocerse.
Roy4: Entiendo que tal vez no te agrade lo de la sangre envenenada, pero a mi me pareció un buen toque de LC. Y sobre la edad de los Santos, si las conozco. Otra cosa buena que hizo la película de la Leyenda del Santuario. Ya se terminaran enterando, descuida.
También entiendo el sentimiento hacía Ker. Kurumada arruino a Saga, hay que admitirlo, haber que nos muestra el manga que hará en Diciembre. Tal vez explique la teoría que tengo de Ker.
daizuke: Aquella vez Saori no le robo un beso, casi lo hace, pero Shaina la interrumpió. Si tienes una idea, dilo por PM.
Guest: Yes, I will show the difference of the Sanctuary and the Vatican several times. Marín demonstrated her power, now as one of the Elite. They all have a thirst for war.
The Black Sea is rather a reference to someone from Episode G and who has a presence in all three works.
Sin nada más que decir me despido. Visiten y comenten el resto de mis historias por favor. CHAO.
