Draco se encontraba en la torre de astronomía esperando a su castaña, había una profunda preocupación en él, tenía la incertidumbre de si su plan había funcionado o no, ¿Porqué estaba complicando todo, Porqué no podía simplemente tomar desprevenido al vejete y llevar acabo su plan de una vez por todas?, quizá era cobardía, quizá realmente no iba a poder hacerlo si no tenía el deseo sincero de querer matarlo, quizá el sentimiento de decepcionar a Hermione lo abrumaba, cual fuera el caso, algo estaba claro, de ningún modo lo haría él directamente, había pasado ya más de una hora que la estaba esperando, se acabó su paciencia y bajó para buscarla, al llegar a uno de los pasillos cercanos a la sala de Gryffindor, observó a Harry y a Ginny subiendo las escaleras y se ocultó
-¿Entonces no le preguntaste a Hermione?- quiso saber Harry mientras ambos sabían sin prisa
-Ya te lo dije, ella no está saliendo con nadie, vé el modo en que se preocupó por Ron, se quedó a cuidarlo en la enfermería, es lógico que de quien en verdad está enamorada, es de él- replicó Ginny intentando convencerlo, Draco no daba crédito a las palabras de la pelirroja, Hermione había cambiando la cita que tenía con él por ir a cuidar a Ron
-Espero que Ron salga pronto- inquirió Potter esperanzado
-Madame Poppy dijo que estaría al menos un par de días más, tuvo suerte de quedar vivo, por lo que sé, ese veneno es muy peligroso- replicó Weasley -¿No te parece raro que el profesor Slughorn planeaba regalar esa botella al profesor Dumbledore?-
-Si, pero Dumbledore no parecía sorprendido- Mencionó pensativo mientras los dos entraban a la sala
El rubio no sabía cuál noticia era peor, si la de su novia o que su plan no había resultado a su favor, sintiendo impotencia, se dirigió al baño más cercano, ahogó un lamento y empezó a sollozar en silencio mientras se reclinaba sobre la puerta de uno de los cubículos del baño y se deslizaba de espaldas para sentarse en el suelo, cubriéndose la cara, no estaba seguro de qué le dolía más, la decisión de Hermione de dejarlo y preferir a sus amigos o que su vida estaba en riesgo al nuevamente no poder cumplir con su misión, se puso de pie, de pronto una horrible sensación lo invadió, corrió al cubículo y devolvió el estómago, al salir del cubículo, otra persona salía del cubículo de junto, Blaise, el rubio se enjuagó la boca y el rostro intentando ignorar al moreno, éste solo le miró de soslayo y se lavó las manos para luego dejar un pañuelo limpio cerca de donde Malfoy se encontraba, Blaise se giró para salir
-Blaise- mencionó el rubio y el moreno se paró en seco sin darse vuelta -Lo siento- expresó y empezó a sollozar de nuevo, el Slytherin regresó y se limitó a tomarlo del hombro, Draco tenía claro que la única perona que se acercaba más a poder llamarle "amigo" era Zabini y había obrado mal al alejarse de él
-Lamento que las cosas no resultáran con ella y sé que no te gusta que te lo diga, pero debes centrarte en tu objetivo y olvidarte de Granger de una vez por todas, eso es lo que se espera de ti, Draco- el rubio tomó el pañuelo y se limpió el rostro con frustración sin decir nada ante el comentario del chico, por una parte tenía razón pero el corazón del muchacho le dictaba todo lo contrario, quería salir corriendo a buscarla y pedirle una explicación, convencerla de quedarse con él, en el peor de los casos obligarla a huir juntos y llevársela por la fuerza a donde fuera pero lejos de ahí, a sabiendas de que al secuestrarla solo provocaría que la chica lo odiara por el resto de su vida pero al menos estarían juntos - Si necesitas algo, puedes contar conmigo-
Le recordó, el rubio sólo se limitó a asentir con una media sonrisa, el moreno dió media vuelta y empezó a caminar -Por cierto, deberías ir a la enfermería, te ves fatal, si no estás enfermo, talvez estás embarazado- bromeó sin detenerse a su paso, el Slytherin sonrió pero después, su rostro se quedó serio al recordar lo que había soñado la noche anterior y sintió ganas de vomitar otra vez.
En su sueño, Hermione estaba embarazada y estaba dando a luz, él estaba más que contento pero al tomar al niño entre sus brazos notó algo extraño en su pequeño brazo izquierdo, la marca tenebrosa, como si el pequeño estuviera condenado a continuar con un legado, al igual que él, se pasó la mano por la frente y entre cerró los ojos tratando de dejar ese recuerdo de lado.
El muchacho no estaba dispuesto a ser humillado de esa forma por la castaña, por lo que salió en ese instante rumbo a la enfermería para reclamar, al llegar, la chica sintió un vuelco en el estómago al verle, olvidó por completo que habían quedado de verse
-Por lo que veo ya tomaste una decisión- expresó enojado
-Draco, vamos a hablar afuera, le acaban de dar una poción o Ron y esta durmiendo- habló en voz baja
-Me importa una mierda la comadreja, por mi se puede morir en éste instante- alzó la voz, afortunadamente Ron estaba profundamente dormido
-¡Draco, ya basta, por favor, vamos afuera!- lo tomó del brazo y el rubio se soltó de malas, caminaron juntos por el pasillo y llegaron a un sitio poco transitado -Antes de que comiences, todo tiene una explicación si estas dispuesto a escucharla te la daré sino, no pienso estarte rogando y tampoco voy a tolerar tus gritos y humillaciones- le hizo saber
-No es necesario, para mi tu decisión fue clara, elegiste quedarte con ellos- mencionó mirándola con rencor
-Aquí vamos de nuevo- expresó sarcástica rodando los ojos -Sabes qué, no quiero ésto, piensa lo que quieras, cuando tengas ganas de escuchar y no de suponer, hablamos- se giró para volver a la enfermería, Draco la tomó tan bruscamente que le lastimó el brazo -¡Ahhh!- se quejó
-¿A dónde mierdas crees que vas?, de ninguna manera voy a permitir que vayas con él ni con nadie más, te advertí que no volvieras a verlos, ¿Cómo te atreves a llevarme la contraria?- sus ojos parecían desorbitados y hablaba con odio entre dientes, la castaña sintió mucho miedo, desconocía por completo a Draco
-¡Me duele, suéltame me haces daño, Draco ya basta!- exigía queriendo soltarse
-¿Y crees que tú no me lastimas a mi con tus acciones?- su labio inferior temblaba de ira
-¿Crees que no me doy cuenta de lo que haces conmigo?- expresó perdiendo la paciencia mientras se soltaba rápidamente -Sé perfectamente que me manipulas a tu antojo, empiezo a pensar que la verdadera razón de nuestros problemas son tus celos absurdos y tus inseguridades y no mis amigos, siento que nunca me haz querido como dices- le alzó la voz
-¿Si?, pues si eso es lo que piensas talvez deberíamos dejarnos de una puta vez, así ya no tendría que soportar tus dramas, me tienes cansado de que quieras causar lástima todo el tiempo, tus llantos y tus estúpidas dudas me abruman- mencionó muy molesto imitando el volumen de voz de la chica
-Talvez tengas razón y eso sea lo mejor- respondió de malas, cruzando los brazos, Draco le miró sorprendido, ella realmente parecía segura de sus palabras pero no daría marcha atrás al rogarle, hizo una breve pausa y habló más tranquilo
-Si eso deseas, entonces, ya no tengo nada más que hacer aquí- inquirió resignado con un cierto atisbo de tristeza en la voz, el rostro de Hermione cambió al escuchar sus palabras, sentía un gran arrepentimiento en lo que había dicho pero si daba su brazo a torcer, quedaría de nuevo a merced del rubio
-Bien, adiós- mencionó cortante desviando la mirada, el Slytherin solo la observó un momento y emprendió su camino lejos de donde se encontraban.
Ella volvió a entrar a la enfermería y se sentó junto a Ron sobre la camilla, analizando lo que había ocurrido hace unos instantes, su corazón latía con fuerza y sus manos temblaban al ponerlas sobre la mano de Ron, quien seguía sumido en el sueño profundo, no quería llorar, realmente no quería hacerlo, pero no podía evitar que las lágrimas inundarán su rostro y el maldito nudo en su garganta no le permitía tragar saliva, se limpiaba las mejillas con furia, intentaba calmarse, sentía la mano de su amigo, era cálida pero no del mismo modo que la de Draco, observaba a Ron, cada una de sus pecas, su nariz, sus cejas y pestañas que hacían juego con el color de su rojo cabello, eran muy curiosos y lindos los detalles de su rostro sin embargo ni todo eso o la calidez de su mano la hacían estremecer como lo hacía el blonde, entendió entonces que su lugar no correspondía ahí sino con él, se puso de pie de inmediato y corrió fuera de la enfermería, pero se detuvo en seco al ver que Malfoy corría de vuelta hacia ella, el chico se detuvo rápidamente también, se miraron fijamente un instante y como si se tratara de imánes, al segundo cortaron ambos la poca distancia que había entre ellos y se besaron con desesperado frenesí.
Entraron de nuevo a la enfermería sin soltarse, se recostaron sobre la misma camilla en la que se habían entregado por primera vez en cuarto año, no les importó que alguien pudiera entrar y verlos, ni siquiera que Ron se encontraba dormido a un par de camillas de ellos, Draco le sacó el suéter de encima a la castaña y arrancó la blusa, luego el sostén de la misma forma violenta, a la chica le dió igual, su mente le decía que eso estaba extremadamente mal, pero su cuerpo ardía de deseo, sentía que se quemaba, necesitaba consumar esa ardiente y sofocante pasión, el muchacho sin problemas se desabrochó los pantalones, colocó a la chica encima de él y se dejó llevar por lo que le dictaba su cuerpo, no había forma de evitarlo, todo su ser y su alma la deseaban. La serpiente comenzó a tocar los pechos de la chica, ella colocó sus manos sobre las muñecas del chico mientras se mecía encima de él una y otra vez, hacia adelante y hacia atrás, lenta y placenteramente, luego el jóven acariciaba el cuello de la castaña haciendo un poco de presión que ella gozaba cerrando sus ojos sin parar sus movimientos, el chico bajó sus manos a los muslos de la Gryffindor para agilizar más los movimientos, ella abría su boca reprimiendo los jadeos para no despertar a Ron, mientras Draco la penetraba una y otra vez, él se incorporó sentándose y empezó a succionar los pezones de la chica de forma feroz como si quisiera deborarla por completo, lo cual hacía estallar a Hermione de placer, tomó su varita que estaba al pie de la cama y con un movimiento rápido, recorrió la cortina para tener intimidad y silenció ese pequeño lugar para evitar que sus gemidos perturbaran el sueño de su amigo, el Slytherin jugueteaba con su lengua sobre los pechos de ella y con las yemas de sus dedos apretaba los pezones de una forma tan suculenta que la muchacha no podía evitar gritar, el mordisqueaba sus labios en un salvaje beso, sus lenguas se conectaban entre sí, ella tomaba los cabellos de rubio con sus manos en un puño y tiraba ligeramente de él sintiendo demasiado placer, abrazó a su amado sintiendo su miembro dentro de su vagina y le mordisqueo el hombro, sin poder ignorar el hecho de que su intimidad parecía estarse derritiendo al emanar sus fluidos sobre Draco, terminó dando un gran suspiro, sintiendo en su intimidad un fluido caliente ya que el rubio también había culminado el acto, ella estaba tan concentrada en lo suyo que no escuchó el momento en que él le gimió en el oído, sus cuerpos estaban sudorosos y exhaustos, se mantuvieron abrazados mientras recuperaban el aliento y luego se miraron fijamente aún estando en la misma posición, el chico observó el rostro de ella y le sonrió tiernamente, acariciando sus mejillas, la besó dulcemente, la miró de nuevo a los ojos y luego le susurró al oído
-Considera ésto nuestra despedida- volvió a observarla y la apartó de encima suyo tranquilamente, ella lo miró con el rostro inexpresivo, viendo como él se vestía de nuevo, recorrió la cortina y salió del lugar sin nisiquiera darle una última mirada o palabra, se limitó a vestirse en silencio y observó a Ron desde su lugar para después salir también del sitio, no tenía más deseos de llorar, casi se podría decir que ella presentía que eso iba a pasar en cuanto terminaran su momento íntimo su corazón ya estaba acostumbrado a ser fracturado.
Draco lloraba de nuevo mientras caminaba lo más lejos y rápido que podía de la enfermería, era obvio que no quería decirle eso a quien consideraba el amor de su vida, pero, ¿Qué más podría hacer?, no había forma de que tuvieran un futuro juntos, sus vidas eran muy distintas, estaban destinados a no pertenecerse, dolía, dolía como si el alma le fuera arrebatada, como si el aire le faltara, se arrepentía de haberla conocido, de que sus caminos hubieran coincidido, habría preferido jamás saber de ella que tenerla y después perderla, luego se contradecían sus pensamientos, por ningún motivo cambiaría cada instante que pasó a su lado, todo había valido la pena, fueron los momentos más hermosos y felices de su existencia hasta ahora y estaba seguro que serían los únicos bellos momentos que viviría por el resto de su vida.
Unos días pasaron, no se habían vuelto a ver o a hablar desde entonces, no estaban del todo seguros de si eso era algo bueno o malo, una tarde, Hermione se encontraba leyendo un libro sobre la mesa de Gryffindor en el gran comedor, tenía dificultades para concentrarse en su lectura, su mente era un caos, aunado a una ligera lluvia de nieve que empapaba su libro y la mesa, se giró para ver de que se trataba y observó a Ron sentado junto a ella con una cara de preocupación mientras sujetaba su propia varita con fuerza.
-¡Basta Ron, provocas nieve- le reprendió, el muchacho parecía no haberse percatado de la incomodidad generada a sus amigos, bajó su varita y con una voz torpe y confusa cuestionó
-Cuéntame otra vez como fue que terminé con Lavender- quiso saber, Harry, quién estaba sentado frente a ella intercambió una mirada rápida con su amiga, ésta titubeó al tratar de explicarle
-Bueno... ella te fue a ver al hospital y hablaron... no fue una conversación particularmente larga- se encogió de hombros
-La verdad me alegra que hayamos terminado, pero, si ella me dejo, ¿Entonces porqué están tan enojada?- cuestionó mirando a la mesa de Ravenclaw en la que la rubia estaba sentada, mirándolo con odio
-Si, se ve enojada- replicó ella -¿Dices que no recuerdas nada de esos día?- preguntó a propósito forzando los recuerdos del pelirrojo
-Bueno, creo recordar algo...- la leona sintió un escalofrío recorrer su cuerpo, si Ron logró verlos o escucharlos en la enfermería sería el fin -Pero es imposible, debe ser mi imaginación- respiró aliviada
-Si, claro, tu imaginación- expresó sin más ante la mirada confusa de Potter, quien sin dar más importancia volvió a su lectura -Harry mira, es Katie- él le volvió a mirar confuso -¡Katie Bell!- le recordó, el moreno se giró para ver al grupo de chicas que pasaba a sus espaldas entrando al comedor, se paró de golpe y se encaminó para hablar con la muchacha, no sin antes llevar consigo su libro de pociones, se hizo un silencio incómodo entre la castaña y Weasley mientras veían como su amigo conversaba con la chica
-¿Quién crees que haya querido hechizar a Katie?- rompió Ronald el tenso momento
-No tengo idea, pero quizá...- volteó a verlo, pero una cabellera rubia que iba entrando por la puerta del gran salón dispersó su mirada de la de Ron para acapararla por completo, su corazón dió un salto, el Slytherin la observó mientras seguía caminando, de pronto sus ojos se cruzaron son la mirada acusadora de Harry y se detuvo en seco, logró ver que hablaba con Katie quien tampoco le quitaba los ojos de encima, comenzó a sentir calor y nerviosismo, se aflojó la corbata y dió media vuelta para salir los más rápido que pudo del lugar, el moreno sin dudar, le siguió el paso, Hermione al notar ésto intentó ponerse de pie y seguirlos, pero alguien se lo impidió
-Hermione, ¿necesito tu ayuda con una tarea de runas antiguas, me podrías ayudar?- preguntó Ginny sonriendo
-Ginny, claro pero debe ser más tarde voy a...-
-Por favor, es para mañana y es bastante complicada, vayamos ahora, ¿Si?- pidió en tono suplicante juntando sus manos sobre su propio pecho
-Está bien- inquirió resignada, la pelirroja la tomó de la mano y salieron juntas del gran comedor rumbo a la sala de Gryffindor, en compañía de Ron, ella dió una última mirada preocupada en dirección a donde vió dirigirse a su amigo y a Draco.
Pasó un rato, terminó de ayudar a Ginny y se incorporó para salir del la sala pero no hubo necesidad de eso, en cuanto se levantó su amigo iba entrando al lugar con su cara más pálida que un papel y su cuerpo temblaba ligeramente
-Harry, ¿Qué pasó?- cuestionó Ron al verlo en ese estado, Ginny y Hermione de inmediato se aproximaron a él y lo ayudaron a sentarse en un sillón cercano, el muchacho se quedó pensativo un momento como si estuviera en shock
-No quise hacerle daño- mencionó con su mirada perdida en el suelo, Granger sintió un vuelco en el estómago, sabía perfectamente a quién se refería
-¿De qué hablas?- quiso saber Ginny
-Malfoy- mencionó cortante, Hermione sintió un mareo al escucharlo, se sentó junto a Harry intentando respirar y guardar la calma
-No estoy entendiendo, trata de calmarte y explícanos lo que sucedió-
-Nos batimos en duelo en los baños del segundo piso y lo herí- Ron y Ginny le miraban sorprendidos con la boca entreabierta e intercambiaron miradas, Hermione le observó con el ceño fruncido su corazón palpitaba con gran alboroto dentro de su pecho
-¿Se encuentra bien, qué le hiciste?- sonaba más a reproche que a pregunta, pero su amigo no se percató al tener el sentimiento de la culpa sobre sí
-No lo sé, Snape entró, quizá lo llevó a la enfermería, no pude quedarme ahí- seguía sin apartar su vista del piso mientras hablaba, la leona no podía creer lo que escuchaba, se sentía muy mal y quería correr al encuentro de su amado pero su orgullo no se lo permitía, estaba preocupada, era lógico, pero el rubio ya había tomado la decisión de estar sin ella y no iba a hacer nada para llevarle la contraria ésta vez, dejaría las cosas tal y como estaban.
-Deshazte del libro, hoy- sugirió Ginny estando en cuclillas ante el moreno, éste solo se limitó a asentir
Al día siguiente por la mañana, Ginny le contó a Hermione que ella y Harry se habían besado en la sala de menesteres, la chica llevaba ya un tiempo que había terminado su noviazgo con Dean y a la castaña le daba gusto verla contenta, no prestó tanta atención a la platica ya que su mente divagaba hacía Draco una y otra vez, no logró conciliar el sueño toda la noche dando vueltas, la invadía la preocupación y el deseo de estar con él.
Draco por otro lado, despertó en la enfermería, la voz de madame Poppy hablándole para darle la poción de la mañana y el desayuno, lo hicieron salir desde la profundidad de su sueño, estaba muy adolorido, quería levantarse, buscar al perro de Potter y matarlo él mismo con sus propias manos, pero más anhelaba ver a su castaña, no dejó de soñar con ella toda la noche, no se sabe si era el efecto de las pociones o si era su deseo más profundo que lo traicionaba
-¿Nadie ha venido?- cuestionó a la mujer mientras ésta le ayudaba a incorporarse un poco para cambiarle los vendajes del abdomen y del pecho
-Sólo ese chico Zabini, pero estabas dormido, se quedó un rato y se fue-
-¿Y ninguna otra persona vino a verme además de él?- ella negó con la cabeza y le extendió la poción, el rubio la bebió entre gestos de asco, la mujer terminó de atenderlo y se alejó, el chico observó la bandeja con el desayuno pero no tenía apetito, por lo cual se limitó a recostarse de nuevo sobre la camilla, se giró de costado y observó la camilla de junto vacía, la misma que había ocupado para consumar su amor en dos ocasiones, el debut y la despedida de su grande y efímera pasión, sintió ganas de llorar, luego se sintió enojado, ¿Porqué mierdas no había ido a verlo aún, es que no le importaba de verdad y todo fueron palabras vacías?, luego se puso a pensar que todo era culpa suya, que si él no hubiera sido tan orgulloso ella seguramente estaría ahí con él, después de nuevo se contradecía, si de verdad lo quisiera estaría ahí, da lo mismo si su relación está bien o no, a cada justificación que le daba, le buscaba una excusa para volverla a inculpar, así estuvo toda la mañana, a medio día, madame Poppy lo reprendió por no haber probado bocado, las pociones que estaba ingiriendo eran muy fuertes y necesitaba alimentarse, comió muy poco y bebió la segunda poción, ésta lo hizo caer de vuelta en el sueño, unos rizos castaños aparecieron de nuevo en su mente, dándole calma y nostalgia a la vez.
La muchacha no logró concentrarse en toda la jornada de clases, subió a la sala de Gryffindor ya que Harry les comentó que tenia pensado un plan para conseguir el recuerdo del profesor Slughorn, lo observó beberse el pequeño frasco de "Felix Felicis" y le recordó
-No lo olvides, Slughorn suele cenar temprano, sale a caminar y regresa a su oficina-
-Si, voy con Hagrid- habló muy seguro
-¿Qué?- cuestionó Ron imitando la acción de Hermione al incorporarse
-¡No, Harry debes buscar a Slughorn!- le reprendió
-Escuchen, sé que suena absurdo, pero tengo una corazonada, como si Hagrid necesitara de mi, ¿Me entienden?- ellos le miraron perplejos un momento
-¡No!- respondieron al unísono
-Descuiden, sé lo que hago... o la poción lo sabe- el muchacho parecía tener la realidad distorsionada, se giró para salir ante la mirada desconcertada de sus amigos
-¿Y ahora qué?- preguntó el pelirrojo
-Hay que esperarlo, sólo espero que dé resultado- mencionó esperanzada
-Bien, veré si puedo convencer a los elfos de darme un postre antes de la cena- se retiró, la jóven rodó los ojos, se sentó en el sofá para disfrutar de un libro, aunque estaba segura que nuevamente, no conseguiría concentrar sus pensamientos en otra cosa que no fuera él.
Draco miraba en la oscuridad de sus ojos los destellantes ojos color avellana de la castaña, no podía evitar soñar que la besaba, que la tocaba, que de nuevo sentía que era suya; en el sueño sintió la suave y delicada mano de su amada tocando su propia mano, la sentía muy real, incluso parecía sentir la tibieza de la misma sobre si, abrió sus ojos y frente a él se encontraban esos preciosos ojos color avellana, el chico pensaba que seguía soñando, tuvo que mirar su mano para observar la delgada mano de Hermione sujetando con fuerza la suya, la leona estaba feliz al verlo despertar y saber que estaba bien, alzó la mano del chico y empezó a besarla de a poquito, dando suaves y tiernos besos sobre los nudillos, los dedos y posteriormente colocar la palma de la mano del muchacho sobre su propia mejilla, mientras las lágrimas se escapaban de sus ojos, él la miró inexpresivo, al limpiar delicadamente las mejillas de la chica y sentir la humedad de su llanto, no logró contenerse y lloró con ella también, la tomó de la nuca y la inclinó hacia él para darle un casto beso en los labios, ella se reclinó de costado sobre su pecho y pasó su brazo con cuidado por encima de su abdomen para no lastimarlo, él la sujetó con fuerza entre sus brazos y le besó la frente.
-Lo siento- se disculpó ella entre el llanto
-No digas nada, por favor, eres todo lo que necesitaba para estar bien- afirmó sin querer soltarla, sin importar lo que se hicieran el uno al otro, el sentimiento mutuo que compartían era imprescindible.
