CAP 4: LA FIESTA
Había pasado una semana desde el incidente en lago, el humor de Naruto antes alegre y jovial ahora era peor que el de un perro rabioso y ni hablar de Hinata, ella que siempre fue dulce y amable no se aguantaba ni a sí misma, era capaz de atacar al primero que le mencionara a su primo. Sin embargo, sólo ellos se encontraban así, sus amigos no comprendían el cambio de actitudes que habían tomado desde aquella misión. En pos de una mejoría en el estado de ánimo de sus amigos, Kiba organizó una fiesta en su casa el fin de semana e invitó a todos los ninjas de su generación.
A la mayoría de los invitados les causaba mucha ilusión la diversión que prometía aquella fiesta en casa del Inuzuka. Menos a cierto rubio que caminaba por las calles de Konoha en un intento por despejar sus pensamientos, si seguía con esos ánimos sólo conseguiría ser un aguafiestas. Avanzando sin un rumbo fijo, llegó hasta el mercado donde vio cómo se vendían varias frutas y verduras, al divisar los tomates tan grandes y jugosos, no pudo evitar que su mente evocara el recuerdo de lo sucedido en la casa del Uchiha. Su recuerdo le trajo un odio más intenso hacia la familia Hyuga, más específicamente contra Neji, pensando en él miró con odio absoluto a los tomates. Como si la fruta fuese la responsable de su mal humor, su mirada parecía de un asesino en serie, y si los tomatitos pudiesen moverse seguro que temblarían.
—Hola, Naruto-kun. ¿Qué haces por aquí? —preguntó educadamente cierta persona bastante suicida, a criterio de las personas que miraban el aura oscura de Naruto.
—¿Qué tienen de buenos? —contestó Uzumaki al saludo de mala manera—. ¿Me podrías explicar Neji?
—¿Por qué de tan mal humor? —cuestionó mientras fruncía el ceño—. ¿Será acaso porque te vencí en el lago?
—¡Ja! Eso no significa nada, yo te vencí en los exámenes chunin siendo un "don nadie" —se jactó con orgullo el rubio—. Ahora soy mucho más poderoso que antes sólo me venciste porque estaba distraído.
—Qué no te dé pena reconocer mi fuerza, estos años de duro entrenamiento me han dado frutos y por eso te vencí —contesto algo burlón el castaño.
—¡Claro que no! Yo estaba distraído —elevó el jinchuriki la voz tratando de convencerlo—. Además, ¿quién no se pondría un poco tonto si ve…?
Y sin terminar la frase, Uzumaki se perdió en el recuerdo de la razón por la que recibió todos los golpes del de ojos blancos sin poder defenderse. Él era un simple hombre mortal, así que ¿cómo ignorar que Uchiha estaba casi sin ropa? Todo mojado, las gotas que se deslizaban por su piel perlándola suavemente, su torso descubierto exhibiendo sus pezones erectos por la fresca brisa, su cabello lacio por la humedad dándole un toque seductor. Él no era de piedra y no podía concentrarse en su pelea teniendo algo tan interesante que admirar. Bueno lo observó unos segundos, porque después vinieron las fantasías de cómo se sentiría penetrarlo mientras nadaban en ese lago. Las ganas de arrojarlo al agua y hacerlo suyo lo traían loco. Por lo tanto, en el razonamiento de Naruto, su contrincante, es decir, Neji no ganó, porque él ni siquiera lo miró durante la pelea. Ante tan erótico recuerdo la sangre del ojiazul se comenzó a concentrar en ciertos lugares no muy apropiados, en sus mejillas algo casi normal, en su nariz algo que ya lo catalogaba como pervertido y en su parte baja no satisfecha.
—¿En qué estarías pensando pervertido? —preguntó Neji en tono bajo pero amenazante para que solo el Uzumaki oyera.
—¿Ehh? —volviendo del mundo de fantasías—. Yo... esto nada que te interese.
—En ese caso me voy, quedé de verme con Sasuke —fue lo último que oyó Naruto antes de que el castaño se desapareciera.
—¡Maldito! Vuelve acá —ordenó el portador del kyubi sin éxito alguno, no le quedó más que ir a desquitarse con los árboles.
Por otro lado, Hinata tampoco la estaba pasando nada bien, y menos cuando sus encuentros con Neji para practicar juntos se hacían tan difíciles. Si ya hasta parecía más fácil encontrar a Tsunade sobria o a Kakashi sin su libro para pervertidos, que a su primo con algo de tiempo para ella. Cada vez que le pedía hacer algo fuera del horario rutinario de entrenamiento él le respondía que había quedado con el Uchiha para hacer quien sabe qué ¿Qué no podía pensar en nadie más que en ese emo vengador? Era lo que constantemente se cuestionaba así misma, sin hallar una razón lo suficientemente válida como para separarlos y tener algo de tiempo con su primo.
El fin de semana en la fiesta de Kiba, todos se veían alegres, a excepción de los que deberían. La de ojos perla veía con mala cara desde la distancia como su primo y el heredero del Sharingan, hablaban animadamente entre ellos sin prestarle atención a nada más que ellos mismos. Kiba se acercó a ella preocupado de lo que le estuviera pasando últimamente para tener esos ánimos, al percatarse de ello decidió que era buen momento para hablarle.
—¿Sabes? Nunca pensé que él —señaló a Neji—. Dejaría de amarte —dijo Kiba.
—¿Eh? ¿Qué dices Kiba? ¿Neji amarme a mí? —preguntó confundida.
—Bueno puede que no sea muy demostrativo con sus sentimientos, pero todos nos dábamos cuenta de lo que sentía por ti, por la manera tan distinta en la que se comportaba contigo. Pero bueno supongo que como tú amas a Naruto él decidió buscar a otra persona a quien amar —explicó Inuzuka.
Luego de decir esto siguió atendiendo la fiesta como buen anfitrión que era, pero lo dicho por Kiba hizo reflexionar seriamente a Hinata. ¿En serio Neji la amaba? ¿Estaba renunciando a ella por el Uchiha? No podía ser cierto eso ¿verdad?
—¡Chicos! ¿Por qué no jugamos poker poder? —gritó a todo pulmón la kunoichi de las armas.
—Tenten, ¿no crees que estamos bastante grandecitos para ese tipo de juego? —preguntó Kiba pensando que un juego de cartas sería muy aburrido.
Mientras se dirigía para decirle al DJ que bajara la música para hablar sin tener que gritar. Le pidió que pusiera temas lentos para preparar el ambiente y decidir a qué otra cosa podría jugar. Al girar se dio cuenta que Ten Ten ya tenía a la mayoría de los jóvenes sentados en una mesa preparando las cartas con gran entusiasmo. Sabiendo de antemano que había perdido en esa pasada, se acercó para participar del juego.
—Yo no quiero jugar, siempre que lo hago terminó en estado lamentable cuando juego contigo, Ten Ten —señaló su compañero de equipo de grandes cejas—. La flor de mi juventud se hace vieja contigo —acusó Rock lee mientras señalaba acusadoramente a su compañera mientras lo decía.
—Si no quieres que te corte tu florcita participarás y le dirás a todos lo divertido que es jugar conmigo. ¿Oíste? —preguntó con un aura amenazante y una lanza en la mano.
—Sí, sí, sí —repitió rápido temiendo por su vida y moviendo la cabeza afirmando lo dicho. Aunque, ¿1uién no lo haría si tienes una lanza apuntando directamente a la yugular?
Todos estaban muy entusiasmados, mientras Ten Ten le enseñaba las reglas a Sasuke, quien era el único que jamás había jugado.
—El juego consiste que el ganador decide un castigo al que saque la peor mano. Y si el perdedor no quiere tendrá solamente que pagar y el pago es un beso en los labios a el ganador.
El juego entusiasmó a casi todos los jugadores, menos a un par que hace días que ni ellos mismo se soportan, pero que decidieron que sus amigos no tenían la culpa de los problemas que tuvieran ellos con ciertos ninjas.
El primer juego fue ganado por Ten Ten quien tenía la esperanza de hacer perder a Neji y tratar de robarle un beso y tal vez así enamorarlo, aunque tampoco era una ingenua y no se hacía demasiadas ilusiones. ¿Quién podría competir con Sasuke? Hasta Hinata que era el centro de la vida de Neji perdió dicho lugar. Ella no era tonta y sabía que Naruto estaba así porque Sasuke estaba con Neji y Hinata a parte de perder a Naruto también perdió el amor que sentía su primo por ella, ese Uchiha robaba corazones tanto del lado femenino como masculino.
Estaba tan metida en sus pensamientos que no se percató que al que tenía que darle un castigo era a Lee, pero como no quería un beso de él, lo castigó haciendo que baile sensualmente, si es que se le podía llamar. Bueno no se podía negar que Lee lo intentó, pero quien puede verse sensual en ese atuendo de entero verde que tanto amaba. Se asemejaba más a un alga marina en el agua, que más que excitación provocó risa por verlo como ingrediente del sushi.
La segunda ronda fue ganada por Sasuke y decidió castigar a Naruto con algo que fuera fácil para el rubio, no quería tener problemas con la pareja de él, ya tuvieron bastante con lo que pasó en el lago, aún estaba furioso por la bofetada de esa mujer, pero no quería provocar más peleas. Le dio un castigo muy fácil… sólo tenía que decirles a todos que él, Sasuke Uchiha era el mejor ninja de su generación. Pero como todos sabemos el Uzumaki es impredecible y como era tan conocido por sorprender a la gente, hizo algo que nadie esperaba, no acepto el castigo sabiendo con que tendría que pagar.
—Naruto… sólo reconoce que soy el mejor, está tu novia y dudo que le guste verte besando a un hombre y menos a mí. —Intentó Uchiha por todos los medios impedir el beso, pero un juego es un juego y él eligió mal, así que sólo tenía que afrontar las consecuencias.
—¿A qué le temes, Sasuke? —preguntó el rubio susurrándole de forma sensual, mientras rozaba la cadera del azabache con las yemas de sus dedos apretándolas con fuerza atrayendo al pelinegro a su cuerpo—. Eres mío Sasuke y eso no lo olvides, y pienso reclamarte en estos momentos.
Sentir estremecer al Uchiha lo excitó de una manera animal, al separar su rostro del pelo del azabache y mirarlo a los ojos todo desapareció a su alrededor, sólo estaba él y SU Uchiha porque eso era… era suyo y no pensaba cederle ni un centímetro más al Hyuga ese. Abrazándolo posesivamente y tomando esos labios como si de ello dependiera su vida. El beso empezó brusco y muy salvaje sacándole a Sasuke un gemido de protesta por lo bruto, pero al pasar los minutos el beso se transformó en uno más apasionado, pero a la vez el de ojos noche podía sentir el anhelo y dulzura de su amigo. Naruto estaba en el mismo paraíso, jamás pensó que Sasuke tuviera unos labios tan suaves y dulces. Quería más… mucho más, lo quería todo. Sus manos empezaron a recorrer con ansias el cuerpo de Sasuke, bajando hasta tomar al Uchiha de las nalgas y apegarlo más a su cuerpo para que sintiera lo excitado que estaba, sacando un gemido de los dos.
—Naruto —gritó furiosa Haruno—. ¡Eres un pervertido! Suelta al pobre Sasuke-kun ya estás azul por falta de oxígeno —ordenó Sakura que estaba más roja que un tomate al ver tan caliente escena. Y después de esa demostración nada sana para la salud mental el juego siguió.
En la siguiente partida ganó Shino y para que bajara un poco la temperatura le pidió a Kiba que bailara el baile del perrito y su amigo al comprender cuál era el motivo hizo un baile que hasta Lee encontró ridículo. Y si alguien que no se avergonzaba de copiar las poses de Gai sensei lo consideraba ridículo, era porque de verdad que lo era. Así pasaron muchas partidas hasta que ganó Hinata y perdió Neji. Así que la joven Hyuga retó a su primo a bailar sensual para ella, era un poco descabellado, pero si Naruto besó así al Uchiha ¿por qué ella no podía tener un poco de entretenimiento? Neji aceptó, le pareció un poco extraño, pero un reto es un reto y él jamás retrocedía. Aparte de él todos estaban con la boca abierta por el pedido de Hinata.
Ella se levantó y se alejó para que Neji sólo se fijara y le bailara a ella, cada movimiento que hacía el castaño hacia subir más la temperatura de Hinata, por momentos se arrepentía haberle puesto ese reto. Algunas de las presentes ya tomaban nota mental, si algún día se casaban en su fiesta de solteras llamarían al de ojos blancos para stripper. En ese momento Neji empezó a acercarse más al cuerpo de su prima moviendo su cuerpo de forma tan exquisitamente sensual que la mujer no pudo más.
—A la mierda todo… tú te lo has buscado —gritó Hinata y se tiró, literalmente hablando, sobre su primo y lo besó de manera salvaje importándole un carajo que supuestamente el amor de su vida la viera convertida toda una fiera caliente por otro hombre.
De no ser por Ten Ten que enferma de celos tomó a la mujer y la tiró lejos de Neji, es muy probable que el pobre fuera desnudado allí mismo.
—Hinata parece que por el alcohol se te fue la cabeza es mejor que paremos el juego o podría pasar algo que no podremos detener —dijo Kiba y la fiesta se dio por terminada.
Hinata vio como Neji se acercaba al menor de los Uchiha, lo tomaba de la cintura y ambos salían a juntos de la casa de Kiba. Se quedó un momento mirando por donde la pareja salió. Una vez que los perdió de vista decidió que era buen momento para retirarse de aquella fiesta. Otra vez aquel molesto dolor en la zona del corazón aparecía sin permiso ni razón, logró ahogar el nudo en su garganta y se llevó a su novio fuera de ahí. Fueron al departamento del rubio, allí el ojiazul se recostó en el sofá sin energía para nada más que pensar y repensar una y otra vez en aquel beso que le dio al Uchiha. Mientras su novia se sentaba cerca de la ventana, recibiendo la fresca brisa de la noche, preguntándole a aquel astro menguante de plateado resplandor que era ese dolor tan indescriptible que sentía al ver a su primo con el azabache.
CONTINUARÁ….
