BELLA OBSESIÓN
Por Light of Moon
NOTA DE LA AUTORA: ¡Hola a todos! Después de tantos años, nos volvemos a encontrar en esta historia, en este fandom en el que inicié. Creo que les debo y merecen una explicación de mi parte y ahora la tendrán; es un contexto un poco largo, pero siento la necesidad de contárselos en honor a la paciencia y la fe que le han tenido a este fanfic.
Verán, cuando yo inicié en este mundo de fanfiction yo tenía la edad de 18 años; adulta en algunos países pero la realidad, es que a esa edad sólo eres adulto de nombre, aún eres un adolescente pretendiendo crecer. El ship que me trajo finalmente a fanfiction fue este, empezando a leer en esta plataforma, fotolog, y mil y un cosas que ya no se usan, incluso tenía otra cuenta aquí, pero no fue hasta el año de 2015 que me hice otra y me animé a publicar por primera vez; entre ellas "Bella Obsesión".
Para los que han seguido mis escritos de cerca, sabrán que en este tiempo y casi diez años de estar activa en la plataforma me dediqué de lleno al fandom de Resident Evil, alternando con otros fandoms como Assassins Creed, Hey Arnold, God of War y recientemente en The Legend of Zelda. Aunque no es justificación, debo decir que fue en el fandom de Resident Evil en donde me sentí un poco más acogida y fue por ello que me quedé más tiempo allí, sin embargo, aún conservaba el cariño a este fandom en donde inicié, entonces no podía dejar pendiente esta historia ni mucho menos inconclusa. Como les dije, han pasado casi diez años desde que publiqué mi primera historia y han pasado bastantes cosas en mi vida desde entonces; de ser una estudiante de preparatoria que empezó leyendo fics ya soy una adulta con todo lo que eso implica, pasaron cosas lindas, logros, decepciones, duelos… Por esta última razón, me alejé un par de años de todo esto, porque estaba tratando de entender el nuevo rumbo de mi vida y es por ello que el cambio en mí ha sido brutal. Debo decir que cada que escribo algo, trato de que mi escritura sea lo más honesta posible y últimamente, me ha gustado bastante darle un toque realista y serio a mis escritos, como dije, he madurado y es el nuevo tinte adulto el que intento darle a mis historias, por lo que, este fic que empezó en el cuaderno de una adolescente de dieciocho años, ya no empata con los pensamientos de la persona que soy hoy, siendo esta historia la que sufrirá mayores cambios.
Para un adolescente obviamente es fácil el escribir que una mujer adulta como Chun Li enloquece por un hombre que básicamente está loco pero es endemoniadamente guapo y claro, repasando un poco más, siempre se puede recurrir al recurso de síndrome de Estocolmo para justificar el romance; he de decir que a grandes rasgos, esa era el argumento principal de mi historia que, como repito, ya no hace click en mi cabeza, por lo que he tomado la decisión de hacer una reedición total de esta historia, entregándoles algo totalmente distinto a mi idea original aunque sí tomaré las bases para construirla, tratando de apegarme lo más que pueda a una personalidad real tomando en cuenta el buen juicio de Chun Li y buscándole una explicación a la psicopatía de Vega de manera que este romance tenga sentido y no sea sólo una historia de amor sólo por que sí.
Dicho lo anterior, espero que me entiendan y le den un voto de confianza a la reedición, le pondré mi mejor esfuerzo y un toquecito de lo que he aprendido en estos años, incluyendo una probadita de mi profesión que servirá de mucho aquí.
Agradezco a mis amigas Estella Prim, Nelida Van Neil, Polatrixu, Addie Redfield y CMosser por motivarme a continuar y a seguir adelante con este hobbie.
Sin más, gracias a todas y todos por leer y espero que disfruten mucho este primer episodio del reinicio.
.
.
.
DESCARGO DE RESPONSABILIDAD: LA HISTORIA Y PERSONAJES ORIGINALES PERTENECEN A CAPCOM, SÓLO LAS IDEAS Y TRAMA DE ESTA HISTORIA ME PERTENECEN.
CAPÍTULO 1: LIBERTAD
La sala se encontraba en completo silencio a excepción por el abogado defensor que exponía sus alegatos al juez. Ella se encontraba sentada al lado de su asesora jurídica y el fiscal del Estado que escuchaban atentos a lo que el litigante tenía por decir. Permanecía con las manos cerradas en puño, apretándolas por lo bajo del escritorio, tratando de no tener un ataque de ira y permanecer en silencio ya que, su señoría le había llamado la atención en dos ocasiones por haber interrumpido la audiencia cuando no tenía el permiso de hablar y ya la oficial de policía se encontraba a su costado, esperando la orden de la autoridad para sacarla de la sala en caso de una tercera irrupción.
Volteó a mirar al lado opuesto en donde se encontraba el imputado que mantenía la cabeza gacha y escuchaba con atención los argumentos de su abogado, mientras sostenía un rosario en las manos y se aferraba a él con fuerza.
"Maldito hipócrita" pensó ella cuestionando el objeto de su fe porque para ella, así pasaran cien vidas, él seguiría siendo para siempre un criminal.
El hombre al que se refería apenas y era una sombra del sujeto con el que coincidió en este mismo lugar hace tres años; corpulento, melena dorada y larga, trenzada cayendo por su costado izquierdo vistiendo un traje Armani y con una actitud aún más soberbia y pulcra que su atuendo. Ahora de ese hombre quedaba poco y nada; debido a la crudeza de la vida en la cárcel, pese a mantenerse corpulento, se notaba que había perdido mucho peso lo cual lo hacía dar la apariencia visual de mayor estatura, de la larga cabellera dorada debido a la disciplina casi militar de la prisión, apenas quedaban vestigios de un par de mechones rebeldes que le caían en la frente y una melena corta que apenas le rozaba los hombros, la cual llevaba amarrada en una coleta sencilla finalizando el atuendo con el uniforme típico que usaban las personas privadas de la libertad, consistente en un chándal de color naranja chillón y tenis ligeros de color blanco. En cuanto a su rostro, este se veía ensombrecido y en las facciones finas, estas se habían endurecido debido al paso del tiempo y una cicatriz vertical que comenzaba en el nacimiento de la ceja y abarcaba una buena parte de su mejilla, producto de un corte que posiblemente en su momento, se había derivado de una pelea; no obstante, pese a su aspecto desmejorado, no dejaba de ser un hombre insoportablemente atractivo.
—Es así, su Señoría, que solicito se reconsidere la condena por demás injusta, para mi cliente; toda vez, que no existen evidencias suficientes para acreditar su culpabilidad por el delito de homicidio doloso en contra de Dorai Xiang, pidiendo respetuosamente su liberación inmediata, ya que ha estado compurgando una condena por un delito del cual no se tiene la certeza que cometió.
Al escuchar la petición del abogado defensor ella sintió como un escalofrió le recorrió toda la espina dorsal. No, simplemente no podía ser. Volteó a mirar con ojos incrédulos a su asesora jurídica; sin embargo, fue el fiscal quien se puso de pie, ante el murmullo de todos los presentes.
—Objeción, su Señoría. —Dijo el Fiscal tomando la palabra mientras el juez le concedía hablar con un asentimiento. —La Fiscalía considera que la sentencia firme dictada hace tres años en contra del acusado no debe ser puesta a ninguna objeción; ya que la condena no sólo se derivó del homicidio doloso del fallecido agente de Interpol Dorai Xiang, sino también de las siete víctimas de homicidio que fueron atribuibles al hoy imputado, sin considerar que aún se está en procedimiento de investigación el posible homicidio de otras ocho personas que podrían ser atribuibles al mismo, cuando trabajaba bajo las órdenes de la extinta organización criminal Shadaloo.
El abogado defensor que yacía sentado al lado del hombre que estaba privado de la libertad levantó la mano para hablar y el juez le concedió la palabra.
—Solicito a su Señoría, que tome a consideración las probanzas que fueron exhibidas en favor de mi defendido y que están bajo consignación de este juzgado. Al valorarlas, podrá notar señor Juez que, en las pruebas periciales hechas por nuestros peritos y los profesionales asignados por la autoridad judicial, son coincidentes en que los presuntos crímenes que mi representado cometió cuando trabajaba con Shadaloo no los realizó de manera consciente; toda vez que el líder de dicha organización criminal lo obligó a trabajar para él en contra de su voluntad mediante el dispositivo de control mental que había sido incrustado en sus terminales nerviosas, diezmando su voluntad y su capacidad de raciocinio. Por lo tanto, su Señoría, solicito que mi cliente no sea considerado un victimario, sino una víctima más de la organización criminal Shadaloo.
La mujer sonrió sarcásticamente, no podía creer lo que sus oídos escuchaban; era absurdo, irrisorio, un escupitajo a la justicia.
—¿Tiene algo que decir la asesora jurídica? —Preguntó la máxima autoridad en el juicio.
—Manifiesto, señor Juez, que no se debe negociar la puesta en libertad del imputado, ya que de la misma forma, no se encuentra bajo las condiciones idóneas para reintegrarse a nuestra sociedad; debido a que en reiteradas ocasiones se comprobaron patologías mentales graves en su persona, lo cual lo vuelve en un elemento peligroso para estar en libertad. —Aseveró la asesora jurídica de la joven.
Sin embargo, el abogado defensor volvió a objetar.
—Dicha afirmación es imprecisa, señor Juez, ya que se comprobó que las afecciones mentales de mi defendido se habían derivado de traumas severos en su infancia que detonaron en conductas asociales debido al control mental antes mencionado. Además, —sacó un grueso expediente que puso en su mesa, —aquí tenemos evidencia suficiente que acredita que mi cliente ha recibido terapia durante todo este tiempo que estuvo recluido en prisión, teniendo una mejora altamente considerable.
Los alegatos encarnizados terminaron y el juez solicitó un receso de una hora para deliberar acerca de revocar o reafirmar la sentencia de cincuenta años de prisión al acusado, dejando a Chun Li sumamente ansiosa en las afueras del juzgado.
—Tranquila. —Dijo Ken Masters poniendo una mano sobre el hombro de la joven. —Tener los nervios de punta no servirá de nada, es mejor esperar el veredicto.
—Ya verás que todo saldrá a nuestro favor, la muerte de Dorai no quedará impune. —Animó Fei Long, quien también estimaba al padre de Chun Li como si fuera el propio.
Guile que también se encontraba allí, sacó un cigarrillo y se apartó para fumar; siendo que él tenía un poco más de nociones jurídicas debido a que había participado en varios juicios militares en los Estados Unidos de Norteamérica, no se mantenía tan optimista como sus otros dos compañeros, ya que sabía que la defensa de su adversario era fuerte y sobretodo, convincente.
El receso terminó y llegó la hora de escuchar la deliberación del juez, tomando todos sus lugares en la sala, Chun Li con su asesora y el fiscal y Fei Long, Ken y Guile entre el público.
En su lugar, permanecía estoico el acusado junto con su abogado defensor, quien se ajustaba la corbata del traje.
—Teniendo a la vista todas las probanzas y la investigación realizada por la Fiscalía del Estado; además de los argumentos vertidos por las partes involucradas. —Explicó el juez con voz solemne. —Se ha deliberado que la sentencia condenatoria emitida tres años atrás en contra del ciudadano Fabio Antonio Vega de la Cerna, en donde se le dictó compurgar una sentencia de cincuenta años de cárcel y una multa por un millón de euros por concepto de reparación del daño, sea revocada por este Tribunal; toda vez, que no se encontraron las probanzas suficientes que pudieran acreditar una conducta delictuosa atribuíble a su persona, concediendo a la defensa la petición de su liberación inmediata, dándose por cerrada la presente audiencia, de conformidad con las leyes penales vigentes en nuestro país, dejando a salvo los derechos de las partes para los efectos legales a que haya lugar, doy fe. —Diciendo esto, el juez dio un golpe con el mallete dando por terminada la audiencia, ante un resultado sin precedentes que había dejado sin aliento a la víctima indirecta.
—¡No, no puede ser, esto no es justo! —Gritó la mujer asiática, golpeando la mesa con los puños y al borde de las lágrimas, mientras el Fiscal apretaba los puños por lo bajo y su abogada trataba de consolarla.
—Vamos a apelar esta decisión, no nos quedaremos de brazos cruzados. —Dijo su asesora jurídica tratando de tranquilizar a su cliente.
—¡No es justo, él era mi padre! ¿Dónde está la justicia para nosotros? —Se lamentó a gritos Chun Li mientras las lágrimas corrían a borbotones de sus ojos, mientras sus amigos se apresuraban a consolarla.
Al otro lado de la sala, el imputado que ahora había sido absuelto de toda culpa, no emitió ninguna emoción en su rostro, mientras un oficial de policía y su abogado lo escoltaban de regreso a la caseta de vigilancia para realizar todo el trámite de liberación para que Vega pudiera volver a su hogar, sin siquiera voltear a mirar a su contraparte.
Unos minutos más tarde, dispuesto a esperar la liberación de su cliente, el abogado Enrique Cardozo salió a las afueras del juzgado en donde ya se había aglomerado un tumulto de gente y periodistas que buscaban tener una exclusiva de uno de los casos más mediáticos que habían sacudido a España en los últimos años.
—Licenciado Cardozo. —Llamó una reportera al litigante. —¿Es cierto que consiguió la liberación inmediata del famoso torero Fabio Vega de la Cerna?
—Yo no conseguí ninguna liberación. —Explicó el abogado con modestia. —Simplemente se demostró ante el juez que mi representado no había cometido ningún crimen y que estaba compurgando una pena injusta.
—¿Considera que había sido injusta la condena anterior de su representado? —Preguntó otro.
—Totalmente, él es inocente y merece recobrar su vida anterior.
Sin embargo, pese a su libertad recién deliberada, Vega ya no podía recordar su vida tal y como la conocía.
.
.
.
SIGUIENTE CAPÍTULO: TORMENTO
