¡Saludos, queridos lectores!

Lamento mucho no haber podido actualizar el día de ayer, y de hecho, estuve a punto de no poder hacerlo el día de hoy. Sin embargo, estaré subiendo los temas de ayer, hoy y si me da tiempo, los de mañana para poder tener una poca de ventaja, y quizá, una especie de compensación.

El resto del mes es posible que tenga otros días en que me atrase, pero como ya les mencioné en algunos capítulos del mes, cuando no pueda actualizar durante la semana, lo estaré haciendo el fin de semana n.n

Quiero comentarles que por las prisas, no pude hacer revisión de este capítulo, así que una disculpa de antemano si ven más errores de los usuales.

Antes de dejarlos leer el siguiente capítulo, que estoy segura que muchas personas estaban esperando, pues se trata de la plática que Sasuke tuvo con Karin, les informo que este capítulo, y parte de la historia, corresponden al Día 12: Universidad 2 del SasuKarin Month Junio 2024


Karin estaba ahogada en deudas y con un trabajo que, además de no ser tan bien remunerado, aún no empezaba y no podía ni imaginarse de cómo estaría de no ser que Juugo y Suigetsu la habían ayudado con algo de dinero. Sin embargo, su situación financiera jamás había estado tan terrible ni cuando estaba en la universidad debiendo el préstamo en el banco con el que pagó su colegiatura.

Lo peor de todo, era que su situación ni siquiera había sido por meter la pata en el trabajo o una mala planeación de gastos, sino por culpa de un tipo de mierda con el que estuvo saliendo. Este imbécil no sólo le robó su investigación más grande, sino que ahora, tras el escándalo que se montó cuando ella quiso defenderse, su reputación quedó manchada y le era difícil encontrar trabajo en su área.

Había que decir que a Karin no le daba miedo ensuciarse las manos. Ya había hecho todo tipo de trabajos para sobrevivir y claro que la ponía furiosa el hecho de tener que volver a esa vida después de todos sus esfuerzos por superarse, pero las deudas que tenía no iban a esperarla, los intereses seguirían creciendo cada que tardara en pagar y en la desesperación, decidió entrar a trabajar en un "servicio de citas especiales".

Aquél negocio era la nueva rama de trabajo que Konoha había inaugurado cuando legalizaron la prostitución y Karin jamás habría puesto un pie ahí, de no ser que estaba a punto de quedarse sin un techo sobre su cabeza. Además, ya llevaba tres días sin comer.

Por supuesto, ella no quería tener que pensar en tener sexo con un hombre extraño, feo, anciano o quién sabe qué tipos de pervertidos usaban esos lugares, así que para salvaguardar lo último que le quedaba de dignidad, se unió a una línea de trabajo de la agencia, ligeramente diferente. Es decir, la agencia "El jardín de las flores", ofrecía tres tipos de servicio.

El primero, se trataba de simples acompañantes. Lo único que había que hacer era verse deslumbrante y hacer quedar bien al cliente frente a amigos y familiares en fiestas, ceremonias, reuniones y demás. Los precios eran moderados y se elevaban según el tiempo que se solicitara a la acompañante y los clientes podían dar propinas según el cómo se sintieran satisfechos con el servicio, pero Karin ya no era apta para esta modalidad porque la mayoría de las mujeres que eran solicitadas para este servicio, tenían, cuanto mucho, veinticinco años.

La segunda línea de trabajo, era la prostitución tal cual como era y aquí, aunque se solía solicitar a mujeres jóvenes, había una gran cantidad de variedad de mujeres con características diversas y ciertamente todas tenían clientes. Los precios eran bastante elevados y había variaciones con respecto al tiempo, solicitudes especiales del cliente y por extras, que se refería a "prácticas inusuales".

Por último, estaba la línea de trabajo a la que llamaban "Never alone", que podría decirse que era una categoría intermedia entre ser acompañante y prostituta. Este servicio, estaba más bien pensado en hombres que querían compañía en privado y podían llegar a algo más íntimo, pero la única condición era que estaba estrictamente prohibida cualquier tipo de penetración. Los precios eran casi tan altos como las cuotas de las prostitutas, especialmente porque la solicitud de estás acompañantes solían ser por más tiempo, pero eran en cantidad, eran menos solicitadas y porque mayoritariamente su trabajo se trataba de hacerla de un especie de psicóloga coqueta.

Karin optó por ser una de las chicas "Never alone", pues sabía que por su edad, sería complicado tener clientes como acompañante y aunque no le gustara la idea de que un vejete se frotara con su cuerpo, esperaba poder dejar la prostitución como último recurso, algo que estaba a punto de hacer porque no había tenido un solo cliente, pero de repente la llamaron para que fuera a un trabajo.

Por fortuna, en cuanto a lo monetario, el cliente había solicitado ciertas características en su acompañante que no quisieron revelarle, pero que ella cumplía y ya que había sido un pedido con especificaciones, se cobraba más, por tanto la comisión de Karin también sería muy buena y también tendría la oportunidad de ganarse una propina.

Cuando Karin llegó a la dirección que la agencia le dió, tardó un poco en llamar a la puerta, pues le costaba trabajo hacerse a la idea de lo que iba a hacer, pero era eso o vivir en la calle y la verdad, es que sería difícil conservar el trabajo que la universidad le había ofrecido ese semestre si no tenía dónde bañarse y descansar bien.

La única forma en que aquel trabajo no fuera a ser tan malo, sería que le tocara un hombre guapo y encantador, uno que incluso le hiciera sentir el trabajo como una velada agradable y que…

—Despierta, Karin. Los hombres que usan este servicio son todo menos atractivos y encantadores —se dio una cachetada para volver a la realidad y dando un suspiro de resignación, se dispuso a llamar a la puerta.

Mientras esperaba a que abrieran, ella empezó a desear que su cliente fuera sólo un hombre tímido con mala suerte en el amor, así podría lidiar con la situación, pero también pensó que quizá, con la suerte del último año, le tocaría un viejo pervertido.

Karin pensó en todas las posibilidades del tipo de cliente que la había contratado mientras oía los pasos del hombre acercarse a la puerta, pero entre todas las opciones que llegaron a su mente, ninguna fue la que vio ahí.

—¡Mierda! ¿Es una broma? —se le escapó cuando vio a su ex de la universidad.

—¿Karin?

—Dios me odia —bufó la chica dando media vuelta olvidándose de sus deudas.

—¡Espera! —llamó Sasuke y ella se volvió a él por inercia— ¿Qué haces aquí?

La pregunta le recordó a la pelirroja cuál era el motivo de su visita y de su necesidad por trabajar en algo que definitivamente no deseaba hacer y si no fuera porque estaba a punto de ser echada de dónde rentaba, ni siquiera habría regresado frente al azabache. Ahora la pregunta sería si después de ese inesperado encuentro, Sasuke querría pagar el servicio.

—Soy Higanbana, de Él jardín de las flores. Usted debe ser Uchiwa ¿No? —Karin quiso fingir que no se conocían y dio los nombres claves que se daban para mantener las identidades ocultas, aún cuando ambos se conocían— Esta noche yo seré su acompañante, espero ser lo que esperaba.

Durante la presentación, Karin había forzado una sonrisa, prefería fingir que no lo conocía aunque ambos sabían que se conocían mucho más allá de sólo ser compañeros de escuela, pero cuando pronunció la última parte de la presentación, ella no pudo evitar soltar una carcajada, pues estaba segura que lo último que él quería era verla.

—¿De esto trabajas? —preguntó Sasuke confundido.

—¿Aún desea los servicios, señor? —preguntó Karin tratando de regresar a su papel y sin estar muy segura de si podría hacer el trabajo aún con la gran necesidad que tenía.

El hombre la miró y notó que ella estaba dispuesta a irse si no respondía enseguida, así que simplemente le dio el paso dentro de su apartamento y ella entró con esa estúpida sonrisa fingida en la cara.

Al entrar, Karin siguió metida en su papel de acompañante haciendo observaciones superficiales del apartamento para halagar el buen gusto del cliente y hacerlo sentir bien, también lo alabó a él exageradamente con un tono chillón hasta que él la interrumpió.

—¿Podrías dejar de actuar de esa manera?

—¿Cómo señor? Sólo intento ser amable —ella insistió remarcando el tono fingido, pues de antemano, ella siempre supo que esa actitud y ese chillido lo irritaban.

—Si ese es tu servicio, es pésimo —comentó Sasuke en un tono serio, pero que Karin pudo reconocer que él lo había dicho a modo de broma.

Sasuke no era de los que bromeaban, especialmente cuando se trataba de negocios, y estaba segura que eso incluía ese tipo de negocio, así que pensó que quizá había malinterpretado su tono. Es decir, en el pasado, no había nadie que entendiera mejor el estado de ánimo del azabache que ella, pero quizá, con los años, había perdido práctica.

—En la agencia no fueron muy específicos sobre el tipo de comportamiento que el cliente esperaba —respondió Karin ya en su habitual tono de voz. Aunque cobraran mucho por las especificaciones, la agencia no era muy clara con sus trabajadoras— ¿Qué papel le gustaría que actuara para usted está noche, señor Uchiwa?

El hombre esbozó una sonrisa imperceptible cuando ella le hizo burla del pseudónimo que escogió y es que en realidad no le interesaba demasiado ocultar su identidad y sólo había dicho la variante de su apellido.

—No quiero que actúes. Sé tú misma —pidió el azabache sentándose en uno de los sillones de la sala y con un ademán, la invitó a hacer lo mismo.

Al principio, Karin no sabía si jugar a coquetearle para cumplir con el trabajo, pero decidió tomarle la palabra de ser ella misma y se sentó en el sillón que estaba de frente a él.

—¿Qué actividades tiene planeadas? Le recuerdo que sólo ha solicitado una hora y el tiempo empezó a correr desde que entré al apartamento.

—Alargaré mi reserva lo que sea necesario —aseguró el azabache.

—Debería preguntar al menos si no tengo otras citas —bufó Karin.

—¿Las tienes?

—N… no lo sé. La agencia toma los pedidos —contestó ella no queriendo decirle que en una semana en la agencia, él era su único cliente.

—¿Quieres un nevada?

—No, gracias, preferiría un vaso de agua por favor —respondió Karin cuando salió de su asombro. Sasuke no era precisamente el mejor anfitrión de la historia y era un logro que le hubiese invitado algo de beber, especialmente que él recordara que le gustaba esa bebida. Ella habría aceptado o pedido algo más fuerte dada la situación, pero con el estómago vacío, no sería la mejor opción.

—¿Agua? —preguntó el chico extrañado.

—Estoy trabajando —se defendió para no tener que decirle la verdad.

Sorprendentemente para Karin, Sasuke no dijo más y fue por su vaso de agua. En cuanto le entregó el vaso, el hombre tomó su celular y en efecto, llamó a la agencia para preguntar por su agenda de esa noche y solicitar tiempo indefinido por ese día.

Cuando el hombre colgó, el estómago de la mujer protestó tan ruidosamente que fue evidente para él que ella tenía hambre.

—No tengo nada. Pediré algo —volvió a tomar su celular y Karin, enrojecida, decidió no decir nada, pues quizá negarse o aceptar se vería sospechoso— No hay muchos lugares abiertos a esta hora —el hombre revisaba la aplicación de delivery— ¿Pizza está bien?

Karin asintió sin mirarlo a los ojos. Cuando él le dijo que alargaría el tiempo en que la solicitó, no pensó que él estuviera hablando en serio, es decir, ella aún no entendía por qué la dejó pasar a su apartamento.

En el pasado, en sus años de universidad, ellos dos salieron. Su relación fue un tanto caótica al principio, pero justamente cuando estuvieron más estables, Sasuke la terminó diciéndole que se había comprometido y que volvería a su ciudad natal. Entonces ¿por qué querría si quiera recibirla en su apartamento? Aún si quería ponerle los cuernos a su esposa, ella seguía siendo la última opción. ¿No?

Al recordar lo del compromiso, Karin miró discretamente la mano izquierda del Uchiha buscando un anillo que no vio, tampoco parecía haber una marca de que hubo alguno y pensando mejor en el estilo del apartamento, parecía más bien el de un hombre soltero.

La mujer sintió una punzada en el corazón al pensar que quizá él sólo dijo todas esas cosas porque se había hartado de ella y así evitaría que ella lo volviera a buscar. Sin embargo, trató de fingir que no le había afectado y se reprochaba por sentirse lastimada después de tantos años.

—Llegarán en treinta minutos —anunció Sasuke cuando terminó con el pedido y volvió al sillón.

—S… sí.

—No creí encontrarte así.

—Yo tampoco —Karin se arregló la voz para tratar de reponerse— ¿Qué actividades le gustaría hacer?

—Hablemos. Cuando te dejé…

—Prefiero no hablar del pasado —ella lo interrumpió. A pesar de los años, ella podía sentir que si tocaban el tema, se derrumbaría enseguida— Eso se quedó atrás.

—Entonces cuéntame cuánto tiempo llevas trabajando en esto.

—Tampoco quiero hablar de eso. ¿Sabes? Se supone que me contrataste para complacerte y sé que a ti no te gusta hablar de ti ni te gusta oír de la vida de los demás, así que sería mejor si me dices qué es lo que querías de contratar este servicio.

—Para decírtelo, tendríamos que hablar del pasado —respondió el azabache, a lo que la pelirroja no supo qué pensar.

Karin no le creyó y pensó que sólo lo decía porque parecía muy insistente con tocar el tema, o quizá, él sólo quería molestarla, así que decidió acorralarlo para hacer a un lado el tema de una vez por todas.

—Si no hubiese llegado yo. ¿Le habrías hablado a esa otra mujer de nuestro pasado?

—No.

—Entonces sólo…

—Dejaré de hablar del pasado si tú prometes dejar de preguntar qué quiero que hagas.

—¿Y qué se supone que haga? Llamaste a la agencia para tener compañía. Usualmente los que llaman son gente que quiere sentirse querida y alabada, así que hablan de lo que esperan de su acompañante, pero tú… bueno, dices que sea yo misma, pero si no fuera porque es trabajo, me habría ido.

—¿Y qué harías si fuera cualquier otro cliente? Uno que no quiere decir lo que quiere.

—Yo… no lo sé. No lo había pensado.

—Soy un cliente y está pasando ahora.

—No está pasando, sólo me quieres poner las cosas difíciles —bufó Karin.

—Eso habría hecho con cualquier otra mujer que se hubiese presentado en tu lugar —aseguró el azabache y la pelirroja le creyó, pues tal como ella lo dijo, a él no le gustaba hablar ni oír a los demás hablar de sus vidas y si hubiese querido sólo sexo, no habría contratado el servicio Never alone.

Eso sí, habría que decir que Karin jamás pensó, dadas esas características del hombre, que él hubiese siquiera pensando en usar un servicio como ese.

Karin soltó un suspiro pesado antes de decidir volver a su papel como acompañante y decidió fingir que no lo conocía.

—En este trabajo siempre hay hombres feos o pervertidos, pero siento que es mi día de suerte —le hablaba con coquetería e incluso, se levantó de donde estaba para sentarse junto a Sasuke inclinándose insinuosa— Hoy disfrutaré mi trabajo como nunca, especialmente con alguien tan guapo como usted —Sasuke tronó la lengua con el ceño fruncido tras lo dicho por la fémina y ella se echó para atrás cruzándose de brazos— Sólo estoy haciendo lo que me pediste. Esto haría con un cliente que no quiere decirme lo que quiere.

—Sigue —ordenó Sasuke y ella no estaba contenta con ello, pero al fin y al cabo, él estaba pagando y ella no podía darse el lujo de perder a su cliente.

Karin soltó un suspiro pesado antes de arreglarse la garganta y volver a inclinarse hacia el hombre tocando su muslo suavemente.

—Espero que usted se sienta igual con mi servicio —coqueteó acercándose al hombre con intenciones de besarlo, pero poco antes de juntar sus labios, el sonido de su estómago perturbó no sólo el silencio entre los dos, sino el ambiente.

Avergonzada, Karin se sonrojó e hizo una pausa en el acercamiento, pero cuando reaccionó y quiso fingir que no había pasado nada, Sasuke, soltó un suspiro pesado.

—Dejemos esto para después de cenar.


¿Cómo irá el servicio de Karin con Sasuke? ¿Sasuke podrá hablar con Karin del pasado para poder justificar sus acciones? ¿Karin le contará a Sasuke el motivo por el que está metida en ese trabajo? ¿Cuál es el otro trabajo que Karin tiene que aún no ha empezado? ¿Qué otras preguntas les han nacido al leer este capítulo?

Me encantará leer sus teorías y dudas en los comentarios n.n

No haré muy largas las introducciones ni las notas finales de los capítulos que estaré subiendo el día de hoy, no sólo para no agobiarlos, sino también para poder apresurarme en subir todo lo necesarios el día de hoy n.n

En caso de que aún no vean historias actualizadas, tengan un poco de paciencia, porque quizá, estoy trabajando en ello, aunque también podría ser la plataforma, ya que a veces, tardan un poco en mostrar las actualizaciones. Sin embargo, si no ven nada además de la historia de los gemelos después de dos días, por favor, avísenme en los comentarios para revisar si no hay algún problema.

Sin más por el momento, me despido por ahora n.n

¡Hasta la próxima actualización!