Habían pasado un par de años desde aquel suceso, Liam ya tenía cinco años, y era un niño feliz y tranquilo. Era una tarde aburrida, Tom jugaba con un coche de juguete, y la señora Baker estaba en el piso de arriba. Liam dejo en paz su dibujo, una gran obra de arte, era un dinosaurio como en los que había visto en las caricaturas. Busco por la mesa de centro, y encontró el control remoto de la televisión, podía verla un rato, así que la prendió sin muchos problemas.

-… y para esta tarde, el clima es de… – Liam cambio de canal – …mírame, rosa, MIRAME!... – volvió a cambiar – sí, ahora tenemos el pastel y… oh!

-jajaja, si! – Liam rio contento, estaba una de sus caricaturas favoritas

Se quedo viendo la televisión, muy contento, y así se pasó el tiempo. Hasta que la sección infantil termino, y Liam se sintió muy triste. Pero empezó un documental, y Liam recordó las palabras de su madre:

-deberías de ver algo más educativo, el canal de novelas, claro, pero llámame cuando lo veas

Liam no sabía que era una telenovela, pero decidió dejar el canal. El documental empezó, y Liam pronto se dio cuenta de que era, sobre animales, lo cual era aún más genial, y espero a que apareciera algún dinosaurio.

-…y continuando con el top de animales más venenosos, está la numero uno, la más temible, la serpiente taípan, esta serpiente… – continuo el narrador, Liam vio absorto las imágenes, y se quedó temblando escuchando la explicación – por eso, los habitantes de Australia tienen mucho cuidado, una de estas serpientes podría estar acechando en la cajonera, o en los zapatos, por eso la serpiente queda como el animal más venenoso del planeta

-entra a las casas?! – Liam salto del sillón

-que pasa, cariño? – la señora Baker bajo las escaleras tranquilamente

-mamá, la serpiente! – Liam apunto a la tele – dicen que es muy venenosa y muy mala, y si está en la casa?

-no hay serpientes en la casa – la señora Baker rio un poco

-pero mamá!

-tranquilo, te aseguro que no hay ninguna – la señora Baker se acercó a Liam y le alboroto un poco el cabello

Liam se quedó pensando en la serpiente todo el día, viendo al techo y a las paredes, podría estar en cualquier parte.

La noche llego, y Liam estaba a oscuras en su habitación, estaba conciliando el sueño, hasta que a su mente llego aquella serpiente. De repente, escucho que algo se arrastraba, escucho que algo crujía y supo que la serpiente había ido por él. Liam se escondió debajo de las sábanas, ahí estaría más seguro, pero algo empezó a crujir en su ventana, eso significaba que la serpiente estaba cerca.

Sintió que algo se deslizaba por la sabana, no lo podía creer, era la serpiente, estaba acabado, pero se le ocurrió algo. Si salía de la cama, y corría hacia sus padres, ellos lo salvarían, una vez había visto a su madre levantar la televisión sin problemas, y su padre estaba hecho de acero, pues una vez uno de sus coches le dio en el pie y él ni siquiera se inmuto. Se preparo y cuando sintió a la serpiente cerca, salto de la cama y corrió a abrir la puerta de su habitación, cuando salió, sintió algo en el pie, era la serpiente que estaba molesta.

-MAMÁ! – grito Liam abriendo de golpe la puerta de la habitación – PAPÁ!

-ay! ¿Hijo, que pasa? – dijo el señor Baker sorprendido, entonces Liam salto a la cama de sus padres

-estaba solo, y llego la serpiente, y me quería morder! – sollozo Liam – y tengo mucho miedo

-hijo, era un sueño – suspiro la señora Baker

-no, era real! – dijo Liam preocupado – puedo dormir aquí?

-hijo, ya estas grande – dijo el señor Baker

-pero la serpiente me quiere morder – sollozo de vuelta – no quiero ir!

-ah, está bien – la señora Baker le hizo un espacio – pero solo esta noche, ¿sí?

-mamá, por la mañana puedes buscarla? – dijo Liam metiéndose a la cama

-claro hijo, yo la saco de ahí – dijo la señora Baker recostándose de nuevo

Liam se acurruco con sus padres, pero se quedó con miedo, aunque sabía que, si estaba con ellos, nada le pasaría, sus padres seguramente serian inmunes al veneno de la serpiente. Aun así, se quedó asustado, la serpiente le haría daño, pensó en ese momento, y lo siguió pensando muchos años después.