Una Sacerdotisa en Twisted Wonderland

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"Se dice que algo tan pequeño como el aleteo de una mariposa, en una última instancia, podría causar un tifón al otro lado del mundo."

- Edward Norton Lorenz.

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Las cosas finalmente podrían ir en el curso correcto. Todo este libre acceso, tantas cosas que por fin Crowley podría hacer sin restricción alguna. Adiós ropa llamativa y ridículamente adornada con glitter, adiós brillantes accesorios innecesarios ya no los iba a necesitar en un largo tiempo. Tambien fuera el bastón... hmm... tal vez el bastón se le puede quedar con él, era muy bonito y sería una pena desecharlo así no más; y esta idea también se tenía que aplicar de igual forma con la máscara.

Crowley sacó uno de los espejos pequeños de su cinturón para ver su reflejo. Si bien era el mismo reflejo que él conocía durante largos años, el hecho de que esta "gran revelación" llegó de manera tan intrépida en su vida le dio todos los motivos suficientes para todavía mantenerla oculta. Desde la forma de los ojos hasta la estructura facial todas eran similares a las de su versión espejo, ¿o su otro yo espiritual? ¿Su homólogo? ¿Doppelganger con otro color? ¿Variante? El punto era obvio el parecido y lo último que quiere darle a su Protegida /Hija de otra dimensión/Polluelo era más dudas existenciales.

¿Se lo imaginan? Que de repente él se enfrentará a su alumna sin la máscara y le diga algo como: "¡Hey! ¿adivina? Tu y yo fuimos padre e hija en otra vida y la evidencia que tengo es que tengo todos los recuerdos de los vivimos juntos y este rostro ¿Te gustaría ser de nuevo mi hija adoptiva, aún si ya fuimos familia en otra dimensión?".

No puede simplemente hacer eso como si nada. Shiori ya pasó por tantos impactos mentales a lo largo de su vida que otro más a la lista podría desembocar un posible estrés agudo. Preferiría mil veces tomar las mejores precauciones posibles para ir despacio que simplemente arrollarla con tanta información como si fuera un camión o una carroza con caballos.

- Ya veré cómo abordar mejor esto. - Sonrió Crowley guardando el espejo.

Después de todo, finalmente iba a tener mucho tiempo para cambiar tantas cosas. Por fin podría volver a probar las comidas picantes que tanto había extrañado debido a la regla de "mantener el carácter del personaje". Las posibilidades eran tantas que ni sabía por dónde empezar.

Ya sea un golpe de suerte el posponer su visita con los siete grandes en el más allá, el punto era que finalmente las cosas empezaran a arreglarse con el tiempo.

F̛̞̃͒̆͝s̶̡̓s̖ŝ̛̮͇̃̂͟ś̶͙͋s_̀ͮsͣ...͕.̤̫̿_ͥ͟.

Pero claro. Incluso un gran momento como este siempre tenía que ser interrumpido por un inconveniente. Uno que no se trataba de algo simple o trivial.

F̛̞̃͒̆͝s̶̡̓s̖ŝ̛̮͇̃̂͟ś̶͙͋s_̀ͮsͣ...͕.̤̫̿_ͥ͟.

Crowley se quedó quieto en su lugar. Una especie de imagen estática había llegado a su mente. Una imagen que por más trataba de cambiarla o ignorar esta insistía en quedarse ¿Qué era eso tanto que su mente le pedía ver?

Al principio era estática, luego el ruido poco a poco se iba difuminando hasta alcanzar la imagen de una persona. Un estudiante en especial que estaba postrado en la cama con una especie de heridas en forma de rasguños.

Los ojos dorados de Crowley se abrieron estupefactos. Por supuesto que en medio de su euforia se había olvidado de los siguientes acontecimientos preocupantes que estaban a punto de suceder luego del VDC, sobre todo a Shiori.

- Tengo que cambiar ese escenario. - Decretó Crowley, indagando más en sus recuerdos para ver más detalles que le pudieran servir.

Pero por mucho que intentaba indagar más, era como si muchos de esos recuerdos estuvieran brumosos y con ruido estático. Como si hubiera algo le impidiea tener acceso a esos recuerdos futuros.

Una maldición se escapó de los labios de Crowley, pero se obtuvo de quedarse allí sin empezar a hacer algo. Primero que nada necesitaba ver con más aclaración el suceso del rasguño, todo partiría desde ese instante y Dire estaba supuesto a cambiar la situación para que Shiori no sufriera daño alguno.

- "No dejaré que nada te haga daño." - Pensó con convicción Diré mientras se levantaba del suelo y se colocaba su máscara oscura que irradiaba sus determinantes ojos dorados.


Capítulo 69:

"El final de Pomefiore"

- Y bueno eso sería el final de la instalación. - Habló un hombre mayor frente al nuevo empleado que acababa de llegar. - ¿Tienes alguna pregunta o duda acerca de tu puesto, Señor... - El hombre revisó una vez más la lista para repetir el raro nombre que le dieron - ...Brourke?

- No se preocupe por la formalidad, puede simplemente llamarme Tyberius. - Respondió sonriente un hombre canoso y de buena contextura, mientras su mirada recorría la sala llena de artefactos históricos recolectados y clasificados a lo largo de los años. Esta instalación los ordenaba desde los más antiguos hasta la actualidad - Decirme señor Brourke me hace recordar mis tiempos como comandante, y prefiero empezar desde cero.

- Ahaha, de acuerdo señor Tyberius. - Comentó el científico entrevistador con una pequeña risa simpática. - Todavía me sorprende mucho el hecho de que un hombre de alto mando como usted cambie de carrera para ser investigador, y más aún en un lugar tan oculto como este. Créame, esto no se compara con nada a lo que va a encontrarse si decide quedarse.

- Tengo mis motivos personales, pero estoy seguro de que esto será muy enriquecedor para todos. - Asintió Bourke, fijando sus ojos en el último artefacto que le mostraron. -Todo quedó muy claro y agradezco mucho el recorrido que me dio por estas oficinas. Estoy listo para acatar sus órdenes.

Para el científico, este hombre era muy carismático y no parecía haber formado parte de las fuerzas armadas. Era abierto, extrovertido en gran medida y con un aire de confianza, el candidato ideal para trabajar sin ningún problema.

- Maravilloso, entonces sígueme por aquí. - Dijo el científico mientras caminaba hacia una puerta que se desplazó a un lado.- Te mostraré por donde vas a empezar.

Antes de salir, Tyberius miró una vez más la nueva adquisición que había llegado a la instalación, el OAE#21062024. Según su jefe, era una especie de artefacto de origen desconocido que parecía pertenecer a la región occidental. Aunque el hallazgo fue un tanto ruidoso y peculiar, todavía quedaba pendiente investigar la función de este artefacto. Si este pequeño objeto pudo alterar momentáneamente las funciones de una maquinaria, tal vez ocultaba algo grande en su interior.

- Parece un cascabel. - Murmuró Tyberius, mirando fijamente las doce campanillas doradas que colgaban silenciosamente detrás de la vitrina.

Una muy familiar campana...

Fina̒̕̚l̰mͧe̙ͪn̷ṫ̮e_̹͗ e̹n̮̈͜c̺on̵̢͡t̒r̗ͭ͌amos u͘ń̐ͭ ǹ̻u͍é̙̼vͤ̎ͮỏ r̞͆ecͭ̋͝iͧ̌̈́pi̇̅͡ẻ͖͝ńț̯e̡͑..̭̙͗.

Soltando un breve jadeo de sorpresa, Tyberius giró la cabeza esperando ver a alguien o al científico con el que había hablado anteriormente, pero no había nadie.

- ¿Hola? ¿Hay alguien allí? - Preguntó Tyberius con cautela.

Ëͧs̓̅t̄̎̏o̗͇ e̷ͮs int͝ë̿ȓes̱a̜n͚ͥ͘te.̎..̩͖ͬ s̱͕̏u̼̽ r̊ḙ͌̆f͇l̒̒͘e͈͊j̈́̓ͨo̢͠ e̶͈̻s̀́ͪ int͈͋ͧẻ̼̊re̜͋̂s̆͟͞ante̵̶ͥ..̈́.͟

Repentinamente, un fuerte dolor de cabeza se apoderó de Tyberius, quien llevó sus manos a la zona dolorida, esperando que el dolor disminuyera un poco.

- ¡Arg!... ¿Qué pasa?... Mi cabeza...

H̥mm̞̍.͎.̀. n̙͖͚o n͢o͚ͪ̀s̎̈́ s̡ỉͣ̈rvę͂͂ q̔̈́ͥu̠͑ė̠ͅ s̝è̸̠a͔ b̮l̢̀ḁ̏n̗̚͜d̔ͣo͗,ͣ q̌u̢̫ͯi̝ẕá_͎̎s d͡eb̥͙ä̟́m̫̳o̭͙ͦs̱̱ d͙e͛jaͩr̉ q͇u͗̄e̡̟ s̡͉ͯū͛ r͎͌e̋f̍ͤl̬ej̧͠ͅó̴ t̾͘o͜m̯̆́e̥ p̬̋̕osẻͣs̆͐ión ẗ̟́ͭot̛̖ͮa̱ͨl̍ de̚ él.̻..

Brourke se apoyó sobre el cristal del aparato y, a pesar de tratar de respirar con tranquilidad, sentía cómo gran parte de sus memorias se diluían en una especie de aguas oscuras que opacaban cualquier rastro de su antiguo yo, para luego ser reemplazadas con nuevos recuerdos y sentimientos de rencor, odio y venganza hacia cierto hombre que arruinó el linaje de su familia y, sobre todo, hacia la bastarda que no pudo eliminar cuando inició el incendio.

Así e͒̋š̢͡... e̾͊ͧs̞̿́ta̱̻ e̅s̞ͫ t͔u̅ͅ o͓̤p̸̺̖o̽r̽t̑͝u̾n͇id̸͛ḁd̛ para f_̈in͈̒aͯlͨͬ͜i̭z̊a̘̜r c͑ͩo̮ͦ̈ñͥ l͇̽ő̻ qu͆e̵̘̾ emp̼͕͟e̥z̃a̭ͬs̑̚t̴͕e̤̤.̦͛.͜.

Ob̜êdecͯ͆ḛnͥoṣ ŷ͋ oḃ̶̥ṭ͙e͗ndr͍as lo̽ q̛̀ue t͡aǹ͔t̤̝́őͬ q̀ṳ͎͗î̛ͅṣ̆͝į̻͝s͒̃͠tè̗̣.̾͢.͌.̴̝̠

A medida que los nuevos recuerdos reemplazaron los viejos y las nuevas órdenes se implantaron en su mente, la mirada de Brourke pasó de un iris tranquilo a adquirir tonos escarlatas llenos de codicia, mientras una sonrisa enloquecida deformaba su rostro.

- Ha.. ha... ha... - Una risa silenciosa escapó de sus labios mientras miraba el objeto detrás del cristal. - Los dioses no me han desamparado... eso quiere decir que yo siempre tuve la razón... la sangre de los forasteros nunca debió mezclarse con la nuestra... y ahora tengo la oportunidad de corregir el error de la sagrada matriarca...

Ante el repentino silencio, el entrevistador regresó a la sala buscando al pasante.

- ¡Oye! No te quedes atrás. El tiempo avanza y tienes que ir a conocer tu nueva zona de trabajo señor Tyberius - Llamó el científico mirando la gran espalda de Brourke.

Casi de manera sutil, Brourke bajó su mano de la cabeza y giró su rostro hacia su nuevo jefe, ofreciéndole una mirada amistosa y una sonrisa de disculpa.

- Discúlpeme, me quedé tan maravillado con la adquisición que quería verla un poco más. - Caminó Brourke a lado del científico. - ¿Podemos proseguir?

Sin mucho pleito con respecto a lo último, el científico no le tomó mucha importancia y se encogió de hombros para guiar a un silencioso Brourke por las instalaciones, mientras pasaban por un enorme logo triangular invertido que mostraba la imagen de un Caronte sobre una balsa, con las palabras S.T.Y.X. sobrepuestas en una tintura blanquecina.

...

El escáner de la gran pantalla de la computadora, mostrando el mapa completo del mundo, iluminaba fríamente la gran habitación con varios escritorios esparcidos y una considerable cantidad de trabajadores en bata monitoreando y analizando los mismos datos día tras día. No era una novedad para ninguno de los presentes, pero no se podían quejar; en estos días se prefería este tipo de paz y que otra carga de trabajo no apareciera repentinamente como lo que ocurrió hace meses. Lo que no se podían permitir era descuidar sus puestos de trabajo hasta que llegara el suplente de turno.

Bien sabían muchos que tan solo un parpadeo podría cambiarlo todo.

Beep... beep... beep...

El suave pitido de los auriculares de uno de los científicos con grandes gafas hizo que levantara las cejas al mismo tiempo que sus dedos dejaban de teclear en el monitor holográfico.

- No lo puedo creer... - Su aguda voz rasposa susurró en un tono bajo, intentando hacer un rápido zoom a la secuencia de ondas que aparecían en su pantalla y amenazaban con desaparecer. - Ah no, no pienses escapar de mis ojos. Puedo ver hasta la más mínima huella microscópica de tu existencia.

Mientras estaba enfocado en lo suyo, dos hombres se colocaron a su espalda para llamarlo.

- Hey, Meliore. Cambio de turno. - Habló otro trabajador con Brourke detrás de él. - Tenemos a un nuevo novato en el equipo y será tu nueva pareja de cambio. ¡Por favor! Te pido nuevamente que no lo asustes como al anterior compañero que tuviste. No podemos darnos el lujo de perder a otro trabajador más mientras que los señores Shro...

- ¡Eso no importa! ¡Mira esto! ¡Ja! ¡¿Qué te dije?! - Señaló Meliore con su dedo gordo a la pantalla en la que sacó las coordenadas. - Te dije que volvería a pasar y finalmente tenemos el registro oficial de la anomalía mágica que guarda relación con el elemento encontrado OAE#21062024 que apareció hace meses.

Casi de manera automática, tanto el científico como Brourke miraron la pantalla con todos los datos registrados hasta ahora.

- Ustedes me llamaron loco por no pensar que la anomalía era un error de las máquinas y mira cómo les quedó el ojo ahora. - Se jactó Meliore. - Esto amerita un ascenso, ¿no lo cree?

Los científicos no respondieron a las payasadas del hombre mayor, pero el que estaba a cargo de la sección frunció un poco el ceño al ver dónde se había producido la anomalía.

- La isla de los sabios. - Dijo el jefe de la división. - Eso está cerca del centro de estudios del Jefe Shroud.

- También me sorprendió mucho, y no solo eso... también observé esto. - Meliore abrió otro holograma para compararlo con otro documento - Si comparas las zonas en donde se llevaron a cabo aquellas anomalía se puede ver una fluctuación desapercibida del 0.80% en el ambiente. En la zona donde encontramos el objeto es un caso perdido, pero puede que encontramos rastros de aquella actividad mágica anómala cerca de la isla. Esta también sería una excelente prueba y permiso necesario para investigar sobre lo "otro".

Con una mirada seria, el jefe de la división tomó una clara decisión.

- Informaré este caso a los señores Shroud para proseguir con el protocolo. - Informó, agarrando los hologramas con los documentos lo más rápido posible. - Mientras tanto, tú te quedas a explicarle todo a tu nuevo compañero.

Y sin esperar mucho empezó a trotar hacia otro lado de la sala.

- ¡Oye pero si es mi investigación! - Chilló Meliore.

- ¡Entrena a tu compañero de cambio! - Respondió el científico con prisa.

Meliore sabía que esto era ya era una guerra perdida y que claramente ya iba a estar maquinando un millón de formas de vengarse, desde colocar tierra en su camilla de sueño. Estaba tan irritado que se cruzó de brazos y miró con fastidio a Brourke, quien observaba todo con una expresión aparentemente neutral.

- Bien, novato, parece que nos quedaremos tú y yo un rato más. Presta atención, porque no repetiré esto dos veces. - Dijo Meliore con voz autoritaria, señalando la pantalla - Este es el corazón de nuestro trabajo: monitorear y registrar cualquier anomalía mágica que ocurra en el mundo. En especial los casos "Overblots" así que más te vale no tomarte este trabajo como un mero pasatiempo.

Brourke asintió lentamente, sus ojos escaneando los datos en la pantalla con una intensidad que Meliore interpretó como interés profesional. A medida que Meliore seguía explicando las pautas del puesto de trabajo, este no se percataba de cómo Brourke dejó que una sonrisa se formaba lentamente en su rostro que en definitiva no iban acorde a los de la mirada fría y calculadora.

- "Así que en cualquier parte de este mundo podrías estar escondida ¿No?" - Pensó Bourke mirando fijamente la isla de los sabios al mismo tiempo que el ajna se activaba en sus ojos escarlatas. - "Señorita Shiori-Sama"

S̔í̗͕..̱.ͮ̂ e̵ͥsṯͭa vḛz̳ͬ t̥͟od̸̑͟o͐ sé̠͞g̮ͤui̬rá s̢̠̄egú̶̓̓n lͯo pl̑̃a̡n̴̢ḛ̱a͙ͦd̀o̢

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Los últimos invitados habían abandonado el coliseo, hablando alegremente sobre el espectáculo del día. El personal y el equipo se dedicaron a limpiar las gradas y el escenario, además de apagar el equipo y guardar las luces. Dejaron todo limpio para que mañana el festival continuara con su flujo habitual y para despedir a los últimos transeúntes que paseaban por el instituto.

Todos los estudiantes regresaron a sus casas, incluido el equipo del VDC, después de todo el sube y baja de emociones ante su derrota contra la Royal Sword, se fueron directamente a dormir a sus dormitorios correspondiente a descansar todo para procesar lo ocurrido y recuperar de la batalla contra Vil. Aunque no todos se fueron a dormir directamente.

Shiori tarareaba alegremente mientras se cambiaba a una ropa más cómoda, relajándose en las abrigadoras telas de lana. Los vestidos fueron embolsados y guardados con cuidado en el ático del dormitorio abandonado tras la gran presentación que tuvo. Tanta era su alegría que se movía fluidamente por la sala, balanceándose y girando con gracia mientras ordenaba un poco.

- Pero sí confío en que mis sueños se harán realidad... - Cantó alegremente Shiori antes de mirarse frente al espejo de la sala, sintiéndose renovada mientras se cepillaba el cabello, ahora libre de cualquier peinado. - Y renacerás...

Desde que habían regresado al dormitorio abandona, ella no podía borrar su cara de felicidad y estaba en un estado de euforia total que ahora podía entender cómo es que varias de las princesas de disney se sentían tan alegres que bailaban y cantaban aún si no había nada por lo que festejar.

Grim, de alguna manera, entendía la alegría de Shiori. Después de esa presentación, Shiori había mostrado varios picos de felicidad luego de su visita de su papá, casi como si hubiera bebido demasiado café. Tenía tanta energía que Grim dudaba mucho si ella podría dormir esa noche. Una total lástima que él no pudiera decir lo mismo.

- Han pasado muchas cosas hoy, ¿no? - Comentó Grim, cortando la canción de Shiori y sentándose en el sofá para refunfuñar - . ¡Mi sueño de atún enlatado tampoco se cumplió! ¡Soporte vientos despiadados e infernales desiertos! ¡Trabajé hasta los huesos como todo un manager! ¡¿y todo para qué?! ¡Ahhh! ¡Incluso mi cerebro todavía me está repitiendo esa cancioncita llamada Hai ho algo!

Shiori se detuvo y miró a Grim, aún con una sonrisa en el rostro.

- ¡Oh, Grim! Sé que ha sido un día largo para todos. Pero míralo de esta manera: ¡hicimos un gran trabajo! - Dijo mientras se acercaba a Grim y le daba una palmadita en la cabeza - . Además, todavía tenemos todo el festival por delante. ¡Quién sabe qué sorpresas nos esperan mañana! ¡Los puestos de comida! ¡Los stands de los clubes!

Grim bufó, pero no pudo evitar sentirse un poco mejor ante las palabras de Shiori.

- Supongo que tienes razón en algo... pero más vale que haya algo de atún enlatado en esas sorpresas. Porque mi tiempo de caridad y beneficencia se cerró con este último fiasco de presentación. - Siseó Grim. - Merezco más que solo trabajo, trabajo y más trabajo.

Shiori soltó una carcajada y volvió a tararear su canción mientras continuaba ordenando. La energía y el entusiasmo que irradiaba llenaban la sala de una sensación cálida y reconfortante.

- Todos regresaron a sus dormitorios cuando terminó el VDC. - Grim miró la casa ahora casi silenciosa. - Todo se siente mucho más espacioso ahora.

- Hmm te admito que si es un poco triste, pero fue animado mientras duró. - Comentó Shiori sentándose a su lado. - Pero ya mañana nos volveremos a ver con Deuce y a Ace y continuaremos como siempre. A lo mejor también visite a los demás ¡hay tantas cosas que me gustaría hacer que no sé por dónde empezar!

- Supongo que sí, pero ya guarda toda esa energía para mañana. - Asintió Grim, para luego bajar del sofá. - Bien, yo ya me bañe así que será mejor que no vayamos a dormir pronto.

Shiori asintió con su cabeza y lo cargó en sus brazos para luego dirigirse a las escaleras, apagando las luces del salón mientras avanzaban.

...

El silencio se había apoderado del dormitorio a medida que se acercaba la medianoche. Grim ya para este punto está profundamente dormido cerca de la almohada; Shiori, con su pijama de lana, todavía sonreía mientras intentaba dormirse con poco éxito. Intentaba de todo pero el recuerdo de su padre y su reencuentro no paraba de reproducirse en su cabeza. ¡Oh gloria divina! debió haber hecho eso desde hace mucho tiempo de saber que todo iba a terminar bien.

- Amo mucho a mi papá... amo mucho a mi mamá... - Susurró Shiori como mantras respirando profundamente para empezar a introducirse a las primeras capas de un sueño que quizás le iba a prometer más esperanza y sueños.

Cuando de repente se escuchó lo que se interpretó como un débil golpe. Los ojos escarlatas de Shiori se abrieron de golpe cuando el ruido exterior perforó sus oídos. En silencio se sentó sobre la cama mientras miraba confundida alrededor de la habitación.

- ¿Quien...? - Shiori miró por todos lados.

Luego de un largo silencio, ella salió de la cama con cuidado, sus pasos pisaron las tablas de madera que chirriaban un poco mientras deambulaba por la habitación.

Era extraño, no sentía ninguna presencia anómala de los fantasmas o una entidad. Pero, sin esperarlo una luz brillante detrás de su espalda iluminó un poco la habitación y rápidamente se giró para ver el espejo brillante.

- Oye~ ¿Estás allí, Shiori?

Una voz salió del cristal. Debía de ser Mickey, así que con una sonrisa renovada Shiori se acercó al espejo, justo cuando la imagen del amigable ratón se volvía más clara.

- ¡Mickey, Hola! ¡Cuánto tiempo sin verte! - Shiori sonrió entre dientes. - ¡Lograste usar el espejo para verme de nuevo!

- ¿Cómo has estado? ¿Cuánto tiempo pasó desde la última vez que nos vimos? - Preguntó Mickey con una sonrisa suave.

- Más de lo que puedo decir. - Shiori le contestó superficialmente.

- Debido a que solo podemos vernos en sueños, todavía es un poco extraño decir que todavía estamos en el "primer encuentro" - El ratón se encogió de hombros. - Y desde entonces, he intentado otras formas de ponerse en contacto contigo: como leer el mismo libro antes de acostarme, replicar la posición de tu cuarto e incluso me puse esta peluca blanca y ropa para parecerme a tí. - Mickey en efecto se puso una peluca blanca con el mismo pijama que ella estaba usando ahora.

- Pues... te ves bonita. - Comentó Shiori con una leve sonrisa.

- Aw, gracias. - Mickey le siguió la corriente. - Pero ¡No! - -Se sacudió para quitarse todo los implementos. - ¡Nada de eso funcionó! y eso me generó otra pregunta "¿Cómo puedo hablar contigo ahora?!" ¡No he hecho nada antes de irme a dormir!

Shiori se llevó la mano al mentón para pensar.

- "Mickey no controla esto" - Shiori teorizó en silencio. - "¿Será que habrá algó más que nos conecta?

Lamentablemente no había una respuesta lógica que la ayudara.

- La última vez que nos vimos mencionaste algo acerca de una cámara fantasma ¿no es así? - Mickey cambió de tema. - Siempre he sentido curiosidad por eso.

Rápidamente eso hizo que la tarea pendiente de Shiori regresara a su mente de golpe.

- ¡Cierto! Debo tomarte una foto antes de despedirnos. - Dijo Shiori empezando a mover su cuarto para buscar la cámara y regresar al espejo. Eso sí, sin olvidar sus modales. - Ahmmm ¿Puedo tomarte una foto si no es mucha molestia?

- ¡Por supuesto! - Asintió Mickey.

Shiori, sin quitar los ojos de la lente, agarró la cámara. Levantó el ojo hacia la lente hasta que vió la imagen de Mickey a través de la ventana.

- ¡Di queso...! - Shiori guió mientras Mickey hacia una de sus poses icónicas con esa sonrisita que hacía que ella quisiera chillar de la emoción, pero que tuvo que controlar.

Fue entonces cuando el flash se disparó. Desde la ranura en la parte inferior del dispositivo se imprimió la imagen, con en una polaroid, para luego ser tomada por Shiori quien sacudió la foto para revelar la imagen que tanto esperaba.

- ¿Cómo se ve? - Preguntó el ratón. - ¿Me veo bien?

Cuando la imagen terminó de dibujarse, Shiori le mostró la imagen con un gesto de victoria.

Un éxito más a su lista de deseos.

- Finalmente tengo pruebas para decirle a los chicos sobre tu existencia. - Shiori sonrió al ver que la imagen de Mickey no era un producto imaginario y que realmente era real.

- Aha, eso se ve bien. - Sonrió Mickey. - Ojalá pudiera tener una copia, pero siempre lo olvido... esto es un sueño y no puedo aceptar nada... ¡Aún así siento que me estoy acercando a donde podrías estar, Shiori! Ahora también puedo verte y escucharte mejor. Parece que ahora solo estamos separados por un espejo.

Mickey se acercó para tocar la superficie y Shiori juró ver una especie de bulto sobresalir por su lado del espejo.

- ¡Supongo que ahora también podemos hablar mucho más! - Agregó el ratón. - Espero que podamos ver una película juntos la próxima vez. Dime ¿En Twisted Wonderland también tienen películas? Quiero ver lo que me recomiendas.

- ¡Oh! ¡Claro que sí! ¡No se como podría sobrellevar el terror, pero hay otras películas buenas que vi con mis amigos y que tal vez te gusten! - Shiori asintió con energía.

- ¡Ojalá Donald y Goofy pudieran verse también! ¡Se sorprenderán al saber que tengo un amigo que puedo conocer en el mundo de los sueños!

Los ojos de Shiori se abrieron con más emoción.

- ¡No inventes! ¡¿Donald y Goofy también están en tu mundo?! ¡Qué loco! - Hablando de Amigo y aprovechando que no había nada que los interrumpiera, esta podría ser la oportunidad para que Grim conociera a Mickey. - Verdad, me gustaría también que conocieras a mi hermano y amigo ¡Iré por Grim!

Desviando sus ojos del espejo, Shiori dirigió su mirada escarlata hacia su cama.

- ¡Grim, mira! ¡Mira quien nos...!

Pero la emoción de Shiori se cortó al ver hacia la cama vacía.

No había señales del felino y el espacio en donde dormía en la cama quedó desierto, solo estaban las huellas de donde antes había estado su cuerpo.

- ¿Grim?

Shiori encendió sus ojos con el Ajna y tampoco sintió la presencia de su amigo, pero no estaba por ningún lado.

- ¿Qué pasa, Shiori? Te ves un poco pálida. - Comentó Mickey con preocupación.

- Yo... - Susurró Shiori. No está...

- ¡¿Qué le sucedió?! - Exclamó el ratón con sorpresa.

- Lo siento Mickey, te tengo que dejar. - Respondió Shiori olvidándose del espejo y de Mickey.

Las manos de Shiori soltaron tanto la foto como la cámara, que cayeron al suelo con un ruido sordo. Salió corriendo de su habitación, atravesando los pasillos de la gran casa con la mente enfocada únicamente en encontrar a Grim. La despedida de Mickey resonó en el aire, pero sus palabras eran apenas un eco distante en los pensamientos de Shiori.

Comprobó cada rincón del segundo piso, recorrió las habitaciones extras, y bajó las escaleras de dos en dos hasta llegar al vestíbulo y luego al salón. Pero Grim no estaba por ningún lado.

Intentando no desesperarse, Shiori cerró los ojos y se concentró, ampliando el rango de detección para ubicar el aura de Grim o al menos su cristal. Tardó unos segundos, que le parecieron eternos, hasta sentir una débil presencia proveniente de la cámara de los espejos en los dormitorios.

- ¡Allí estás! ¿A dónde se está yendo? - Murmuró Shiori mientras pasaba por el reloj del vestíbulo, que marcaba las 3:10 AM.

Agarró un saco del perchero y abrió la puerta de su dormitorio de golpe, exclamando con todas sus fuerzas:

-¡Grim!

Al pisar fuera de la puerta, un dolor punzante golpeó su cabeza. Sintió como si su frente quisiera estallar. Tuvo que apoyarse en el marco de la puerta para no caer.

-¿Qué... pasa...? - Murmuró Shiori, intentando cerrar los ojos.

Lo único que vio fue una especie de cortina blanca, una cortina que le mostró varias imágenes: el ataúd en el que llegó al instituto, el carruaje con los dos caballos oscuros y...

... la gigantesca quimera que había visto en uno de sus sueños premonitorios. Esta vez, la quimera estaba en la cámara de los espejos, arrasando y destruyendo todo a su paso con un poder descomunal. A pesar del gran terror que la criatura inspiraba, había algo peculiar en ella que paralizó a Shiori: sus ojos azules profundos, ojos que ella conocía muy bien, junto con aquel fuego azul.

-Qué... -Shiori susurró casi sin aliento.

¿Qué fue lo que acababa de ver?

Cuando el dolor de cabeza cesó, no se lo pensó dos veces y salió corriendo hacia la nieve fría. Corrió sin detenerse y en menos de lo que esperaba llegó a la calle principal. Las estrellas y pequeñas auroras boreales brillaban en el cielo, como pequeños ojos que observaban y vigilaban los esfuerzos de Shiori.

Ella batallaba con los pensamientos que inundaban su mente mientras sus vías respiratorias ardían bajo las frías ventiscas. A pesar del cansancio, continuó concentrándose para encontrar el cristal de Grim. Sentía que se dirigía hacia el coliseo.

-¿Para qué querría ir hasta allí? - Se preguntó, reanudando su carrera.

Shiori llegó a la entrada principal del coliseo y subió las escaleras como si fuera uno de los caballeros del zodiaco corriendo hasta el último santuario. Con el corazón latiendo con fuerza, corrió a través del arco y se detuvo en lo alto de las escaleras, intentando recuperar el aliento. El viento soplaba en sus oídos, creando un ambiente inquietante mientras exploraba el terreno en busca del aura de Grim. Algo extraño llamó su atención en el suelo del coliseo.

El cristal que Shiori le había dado a Grim yacía tirado en el suelo.

La pregunta que rondaba en su mente era inevitable: ¿Por qué se lo habría quitado? Mientras levantaba el objeto, lo examinó detenidamente. Estaba intacto, sin ninguna fisura, pero esto no respondía a sus inquietudes.

-¿Dónde estás? - Murmuró en voz baja, sintiendo una creciente sensación de alarma.

El escenario se volvía cada vez más sombrío, y Shiori temía que algo terrible le hubiera pasado a Grim. Tragando saliva, avanzó con cuidado hacia la entrada del coliseo, cada paso resonando en el silencio que la rodeaba. Los restos del VDC y las sillas todavía instaladas en el campo le daban al lugar una atmósfera de abandono y desolación, tan silenciosa como el mismo bosque de Aokigahara.

Pero el silencio no duró mucho.

Scratch...Scratch...Scratch...

El suave ruido de garras rascando el suelo comenzó a filtrarse en los oídos de Shiori. Instintivamente, se ocultó detrás de unas sillas sobrantes y contuvo la respiración para escuchar mejor.

-Aquí... está aquí... ¡jejejejejeje! - La voz de Grim, inquietante y oscura, resonó en la penumbra. - Quedó enterrada aquí cuando arreglaron el escenario...

Shiori sintió cómo el aura de Grim pasaba muy cerca de ella, pero lejos de ser un indicador alegre ella terminó estremeciéndose fríamente.

Shiori sintió cómo el aura de Grim pasaba muy cerca de ella, pero en lugar de sentir alivio, su cuerpo se estremeció con un frío gélido. Esta aura era completamente oscura, una energía maligna y poderosa, similar a la de un Yokai de alto nivel.

Crack... crack... crack...

El sonido de algo duro triturándose rompió el silencio. Shiori, con cautela, asomó la cabeza detrás de una de las sillas. La visión que encontró la dejó helada: Grim, encorvado, devorando algo que tenía en su pata. La oscuridad del momento dificultaba la visualización, pero la energía que emanaba ese objeto era la misma que había sentido cuando Grim agarró el cristal oscuro después del blot.

-¿Grim...? - Susurró Shiori, sin poder reconocer al ser que tenía delante. Pero, involuntariamente, su pie movió una piedra del suelo.

El ruido no pasó desapercibido para las orejas llameantes de Grim, que giró el cuello de un latigazo hacia la ubicación de Shiori. Sus ojos azules, carentes de pupilas o iris, la miraron con una amenaza latente.

-¡¿QUIÉN ESTÁ ALLÍ?! -Rugió endemoniadamente Grim, respirando con pesadez. - GRRRRRRRRRRR

Shiori contuvo el aliento, sintiendo que el tiempo se detenía en ese instante. La figura de Grim, envuelta en una oscuridad palpable, irradiaba una presencia maligna que hizo que su corazón latiera con fuerza. No sabía si estaba mirando a su amigo o a una entidad que había tomado su forma, pero una cosa era segura: algo oscuro y peligroso se había apoderado de él.

Los colmillos y dientes de Grim quedaron al descubierto, brillando con una malicia que hizo que Shiori sintiera un escalofrío recorrerle la espalda. Sus ojos, que antes conocía como amables y juguetones, ahora la miraban como si ella fuera el enemigo.

-Grim... Grim tranquilo... - Dijo Shiori, tratando de mantener la calma. La cabeza le daba vueltas, llena de preguntas y temores, pero la idea de ayudar a Grim a regresar a sus sentidos era lo primero que gobernaba su mente. - No me temas... mírame...¿Puedes reconocerme?...

Pero antes de que pudiera continuar, Grim soltó un rugido feroz.

-¡La piedra... es MÍA! -El gritó resonó en el vacío del coliseo.

Shiori dio un paso atrás, su corazón latiendo con fuerza. La oscuridad que emanaba de Grim parecía envolver todo a su alrededor, haciendo que el aire se volviera denso y opresivo. La presencia demoníaca que había sentido antes ahora se manifestaba claramente en su amigo, transformado en una verdadera bestia que apenas podía reconocer.

Con un esfuerzo, Shiori intentó acercarse más, extendiendo una mano tatuada en un gesto de paz.

-Grim, por favor... Recuerda quién eres. ¡Recuerda quién soy yo! ¡Soy tu hermana! ¡¿Lo recuerdas?

El gesto fue tomado como una amenaza, y Grim rugió nuevamente, lanzándose hacia ella con una velocidad insana.

- ¡NO PIENSO DÁRTELA! - Gruñó Grim, arremetiendo con furia.

Shiori apenas tuvo tiempo de esquivar, moviéndose rápidamente a un lado. Grim había sacado sus garras.

- "¿Qué está pasando?"- Preguntó confundida Shiori mientras aterrizaba en el piso.

Pero nada la preparó cuando vio por el rabillo de sus ojos como partes de su cabello y cerquillo largo fue cortado de una manera tan irregular que varios mechones cayeron al suelo, pero lo que la dejó verdaderamente helada fue el ardor de su mejilla derecha seguida de un líquido caliente que había empezado a caer en un hilo fino que goteaba en el piso.

Llevó su mano a la mejilla y al ver su palma manchada de sangre, una terrible conclusión llegó a su mente:

Grim la había atacado con todas la intenciones de herirla.

Corrección: Grim la atacó para matarla.

- Grim. - Shiori soltó un jadeo desconsolador mientras miraba congelada la mirada rabiosa y amenazante de su hermano.

¿Cómo habían terminado así?

Grim seguía gruñendo y caminando con cautela, preparándose para su próximo movimiento

No... ella no quería pelear con su hermano.

El Grim que ella conocía no sería capaz de hacerle daño.

Varias imágenes de Grim junto a su lado pasaron por su mente, ella estaba inmóvil en su lugar.

Esto debía ser una especie de sueño, pero ¿por qué no podía despertar? sobre todo ¿Por qué no podía moverse?

- Grim, por favor... no lo hagas... - Intentó dialogar con él una vez más. Aun si sus brazos y piernas temblaban, aun si había varias señales que le advertían que corriera, una parte de ella le suplicaba que no lo dejara solo-. ¿Grim? -intentó llamarlo de nuevo.

Pero su llamado no fue respondido de la mejor manera. Grim se lanzó hacia ella para darle un segundo ataque. Shiori podía haber intentado invocar un muro de mándalas, pero eso solo haría que el ataque rebotara y podría dañar a Grim. Lo último que quería era lastimar a su hermanito.

Todo pasó en cámara lenta. Shiori podía ver la energía oscura emanando de las garras de Grim y la fuerza mágica con la que iba hacia ella.

- "¿En verdad, quiere matarme?" - Se preguntó Shiori, paralizada en su lugar.

¿De verdad no podía esquivarlo? ¿Por qué su cuerpo no respondía? ¿Acaso estaba aceptando su final después de todo este día? ¿Estaba aceptando este resultado?

No eso no podía ser...

Shiori cerró los ojos con fuerza, mientras en sus pensamientos un inconsciente grito infantil muy dentro de ella exclamó:

- "¡Papá!

Y entonces...

¡Craw!... ¡Craw!... ¡Craw!...

En el último segundo, al compás del graznido de los cuervos, una figura adulta apareció en medio del cielo, envuelta en un torbellino de oscuridad y plumas negras. Con un aterrizaje impactante, la figura enmascarada descendió al coliseo, su capa revoloteando como las alas de un cuervo. Un aura de poder emanaba de él y, con un gesto rápido, lanzó un rápido ataque mágico que contrarrestó las garras de Grim, alejándolo de Shiori.

-Finalmente llegué a tiempo. - Comentó Dire en un tono de alerta mientras se colocaba protectoramente frente a Shiori.

Ante esa familiar voz, Shiori abrió los ojos nuevamente y miró aturdida la espalda de su director.

- ¿Director Crowley...? - Murmuró ella, apenas creyendo lo que veía.

Crowley, con su habitual aire de misterio y autoridad, giró su mirada afilada hacia Grim, que se levantaba del suelo. La luz de la luna iluminó la escena, revelando a Grim en un estado casi salvaje, con sus ojos brillando de una manera antinatural.

Crowley no se inmuto y levantó su bastón, emanando una energía oscura y pulsante que comenzó a rodearlo.

-¿Esto también es influencia de ellos...? - Murmuró Crowley, sus ojos dorados no parpadearon ni una sola vez.

Grim, a pesar de estar en un estado desconocido, solo pudo gruñir con enojo a la figura nocturna. Su pelaje parecía erizarse, sus garras arañando el suelo con furia. Los colmillos expuestos reflejaban una intención letal, y por un momento, pareció que atacaría de nuevo. Pero algo en la presencia imponente y el poder de Crowley lo hizo retroceder.

Con un último gruñido desafiante, Grim giró sobre sus talones y se lanzó a la carrera. Sus movimientos eran torpes, casi erráticos, como si luchara contra algo dentro de sí. La oscuridad que lo rodeaba parecía disiparse con cada paso, dejando tras de sí una estela de energía negativa. Grim zigzagueaba, golpeando los restos del escenario y las sillas, cada movimiento más desesperado que el anterior.

Shiori observó con el corazón en un puño, viendo cómo su hermano se alejaba. El eco de sus pasos resonaba en el coliseo vacío, mezclándose con el aullido del viento nocturno. La nieve en el suelo levantaba nubes de polvo blanco a su paso, mientras las sombras danzaban bajo la tenue luz de las estrellas y las auroras boreales.

- "Se marchó." - Pensó Crowley, tratando de recordar que más continuaba de la escena.

Había luchado mucho para recordar más detalles del recuerdo futuro, y eso casi lo dejaba exhausto por la falta de sueño y el gran desgaste mágico que tuvo que usar, pero si su lógica no le fallaba entonces pudo sintetizar que cada consecuencia establecida debía volver a repetirse de una u otra manera. Pasó con el resultado del VDC a pesar de todos los cambios que hubo y pasó lo mismo cuando ocurrió el incidente de la pintura.

Los cuervos siempre le informaban todo lo que pasaba en la casa y el hecho de que tanto a Ace Trappola y a Deuce Spade no les tocó el castigo correspondiente en el guión, al final quien recibió ese "castigo" de otra forma fue la misma Shiori.

Lo siguiente que tuvo que haber pasado fue que Shiori debía de ser noqueada o desmayarse, pero ella ahora estaba consciente. Eso significaba que cualquier evento o acontecimiento debía de pasar para hacerla noquear. Aún estaba agitado por la falta de magia en ese último ataque que usó para contrarrestar a Grim por lo que todavía necesitaba esperar un poco más de minutos hasta que sus recargas de maná se recuperaran.

Pero era justo ese corto de tiempo lo que ellos no tenían. En cualquier momento podría suceder de todo.

Debía llevarse a Shiori al dormitorio abandonado, explicarle muy superficialmente las cosas que estaban sucediendo para no alterarla y finalmente ponerla a dormir para que "entre varias comillas" se cumpliera la secuencia del evento. Ya en la mañana debería darle más detalles y tenía lista una poción mágica para hacerla dormir, aunque debido a la fisonomía que sufrió Shiori en la infancia puede que la poción no duré por mucho tiempo.

Con todos estos recuerdos de su vida anterior rondando por su mente no pudo evitar maldecir mentalmente al loto rojo.

La mejor opción que pudo pensar sería ponerla a dormir en un lugar seguro en el que ella se pueda relajar y prolongar el estado de sueño, y qué mejor sitio que el refugio en el que ella vive actualmente para no levantar ninguna sospecha. Era eso o ocasionar una pésima impresión de él mismo extendiéndole una pócima para dormir, luego de que tu hermano te atacará, con el fin de noquearte por varios minutos o al mejor un par de horas sin saber que sucede alrededor.

¿Ven por donde va la cosa?

Crowley observó con atención el rastro dejado por Grim antes de girarse hacia Shiori. Sus ojos, cambiaron instantáneamente de una mirada severa a una chispa de preocupación.

-Shiori, ¿estás bien? - Preguntó Dire, agachándose a su lado.

Shiori lo miró un poco extrañada, esta era la primera vez que se refería a ella con su nombre.

-Sí... sí, estoy bien - Respondió apenas ella, todavía temblando ligeramente por todo lo sucedido mientras las preguntas nuevamente atacaron su momento. - Grim me atacó... - Se llevó su mano a su mejilla herida. - ¿Qué le pasó?... No lo entiendo... Todo estaba yendo muy bien... Pero ¿Por qué él?...

El director apoyó su mano en su hombro, trayéndola de vuelta a la realidad.

- Entiendo que tengas tantas preguntas ahora mismo respecto a Grim y te promete responderlas en su debido tiempo. -Dire la ayudó a levantarse del suelo mientras miraba a su alrededor. - Vámonos, tengo que llevarte a tu dormitorio.

- No lo entiendo... ¿Cómo es que usted me encontró?... - Shiori desvió su mirada hacia el director, ahora recordando el agua bendita que él le había entregado. - ¿Cómo supo dónde estaba cuando ocurrió el otro ataque overblot? Nadie sabía lo que estaba sucedió allí por la magia que rodeaba al coliseo... entonces ¿Cómo es que usted?

Esta era la segunda vez que el director la ayudaba de manera inesperada. La primera vez fue cuando pasó el altercado con Riddle, pero en esta segunda ocasión había algo que no le estaba cuadrando.

Dire no podía culpar las dudas de Shiori y ya se lo venía venir desde el momento en que intervino. Sin embargo, esta vez estaba dispuesto a hablar todo lo necesario para aclarar su mente. Si sabía jugar bien sus cartas, entonces podría estar preparado para lo que se fuera que viniera.

Oh͒ͬ,̱ pero cl̶a̴͛͡ṙ̆́o q̅̒ue n̎ͨ͞o e͔s̫͊taͤs p̗̂͘r͊e͐p̑ả̵r̴̥̙a͋do̫̙ͣ Cro̰ͣ̆ẉ̞l̳̑ey̺̻̞

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La tensión en el aire era palpable mientras Crowley miraba a Shiori, tratando de encontrar las palabras adecuadas para calmarla. Pero ninguno de los presentes fueron capaces de ver como una invisible sombra parecía oscilar y danzar alrededor de ellos, creando un ambiente cada vez más opresivo.

-Shiori, hay muchas cosas que no sabes todavía, y no es el momento de explicarlas ahora. Pero te prometo que te diré lo que necesitas saber. Lo más importante ahora es tu seguridad. - Dijo con firmeza, su voz resonaba con una urgencia apremiante.

- ¿Qué? No lo entiendo. - Shiori negó con la cabeza, la confusión y el miedo reflejándose en sus ojos grandes.

- Lo sé, lo sé. Todo tendrá sentido después, confía en mí. - Comentó Dire, comenzando a llevarse a Shiori por el brazo.

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Shiori, con una mezcla de miedo y desesperación, trató de entender la situación.

-Pero, ¿qué está pasando? ¿Usted sabe algo? - Preguntó ella, su voz estaba temblando mientras sus ojos buscaban respuestas en el rostro de Crowley.

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- Escucha. Por ahora ni puedo decirte mucho, pero... - Trató de responder Crowley, a medida que avanzaba por el amplio mar de sillas. - ... hay algo fuera que te está buscando

- ¿Qué? - Nuevamente lo miró confundida ante ese dato.

- Pero descuida, te prometo que estoy trabajando para solucionarlo. - Respondió Crowley mientras caminaban y vigilaban los alrededores del coliseo con ayuda de los cuervos Queen y Zeppelin. - No dejaré que nada malo te pase.

Para ello los dos tenían que irse del lugar del evento.

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-¿Daño? ¿Qué? ¿De quién? - Insistió Shiori, sintiendo que necesitaba respuestas.

Crowley suspiró, sabiendo que debía darle algo más concreto pero no había tiempo.

- Shiori, entiéndelo. Ahora no es un buen momento. - Advirtió el director. - Tenemos que ir al dormitorio abandonado ahora.

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A pesar de la discusión, el ente se empezaba a desplazar con una calma y tranquilidad inquietando hacia el medio del coliseo, rumbo hacia donde se encontraban Shiori y el director.

¿͋̏Q͙_̍ué ṯ̐͞a̿lͨ un̺͎͌ poͣ̄c͓͗o m͍á͓ͬs̗_ d̡ͤe̋͞_ d͌ǔda͕͡?̛ͥ

Su dedo espectral apuntó hacia la dirección de Shiori para emitir una especie de magia desconocida.

Un poco de drama le vendría bien antes de culminar a lo que vinieron.

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Sin que ella lo notara, la mirada de Shiori se opacó un poco y repentinamente una serie de emociones y recuerdos confusos inundaron aún más su cabeza y frenando su paso.

- ¡No! - Shiori se negó a continuar a medida que más dudas que aparecieron en su cabeza - ¡Ya basta de preguntas desviadas y de promesas vacías! ¡¿Qué está pasando?! ¡Está actuando más extraño!

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Crowley frunció el ceño ante las palabras de Shiori, su mente trabaja rápidamente para encontrar una forma de calmarla y mantener la situación segura al mismo tiempo.

-Shiori, entiende. No hay tiempo ahora. Tenemos que salir de aquí. Por favor, confía en mí y sigamos adelante.

N̷̠̒ŏ̷̼ ̴̝́lo c̸̖̑reo̷̭̓

2̂͟

El ambiente se volvió más tenso, y Shiori sintió un escalofrío recorrer su espalda. Miró a Crowley, buscando seguridad en sus ojos, pero la incertidumbre y las dudas consumía más su mente.

¿Por qué su mente ahora le hacía acordar varios recuerdos dispersos de las veces que el director siempre evadía sus preguntas o sus responsabilidades?

¿Eh?

¿Cuándo ocurrieron esos eventos?

¿Él siempre las evadía?

¿Por Qué estaba segura de eso?

No lo sabía... ya no estaba segura de nada...

-No... No le creo...- Exclamó Shiori, su voz quebrándose mientras se llevaba las manos a la cabeza, asediada por extraños recuerdos que surgían en su mente. - No le creo. No le creo ¡No le creo! Necesito saber qué está pasando realmente ¿Por qué está pasando esto? ¿Quién me busca? ¿Por qué está actuando raro?... ¿Por qué...?

Solo un͐ p͔ͩö́͂co̻ m̗̉á͓̊ͬs̈̕.ͥ͌.ͥ.̮ͤ̊

- ¿Por qué siempre evadió mis preguntas cuando se trata de volver a mi casa? -Shiori ahora le dio una mirada de desconfianza a Crowley mientras empezaba a respirar con dificultad-. ¿Realmente estás buscando una forma de ayudarme a regresar a casa o me estás utilizando para algo más?

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Los ojos de Dire se abrieron ante esta acusación. ¿Qué tenía que ver esto con lo otro? A no ser que...

Fue entonces cuando el director la miró a los ojos.

- Te están manipulando... - Murmuró en un tono bajo Dire.

-¿Eh? -Shiori parpadeó, confundida.

0

S͢ḙ̷͗ t͒̎͋e̦̓̓ a̜̗̚ca̟ͭ͆b̡ó̥̖̓ e̿̓l t̻͈̀ì̊͘ë̮m̜͚̐p̮̹oͮͅ,̟̪ sac̔e̳͕̾rd̵̺͂o͇̲̾tͫi̘͝ŝ̃a͓͝ / S͢ḙ̷͗ t͒̎͋e̦̓̓ a̜̗̚ca̟ͭ͆b̡ó̥̖̓ e̿̓l t̻͈̀ì̊͘ë̮m̜͚̐p̮̹oͮͅ,̟̪ sac̔e̳͕̾rd̵̺͂o͇̲̾tͫi̘͝ŝ̃a͓͝

3:33 AM

Aquellas voces susurraron dentro de la mente de Shiori, dejándola helada en su lugar.

Los cuervos finalmente sintieron la presencia de algo y empezaron a graznar con una desesperación nunca antes vista.

La mirada de Crowley se encogió, ya que él también escuchó esa maldita voz espectral muy cerca de él. Pensó que finalmente se había deshecho de ellos, pensó que finalmente no los volvería a ver, pero tal parece ser que ellos le tenían un último castigo.

¿D͉̤̑ẻ̵͡ ve̙̋̾r̾̕d̞a͠d̈́͘ c͍r̪eͧͨí̪ͩs̨͑te que͊̌ n̖ue̚s̳tro̎̽ o͈b̖͂̀j͊͘et̷͈͒iv͉̝͐o er̭a̫͑ la n̛͉͊i͡ña̮?̹

Eͅļ̛̳ͧla n̵̜̹̔ͥ͐o̖ͧ è͈̙̒̚s̶̓ m͕̼̆ͤá̘̙s͆͌̃̔͘ q͇̥́ú̸̬͗̓͡͝e̼͍͙͐̕ s̛̠ǫͤ͐̀l̶̹̄ͭͧ͘̚o u̟ṇ͋͒ capricho n̴ͫ̀͢u͕̰ͭ̐̋e͋͑ś͇tͫr̨ͤỏ̵͚̒̊͆ p̤̗̠ͨ̑͡ą̧͍̿ͣͨr̳̟a̧̹̤͔ v̻e̪r͕͞ț̳ͭe_̤̦͝ sufrir

Crowley casi de manera automática se colocó al frente de Shiori para protegerla mientras miraba a todos lados. El trató de mirar por todos los medios posibles y con ayuda de los cuervos, pero todavía no había nada visible en el ambiente más que solo el frío viento abrumador del invierno.

T̙e̝ l̑o͈̗ qͮ͘ǔ̩̈i̟sim̡̑ô̚͟s͗̍ advertir, p̿e̥̎r͗oͣ t̪û̷̈v̵̧̼i͎stͯê̹ que͙ͪͣ r̽eͩ̽̓v̬̜̿elaṟ̀te

Ahora... Di̵͗̀s̰̒f̸͇̳̾ͯ̕͢r͋̊̆͑͡u͇t̫͚̠ͮ͗à̬̩ͣ͞ͅ d̷͕͗ͬ͜e̅̓ t̐ͅu p͖ͣ̋r̬ͦ̚͟e̥̠̪̝̋m̊io̶͚̞ͬ͐́̃.͇͑͟

Las voces espectrales resonaban en la mente de Crowley. Shiori se quedó mirándolo fijamente mientras su visión regresaba a la normalidad. La sensación de un gélido frío la envolvió, y antes de que pudiera procesar lo que estaba ocurriendo, un repentino dolor agudo la atravesó.

Crowley escuchó un doloroso crujido a su espalda y cuando volvió su mirada hacia atrás, observó con horror como de la nada algo atacó a Shiori de manera sorpresiva. Los cuervos Queen y Zeppelin graznaron frenéticamente, sus alas batiendo en un intento desesperado de alertar a su maestro.

Pero era demasiado tarde.

Shiori sintió un dolor abrasador en su pecho, los brazos, las piernas. Miró hacia abajo y vio cómo varias manchas de sangre empezaron a aparecer y salpicar en su cuerpo y el suelo. Sus piernas fallaron, y empezó a caer de espaldas, jadeando y luchando por respirar. El mundo a su alrededor parecía desvanecerse, dejando sólo el eco de su propio latido y el dolor insoportable que la consumía.

- "¿Eh? ¿Por qué?" - Pensó Shiori, todavía sin procesar lo ocurrido.

¿͚̦͆Todavia n̫̟̬o̱͒͘ l̝͆o̰ e̓͞n͛̍ẗ̲iͨ͛endͯ̿ësͪ̾?_̺̅

Déj͞a͚ͦ͒m̆ͮe rͬ́̂ē̞̕f́̔r͂e̯̒s̗̝cart̋ẽ un po̅co͒ͣ l̥͙ͯá̑̄ memoria.͖̦ͫ.̛.

Ţ͔̿e ma͗ldigo...̗̅̋ / Ţ͔̿e ma͗ldigo...̗̅̋

Shiori no contestó, no puedo emitir palabra alguna, solo sus ojos empezaron a desdibujarse mientras todo a su alrededor empezaba a sentirse ligero.

Acaso ella... ¿iba a morir ahora?... ¿Se iba a cumplir su ciclo preestablecido con la marca?

-¡Shiori! -Gritó Crowley, su voz llena de desesperación mientras corría hacia ella para atraparla a tiempo en sus brazos.

Esto no podía estar pasando. Sus manos temblaban mientras intentaba sujetarla, tratando de detener la hemorragias más graves invisibles que drena la vida de la joven, pero el charco carmesí ya estaba formado debajo de sus pies.

Como era de esperarse, Crowley estaba empezando hiperventilando en su lugar. Este escenario, este bendito escenario se estaba volviendo a repetir. El recuerdo de su yo más joven sosteniendo a su inerte primogénita en sus brazos sin poder llegar a hacer algo mientras el padre de Rose le continua dando las indicaciones sobre lo que tenía que hacer para alejar se reflejaron en su mente.

Los cuervos revoloteaban frenéticamente, graznando con una desesperación que nunca antes se había visto. Sus ojos reflejaban el miedo y la impotencia, incapaces de hacer nada más que ser testigos del horror que se desarrollaba ante ellos.

Shiori miró a Crowley, sus ojos llenos de confusión y dolor. Las lágrimas rodaban por sus mejillas, y cada respiración era un esfuerzo titánico.

Ad͗̇̄m̜̉i̅ŕ̿ͩa̪ é_͆l̽͟ p̷e̊͡ͅsͪo d͍̓͠e͔_̆ t͂u͠s̛ a̡ͫ͆c̼̏ć͚̀i̇o̦ͭn̡͕̽es.̤ͧ͜ /
Ad͗̇̄m̜̉i̅ŕ̿ͩa̪ é_͆l̽͟ p̷e̊͡ͅsͪo d͍̓͠e͔_̆ t͂u͠s̛ a̡ͫ͆c̼̏ć͚̀i̇o̦ͭn̡͕̽es.̤ͧ͜

Crowley apretó los dientes, sintiendo un fuerte sentimiento de odio hacia aquellos que ocasionaron esto. Pero la tos de Shiori, su expresión de angustia, eran un recordatorio doloroso de que debía actuar de inmediato. Quedarse aquí y maldecir algo que ya no podía ver no era una opción.

Shiori lo necesitaba ahora.

-¡Aguanta, Shiori! - Exclamó Dire, su voz quebrándose mientras se quitaba su abrigo y la envolvió con cuidado -. ¡No te dejaré morir! ¡No así!

En un instante de desesperación, y sintiendo cómo había recuperado un poco de su magia, levantó su bastón y lo golpeó contra el suelo, tratando de invocar un hechizo de teletransporte hacia el hospital más cercano.

Pero los entes tenían otros planes.

N̵̰̻a͕͍̕h aḫ̵̈,̈ no ẗ̞́e̜ l̉ͤo dej̆ả͕̃ṟ̷̥ẻ̖͕m͇ͦoş͙͠ f̪̍a̭ͣ͝c̴͕̔iͮͥ̾l e̯̺͒ṣ͆ta vě̫ͧz̙͌ͭ.͍͝

Al traspasar el suelo, Crowley creyó que habían llegado al hospital, pero se encontraron en la enfermería del instituto. Un fantasma que se encontraba en su turno de vigilia y se sobresaltó mucho al ver la llegada de la fae cuervo, a lo que rápidamente escondió la revista de moda que estaba leyendo mientras balbuceaba nerviosamente.

-Aya...ahmmm... hola director... que sorpresa... - Dijo el fantasma, su voz temblorosa. Empezando a parlotear alguna excusa que claramente Dire no prestó atención.

Estaba nuevamente confundido

¿Por qué había llegado a la enfermería cuando? Su destino debía ser el hospital.

¿Por qué su magia falló?

El murmullo de Shiori lo sacó de su mente nuevamente y sin perder el tiempo la llevó a la camilla más cercana.

Claramente el fantasma notó la otra persona que había llegado al lado del director y su reacción fue más que entendible.

-Dios mío, la niña... - El fantasma se llevó las manos a la boca al ver el nivel de daño.

La confusión de Crowley aumentó cuando intentó activar su magia para trasladarse nuevamente, pero falló. Algo estaba mal. Su poder mágico no estaba funcionando correctamente.

-¿Qué? -Murmuró el director, mirando su bastón con perplejidad.

Pero en eso, las voces de las entidades resonaron nuevamente, llenando la habitación con su presencia ominosa. Crowley y el fantasma miraron a su alrededor, buscando una figura invisible que nunca apareció.

-T̗͔ͩe d͖i̬j̡é̊ q̖̈́u̱ͩe no̯ t̀e͒ͤ l̥̀o̲ d͒ej͑aría̢̻ͬ facil Cͧͥr̟ͪͦo̭̽̊w̗ley̹

- Di̱͚s̀ͅf̢̙̆r̥̔u̚ť̵a̻ͬ̕ m͔u̹ch͖̏̑o̯̮ d̹̙́e̛̤ e͙̓̊st͎̏e lindo ę͂s̱͆͠p̥̙̓éc͒t̘̆á̵̵̮c͗ùl̓o̫͚̓ y̾ buena s̷ͅu͈ͥ́e̳͛rͣ̍̚t̩̾ͬe̵̛̓ in̤̍̉tͯeͪ̂ňt͓ͅaͥͣndo salir de̥ͯ e͐ͧll̡͑͞a. - añadieron, antes de desaparecer en un silencio sepulcral.

Finalmente las voces se callaron y desaparecieron para dejar a Crowley y al resto en un silencio sepulcral.

- Imposible... - Susurró Crowley intentando abrir una de las puertas de la enfermería para buscar ayuda, pero al intentar salir se encontró con la sorpresa de que nuevamente había ingresado a la enfermería.

Esto debía de ser una mala broma.

El director intentó abrir todas las puertas existentes e incluso abrió las ventanas, pero en cada salida que intentaba pasar lo llevaban de regreso a la enfermería.

Lo habían encerrado en un maldito bucle.

Justo en el momento más criticado, esos dos malditos sádicos lo habían encarcelado en un jodido bucle en el que no podía usar magia.

- ¡Malditos! - Exclamó Crowley golpeando su puño contra la pared de la enfermería, su voz estaba cargada de frustración y cólera nunca antes vistas.

La respiración de Crowley se agitaba mientras observaba impotente cómo cada intento por escapar era en vano. La sensación de ser un prisionero se apoderaba de él, y su mente comenzaba a llenarse de pensamientos oscuros y desesperanzados.

- Esto no puede estar sucediendo -Murmuró entre dientes, sintiendo el peso de la angustia sobre sus hombros.

El eco de su propia voz resonaba en la pequeña habitación, acompañado por el silencio ominoso que se había instalado como un manto pesado sobre ellos. En su frustración, lanzó una pequeña silla a la pared, el ruido de madera rompiéndose resaltó la quietud opresiva del lugar.

- ¡Mierda! ¡Mierda! ¡Carajo! - Declaró jalándose sus cabellos azabaches, aunque sus palabras sonaban más como un deseo desesperado que como una certeza.

La respiración entrecortada de Shiori se volvía cada vez más audible en la habitación, un recordatorio constante de la urgencia de la situación. Crowley se acercó rápidamente a ella, sintiendo una punzada de preocupación que se mezclaba con su propia impotencia.

-Shiori, aguanta un poco más. Pronto saldremos de aquí, lo prometo - Murmuró él, tratando de infundir un poco de esperanza a pesar de la incertidumbre que lo embargaba. - Quédate con nosotros, tienes que seguir luchando por tu vida... así como siempre lo has hecho.

Con manos temblorosas, Crowley se arrodilló junto a la camilla donde yacía Shiori, buscando desesperadamente alguna solución en su mente. Los cuervos, Queen y Zeppelin, revoloteaban nerviosos alrededor de la habitación, emitiendo graznidos preocupados que resonaban en el aire cargado de tensión.

Shiori, con los ojos entrecerrados por el dolor, luchaba por mantenerse consciente, cada inhalación era un esfuerzo agotador. Sus labios apenas podían articular palabras.

No podía más, el cansancio era muy fuerte...

Estaba muy cansada...

Quería solo dormir un poco...

El ver como los ojos de Shiori que querían cerrar alertó mucho al director quien sostuvo su mano para sentir su calor.

- No. No. No. No. Shiori no cierres los ojos. - Suplicó Crowley. - ¡Por favor no los vayas a cerrar ahora! ¡Shiori!

-Director... ¿Qué ocurrió? ¿Cómo es que la niña terminó de esta manera?- Comentó el fantasma con preocupación, intentando limpiar las heridas.

Incluso con todo sus conocimientos básicos de enfermería sabía que eso no sería suficiente para salvar la vida de la joven adolescentes.

Dire que gritar que fue su culpa, pero eso no ayudaría en la situación. Miró al fantasma con una mezcla de frustración y tristeza en sus ojos, sintiendo el peso abrumador de la responsabilidad sobre sus hombros. Se preguntaba cómo había llegado a esta situación, cómo todo había salido tan mal tan rápido.

Algo...

Tenía que hacer algo ya...

¿Pero qué?...

¿Qué tendría que hacer?

¿Y si sólo empeoraría las cosas si interviene nuevamente? No era la primera vez que ocurría.

¿Como fue tan ciego de no notarlo?

¿Acaso no podía hacer nada?...

No podía hacer nada..

- ¿Entonces dejarás morir a mi hija así no más? - Una espectral voz resonó en un eco claro, pero no era la voz de los entes.

Al contrario.

Esta era la voz de su contraparte.

Crowley soltó un jadeo y desvió su mirada hacia un lado, justo donde estaba parado el hombre albino ¿Desde hace cuando la habitación se volvió oscura?

- A este paso, mi hija morirá. - Encaró Hitoshi, ahora pareciendo muy cerca de Crowley que hasta podía ver muy de cerca la mirada azulada lleno de enojo y preocupación. - ¿Acaso piensa en acabar con su vida de esta forma?

Diré no le respondió, pero desvió su mirada hacia donde supuestamente debería estar la camilla de Shiori. Estaba muy dudoso y con la mente difusa, pero aun así pudo leer las intenciones con la que el hombre albino trataba de transmitirle.

- ¿Me estás pidiendo que yo lo haga? - Crowley habló con Hitoshi. - Yo no sé nada de medicina. A pesar de que aun si regreso ahí, no hay garantías de que pueda salvarla... no puedo usar magia para curar heridas... no tengo ningún conocimiento de ello...

El ceño fruncido de Hitoshi se hizo notar más.

- ¿En serio piensas eso? - Habló Hitoshi fríamente. - En verdad sí que eres un idiota.

Huir y abandonar a Shiori en este estado no era una opción, pero mientras pensaba en los contras sus pies no se podían mover de su sitio.

No podía hacer nada...

- No... tú sí puedes hacerlo. - Afirmó Hitoshi con una determinación latente. - Esto ya lo hicimos antes. Tu tienes acceso a todas mis memorias y sabes como hacer este procedimiento, sólo estás poniendo excusas para no hacerlo.

- Todo lo que hago es empeorar las cosas. - Crowley habló con frustración. - No hay forma de que yo pueda hacer algo bien para los demás...

Eso era lo que decía su mente, pero su cuerpo decía otra orden y él lo sabía muy bien.

- Entonces a pesar de que mi hija está así... ¿tú estás por abandonarla? - Hitoshi insistió. - Un paciente que está delante tuyo y aun puede ser salvada.

- ¡No! Yo... - Crowley negó con la cabeza, sin poder creer nada de lo que este escenario le quería plantear. - ¡Yo...!

Él nunca podría traer algo bueno en la vida. En su pasado quizás pensó que podría hacer una diferencia debido a su ingenuidad y rebeldía, pero a juzgar por dónde eso lo llevo lo unico que sabía era que tomar ese riesgo era lo equivalente a saltar a un acantilado sin llevar alguna tipo de paracaida o sin alas, era demasaido riesgoso.

No estaba seguro de que siguiera hacer algún bien para alguien..

- Entonces simplemente abandona todo. - Ahora se escucha una voz femenina detrás de él.

No hubo necesidad de voltear, ya que pudo identificar este timbre de voz lleno de resentimiento...

Era Rose...

- Simplemente, abandona todo como siempre lo hiciste y vive con el recuerdo de ser un cobarde. - Dijo Rose sin tacto alguno. - Ya abandonaste a nuestra hija una vez... hacerlo de nuevo no sería una novedad viniendo de tí... ¿Me equivoco?

Esas palabras dejaron helado a Crowley y para remate Hitoshi agregó.

- Yo decidí volverme médico para salvar a las personas, ya que sé lo doloroso que es perder a alguien sin llegar a poder hacer algo... - Hitoshi agregó. - No permitas que este error se vuelva a repetir, estupido pajarraco. No dejes que esta situación se repita para tí, es molesto.

Y en parte él tenía razón. Siendo memorias ajenas o no, estos nuevos recuerdos formaban parte de una vida que ya vivió y que tanto su mente como su cuerpo no querían volver a revivir esta experiencia. El sentimiento de ser abandonado era algo tan abrumador que su otro yo había experimentado, sumado a todas las veces que fue pisoteado y humillado.

Él... no quería volver a repetir ese recuerdo doloroso... pero tampoco quería cometer otro error más a su lista...

- Entonces déjame guiarte. - Hitoshi lo agarró de la corbata para hacerlo reaccionar. - Entre los dos, hagamos que Shiori no sea abandonada a su suerte...

Crowley se quedó en una encrucijada, se quería arrancar los ojos o los cabellos en ese mismo momento, pero tal parece ser que al final solo había un solo camino viable ante esta emergencia...

El director no respondió a su pregunta y simplemente se había quedado quieto en su sitio. Por el momento el fantasma ya había quitado la ropa rota y ensangrentada a la niña para limpiar las heridas. Había colocado un oxímetro en su dedo para revisar las pulsaciones de la niña y sorprendentemente seguía viva, pero el pulso se iba debilitando más. Necesita más manos para poder cerrar todas las heridas y buscar una transfusión de sangre a estas altura era una misión imposible.

Clink...Clink...

Ante ese pequeño ruido el fantasma desvió su mirada para mirar como el director se estaba quitando las garras doradas de sus dedos, al igual que los guantes y el chaleco oscuro de su traje para remangarse las mangas de su camisa blanca.

-¿D-Director? -El fantasma lo miró con una interrogante. -¿Qué está haciendo?

El director no respondió en el momento, en cambio solo se quitó su máscara para dejarla a un lado.

Mentiría si no dijera que el fantasma se sonrojó al ver el misterioso rostro del director.

-Ay, mamá... - Murmuró el fantasma en un tono bajito.

Esta era la primera persona o fantasma en ver el verdadero y misterioso rostro del director. Si pudiera resumirlo en simples palabras sería la tarea más difícil.

- Prepara los materiales de sutura, haremos la operación ahora mismo. - Crowley cambió de tema mientras se movía hacia el grifo más cercano para limpiarse las manos.

Dejando la ensoñación a un lado, las palabras del director atropellaron su espectral cabeza que lo hicieron palidecer aún más de lo que ya estaba.

- ¡¿Una operación?! - Exclamó el fantasma con sorpresa.

- Nuestra mayor prioridad es cerrar las heridas y realizar una transfusión de sangre directa en el menor tiempo posible. - El Director continuó, tallando el jabón en sus brazos con rapidez.

- Sería imposible. No contamos con maquinaria o tecnología para hacer siquiera una transfusión de sangre. - Comentó el fantasma.

- No es necesario que sea tecnológica. - Replicó el Director colocándose los guantes de látex, que siempre debían estar a la vista de cualquiera que usara la enfermería. - En los gabinetes debe haber catéteres, espinas puercoespín y tubos de plata. Estoy seguro de que debieron enseñarles a como fabricar una de forma improvisada ¿Verdad? Eso nos servirá para ganar un poco de tiempo en lo que dure este bucle.

- Es una locura. - El fantasma dudó.

Pero a estas alturas el dudar tampoco servirá de nada.

- Lo sé, pero es nuestra única opción en este momento - Respondió Crowley mirándolo con una mirada entre dorada y celeste. - Se lo ruego... - Esta vez hubo una leve suavidad preocupante en su voz. - ... tenemos que salvar la vida está estudiante y no tenemos mucho tiempo.

No se si fue por la mirada o la voz, pero el fantasma ni bien escuchó esas palabras ya le había traído todos los hilos de sutura junto con varios instrumentales médicos que pudo encontrar disponible al igual que una mascarilla y una gorra que ayudó a colocar a la fae.

- El cuerpo de Shiori no procesa correctamente los medicamentos y pócimas, por lo que usar anestesia no ayudará. En su lugar usaré esto para paralizar y relajar su cuerpo. - El director tomó una aguja y se la clavó temporalmente cerca de la base del cuello. - Con eso nos dará el tiempo suficiente para que el flujo de sangre no empeore. El tiempo es oro así que debemos continuar.

- ¿Alguna vez hizo esto antes? - Preguntó el fantasma, su voz temblando de preocupación mientras sus ojos espectrales se movían frenéticamente entre Crowley y la desangrada figura de Shiori.

Crowley respiró hondo, sintiendo la presión de la situación sobre sus hombros. Sabía que no podía mentir, pero tampoco podía permitir que el fantasma se paralizara por el miedo. Con una sinceridad que bordeaba la desesperación, respondió:

-No, pero no tenemos otra opción. Necesito que confíe en mí y que te concentres en la máquina de transfusión. Si no lo hacemos ahora, ella no sobrevivirá.

El fantasma tragó saliva, o lo que sea que tragó, pero sus manos temblorosas reflejaban el pánico que sentía. Al final solo pudo asentir con determinación y comenzó a buscar los materiales necesarios, sus movimientos rápidos y nerviosos. Crowley, por su parte, se preparó mentalmente para lo que sabía sería una prueba tanto física como emocional.

Tenía que ver cuánta tolerancia podría soportar al tocar los instrumentos de acero.

Con las manos limpias y los guantes de látex puestos, Crowley acercó su mano hacia las pinzas. Como era de esperarse, sintió el leve ardor en sus manos. A pesar de la protección que ofrecían los guantes, el dolor de tocar los instrumentos quirúrgicos seguía presente, recordándole la naturaleza feérica de su raza.

- ¡Director! - El fantasma dejó de hacer lo que estaba haciendo y salió hacía el director para ayudarle con el instrumental. - Esto ha sido una mala idea, no puede tocar el instrumental médico. No siga por favor...

Pero Crowley negó con la cabeza. Tenía que acostumbrarse al dolor para poder salvar a Shiori. Se negaba a soltar el instrumento.

- Por favor no insistas y has la máquina... debemos ganar tiempo... - Habló Crowley con los dientes apretados.

El ardor en sus manos será una constante tortura, pero Crowley sabía que no podía permitirse ceder ante el dolor. Tenía que enfocarse en la tarea en cuestión, bloquear cualquier distracción y solo concentrarse en los recuerdos compartidos de su contraparte para realizar un milagro.

Él originó esta situación y era su deber como docente el arreglarlo. Si el precio era sufrir este ardor... entonces que así sea.

El director apretó con fuerza el instrumental y se acercó a la camilla donde yacía Shiori, con una mezcla de determinación y preocupación en su rostro. Crowley tomó una profunda inspiración, tratando de controlar los nervios que amenazaban con abrumarlo. Sabía que lo que estaba a punto de hacer era arriesgado y poco convencional, pero no podía permitirse dudar. La vida de Shiori estaba en juego, y él haría todo lo posible por salvarla.

El fantasma dudó mucho si quedarse apoyar al directo ya que el ruido de la piel quemándose y el leve temblor de las pinzas con la aguja. Era muy obvio que no iba a durar mucho, pero había algo en su mirada que le decía que no se iba a detener hasta cerrar todas las heridas.

El fantasma mantuvo sus ojos espectrales aún fijos en las manos de Crowley que sostenían las pinzas. A pesar del pánico, no pudo negarse y volvió a centrarse en su tarea.

Crowley, mientras tanto, se enfocaba en la herida más profunda en el pecho de Shiori. El dolor punzante en sus manos era constante, pero se obligó a ignorarlo, sus pensamientos centrados en cada sutura que cerraba. El sonido de la piel quemándose y el temblor de las pinzas eran detalles que tenía que apartar de su mente.

-Aguanta, Shiori. Aguanta un poco más. -Murmuró Crowley, su voz apenas audible bajo aquella mascarilla.

El fantasma trabajaba frenéticamente, conectando los tubos y catéteres con una rapidez y precisión que solo la desesperación puede motivar. Los componentes de plata y las espinas de puercoespín se ensamblaban con una precisión que no habría creído posible en otras circunstancias.

Crowley, con cada movimiento calculado, sentía el ardor intensificarse. Sabía que sus límites estaban siendo probados, pero no podía permitir que su sufrimiento interfiriera. La vida de Shiori dependía de cada puntada que daba.

- "Venas principales... arterias... ¿Qué más?... ¿Qué más debo recordar?" - Pensaba Crowley mientras intentaba rebuscar y era guiado entre los recuerdos de su otro yo. - "Cortar las partes golpeadas y adecentarlas para que puedan volver a ser conectadas."

Puede que él no lo notara ahora, pero su contraparte estaba tan sincronizado con Crowley con el único fin de ayudarlo a calmar gran parte de los nervios que sentía. Un mal corte podría empeorar la situación de su hija, y es por eso que tanto él como Crowley debían mantenerse unificados mentalmente para llevar a cabo esta difilcil situación.

- "Es la etapa de conformación" - Pensó el fantasma viendo de vez en cuando la tarea del director. - "Las operaciones largas pueden ser un riesgo para los pacientes... más aún si no están anestesiados del todo... Las anastomosis de los nervios es la parte más difícil de realizar. ¿Será capaz de hacerlo a tiempo?"

Siempre dicen que entre el estrés y la total concentración, todo a tu alrededor queda en silencio y solo estás tú y lo que actualmente estás haciendo. Este quizás sea el caso de Crowley, porque, a pesar del sonido de la carne ardiendo, sus manos dejaron de temblar al punto que estas empezaban a aumentar la velocidad de los hilos y las suturas.

- "¿No dijo que era su primera vez?" - El fantasma abrió los ojos con sorpresa al ver dicho aumento de rapidez. - "¡No he visto nada como esto, incluso en las operaciones de la universidad en mis tiempos! ¡Esa hazaña no debería ser posible!"

Sin embargo, la sorpresa se esfumó rápidamente cuando otro inconveniente apareció en su mente.

- "Pero, incluso si cierra todas las heridas, el verdadero problema aquí es la transfusión de sangre" - Pensó el fantasma ensamblando los últimos catéteres.- "En un instituto como este... No contamos con sangre humana para transferir y además no tenemos tiempo para hacer un examen de tipo de sangre para la compatibilidad."

Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, Crowley terminó de cerrar las heridas principales. Respiró hondo, sus manos temblando de agotamiento y dolor.

- La anastomosis de las heridas principales ha terminado. Comenzamos con la transfusión de sangre. - Comentó Crowley, dejando el instrumental sangrante a un lado para quitarse los guantes elásticos y ver las quemaduras en sus manos.

Eran heridas toscas y muy antiestéticas, probablemente nunca sanen, pero eso no ya no importaba ahora.

- ¿Tienes la máquina lista? - Preguntó el director al fantasma.

- Ya está lista - Comentó el fantasma trayendo la bomba de transfusión con un poco de nerviosismo. - Pero debemos hacer pruebas de sangre... y no creo que...

- Su tipo de sangre es O Negativo. - Respondió Crowley, recordando tanto los informes médicos que hizo aquí como en su otra vida mientras se acercaba a la maquinaria para coger la aguja e insertarla en el brazo derecho de Shiori.

- ¡Eso lo hace peor! - Exclamó el fantasma, casi palideciendo más de lo que ya estaba. - ¡Ese es el tipo de sangre más difícil de conseguir! ¡Queda poco tiempo antes de que la presión baje debido a la pérdida de la hemorragia anterior! ¡¿De dónde piensa sacar una gran cantidad de sangre que compense la pérdida?!

- ¿No es obvia la respuesta? -Crowley le devolvió el ceño fruncido mientras se quitaba la mascarilla y levantaba su brazo totalmente al descubierto-. El donante ideal lo tienes delante de tus ojos.

Los ojos del fantasma se abrieron más grandes ante la gran revelación.

- ¡¿Ha perdido totalmente la cabeza?! - Exclamó el fantasma.

- No es una locura del todo - Refutó Crowley-. En el pasado leí un texto que decía que la sangre de las hadas y las faes tiene propiedades curativas cuando su sangre mágica entra en contacto con la humana, sin importar el tipo de sangre. Actualmente está prohibido llevar a cabo esta práctica debido a la ética y moralidad del asunto, pero en situaciones como esta es la mejor solución para que Shiori pueda vivir.

- ¿Es consciente de lo que dice? La cantidad de sangre que ella necesitará es mucha y con las heridas que todavía faltan sanar puede que usted se vea afectado, director - Indicó preocupado el fantasma. - Es una idea descabellada.

Crowley se quedó callado mirando el cuerpo inconsciente de Shiori por unos segundos antes de continuar.

- Este director ya cometió muchos errores... yo ya cometí muchos errores en el pasado de los que no me puedo perdonar... pero esta vez... -La mirada dorada azulina de Crowley se elevó con una firme determinación-. ... no pienso cometer otro error más. No me importa si es la idea más loca e insana que haya tenido hasta ahora, pero esta niña no morirá mientras yo respire.

Sin pensarlo dos veces, conectó la otra aguja en la vena de su brazo y se sentó al lado de Shiori para sostener con suavidad su rostro herido. El director pasó su pulgar con cuidado y luego, mirando con notoria preocupación en sus ojos, desvió su mirada hacia el fantasma y le dio la orden:

- Empieza a bombear mi sangre.

El fantasma lo tuvo que pensar dos veces, pero, hasta donde vio, incluso si él no hacía nada, probablemente el director lo haría por su propia cuenta. Por donde lo viera, era una batalla perdida y simplemente no le quedó otra más que empezar a apretar la bomba para succionar la sangre del director hacia el brazo de la niña.

Cuando el circuito rojo empezó a correr de un lado hacia el otro, tanto Crowley como el fantasma miraron expectantes y con el corazón en la boca las heridas de Shiori. Todavía no había ocurrido nada, pero aun así siguieron esperando un poco más.

- Por favor, regenérate... - Pensó Crowley mirando las costuras que había hecho en el cuerpo de Shiori.

El fantasma solo juntó sus manos de manera ansiosa mientras le empezaba a rezar a todos sus santos posibles.

En ningún momento ambos desviaron sus miradas de las heridas y la piel pálida de la niña. El angustioso silencio no duraría mucho cuando la piel poco a poco empezó a recuperar su tono rosado y algunas heridas empezaban a cerrarse con lentitud. Por ende, las pulsaciones empezaron a recuperar sus valores normales y claramente todo este proceso iba a tardar el tiempo que dure el director, pero en resumen, tanto la operación como la transfusión fueron un éxito total.

Habían logrado evitar la crisis.

- ¡El flujo sanguíneo regresó! - Vitoreó el fantasma. - ¡Lo logramos!

El director por fin pudo soltar un suspiro de alivio mientras miraba el temblor de sus manos y sus piernas lo golpeaban abruptamente. Era una suerte que estaba sentado al lado de la camilla; de lo contrario, se habría caído al suelo. Casi quería llorar en ese mismo momento, pero se contuvo para simplemente sonreír y apoyar su mano en la cabeza de su protegida.

- Ya vas a estar bien, Shiori... tal y como te lo prometí... no te volví a fallar... - Susurró Crowley, sobando con cuidado el cabello de Shiori. - Esta vez no te fallé...

- Terminó... -El fantasma se apoyó a un lado de la pared, a pesar de ya estar muerto, se sentía muy cansado.- No puedo creerlo... no puedo creer que haya dado resultado...

- Si no creyera en que podría salvarla, no lo hubiera intentado - Comentó Crowley al fantasma ahora con sus ojos dorados.- Gracias por ayudarme y por confiar en mí...

Finalmente, se podían dar un tiempo de descanso luego de todo este estrés.

El director le extendió la mano para estrecharla y el fantasma correspondió a su gesto, aunque pudo notar el temblor que esta tenía. Al principio pensó que era debido al ardor del acero, pero también este tipo de temblores era muy típico cuando los médicos llevaban a cabo sus primeras operaciones.

- Realmente fue increíble... - Afirmó seriamente el fantasma frente al director.

El director no pudo evitar mostrar una cara de asombro ante estas palabras, ya que casi nadie se lo decía salvo Shiori. Puede que el otro director hubiera recibido este tipo de cumplidos con su clásica frase de "es que soy tan amable", pero para él... recibir este tipo de cumplidos hacias su persona se le hacía muy extraño y hasta nuevo.

- Qué ridículo... - Comentó Crowley mirando su mano.- ...mi mano aún tiembla.

- Aún así, eso fue increíble. Al fin y al cabo, es tu primera operación. - Volvió a insistir el fantasma.

Ante el cansancio, el director simplemente dio una leve sonrisa.

- Sí... es mi primera operación sin licencia...

Si se lo hubiera contado a sus colegas de trabajo, todos pensarían que estaba delirando.

- No preguntaré por los detalles. Lo importante ahora... es que se logró salvar a la niña - Afirmó el fantasma mirando el monitor de pulsaciones.

Crowley solo asintió con la cabeza mientras descansaba su espalda en la cabecera de la camilla. Era incómoda y dura, pero fue el mejor respaldo que había sentido en años.

-"Ya estoy empezando a marearme," - Pensó el director sintiendo cómo su cabeza empezaba a tambalearse.

El límite normal para donar sangre era de medio litro, pero ante la gravedad de las heridas y la pérdida sanguínea de Shiori, lo más probable es que ella iba a necesitar tres veces más de lo normal. Pero estaba bien, si eso la mantenía con vida, entonces un poco más de sangre no iba a ser ningún problema para él.

Craw... Craw... Craw...

El sonido de las aves picoteando la ventana desvió la atención de los dos adultos y el fantasma fue el primero en acercarse para ver con sorpresa el exterior de la academia.

- Es el exterior - Comentó sorprendido el fantasma, cerrando y abriendo la ventana varias veces para comprobar que no se trataba de alguna ilusión-. ¡Director, miré! ¡Puedo ver el exterior!

A pesar del mareo, la fae azabache miró de reojo la ventana para luego sacar el teléfono que tenía en su bolsillo y ver la hora actual.

3:43 AM.

Como era de esperarse, la hora se había congelado y tenía todo el sentido. Lo que ellos sintieron en varias horas, para la realidad solo habían pasado 10 minutos. Cuando alguien está atrapado en un bucle temporal, el tiempo por defecto también se vé afectado. Esos dos malditos realmente tenían todas las intenciones de matar a Shiori para que él la viera agonizar en este lapso del bucle. Una gran pena que ellos terminaran como payasos al no pensar que esta vez tenía un as bajo la manga.

Pero si realmente Shiori no era su objetivo, entonces se había equivocado al pensar que ella podría tener alguna especie de inmunidad contra esos dos. La había expuesto al peligro y por ahora debía ir con más cuidado. Aunque, la única duda que tenía en mente era ¿Cómo fue posible que ellos lograron materializarse brevemente en este mundo para siquiera poder atacar a Shiori? Se suponía que ellos estaban bajo el efecto de algo que les impedía poder manifestarse o interactuar con el entorno ¿Entonces qué había de diferente hoy para que esa regla se rompiera?

Mientras lo pensaba, su cabeza más se mareaba, por lo que debía dejar todas esas dudas para después. Ahora estaba realmente cansado y con una gran sensación de sueño, al punto que sus párpados empezaban a sentirse pesados.

- Ah... ya empezó... - Susurró el director en un tono mareado.

- ¿Director?... ¡Director! - El fantasma trató de llamarlo una y otra vez, pero cada vez su voz se escuchaba en un eco. - Está palideciendo... - Escuchó al fantasma moverse de aquí para allá. - No se preocupe, iré al hospital para traerle sangre feérica para usted. ¡No tardaré!

Fue lo último que escuchó el fantasma antes de quedarse en el silencio total con los cuervos vigilándolos.

Al parecer, el cuerpo de Shiori estaba recibiendo muy bien su sangre, que estaba jalando más rápido de lo normal. Aún había varias heridas que faltaban cerrarse, así que él, en medio de su mareo, no lo veía como algo grave. Era como en ese caso cuando las madres feéricas traspasan su magia a sus huevos para que estos puedan eclosionar y nacer sanos. Si era un caso normal para ellas, entonces tal vez también debería estar bien para él si el cuerpo de Shiori le pedía más de su sangre.

La ha hecho pasar por mucho, así que ¿por qué no darle un poco más de lo que merecía?

Quizás piensen que está loco, pero con el agotamiento y el mareo, no podía pensar con claridad. Esta sensación era como estar ebrio, no habia ningun filtro de pensamiento cognitivo y hasta podría empezar a ver ilusiones. Si no, ¿cómo explicarían la imagen de Rose en su bata de dormir parada frente a él en ese momento?

-Realmente eres un idiota.

Hasta sonaba igual que ella. Tan enojada que su pequeña nariz se arrugaba tal y como la recordaba... tan hermosa y adorable...

-Ser capaz de alucinar de esta forma... es agradable...

Crowley pensó que esta Rose era solo un producto de su mente cansada, cuando en realidad, ella era la verdadera Rose. La fae lo miró con el ceño fruncido, reflejando una mezcla de molestia y preocupación.

Incluso con la cabeza tambaleándose de un lado a otro, Rose no pudo evitar sostener con fuerza el mentón de Dire para que dejara de moverse. ¿Qué estaba diciendo este loco? Si ella estaba aquí, solo era para asegurarse de que Shiori estuviera bien.

No era como si ella también estuviera preocupada por él.

Luego de los eventos sucedidos durante el VDC, Rose ya estaba terminando de empacar su última maleta e irse a visitar a su familia la mañana siguiente. Pero mientras más avanzaba la hora nocturna, más le era imposible conciliar el sueño. Era ridículo para ella sentir tales preocupaciones, ansiosa por regresar al Instituto Night Raven para ver a ese inútil pajarraco y buscar sus propias respuestas.

Realmente era un terrible defecto como fae sentir tanta curiosidad, y se le hacía insoportable seguir de esta forma. Así que, para acallar esta sensación, ella había enviado una mariposa para monitorear el lugar, esperando que de esta forma podría volver a dormir. Pero no lo encontró por ningún lado. Era extraño. Intentó por si acaso buscar a su paciente pero tampoco la encontró, es más, la cama estaba abandonada y la puerta de su dormitorio estaba abierta.

Claramente, ver ese escenario la preocupó tanto que no paró de buscar como loca por todas las instalaciones hasta que sintió una anómala fluctuación en una zona en particular.

¿Por qué diablos la enfermera de un instituto emana tal energía abrumadora?

¿Esto era normal en los colegios mágicos?

El punto era que al final no pudo enviar a sus mariposas más allá de esos límites, por lo que ella tuvo que ir en persona para ver lo que estaba pasando.

Durante los siguientes minutos, intentó buscar todos los medios para entrar a la enfermería. Hasta se había tomado la molestia de canalizar su magia esperando así contrarrestar lo que sea que rodeaba a este recinto sin mucho éxito. Eso la dejó un poco exhausta, pero de un momento a otro la energía abrumadora desapareció y con ello la puerta de la enfermería se pudo abrir como si no tuviera algún seguro.

Eso solo levantó más preguntas y dudas en su ser por lo que terminó pasando al recinto. En medio de su camino pudo ver como un fantasma había salido casi volando al lado de ella a toda velocidad quién sabe para qué.

¿Quién diría que dicha pregunta se respondería en parte al entrar a la enfermería?

La escena que encontró era impactante. Crowley, pálido y tambaleante, sostenendo a una herida Shiori mientras estaban conectados por medio de una máquina que transfería su sangre al de la pequeña.

Este idiota le había estado pasando toda su sangre de una forma tan ortodoxa que estaba a nada de desfallecer.

-¿Qué diablos crees que estás haciendo? - Demandó Rose, su voz cortante mientras lo miraba directamente a sus ojos entrecerrados. No podía creer lo que veía. ¿Crowley donando su propia sangre a Shiori?- Te desapareces de la nada con Shiori y estás aquí haciendo una locura. ¿En verdad te quieres morir?

Ella suspiró, su ira mezclándose con la preocupación. Sabía que Crowley siempre había sido impulsivo y terco, pero esto era extremo, incluso para él.

- Rose... - Murmuró él, su visión nublada por el cansancio y la pérdida de sangre. - ... Incluso de esta forma puedo hablar contigo, bichito... Es una linda alucinación mía...

Era un caso perdido esperar una respuesta concisa de él en este estado ¿Realmente esta ave pensaba que era una alucinación suya?

-No podía dejar que muriera... - Susurró Dire, arrastrando sus palabras apenas audibles. - Hice... hice... una promesa...

¿Y ahora de qué estaba hablando?

- ¿Promesa? ¿Cuál promesa? - Preguntó Rose confusa ante sus palabras.

Crowley no respondió, pero en lugar de eso, solo se inclinó hacia adelante. Estaba a punto de caerse y Rose, por reflejo, tuvo que adelantarse para atraparlo entre sus brazos. La cabeza del director estaba cerca del cuello desnudo de la otra fae, que no pudo evitar sentir el adictivo aroma silvestre de su ex-prometida. Crowley hundió aún más su rostro en su cuello.

Su labios se estaban pegado a su cuello.

- ¡Oye! - Rose estaba enojada como sonrojada.

Estaba a nada de abofetear con todas sus fuerzas a Crowley hasta quebrarle el cuello en dos y, de ser posible, dárselo de comer a los perros. Sin embargo, todo sentimiento asesino de enojo se esfumó cuando sintió un líquido caliente recorrer su cuello..

¿Crowley... estaba llorando de nuevo?

- Estoy tan cansado, Rose... - Admitió él, con su voz quebrándose. - No sé cuánto más puedo seguir así.

¿Y ahora qué tonterías le va a decir?

- ¿Hah? ¿De qué estás hablando? - Replicó ella, totalmente confundida.

Pero su tren de pensamiento se vio interrumpido con el arrastre de palabras de Dire.

- Ya le falle muchas veces a ella... y también te falle tantas veces... ya no quería cometer más fallas...

Rose sintió un nudo en el estómago. Sus ojos se abrieron mientras miraba al hombre que una vez había amado con todo su corazón. Quería mantener su resentimiento y su enojo, la vulnerabilidad de Crowley la estaba tocando profundamente, y eso la hizo sentir enferma.

Este sujeto no puede simplemente decir eso y esperar que mágicamente la haga sentir mejor. ¿No se supone que Crowley era él quien se alejaba de ella porque no la soportaba? Y ahora estaba hablando sobre arrepentimientos y promesas.

- No digas cosas de las que ni siquiera estás seguro. - Alejó su rostro para encararlo, pero...

- ¡Pero es cierto! - Exclamó Crowley, mirándola directamente a los ojos con una seguridad que la dejó helada. - Yo nunca quise alejarme... no quería hacerte daño... nunca debí obedecer la orden de tu padre... Debí haberte dicho la verdad cuando me preguntaste... pero... no pude... lo siento...

¿Su padre? ¿Qué tenía que ver su padre en todo esto?

- ¿Qué? ¿Qué estás diciendo? ¿Qué tiene que ver mi padre en todo esto? - Rose quiso pedir más explicaciones.

Pero convenientemente, Crowley cerró sus ojos y se desmayó.

Maldición. Rose había esperado mucho tiempo y rápidamente sacó la aguja de su brazo para que este loco no perdiera más sangre. Sabía que tampoco podía perjudicar a Shiori en su recuperación, por lo que mientras esperaba al fantasma, miró a su alrededor por si acaso, y sin pensarlo mucho se inyectó la aguja en su brazo para donar su sangre a Shiori.

- Oye, no te desmayes ahora... ¿Qué tiene que ver mi padre con todo lo que dijiste? - Rose intentó hacer que Crowley reaccionara con algunas bofetadas suaves, pero él estaba muy profundo en su mundo onírico.

Casi chasqueando los dientes, no le quedó otra opción que usar su magia única para tener acceso a sus recuerdos y buscar respuestas por su cuenta. Sabía que antes había dicho que no lo haría por ética, pero al diablo con eso. Estaba dando muchas vueltas al asunto y además, merecía saber la verdad.

Era su derecho y así lo hizo.

Casi chasqueando los dientes, no le quedó otra opción que usar su magia única para tener acceso a sus recuerdos y buscar respuestas por su cuenta. Sabía que antes había dicho que no lo haría por ética, pero al diablo con eso. Estaba dando muchas vueltas al asunto y además, merecía saber la verdad.

Pasaron unos segundos en silencio frente a Dire. El silencio parecía reinar brevemente en el lugar. El único ruido posible era el de la noche y el viento gélido. Pero ni la temperatura de la brisa podría compararse con la sensación helada que Rose sentía ante lo que estaba observando. Sus ojos se abrieron perplejos mientras su boca se abría poco a poco.


- "¿Por qué su mente está tan fragmentada?" - Pensó Rose, mirando el inmenso mar de recuerdos entremezclados.

Normalmente, los paisajes oníricos de las mentes eran como espejos que reflejaban ampliamente los recuerdos que luego Rose observaba en sus pacientes. Pero la mente de Crowley estaba tan dañada que los recuerdos estaban mezclados y desordenados. Era como ver a través de los huecos de una gran red de araña con distintas imagenes impresas que cambiaban a cada segundo.

Rose caminó entre este mar de fragmentos ruidosos, pero ninguno era la respuesta que buscaba. En lugar de eso, encontró secuencias extrañas, rostros desconocidos y eventos dispersos que no encajaban con la narrativa que ella conocía. Ninguno de esos recuerdos pertenecía a su ex-prometido, y eso lo sabía muy bien, pues había compartido tantos momentos con Crowley que podía diferencias de uno con el otro.

¿Entonces, si todo estaba tan disperso y desordenado, dónde pondría Crowley sus verdaderos recuerdos? La pregunta resonaba en su mente mientras se movía entre los fragmentos. Buscó algún indicio familiar, algo que resonara con la época en que estuvieron juntos, pero la confusión y el caos reinaba en la mente de Dire.

¿Cómo si quiera podía vivir Crowley con todo esto enredado?

¿En verdad estaban tan mal que ni ella se pudo dar cuenta?

En eso, una ligera sensación atrajo a Rose hacia el centro de toda esta red confusa. Fue como una especie de hilo invisible de pesca que la jalaba hacia su origen. Sin pensarlo mucho, ella caminó y caminó hasta llegar al final de esa cuerda imaginaria.

Frente a ella apareció una especie de caja pequeña y cerrada echada tranquilamente en el piso de toda esta red de recuerdos.

Se tomó un poco su tiempo, pero Rose reconoció al instante esa caja. Aunque hubieran pasado años y décadas, nunca olvidaría la caja que Crowley había elegido para el futuro regalo de su hija cuando fuera mayor... la máscara plateada.

En un momento dado, las voces de los recuerdos dispersos se quedaron en silencio. Ella acarició la tapa de madera con cuidado y cierta nostalgia por los recuerdos alegres del pasado.


- Ay, no debiste molestarte cariño. -Ella pudo escuchar su propia voz cuando miró la caja.

- No ninguna molestia, Bichito. Esto forma parte de mi tradición... - Respondió Dire sin presión alguna. -Tarde o temprano lo tendré que compartila con ella, asi que solo me preparó para nuestro futuro...


Lo que sea que descubriera dentro, finalmente podría saber de una vez por todas y poner fin a todo este misterio que había mantenido oculto durante tantos años.

Después de unos pocos segundos de contemplación, Rose abrió la caja y encontró el pequeño fragmento que había guardado en su interior.

- Esos son los verdaderos recuerdos de Crowley. - Susurró Rose, comenzando a acercar su mano para tomar dicho fragmento.


En la realidad, todo se mantuvo en silencio, ninguno de los dos se había movido en un largo rato. Era como si se tratara de un fotograma congelado en el tiempo. Shiori casi completamente recuperada de sus heridas, Crowley dormido cerca de la cabecera, y Rose en un estado de atonía, con lágrimas que comenzaban a brotar mientras una expresión de horror se dibujaba en su delicado rostro.

No podía creer lo que veía.

Su mano soltó rápidamente la frente de Crowley como si estuviera tocando un fierro caliente. Lo que había visto tenía que ser algún tipo de error, una ilusión, algo que su mente y corazón no podía aceptar.

Rose se apartó aún más, sus pensamientos tumultuosos se entrelazaban con una mezcla de negación y angustia. Observó a Crowley dormido, su rostro tranquilo pero con una mirada que denotaba una profunda angustia. Las lágrimas seguían deslizándose por sus mejillas mientras luchaba por asimilar lo que había descubierto en los recuerdos de Crowley.

- No puede ser... - Murmuró Rose, en un susurro, como si al decirlo pudiera convencerse a sí misma de que todo era una ilusión. Pero la verdad estaba ahí, insistentemente revelándose en los fragmentos de memoria desordenados que había explorado.

¿Cómo podía siquiera ser real ese cruel recuerdo?

Con determinación, Rose se llevó sus manos a la boca para amortiguar cualquier tipo de grito de dolor o náuseas. Miró una vez más a Crowley, sintiendo un nudo en la garganta. Las palabras que había dicho en su momento de delirio ahora empiezan a cobrar un poco de sentido.

- "No es verdad... No es verdad... esta debe ser otra mentira suya..." - Pensó ella, resistiéndose a aceptar lo inaceptable. Pero otra parte de ella, la que conocía demasiado bien la capacidad de Crowley para ocultar verdades dolorosas. - "¿Por qué mi padre... le dió otro cadáver a Crowley?"

La pregunta se instaló en su mente como un eco persistente. Recordó cómo lucía su bebé, su fragilidad y su pacifico rostro dormido eternamente. El contraste con lo que había visto en los recuerdos de Crowley era abrumador. Ni que decir sobre la orden que su padre le dió para alejarse de ella con la excusa de que era por su "bienestar".

Cuantas mentiras se le dijo a ella a lo largo de todo este tiempo ¿Su madre y Kelebek estaban también involucrados?

- ¿Qué es lo que realmente pasó? - Murmuró Rose, más para sí misma que para cualquiera más en la habitación. No esperaba una respuesta de Crowley, no en ese momento, no en su estado.

En eso, Shiori comenzó a moverse de un lado a otro, como si estuviera a punto de despertar, y la voz desesperada del fantasma se acercaba. Era su señal para irse de allí. Rose retiró la aguja de su brazo y caminó hacia la ventana de la enfermería. Con manos temblorosas, la abrió y dejó que el viento fresco acariciara su rostro, empujando sus cabellos y secando las lágrimas que confundían sus emociones.

El silencio de la noche envolvía el instituto, pero dentro de Rose, un torbellino de pensamientos y sentimientos la envolvía con mayor fuerza que hasta temía en desatar un blot masivo. Miró por última vez hacia la cama donde Crowley yacía dormido junto a Shiori, enfrentando los demonios de su propia mente. Sus palabras, sus acciones, todo lo que había descubierto parecía un rompecabezas sin resolver, un laberinto oscuro del cual no sabía cómo escapar.

No sabía si despedirse o no, ya que sintió un nudo en la garganta mientras las lágrimas volvían a brotar. No estaba segura de si quiera disculparse o no bajar la guardia ante la posible red de engaños.

Ella muy pronto tenía que irse al funeral y como se suponía que iba a afrontarlo con todo esto cargando en su mente. Con decisión, Rose se impulsó hacia afuera, desmaterializando su cuerpo en varias mariposas celeste y plateadas que volaron en medio de la noche y dejando atrás la enfermería y todo lo que había descubierto esa noche.

Lo pasó después en la enfermería ya no era relevante.

· ┈┈┈┈┈┈ · ꕥ · ┈┈┈┈┈┈ ·

A unas horas antes de los tumultuosos y dramáticos sucesos recientes, el desordenado cuarto del líder de Ignihyde, Idia Shroud, reflejaba perfectamente su estado de agotamiento. Se tumbó en sus suaves y abrigadas sábanas, dejando escapar un gemido doloroso con la cabeza enterrada en la almohada.

- Siento que hoy trabajé todo un año. - Gimió dolorosamente Idia, con la cabeza enterrada en su almohada.

- ¡Buen trabajo hoy, hermano! - Felicitó Ortho a su lado. - Estuviste increíble durante tu presentación.

Idia levantó la cabeza de la almohada, con una sonrisa cómplice dibujándose en sus dientes filosos.

- Mi escritura sin mirar fue realmente un espectáculo maravilloso. - Iidia se permitió presumir un poco, dejando que su ego se inflara un poco..

- Siento que incluso Riddle Rosehearts estaría muy orgulloso de tu actuación. - Asintió Ortho.

- Cosas como estas son fáciles si me lo propongo. ¡Fuhihi! - Idia continuó asintiendo, complacido consigo mismo.

- Cierto, cierto. Y es muy probable que estés más cerca de incluso salir con Shiori-neechan, ¿verdad? - Agregó Ortho sutilmente.

- ¡Así es! Incluso podría ser capaz de salir con... - La racha de ego de Idia se detuvo abruptamente, sus ojos se abrieron desmesuradamente y su cabello flameado se tornó de un color rosa. - ¡Ni siquiera juegues con eso, Ortho! ¿En qué estás pensando?

- ¡Moh! Es que, hermano, ya a estas alturas deberías saberlo. ¡Te has interesado por Nee-chan! - Ortho hizo un puchero que mataba de ternura a Idia. - ¡Hasta yo puedo notar como tu actitud cambia cada vez que interactúas con ella!

Pero a pesar de las palabras de Ortho, miles de alertas sonaron imaginariamente en la cabeza de Idia.

- No, no, no, no. No confundas las cosas, Ortho. - Negó Idia con la cabeza, ahora con un ligero sonrojo en las mejillas. - El hecho de que me lleve bien con ella no debería confundirse con algo tan cliché como... como... - Le costaba decir esa palabra. - Como "eso". Finalmente, dejamos ese lugar cuando la sesión de preguntas terminó y no se diga más del asunto.

Idia realmente rezaba a todos los dioses posibles para que Ortho se desviara del tema, evitando seguir hablando de la situación shoujo que Ortho claramente insistía en que él aceptara.

- Hmm, está bien, hermano. - Asintió Ortho.

Idia finalmente pudo suspirar de alivio.

- ¿Entonces por qué no vas a pasear por las otras cabinas, hermano? - Ortho cambió el tema..

- El arte y los experimentos de un estudiante NPC no valen mi tiempo. - Respondió Idia con fundamento.

- Pero acabamos de ver la presentación de Shiori-neechan en stream. - Comentó Ortho.

¿Otra vez con lo mismo? ¿Qué se le había metido en la cabeza a su hermano bebé?

- ¡Ortho! - Idia tuvo que respirar profundamente antes de tranquilizarse y hablar con calma con su hermano. - ¿Por qué insistes tanto en que me junte con Shiori? No es por juzgarte, pero me da la impresión de que me estás shippeando con ella.

- Hermano, es que es más claro que el agua. - Comentó Ortho, abrazando su cintura y mirándolo con una mirada reluciente. - Tú y ella congenian bien. Son tan parecidos en varios aspectos y normalmente...

- Normalmente nada. - Interrumpió Idia, intentando mantenerse firme. - No es así, Ortho. La relación que tengo con Shiori es solo de compañeros. Nada más. Además...

Su mirada se oscureció un poco. Las palabras de Ortho resonaban en su mente, despertando pensamientos que Idia había intentado evitar. El cansancio, la presentación, y ahora esta conversación, todo se acumulaba, haciéndolo sentir más agotado.

Estos fueron rasgos que Ortho pudo notar con preocupación.

- Hermano, solo quiero que seas feliz. - Dijo Ortho suavemente.

Idia suspiró, sintiendo el peso de las expectativas de su hermano y las suyas propias. Sabía que Ortho solo quería lo mejor para él, pero la idea de cambiar su vida de la manera que Ortho sugería le parecía aterradora.

Tanto él como Ortho sabían bien el porqué.

Bip... bip... bip...

Su conversación fue interrumpida por el sonido del timbre de mensajería, que resonó en el ambiente y que por default también llegó a la base de datos de Ortho.

- Tienes un mensaje nuevo. - Respondió mecánicamente Ortho, revisando el emisor del mensaje antes de hablar fluidamente. - Parece que son ofertas de pasantía después de tu presentación de investigación, hermano. TI, comunicación, investigación de ingeniería arcanas, desarrolladores de aplicaciones y... ¡Ah! - Los ojos de Ortho se abrieron con sorpresa y emoción. - ¡Esto es increíble, hermano! ¡La compañía Olympus también envió uno! ¿Debería mostrarlos en el monitor o quieres que te lo lea?

Sin embargo, a pesar del tono alegre de Ortho, la mirada fría y apática de Idia fue muy notoria, así como su cambio de actitud a una más depresiva y llena de derrota.

- Descuida, bórralos todos... - Comentó Idia sin ánimo.

- ¿Eh? Pero... - Ortho miró a su hermano mayor con duda y preocupación.

- Está bien. - Idia se acercó al cuerpo robótico de su hermano para abrazarlo un poco, esperando que Ortho no viera su mirada decepcionada. - Después de todo, yo no pertenezco a ningún lado...

Ortho sintió el abrazo de su hermano gracias a los sensores y, aunque estaba diseñado para ser optimista y apoyarlo que se podia , no pudo evitar sentirse frustrado y triste. Quería ver a Idia feliz y realizado, pero sabía que forzarlo a algo que él no quería no era la solución.

- Hermano... - Susurró Ortho, su voz suave y llena de preocupación. - Sabes que siempre estaré aquí para ti. No importa lo que decidas, siempre te apoyaré.

Idia apretó un poco más el abrazo, sintiendo un nudo en la garganta. Sabía que Ortho lo decía en serio, y eso lo hacía sentir un poco mejor, pero la oscuridad de sus pensamientos seguía ahí, acechando.

Incluso desde aquel día...

- Gracias, Ortho. - Murmuró Idia, finalmente soltando a su hermano y dirigiéndose de nuevo a la cama. - Necesito descansar un poco más. Hoy fue un día largo.

- Claro, hermano. - Respondió Ortho con una sonrisa reflejada en su mirada, aunque luego mostraron una preocupación. - Descansa bien.

Idia se tumbó de nuevo en sus sábanas, cerrando los ojos mientras. Ortho observó a su hermano por un momento antes de apagarse parcialmente, manteniéndose en modo de espera pero siempre alerta.

Mientras Idia se sumergía lentamente en el sueño, sus pensamientos vagaron de nuevo hacia los eventos del día y las palabras de Ortho. Tal vez, si las cosas hubieran sido diferentes... solo tal vez, podría haber un futuro distinto para él. Pero pensar en supuestos era tan patético como intentar cambiar el curso del destino.

- "¿Sueños? ¿Esperanzas?" - Pensaba Idia en la completa oscuridad. - "Qué conmovedor. Todo es una tontería, tener esos sentimientos es tan inútil."

En medio de toda esta oscuridad, una delicada mano le tocó la mejilla con suavidad. Al abrir sus ojos amarillos en ese mundo onírico, fue recibido por el mismo fondo negro de siempre habia visto en todos estos años, solo que esta vez, Shiori estaba echada a su lado, acariciando su mejilla como si ya lo hubiera hecho un millón de veces.

- "No puedo ir a ningún lado de todos modos." - Idia le habló a esta imaginaria Shiori, mientras apoyaba su mano grande sobre la de ella para alejarla con cuidado. - "No hay lugar para mí en el mundo exterior, Kore."

La Shiori onírica le miró con tristeza, sus ojos reflejando un entendimiento profundo y una empatía que hacía que el corazón de Idia se sintiera aún más pesado.

Sabía que todo esto no era real y una situación así solo podría ser un producto de sus sentimientos más profundos de su inconsciente, posiblemente intentando a alentarlo a ser valiente. Pero esas chispas de esperanza ya se habían marchitado desde hace un buen tiempo atrás. Tanto Shiori como el resto de las personas que conocía podrían vivir de la libertad del mundo exterior y disfrutar de una primavera radiante mientras que él estaba condenado a pasar el resto de sus días bajo tierra y ser privado de toda luz y esperanza que claramente nunca iban a estas destinadas para él.

Así eran las cosas y así lo serán para siempre.

Su mano se llevó a la altura de su pecho.

- Yo nunca pedí nacer con esta maldición. - Idia cerró sus ojos con fuerza.

Y la Shiori onírica solo se quedó mirándolo todo el lapso que duró su sueño.


[Bonus extra]

En medio de la oscuridad, arrollando a las pocas personas que caminaban en las frías y madrugadas calles de Sakimura, un joven de cabellos oscuros y mirada esperanzada corría a toda velocidad como si su alma se la estuviera llevando el diablo. El moretón en su mejilla aún le dolía por el fuerte puñetazo que le había propinado aquel hermano protector y sus pulmones estaban irritados por tanto correr, pero ninguna de esas cosas le importaban ahora.

Su amada le había dado la oportunidad de explicar el porqué de sus acciones, y estaba dispuesto a ir al punto acordado. Iba a explicarle todo a su querida Shiori para que lo perdonara. No le importaba si tenía que arrodillarse frente a ella.

Shiori valía la pena. Ella era la chica de la que verdaderamente se había enamorado profundamente y ningún dinero, fama o cualquier otra mujer le haría cambiar de opinión. Ni siquiera le importaba que fuera la sacerdotisa sagrada del pueblo; él la aceptaba tal como era. Con sus valores y sus miedos, él la aceptaba así como ella lo había aceptado a él.

-Ya voy, Shiori - Pensó Nanai mientras corría hacia la estación del tren, un atajo para llegar al santuario de Shiori. Pero para su sorpresa, la encontró solitaria en medio del camino, dándole la espalda y mirando hacia algo en concreto.

Nanai desaceleró su paso cuando vio a Shiori. La figura de la joven sacerdotisa estaba de pie, inmóvil, envuelta en su traje de gimnasia rítmica. Su cabello blanquecino ondeaba suavemente con la brisa nocturna, dándole un aspecto etéreo. Era como si estuviera suspendida en un mundo aparte, ajena a la agitación de la vida urbana que la rodeaba.

-¿Shiori? - Llamó Nanai, su voz apenas un susurro mientras se acercaba. Su corazón latía con fuerza, tanto por la carrera como por la emoción de estar cerca de ella. Se detuvo a pocos pasos de distancia, sin querer asustarla. Shiori no se giró de inmediato. Sus ojos escoltas estaban fijos en un punto distante, como si estuviera contemplando algo más allá de lo visible. Finalmente, con un suspiro, volteó lentamente la cabeza para mirarlo.

-Nanai -dijo ella con su voz suave y melancólica. Había una tristeza en sus ojos opacos, pero también habáa un rastro de lágrimas secas de lo mucho que había llorado. Nanai respiró hondo. Él sabía claramente quién era el único culpable de esas lágrimas. - Sí viniste.

Nanai dio un paso adelante, su corazón encogiéndose al ver la expresión de dolor en el rostro de Shiori. Pudo notar cómo sus hombros estaban temblando, posiblemente por el frío de la noche.

-¿Qué has estado haciendo para estar así? Te vas a congelar -dijo Nanai mientras se quitaba su abrigo para ponérselo sobre los hombros de Shiori. - Pensé que nuestro punto de encuentro era el parque cerca de tu santuario, pero entonces, ¿por qué estás aquí...?

-Te he estado esperando... -respondió Shiori, su voz apenas un susurro. - Te he esperado, Nanai.

-¿Shiori? -Nanai la llamó confundido, pero ella solo mostró una sonrisa vacía mientras lo miraba con esos ojos apagados y carentes de cualquier esperanza.

-Lo estuve pensando y ya hablé con mi hermano. Me dijo que me apoyaría.

Nanai soltó un jadeo de sorpresa ante esta respuesta inesperada.

-Finalmente pude entender el porqué me mentiste y el porqué de tus acciones a lo largo de nuestra relación. Te admito que sí me dolió al principio lo de Saypu, pero luego recordé todo lo que pasamos juntos... -Shiori hablaba sin pausa alguna.- Y caí en cuenta de que todo lo que hiciste no eran del todo falso, sino ¿por qué duraste tanto tiempo conmigo? Fui muy impulsiva e injusta al decirte todas esas cosas dolorosas sin pensar y quería disculparme por eso. Te prometo que me convertiré en una novia que esté a tu altura. Cocinar para ti, apoyarte en tus sueños... tengo que practicar más...

Nanai no podía creerlo. Shiori se estaba disculpando cuando el único que debería hacerlo era él mismo.

- ¿Shiori, qué estás diciendo? -Nanai negó con la cabeza.- Esto no fue tu culpa. Fui yo quien te ocasionó esto, tú no tienes nada de qué disculparte conmigo, al contrario, yo...

Pero Shiori lo interrumpió:

- Tengo que esforzarme para estar a tu lado y para que no sufras estando a mi lado. Me convertiré en la novia de la que no te avergüences. -Al final, soltó una débil risa desgastada.

- ¡Shiori! -Nanai trató de llamarla, apoyando su mano en su hombro, pero ella parecía perdida entre sus palabras y sus pensamientos, como si estuviera desconectada.

- Por ti, Nanai...

- Shiori, ya basta... -Insistió Nanai, sintiendo cómo su voz se quebraba.

- Quiero serte útil.

- ¿Qué te está pasando?

- Es que quiero estar contigo...

- Oye...

- Creo en ti...

- Por favor, ¡para!

- Porque soy tu novia, ¿verdad?

- Ya es suficiente...

Pero nada preparó a Nanai para escuchar las siguientes palabras que Shiori le dedicó solo a él.

- Nanai, yo te amo.

Otro jadeo se escapó de los labios del joven mientras las lágrimas brotaban de sus ojos. A estas alturas, ya no tenia nada de que avergonzarse de ellas.

O al menos eso le había dicho ella una vez.

- Realmente te amo. -Repitió Shiori.

Este cambio dejó a Nanai aún más confundido.

- ¿Cómo? ¿Por qué... me querrías? -El joven pensó en todas las cosas que había hecho, lo cual, lejos de ser un consuelo, solo aumentaba su vergüenza-. Yo... Yo...

Nanai sintió un nudo en la garganta. Ver a Shiori así, tan resuelta pero a la vez tan vulnerable, le partía el corazón. La acercó hacia él, envolviéndola en un abrazo cálido y protector.

- No, Shiori, escúchame. -Su voz era suave, pero luchaba por ser firme-. Tú no tienes que cambiar ni esforzarte más. Eres perfecta tal como eres. Todo esto fue culpa mía y haré todo lo posible para enmendarlo. Te amo. Te amo ¡Te amo! y no me cansaré de decirtelo. te amo por quien eres, no por lo que puedes hacer por mí... perdóname.

Shiori se quedó en silencio, con una expresión sorprendida en sus ojos opacos mientras Nanai la abrazaba con ternura y amor.

- Lo siento mucho. -Nanai repitió en su oído, sollozando más y más-. Yo... yo... Shiori, yo... te amo.

La sorprendida mirada opaca de Shiori se abrió aún más ante esa hermosa y sincera declaración, y sus ojos escarlata recuperaron su brillo característico.

Después de la larga pausa en la que se abrazaron, Shiori finalmente levantó sus delgados brazos para corresponder al gesto de Nanai. Hubo un momento de silencio tenso entre ellos, como si estuvieran buscando las palabras adecuadas para expresar lo que sentían. Nanai acarició suavemente el cabello de Shiori y luego acercó su rostro al de ella, buscando sus labios con los suyos.

Shiori se quedó quieta por un momento, sorprendida por el gesto, pero luego cerró los ojos y se dejó llevar por la calidez del beso. Fue un beso suave y tierno, cargado de emociones acumuladas durante mucho tiempo: el arrepentimiento, la reconciliación y, sobre todo, el amor profundo que sentían el uno por el otro.

Los labios de Nanai se movieron con delicadeza contra los de Shiori, como si estuviera intentando transmitirle todo lo que no podía expresar con palabras. Ella respondió con la misma ternura, sus manos aferradas a su espalda, como si temiera que él se alejara en cualquier momento.

El beso duró lo que pareció una eternidad, pero ninguno de los dos quería romper el contacto. Nanai se sentía abrumado por la ternura y la intensidad del momento, entregado por completo al amor que sentía por Shiori.

Lamentablemente, en ese preciso instante en que el tren llegaba a toda velocidad, Nanai podría haber notado, solo por un destello en el reflejo, que aunque estaba besando a Shiori, algo no estaba del todo bien. La figura frente a él, la que había compartido ese cálido momento, no era la verdadera Shiori que había esperado en el lugar acordado.

No era ella. La verdad, ese era el último y débil fragmento de un demonio del espejo, que había logrado escapar tras la batalla con la verdadera sacerdotisa sagrada y el recipiente del leviatán. Esta entidad, sedienta de venganza y decidida a recuperar su poder perdido, se había disfrazado en los reflejos de la estación para esconderse en el metro y usar la imagen de Shiori para capturar a sus siguientes víctimas.

El que Nanai pasara por allí solo fue una inesperada y desafortunada coincidencia.

En un abrir y cerrar de ojos, bajo los pies de ambos jóvenes, el reflejo donde reveló su verdadera forma: bajo los pies de los dos jóvenes, una grotesca boca llena de dientes filosos como cristales que se cerró con rapidez, atrapando a Nanai en una trampa mortal.

El beso, que había sido un momento de amor y conexión, se convirtió en una trampa mortal tendida por el demonio del espejo, dispuesto a cobrar matar a todo aquel que pase por la estación a altas horas de la noche.

El demonio no dejó rastro alguno de lo que alguna vez se le conoció como Nanai Aoki.

Por otro lado, la verdadera Shiori esperó un largo rato en el lugar acordado. Estaba envuelta en su abrigo oscuro, con el cabello blanco brillando bajo la luz de la farola cercana del parque. El viento frío de la noche hacía que sus mejillas se pusieran rojas, pero su expresión era de pura decepción mezclada con una frialdad nunca antes vista.

- Lo sabía... - Murmuró Shiori antes de soltar una pequeña risa que luego se convirtió en una carcajada llena de dolor y llanto camuflado. - Es verdad, ese sujeto nunca me amó en verdad...

El eco de su risa resonó en el aire frío, un sonido que reflejaba el amargo desencanto de sentirse traicionada. Observó el espacio vacío donde había esperado, sintiendo cómo el frío de la noche se infiltraba en su corazón.

- ¿Cómo pude ser tan ingenua en creer que tendría buenas intenciones? - Se preguntó en voz alta, más para sí misma que para cualquier otra persona. Se acurrucó más en su abrigo, sintiéndose vulnerable y dolida por dentro. - Siempre supe que era demasiado bueno para ser verdad...

Se apartó del lugar con paso lento y pesado, con cada paso resonando como un eco de la decepción que sentía. Cada recuerdo de los momentos compartidos con Nanai ahora parecía estar teñido de falsedad y engaño. La frialdad en sus ojos reflejaba la decisión de no volver a confiar fácilmente, de proteger su corazón de futuras heridas.

- Jamás debí confiar en él. - Murmuró Shiori en un tono lleno de odio que hasta su marca se oscureció como nunca antes. - Todos son unos viles y asquerosos mentirosos... igual que los demonios...

El viento susurraba entre los árboles del parque, como si compartiera su pesar silencioso. Shiori se alejó, dejando atrás el lugar donde había albergado esperanzas e ilusiones, ahora dispersas como hojas caídas en el frío invierno de su alma.

La energía oscura de Shiori emana tanto poder que llamó la atención de varios demonios que salieron de su escondite para decidir si atacarla o esperar a lo que ella iba a hacer.

Shiori los miró con sus ojos llenos de oscuridad y frialdad digna de una matriarca Nakamura.

- Es verdad, soy la próxima matriarca Nakamura.

Murmuró Shiori viendo el sello demoníaco cerca de ella.

- No soy una simple humana...

Ella se fue acercando al sello.

- Soy el verdugo de los demonios y de los pecadores...

Con su bota piso el sello para ser transportada al otro mundo demoníaco para ver cuando espectros, ya sean pequeños de mayor rango, estaban a su alrededor.

- No tengo por qué sentir piedad por ellos ni por nadie.

Las extremidades con espinas espectrales se manifestaron en la espalda de Shiori mientras se dirigía hacia la horda de demonios para ofrecer a los dioses de su mundo su más violenta y despiadada danza sangrienta.

Por primera vez Shiori no fue la presa fácil de los demonios.

No.

Los demonios de esa noche fueron las presas fáciles de esa triste y vengativa sacerdotisa que los usó para ser sus objetos de despecho y desahogo total.

Shiori podría ocultar muchas cosas y esta era unos de esos secretos que nunca jamás revelará a nadie.

Si realmente son muy cercanos a ella, puede que quizás te revele un poco de ese evento, pero hasta entonces guarda este pequeño secreto... kodamita...

Continuará...


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El amanecer de un nuevo día que no es tan esperanzador para una dolida sacerdotisa ha llegado.

La marca en su mejilla está grabada como un profundo recordatorio de su derrota.

Thanatos la estará persiguiendo sin parar mientras que su hermano Grim esta totalmente perdido en alguna parte del mapa.

Por primera vez, la heroína no tiene idea de qué hacer.

Muchos secretos y misterios comenzarán a salir a la luz, incluyendo los secretos detrás de un mural que finalmente revelará parte del origen de la marca de Buda...

¿o es así como su mundo bautizó dicho poder?

Pero eso no es lo peor que podría pasarle.

Pues ahora, la heroína podrá sentir lo que es ser como todos los demás frente a la mayor amenaza titánica que ha enfrentado en toda su vida.

¿Realmente, para ser un héroe, necesitas tener únicamente un gran poder?

Desciende a los nueve círculos del infierno de Dante conmigo, bajo la luz del gran alineamiento planetario, en el sexto arco de "Una sacerdotisa en Twisted Wonderland: El guardián del inframundo."

¿Qué estarían dispuestos a sacrificar estos dos hermanos mayores por todo aquello que aman con locura?

Dime, ¿Cuáles son sus respuestas finales, Perséfone y Aidoneus?

¿̮̞̺T͡enͩeͫmo̰͡s̋ u̝ͩnͬ͞ t͈r̢̿͡a̮t̾o͆ͭ̃?̨

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Próximo capítulo: "El llanto de la sacerdotisa"


Ohh boiii, tiempo sin hablarles kodamitas. Finalmente le pude dar cierre a este arco y aparte de soltar de poco a poco los varios misterios que ocurrirán en el el siguiente capítulo. Ya se que dije que iba a comenzar con los capítulos secundarios, pero he tomado la decisión para arrancar con el cap 6 y recibiendo empezar el arco de relleno de los eventos por el bien de la trama jejeje.

Se que a muchos les debo muchas citas con el psicólogo por los capítulos tan angustiantes, pero ¡hey! es mi manera de desahogarme aparte de dar drama a este fic.

En un inicio solo quería que Rose fuera un personaje secundario poco frecuente pero la idea de darle más profundidad me engatuso tanto que necesitaba desarrollarla también al igual que su relación con la variante de nuestro director OOC.

En fin, al fin llegamos a este arco que he esperado tanto tiempo para desarrollar como así dejar este espacio para escuchar sus teorías y expectativas que les gustaría ver en este nuevo arco aparte de una fuerte decisión que recaerá en ustedes.

para no dar mucho Spoiler solo les voy a hacer una pregunta muy importante:

¿Quién de los primeros va a ser el primero?
¿Vil o Idia? ¿Y porque ese chico lo merece?

Dejen sus elección en la de arriba.

Ya para finalizar quiero agradecer profundamente a mis sistar... HijaDeXiumin y jhoan1az

Estas dos simpáticas chicas me ayudaron mucho a darme el feedback necesario para el desarrollo del arco 5 y sin sus consejos no les hubiera entregado el maravilloso trabajo que hicieron.

Sin nada más que agregar buenos días, buenas tardes y buenas noches Kodamitas, los amo mucho.

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Hago un repaso de todo lo que se tiene que saber hasta ahora para saberlo en síntesis y aclarar posibles dudas, gracias LadyAcasia 3

Misceláneas clave:

1. Crowley: a él sí lo estaban usando las entidades para que siguiera la línea del juego que tod conocemos y claramente que buscan algo (Que todavía falta revelar - Las entidades están moviendo sus fichas con cuidado). Sin embargo, como ya lo pudiste notar, este crowley es muy opuesto a nuestro director canónico. Casi distinto si me atrevo a decir, ya que al contrario del otro director, el OC Crowley, tiene algunas personitas del pasado que lo conocieron desde pequeño, lo cual generó dudas dentro del público cuando empecé a insertar su pasado.

2. ¿Cómo se da estas manipulaciones por parte de las entidades?: Más que el hecho de controlar a cualquier versión espejo de los personajes del TW (Aka el mundo de Shiori) hay que percatarnos que con solo esa disposición no es suficiente. No, hubo algo más a la mezcla para que esto se empezara a notar. Yo aquí te pregunto ¿En qué momento, de toda esta aparición de los entre y sus poderes con control mental, empezaron a aparecer? ¿Cuál fue el evento dentro del capítulo 5, con relación a lo que hizo nuestra protagonista, para que se empezara a desatar todo este quilombo de problemas? ¿Por qué no antes? ¿Qué hubo de diferente en este arco que los demás?

3. El tema del bucles: Crowley no paso por una serie de bucles de la trama. Lo que si pasa es que, al empezar a relacionarse con estas entidades, estos sujetos le implantaron las memorias de varios Crowleys que pasaron por esta misma historia (los mangas, novelas y el mismo juego) a nuestro director y que obviamente este por momento creé que algunas de ellas ya las vivió, cuando en realidad solo son los recuerdos de otros. Los verdaderos recuerdos de este OC Crowley están muy celosamente guardados por él mismo justo no perder su identidad (y que Rose lo muestra de manera representativa más adelante)

4. El plan de los entes: Sabemos que manipularon a nuestro Crowley para que la llegada de Shiori sucediera, ellos están encerrados en alguna parte y hay algo que obviamente quieren de nuestra prota para que ellos sean libres. Esto es todo lo que sabemos y que deben mantener como base para el cap. 6.

5. La interferencia en el canon: Como se pudo ver hacer cambios en la línea solo hace que las vuelvas a pasar de otra manera. En el canon se suponía que Ace, Deuce y Grim pasaran la humillación de quedarse tiesos en el suelo por romper las reglas, pero Shiori intervino en ese evento clave y cambió un poco la historia. Lo que ocasionó, que en capítulos más adelantes ella fuera la que pasara por la "humillación" para compensar la ausencia de dicho evento. Las cosas que pasaron antes se tienen que volver a repetir para no generar un desastre, ni siguiera nuestro Crowley, siendo la marioneta de esas entidades, no podía alterar el guion por así decirlo o de lo contrario recibiría un cruel castigo (Condicionamiento, señores). Pero eso claramente le llegó un huevo a nuestro Crowley, debido al estrés, y casi finales del cap 5 se propuso a cambiar la historia del guion para solo ver que al final no pudo (Estas entidades están jugando con la mente de nuestro Crowley, incluso si este ya no es su marioneta, para que no se arriesgue más). Una cosa en intervenir para que el evento canónico se diera correctamente (como el ejemplo de la botella de agua bendita en el coliseo para ayudar a vencer el overblot de Vil, que es algo que pasa en el juego) y otra cosa es el caso del ataque de Grim al kantousei de cada línea del tiempo (Nuestro Crowley quiso cambiar el curso de la historia para volver a repetirla de manera más segura para Shiori) pero las entidades intervinieron en mal momento para empeorar la situación y que se diera ya pronto el evento canónico, pero que al mismo tiempo fuera un cruel castigo para Oc Crowley.

6. El misterio del padre de Shiori: Ya conocemos la línea de sangre de la mama de Shiori (Kaori), pero aquí nace otro misterio ¿Qué de especial tiene el papá? ¿No era solo un simple humano? Como se pudo ver en los eventos narrados del pasado que voy colocando y que claramente es un elemento clave. (Si es que entendiste las referencias de Atlantis) La cuestión es ¿cómo así pudo ser posible? ¿Recuerdan cuando la marca narra como fue su primer encuentro con el antecesor de Shiori? ¿Recuerdan lo que le paso antes de llegar al mundo de Shiori? Se ha partido en dos partes. La primera, obviamente el poder cayó cerca del antecesor de Kaori ¿Y la otra? ¿Dónde está? Es más, ¿Qué podría ser la otra parte que podría haberse perdió?