— Soy el detective Mirio Togata y él es mi compañero Tamaki Amajiki, venimos a hablar con su superior. —habla un rubio mostrando una placa de oficial. Todoroki, el profesor de química, se queda perplejo ante ello. Nunca creyó que algún día irían a parar dos oficiales a la escuela.
— La directora Uraraka no se encuentra en estos momentos pero el subdirector Tetsutetsu podría atenderles o su secretaria, ellos deben de estar en la dirección. —contesta, los oficiales asienten.
— ¿Nos podría llevar con ellos? Necesitamos iniciar una investigación. —Todoroki arquea una ceja, confundido. ¿Se referirán al hecho del vandalismo de los baños? No, la directora había movido cielo, mar y tierra con tal de que aquella información no llegara a la policia. Sin duda se trataba de algo con mayor peso.
— Me gustaría saber el porqué de su llegada. —se cruza de brazos. También podía tratarse de una evaluación sorpresa donde buscarían drogas o artefactos punzo cortantes en las mochilas de los alumnos. Aunque esto no era del todo habitual. Además, seguramente Uraraka se los hubiera avisado con anterioridad para evitar escándalos.
— No estamos autorizados para revelar ese tipo de información por ahora. —aquello se tornaba más confuso, ¿Qué podría ser?
— Bien, es por aquí. —Shōto hace un ademán y camina frente a los oficiales. Le sorprende que Kirishima, el guardia de seguridad no se los haya topado en un inicio. Tal vez no ha llegado y se han metido sin más.
Una vez delante de la dirección, Shōto toca la puerta seis veces. Todo en código. Dos toques significaba que era un alumno común que buscaba información. Tres toques significaba que se trataba de un profesor. Cuatro toques en caso de que sea reporte a un alumno. Cinco toques si se trataba del guardia de seguridad. Seis si se trataba de algo muy importante.
Todos en la escuela conocían esa política, de esa manera era más fácil identificar cada problema.
Tal y como lo era ahora.
— Adelante, está abierto. —se escucha del otro lado poco después de haber tocado. Todoroki abre la puerta y se encuentra con Tetsutetsu sentado en su lugar correspondiente tomando café de una taza.
— Con permiso. —Shōto ingresa al lugar con los oficiales detrás de él. Tetsutetsu de inmediato se levanta. Carajo.
— Somos los detectives Togata y Amajiki, venimos a tratar un asunto bastante importante con usted señor...
— Soy el subdirector Tetsutetsu, Uraraka, la directora, no se encuentra en estos momentos. —completa él haciendo una leve reverencia.
— Con permiso, debo de ir a dar clases. —habla Todoroki retirandose.
Los oficiales, el rubio delante y el morocho detrás, miran con atención el lugar, viendo cada detalle.
— ¿A qué se debe su visita? —pregunta Tetsutetsu rompiendo el silencio que se había formado después de la ida de Todoroki.
— Estamos a cargo de la investigación acerca de la desaparición de uno de sus alumnos. —habla Togata, bastante serio.— Gogo Kashima, hermano de Yamikumo Kashima que también está en esta misma escuela.
— Los prefectos no me han reportado acerca de la falta de uno de los estudiantes... —comenta Tetsutetsu.
— Eso es porque desapareció el viernes, según nos dijo la señora Kashima. —habla Amajiki rompiendo su silencio.— Pero debió notar que hoy no ha asistido, ¿no es así?
— Las faltas pueden justificarse así que no. —Togata lo apunta en una libretilla.
— Nos gustaría saber el horario de clases del joven Kashima. —declara el morocho. Tetsutetsu asiente con la cabeza.
— Yaoyorozu, te necesito aquí de inmediato. —habla a un walkie-talkie. Esa era la manera inmediata de hablar con cada profesor. La nombrada aparece poco después con paso rápido.
— Subdirector, ¿en qué puedo servirle? —pregunta ella haciendo una reverencia frente a él.
— Necesito que le des la información que necesitan los oficiales. —informa él, ella asiente.— Quiero que les des el horario de Gogo Kashima.
— ¿Ah? —ella luce confundida.— ¿Para qué necesitan eso?
— El joven Kashima desapareció el viernes en la noche. —Togata informa.— Su madre reportó esto el sábado pero tenemos sospechas de que sucedió el viernes.
— ¿Por qué? —pregunta Yaoyorozu.
— Los jóvenes tienden a salir después de clases, pudo ser el caso que él saliera terminando el día. Aun así, no hay rastros de el joven Kashima. —Amajiki continúa. Yaoyorozu vuelve a asentir.
— Pudo ser el caso que saliera con amistades o algo así, por ello necesitamos de su horario, saber de parte de sus compañeros sería vital para la investigación.
— En ese caso, cuente conmigo. —ella va a su computador. Teclea y de inmediato saca la información deseada.— ¿Quiere que se la imprima?
— Por favor.
Yaoyorozu pica a imprimir.
— ¿Qué aula es? —pregunta Amajiki revisando el documento. Era bastante sencillo deducir, pero necesitaban bases y testigos para la coartada que Togata le había propuesto en el auto.
La idea de que fuese secuestrado era algo que no podían descartar.
Si se trataba de una simple desaparición porque el joven Kashima hubiese huido, también el saber el qué hace serviría de mucho.
Aún así, siente que ese no es el caso.
— Es el aula de física matemática, el aula 3 - A. —declara Yaoyorozu.— Está ubicada en el salón del tercer piso a la izquierda, siendo el primero.
— ¿Nos dejaría ir a interrogar a los alumnos? —pregunta Amajiki. No podían perder mucho tiempo. Si Gogo había desaparecido el viernes como había propuesto Togata, entonces ya llevaba tres días desaparecido, lo cual, no podría tratarse de una simple huida.
— Claro, son las dos, deben de estar a punto de entrar a clase con Midoriya. —habla Tetsutetsu bastante tranquilo aun a pesar de la situación.— Él no les dirá nada si le quitan una hora o las dos, se los aseguro, es bastante servicial.
— En ese caso, iremos de inmediato. —habla Togata.— Con su permiso. —salen de la dirección escolar.
Van camino al salón indicado antes por Yaoyorozu, la secretaria. Togata tenía una corazonada que habían hecho bien en pedir el horario de clases, sentía que estaba cerca de saber la verdad acerca de la desaparición de Gogo Kashima.
— ¡Cuidado! —exclama un hombre resbalando de las escaleras. Togata le atrapa en brazos. Es de cabellos verdes oscuros y de pecas. Algo bajito, sin duda alguna.
— ¡Ou! —se queja y se da la vuelta. Togata no puede evitar pensar que aquel hombre es bastante atractivo.— Lo siento, soy algo torpe jeje. —se rasca la nuca, nervioso.— Soy el profesor Izuku Midoriya, un gusto. —hace una reverencia. Togata no puede evitar que un sonrojo crezca en sus mejillas.
— Mirio Togata, un placer. —se presenta.— Él es mi compañero Tamaki Amajiki.
— Somos detectives. —declara el morocho bastante serio.— Estamos en camino al aula 3 - A, siendo la de lógica matemática.
— Ah, en ese caso vengan conmigo. —habla Midoriya sonriente.— Soy el profesor e ingeniero Izuku Midoriya, yo soy el responsable de cálculo. Estoy a punto de dar mi materia, vengan conmigo.
— ¿Uh? —Amajiki arquea una ceja. Algo no pinta bien. Era demasiado perfecto. Aunque claro, podía tratarse de simples celos. Había notado aquella mirada por parte de Togata a Midoriya, lo que le ocasionaba una increíble inconformidad por ello.
— Muchas gracias. —agradece Togata. Nuevamente reanudan su camino, siendo Midoriya el que va delante caminando un poco lento para evitar otro accidente.
— ¿Por qué han venido? —pregunta volteándolos a ver sonriente. Faltan dos pisos más.
— Estamos a cargo de una desaparición. —habla Togata. Midoriya los observa a partir de su mirada periférica, tratando de no mostrarse aún más interesado. Después de todo, era el profesor Midoriya, el más agradable entre todos los profesores.
— ¿De quién? Deben de entender que apenas iré a dar mi primera clase con ellos, por ello no entiendo del todo de quién se trata. —aunque no estaba de más preguntar. Después de todo, podría excusarse diciendo que era por pura curiosidad hacia sus propios alumnos ya que, después de todo, era algo que cualquiera pensara por parte de él mismo.
— Gogo Kashima. —Midoriya detiene el paso a un escalón de llegar al tercer piso. Voltea a verlos con rostro preocupado.
— ¡¿Gogo?! —se tapa la boca y reprime un llanto.— Es uno de mis mejores alumnos, ¿Cuándo sucedió? —el viernes a las nueve de la noche, bien que sabía eso.
— Su madre nos contactó el sábado en la mañana. Ella es enfermera y cumple turno en la noche así que no notó su ausencia. —habla Togata. Amajiki sigue serio.
Midoriya reanuda la caminata al salón de clases.— En ese caso, cuenten conmigo, Gogo es mi mejor alumno, no soportaría que algo malo le sucediera.
— ¿Era apegado a su alumno? —pregunta Amajiki rompiendo su silencio. Tenía una corazonada mas no la entendía del todo.
— Gogo a veces me hablaba de sus cosas, pero sólo eso. —esboza una nostálgica sonrisa.— Siempre lo vi como un hijo.
Un hijo al que quería follar como un loco.
— Aún así... Siempre mantuvimos la relación que hay entre un profesor y un alumno.
El límite planteado había sido quebrantado en el primer instante en que colocó el sedante en la bebida aquella noche.
— Ya veo... —Togata suspira. Frenan frente al primer salón de la izquierda.— ¿Es aquí?
— Sí. —esboza Midoriya otra haciendo enrojecer a Togata. Amajiki frunce un poco el ceño.
— Todos tuyos, Midoriya. —habla Kōda, el profesor de biología saliendo del salón bastante agotado. Midoriya le despide con la mano.
— En ese caso, entremos ya. —Midoriya abre de nuevo la puerta dejando a la luz el interior del aula.— No hagamos esperar más la investigación.
