Los chicos de barrio no me pertenecen, son propiedad de Cartoon Network y Tom Warburton.
¡Hola! Este fic participa en la Ship Week organizada en la página de facebook Operación: Foro donde subimos contenido knd tooodo el tiempo, así que ya saben.
Día 4: AU Universitario.
¡A otro con ese cuento!
Una historia tiene mil maneras de ser contadas.
Había una vez una niña a la que llamaban caperucita roja….
Entonces podrás leer sobre la niña que aprenderá la lección de hacer caso a sus padres y que involucrará a su anciana abuela, a un leñador y a un lobo.
Pero, mirando el asunto desde una franca perspectiva…Si, el lobo intentó comerse a la abuela y a la niña ¿pero tú te crees que para mantenerse vivo el pobre se alimenta de margaritas? ¡Ese no es el orden natural de las cosas! La situación está cada vez peor, uno trata de ganarse la vida limpiamente y el mundo se le viene encima.
El lobo hasta el momento es el sujeto más normal del grupo.
¿Qué hay de la abuela? ¿Porque se iría a vivir tan lejos del pueblo una mujer de su edad? Y el leñador que casualmente esta por allí cerca, casualmente… Vale, es un leñador, seguro prefiere los paseos por el bosque en lugar que la playa. Igual el hecho de que haya llegado justo a tiempo, ni un minuto más, ni uno menos es un conveniente giro de los acontecimientos. Quiero pensar que solo soy yo, pero este tío tiene más pinta de asesino serial que otra cosa. ¿Y qué hay de la madre que envía a su hija a un solitario bosque? Eso se llama irresponsabilidad ¡Alguien llame a los de seguridad social!
Volviendo al tema inicial, una historia tiene miles de caras, inicios y finales. Porque en ella se entretejen todos los personajes y cada uno aporta algo a la trama, por insignificante que esta acción fuera, es un hilo más que nos conducirá al final.
Por ejemplo yo podría decirles porque terminé dentro de un contenedor de basura cubierto de lápiz labial, molido a golpes, hablando para nadie en especial. Podría contarles mi historia. Pero me niego a excluir a los demás personajes y sus acciones poco menos egoístas que las mías. No quiero hablar de mí porque muy dentro me gusta creer que esto no fue mi culpa sino que fue producto de una mala jugada del destino.
Como el lobo de caperucita.
Mejor hablar del grupo de locos, raros, irresponsables, asesinos seriales y demás sujetos con los que ni siquiera tuve intención de entrometerme, pero que aparecieron ahí solo a joderme la vida.
Así que empecemos por lo básico. Había una vez….
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El güero Torres.
Este hilo de la historia comienza con este tío y lo primero que debo aclarar es que su cualidad principal no es la astucia, buen juicio o inteligencia. No me burlo por el hecho de que su tarea de inglés es tan mala que yo tengo que reemplazarla con la mía para que él no desapruebe el año, pues para algunos la capacidad bilingüe no es una opción.
Hablo de su inutilidad en el plano sentimental.
Mira, yo no soy particularmente fanático de estas cursilerías. Pero el güero ha tratado de confesarle sus sentimientos a Kuki Saban desde secundaría tengo entendido, esos son prácticamente…uno, dos… ¡Cinco años! Uno llegaría a pensar que se trata de una conspiración del universo en contra suya, pero créanme que no. Wally es un idiota. Tan idiota que no se ha dado cuenta que Kuki corresponde su amor, ni que soy yo quien le pone tachuelas en su mochila los días miércoles y viernes.
Casi, casi me da pena.
Le escribe cartas románticas que nunca entrega, compra para ella peluches de los simios arcoíris que jamás le obsequia. Lo he visto tomar aire y caminar decidido a confesar sus sentimientos, quedarse parado como imbécil frente a ella, balbucear y correr de regreso a su cueva.
Casi, casi.
Se pasea por el bosque como un extraño acosador que da vueltas y vueltas alrededor de nosotros, agrediendo a cualquiera que intenta acercarse a ella con pretensiones amorosas. Mientras se niega a si mismo quererla tanto, y esto lo pone de malas, lo pone en contra de sí, contra su alrededor y eventualmente contra Kuki. Confundiéndola con esos ataques de amor, odio, amor, frialdad, cariño e indiferencia que la empujan a no confesarse ella también.
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Kuki Saban
Una chica asiática tan dulce y colorida como el cereal que se te pega en los dientes. No tengo malos comentarios para ella, nadie lo tiene, que yo sepa es amiga de todos. Y no conozco a nadie en el campus que no sepa algo de ella. Lo más relevante que han podido averiguar para mí, es que su mejor amigo es Niguel Uno, siempre están juntos ya que acuden a la misma facultad de ciencias económicas. Sus familias deben ser muy influyentes porque el par comparte absolutamente todas sus clases, y créanme la probabilidad de que esto suceda por azar es nula.
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Francine Fullbright
Cabello rojizo lleno de ondas majestuosas, falda corta, medias altas y botas con tacón. Ya sabes…el demonio en persona.
Llámenme loco y yo los llamaré cobardes de regreso.
Desearía que mis padres fueran lo suficientemente influyentes como para exigir que nos tocaran todas las clases juntos. Pero no es así. Bueno tampoco tenemos la misma carrera. Ella estudia medicina y yo ciencias del deporte ¿No sabían que era una carrera? ¡Yo tampoco! Bendita sea América y sus budines de pan. Y bendita sea mi madre que no me dejó enlistarme al ejército sin antes conseguir alguna clase de título universitario que les dejara en claro a todos que no solo soy un metro ochenta de músculos, sino que gracias a ella, soy culto.
En fin, Fanny y yo solo compartimos un par de clases, pero fue suficiente para decidirme afilar mis colmillos. Que puedo decir, me gustan las emociones fuertes. La he odiado, luchado, admirado, he competido, ganado, me di por perdido, me he roto en pedazos, me he vuelto a construir…sin poder creerme que ella siguiera de pie con sus garras dispuesta a una batalla más.
Tiemblo cada vez que la veo.
Me agito, babeo, aúllo.
Sin embargo no todo es perfecto. Caperucita no se detiene por mí por mucho tiempo, pronto aprieta contra su pecho la canasta y a pesar de verme hambriento, indiferente sigue su camino. Tiene sus ojos enfocados en otro lugar.
Ella está enamorada de alguien que a su vez ama a otra persona. Ella ama en secreto a su mejor amigo Wally desde hace como dos años, y aun con todo ese tiempo no se ha dado por vencida. Y no porque crea que tarde o temprano él se dará cuenta de sus sentimientos y mucho menos que estos serán correspondidos, cielos, Francine no es tan optimista.
Ella sabe que este no es el orden natural de las cosas, por eso se dedica a atesorar los momentos juntos como quien aprecia el calor del verano con la certeza de que llegará el invierno, con entusiasmo, cariño y desaliento…
….no la culpo ¿Quién no ha tenido un amor no correspondido? Yo hago lo mismo después de todo. Soy de los que creen que no tiene nada de malo querer a alguien que no te ve de la misma manera, siempre que ese alguien valga la pena….
Pero ese es el problema, el maldito problema.
Él no lo vale. Wally Torres no merece el amor de Fanny, él no es apto para tal cosa. Y como el homicidio no es una opción viable, y como llenar de tachuelas la mochila de ese imbécil no me hace sentir mejor. Tuve que tomar medidas drásticas.
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Y por último estoy yo, Patton Drilovsky, pero yo no soy importante. Solo soy la persona que narra esta historia, no quiero aburrirlos conmigo cuando lo verdaderamente bueno está por comenzar. Solo puedo decirles que hice lo que tenía que hacer, lo que todos hubieran hecho si tuvieran el mínimo de coraje para variar, y sí, lo siento si esto hiere la condenada autoestima de alguien. Montón de perdedores. Como es posible que todos estos años de ver como el bueno para nada del güero torres se saboteaba a sí mismo, y mucho menos de ver como Kuki solo se encogía de hombros decepcionada, nadie, ¡nadie! ¡Haya hecho algo al respecto!
Yo lo hice, la opción lógica que nos sacaría de este maldito cuento. Tomé todas las cartas románticas junto a los peluches que Wallabe Torres alguna vez intentó de enviar, y las mudé al bolso escolar de Kuki Saban con dedicatoria y todo. ¡Ja! ¡Me lo agradecerán en su boda, babosos!
-¿Qué hiciste qué? –me interrumpe Abigail Lincoln abriendo grande sus ojos.
-Lo que oíste. Esta misma noche cuando Kuki revise su mochila descubrirá todo, corresponderá a los sentimientos de Wally, y finalmente Fanny estará libre para mí.
Entonces yo no sabía el lio en que nos veríamos envueltos los dos. Sí, porque esta historia comienza conmigo, Abby y el fatídico día en que provoco que las cosas se salgan de lugar.
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Connor Kurasay