Draco consiguió resolver el problema con su coche y llevaba varios días con el bolso de Hermione en su auto, por si a la castaña se le ocurría volver, no era como si la estuviera esperando y el bolso solo fuera un pretexto, ¿O si?, después de todo; Hermione le hacía recordar al rubio su pasado, pero no su pasado oscuro, sino sus mejores años en Hogwarts, cuando todo iba bien y su única preocupación era ser el mejor promedio en su casa de Slytherin y el chico popular y millonario, antes de la tempestad.
-¿Aún no ha venido nadie a preguntar por mi?- cuestionó a la recepcionista de la clínica
-Nadie, doctor Smith, yo le avisaré si llega alguna persona- mencionó amablemente la chica
-Bien, gracias- dió una breve mirada al estacionamiento y caminó hacia su consultorio, se sentó en el escritorio y se puso a analizar; ¿Porqué diablos la estaba esperando?, la interesada en recuperar el bolso era ella, de cierto modo, le intrigaba saber más respecto a lo que había pasado aquella noche en su departamento, por más que intentaba recordar, no podía, ¿Realmente sólo mencionó el nombre de sus padres y de Astoria?, ¿Porqué habitaban su mente ahora, si en su momento nunca reflexionó sobre ellos con detenimiento?.
Necesitaba respuestas y no iba a descansar hasta conseguirlas.
"Querida Hermione:
Espero que estés muy bien, lamento responderte hasta ahora, últimamente Ron y yo hemos tenido carga de trabajo, también te extrañamos, tenemos un nuevo supervisor ¿Puedes imaginar quién es?, nada más y nada menos que nuestro querido Neville, cuando Ron se enteró, casi provocó que explotara el cristal de la ventana de la oficina, sabes que tanto él como yo hemos esperado mucho para obtener ese puesto, pero a mi me parece que Neville es muy capaz de llevarlo acabo, te tengo otra gran noticia, nuestro bebé será niño y Ginny y yo queremos hacerte una propuesta, pero ya hablaremos de eso, ¿Te parece bien si nos vemos en la madriguera éste fin de semana para cenar?, espero tu respuesta.
Un abrazo, Harry."
Fueron las palabras que leyó Hermione en la carta de Harry; la chica estaba emocionada y no perdió tiempo en responder con su confirmación.
Ella se rehusaba a ir nuevamente a la casa de Draco por su bolso pero tenía algunas pertenencias que eran importantes, por ello decidió ir por él después de ver a Harry y Ron.
El día llegó y la chica apareció en la chimenea de los Weasley, los pelirrojos y Harry la recibieron con gran alegría
-Hermione, querida, que gusto volver a verte- le saludó la madre de familia con un fuerte abrazo, en quien ya se notaban algunas marcas de la edad, Harry y Ron se acercaron y ambos la fundieron en un efusivo abrazo grupal.
-Me hacían tanta falta, chicos- se le quebró la voz, al escucharla, Ron de inmediato impidió el llanto de la jóven
-Bueno, bueno, basta, no hay razón para llorar, vamos a sentarnos que ya muero de hambre- mencionó abandonando el vínculo físico con sus amigos
-Desde hace un buen rato se estaba quejando de que no llegabas pero la señora Weasley se negaba a que empezáramos a cenar sin ti- expuso Harry sonriendo a su amiga y dirigiéndose con ella a la mesa
La joven pelirroja con siete meses de gestación que ayudaba a su madre a poner la comida sobre la mesa, se acercó para brindar a su mejor amiga un fuerte abrazo, el cual recibió con gusto y Granger acarició enternecida su vientre.
-¿Y bien Hermione, qué tal te han tratado los muggles?- quiso saber el señor Weasley, mientras cada uno iba tomando su asiento, Molly al instante le dió a su esposo un leve codazo
-Tantos años y papá sigue sin superar su obsesión por los muggles- inquirió George entrando sonriente a la cocina de la mano de su esposa Angelina -Es bueno verte otra vez, Granger, aunque tus visitas serían más constantes si hubieses quedado dentro de la familia- mencionó mirando a Ron de soslayo, al tiempo que él y su esposa ocupaban su lugar
-Hermione es de la familia, tonto- le reprendió Ginny con el ceño fruncido y al instante dió una gran sonrisa -Es por eso que Harry y yo queremos pedirte algo- dijo contenta mirando a su esposo
-Habíamos quedado que después de la cena- le recordó Potter
-No puedo esperar necesito decirlo ya- mencionó apretando sus puños sobre su barbilla con emoción -Ah, si, también a ti, Ron- habló con indiferencia ésta vez
-¿Jambien a mi gue?- preguntó el chico con la boca llena de patatas
-De acuerdo- mencionó Harry rodando los ojos y poniéndose de pie para sacar un pastel en color azul del horno y colocarlo en medio de la mesa frente a Ron y Hermione, el postre llevaba inscrita al centro la frase "¿Quieren ser mis padrinos?", y en la parte de abajo tenía dibujado con betún un bebé en caricatura sonriendo y guiñaba un ojo, la castaña no pudo contener el llanto y asintió abrazando a Ginny.
-Por supuesto que si- habló entre sollozos y la pelirroja sonrió alegre
-Me causa un severo complejo que tenga un bebé el pastel, ¿Cómo voy a comerlo?- explicó Ron y todos rieron, el pelirrojo se puso de pie para abrazar a Harry -No tenían ni que preguntar, es un rotundo si- agregó el pelirrojo
Se dispusieron todos a disfrutar de la exquisita cena que preparó la señora Weasley mientras platicaban y reían animosamente, Hermione había olvidado lo bien que se sentía en aquel lugar, rodeada de gente que la apreciaba, lo que era convivir en familia, aunque habían pasado varios años desde la guerra no tenía el recurso suficiente para ir a buscar a sus padres y revertir el hechizo, por ello disfrutaba mucho su estadía con los Weasley, terminaron de cenar y se dispusieron a subir a la habitación de Ron para hablar de aquello que no querían que fuera escuchado por otros, como en los viejos tiempos.
-Había olvidado la tranquilidad que se respiraba en éste lugar- dijo ella mirando la luna por la ventana sentada en la cama de Ron
-Bueno, no te haz perdido de mucho- afirmó Ron sentándose de costado frente a ella -¿Y qué tal te ha ido en tu trabajo de...- cerró sus ojos intentando recordar el nombre
-Abogada- complementó la leona
-Abogada, si- se apresuró a agregar el muchacho
-Bien, es parecido a lo que ustedes hacen aquí en el ministerio, pero sin tantos embrollos, ni magia, ni tantas cosas extraordinarias- repuso con nostalgia bajando la mirada
-Sigo sin comprender porqué razón decidiste irte, tú perteneces a éste mundo, Hermione- puntualizó Weasley
-Lo hago por ellos, Ron, para ti es difícil comprender porque tus padres están aquí contigo- explicó la muchacha
-¿Y qué piensas hacer, esperar a que algún día a ellos de la nada se les ocurra venir de visita a Londres?- preguntó sarcástico y se cruzó de brazos -¿Porqué vendrían si en su mente lo que deben hacer es estar lo más lejos posible de aquí?- se encogió de hombros- Lo que deberías hacer es buscar ser feliz y retomar tu vida, Hermione, si tu y yo hubiéramos...- la muchacha se levantó de golpe de la cama y le interrumpió
-Si tu y yo nada, Ron, ya habíamos hablado de eso, lo intentamos y no funcionó, quedamos como amigos y se acabó- objetó tajante
-Nisiquiera nos esforzamos por salvar lo que teníamos, Hermione, pudimos intentarlo- reclamó él levantándose y mirándola de frente
-Tuviste seis años en Hogwarts para intentarlo y fue preferible para ti, hacer caso omiso a lo que sentías y tratarme mal- recriminó ella también
-Eramos unos niños, Hermione- levantó un poco la voz exasperado- No sabíamos lo que queríamos- elevó un poco los brazos
-Y hasta la fecha eso no ha cambiado en ti, no tiene caso que sigamos hablando del tema, Ron, lo de nosotros fue hace años, fue bonito, si, pero se quedó como un recuerdo, teníamos diferentes planes y no iba a funcionar- inquirió con calma
-Yo habría hecho que funcionara- replicó por lo bajo volviendo a acomodarse en la cama
-Tampoco se trataba de eso- finalizó Hermione, y Ron dió un suspiro irónico, rodando los ojos, Harry entró de pronto a la habitación.
-Perdón, Ginny se quedó dormida, el embarazo hace que se canse más...- observó los rostros de sus amigos- ¿Interrumpo algo?- quiso saber con el ceño fruncido
-No, nada, no te preocupes, entonces, ¿Tienen un nuevo jefe?- sonrió maliciosamente sentándose y Harry dirigió una mirada rápida a Ron, que observaba desganado las uñas de sus manos sentado a lo ancho de la cama y mantenía una de sus rodillas flexionada.
-Si, bueno, Neville es un gran auror, merecido lo tiene- expresó Harry sentándose en el suelo junto a su amiga
-Los hay mejores- mencionó el pelirrojo con hostilidad, sus amigos solo intercambiaron miradas
-Bien, mencionaste en tu carta que tenías algo que contarnos- le recordó el moreno
-¡Oh, si!, ¿Imagino que si recuerdan a Draco Malfoy?- preguntó la castaña y ambos chicos soltaron un bufido exasperado al mismo tiempo
-Y que lo digas, nos ha traído muchos problemas- explicó Ron
-Si, es uno de los principales magos en los que nos han pedido enfocarnos en su búsqueda- inquirió Harry
-¿Porqué?- cuestionó ella
-Porqué no, más bien, tiene cuentas pendientes que pagar en Azkaban- musitó el pelirrojo para evitar ser escuchado fuera de la habitación
-Bueno, se podría decir que primero deberá ser juzgado- puntualizó de nuevo Harry
-No hay manera, lleva prófugo muchos años, es seguro que en cuanto toque el suelo de éste mundo, irá directamente a una de las celdas, y yo estaré en primera fila para observarlo- agregó Ron con un gesto triunfal
-Perdón pero no estoy entendiendo nada- informó la muchacha con el ceño fruncido- ¿Porqué dicen todo eso?- quiso saber
-Draco Malfoy, debe ser juzgado ante el ministerio por haber sido un mortífago, todos los seguidores de Voldemort- Hermione todavía sentía que los vellos se le ponían de punta al escuchar el nombre, aunque para Harry ya era muy común mencionarlo- Que fueron sobrevivientes de la guerra, fueron enviados a Azkaban sin juicio tal como fue el caso de Lucius quien era uno de los confirmados desde antes de la confrontación, pero se piensa que Draco pudo ser seguidor por manipulación y no a voluntad propia, por eso será enjuiciado, lo último que supimos de él fue que huyó junto a su madre, quien también por cierto, está prófuga y no tenemos la más mínima idea de donde estén, tenemos personal trabajando alrededor del mundo tanto el mágico como el muggle para dar con su paradero pero no hemos tenido éxito- habló con la mirada al suelo, reflexivo
-Entre más tiempo pasé, más se agravará su situación por estar evadiendo las leyes mágicas, a cómo va la cosa, calculo que pasará todo el resto de su miserable vida encerrado en Azkaban, si es que lo encontramos- dijo Ronald y la Gryffindor sintió un escalofrío al escuchar el modo tan frío en que su amigo hablaba, sentía la boca seca y se dió cuenta de que la tenía abierta al oír las palabras de sus amigos sin dar crédito a sus oídos, cerró su boca y tragó saliva, llevando con nerviosismo un mechón de su cabello detrás de su oreja
-¿Y cómo es que no han podido dar con él después de tantos años?- se interesó en saber el resto de la historia antes de decirles lo demás
-Porque por más que hemos estado investigando, no ha habido un registro de realización de magia por parte de él o de Narcissa, ni en el mundo mágico, ni en el muggle, en un principio sus rostros estaban por todos lados pero después de un tiempo, le dieron mayor relevancia a otros magos que teníamos en la mira más recientemente, aún así; siguen estando en la lista prioritaria.-
-Creí que cuando se era mayor de edad el detector desaparecía- recordó ella
-No si te están buscando, en el caso de los Malfoy, el ministerio dió la orden para que se volviera a activar, así que cualquier indicio de magia por parte de ellos ya sea en el mundo mágico o en el mundo muggle, está siendo vigilada por nosotros.- siguió Harry explicando
-Bueno, como ya sabías en el caso del mundo muggle es general, cualquier mago o bruja que realice magia así sea accidentalmente, debemos llegar a investigar de inmediato y si fueran necesario, intervenir- replicó Ron
-¿Y porqué no me habían dicho lo de él en todo este tiempo?- se extrañó la joven
-Porque es información confidencial, ¡dah!, aunque bueno, se podría decir que ya rompimos ese código- repuso Ron llevándose una mano a la barbilla pensativo
-Además, no nos habías preguntado por él, ¿Porqué lo sacas a tema ahora?- quiso saber Potter
La muchacha se encontraba en una disyuntiva, por un lado sentía la necesidad de saber lo que había pasado en la versión de Draco a pesar de que el muchacho jamás le contaría nada, pero por otro, estaría impidiendo el trabajo de sus amigos, algunas cosas tenían sentido para ella ahora, la razón por la que Draco se negaba a realizar magia ni permitía que otros la hicieran cerca de él, el porqué se había cambiado de nombre y se había dedicado a otra cosa, pero eso era solo la punta del iceberg, ¿Porqué aquella noche dijo en su pesar que no quería abandonar a su padre?, ¿Qué sucedió con Astoria?, ¿Qué pasó con su madre?, y la que no se podía sacar de la cabeza, ¿Cómo hizo para llegar allá?, recordó haber visto la cicatriz de la marca tenebrosa sobre el brazo del rubio mientras le pasaba el trapo pero del los nervios que sintió en aquel momento eso fue lo menos en lo que concentró su atención, ¿Debía decirle a sus amigos y que lo hicieran pagar por sus actos?, a juzgar por el modo en que lloraba con amargura aquel día, ¿No habrá sufrido ya demasiado?.
-Hola, ¿Estás ahí?- le preguntó Harry ondeando una mano frente a ella, la muchacha salió de su ensimismamiento y regresó con ellos, Ron sonreía mirándole
-Ah, lo siento, yo... no era nada, solo lo recordé hace algunos días, por eso lo menciono- mintió
-Bueno, ya dinos lo que nos ibas a decir, nos dejaste intrigados- le pidió Ron
-Ah, realmente no es nada importante, no quiero preocuparlos, últimamente he tenido algunos dolores en el pecho, pero ya me estoy revisando y me encuentro mejor- les sonrió sintiéndose tonta, los chicos le miraron confusos
-¿Estás segura que era eso?, digo, no es que tú salud no sea importante pero, algo me dice que no tiene nada que ver- expresó Harry pensativo
-Si, solo era eso, y que los extrañaba, necesitaba verlos- dió una leve sonrisa.
-Y nosotros a ti- el moreno la observó, sabía que Hermione ocultaba algo pero no iba a obligarla a decírselo, sin embargo esperaría el momento para persuadirla.
Se fueron a la cama y al día siguiente se pasaron una gran tarde, jugando ajedrez mágico y Quidditch; se divirtieron como cuando eran adolescentes, riendo a carcajadas y disfrutando de esos añorados momentos una vez más.
El domingo muy temprano, Hermione volvió al mundo muggle y condujo hasta la calle Brick Lane, decidida a conseguir su bolso y la verdad.
