Hermione subió hasta el apartamento y tocó la puerta, luego de un momento, una chica rubia con una pinta nada decente abrió la puerta y la bruja se quedó perpleja un instante.
-Buenos días, está Mal... Jason Smith?- cuestionó confusa, la jóven le miró inexpresiva y salió del apartamento sin responder para tomar el ascensor, la castaña volvió su mirada y se asomó por la puerta para posteriormente entrar cerrando tras de sí; Malfoy salió de la habitación sin camisa y solo con unos pantalones, a juzgar por su aspecto, el joven se encontraba con resaca.
-Adelante, pasa, ésta es tu casa, bienvenida- extendió los brazos apuntando el lugar, entonces ella se dió cuenta de que el rubio aún seguía ebrio, el muchacho al instante empezó a reír con fuerza- solo bromeaba, claro que no eres bienvenida- habló arrastrando las palabras debido a su estado, tambaleándose rumbo a la barra de la cocina
-Creí que vivías aquí solo- mencionó ella indiferente
-Nisiquiera la conocía, pero eso no te importa, ¿Qué demonios haces aquí?- quiso saber de malas mientras se servía alcohol en un vaso de cristal con dificultad
- Solo vine por mi bolso, ¿Dónde está?- expuso cruzando los brazos
-En la clínica, deberás esperar hasta mañana si lo quieres- bebió del vaso
-Bien, me largo de aquí- dio media vuelta
-Espera, debo preguntarte al...- se inclinó y vomito en el suelo
-Creo que no es el mejor momento- mencionó con un mal gesto, el muchacho dió otra arcada y la chica se acercó a auxiliarle- Será mejor que tomes un baño y te recuestes- se cruzó el brazo del mago sobre los hombros y se acercó al baño, sentó al chico sobre el retrete y abrió la regadera, posteriormente volvió a sujetarlo para meterlo a la tina, pero al hacerlo el peso de él la hizo perder el equilibrio y cayeron los dos juntos dentro, ella sobre él, quedando los dos empapados.
-¿Se supone que debo pensar que fue un accidente?- mencionó entre risas cerrando los ojos y reclinando la cabeza sintiendo el agua sobre él
-Cierra la boca- le ordenó de mal humor poniéndose de pie y salió para volver a la cocina y poner la cafetera
-No te contengas, Granger- se escuchó gritar al rubio dentro del baño
-Eso quisieras, ya cállate- renegó Hermione, regresó luego de unos minutos al terminar de limpiar el desorden y cerró la llave, el jóven ya se estaba quedando dormido
-Levántate, no pienso cargarte hasta el cuarto- exigió jalandole el brazo, él difícilmente se incorporó y al pisar el suelo cuando se puso de pie, resbaló, la leona de inmediato lo sostuvo y sus rostros quedaron muy cerca, sus labios quedaron a escasos centímetros de rozarse, se miraron fijo nuevamente un instante, el Slytherin acercó su frente a la de ella y compartieron sus respiraciones unos segundos, la chica se alejó nerviosamente
-Voy a servir el café- informó y se dio media vuelta, el rubio la sujetó del brazo haciéndola volver y la recargó contra la pared para fundir un apasionado beso con desesperación sobre sus labios, la Gryffindor al segundo respondió, dejándose llevar por el momento, el chico la alzó de los muslos y ella abrazo su cintura con sus piernas, el siguió el beso y empezó a bajar a su cuello y ella lo sostuvo de los hombros cerrando sus ojos, un instante después, recordó a la chica que acababa de salir del apartamento y alejó a Draco, el chico la observó atónito, la adrenalina del momento había hecho que volviera a estar casi sobrio y con la respiración agitada, ella salió del baño y abrió la puerta de entrada, él la siguió.
-Llegué aquí con ayuda de Astoria y de su esposo- soltó de golpe, la chica volteó para mirarle- ¿Querías saberlo?, pues bien, Astoria Greengrass se casó con un muggle hace varios años y ellos nos ayudaron a mi y a mi madre a irnos a Francia- confesó observando a la castaña inexpresivo, ella sintió el impulso de marcharse pero algo le incitaba a quedarse a escuchar el resto de la historia ya que el rubio parecía dispuesto a contarla, cerró de nuevo la puerta y el muchacho tomó una toalla para secarse, luego caminó a la cocina sirviéndose café y apurándolo
-¿Dónde está tu madre?- quiso saber ella
-Está muerta- mencionó con la mirada fija en el suelo colocando la taza sobre la barra de la cocina, ella le miró sorprendida y se limitó a sentarse en el sillón, el rubio colocó la toalla sobre su lado del sillón para no mojarlo y se sentó junto a ella, poniendo sus codos sobre sus rodillas entrelazando los dedos sin mirarle y continuó.
-Hace cinco años mi madre y yo nos fuimos del mundo mágico con ayuda de Astoria y su esposo para evitar problemas con mi padre, no podíamos quedarnos, estábamos hartos de que siguiera intentando manipular nuestras vidas, teníamos muchas dificultades y decidimos empezar de nuevo, con otra vida y otros nombres en otro mundo, Astoria y yo tuvimos un noviazgo breve en Hogwarts durante el quinto año, pero terminó en el sexto cuando yo tuve que...- se detuvo un instante buscando las palabras- tomar otras decisiones, aún así nunca perdimos la amistad ni el contacto y cuando la guerra terminó, mis padres y yo nos mantuvimos ocultos un tiempo, las cosas se empezaron a complicar y le pedí ayuda para salir de donde me encontraba, para entonces ella ya estaba comprometida con su ahora esposo, él es hijo de padres muggles, quien se ofreció a ayudarnos también, nos incursó a la cultura de los muggles para pasar desapercibidos lo más que fuera posible y nos apoyó para obtener una falsa identidad y vivir como extranjeros en Francia; estando allá mi madre empezó a enfermar, luego nos enteramos de que mi padre de nuevo estaba en Azkaban y su salud empeoró, yo no contaba con el recurso suficiente para atenderla, tuve que recurrir a ciertos medios para poder conseguirlo, así como también comencé la carrera de medicina y logré destacar para posteriormente realizar la especialidad, pero fue en vano ya que de todos modos, mi madre no sobrevivió, un par de meses después fui recomendado por mis superiores en el hospital en que trabajaba en Francia y me gestionaron un intercambio de vuelta a Londres, no quería regresar pero mis ingresos estaban siendo insuficientes para poder mantenerme allá, me ofrecían una mejor remuneración y acepté- Se hizo el silencio, Hermione tampoco le miró, para que él hablara libremente, aunque sabía que no todo era verdad en las palabras de Draco.
-¿Sigues hablando con Astoria?- intentó saber más, el joven negó con la cabeza
-Unos meses después de estar viviendo allá, Astoria me mandó una última carta para despedirse, me contó lo de mi padre y que ella esperaba una hija- explicó con nostalgia
- Supongo que con la nueva identidad era más sencillo que las lechuzas no fueran interceptadas- intuyó y el rubio asintió
La chica sintió el impulso de decirle que conocía el resto de la historia y la razón por la que estaba ahí e intentó preguntar sobre la causa de la muerte de Narcissa pero sintió que ya era suficiente para él, sabía que no era sencillo estar hablando sobre ésto y menos con ella.
-¿Qué fué lo que dije aquella noche?- preguntó de pronto el rubio - Sé que no sólo los mencioné- intuyó
-Tu... les estabas pidiendo perdón- le informó mirándole de soslayo con nerviosismo, el muchacho no dijo nada, se reclinó hacia atrás y cerró sus ojos, ella no sabía si continuar pero lo hizo -Le decías a Astoria que siempre la ibas a amar y le decías a tus padres que no querías que pasarán por algo, pero no sé a que te referías- expresó mirando la cicatriz en el brazo del joven
-Lo que haya sido no tiene importancia ahora- mencionó aún recostado sin mirar a la castaña apretando con sus dedos sus cienes
-Debes descansar, iré mañana a la clínica por mi bolso- se incorporó para levantarse pero él la tomó de la mano, ella sintió una leve electricidad al contacto
-¿Podrías hacerme un favor antes de que te vayas?- cuestionó y la chica asintió inexpresiva -¿Podrías traerme una camiseta de mi habitación?, está sobre la cama- le hizo saber y ella se dirigió hacia allá, el rubio intentaba ponerla a prueba, de ésto dependía si la chica tenía o no la misma intención que él de seguirse viendo, él sintió nervios al observar cómo ella abría la puerta de la habitación y entraba.
La muchacha entró a la alcoba y llevó su vista a la cama para notar que en la esquina estaba una camiseta negra y en el otro extremo se encontraba su bolso, entendió de inmediato lo que él rubio estaba haciendo, se acercó y tomó la prenda, volvió a mirar el bolso y sonrió negando con la cabeza, dió media vuelta y salió de la habitación, el muchacho solo se limitó a observarla esperando su reacción y notó que no llevaba el bolso consigo, el mensaje era claro, se miraron un instante algo incómodos.
-Vayamos por unas de esas porquerías que comes- le sugirió el rubio rompiendo la tensión
-¡Hamburguesas!, quizá primero debas cambiarte- le arrojó la camiseta y el muchacho la atrapó sonriendo, se puso de pie en dirección a la recamara y le miró
-¿Vienes?- cuestionó picaramente
-Creo que ya tuviste suficiente anoche- expresó rodando los ojos sonriendo
-Es broma, no tardo- cerró la puerta tras de sí sonriendo al ver que su plan había funcionado, buscó algo que ponerse para verse bien, un momento, ¿Verse bien para Granger?, claro que no, no es como si fueran a una cita, era una estrategia, era indispensable que ella confiara en él y hacerle creer que él confiaba en ella, debía ganarse su confianza, debía tenerla cerca, de esa forma evitaría que mencionara algo a sus amigos pero por alguna extraña razón no sentía tanto como un deber el estar con ella sino más bien como una necesidad.
Hermione sabía perfectamente que estaba errando al no contarle nada a sus amigos pero, estaba segura que al permanecer cerca de Draco obtendría más información que les sería de gran ayuda, lo que no estaba segura es si la información que ella quería conseguir era para ayudar a sus amigos a capturarlo o ayudar al Slytherin por si lograban dar con él, además ¿No era ya castigo suficiente la muerte de su madre, vivir en un mundo que no es el suyo, el abandono del amor de su vida, su padre en Azkaban y estar condenado a vivir sin magia?
-Listo, vámonos- mencionó el chico quien solo había optado por usar unos pantalones y la misma camiseta negra - iremos en mi auto, con lo mal que conduces no me arriesgaré de nuevo- dijo burlón
-Pues que mal porque aún no estás del todo en tus cinco sentidos, así que seré yo quien conduzca- sonrió triunfante ondeando las llaves del auto del rubio frente a él y salió primero, a sus espaldas el chico rubio la miraba sorprendido y sonriendo aunque no lo dijera, le asombraba la astucia de la chica para salirse con la suya.
-Vamos- le gritó ella y él salio de su ensimismamiento para alcanzarla y tomar juntos el ascensor.
