Draco fue atendido en el hospital en que trabaja, luego de radiografías y estudios para descartar lesiones graves le permitieron el acceso a Hermione al consultorio
-¿Cómo te sientes?- preguntó a su novio acercándose a él
-Estoy mejor, no te preocupes, de hecho me dijeron que ya me puedo ir, aunque no tiene mucho sentido, ya que mi turno comienza en una hora- se incorporó sentándose sobre la camilla
-Si, es cierto, olvidaba que éste mes tendrás turno nocturno- inquirió Hermione acercándole un vaso con agua que estaba en la mesa de junto- Quizá deberías ir a casa a descansar, después de todo ellos te atendieron, deben entender que no estás en condiciones de trabajar- le dió una leve sonrisa
-No es para tanto, ya te dije que estoy bien- repuso con fastidio, dejando el vaso de nuevo sobre la mesa, la chica lo miró
-¿Podrías decirme qué pasó?- cuestionó preocupada, él suspiró desviando la cabeza evitando mirarla -Quedámos en que no más mentiras- le recordó, el rubio le miró de soslayo e inclinó la cabeza
-¿Recuerdas que te comenté que había recurrido a otros medios para poder ayudar a mi madre con su enfermedad?- habló tranquilamente
-Si, lo recuerdo, ¿Qué hay con eso?- se sentó junto a él sin perder detalle de sus palabras
-Tuve...- levantó su mano, haciendo su cabello hacia atrás, alzando la cabeza mirando al frente y suspiró -Tuve que pedir prestado a unos tipos en Francia- expresó sin más
-¿Qué?- se quedó pasmada mirándolo con el ceño fruncido
-Fue hace varios años, un compañero en el hospital de Francia me contactó con un tipo llamado Fáderick, le explique mi caso y me prestaron una cantidad considerable, mi madre necesitaba las mejores atenciones y no podía pagarlo, les he estado pagando de a poco desde entonces pero, me atrasé algunos meses y quedé de darles una parte al iniciar el año y pues... no lo he hecho, me ofrecieron trabajar con ellos para pagar pero me negué y fue por eso que me golpearon- se puso el algodón con alcohol sobre su labio inferior limpiando la herida del golpe que recibió, la chica cerró sus ojos tratando de acomodar sus ideas
-A ver, no entiendo, ¿Esos tipos son alguna especie de mafiosos o algo así?- preguntó con incertidumbre
-No sé a que se dediquen, Hermione, solo sé que son una familia que tienen mucho poder en todo Europa y...- le dió una mirada rápida -Que nos están vigilando- desvío su mirada
-¿Nos?- su boca quedó entre abierta sin comprender a qué se refería, Draco se puso de pie, sacó de su bolsillo una fotografía arrugada y la colocó junto a la chica, ella la tomó y sintió un vuelco en el estómago al verla; en la foto, aparecía Hermione entrando a su oficina con la misma ropa que llevaba puesta y el carro de Draco estacionado afuera del edificio
-Es de ésta mañana que fui a dejarte al trabajo- le informó, dándole la espalda, la castaña se quedó fría y sus manos comenzaron a temblar -Per... pero debe haber algo que hacer, yo voy a recibir un dinero pronto de las utilidades de mi trabajo y pode...-
-No será suficiente para ellos- le interrumpió- Me advirtieron que si no les pago, la próxima serás tú- le hizo saber
-¿Y entonces qué vamos a hacer?-
-Éste es un asunto mío, tu no tienes nada que ver, no te pondré en peligro-
-¿Qué quieres decir?- se puso de pie y lo miró, el muchacho se dió la vuelta y le miró también
-No podemos seguir juntos- habló de golpe tajantemente, empezando a temblar
-¿Estás bromeando, verdad?- su corazón empezó a latir con fuerza
-Nunca había hablado más en serio, es un hecho, tenemos que terminar definitivamente- replicó en tono frío haciendo un esfuerzo sobrehumano para no llorar
-Cariño, no estás pensando conscientemente, vamos a tranquilizarnos y a pensar en una solución-
-La única solución es desaparecer de éste mundo, Hermione- levantó la voz- y no volveré al mundo mágico, me niego a que algo te pase, y aunque volviéramos allá tampoco podríamos estar juntos por...los prejuicios que hay sobre la sangre- se apresuró a decir cambiando su verdadera razón, era un prófugo, le miró frunciendo el ceño, como si intentara que el Draco que solía ser en Hogwarts, volviera
-No te dejaré- advirtió amenazante con los ojos a punto de llorar -Sea aquí o allá, pero me quedaré a tu lado- su voz se empezaba a quebrar
-No seas tonta, debes volver al mundo mágico, tu no tienes nada que perder-
-Te perderé a ti- le gritó -ésta mañana me dijiste que me amabas, no podemos dejar todo por culpa de esos hombres-
-Te repito, tu no tienes que dejar nada, tendrías trabajo en un parpadeo, eres la mejor bruja que conozco, tendrías un hogar con los Weasley y un marido con Ron, él buscará hacerte feliz, te sigue amando- Hermione no daba crédito a sus oídos al escucharlo, sus lágrimas comenzaron a caer, tomó aire y trató de hablar con tranquilidad
-Sé que lo que estás diciendo es porque no me quieres contigo, pero tu sabes que si nos separamos estaríamos cometiendo el peor error de nuestras vidas- puntualizó con voz entrecortada
-Ya he cometido muchos, uno más, no será problema- Hermione no podía creer el modo tan frío en el que Draco pronunciaba aquellas palabras, como si ella no significara nada para él, después de todo lo que habían vivido
-Escúchame- se acercó a él y lo abrazó de la cintura -Vamos a encontrar el modo de salir de éste problema juntos, como siempre lo hemos hecho para poder quedarnos los dos aquí y seguir siendo felices como hasta ahora- inquirió llorando y mirándolo fijamente, el muchacho la miraba inexpresivo y no correspondió a su abrazó
-Comprende que no- exigió de mala gana y le apartó las manos de él -Es absurdo que quieras hacer algo para ayudarme, ¿Qué harás, buscarlos de uno en uno por todo Europa para desmemorizarlos?- dijo con sarcasmo -No puedes quedarte aquí, corres peligro, debes irte- repuso de mala gana y la chica lo volvió a abrazar de la cintura
-¿Porqué no me dejas hacer algo para ayudarte y seguir contigo?- él rodó los ojos, intentando evitar que ella viera que estaba a punto de llorar -Draco mírame, ¿Y si nuestro destino no era estar juntos en aquel mundo?- preguntó ella entre sollozos, el chico solo la miraba con lágrimas en los ojos mientras negaba con la cabeza- ¿Y si hubiera una segunda oportunidad para nosotros, porqué negarnos?- seguía llorando
-No hay forma de que exista una historia entre nosotros, Granger, ni en éste mundo ni en ningún otro- repuso con un hilo de voz, tomó aire y continuó - Estamos condenados a ser aquello que jamás pudo suceder, no puedo arrastrarte a la vida que llevo, ni permitir que estés conmigo, aunque eso destroce mi alma por completo- su voz se quebró y se limitó a cerrar sus ojos por los cuales rodaban lágrimas y besar la frente de la castaña, quien lloraba amargamente mientras se aferraba al cuerpo del chico, éste solo quitó con pesar las manos de la jóven de su cintura y dió media vuelta para salir del lugar; dejando a Hermione en un mar de llanto con el corazón hecho pedazos.
El muchacho salió hacia su consultorio y cerró la puerta, se recargó en ella y deslizó su espalda, sentándose en el suelo, llorando con pesar, estuvo ahí unos minutos, luego tomó aire tratando de calmarse, se puso de pie y lavó su cara en el lavabo del baño particular, salió y se puso la bata de doctor para iniciar su turno.
La leona, salió del hospital y subió a su auto, no dejaba de llorar, de nuevo iba en camino a la madriguera, le dolía saber que una vez más, había sido engañada por él, pero de forma distinta, le dolía mucho más, saber que de nuevo lo perdía y que en ésta ocasión, no habría vuelta atrás, quería guardarle rencor, pero era imposible, no podía odiarlo, tampoco podía desear que sus caminos jamás se hubieran cruzado de nuevo, quería arrancarse el sufrimiento del pecho, quería evitar ese sentimiento a toda costa.
De pronto vió una luz encandecente frente a ella, un conductor venía en sentido contrario sobre el mismo carril que Hermione, la muchacha hizo una maniobra violentamente pero aún así, no pudo evitar salir del carril y chocar contra un gran árbol, en el que se embistió de frente, provocando que la chica saliera disparada quebrando el parabrisas y quedando la mitad de su cuerpo sobre el cofre del auto, sintió un sabor a fierro en su boca, un profundo dolor en su cabeza y en su pecho, dejó de sentir el resto de su cuerpo, escuchaba un zumbido en sus oídos y a lo lejos, la sirena de una ambulancia, posteriormente cerró sus ojos y pudo admirar en esa oscuridad, los ojos del rubio, como las dos lunas de marte, con ese brillo gris que tanto amaba.
Draco acababa de terminar una consulta y revisaba algunos datos en su computadora, de pronto escuchó la ambulancia llegar y que había un revuelo en el corredor, su enfermera asistente, abrió la puerta del consultorio de golpe
-Doctor Smith, es una emergencia, un choque múltiple, hay varios heridos, necesitamos ayuda- se retiró corriendo, Draco se incorporó de inmediato de su lugar y al salir del consultorio vió que estaban trasladando una camilla rápidamente a terapia intensiva y los siguió
-Mujer de aproximadamente veinte años, signos vitales débiles, su frecuencia cardíaca es muy baja, hay que darnos prisa o la perderemos- escuchó decir a los paramédicos mientras corría tras ellos, al alcanzarlos y ver el rostro ensangrentado de su novia, se paró en seco
-¿Hermione?- habló sin poder creer lo que veía -¡Hermione!, ¡Hermione, no me hagas esto, por favor!, ¡Hermione, despierta!, ¡Despierta, mi amor!- empezó a gritar y a llorar perdiendo los estribos intentando llegar hasta ella, pero los camilleros se lo impidieron, apartándolo y siguieron su camino rumbo a terapia intensiva inmediatamente el doctor Stevens se acercó a él y lo sujetó con ayuda de otro enfermero
-¡Smith!, ¡Ya basta, contrólate, no olvides tu ética profesional- le pedía a gritos su colega
-Doctor, por favor estamos en medio de una emergencia, guarde la compostura- lo invitaba el enfermero tratando de hacerlo entrar en razón
-¡Suéltenme, quiero estar con ella!- seguía gritando haciendo caso omiso a las peticiones, todos los demás pacientes que no estaban en situación emergente, lo miraban asustados- ¡Hermione!, ¡Hermione!- gritaba desesperado con todas sus fuerzas, se soltó bruscamente del agarre y corrió unos pasos, pero nuevamente lo sujetaron, está vez entre tres hombres, el muchacho, forcejeaba para soltarse y tuvieron que tirarlo al suelo para poder suministrarle un calmante, él seguía llorando y gritando a más no poder, de pronto, comenzó a sentir una enorme sensación de somnolencia, mirando distorsionadamente las siluetas de las sombras de sus compañeros y escuchando en sus oídos, los latidos del corazón de Hermione, los cuales se habían quedado grabados en su mente desde aquella noche que compartieron juntos.
Durmió solo unos minutos y despertó desorientado
-¿Dónde está?- le preguntó al doctor Stevens
-Tranquilo, Jason, logramos estabilizar sus signos vitales pero aún está en peligro, tiene sangrado interno que ya estamos tratando de controlar, pero necesita ser operada de emergencia- El mago se incorporó rápidamente al escuchar eso
-¿Qué, porqué?- preguntó sorprendido
-Por la forma en que reaccionaste, me imagino que la señorita Granger es tu pareja, ¿No te lo dijo?- se extrañó el hombre
-¿Decirme qué?- el doctor Stevens suspiró
-La paciente Granger, tiene un aneurisma- Draco entendió instantáneamente a qué se refería él
-No puede ser- dijo por lo bajo con voz temblorosa y sus ojos se empezaron a llenar de lágrimas
-Encontramos un par de frascos de medicamentos vacíos en su bolso, al parecer se le habían terminado desde hace una semana, le estuve llamando para que viniera a surtir más pero me dijo que vendría en cuánto pudiera, tu sabes bien del peligro que conlleva dejar de tomar la medicación, debe ser intervenida quirúrgicamente o solo será cuestión de tiempo para esperar lo peor- le informó
-¿Hay donante para la arteria que necesita?- se limpió las lágrimas
-Si, lamentablemente uno de los conductores que también estuvo en el accidente, falleció y en su expediente dice que es donador voluntario, como la señorita Granger no tiene familiares directos, quizá tendrás que ser tú quien firme la carta responsiva si quieres que sea operada- el muchacho asintió -Debo ser muy honesto contigo, Smith, las condiciones en las que llegó la señorita son bastante graves, haré mi mejor esfuerzo para llevar acabo la operación con éxito, pero tu sabes que no está en mis manos la última palabra, no quiero desanimarte pero las espectativas son bajas- lo tomó del hombro y el rubio inclinó la cabeza, bajando la mirada -Tu asistente te traerá los documentos que debes firmar, daré la orden para que preparen el quirófano lo antes posible e iniciar con la operación- se retiró
El Slytherin se volvió a sentar sobre la camilla, llorando y sollozando dolorosamente, pensaba que queriendo evitar el peligro para su amada, casi la arroja a los brazos de la muerte él mismo, vivía acomplejado por la culpa y éste suceso hacía que se sintiera aún peor, si algo le pasaba a Hermione no iba a perdonárselo nunca, era preferible morir también a quedar muerto en vida sin ella, quedando sólo con el recuerdo de aquello que nunca fueron.
