Las horas transcurrían, Draco no quería separarse de la sala de espera, pero tenía otros pacientes que atender, realizó su trabajo pero en su mente seguía pensando a cada instante en Hermione, al cabo de un rato, su turno acabó y no se despegó ni un momento esperando noticias, caminando de un lado a otro con nerviosismo.
Dentro de la sala de quirófano la operación de Hermione se estaba complicando ya que su presión era muy baja, cuando lograron estabilizarla iniciaron, en la mente de la castaña, veía a Draco, desde niños cuando la llamó "sangre sucia" delante de sus compañeros, cuando lo golpeó en tercer año por burlarse de Hagrid y Buckbeck, cuando la humilló al hacerle los dientes más grandes con un hechizo que era para Harry y después recordó cuando lo vió entrar al consultorio, aquella tarde que pasaron juntos atorados en el tráfico, la noche en su casa y el modo en que lloraba por sus padres, la feria, el mirador, fué recordando cada uno de los momentos que habían compartido juntos hasta ahora tanto buenos como malos.
Para cuando Draco acordó, la luz del amanecer ya estaba resplandeciente en las puertas y ventanas del hospital, el doctor Stevens salió y Draco se incorporó casi de un salto de su asiento mirándolo con preocupación
-La operación salió bien- el rubio suspiró aliviado - Hay que esperar a ver como reacciona su corazón a la nueva arteria que se le operó, deberá quedarse aún en observación en terapia intensiva, dependiendo de su avance la trasladaremos a piso en unos días- el muchacho asintió llorando, él doctor le dió unas palmadas en su brazo -Estará bien Smith, es jóven y muy fuerte, quédate tranquilo- le sonrió
-¿Puedo verla?- quiso saber
-Aún es muy pronto, la llevaremos a terapia en unos minutos más, por ahora está anestesiada, deberás esperar a que pasen un par de horas para poder verla, deberías ir a casa y descansar- le sugirió
-No, de ninguna manera, me quedaré aquí- le hizo saber
-Al menos deberías darte un baño y comer algo, ha sido una noche muy pesada para ti- miró los golpes en el rostro del Slytherin, él asintió -Sólo queda esperar a que la señorita Granger despierte y se reponga, hay que cubrir los gastos de la operación- Draco sintió un vuelco en el estómago al escuchar aquello, ¿Cómo iba a pagar con la deuda que ya tenía encima?, el doctor se retiró.
Draco salió del hospital y se dirigió rumbo a donde sabía que podía encontrar a los "prestamistas", cuando llegó, unos tipos corpulentos lo escoltaron hasta Fáderick, un chico de unos treinta años, alto, apuesto, tatuado y de barba, se encontraba haciendo ejercicio con unas pesas, mientras algunos hombres estaban empaquetando bultos de algo que parecía azúcar y otros contando mucho dinero muggle sentados en una mesa a unos pasos de donde se encontraba él.
-¡Jason!, que bueno verte, amigo- expresó sonriendo en tono más burlesco que contento mientras se incorporaba dejando la pesa en su lugar -Lamento que los muchachos se hayan puesto rudos contigo, es la indicación que tienen cuando van a cobrar y los resultados no son los esperados- bebió whisky de un vaso de vidrio que estaba sobre su escritorio -Supongo que vienes a pagarme, ya que no aceptaste mi oferta de pagar con trabajo- le miró con gesto triunfante, el chico rubio bajó la mirada y negó con la cabeza, sintió un escalofrío al recordar cuando fue partidario de Voldemort y no quería que la historia se repitiera
-Yo... sé que te debo mucho dinero pero ocurrió un percance y necesito un poco más- le informó con nerviosismo, el jóven de barba sonrió, tomó un poco de whisky y se acercó a él, le escupió el líquido en la cara y le dió un golpe en el rostro, el rubio cayó al suelo, lo levantó del cuello de la camisa violentamente
-¿Te parece que estamos jugando, maldito idiota?- dijo enfurecido mientras lo sostenía- No me importa si tu novia se muere, tienes un mes para pagarme todo, absolutamente todo el dinero que te prestamos, tanto el que usaste para ayudar a tu estúpida madre como el que te di para que te fueras al viaje a Australia que nunca hiciste, sino me encargaré de terminar el trabajo que quedó inconcluso con esa niña tonta y los mataré yo mismo a los dos, ¿me entendiste?- lo soltó bruscamente y le dió otro golpe en el estómago, el Slytherin tosió tocándose el abdomen -Y más vale que no trates de huir o mi padre se enterará de ésto y tu sabes que él no es de dar ningún tipo de plazos- lo miró con el ceño fruncido -Lárgate de aquí- exigió y los hombres lo llevaron de vuelta fuera del sitio.
Malfoy condujo hasta su casa y al llegar bufó al ver todo el desorden en el lugar, comenzó a limpiar un poco, se dio un baño y solo preparó un jugo ya que no le entraba bocado al estómago que seguía hecho nudo, de pronto escuchó un leve golpe en el cristal de la ventana, abrió y tomó la carta, dejando entrar a la lechuza y le dió una galleta, abrió el sobre y leyó.
"Querida Hermione:
Te tengo buenas noticias, ya hay una persona interesada en comprar la casa de mi tía, ya la vió y le gustó, se hicieron los trámites de la compra- venta, no te había avisado por si no se hacía el trato, pero ya es un hecho, lo veré el día de hoy y te llevaré el dinero, solo dime a que hora puedo encontrarte, no sé qué tan cara sea la operación, pero espero que al menos podamos cubrir la mayoría del gasto, espero tu respuesta.
Un abrazo, Harry."
La serpiente suspiró y se limitó a hacer lo único que le pareció lógico en ese momento, tomó pergamino y pluma y escribió a Harry para contarle lo que había ocurrido con Hermione, dándole la dirección del hospital para que fuera a verla y preguntara por el doctor Smith.
Una hora después, el rubio se encontraba sentado junto a la cama de hospital de Hermione, ella aún estaba inconsciente, el muchacho le miraba con lágrimas en sus ojos y le acariciaba el cabello, mientras sostenía su mano.
-No sé qué voy a hacer sin ti, te necesito como no tienes una idea, por favor, tienes que recuperarte, tenemos que estar juntos, eres mi vida entera, Hermione, no me quedará nada porqué luchar si algo te pasa- le decía en voz baja entre sollozos -Te amo, te amo y me arrepiento de haberte dicho todas esas cosas, solo quiero protegerte, me haz devuelto las ganas de seguir viviendo desde que llegaste a mi, estaba perdido y solo en esta vida y me encontraste- inclinó su cabeza sobre el abdomen de la muchacha y siguió llorando
-O quizá tu me encontraste a mi- replicó ella con voz débil y entrecortada, el chico al instante le miró y sonrió limpiándose las lágrimas del rostro
-¡Mi amor, despertaste!- le besó la frente y acarició su cabeza, -¿Estás bien?- quiso saber
-Me duele la cabeza y me siento algo mareada, ¿Qué pasó?, solo recuerdo el choque y después nada más que tus ojos- el chico sonrió
-Tuvieron que operarte, al parecer, el aneurisma que tenías creció cuando dejaste de tomarte los medicamentos y el accidente fue demasiado para tu corazón, era cuestión de tiempo para que se rompiera la arteria- le miró y le dió una leve sonrisa, la muchacha se quedó atónita al darse cuenta de que él ya sabía lo que tenía
-Amor, yo...-
-No te preocupes, el doctor Stevens vendrá más tarde y te explicará mejor, por ahora debes descansar- le sugirió
-¿Te quedas conmigo?-
-Toda la vida- le besó la mano y acercó más su asiento para recargarse en el abdomen de su novia y abrazarle con un brazo su cadera, además de la operación, la castaña tenía la mitad del brazo derecho vendado y una sutura en la esquina izquierda de la frente
-Doctor Smith, hay un joven preguntando por usted y por la señorita Granger allá afuera- le informó la enfermera, Draco miró a Hermione, ésta frunció el ceño extrañada
-Potter- le informó
-¿Se lo dijiste?- le reprendió
-Tenía que hacerlo, debo ir a hablar con él- se incorporó
-Déjame hablar con él a mi primero- le pidió
-Amor, no es lo más conveniente, estará molesto por todo lo que pasó-
-Y justo por eso es que me tiene que ver a mi, debe saber que estoy bien-
-De todas formas debo ser yo quien salga a recibirlo- ella asintió, el chico dió media vuelta para irse pero su novia lo tomó de la mano y él volvió su mirada a ella
-Draco, debes decirle la verdad, solo si la escucha de tu boca la creerá, si se lo digo yo, pensará que te estoy justificando-
-No me va a creer, Hermione-
-Lo hará, lo conozco, sólo sé muy sincero con él, por favor- el chico asintió inexpresivo y retomó su marcha
Al salir, Harry se encontraba sentado en la sala de espera y al ver al rubio se incorporó de golpe y se abalanzó sobre él sujetándolo de la camisa y lo embistió contra la pared, Draco lo tomó de las manos tratando de soltarse
-Me dijiste que la cuidarías, si no te corté la cabeza ese día fue por ella, ¿Te parece ésta una buena forma de cuidarla?- recriminó el moreno enfurecido, las personas al rededor los miraban atónitos. El doctor Stevens se acercó y separó a Harry de Draco
-Smith, ya fue suficiente, llegas golpeado, armas un escándalo, ¿Y ahora una pelea?, si recibo una queja más de ti, tendré que informarle a mis superiores para que recibas una amonestación- advirtió, los jóvenes se calmaron un poco, Harry tomó aire y el Slytherin se acomodó la camisa
-Lo siento, no volverá a ocurrir- se disculpó
-Ya lo creo- se retiró el hombre
-Si algo le llega a pasar, no tendré que enviarte a Azkaban, te arrancaré el alma yo mismo- expresó levantando un dedo ante su rostro amenazante, el chico solo bufó con fastidio
-No son necesarias tus amenazas, Potter, Hermione quiere hablar contigo- se encaminó y el Gryffindor lo siguió
-Harry- la chica sonrió al verle
-¿Cómo estás?, ¿Te sientes bien?- preguntó sentándose junto a ella, tomándole la mano
-Los dejaré solos para que hablen, estaré en la sala de espera- inquirió Malfoy, su novia asintió y el león lo fulminó con la mirada, se retiró
-De haber sabido que te iba a cuidar así me lo habría llevado aquel día en tu casa- expresó Harry molesto
-Fue un accidente, él no tuvo nada que ver- le informó Hermione
-Como sea no debió dejarte sola-
-Necesito que me hagas un favor- el chico asintió- por favor, debes hablar con Draco- Potter rodó los ojos con fastidio -Escúchame, hazlo por mi, es indispensable que conozcas su versión de todo lo que ha sucedido a lo largo de éstos años- le pidió
-¿Y qué, pretendes que lo ayude a que no lo encierren?- cuestionó sarcástico
-Pretendo que le creas, solo eso, y la única forma será si escuchas la verdad de su boca- el moreno desvío la mirada con molestia
-¿Y cómo puedo estar seguro de que lo que me diga será cierto?-
-Te dirá la verdad, lo sé- le informó - Te pido que no lo juzgues antes, por favor, escúchalo- Harry asintió, no muy convencido, salió a buscar a Draco para conversar, éste se encontraba en el sillón de la sala de espera, Harry se acercó y se sentó junto a él, el Slytherin le miró de soslayo intentando pensar cómo entablar la conversación de forma que fuera menos incómodo el momento.
El rubio empezó a relatar con toda franqueza la verdad, la situación que vivió con su padre, las razones que tuvo para irse, la enfermedad de su madre, el modo en que llegó al mundo muggle y todo lo que hizo después, cómo volvió a reencontrarse con Hermione y cómo se dió su relación, el moreno bajó un poco la guardia, tratando de ser un poco empático con él aunque aún seguía hablando con un ligero desdén
-¿Y cómo le vas a pagar a esos tipos?- le miró reprobatoriamente
-No tengo la más remota idea- mencionó el chico frotándose las sienes
-Yo me encargaré de cubrir el gasto del hospital, debes encontrar la forma de conseguir el dinero para ese tipo-
-Gracias- respondió incómodamente
-No lo hago por ti, lo hago por ella, no quiero que la pongas en peligro, lo mejor será que me la lleve en cuanto salga del hospital- el Slytherin asintió
-Si, yo también creo que es mejor, el problema será convencerla de irse- replicó Smith
-Pues ese ya es tu problema, iré a liquidar la deuda del hospital-
-Toma- le extendió su gafete- Dan un descuento a los empleados del hospital pero solo es un porcentaje- Harry le arrebató el gafete y se dirigió a la recepción, el muchacho rodó los ojos y regresó con su amada
-¿Y bien?- preguntó ella
-Pues no se si me comprendió o si le di una razón más para que me odie- mencionó indiferente
-No te odia, solo está molesto, se le pasará, ya verás- sonrió
-Me da igual, le conté todo, es su asunto si me cree o no- le dió un pequeño beso en los labios
-Quiero muchos de esos besos y algo más cuando salga de aquí- sonrió coqueta, el muchacho miró alrededor y se acercó para besarla apasionadamente -Así me voy a recuperar más pronto- sonrió
-No sabes el miedo que tuve de perderte, mi vida, no sabría que hacer sin ti- la miró fijamente sin separarse de ella
-No me perderás, pero debemos mantenernos juntos, yo te voy a ayudar a resolver el problema y no voy a aceptar un "No" por respuesta- le hizo saber
-Por ahora lo importante es que te recuperes y Potter insiste en que vendrá por ti cuando salgas del hospital, él te cuidará pero yo estaré al pendiente de ti-
-¿Qué te acabo de decir?- se molestó -No te dejaré, no iré a ningún lado si no es contigo- inquirió de malas
-Amor, yo debo seguir trabajando y quizás no podré estar contigo en todo momento- puntualizó
-No me importa, no me voy sin ti- se cruzó de brazos y al chico le pareció adorable el berrinche de su novia
-Eres una niña caprichosa- sonrió y la besó -Ya veremos que hacer, descansa y quédate tranquila- se volvieron a besar apasionadamente, ella le acarició el cabello y él la tomó de las mejillas, de pronto oyeron que alguien aclaró la garganta y Draco se incorporó rápidamente, Harry los miraba incómodo
-Debo irme, la cuenta de la operación ya está pagada, lo demás lo cubrirá el seguro de...- miró al rubio con fastidio - tu novio-
-Muchas gracias por todo, Harry y gracias por no decirle nada a los chicos- le tomó la mano
-Vendré mañana a ver como sigues, estaré lo más al pendiente de ti que me sea posible-
-Te agradezco en verdad, sé que estaré bien atendida- miró a su rubio sonriendo
-Si, lo dudo, nos vemos entonces- se acercó y dió un beso en la frente de su amiga, el Slytherin rodó los ojos al ver ésto, la chica susurro rápidamente antes de que su amigo se alejara
-Te pido que no seas tan malo con él, ha tenido que pasar por mucho- Harry suspiró y asintió resignado
-Espero que puedas cuidarla bien ésta vez- Draco rió por lo bajo burlón -Nos vemos después Mione- le sonrió, su amiga asintió y el jóven se retiró sin siquiera mirar al rubio
-Ya veo porque son tan amigos, los dos son igual de testarudos- ella abrió su boca algo sorprendida y ofendida ante el comentario sonriendo, él rió y la besó de nuevo, la castaña correspondió gustosa.
