Harry llegó rápidamente hasta Neville, mientras Ron iba tras los aurores que se llevaban a Hermione
-Neville, por favor, tienes que hacer algo, ésto lo cambia todo- pidió el elegido
-¿Porqué no me dijiste que estaba embarazada?- recriminó
-No lo sabíamos, ella no quería empeorar las cosas- habló con el ceño fruncido
-Ésto es grave, Harry, buscaré la forma de impugnar la sentencia de Hermione o al menos que tenga prisión preventiva en el ministerio, los dementores la van a matar ahí dentro- se encaminó hacia el ministro para hablar con él, Harry lo siguió -Será mejor que me dejes hablar a mi primero, en cuanto tenga noticias, te lo haré saber- sugirió Longbottom, el muchacho dió media vuelta y regresó con Ron y Hermione, que esperaba en una oficina detrás del auditorio del juzgado
-¡Harry!- el muchacho la abrazó
-Tranquila, Neville ya está viendo la posibilidad de refutar tu sentencia-
-Harry quiero verlo, por favor, Ron no me quiere llevar a donde está, necesito hablar con él, al menos despedirme- mencionó entre lágrimas
-Hermione no creo que...-
-Por favor Harry, por favor, necesito verlo- seguía llorando, el muchacho suspiró y miró al pelirrojo que solo rodó los ojos
-Vamos a ver si te permiten entrar a verlo- Ron bufó ante el comentario de su amigo, se encaminó junto a Harry para ir a la oficina de junto
Los aurores que custodiaban a Draco se encontraban ahí, Potter les informó que Neville quería verlos y que él se haría cargo, Ron esperó con Hermione hasta que vieron pasar a los aurores, los dos salieron a encontrar a Harry y a Draco en la otra puerta, Draco se incorporó rápidamente al verla y sin dudar, la besó, la muchacha le correspondió
-Los dejaremos unos momentos para que hablen, traten de ser lo más breves que sea posible- les pidió el moreno sujetando a Ron del brazo para salir, éste observaba a la pareja con odio
-¿Es verdad lo que dijo?- quiso saber el rubio
-Lo del embarazo si, lo de que es suyo no-
-Por supuesto que no es de él, jamás pondría en duda eso- sonrió y la besó- Es el mejor regalo que podrías haberme hecho, mi amor- le tocó el vientre -Potter me dijo que ya están revisando tu situación, nuestro bebé no puede nacer en una celda en Azkaban-
-Me tiene preocupada lo que pase contigo, debe haber algo que se pueda hacer por ti también-
-Bueno, eso ya lo veremos después, ahora lo importante es que tú no vayas a Azkaban- la muchacha empezó a llorar e inclinó la mirada
-¿Cómo es que estás tan tranquilo?- su voz temblaba
-Mi amor- la tomó de las mejillas- Yo sabía bien que ésto iba a suceder, no quiero lo mismo para ti y para nuestro hijo, te juro por el amor que les tengo que no permitiré que nada malo les pase- Harry tocó la puerta y entró
-Lo siento, los aurores ya vienen de regreso- informó, Draco besó a Hermione y luego se inclinó para besarle el vientre
-Los amo-
-¿Porqué piensas que es niño?-
-Sea niño o niña, ya tienen mi corazón con ustedes- la volvió a besar con desespero
-Oigan, ya es hora- habló Harry, Hermione abrazo a su amado y salió con lágrimas en sus ojos del sitio, regresó a la oficina en que se encontraba anteriormente y los aurores regresaron para llevarse a Draco, Neville entró
-Les tengo noticias, luego de hablar con el ministro y los auditores se llegó al acuerdo de que puedas permanecer en prisión preventiva por tres meses- el trío de oro sonrió
-¿De verdad?- cuestionó Hermione incrédula
-Si, pero deberá revisarte un medimago para corroborar que estas esperando un hijo y tendrás que llevar los cuidados necesarios para tu embarazo, la verdad la presión de la gente ayudó mucho y otra cosa que debo decirte es que en caso de que todo resulte bien, después de que salgas de prisión preventiva se te confiscará la varita- la muchacha dejó de sonreír
-Pero ya habrá cumplido con lo acordado- renegó Ron
-Querían romperla Ron, los convencí de lo contrario, será solo un tiempo cuando salgas y después te será devuelta-
-Bueno, pudo ser peor- se conformó Harry
-¿Y Draco?- sus amigos bufaron rondando los ojos
-¡Ay, Hermione, agradece que se pudo hacer algo por ti!- expresó Ron con fastidio
-La situación de Draco es un poco más complicada, el cargo mayor del que se le acusa es de la tortura contra ese chico muggle y él mismo lo admitió-
-Pero quizá pueda ser revocado, algo se podrá...-
-Bueno, no puedo hacer nada por ahora, debemos esperar un tiempo antes de buscar una intervención- informó Longbottom- Por el momento tienes que acompañarme a tu celda y más tarde pasará un medimago a revisarte- la muchacha asintió resignada
Pasó un tiempo, Hermione tenía cuatro meses y medio de embarazo, durante su estadía en la prisión preventiva, escribió cartas a Draco informándole como iba creciendo el bebé, lo mucho que lo amaba, le leía libros en voz alta y cómo se movía por las noches mientras intentaba dormir, dichas cartas no podían ser entregadas hasta que saliera de prisión pero sin importar eso, lo mantenía al tanto de todo.
Para el rubio las cosas no estaban siendo tan agradables como para su amada, las pesadillas lo atormentaban cada noche, soñaba a Hermione muerta ensangrentada de las piernas, y él sostenía entre sus brazos un bebé llorando lleno de sangre, su padre llegaba y se lo quitaba para posteriormente clavarle una y otra vez una daga sobre el cuerpo del pequeño, diciendo que su nieto no iba a llevar su sangre manchada, sin importarle el llanto y las suplicas de su hijo para que lo dejara, entre otras pesadillas igual o más horribles que esa, una tarde Neville fué a buscarlo, los guardias lo sacaron a empujones de su celda para llevarlo a una oficina y que hablaran, al entrar y verlo, Draco sintió un vuelco en el estómago.
-¿Qué pasó, cómo están ellos?- cuestionó preocupado
-Tranquilo, ambos están bien, la vi ésta mañana- el Slytherin suspiró con alivio -De hecho me dió ésto para ti -Sacó algunas cartas de su abrigo, el muchacho sonrió y las tomó, comenzó a abrir uno de los sobres -No, no, guárdalas, nadie debe saber que te las traje, el muchacho rápidamente las ocultó en su pantalón que más bien parecía una pijama
-Gracias-
-Escucha, debo decirte algo, hablamos con el ministro y logramos conseguir la posibilidad de que tu sentencia sea reducida, pero tenemos que comprobar que torturaste a ese tipo en defensa de Hermione y que fuiste obligado a ser mortífago, para eso tendrán que leer tu mente- el chico lo miró incrédulo- Es la única forma de comprobarlo- informó, Malfoy se quedó pensando unos momentos, luego suspiró y asintió
-Está bien- respondió
-Hay algo más- Draco lo observó extrañado- Tu padre... está moribundo, lo analizó un medimago y dice que ya no hay nada que hacer por él, al parecer solo es cuestión de días para...- hizo una pausa -¿Quieres verlo?- el chico desvío la mirada y se quedó pensativo otra vez, posteriormente negó con la cabeza manteniendo su gesto inexpresivo -Bien, si cambias de opinión, los guardias tendrán la orden de llevarte hasta su celda para evitar que los dementores te ataquen, vendré a buscarte en unas semanas, debo terminar algunos asuntos en el ministerio, quizá para entonces Hermione ya habrá salido de prisión, aunque ella no pueda verte, podrás recibir sus cartas- se puso de pie y los guardias entraron por Draco, el muchacho no dijo absolutamente nada después, su mente estaba ocupada pensando en su padre.
Entró a su celda y su mente empezó a dar vueltas, después recordó las cartas de su castaña y se apresuró a sacarlas, tomó la más reciente, tenía fecha de ese mismo día, o al menos eso era lo que él creía comparándola con su calendario de palitos dibujados con una piedra en la pared, con los que contaba los días que llevaba ahí, sabía que se quedaría de por vida, pero hacer cuentas le ayudaba a no perder la cordura en aquel horrible y oscuro lugar, abrió la carta y leyó:
"Mi amor:
Sé que no debes estar nada bien en aquel lugar, pero quiero que sepas que te sigo pensando y que éste amor por ti no se ha desvanecido ni sucederá jamás, he estado teniendo unos sueños muy extraños; soñé a mis padres sentados junto a mí, cargando un bebé, estaban muy contentos, pero lo que me desconcertó no fue eso, sino que al otro lado de mi, se encontraba tu madre y estaba acariciando mi vientre mientras sonreía, no entendí ese sueño hasta hace un par de días; un medimago vino a hacerme la revisión del mes y me dió la noticia más hermosa; ¡Seremos padres de dos preciosos niños!, Aún no sé si sean dos niñas o dos niños o niño y niña pero ésta noticia me tiene vuelta loca de la alegría, estoy ansiosa por salir y empezar a preparar todo para su llegada, te juro por estos angelitos que haré hasta lo imposible por sacarte de ahí y ver crecer a nuestros pequeños juntos, te amamos y te esperaremos siempre.
-Un beso y un abrazo de los tres, tu preciosa Granger."
Draco no pudo evitar romper en llanto ante la noticia, tenía sentimientos encontrados, por un lado estaba más que feliz de saber que su felicidad se multiplicaba por dos y por otro, le dolía saber que no podía estar compartiendo esa etapa con su amada y que la resolución iría para largo, se sentía impotente y a la vez extasiado de alegría, quería gritarlo a todos en aquel lugar, no sabía con quién compartir su felicidad en aquel sitio, después vino a su mente su padre y su estómago dió un vuelco, se calmó un poco y siguió leyendo las demás cartas de Hermione
Unos días después, luego de que le llevaran la comida, el guardia notó que Draco no la había probado, al muchacho no le entraba nada al estómago, tampoco había podido dormir bien entre las pesadillas y sus pensamientos, el guardia recogió la charola del chico.
-Quiero ir a ver a mi padre- pidió, el guardia se acercó y lo llevó hasta la celda de Lucius Malfoy que se encontraba en la parte superior de la prisión de Azkaban, donde dejaban a los problemáticos y a los dementes ser custodiados más meticulosamente por los dementores
-Tienes diez minutos- le informó el guardia abriendo la puerta, el Slytherin entró, aquello parecía un agujero, estaba frío, húmedo y había un olor fétido en el aire, Draco caminó más adentro ya que no se veía nada o a alguien, de pronto divisó una sombra recostada en la esquina de la celda, se acercó despacio y lo vió, aquel hombre no era ni la sombra del Lucius Malfoy que todo mundo conocía, su rostro estaba pálido como un papel y demacrado, su cuerpo estaba casi en los huesos, estaba sucio y temblaba, con dificultad podía respirar, el hijo se acercó y le sujetó el rostro, el hombre tenía su boca entreabierta, sus ojos habían perdido todo brillo y su cabello parecía de paja, el muchacho no evitó el llanto que emanaba del dolor de su corazón al ver a su padre en ese estado, era irreconocible, Draco siempre lo recordó con su porte elocuente y sofisticado, el rubio lo tomó entre sus brazos como si sostuviera a un niño, el padre solo le miraba
-Papá... Papá no sé cómo comenzar a disculparme, perdóname por traicionarte Papá, perdóname por no haber podido comprenderte y alejarme en cuanto las cosas se dificultaron en vez de buscar una solución a nuestros problemas Papá, perdóname por fallarte, por ser un mal hijo y no haber agradecido lo que estabas haciendo por nosotros, perdón por no darme cuenta de que tu también estabas sufriendo Papá- lloraba amargamente mientras lo sostenía en brazos y lo abrazaba balanceándose -Sé que nuestra relación nunca fue muy buena, éramos muy distintos pero me amaste y estuviste siempre dispuesto a sacrificar todo por mi Papá, perdóname, perdóname, no sabes cuanto me duele verte así Papá, quisiera devolver el tiempo y enmendar todo lo que hice mal, quisiera que fueras consiente de todo lo que estoy diciéndote y todo lo que me duele saber que por mi culpa estás aquí y de ésta manera, yo debí haber hecho mucho más, yo debí luchar por ti y por nuestra familia, no debí rendirme tan fácil, no debí dejarte, jamás debí apartarme de ti, lo siento Papá, lo siento tanto, me arrepiento de todo lo malo que te hice vivir, me duele saber que mi vida seguirá y tu ya no estarás, me duele que mis hijos jamás te conocerán ni jugarás con ellos, me duele que ya no formarás parte de mi y que no tendré a quien recurrir cuando necesite un consejo, cuando tenga un problema o cuando no sepa que hacer en esta vida Papá, me vas a hacer falta toda la vida, te voy a amar siempre, en mi corazón siempre estarás y me acompañarás en cada paso que dé, aunque ya no estés aquí, aunque ya no pueda abrazarte y decirte lo importante que eres para mi, gracias por todo Papá, gracias por tu amor, te prometo que seré un buen padre para mis hijos y les hablaré de todas las cosas buenas que tú me enseñaste, los tendré siempre presentes a ti y a mamá, los amo, gracias por todo a los dos- lo miró y un par de lágrimas de Draco cayeron sobre el rostro de Lucius, el hombre levantó su mano y acarició con la yema de sus dedos la mejilla de su hijo dió un último y profundo suspiro y abandonó su existencia, el muchacho lo tomó de la barbilla -¿Papá...Papá?- lo abrazó y comenzó a llorar abiertamente sintiendo un profundo dolor en su pecho, como si le hubiesen hecho un agujero en su corazón, una herida que iba a permanecer abierta por siempre, era una pérdida que le había partido el alma en dos, un sufrimiento que a partir de ese momento lo iba a acompañar por el resto de su vida.
Para mi padre Francisco Ramírez, con todo mi amor, donde quiera que esté.
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Chicas, les comparto, éste capítulo es especial para mi, lo tenía pensado casi desde que comencé a escribir la historia, más específicamente el fragmento de la despedida de Draco a su padre, lo estaba aplazando porque yo sabía que sería doloroso para mi y lo fué, no pude dejar de llorar hasta que terminé de redactar ese fragmento, en ésta última parte del capítulo, plasmé desde mi corazón lo que me hubiese gustado decirle a mi padre aquel último día que lo ví en el hospital, antes de que muriera de un infarto fulminante hace un año y medio, a diferencia del personaje de Draco, mi relación con mi padre era muy cercana y justo eso fué lo que sentí al saber que lo había perdido, no suelo abrir mis sentimientos con nadie, pero supongo que no sería una verdadera escritora si no dejara un pedacito de mi corazón en lo que escribo.
Díganle a sus seres queridos cuánto los aman, porque si algo tengo claro es que la vida es efímera y el tiempo es el único enemigo de la misma.
