II

I know I should stop—, but I can't

Kile. 10:35

Me dispuse a pasar el resto de la mañana con Ahren y Camilla.

No quería ver a los chicos de la Selección que habían llegado para la fiesta ni a Erik. ¿Con qué cara? No obstante, Ean y Hale me buscaron para arreglarme el traje, el traje que usaría para la boda de la chica con la que me acosté la noche anterior, y no pude negarme a seguirlos.

—¿Cómo les fué anoche Kile?—Pregunta Hale sin rodeos, pero yo hago como que no sé a qué se refiere.

—¿Cómo le fue a quien?

—¡A Eadlyn y a ti!— responde Ean

—Pues…— empiezo confundido. No se suponía que fuera algo público.

—Ahren nos dijo que estaban discutiendo y los mandó a atender a los padres de la princesa Camilla. Dicen que la reina Daphne no quería venir a visitar a America y estaba irritable.

De lo que se viene enterando uno cuando dice mentiras.

—Se fueron a acostar temprano— o al menos eso me dijo Camilla— y nosotros nos separamos poco después.

—Seguro Eadlyn fué a cuidar de Erik, pobrecillo, aún no sabe tomar— dice Hale mientras me termina de probar el traje y garabatea algo en su cuaderno.

Justo entró Henri para recoger su traje cuando yo me puse a pensar algo extraño. Si el día anterior hubiera sido él quien acompañara a Eady toda la noche… ¿Él hubiera despertado esta mañana a su lado?

Parte de mí quiere creer que no, que Eady sólo lo hizo conmigo porque le gusto, al menos. Y otra parte sabe muy bien que Henri no lo habría permitido. Él es un buen amigo.

Eadlyn. 11:00 pm.

Voy saliendo de la tercera planta, para buscar a mis padres y pasar la tarde con ellos, cuando me encuentro con Kile, que va dejando la habitación de Hale.

—Hola— lo saludo, dispuesta a dejar todo en eso.

—Hola Eady— me responde, dispuesto a continuar su camino.

Pero es ese nombre, que solo usa papá, Ahren y él cuando estamos solos, lo que hace que se me revuelva el estómago.

Hay guardias en el pasillo, pero yo tengo que hablar con Kile. Lo llevó a una de las habitaciones vacías, diciéndole que ocupo ayuda con algo para mañana; sin embargo, me mira con escepticismo. Sabe muy bien cuando miento y no es como que me haya inventado la mejor excusa del mundo para estar a solas.

Además, todo se va a la basura cuando veo su perfil mientras cruza la puerta.

—"And I'm sure I've seen much hotter men, but I really can't remember when"— pienso.

Cuando me doy cuenta de lo que hago, ya estoy con mis manos alrededor de su cuello. No sé en qué estoy pensando exactamente cuando lo hago.

Él no protesta. Mientras recorre mi espalda con los dedos recuerdo lo que pasó la noche anterior. Empiezo a desabrocharle la camisa y Kile está pasando sus labios por mi cuello cuando se detiene.

—No podemos hacerle esto a Erik— dice viéndome a los ojos. Los tiene apagados de nuevo.

—Pero creo que me moriré si no lo hacemos.

—Yo también— susurra en mi oído.

Así que lo hacemos de nuevo.

Y

—¿Por qué se siente tan bien hacer las cosas mal?— preguntó, mientras Kile pasa los dedos por mis muslos.

—Vamos a ir al infierno—asegura— ¿cuánto tiempo tienes libre hoy?

—Iba a ayudar a mamá con la última revisión del menú después de la comida, ¿por qué?

—Porque soy el peor amigo del mundo y quiero aprovecharlo.

Kile sigue sin saber sobre las ganas irrefrenables que tengo de no casarme mañana, de quedarme para siempre con él en esta habitación. Por eso habla de separarnos como si no hubiera más remedio. Aunque, la verdad es que no, no hay otra cosa por hacer. Así que me acomodo en su pecho, paso su brazo por mi abdomen y pongo algo de música.

Kile. 11:34 am.

—"Now I accidentally know that you're in love with me, too"—tarareo al oido de Eady.

Ella sonríe, complacida. Me gustaria cambiar el pasado y decirle lo enamorado que he estado de ella desde niños, o lo mucho que la extrañé todos estos meses fuera de palacio. Pero sé muy bien que eso no ayudaría para nada. Ella hizo su apuesta y no me queda más que aceptarlo. Disfrutar del último fragmento de su vida en el que sigue siendo mía, aunque llenándola a ella yo quede vacío.

—Ojalá nos pudiéramos escapar— susurro mientras pasa su boca por mi nuca. Se siente tan bien que tomo su mano y la aprieto para dejar ir la tensión.

—No podemos Kile— me responde con una mirada triste.

La noto tan mal que le digo que no se preocupe. Al final de cuentas, yo ya lo acepté y nadie se ha muerto por amor todavía. No tiene que lamentarse por ella misma tampoco, pues Erik la quiere más que a nadie y ella lo ama, aunque ahora mismo esté confundida.

No sé en qué parte de todo eso empieza a llorar, pero me suelta la mano, que aún tengo junto a su pecho, y se la pasa por la mejilla. Yo le limpio las lágrimas del otro ojo con mi propio dorso, pues para eso estoy aquí. Es el único trabajo que me importa. Sin embargo, mi corazón no consigue estar a la altura para evitar sentir un vuelco cuando me cuenta el motivo de su llanto:

—Tienes razón Kile, Eikko es tan bueno que no deberíamos hacerle esto, pero yo te quiero a tí.— me mira a los ojos, esos ojos del color de las avellanas que me han obsesionado tanto desde hace años me dicen que es verdad todo lo que dice— Somos un desastre, y sé que odiaría tener que pedirte cada mes que te cortes el cabello, y que tu odiarias verme perder tanto tiempo probando coronas, pero te juro que no me quejaria.

Lo dice llorando aún, pero me hace sentir tal ternura que me provoca una carcajada.

—Lo sé mi vida, pero no podemos hacer nada.

—No debí dejar que despertaras en mi cama cuando ya estábamos bien como amigos.

—Tal vez me odies por esto, pero no debimos dejar que pasaran muchas cosas. ¿Y eso de que nos sirve? Es mejor aprovechar el tiempo que nos queda juntos en lugar de pensar en lo que podríamos cambiar.

Asiente ligeramente, mientras pasa sus labios cálidos y temblorosos sobre los míos. Es el mejor beso que nos hemos dado, y sigo con el miedo de que sea el último.

Eadlyn. 11:56 am.

Sin saber muy bien como, me acomodo sentada sobre las piernas de Kile. Es la mejor sensación que he tenido en la vida. Sé que debería parar, pero ¿Cómo lo hago si nunca me había sentido tan plena en mil años? Con Eikko las cosas son diferentes, tal vez en parte por mi culpa, pero con Kile siento mi corazón latir desbocado y a veces incluso lo confundo con el suyo.

Cuando terminamos, entre besos, me acaricia la mano con cuidado. En su rostro se dibuja una sonrisa que me desarma:

—Puedes destrozarme la vida Eady. De cualquier forma, siempre vas a ser lo mejor que me ha pasado.

Terminamos sudados, pero no de una manera incómoda. Más parecido a un día de verano que a una larga caminata. Me fijo la hora y veo con desagrado que ya casi es la hora de la comida. Tendría que estar preparándome para asistir con todos los invitados.

Kile me ayuda a vestirme y me conduce hacia la salida. Tendré que tomarme una ducha rápida para quitarme su olor. Nunca me había molestado tanto tener que bañarme, por desagradable que suene.

Antes de salir, me toma del brazo y susurra en mi oído.

—Prepárate para salir después de la cena. Voy a llevarte a un lugar especial.

Se fija que no venga nadie por los pasillos y me guiña un ojo.

Tenemos una cita.


NA: En este capitulo, aparte de la canción de Olivia, tambien utilicé Oops de Little Mix y Charlie Puth, compuesta por Charlie, Jacob Luttrell y Mike Caren. Probablemente usé más canciones además de bir a lo largo de la historia porque soy una persona muy musical, así que también serán citadas.

Muy rara vez escribo o leo smut, así que este capitulo, que es lo más parecido que he intentado escribir (Aunque friendly a cierto content rating) me pone algo insegura, así que si lees esto y te parece una porquería, por favor, dime que pare.

~Mund.